lunes, 11 de diciembre de 2017

Bonadio es el segundo juez más denunciado después de Oyarbide… @dealgunamanera...

Bonadio es el segundo juez más denunciado después de Oyarbide…

Bonadio es el segundo juez más denunciado después de Oyarbide. Fotografía: Cedoc
A lo largo de su carrera acumuló 51 acusaciones en la Magistratura. “Se maneja como un comisario”, dice un abogado que lo conoce.

© Publicado en el  lunes 01/12/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.  

El juez federal Claudio Bonadio es el segundo más denunciado después del polémico Norberto Oyarbide. A lo largo de su carrera, acumuló más de 51 denuncias ante el Consejo de la Magistratura, que luego fueron desestimadas. Algunas de ellas eran por delitos graves. Sin embargo, ocho causas siguen activas y son las que utiliza el kirchnerismo para mantener viva la pelea con el magistrado que allanó la empresa de la presidenta, Cristina Kirchner, Hotesur. Oyarbide, a la cabeza del ranking, llegó a tener 63 causas.

Bonadio tuvo como antecedente para llegar a la Justicia ser el subsecretario de Legal y Técnica de Carlos Corach, durante el menemismo. Domingo Cavallo denunció que Corach escribió en una servilleta los nombres de los magistrados que eran afines al menemismo. Entre ellos, estaba el de Bonadio.

La dos salas de la Cámara Federal lo sancionaron varias veces por arbitrariedad, dado que no dejaba a las partes acceder a los expedientes en trámite. La instrucción es secreta excepto para los involucrados, pero en el caso de Bonadio, no lo entiende así, según confió a Perfil un abogado con larga trayectoria en Comodoro Py. “Se maneja como un comisario. La instrucción es de él y de nadie más”, dijo el letrado a este diario.

Las causas. 

Entre las causas que mantiene vivas el kirchnerismo está la de la curtiembre Yoma. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) denunció que Bonadio tardó tanto que los delitos que se le imputaban a la empresa prescribieron. La denuncia era por uso irregular de subsidios por parte de la curtiembre. Emir Yoma, su dueño, había sido funcionario de Menem.

La ACIJ también denunció al magistrado por su accionar en la causa Tandanor, donde se vendieron ocho hectáreas para hacer edificios. La denuncia por defraudación al Estado y administración infiel fue elevada a juicio oral por Bonadio una vez que la causa prescribió.

Otra causa emblemática que tiene Bonadio en la Magistratura es la de pacientes hemofílicos contagiados con los virus del VIH, hepatitis B y C, por mala praxis médica. El juez tardó tres años en llamar a indagatoria a los imputados. Algunos de los pacientes murieron en el proceso.

En la mira. 

Para presionarlo, la presidenta Cristina Kirchner reveló en público que el juez era propietario del 20% de las acciones de una estación de servicio en Villa Ballester que adeudaba los balances de 2011 y 2012 ante la Inspección General de Justicia (IGJ). La empresa Mansue SA es de su hermano, Carlos Alberto Bonadio, y de otros dos accionistas. En teoría, ningún juez puede tener una empresa, pero el magistrado la habría declarado ante la Corte Suprema como parte de una herencia.

El senador Marcelo Fuentes denunció en la Justicia a Bonadio por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, a partir de lo que dijo la Presidenta (ver recuadro). Consignó que, además, el hermano de Bonadio tiene otra empresa, Lanús Gas SA, que se dedica a la misma actividad. Pero el gran problema que tiene el kirchnerismo es que no cuenta con los votos suficientes para removerlo del cargo. Necesita dos tercios de los 13 consejeros: sólo cuenta con siete de nueve. Apuntan a que se jubile, pero es algo que no parece estar en los planes del magistrado.

Investigación

El juez federal Julián Ercolini tiene a su cargo la denuncia de Fuentes por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito contra Bonadio. Ayer, el magistrado le dio traslado al fiscal Eduardo Taiano para que decida si impulsa la investigación o no. Para eso, Taiano pidió que se cite a Fuentes para que ratifique la denuncia y para que amplíe datos en el caso de ser necesario. A partir de allí se podrá ver si la pesquisa contra el juez sigue o queda en la nada. Ercolini deberá decidir si cita a Fuentes.

¿Qué investiga el magistrado?

Los balances de Hotesur

Es la empresa que administra el hotel Alto Calafate, adquirido en 2008 por la familia Kirchner. Está siendo investigada por el juez Bonadio porque no presentó en los últimos tres años sus balances a la Inspección general de Justicia (IGJ). Además, se detectó que la empresa había declarado un domicilio ficticio, en Lavalle 975, 4º “A”, que hace cuatro años está ocupado por un estudio de abogados, que nada tiene que ver con la empresa. El Gobierno dijo que se trataba de una irregularidad usual y le impuso una multa de tres mil pesos, que consideró la más severa.

Las declaraciones juradas. 

El juez Bonadio pondrá bajo la lupa los balances de Hotesur SA y las declaraciones juradas de la familia presidencial, obtenidas tras una presentación judicial ante la AFIP, con el objetivo de comparar la facturación de la compañía con sus declaraciones fiscales. Se analizará si existen otras faltas impositivas o incongruencias que podrían derivar en nuevas imputaciones. El patrimonio presidencial siempre estuvo en la mira, aunque los Kirchner fueron sobreseídos en tiempo exprés por presunto enriquecimiento ilícito. La oposición pidió que se volviera a investigar.

Los nexos con Lázaro Báez. 

En el pedido a la AFIP también se incluyeron las declaraciones juradas del empresario patagónico, por lo que se puede deducir que el magistrado estudiará las relaciones comerciales con la familia presidencial y el grupo empresario más favorecido por los contratos de obra pública en la región. También está en la mira del juez la empresa Valle Mitre, la gerenciadora de hoteles de Báez que, según reveló La Nación, mantuvo un contrato de alquiler de habitaciones en los hoteles presidenciales por 14,5 millones de pesos entre 2010 y 2011, habitaciones que no se usaban.


Posible lavado de dinero. 

Aunque la investigación de Bonadio está, por el momento, circunscripta a las faltas de Hotesur SA frente a la IGJ, podría avanzar sobre las sospechas de lavado de dinero que fueron ventiladas por la denunciante, la diputada Margarita Stolbizer. Quien sugirió que las irregularidades cometidas podrían ser “para encubrir el dinero que proviene de otros delitos y eso es lavado de dinero”. Por hacer esa denuncia, Stolbizer fue acusada ante la Justicia de enriquecimiento ilícito. También fue denunciada la testigo Silvina Martínez, ex empleada de la IGJ.


  

domingo, 10 de diciembre de 2017

Creer (II)… @dealgunamanera...

Creer (II)…

El vice que no fue: Zannini como Boudou. Foto: CEDOC PERFIL

Creer depende tanto de la capacidad selectiva de la memoria como de la profilaxis del olvido.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 10/12/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el evento que reunió a los diez personajes del año de la revista Noticias, en el Malba, uno de ellos, el actor Julio Chávez, sostenía que su profesión tenía el privilegio de mentir sin que fuera pecado. Que a la noche, cuando terminaba sus funciones, podía decir: “¡Qué bien mentí hoy!”. Mientras lo escuchaba, pensé en la política y probablemente en gran parte de las actividades sociales que requieren la colaboración y la esperanza.

Pensar que sin mentira no habría sociedad se parece a lo que sostenía Alan Turing, el padre de la inteligencia artificial, en su famoso Test de Turing, sobre que sin mentira no había inteligencia: que una computadora habría alcanzado el grado de inteligencia artificial recién el día que pudiera mentir, porque de lo contrario siempre se tildaría. A cierto punto de cualquier capacidad algo se escapa al cálculo racional constantemente, y ese algo requiere una operación irracional para continuar el curso.

Que una mayoría similar a la que permitió a Cristina Kirchner ganar su reelección con el 54% de los votos hoy apoye a Cambiemos lleva a pensar que ambas mayorías inevitablemente comparten una parte de sus votos y que la sociedad precisa creer cada vez que ahora “sí se puede”. Si la sociedad no creyera, no podría “mentirse” seriamente al estilo de Julio Chávez para mantener la rueda de la vida girando.

"¡Qué bien mentí hoy!", cuenta Julio Chávez que dice el buen actor. Como en política.


Ver a Cristina Kirchner en su desolada conferencia de prensa posterior a la orden de prisión preventiva dictada por el juez Bonadio nos impone reflexionar sobre la banalidad no sólo del mal sino del poder.

 De la misma forma que al caer la ex Unión Soviética y perder su aura no se pudo comprender cómo ese país en cierto sentido primitivo pudo haber mantenido en vilo a Occidente, cuesta imaginar cómo esa mujer con el pelo recogido y las normales marcas del paso del tiempo en su piel pudo haber tenido en su puño a todos los poderes fácticos de la Argentina. ¿Tan poco eran? ¿Tan poco era ella?

Lo que lleva a pensar qué poco serían Macri y Cambiemos si les retiráramos la parte de mentira necesaria para construir su aura e investidura. Siempre todo rey está desnudo aunque nadie lo vea, hasta determinado momento en que todos lo ven.

Macri hoy goza de lo mismo que gozaron el kirchnerismo, el menemismo y hasta el alfonsinismo: un endiosamiento por comparación con la desazón de lo que lo precedió, que es del mismo tamaño que la ilusión que el ciclo anterior generó. ¿Quién puede creer en la justicia de Bonadio si no es con el deseo de querer creer?

¿Quién pudo creer en los números de Cristina Kirchner de una Argentina con menos pobres que Alemania o en la promesa de Macri en campaña de pobreza cero sino nosotros, que con la técnica de Julio Chávez sabemos mentir muy bien a los demás y especialmente a nosotros mismos? Sin nuestra crédula colaboración, los políticos no podrían dar un solo paso. Y ni hablar de los jueces como Bonadio, cuyos antecedentes en el tema de AMIA y Nisman merecerían el repudio de toda la colectividad judía, que ahora olvida para elogiar su giro funcional a los deseos actuales de la mayoría.

No habría moda sin creer en alguna convención tan arbitraria como utilitaria. No habría hombres que cocinaran o jóvenes que se tatuaran, por ejemplo. Sin creer, no habría burbujas financieras, ni sobrevaloración del rumbo económico de ciertos países o de algunas actividades. Parte de nuestros empresarios sospechan que la Argentina ahora repite un ciclo de endeudamiento como en los 90, y que a los que prestan, nuevamente, no les preocupa qué pasará en una década. Otros empresarios creen que la Argentina marcha en la dirección correcta. Y gracias a los que creen, marcha.

Hay un video que se viralizó en redes sociales que compara la técnica de comunicación de Macri con la de los pastores evangelistas. Los siete minutos del video son una dura crítica a –dicen– “la estrategia de manipulación a través de un método de persuasión ya conocido, donde la emoción le gana a la razón”. La misma crítica se podría haber hecho del relato kichnerista o del discurso neustadtiano de los 90 menemistas. Crítica que primero no permea en la sociedad, lo hace cuando aparece otra narración con la que pueda esperanzarse, porque sin esperanza tampoco hay vida. Tan importante es la narración, que el jefe de Gabinete, la persona más importante del Gobierno después del Presidente, Marcos Peña, es virtualmente un ministro de Comunicación.

Sin la colaboración de lo irracional y el olvido, la sociedad no podría superar sus contradicciones

El paso por Comodoro Py y su posterior traslado a los penales de Ezeiza y de Marcos Paz de parte del gabinete del gobierno de Cristina Kirchner, que alegra a muchos y shockea a todos, permite reflexionar por su carácter extraordinario, qué “nada” es el poder cuando la audiencia decide suspender la credulidad, requisito indispensable para que el poder funcione o para disfrutar de cualquier obra en la butaca de un teatro.

Creer en Bonadio es tan difícil como haber creído en Boudou hace unos años, pero cuando su libreto es funcional a las necesidades de la platea puede conquistar a la audiencia y arrancar aplausos, hasta que por el paso el tiempo se le caiga su máscara. El día de la detención de Zannini, D’Elía y compañía, vi en el canal de noticias América 24 un “reportaje” de Eduardo Feinmann al diputado kirchnerista Andrés Larroque y, por la agresividad del entrevistador, terminé sintiendo compasión por el entrevistado. Pero esencialmente me pareció un buen ejemplo de cómo el actual fanatismo “anti K” de muchos jueces, periodistas y votantes fue –antes– fanatismo “pro K” de esos mismos periodistas, jueces y votantes.

Sin esa irracionalidad, sin esa posibilidad de olvido no habría forma de continuar ni de empalmar la contradicción del pasado con el presente. Por eso, creer depende tanto de la capacidad selectiva de la memoria como de la profilaxis del olvido. Desgraciadamente para Perfil, que comenzó denunciando el pacto con Irán en 2011, creer en Nisman y peor aún en Bonadio resulta más que difícil. Y como se explicó en la columna anterior –“Creer (I)”–tampoco Perfil puede creer que haya habido traición a la patria del Poder Ejecutivo de entonces y no del Legislativo.



Creer (I)... @dealgunamanera...

Creer (I)


No puedo creer. Me gustaría. Sería más fácil creer si la verdad no importara y con la emoción fuera suficiente.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 09/12/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No puedo creer. Me gustaría. Sería más fácil creer si la verdad no importara y con la emoción fuera suficiente. Tengo amigos, a los que respeto intelectualmente, que me enviaron mensajes de alegría por la detención que ordenó el juez Bonadio con textos del tipo “quiero que vaya presa toda la banda, no me importa por qué causa. Perdón, no soy de Corea del Centro”.

No puedo creer en la denuncia de Nisman, a quien se elogia a la par de Pepe Eliaschev, cuando se olvida que Nisman no sólo desestimó la denuncia de Eliaschev en 2011 sino que criticó al periodista. Además, en diciembre de 2014, al mismo tiempo que escribió su denuncia contra Cristina Kirchner escribió otro documento elogiando a la ex presidenta para tener preparado el texto que le conviniera (ver e.perfil.com/rafecas), y finalmente decidió presentar lo que esencialmente había denunciado Eliaschev cuatro años antes recién cuando temió que iba a ser echado, volviendo de urgencia de sus vacaciones en medio de la feria judicial.

La memoria es siempre afectiva, un afecto corporal. Rememorar exige esfuerzo cognitivo


Tampoco puedo creer en la existencia de traición a la patria porque su sola figura jurídica resulta tan anacrónica como la categoría de “enemigos de la patria” que menciona el artículo 214 del Código Penal. ¿Enemigos de la patria son Irán desde 1994 y 1992 por AMIA y la embajada e Inglaterra desde 1982? Tengo mi propio ejemplo personal de lo arbitrario que es el uso del artículo 214 cuando, al terminar la Guerra de Malvinas, fui puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional justamente por traición a la patria simplemente porque lo que había publicado Editorial Perfil irritó a la dictadura.

Este diario fue el que difundió la denuncia de Eliaschev del pacto con Irán que hoy termina con el procesamiento de la ex presidenta. Lo hizo marcando un serio error político, develando algo que el gobierno por entonces quería mantener en secreto, dando una información relevante para el debate público, pero sin acusar al gobierno de traición a la patria, entre muchos otros motivos porque, aunque se tuvieran sobradas sospechas, aún no se había condenado al Estado de Irán ni este país nos había declarado la guerra. Si entre 2011 y 2013 se estaba cometiendo el delito de traición a la patria, Nisman y el propio Bonadio deberían haber actuado antes, en el momento en que se producía el delito.

Creer en el juez Bonadio es una tarea aún más difícil. Es uno de los pocos jueces federales designados antes de la creación del Consejo de la Magistratura, a partir de la reforma constitucional de 1994, que obliga a los aspirantes a jueces a competir en un examen. Hasta 1994 los jueces federales no surgían de un concurso sino que eran propuestos directamente por el presidente, facultad que a partir de 1994 quedó limitada sólo a los miembros de la Corte Suprema. Bonadio fue nombrado juez por Menem poco antes, en 1992, y fue sindicado como el más notorio integrante de los jueces de la famosa servilleta del ex ministro del Interior Carlos Corach, que respondían a los pedidos del Poder Ejecutivo. De hecho, antes de ser juez, Bonadio fue subsecretario de Legal y Técnica de Carlos Corach.

Tampoco creo en la victimización de Cristina Kirchner, que atribuye todos sus recurrentes problemas con la Justicia a Macri. No son lo mismo las discutibles causas del pacto con Irán y el dólar futuro que las causas por corrupción, donde las apreciaciones son más objetivas.

Por qué creen. En De memoria y reminiscencia, Aristóteles diferencia el recuerdo –que sobreviene como una “afección” donde el sujeto es pasivo– de la rememoración, que es producto de una búsqueda activa. Uno, atravesado por lo emocional, y el otro, con mayor proporción de lo racional. La memoria es de lo corporal, y la rememoración, de lo mental. A diferencia de aquello que es sensitivo, la reminiscencia demanda esfuerzo cognitivo: pensar y contextualizar. Siglos después, Freud explicó que la verdad nunca importó a las emociones.

Que vayan presos Cristina Kirchner, Zannini o D’Elía alegra el alma sin importar por lo que sea. Pero ese sentimiento es el mismo que hizo apoyar al kirchnerismo por bronca con lo anterior. Y hoy a Macri. De ilusión a desilusión van las emociones convertidas en votos y opiniones que los políticos, jueces y no pocas veces nosotros, los medios, aprovechamos. ¿Importa la verdad sobre Nisman, sobre Bonadio? ¿O sólo importa que nos sea útil a nuestros sentimientos?

Lo único que quiere el amo es que la cosa funcione y no saber por qué ni cómo funciona. El esclavo es quien se tiene que preocupar por hacerla funcionar. Pero como explicaba Hegel en “Autonomía y dependencia de la autoconciencia: dominio y servidumbre” en su libro Fenomenología del espíritu, el amo termina siendo víctima de su propia comodidad. El “esclavo” Bonadio hoy es el amo que juega con toda la clase política: ¿resulta verosímil que no haya habido especulación en el pedido de prisión preventiva de Cristina Kirchner dictado recién cuando contó con fueros después de jurar como senadora?

Macri también se transformará en esclavo de este sistema de memoria donde el cuerpo y los sentimientos no dejan lugar a la mente y el pensamiento de jueces, periodistas y ciudadanos. Donde el dolor por las agresiones del kirchnerismo sufridas durante 12 años que se siente en el cuerpo nubla la razón y hace olvidar que el propio Bonadio fue removido en la causa AMIA en 2005 y denunciado por amenazas por el propio Nisman en 2010.

"Traición a la patria" o "enemigo de la patria" son figuras jurídicas inverosímiles, arcaicas y preglobalización


Como tantas veces se sostuvo en ésta y otras columnas de Perfil, la grieta que tan útil le fue electoralmente a Cambiemos terminará haciéndolo caer en el precipicio. No sale beneficiada Argentina con la prisión de ex presidentes por decisiones que, al ser políticas, tienen otras formas de castigo, como la derrota en las urnas y la propia declaración de inconstitucionalidad que dejó sin efecto la ley del pacto con Irán votada por el Congreso. Tampoco se puede creer que todos los diputados y senadores que la votaron no fueran responsables de la misma traición a la patria porque actuaron bajo “obediencia debida” hacia la ex presidenta.

Querer creer es sólo querer. Puro cuerpo, puro afecto.

Continúa en: Creer (II)



Superliga Argentina. Belgrano de Córdoba 1 vs. Huracán 0... @dealgunamanera...


El Globo cayó ante Belgrano en Córdoba…


Con gol de Matias Suárez a poco tiempo del final, el conjunto que comanda Gustavo Alfaro cayó por 1 a 0 frente a Belgrano en Córdoba. De esta forma, los de Parque Patricios concluyeron el primer semestre de la Superliga con 21 puntos.

© Escrito por Nicolás Roncoroni el Sábado 09/12/2017 y publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán. Foto portada: AFA. Fotos: Santiago Nigro.

El conjunto quemero cerraba la acción del 2017 esta noche ante Belgrano en el cotejo correspondiente a la 12da fecha de la Superliga Argentina de Fútbol. Los cordobeses arribaban a este encuentro después de igualar ante Unión en Santa Fe, mientras que el Globo venía de empatar contra Patronato de Paraná.

La intensa lluvia fue la principal protagonista de la etapa inicial del partido. El agua acumulada en el campo de juego del César Luis Villagra perjudicó a los dos equipos a la hora de elaborar situaciones ofensivas. Los locales tuvieron dos aproximaciones con Matias Suárez, que metió un par de cabezazos por al lado del palo.

Huracán respondió con un remate lejano de Fernando Coniglio. La más clara llegó a los 40 minutos: Joel Amoroso ingresó con la pelota dominada al área y definió suave por encima de Marcos Díaz, que con su cuerpo salvó lo que podía ser el primer tanto del encuentro.

La sintonía del cotejo se mantuvo en los instantes iniciales del segundo tiempo. Suárez volvió a protagonizar una chance para los locales con un gran derechazo, el cuál fue desviado por Díaz. A los 25, Darío Herrera expulsó a Fernando Coniglio por un golpe a un defensor rival.

A los 37, tras un lateral de la izquierda, Suárez apareció dentro del área para poner el 1 a 0 para Belgrano. El jugador de más fue bien aprovechado por el equipo que dirige Pablo Lavallén, que terminó llevándose el triunfo en el Estadio César Luis Villagra.

Los comandados por Gustavo Alfaro, de esta manera, cerraron el semestre con 21 puntos, actualmente en el cuarto puesto de la tabla de posiciones. En el regreso a la actividad, los quemeros deberán recibir a River Plate en el Estadio Tomás Adolfo Ducó.

Síntesis

Belgrano 1

Lucas Acosta (c), Tomás Guidara, Erik Godoy, Cristian Lema, Marcelo Benítez, Fabricio Brener, Federico Lértora, Jorge Ortiz, Joel Amoroso, Juan Brunetta, Matías Suárez. DT: Pablo Lavallén

Huracán 0

Marcos Díaz (c), Cristian Chimino, Saúl Salcedo, Martín Nervo, Lucas Villalba, Ignacio Pussetto, Adrián Calello, Mauro Bogado, Romero Gamarra, Nrberto Briasco, F. Coniglio. DT: Gustavo Alfaro

Gol: ST, 37m Suárez (B).

Cambios: ST, 14m Leonardo Sequeira (6) por Brunetta (B), 21m Nazareno Solís por Briasco (H), 28m Lucio Compagnucci por Bogado (H), 34m Tobías Figueroa por Ortiz (B), 39m Santiago Martínez Pintos por Brener (B) y 41m Patricio Toranzo por Calello (H).

Amonestados: Brunetta (B), Villalba y Solís (H).

Expulsado: ST, 25m Coniglio (H).

Estadio: Julio César Villagra. Campo de Juego: muy bueno. Público: 30 mil.

Árbitro: Darío Herrera (regular).                                                                     
Suplentes: G. Montoya, J. L. Quiroga, H. Riojas, M. Barbieri (B). M. García, C. Matheu, M. González, D. Montenegro (H).





El fallo del Juez Bonadío. Paradojas y excesos… @dealgunamanera…

 Paradojas y excesos…

Papá Cruel. Claudio Bonadio. Dibujo: Pablo Temes

Detalles poco conocidos de la decisión judicial más controvertida de los últimos tiempos. Enojo de Macri.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 10/12/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Nadie sabe a ciencia cierta qué motivó el giro copernicano que tuvo la trama política que llevó a la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, a dar semejante golpe de timón, pero lo cierto es que un día los argentinos nos despertamos con la novedad de que había en marcha un memorándum de acuerdo con Irán que cambiaba radicalmente el curso de la investigación del cruel atentado terrorista contra la AMIA. Fue Pepe Eliaschev quien, desde las páginas de Perfil, nos anotició sobre esta increíble novedad que dejó atónitos a todos. Entre los integrantes de ese todo había mucha gente del gobierno K que se resistía a creer lo que el artículo decía. Pepe describía con todo detalle las características de la reunión secreta entre Héctor Timerman –entonces canciller– y su par iraní, Alí Akbar Salehí, en la ciudad siria de Aleppo. 

Como ocurría en aquellos días del kirchnerato, Eliaschev debió soportar el escarnio que bajaba de las altas esferas de aquel gobierno. El mismísimo fiscal Alberto Nisman tuvo un trato despectivo con nuestro querido e inolvidable colega, actitud de la cual luego se arrepintió. Más allá de todas las desmentidas que ensayaron tanto CFK como Timerman, el transcurrir del tiempo demostró que lo único que perseguía Teherán era el cese de las alertas rojas que pesaban sobre sus funcionarios y ex funcionarios.
Cuando finalmente el tratado fue aprobado por la Cámara de Senadores –el 13 de febrero de 2013– y una semana después por la Cámara de Diputados, Nisman cayó pues en la cuenta de que lo denunciado por Eliaschev era absolutamente cierto y dio comienzo a su investigación, la que lo llevaría a su muerte.
En el decurso de los hechos, hay un dato significativo que da idea del propósito de impunidad que buscaba Irán: cuando su Parlamento se dio cuenta de que el cese de las alertas rojas no era aceptado por la Justicia argentina, se negó a aprobarlo.

Hay un famoso artículo del periódico Teheran Times que ilustra la absoluta falta de disposición que tenía el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad para cooperar con el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral. Eso es lo que afirma el párrafo en que se lee lo siguiente: “Como los interrogatorios serán tomados en Irán, prevalecerá la ley iraní, y un juez iraní será quien presida la reunión. (...) Según la ley y la Constitución, los iraníes sólo pueden ser citados e interrogados por un tribunal iraní sobre la base de pruebas firmes. Los acusados no estarán obligados a ir a la reunión”.

Este texto clausuraba cualquier posibilidad del magistrado argentino de someter a interrogatorio indagatorio a los sospechados de haber participado en las distintas fases del atentado contra la AMIA.

Los que saben lo que pasó en aquellos febriles días de enero de 2015 señalan que la denuncia hecha por Nisman contra CFK por el delito de traición a la patria la perturbó seriamente. Esa fue la razón por la que, tras la muerte del fiscal, buscó afanosamente ser exculpada. Cuando el juez federal Daniel Rafecas dictaminó que no había razones para investigar la denuncia de Nisman, la ex presidenta se sintió aliviada y blandió ese fallo por doquier como muestra de su inocencia. Eran días en que ni siquiera imaginaba que el kirchnerato estuviera cercano a su fin. Fueron varios –entre ellos, esta columna– los que señalaron entonces lo endeble de esta circunstancia ya que, al no haberse producido la investigación, la causa quedaba abierta a una reapertura ante un eventual nuevo tiempo político que liberara a la Justicia del yugo del kirchnerismo.

Lo que al final ocurrió. 

El controvertido juez federal Claudio Bonadio no es un lobo solitario. Es un hombre astuto (de quien, en 2010, la entonces diputada K Diana Conti dijo: “Claudio es para mí un ejemplo de juez independiente. Resuelve de acuerdo con sus convicciones siempre. Desde que Carlos Kunkel y yo estamos en el Consejo él nunca tuvo que presentarse a declarar”), y no ha hecho esto sin tener realizado al menos un mínimo chequeo de cómo actuará luego la Sala II de la Cámara Federal en lo Penal integrada por Martín Irurzun, Carlos Farah y Horacio Cattani, quien enfrenta problemas de salud. Por ello, es altamente probable que el tribunal de alzada ratifique sus medidas y luego la pelota quede en manos del Congreso, pero eso ya no importa. El juez ya habrá realizado su parte.

El fiscal Gerardo Pollicita no le ve sustentabilidad a la acusación por el delito de traición a la patria. Desde el punto de vista jurídico-constitucional debería haber casi un acto de guerra, y en la fiscalía no se considera el atentado contra la AMIA como tal. Pollicita determinó claramente que para él se trataba de encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público para los implicados cuando a mediados de septiembre pidió la indagatoria de los procesados por Bonadio. Para el fiscal, el tipo penal por el que debe declarar la ex mandataria es agravado por tratarse de encubrimiento, de un hecho precedente que es un delito de lesa humanidad, y por tratarse de funcionarios públicos que estaban en actividad. Además, contaron con la colaboración de la ex procuradora del Tesoro, Alejandra Abbona, del ex jefe de Gabinete del Ministerio de Justicia, Juan Martín Mena, y del diputado Andrés “Cuervo” Larroque, entre otros. Para los canales no oficiales de este andamiaje habrían intervenido Luis D’Elía, Fernando Esteche, Ramón Bogado, Héctor Yrimia y Alejandro Khalil.

Molestia. 

La prisión preventiva es una medida no compartida por el fiscal. Durante todo el jueves, en el Gobierno hubo enojo con Bonadio. El Presidente estaba molesto con la decisión del juez, que, políticamente, perjudicaba al Gobierno. “Ganamos las elecciones sin ninguno de estos ex funcionarios presos”, señalaba una de las voces que conocen el pensamiento de Macri. 

Tan paradojal es todo, que en el Gobierno se está pensando en enviar un proyecto de ley para regular la prisión preventiva. Esta figura está contemplada en el Código de Procedimiento Penal. Sin embargo, su aplicación debe ser muy claramente fundamentada. Lo ordenado por Bonadio constituye un exceso por donde se lo mire. Téngase en cuenta que una interpretación amplia de la hoy llamada “doctrina Irurzun” –que ordena la prisión preventiva de quienes desde una posición de poder tengan la posibilidad de obstruir una investigación judicial– habría podido dar vía libre a la detención del entonces jefe de Gobierno Mauricio Macri cuando, en la causa por las escuchas ilegales, fue procesado por el ex juez Norberto Oyarbide, procesamiento luego confirmado por la Sala I de la Cámara Federal.

La Argentina: un país de paradojas, excesos y ausente sosiego.

Producción periodística: Santiago Serra.


Tragedias. Último eslabón... @dealgunamanera...

Último eslabón… 

Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

Los ‘accidentes’ militares tienen mala historia reciente. Investigación prudente.

© Escrito por Nelson Castro el lunes 27/11/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En la mañana del jueves comenzó a revelarse la noticia más triste, luego de una noche que había dejado preocupados a todos tras conocerse la declaración del vocero de la Armada donde describía la detección de una “anomalía hidroacústica”. La comunicación inicial fue muy dura. El padre de uno de los tripulantes describió el momento de manera escalofriante: “En el último contacto se informó que hubo un avería en las baterías de proa. El llamado final agregó que se detectó una explosión que fue a 30 millas del punto donde fue esa última comunicación. ‘¿Qué significa eso?’, pregunté. ‘Que están todos muertos’, me respondieron”. Entonces, la comunicación se cortó de manera intempestiva.

El duelo llegó de repente y sin información suficiente. Han pasado ya algunos días del momento descripto y aún nadie sabe qué fue lo que sucedió. Cada familia reaccionó como pudo. Hubo bronca, reclamos y desilusión. El principal reproche se centró en el lapso que transcurrió entre la detección de la anomalía hidroacústica y la efectiva comunicación –casi una semana después– tanto a la familia de los 44 tripulantes como a la opinión pública.

Hubo dos momentos bien diferenciados. En una primera instancia el Presidente sintió bronca y enojo por la forma en que la Armada manejó la situación puertas adentro. Luego llegarían las explicaciones sobre pasos y protocolos que, sin embargo, no fueron suficientes.

Mauricio Macri en persona se encargó de producir al menos dos gestos inequívocos. El martes fue al Edificio Libertad y se reunió con el comandante en jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, y otros camaradas, en el encuentro de coordinación de tareas; en todo momento al lado del primer mandatario estuvo el ministro de Defensa, Oscar Aguad. El mensaje y la tensión eran evidentes luego de la mala comunicación que la Armada había tenido con el ministro de Defensa en más de una oportunidad, incluyendo la noticia de la desaparición de la nave. Los rumores sobre el inmediato relevo de Srur comenzaron a circular hasta que el baldazo de agua fría que significó la noticia de la explosión obligó a todos a recalcular. El viernes llegó el segundo gesto de parte del Presidente, nuevamente poniéndose al frente en su rol de comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Al mediodía volvió al Edificio Libertad a interiorizarse de los avances en las tareas de rescate. Puertas adentro estuvo con Srur y, en una suerte de ratificación en el mando, el diálogo fue cordial, de intercambio informativo y colaborativo.

Inmediatamente Macri brindó un mensaje acompañado por el jefe de la Armada de un lado y por Aguad del otro. Ratificó el valor y el compromiso de los 44 tripulantes y de todas las fuerzas. Además subrayó que “hasta que no tengamos la información completa no tenemos que aventurarnos a buscar culpables”. Fuentes que conocen el pensamiento del Presidente sostienen que “no se pueden hacer cambios en medio de un operativo de trascendencia y participación mundial. Los trapitos se lavan en casa. Hay un convencimiento de que no es el momento”.

Ya desde el jueves por la noche el tono general era más reflexivo y de cautela: “Esperemos que ahora no empiece el deporte nacional de echar culpas y armar teorías de café sin saber nada”, dijeron en el entorno del senador y presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. La necesidad de pisar firme y sin cometer errores fue una sana decisión tomada desde lo más alto del poder. “Si empezamos una caza de brujas contra reloj, sólo se logrará que los argumentos o razones caigan de uno u otro lado de la grieta”, reflexionó otra voz del Gobierno.

Dudas.

Sin embargo, hay un manto de dudas sobre el mantenimiento, la capacitación y las últimas tareas realizadas sobre el ARA San Juan. Un ingeniero que estuvo presente en la entrega del submarino en Alemania hace más de 32 años recuerda cada detalle: “Era excelente, estaba entre los mejores de la época. A pesar del paso del tiempo siempre mantuvo su vigencia sin mayores problemas. Se han dicho muchas cosas, pero era una nave que fue orgullo de la Armada. Hasta la marina de los EE.UU. evaluó adquirir uno similar luego de ver el desempeño de su primo hermano, el San Luis, en la guerra de Malvinas, una nave de corte similar pero bastante más chica”.

La anécdota en tiempos de Malvinas sirve para ejemplificar lo difícil que es hallar un submarino y comprender las tareas de búsqueda: la Armada inglesa se destacaba en el mar por ser eminentemente antisubmarinista, patrullaba las profundidades como ninguna otra. Sin embargo el San Luis logró llegar a tropas enemigas, atacar y escabullirse sin ser detectado. El caso del San Luis es también una muestra de que la falta de mantenimiento existía durante la última dictadura militar. La historia habla de que, siendo su misión hundir navíos ingleses a los que tuvo a distancia de tiro, no pudo hacerlo porque la computadora de tiro no funcionaba, y los torpedos, luego de ser disparados, nunca detonaron.  

La reparación de media vida del San Juan se realizó en el astillero de Tandanor y demandó más de siete años, comenzando a fines de 2008. En la tarde del viernes la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, libró una orden al astillero para que se conserve toda la información relacionada con los trabajos efectuados al submarino. Tandanor realizó la reparación del rompehielos Almirante Irízar fuera de tiempo y con escándalo presupuestario (siete años y unos $ 150 millones). Una fuente del sector náutico aseguró que “no es ninguna garantía de calidad de que la reparación de media vida se haya realizado allí”. Habrá que esperar para no sacar conclusiones apresuradas y rogar para que la Justicia no someta a los familiares de los tripulantes al largo peregrinar de otras tragedias argentinas.

La desaparición del A.R.A. San Juan pone una vez más en la superficie del debate político el espinoso tema de las Fuerzas Armadas, su rol, el mantenimiento de su equipamiento, el entrenamiento de su personal, sus objetivos y sus dimensiones. La revisión de los “accidentes” ocurridos en el ámbito militar durante los últimos treinta años es lapidaria. Barcos que no navegan, aviones que no vuelan, tareas de entrenamiento reducidas o postergadas terminan por configurar un estado de situación letal del cual el drama del submarino argentino que conmueve al mundo es su último eslabón.

Producción periodística: Santiago Serra.