sábado, 7 de septiembre de 2019

Los locos de la Caravana… @dealgunamanera...

Los locos de la Caravana…


Los locos de la Caravana…

14a. Caravana Solidaria 

“Son unos locos”, “Andan todos drogados o borrachos”, “Si ves dos encima de una moto, tené cuidado nena”… prejuicios fuertemente ligados a los “Motoqueros”.


No digo que no es cierto, tampoco digo que es así. El Sábado a la mañana unas…, si pudiera tener la habilidad de calcular, muchas motos y muchos MOTOCICLISTAS, unas 3500 motos según la organización, se tomaron la mañana para acompañar a la banda de Fernando Rivera, el líder, y sus secuaces del Kawa Club, en su 14a. Caravana Solidaria que finalizó en la puerta de la Casa Garrahan. La convocatoria de estos maestros, porque nos enseñan al resto lo que es solidaridad, demostró que los prejuicios son infundados, que existe una gran mayoría que no está en esto.


© Publicado el martes 03/09/2019 por PromotoNews de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Fernando Rivera del Kawa Club

Tengo que confesar que fue la primera vez que asisto al evento y quedé en dar una mano para el próximo año. Fernando sistemáticamente me invito a los anteriores pero por distintas razones no pude ir, sabía que era muy importante, que era una movida muy grande organizativamente hablando, pero jamás me imaginé esto.

Y esta banda no era para menospreciar, estaban todos, Batman, Batichica, el Hombre Araña que se mezclaba con agente de la Policia de la Ciudad que dió una mano, el Power Ranger azul, Superniña, Penélope Glamour, Luke Skywalker, Darth Vader, el Mickey Mouse del Tren de la Alegria, payasos por doquier y mucha naricita roja. La idea era entregar disfrazados los montones de juguetes a los chicos de la Casa Garrahan.

La multitudinaria Caravana la encabezaba Sebastian Porto y estaban todo tipo de motos, Goldwings, Spiders, clásicas, Vespas, de pista, Harleys, choperas, Monkeys, deliverys, AFF, Ducas, YBRs, Cubs, BMs, scooters, era impresionante verlas pasar tocando bocina por la ciudad, gente se acercó cuando pasaron por la paqueta Recoleta con su perro de $10.000 para solamente sacarles fotos con el celu, un señora muy paqueta con su personal trainer me preguntó si era la Caravana.

Agradecer a las empresas y particulares que sponsorearon semejante movida, entre ellas Motoclub Argentino, frase remanida si las hay, pero en parte sin ellos esto no hubiera sido posible.

Párrafo aparte se merece algo que me sucedió en la plaza enfrente del Garrahan, se me acerca una Mami, su hijo con los ojos como naipe de dos de oro, mirando de acá para allá, expectante, esperando ansioso, libreta y lapicera en mano. 


La Mami me pregunta: “¿Acá llega la Caravana Solidaria?” A mi respuesta afirmativa, me dice: “Es que venimos de Avellaneda, mi hijo quiere sacarse una foto y que le firme la libreta el Hombre Araña. 

Es por ellos, los niños que se hace esto, ni más ni menos. Toda esa gente que puso un poquito de lo suyo, que le hizo llegar un pedazo de alegría en forma de juguete, que le deje subir a su moto y hacerse la foto, dar una vueltita en una Spider en la plaza en un día de sol.

Charlando con el jefe de la banda, Fernando Rivera del Kawa Club, le preguntaron el motivo de porqué lo hace me impresionó la sencillez de la respuesta: “Porque me hace muy feliz”.

Ni chorros, ni adictos, sí locos, pero locos de Felicidad por hacer el bien.



Existen otros motociclistas.


    




viernes, 6 de septiembre de 2019

Superliga Argentina. Newell´s Old Boys 4 vs. Huracán 1... @dealgunamanera...


Derrota del Globo ante Newell´s en Rosario…


El equipo de la Quema cayó por 4 a 1 frente a la Lepra en la quinta fecha de la Superliga Argentina de Fútbol 2019-2020. Mauro Formica, Cristian Lema en dos ocasiones y Ángelo Gabrielli convirtieron los tantos del local, mientras que Fernando Coniglio hizo el gol de Huracán.

© Publicado el domingo 01/09/2019 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotografías: Abril Verzura.

Esta tarde, en el Estadio Marcelo Bielsa de Rosario, el Club Atlético Huracán jugó frente al Club Atlético Newell´s Old Boys el encuentro correspondiente a la quinta fecha de la Superliga Argentina.

Los primeros treinta minutos tuvieron situaciones claras de gol para ambos equipos. A los 5 minutos, Mauro Formica aprovechó un contragolpe para poner el 1 a 0 a favor de los locales. Instantes después, Fernando Coniglio le robó la pelota a Alan Aguerre y asistió a Andrés Chávez, que reventó el palo derecho de la valla de la Lepra.

Luis Leal estuvo cerca de meter el segundo, pero su tiro se fue por arriba del travesaño. El Globo respondió con un cabezazo de Coniglio, que salió apenas desviado. El delantero se tomó revancha a los 28, cuando pateó de media distancia y, beneficiado por el rebote en un rival, metió el 1 a 1 en Rosario.

A los 32, Cristian Lema ganó dentro del área y puso de cabeza el 2 a 1. Antes del cierre de la etapa, Lucas Albertengo desperdició una posibilidad al patear por arriba del arco de Antony Silva. Para el segundo tiempo, el entrenador Juan Pablo Vojvoda incluyó a Norberto Briasco y Juan Fernando Garro con el objetivo de llegar a la igualdad.

Los conducidos por Frank Kudelka tuvieron dos chances de convertir el tercero en los pies del portugués Leal y el punta Albertengo, pero ambos se mostraron imprecisos en la definición. A los 23, el uruguayo Ángelo Gabrielli remató de afuera e hizo el 3 a 1 a favor de los rosarinos.

Sobre el final, Néstor Pitana sancionó un penal para Newell´s por una falta de Walter Pérez, quien fue expulsado por roja directa. El defensor Lema tomó la responsabilidad y puso el 4 a 1 final en el Estadio Marcelo Bielsa.

El equipo de Parque Patricios jugará la próxima fecha frente a River Plate en el Palacio Ducó.

Newell´s Old Boys: 4

Alan Aguerre; Ángelo Gabrielli, Cristian Lema, Santiago Gentiletti, Mariano Bíttolo; Mauro Formica –Denis Rodríguez-, Julián Fernández, Jerónimo Cacciabue; Maximiliano Rodríguez –Lucas Villarruel-, Luis Leal –Rodrigo Salinas- y Lucas Albertengo. 

Huracán: 1

Antony Silva; Gonzalo Bettini, Mariano Bareiro, Saúl Salcedo, Walter Pérez; Mauro Bogado –Juan Fernando Garro-, Adrián Calello, Lorenzo Faravelli –Juan Ignacio Vieyra-; Rodrigo Gómez, Fernando Coniglio y Andrés Chávez –Norberto Briasco-.

Árbitro: Néstor Pitana

Estadio: Marcelo Bielsa. Rosario. Santa Fe.





domingo, 1 de septiembre de 2019

Historia repetida… @dealgunamanera...

Historia repetida…

Cuesta abajo, Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

Entre el no poder de Mauricio Macri y la imprudencia de Alberto Fernández, vuelven incertidumbres pasadas.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 01/09/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Déjà vu es una expresión cuya autoría pertenece a Emile Boirac, un investigador psíquico francés que vivió entre 1851 y 1917. Se trata de un fenómeno por el que una persona cree erróneamente que una vivencia que sucede en el presente la ha experimentado ya en el pasado. Se lo considera un tipo de paramnesia, que es una distorsión de la memoria.

A diferencia de esta definición, el déjà vu político, social y económico por el que está atravesando la Argentina del presente no pertenece a ningún tipo de paramnesia, sino a la más estricta realidad: todo lo que se está viviendo en estos días se vio y se padeció anteriormente. Ese recuerdo nos transporta, no a 2001, sino a 1989. El 14 de mayo de ese año, Carlos Menem había ganado las elecciones, y eso vació de poder la presidencia de Raúl Alfonsín. Había una larga transición de 7 meses a la que el presidente electo dinamitó. El desmadre económico que sobrevino dio pie a un proceso hiperinflacionario que dejó en la ruina a mucha gente. Esa crisis forzó la entrega anticipada del poder al presidente electo.

De ayer a hoy. Al igual que aquellas elecciones de mayo de 1989, estas PASO han agotado de poder al actual gobierno. La diferencia es que hoy no hay presidente electo.

El poder es algo inasible. Las más de las veces, ganarlo lleva una vida. Perderlo, en cambio, no. Es lo que le está pasando a Mauricio Macri. El mal resultado electoral del 11 de agosto fue “un palazo” –como él mismo lo reconoció– de cuya dimensión y consecuencias todavía no parece haberse dado cuenta, porque lo que hoy está en juego no es su reelección sino la gobernabilidad. Solo un imponderable mayúsculo –equivalente a lo que fue el cajón de Herminio Iglesias en la elección de 1983– puede revertir el resultado primario.

Por momentos, al Presidente lo invade el enojo. Eso lo perciben y lo sufren algunos de sus funcionarios que se atreven a insinuar la necesidad de autocrítica del Gobierno.

Esos funcionarios son plenamente conscientes de que el 10 de diciembre terminan. “Lo que se palpó fue un ambiente de derrota indisimulable”, era lo que se escuchaba el martes por la tarde en la curia metropolitana luego de la reunión de los miembros del episcopado con Macri.

Gobernabilidad significa llegar al 10 de diciembre sin zozobras, a fin de concretar un traspaso del mando ordenado. Lograr que un gobierno no peronista termine en tiempo y forma su mandato –algo que no ocurre desde 1928 con la presidencia de Marcelo T. de Alvear– es responsabilidad tanto del oficialismo como de la oposición.

Alberto Fernández estuvo imprudente con sus expresiones del lunes por la noche luego de la reunión que mantuvo en su oficina de la calle México con los enviados del Fondo Monetario Internacional. No porque no se supieran sus posturas divergentes sobre el acuerdo con el organismo, ni porque no le asista la razón en sus críticas, sino por las circunstancias. Alguien le hizo entender o él mismo se dio cuenta de ese error y por eso el martes anunció que se llamaría a silencio. Sus declaraciones a The Wall Street Journal publicadas el viernes hicieron añicos esa promesa. “El Gobierno está en default y lo tiene escondido”, dijo sin tapujos. ¿El presidente virtualmente electo quiere empujar a Macri al precipicio? ¿Es su deseo el de envalentonar a los sectores duros del kirchnerismo que, con sed de venganza, propician el “efecto helicóptero” para verlo al Presidente en una huida a lo De la Rúa? Debería darse cuenta de que, diciendo estas cosas. No hace más que complicarle la vida, no al Gobierno, sino a la gente.  

El Fondo Monetario tiene un acuerdo firmado que no existe más –voló por el aire–, porque las metas quedaron a años luz de lo que se firmó: no se cumplieron los objetivos monetarios, ni los fiscales, ni el de inflación, ni el del tipo de cambio, ni el de crecimiento de la actividad económica. Entonces –sobre un acuerdo que no existe más– no hay posibilidad de firmar otro acuerdo porque básicamente no hay con quién hacerlo.

Temblores. La reacción del Gobierno el miércoles fue de pánico. “Se asustaron”, describe un consultor cercano al oficialismo porque empezaron a ver que el FMI se corría y el desembolso no llegaba.

El mercado también había entrado en  pánico y por eso no hubo casi órdenes para renovar las Letes, hecho que obligó al Banco Central a vender 427 millones de dólares para tratar de contener el dólar que, así y todo, subió.

En los mercados, los anuncios que hizo el ministro Hernán Lacunza cayeron mal. En ese universo se asume que no hay dinero para pagar en el corto plazo y que no existen medidas para solucionar los problemas de fondo de la economía argentina. Nadie cree que el Congreso se ponga a trabajar con voluntad en el proyecto de reestructuración de la deuda.

Todo esto generó en el mundo financiero más duda de la que ya había. Hoy hay un anuncio de reestructuración sin ningún indicio de cómo termina.

El viernes fue un día difícil. Y mañana lunes lo puede ser aún más. En las redes sociales abundaban los mensajes de gente decidida a retirar sus dólares de los bancos. En las casas centrales de dos importantes entidades se vivieron situaciones de tensión cuando varios ahorristas quisieron efectuar retiros y se encontraron con que no había disponibilidad de billetes.

“Si esto sigue así, habrá necesidad de pensar en un control de cambio”, dijo Julio Cobos, reconociendo el difícil momento que se vive. Que Cobos haya hablado de esto marca el desconcierto existente dentro del Gobierno.

Macri no quiere oír hablar de eso. Sería para él no solo una herejía sino una capitulación. Constituiría, además, una paradoja –no la única– que quien comenzó su gobierno levantando el cepo termine reinstalándolo. Por eso, el Presidente habló con Guido Sandleris para que mañana haya suficiente disponibilidad de billetes en los bancos para satisfacer a la gente que acuda a retirar sus dólares.

La otra paradoja es la conducta de los mercados, esa especie de deidad a la que este gobierno le ha rendido una pleitesía casi sacra. Son ellos los que, en los hechos, desde el 12 de agosto pasado le vienen enviando a Macri un mensaje claro y contundente: que no confían más en él, que su proyecto de reelección está terminado y que el poder real pasa por lo que diga y haga Alberto Fernández.  

Producción periodística: Lucía Di Carlo.