jueves, 10 de mayo de 2012

Ser Batman tiene precio... De Alguna Manera...

El primer cómic de Batman se vendió por 850 mil dólares...

El primer cómic de Batman.

Se lo compró una sociedad de inversionistas a un coleccionista que lo había adquirido hace dos años por 315 mil dólares. El libro costaba 10 centavos de dólar cuando salió a la venta en 1940.

El primer cómic de Batman fue vendido por un coleccionista a una sociedad de inversionistas por la suma de 850 mil dólares. Según trascendió, la transacción fue acordada en Dallas por la firma Heritage Auctions.

El coleccionista había pagado 315 mil dólares por el cómic hace dos años, dijo el vicepresidente de Heritage Ed Jaster. Para ese entonces, el libro publicado en 1940, costaba 10 centavos de dólar.

Jaster dijo que el cómic está casi en perfectas condiciones. Batman apareció por primera vez en el número 27 de Detective Comics en 1939 y se volvió tan popular que le dieron su propia serie al año siguiente, agregó Jaster.

© Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 10 de Mayo de 2012.


Ley de Identidad de Género... De Alguna Manera...

Festejan en el Congreso la sanción de la ley de Identidad de Género...

Agrupaciones de homosexuales, como la FLGBT y los Putos Peronistas, se movilizaron para respaldar la norma aprobada en el Senado. Video y galería de fotos.

Mientras el Senado debatía las leyes de Muerte digna y de Identidad de género, que fueron aprobadas esta tarde, frente al Congreso se vivía una verdadera fiesta protagonizada por la diversas organizaciones de militantes por la diversidad que salieron a respaldar los proyectos de ley.

La norma -aprobada con 55 votos a favor, una abstención y ninguno en contra-, permite reconocer la "identidad de género, tal como cada persona la siente" más allá del "sexo asignado al momento del nacimiento". También habilita a pedir la rectificación registral del sexo y el cambio de prenombre e imagen "cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo".

Centenares de personas se movilizaron frente a la Plaza de los dos Congresos para respaldar la ley. La Comunidad Homosexual Argentina (CHA), la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FLGBT) y los Putos Peronistas, entre otros, montaron sus carpas, repartieron volantes, colgaron sus banderas y hasta organizaron una radio abierta frente al Congreso.

"Esta ley para nosotras es muy importante para nosotras porque nos va a reconocer ante el Estado como ciudadanas argentinas, como personas", comentó a Perfil.com, militante de Putos Peronistas y locutora de la improvisada radio abierta de la agrupación.

"Esta ley viene a otorgar derechos a una comunidad que ha sido vulnerado en los mismos durante muchísimos años, los dota de una herramienta imprescindible, el Documento Nacional de Identidad con el nombre que ellos sienten, que ellos perciben", agregó por su parte Pedro Mouratian, interventor del INADI.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 10 de Mayo de 2012.



Echan de radio Ciudad a Hermann Schiller... De Alguna Manera...

Echan de radio Ciudad a un periodista crítico...

Hermann Schiller, conductor de Leña al fuego y reconocido referente de los derechos humanos. Foto: Cedoc

Interrumpen el contrato de Hermann Schiller con reproches por notas de Página/12 y Perfil.

Radio Ciudad, la emisora estatal de Buenos Aires, decidió deshacerse del periodista Hermann Schiller en el marco de una reestructuración general que barrió con la programación de 2011.

Las autoridades de la AM 1110 habían decidido en diciembre levantar Leña al fuego, su ciclo de los días sábados, junto al resto de los programas con la promesa de garantizarle una continuidad en la radio con columnas semanales los fines de semana.

Sin embargo, el viernes pasado el director de contenidos de la radio, Baltasar Jaramillo, le informó que se interrumpía su contrato en un breve diálogo telefónico que incluyó reproches a Schiller por la difusión de su salida en Página/12 y Perfil.com: "Yo le dije que estaba en los medios, no por mi voluntad, si no porque tiene un trascendencia social el levantamiento de mi programa", explicó el periodista.

Trabajadores de la radio preparan una movilización con una "cantidad enorme de organizaciones sociales que repudiarán al levantamiento de Leña al Fuego ", ciclo de 13 años de historia y una repercusión inusitada para una radio en franco descenso: durante sus emisiones de los sábados el rating trepaba al 1%, un porcentaje importante si se considera que las mediciones del fin de semana se congelaban en el 0,0%.

- Perfil.com: ¿Cómo ha sido la reacción de los oyentes?

- Sobre todo después de la nota de (Osvaldo) Bayer en Página/12 hace dos sábados han llegado infinidad de correos y llamados telefónicos. Fue muy fuerte, me abrumó. Que venga esto de un hombre de la talla de Bayer, seguramente el más importante escritor viviente argentino, el más importante investigador histórico realmente fue muy gratificante para mí.

- ¿Existen posibilidades de llevar el programa a otras radios?

- Por el momento no la veo. Yo llamé tres veces a uno de los directivos de radio Nacional, Vicente Muleiro, y no me contesta. Lo conozco hace muchos años. Pero lo veo difícil porque en Nacional hay pensamiento único y mi programa es crítico con el poder, no sólo con el de (Mauricio) Macri si no también es crítico con el Gobierno nacional. Es un programa crítico, dedicado a las luchas sociales, y es muy difícil que Nacional me de un espacio ahí.

Sobre su salida de Ciudad, Schiller concluyó: "El viernes podemos decir que fue el punto final. 
Todas las presiones y las movidas de personalidades hasta ahora no han dado ningún resultado, no han podido horadar la piedra".

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 10 de Mayo de 2012.


miércoles, 9 de mayo de 2012

Un ajuste nacional y popular... De Alguna Manera...

Un ajuste nacional y popular...

La estatización de YPF se concreta en un contexto de complicaciones, empezando por las cuentas públicas de las provincias.

El panorama se presenta complicado. La situación fiscal sigue empeorando, tanto en el nivel federal como en las provincias. Básicamente, porque los ingresos crecen a un ritmo inferior al del gasto público.

Y los ingresos crecen a un ritmo inferior porque el control de importaciones y el control de cambios afectan la recaudación impositiva atada a las importaciones y a la actividad, mientras el gasto público, salvo en inversión, se mantiene vigoroso por la presión salarial, ligada a la elevada tasa de inflación.

Como el gobierno nacional y los gobiernos provinciales están “peleados” con el mercado financiero internacional, no se puede colocar deuda a tasas y montos razonables y, para colmo, hay que ir cancelando el capital que vence.

Como además el Gobierno no tiene un fondo anticíclico ahorrado, y se niega a cualquier tipo de “ajuste ortodoxo” del gasto corriente, todo desequilibrio fiscal se traduce en menos reservas de divisas en el Banco Central, en más emisión de pesos, en más deuda “forzosa” (con proveedores, con jubilados que cobran más que la mínima, etc.), o en alguna “expropiación” que agregue un poco de “caja” transitoria.

Como contrapartida, la “pesificación forzosa” –por la imposibilidad de acceder al mercado oficial de cambio para comprar dólares– aumenta los depósitos en pesos en el sistema financiero y la oferta de crédito a tasas bajas y negativas, aunque en plazos muy cortos, dado que el plazo promedio de los depósitos se achica, por la resistencia a pesificarse. Por el otro lado, la demanda de crédito para inversión se enfrenta con la restricción del control de importaciones (bienes de capital, insumos básicos) y el control de cambio (que desalienta el ingreso de capitales y el giro de utilidades). Y la demanda de crédito para consumo se encuentra relativamente saturada para los sectores más bancarizados que ya utilizaron su línea de crédito personal.

Pero la pesificación “por las malas” no alcanza para evitar la demanda de dólares en los mercados informales, afectando el precio de la divisa en dicho mercado. Así, se amplía la brecha entre el precio oficial y el precio informal del dólar, lo que pega sobre la determinación de los precios internos y la tasa de inflación.

Para evitar este efecto negativo, el Gobierno utiliza una mezcla de policía y “liberación de cupos”, para contener el precio del tipo de cambio en dicho mercado libre. Pero al hacerlo tiene que vender más reservas. La pérdida de reservas obliga a mayor presión sobre el control de las importaciones, y sobre las fechas de liquidación de las exportaciones. Y así se cierra el círculo: el control sobre las importaciones y exportaciones termina afectando el nivel de actividad y... vuelta al principio de esta nota.

Como aún el problema en el nivel de actividad no se ha traducido en menor empleo (aunque sí en suspensiones de personal en algunos sectores) y los salarios tienen cierto margen porque en los últimos años le han “ganado” a la inflación en el sector sindicalizado, el efecto simultáneo de menos actividad y más inflación, o inflación alta, todavía no se nota demasiado en el bolsillo del grueso de la población. En especial porque el Gobierno sigue gastando en salarios públicos y jubilaciones mínimas (indexadas), subsidios, etc., usando la maquinita de hacer plata.

Pero la oferta está fija, mientras la demanda está alimentada por el déficit fiscal; este proceso lejos de aliviarse se va, lentamente, agravando, generando más déficit fiscal, con más financiamiento inflacionario o a más expropiaciones.

En otras palabras, en lugar de un “ajuste ortodoxo” vivimos en medio de un “ajuste nacional y popular”... De heterodoxo tiene muy poco.

El ajuste nac & pop, resulta políticamente superior al ortodoxo, pero económicamente inferior. Resulta políticamente superior, porque afecta menos el consumo en el corto plazo, para beneplácito de quienes pueden hacer negocios en un coto de caza cerrado y/o ganándoles mercado a los que no aguantan. Pero resulta económicamente inferior, porque no soluciona los problemas de fondo y sólo posterga decisiones que –salvo un inesperado y nuevo golpe de suerte internacional– habrá, finalmente, que tomar.

© Escrito por Enrique Szewach y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.


Cuando Clemente ganó la guerra de los papelitos... De Alguna Manera...

Cuando ganó la guerra de los papelitos en el 
Mundial ´78…

 
Clemente gigante. En su pelea con el relator José María Muñoz, el personaje de Caloi tuvo como aliada a la FIFA, que manejaba el cartel de la cancha de River. Desde allí se convocaba a tirar papelitos para recibir al equipo argentino.

Eran tiempos nefastos aquellos. Eran tiempos en los que mandaban el miedo, la mordaza, el aborrecible “ el silencio es salud”.

Invierno del 78, plena dictadura, pleno Mundial argentino también. El fútbol, la celebración del fútbol, la pasión del pueblo, para tapar el terrorismo de Estado. Los crímenes escondidos, o disimulados, debajo de los goles y de los festejos. La inmensa y agresiva campaña publicitaria para contrarrestar las voces que llegaban del exterior, voces que advertían sobre lo que realmente pasaba en el país. Nada mejor que el fútbol para maquillar el escenario.

En esos tiempos de bocas cerradas, el genio de Caloi encontró un resquicio para gambetear la gigantesca censura. Y su bandera fue Clemente, que a esa altura ya era un personaje entrañable, que incluso había trascendido la contratapa de Clarín.

Le faltaba la gran consagración popular. Y el Mundial lo elevó a la categoría de símbolo contra la represión de las palabras. ¿Cómo? Anteponiéndose al virulento plan instalado por los militares desde los medios de comunicación, de cara a la mayor cita de la pelota, y que se sintetizaba en algo así como que los argentinos tenían que comportarse bien.

Con o sin bajada de línea, José María Muñoz, el relator más famoso de la época, se plegó a la andanada de consejos oficialistas vociferando a los cuatro vientos desde Radio Rivadavia que “no hay que tirar papelitos”.

Los argumentos para sostener la recomendación causaban gracia, o pena: así se evitaba que las canchas se ensuciasen y no quedaba la imagen de ser un país sucio. El Negro Caloi, alguna vez, recordó: “Muñoz me la dejó picando”. Y Clemente la empujó al arco vacío...

“¿Cómo no vamos a tirar papelitos si los argentinos tiramos papelitos?” , se preguntaba Clemente desde las tiras diarias. Y se transformó en el principal bastonero del gusto, del placer y de la tradición del hincha. A Muñoz pasó a llamarlo Murioz . Y la guerra de los papelitos se hizo masiva. La gente, obviamente, compró a Clemente y tiró más papelitos que nunca. Tanto que, camino al Monumental, la Policía llegó a sacarle los diarios para que no pudiera romperlos y convertirlos en papelitos. Ahí empezó a funcionar el interminable ingenio popular para superar las vallas policiales. Y cada partido de la Selección fue una fiesta de papelitos y de burlas a Muñoz. La tarde de la final, contra Holanda, el césped parecía pintado de blanco...

“Tiren papelitos, muchachos”, pedía un Clemente formado por cuadraditos y líneas desde el cartel electrónico del estadio cada vez que aparecía la Selección de Menotti. Es que el cartel lo manejaba la FIFA, no la organización.

Caloi y Clemente le habían ganado a la dictadura.

© Escrito por Miguel Angel Bertolotto y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 9 de Mayo de 2012.


Fotos:











 


 






Barrios con hinchada... De Alguna Manera...

Barrios con hinchada que se mueven al ritmo de la pasión futbolera…

 El Globito. En Caseros 3015, frente al Parque Patricios, alberga desde hace 78 años a los hinchas de Huracán que, sobre todo, ocupan sus mesas antes y después de los partidos los fines de semana.

Clubes con función deportiva y social. Los colores están pintados en los bares, las pizzerías, las casas y en los pasos a nivel. En la Ciudad hay 28 instituciones que participan en los torneos de AFA.

Oíd mortales el grito sagrado: Huracán, Huracán, Huracán!”, rezan letras rojas sobre una pared blanca frente al estadio quemero, en Parque Patricios.

Nueve de cada diez argentinos mayores de 18 años simpatizan con algún equipo de fútbol. Y en la Ciudad, donde conviven 28 de los 99 clubes que participan de los torneos de la AFA , hay barrios con una gran identificación en sus vecinos, sus bares y los colores de sus calles.

En el corazón de Parque Patricios , un monolito blanco homenajea a Herminio Masantonio frente a la sede de Huracán. A metros, también en el parque, una estatua de Oscar Bonavena parece a punto de dar un cross. Son próceres locales; Masantonio, el mayor goleador del Globo, fue la primera calle porteña rebautizada en honor a un jugador.

El Globito, sobre Caseros hace 78 años, arde los días de partido: “Se llena, hablan de mesa a mesa; vienen nenes, chicas, hombres de 80”, cuenta Pablo Garófalo, su encargado. También en la Taberna de Roberto, sobre Maza, “brindan entre todos, con parrillada y cerveza”, dice Víctor Vizgarra (25), empleado.

Sobre Luna y Alcorta explota el color donde un grupo de jóvenes del club pintó tres cuadras de murales, con artistas, vecinos y jugadores, “para dar vida a una zona oscura y crear un espacio para festivales solidarios”, explica Federico Soto (23). Allí, sobre paredes blanqueadas, mira la cabeza de Jorge Newbery cerca de un elefante hindú con botines. “Es un club a la antigua , muy involucrado con su gente”, afirman desde la Subcomisión de Cultura, y agregan: “El único en la Feria del Libro con stand y publicaciones propias”.

En La Boca, a fuerza del turismo, los íconos argentinos se mezclan en un carnaval de sensaciones. Sobre la fachada azul y oro del Centro de Exposiciones Caminito, saludan las esculturas de Gardel, Eva Duarte y Maradona. Para los del barrio, el club, más que merchandising, es emblema de tradición y progreso. Los Bomberos Voluntarios cambiaron hace ocho años sus trajes y un camión por otros azules con franjas amarillas.

“Es lo único que marca en todas partes de dónde somos”, explica Marcelo Medina (45), jefe del cuartel que está sobre Brandsen desde 1884 .

Un almacenero de la misma cuadra, Joaquín Altuna (56), pintó su fachada de oro y azul con el nombre de sus hijos. “Soy de River, pero hace 25 años que me da de comer este barrio”, explica sentado sobre un cajón de botellas. Frente a la Bombonera, morder un choripán picante entre las columnas fileteadas de La Glorieta de Quique forma parte de la liturgia xeneize, así como elegir rabas en las pizarras del bodegón El Obrero, o un trago en El Estaño 1880.

Por Facebook, vecinos se autoconvocan para hacer un mural sobre Garibaldi. En otro, sobre la pared de un playón, baila una murga oro y azul. Boca, con 46,7% de simpatizantes en los sectores más pobres, “es con su programa de acción social la principal fuente de inclusión deportiva y escolar de chicos en el sur de la Ciudad”, afirma Héctor Apeda, presidente de la Comuna 4.

Fútbol, tango y murga son un tridente también en Núñez, donde Defensores de Belgrano baila en carnaval con un corso propio dirigido por su presidente . Las huellas del Dragón están desde el rojo y negro de las barandas de los pasos a nivel a los murales de la Av. Comodoro Rivadavia. Uno, frente a la ESMA, recuerda a un hincha desaparecido en la dictadura. “Muchos pagan la cuota sólo por amor al club ; el único deporte es el fútbol”, dice Marina Tallarico (34), su secretaria. Marcelo García, un socio de 41 años, cuenta: “Quisieron comprarlo para hacer torres, pero nos resistimos; su función social es importante” . Junta útiles para una escuela local, organiza ferias por el día del niño y trabaja solidariamente con River. El restaurante Rojo y Negro – mítico para los dragones – recibe al plantel.


Azul y amarillo. El frente de una casa en Padilla al 500 no deja lugar a dudas: sus dueños son hinchas de Atlanta.

En Villa Crespo , los hinchas de Atlanta luchan para que no se apaguen las luces de bohemia. Hace cuatro años reabrieron su sede en ruinas, juntaron fondos e hicieron refacciones. “Los bohemios somos solidarios y vivimos para el club”, dice Luis Diana (45), ferretero que donó pintura y materiales, y que vende hasta las cintas de teflón en azul y amarillo. Damián, de 29 años, dice que cambió baldosas y limpió vestuarios. “Recuperamos el 50% y más de la mitad de los socios se sumó en los últimos dos años”, agrega. Su Centro Cultural, incluso, recibe socios y no socios. El Bar San Bernardo, sobre Corrientes desde 1902, “es la segunda casa del hincha”, dice Laura Avila (40), esposa del dueño, y agrega: “Hasta los micros salen de acá si el equipo juega de visitante”.

Este año All Boys cumple 100 años y los alrededores de la cancha acompañan el sentimiento. Hay paredes escritas con el lema “All Boys Pasión” y un quiosco blanco y negro llamado “Mis albytos”. “Ir a la cancha o venir al club es sinónimo de amistad. Es reencontrarme con amigos de la infancia, con la gente con la que me críe acá, en el club y el barrio”, cuenta Néstor Benedetto más conocido cómo “Pájaro”. En Paternal hay una manzana que sobresale de las otras por su color y por una bandera que dice “Semillero del mundo” . De Argentinos Juniors salieron Maradona, Riquelme, Redondo y Sorín, entre otros.

Excursionistas, Chicago, San Lorenzo, Ferro y Vélez, entre otros, son clubes que también tiñen con sus colores a distintos barrios porteños que se mueven al ritmo de la pasión futbolera.

© Escrito por Diana Warszawski y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 8 de Mayo de 2012.



AFIP... Compra de Dólares...

La AFIP reduce el límite para la 
compra de dólares...

 Dólares. La AFIP reduce el límite de compra.

Ahora sólo se permitirá destinar el 25% del sueldo para adquirir divisas; antes era el 40%. La medida provocó un aumento en la cotización.

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) redujo el límite de compras que el público tiene para adquirir dólares.

Tal como lo adelantó el Blog del Contador Locane, ahora se podrá destinar sólo el 25% del sueldo a la compra de divisas cuando antes los particulares estaban autorizados a destinar hasta el 40%.

Dato


La medida –todavía no oficializada pero puesta en práctica- es porque el gobierno necesita dólares que están faltando en la economía y que provienen del agro.

De acuerdo a informaciones publicadas por el diario El Cronista, el Banco Central (BCRA) está presionando por vías informales a los exportadores para que vendan en el mercado de cambios.

Por su parte, los bancos aseguraron que con el nuevo límite, se registró una fuerte caída en la venta de billetes con respecto a la semana pasada.

Más compras del BCRA

En tanto, el dólar aumentó el martes medio centavo a $ 4,415 para la compra y a $ 4,46 la venta, según el promedio de los principales bancos y casas de cambio de la city porteña.

El Banco Central aprovechó el mayor volumen de divisas que liquidaron los exportadores y consiguió, sobre el cierre de la jornada, adquirir US$ 70 millones.

“Es evidente el deseo del Banco Central de contemplar un dólar más alto, y que el mismo sea acompañado por movimientos cautelosos y apenas visibles”, señala un informante cambiario al matutino Ámbito.

© Publicado por la Revista Fortuna el miércoles 9 de Mayo de 2012. 

 

martes, 8 de mayo de 2012

Juegos Olímpicos 2012 y el spot de Zylberberg... De Alguna Manera...

Un proyecto estatal que pone en riesgo otro: 
el del éxito deportivo...


El spot de Zylberberg. Poner en primer plano de conflicto a los atletas para reclamar por Malvinas desoye el plan central: que nos vaya bien en los Juegos.

En 1968, los norteamericanos Tommie Smith y John Carlos ganaron las medallas dorada y de bronce en los Juegos Olímpicos de México. A la hora de la premiación, los dos caminaron hacia el podio serios y con las manos cruzadas en la espalda, como escondiéndolas.

Luego de recibir las medallas y a la hora del himno norteamericano, los dos sorprendieron al mundo al mostrarse descalzos, con la cabeza gacha, bufanda negra al cuello y el puño derecho en alto, cubierto con un guante de cuero negro en señal de apoyo al Black Power. Llevaban bien visible, además, un emblema relacionado con organizaciones de derechos humanos.

La reivindicación del movimiento antisegregacionista no les salió gratis. No sólo los echaron de la Villa Olímpica, sino que les resultó muy difícil ganarse la vida al regreso a su país. Es más, algún dirigente insinuó la chance de quitarles las medallas, disparate que, por suerte, no prosperó. En tiempos en los que la Primavera de París y la masacre de Tlatelolco aún estaban frescas, no había espacio para tamaño gesto de rebeldía.

Muchos consideran al episodio como un antes y un después en las pautas de aquellas manifestaciones que el COI tolera, y aquellas que considera inaceptables. Al respecto, se sabe del adoctrinamiento que se hace a las autoridades olímpicas de los países para que pongan en caja a sus atletas, si es que aún quedase alguno o inadvertido u obstinado.

Desde el sentido común, la sensibilidad y un necesario sentido de la solidaridad, cuesta poner en discusión la legitimidad del reclamo de Smith y Carlos. Sin embargo, para el universo olímpico –entonces con líderes institucionales siniestros, mucho más que hoy, cuando el que manda está rotulado como un dirigente de los deportistas– los atletas pueden equivocarse en lo deportivo y hasta violar las más básicas normas del juego limpio; jamás salirse de la huella de una masa de músculos que no es conveniente ni que piense ni, mucho menos, que se comprometan.

El rigor es sólo para los deportistas; es decir, para los únicos indispensables en esta celebración, ya que la historia de los Juegos está infectada por fuertes expresiones político-ideológicas de grupos de naciones que hirieron grave al olimpismo sin recibir ni una mínima sanción.

De tal modo, mientras ni quienes boicotearon Moscú 1980 –con Estados Unidos a la cabeza–, ni quienes lo hicieron con Los Angeles 1984 –con la Unión Soviética a la cabeza– fueron castigados por el Comité Olímpico, a Carlos y a Smith el calvario no les terminó con la expulsión de la Villa: tardaron no menos de cinco años en conseguir estabilizar un trabajo y una vida en sociedad dentro de los Estados Unidos. Dato accesorio: segundo en aquellos 200 metros históricos fue el australiano Peter Norman. El también pidió usar el mismo emblema que sus rivales arriba del podio: nadie lo sancionó. Para la historia quedó esta reflexión de Carlos, cuando se lo acusó de haber mancillado el espíritu olímpico con su actitud “politizada”: “¿Por qué tenemos que usar el uniforme de nuestro país? ¿Por qué tocan nuestros himnos? ¿Por qué tenemos que ganarles a los rusos? ¿Por qué los alemanes del Este quieren derrotar a los del Oeste? ¿Por qué no podemos usar todos el mismo uniforme y sólo identificarnos a través de números? ¿Qué ha pasado con el ideal olímpico del hombre enfrentándose al hombre?”

Esta historia no sólo es real sino que es de muy fácil acceso. La mayoría de los historiadores olímpicos han hablado de ella. Y de sus consecuencias. Mucha gente en la Argentina –deportistas, hinchas, periodistas, dirigentes y funcionarios– la conocen. Y saben que romper ciertas normas del olimpismo, por justo que sea el reclamo, trae consecuencias deportivas graves. Por encima de la mesa y por debajo de ella.

La semana deportiva terminó deformada e impregnada por la explosión mediática del spot realizado en Malvinas con un jugador de hockey, Fernando Zylberberg, como protagonista. Se podrá discrepar sobre muchas cosas al respecto –calidad artística, oportunismo, mensaje– y coincidiremos sobre el derecho afectivo e histórico argentino sobre el Archipiélago. Pero hay hechos concretos que no se pueden discutir.

La idea no fue hecha PARA el Gobierno, sino que el Gobierno se la quedó después de que la descartaran, al menos, cuatro empresas diferentes.

La filmación realizada en Malvinas, al no tener autorización oficial, genera el mismo reclamo que cualquier filmación hecha de tal modo en territorios que exigen aval al respecto. Me consta, personalmente, todos los trámites que hubo que hacer para grabar durante el último año y medio en, al menos, cuatro viajes distintos en territorio británico. Lamentablemente, hoy por hoy, Malvinas es territorio británico.

Fernando es un excelente jugador, de larguísima trayectoria, con más de 220 partidos internacionales; representó a la Argentina en todos los torneos de seleccionados que se puedan jugar y fue una pieza importante en la clasificación lograda en Guadalajara. Además, es un bastión en la lucha por mantener al club Comunicaciones en poder de sus socios. Otro reclamo legítimo e inatendido por gran parte de la clase política. Pero no sólo no es el capitán del equipo, como se repite torpe y desinformadamente, sino que es improbable que viaje a Londres. De tal manera, poner, como en el spot, que es “Atleta Olímpico Argentino Londres 2012” es incorrecto. E innecesario: bastaba con el detalle de que es atleta olímpico: jugó tanto en Sydney 2000 como en Atenas 2004.

Ya en un escenario un poco más discutible, llama la atención que nadie haya advertido sobre las consecuencias que puede traer para la delegación argentina –no ante los británicos sino ante el COI– los episodios de este tipo. Jamás minimizaría el derecho argentino al reclamo por un territorio que considera propio, pero alguien debería explicar que esto puede traer problemas para otro proyecto estatal: el de tener una buena participación en los Juegos. Dicho de otro modo, si se trata de “malvinizar” los Juegos, parecería terminal pero más coherente boicotear las competencias que poner en primer plano de conflicto a los deportistas.

A propósito de lo deportivo, Zylberberg quedó hace pocos días fuera de la lista que viajará a un torneo preparatorio en Malasia. Y en el entorno del seleccionado se da por hecho que sus chances de ir a los Juegos son casi nulas. ¿Nadie pensó en consultar al entrenador Pablo Lombi qué planes tenía para Fernando antes de convocarlo a Malvinas y encima dar por sentado que estará en Londres? Se sabe que las decisiones de Lombi son sólo deportivas, pero hubiera sido mejor evitar dejar abierta la puerta a las sospechas y a eventuales presiones para llevar o no al protagonista de la historia.

Esto, finalmente, se encuadra en otra situación que empieza a sobresalir respecto de nuestra delegación olímpica.

El proyecto del Enard puede ser muy valioso si: a) se lo sostiene como un proyecto irrenunciable y a largo plazo (nunca menos de dos o tres ciclos olímpicos más); y b) se lo convierte en algo más que un emisor de cheques de fondos generados con el cobro de un extra en la facturación de los celulares de todos y empezamos a comprometernos a fondo con otras necesidades de los atletas. Aclaro que no hay cuestionamientos a la utilidad de ese proyecto elogiado casi unánimemente por deportistas, que ven mejorar sus posibilidades a partir de un mayor apoyo a sus planificaciones.

Sin embargo, cumplir con la prometida ayuda al transporte de Paula Pareto de Tigre a La Plata, lograr que los botes de remo para el Preolímpico salgan de la aduana en tiempo y forma, liberar del puerto bicicletas, lanchas, jabalinas y otros insumos retenidos aún hoy –en algunos casos, tan tarde que parece casi estéril hacerlo– son algunas de las necesidades básicas incumplidas. Entiéndase bien: estos insumos fueron comprados con dinero del pueblo, recaudado por un organismo creado con parte fundamental del mismo Estado que impide que esos elementos estén a la mano.

Evitar estos episodios hubiera sido una buena señal de compromiso con las necesidades de los atletas. Resguardar de desgastes y eventuales problemas a Zylberberg, al seleccionado masculino de hockey y, eventualmente, a la delegación olímpica argentina ante un incuestionable reclamo de soberanía, también lo hubiera sido.

© Escrito por Gonzalo Bonadeo y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.


Cemento peronista... De Alguna Manera...

Cemento peronista... 

Néstor Kirchner en bandera de fútbol, en el Congreso por YPF.

La estatización del 51% de YPF reavivó el disgusto del antikirchnerismo con la mayoría de los dirigentes de la oposición. Les reprochan que sus discursos sean duros contra el Gobierno pero luego voten a favor gran parte de sus principales leyes. Y que dejen toda la iniciativa política al oficialismo.

El foco de esta crítica recae sobre el panradicalismo: la UCR, el socialismo y sus aliados del Frente Amplio Progresista, y los legisladores residuales de la Coalición Cívica/ARI sin Carrió. No es casual que la crítica institucional proviniera del macrismo y la defensa la asumiera Alfonsín. Macri no pudo hacer una alianza electoral nacional en 2011 porque dentro del radicalismo perdió el ala más conservadora (en distintos grados Aguad, Sanz y Cobos), sector al que le gustaría sumar al PRO para las elecciones de 2013.

Además de las del macrismo, se suman críticas –muchas veces con igual o mayor dureza que contra el oficialismo– de quienes no soportan al kirchnerismo y se ponen impacientes en la búsqueda de cualquier alternativa que le haga frente sin importar que provenga de la derecha o la izquierda.

Como el peronismo pudo privatizar YPF en los 90 y reestatizarla ahora, suponen que poco importa que la oposición venga del progresismo o del conservadurismo, con tal de que venga.

Pero es equivocado percibir sólo contradicciones entre aquella privatización y esta estatización. Como entre el Perón de los cincuenta y el de los setenta, o entre los dos sectores armados del peronismo que se enfrentaron también en los setenta. Hay una unidad de acción en la trama de los gobiernos peronistas que es invisible para muchos y evidente para todos los que votan sistemáticamente al PJ.

Hay un cemento peronista que une los ladrillos que privatizaron y reestatizaron YPF. Ese cemento es más valorado por muchos argentinos que los propios ladrillos. Y ese cemento está hecho de acción y ejecutividad. De un vitalismo que es la causa de Menem o Kirchner y no su consecuencia.

En los discursos sobre YPF en el Congreso, el jefe de los diputados kirchneristas, Agustín Rossi, citando a Scalabrini Ortiz, explicó de qué está hecho ese cemento: “No somos agua de estanque, no queremos pudrirnos, por eso siempre avanzamos”.

Pero para avanzar continuamente no se puede hacerlo siempre en la misma dirección. Y el peronismo se encarna en cada época en lo que es posible para ese ciclo del país. En los 90 no había un contexto mundial afín al keynesianismo, había caído el comunismo, la Academia de Suecia no otorgaba el Premio Nobel a economistas como Joseph Stiglitz o Paul Krugman, y los países en vías de desarrollo sufrían malos términos de intercambio entre sus exportaciones e importaciones porque los precios de las materias primas eran bajos.

En ese contexto, la única forma de aumentar el gasto público era con deuda y venta de activos. No son pocos los extranjeros que sostienen que los argentinos siempre se las arreglan para salir ganando (aunque no sin consecuencias). Primero, al tomar dinero de los extranjeros en forma de préstamos y ventas de activos para luego hacer default y no devolver los préstamos y reestatizar los activos pagando mucho menos o nada. El argumento de que gran parte de ese dinero se lo llevó la corrupción o benefició sólo a un determinado círculo, tanto en los primeros años de los 90 como en estos últimos del kirchnerismo, no se compadece  con el 50 y 54% de votos que obtuvieron Menem y Cristina Kirchner en sus reelecciones.

Los políticos venden felicidad presente, no futura –cuidado Moreno con los faltantes de antidepresivos por sus trabas a la importación– y la oposición no encuentra un proyecto alternativo que pueda ofrecer mayor suma de felicidades presentes.

A la vez, la oposición está dividida en dos sectores difícilmente reconciliables: el conservador de Macri y el progresista de la mayoría del panradicalismo. El sector conservador tiene el problema de que está a contramano de la historia, cuyo espíritu de época se inclina hacia el progresismo. El sector progresista sintoniza con el momento pero queda opacado por un Gobierno que ocupa ese mismo espacio ideológico. Como en tantos ámbitos, las cosas son una sombra de las ideas para unos; y para otros, las ideas son afecciones del alma.

Si se quiere que algo nuevo emerja, a veces hace falta una emergencia. Para que la oposición tenga futuro, el kirchnerismo debería hacerse conservador y dejar vacío el espacio del progresismo al panradicalismo o fracasar con un progresismo profundizado, recreando en la sociedad deseos de lo contrario, la esperanza de Macri.

Ninguna sociedad cambia mientras le va bien y todas lo hacen cuando les va mal. Europa, Estados Unidos y Latinoamérica muestran en cada elección el mismo comportamiento.

Queda la apuesta de Scioli a que la sociedad no quiera ni tanto cambio ni tanta continuidad y ser en 2015 el plan B de un kirchnerismo resignado a la homeopatía.

Hay una diferencia entre hacer algo y dar lugar a algo. Quien abre una ventana  y con ello refrigera una habitación no hace el viento que entra por la ventana sino que da lugar a que baje la temperatura. En la política hay ejemplos comparables: Menem o Cavallo no hicieron los 90 ni los Kirchner, Moreno y Kicillof, lo actual. Afuera había un clima  que hacía posible –abriendo la ventana– cambiar la temperatura interior. Pero no hicieron ellos el clima. El kirchnerismo, en los 90, no podría haber practicado esta política y el menemismo no podría haber realizado la actual en su época. Más allá de las batallas de relatos, los climas se descubren, no se inventan.

Cuando hay conflicto entre nuestro sistema de creencias y la realidad, cambiamos nuestras creencias. Fue siempre así. Esto vale también para los otros: Repsol fue hiperagresiva la década anterior, cuando España era el país estrella de las finanzas y se convirtió en “reposol” cuando la crisis española le multiplicó el costo del crédito.

El imperio de lo real estructura nuestra manera de pensar. Cualquier cosa puede ser semejante a otra si nos esforzamos lo suficiente.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 5 de Mayo de 2012.


Caloi... De Alguna Manera...

Caloi...






Ojos con lágrimas...


Estimado Clemente:

Te pido por favor que le digas a tu viejo lo mucho que lo admiraba (perdón, lo admiro).

Que le hagas saber que su filosofía de la vida era maravillosa. Simple, directa, sin vueltas, como son las grandes cosas de la vida.

Que le agradezcas de mi parte los gratísimos momentos que nos hizo vivir a todos nosotros de tu mano (¡Qué paradoja!)

Que hagas extensiva esa admiración a tus primos, Bartolo y su tranvía, la mulatona, el hincha de Camerún.

Mi corazón se encuentra opaco y apagado en este día. Imagino que este momento estará compartiendo una mesa de café en alguna nube al lado del Negro Fontanarrosa, de Oski, y de tantos grandes dibujantes que dio este país.

Recuerdo sus profundos espacios televisivos, desde dónde nos enseñaba todas las corrientes del mundo de las artes visuales.

Tengo el orgullo de haber estado en una de sus tiras en referencia a mi trayectoria como pintor, que atesoro con todo mi corazón.

Muchas gracias por todo maestro Caloi, te vamos a extrañar.

© Escrito por Pablo Temes. Pintor, dibujante y diseñador gráfico. Editor de arte del diario PERFIL.



domingo, 6 de mayo de 2012

Preguntas sin respuesta... De Alguna Manera...

Preguntas sin respuesta...


Exclusivo dialogo secreto de la Iglesia con Videla sobre el asesinato de los detenidos desaparecidos. Videla le confesó a la Iglesia Católica en 1978 lo que recién hizo público 34 años después: que los detenidos-desaparecidos habían sido asesinados. La Comisión Ejecutiva le transmitió el pedido de Massera de informar sobre el tema. Videla respondió que era imposible, por las inevitables preguntas sobre cada asesinato, el responsable y el destino de los restos. Un diálogo sobrecogedor, contenido en una minuta para el Vaticano que se conserva en el archivo secreto del Episcopado.

La política de desaparición forzada de personas que el ex dictador Jorge Videla acaba de admitir en varios reportajes y ante la justicia fue reconocida en 1978 ante la Comisión Ejecutiva de la Iglesia Católica. Videla dijo que le gustaría brindar la información pero que en cuanto se comunicara que los detenidos-desaparecidos habían sido asesinados comenzarían las preguntas acerca de quién mató a cada uno, cuándo, dónde y en qué circunstancias y qué destino se dio a sus restos. La respuesta a esas preguntas sigue pendiente 34 años después. En el diálogo con el periodista Ceferino Reato, quien anuncia que no importa “tomar partido a favor o en contra del entrevistado”, Videla dice que la desaparición de personas no se debió a excesos o errores sino a una decisión de la pirámide castrense que culminaba en él. Pero también da a entender que la imposibilidad de informar sobre los desaparecidos obedece a que la información nunca estuvo centralizada, que cada jefe de zona sólo sabía lo sucedido en su jurisdicción y que muchos han muerto. 

“Los listados eran la puerta a un debate que conducía a la pregunta final: ¿Dónde están los restos de cada uno?, y no teníamos respuestas para ese interrogante, con lo que el problema, al dilatarse, se agravaba día a día y aún persiste.” Pero en su reunión con la Iglesia Católica Videla habló con mayor franqueza, como se hace ente amigos: dijo que “el gobierno no puede responder sinceramente, por las consecuencias sobre personas”, un eufemismo para referirse a quienes realizaron la tarea sucia de matar a quienes habían sido secuestrados y torturados y se encargaron de que desaparecieran sus restos. Al elegir esa política que Videla calificó de cómoda, porque eludía las explicaciones, la Junta Militar puso bajo sospecha a la totalidad de los cuadros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, algo que recién comenzó a disiparse con la reapertura de los juicios, donde con las garantías del debido proceso se establecen las responsabilidades que la Junta ocultó. 

Hasta hoy se han pronunciado 253 condenas y veinte absoluciones, lo cual muestra que en democracia nadie está condenado de antemano y que puede ejercer su derecho a defensa. En el documento secreto sobre este diálogo, que el Episcopado conserva en su archivo, la afirmación de Videla sobre la protección a quienes cumplieron sus órdenes criminales está agregada a mano por el cardenal Raúl Primatesta, que presidía la Conferencia Episcopal y que fue acompañado en la reunión por sus dos vicepresidentes, Vicente Zazpe y Juan Aramburu. 

En abril de este año la jueza Martina Forns, titular del juzgado federal Nº 2 en lo Civil y Comercial y Contencioso Administrativo de San Martín interrogó a Videla en forma exhaustiva, a solicitud del abogado Pablo Llonto, quien representa a Blanca Santucho, hermana del jefe del ERP abatido en julio de 1976 por un pelotón del Ejército, y cuyos restos nunca fueron entregados a la familia. Un paso previsible en la investigación es solicitar a la Iglesia Católica acceso a los documentos que atesora sobre el tema. El que contiene las explicaciones de Videla lleva el número 10.949, lo que da una idea del volumen de la información que el Episcopado sigue manteniendo en secreto. Está guardado en la carpeta 24-II del Archivo de la Conferencia Episcopal. La Iglesia Católica eligió silenciar el contenido de la conversación en la que Videla les reveló que todos los desaparecidos habían sido asesinados. A continuación, la historia de ese encuentro público pero de contenido secreto.

Carta al cardenal

El 10 de abril de 1978, el diario Clarín tituló su página 3 “El presidente de la Nación almorzará hoy con la cúpula del Episcopado”. Emilio Fermín Mignone, cuya hija Mónica Candelaria había sido secuestrada en mayo de 1976, redactó sin pausa tres densas carillas a un solo espacio y las envió con un mensajero a la sede de la Conferencia Episcopal. También esa carta se conserva en el archivo secreto que el Episcopado guarda en su sede de la calle Suipacha, en la carpeta titulada “Personas detenidas y desaparecidas, 1976-1983”. Mignone escribió que a dos años y medio del golpe, era indudable que la desaparición forzada de personas constituía “un sistema y no excesos aislados”. 

El fundador del CELS describió ese sistema: el secuestro, el robo, la tortura y el asesinato, “agravado con la negativa a entregar los cadáveres a los deudos, su eliminación por medio de la cremación o arrojándolos al mar o a los ríos o su sepultura anónima en fosas comunes”. Y se realizaba en nombre de “la salvación de la ‘civilización cristiana’, la salvaguardia de la Iglesia Católica”, colocando “como valor supremo la denominada ‘seguridad colectiva’ sobre cualquier otro principio o valor, incluso los más sagrados”. Añadió que “sobre la mentira nada perdurable puede fundarse”. Mignone insistió en la necesidad de que el gobierno informara “cuál ha sido la suerte de cada ‘desaparecido’, la inmensa mayoría de los cuales, todos lo sabemos y también los obispos, han sido arrestados por organismos de las Fuerzas Armadas o de Seguridad. Y esto, monseñor, es lo que le pedimos que ruegue, exija, obtenga del Presidente de la República esta mañana”.

La desesperación y el odio

Mignone decía que la desesperación y el odio iban ganando muchos corazones y que las exigencias de justicia impedirían cualquier intento de evolución democrática pese a que muchos dirigentes políticos, ansiosos por subirse al barco oficial, querrían echar un manto de olvido sobre lo ocurrido. También le informó a Primatesta que en marzo Emilio Massera le había dicho que la Armada exigía que se diera a conocer la suerte de cada desaparecido y preso no declarados, pero que el Ejército se oponía. “Nos pidió que solicitáramos a usted, al señor nuncio, a monseñor Tortolo, que insistieran ante el Presidente y comandante en Jefe del Ejército en el mismo sentido.” 

Mignone no ignoraba las tensiones internas en la Junta Militar y no experimentaba la menor simpatía por ninguno de sus integrantes. Pero trataba de explotar esas contradicciones para abrir una brecha en el muro de silencio sobre el destino de su hija y de miles como ella. También advirtió a Primatesta que la táctica del silencio, de la que el Episcopado participaba por sus propias razones, no era admisible. “El Pueblo de Dios necesita participar y ser informado. Necesitamos conocer lo que el Episcopado expresa al gobierno en sus comunicaciones. De lo contrario de nada sirven.”

Un diálogo franco

Al día siguiente, Zazpe le informó a Mignone que la Comisión Ejecutiva le había transmitido a Videla “todo lo que dice su carta”. Dijo que habían sido “tremendamente sinceros y no recurrimos a un lenguaje aproximativo” pero le advirtió, como si se tratara de una accesoria cuestión técnica, que había una “divergencia con su carta” acerca de la publicidad o reserva de esta entrevista. “En esta ocasión volvió a recurrirse a la reserva.” Primatesta informó luego a la Asamblea Plenaria que los obispos le plantearon a Videla los casos señalados en su carta por Mignone, de presos que en apariencia recuperaban su libertad pero en realidad eran asesinados; que se interesaron por sacerdotes desaparecidos, como Pablo Gazzarri, Carlos Bustos y Mauricio Silva, y por otros detenidos de los que pidieron la libertad y/o el envío al exterior. Pero el desarrollo completo de la reunión sólo está contenido en una minuta preparada por la propia conducción episcopal para informar al Vaticano y que nunca fue publicada. Primatesta, Zazpe y Aramburu la redactaron en la sede de la Conferencia Episcopal al terminar el almuerzo antes de que los detalles se desvanecieran en su memoria. 

El gobierno negaba que hubiera presos políticos porque todos los detenidos eran “delincuentes subversivos y económicos”, incluso los sacerdotes arrestados. Las desapariciones de personas eran obra del terrorismo para desprestigiar al gobierno, que compartía las inquietudes de los obispos. Los tres agradecieron a Videla por haber reconocido la existencia de excesos en la represión pero dijeron que no conocían que se hubiera castigado a los responsables, que era otra de las reflexiones de Mignone. En un clima que Aramburu describió como cordial, Primatesta lamentó que Videla no pudiera tomar “todas las medidas que quisiera”, con lo cual lo exculpaba de los hechos por los que le reclamaban. En un tono lastimero, Videla dijo que no era fácil admitir que los desaparecidos estaban muertos, porque eso daría lugar a preguntas sobre dónde estaban y quién los había matado. Primatesta hizo referencia a las últimas desapariciones producidas durante la Pascua, en San Justo, “en un procedimiento muy similar al utilizado cuando secuestraron a las dos religiosas francesas”. La minuta redactada al concluir el almuerzo reconstruye la réplica textual de Videla ante la solicitud: “El presidente respondió que aparentemente parecía que sería lo más obvio decir que éstos ya están muertos, se trataría de pasar una línea divisoria y éstos han desaparecido y no están. Pero aunque eso parezca lo más claro sin embargo da pie a una serie de preguntas sobre dónde están sepultados: ¿en una fosa común? En ese caso, ¿quién los puso en esa fosa? 

Una serie de preguntas que la autoridad del gobierno no puede responder sinceramente por las consecuencias sobre personas”, es decir los secuestradores y asesinos. Primatesta insistió en la necesidad de encontrar alguna solución, porque preveía que el método de la desaparición de personas produciría a la larga “malos efectos”, dada “la amargura que deja en muchas familias”. Videla asintió. También él lo advertía, pero no encontraba la solución. Este diálogo de extraordinaria franqueza muestra el conocimiento compartido sobre los hechos y la confianza con que se analizaban tácticas de respuesta a las denuncias que ambas partes sentían como una amenaza. Primatesta también habló “sobre la actitud de alguna Fuerza Armada que urgía la publicación de las listas de presos, v.g. el almirante Massera”. En realidad, Mignone le había escrito que la lista de presos no tenía valor alguno, porque los familiares la conocían, y lo que Massera reclamó fue una lista de detenidos-desaparecidos. Videla se alzó de hombros. Aunque presidía la Junta y el gobierno, no tenía todo el poder y había fuerzas que no controlaba, dijo. Las actitudes de los eclesiásticos tenían sutiles matices. Zazpe preguntó: “¿Qué le contestamos a la gente, porque en el fondo hay una verdad?”. Según el entonces arzobispo de Santa Fe, Videla “lo admitió”. Aramburu explicó que “el problema es qué contestar para que la gente no siga arguyendo”, lo cual parece una fiel interpretación del propósito de Massera. 

Los jefes del Ejército y de la Armada descargaban su responsabilidad, cada uno en el otro, y la Iglesia les seguía el juego. Según Aramburu, cuando Videla repitió que “no encontraba solución, una respuesta satisfactoria, le sugerí que, por lo menos, dijeran que no estaban en condiciones de informar, que dijeran que estaban desaparecidos, fuera de los nombres que han dado a publicidad”. Primatesta explicó que “la Iglesia quiere comprender, cooperar, que es consciente del estado caótico en que estaba el país” y que medía cada palabra porque conocía muy bien “el daño que se le puede hacer al gobierno con referencia al bien común si no se guarda la debida altura”. Tal como le dijo Videla al primer periodista que lo entrevistó, el español Ricardo Angoso, “mi relación con la Iglesia Católica fue excelente, muy cordial, sincera y abierta”, porque “fue prudente”, no creó problemas ni siguió la “tendencia izquierdista y tercermundista”. Condenaba “algunos excesos”, pero “sin romper relaciones”. Con Primatesta, hasta “llegamos a ser amigos”. Sobre el conflicto interno, que Videla llama guerra, “también tuvimos grandes coincidencias”. Zazpe murió en 1984, Aramburu en 2004 y Primatesta en 2006. Pero los documentos sobre ese diálogo entre amigos siguen hasta hoy en el archivo secreto del Episcopado.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado por el Diario Página/12 el domingo 6 de Mayo de 2012.