"A
disfrutarlo como el primero"…
El Pipi y el Rolfi...
En la
previa de lo que puede ser su último clásico, Olé juntó a Pipi Romagnoli y a
Rolfi Montenegro. "De tanto jugar, pegamos buena onda", dicen.
Amigos, no enemigos.
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Escrito por Diego Paulich y Nicolás Migliavacca el
sábado 10/03/2018 y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
Cuando
debutaron en Primera no había grieta: ni Kirchnerismo, ni Macrismo. Gobernaba
Carlos Menem y era la época de un dólar a un peso. Daniel Passarella dirigía a
la Selección que se quedó afuera del Mundial de Francia en cuartos de final,
aquel día del cabezazo del Burrito Ortega a Van der Sar. Ninguno de los dos
tenía tantos tatuajes como ahora, tampoco tantos clásicos sobre el
lomo. Daniel Montenegro y Leandro Romagnoli a fines de los 90 eran dos
pibitos que todavía no habían abandonado del todo la adolescencia y ya hacían
vibrar a los hinchas de Huracán y San Lorenzo con sus gambetas y sus goles.
Hoy, 20 años después pero con las mismas ganas de siempre, se juntaron con Olé
en la cervecería Holle de Caballito para empezar a vivir el clásico porteño por
excelencia, uno que ellos dos conocen y muy bien...
-¿Qué es
jugar el clásico entre Huracán y San Lorenzo?
Romagnoli: Es un partido con mucha historia y justamente eso es lo que nos
jugamos cada vez que nos enfrentamos. Es un partido que querés ganar
siempre, donde no importa cómo llegás. Ahora, por ejemplo, que no venimos
bien, creo que es un partido bisagra porque ganando podemos no perderle pisada
a Boca y darle a la gente la alegría de ganarle a Huracán.
Montenegro: Son partidos especiales que se empiezan a vivir mucho antes de que se
arranque a jugar. Son dos clubes que están muy cerca, los hinchas conviven
todos los días y eso es un plus.
Entrevista al Rolfi Montenegro y al Pipi Romagnoli
Autores: Diego Paulich y Nicolás Migliavacca.
-Los dos
viven en la zona, ¿lo sienten en la calle cuando se viene el clásico?
R: Se siente. Cuando vivía en Soldati más todavía porque estaba bastante
repartido. Ahora, acá en Caballito, hay más cuervos. Pero encima, en mi
caso, tengo familiares y amigos que son de Huracán, así que el clásico lo
vivo a full, je.
M: A mí me toca estar en esta parte, medio de visitante. Pero es normal
y lo disfruto, más que nada cuando gano porque salgo con el pecho inflado, je.
La gente en la calle es respetuosa, puede haber una chicana pero con buena
onda. Es más probable que te cargue un amigo o alguien cercano que uno que no
te conoce. En mi vida cotidiana convivo con hinchas de los dos equipos: mi
nene juega al baby en un club donde son mayoría de cuervos y mis nenas al
hockey en Huracán. En un lado me cargan y en el otro me alientan, ja.
-Tienen
muchos clásicos encima, ¿se siente igual el cosquilleo en la previa? ¿Piensan
que puede ser el último?
M: Siempre son partidos especiales, con condimentos diferentes a
cualquier otro partido, por eso el cosquilleo está siempre. Y hoy más por
pensar si va a ser el último. ¿Si voy a jugar hasta los 40? No lo sé, a
veces no depende de uno y es difícil programar las cosas, llegado el momento se
verá (NdeR: los cumplirá en marzo 2019). Mi idea es retirarme
en Huracán. Creo que lo importante es poder elegir cuándo dar un paso al
costado y no que el fútbol te empuje a darlo. Por eso este clásico quiero
disfrutarlo como si fuese el primero porque el próximo puedo estar del otro
lado...
R: El cosquilleo está, cuando no lo tenga más dejaré de jugar. Sigo
queriendo ir a entrenar y a jugar. Estos partidos te potencian todo eso y te
sentís más vigente que nunca. Pero ojo, a los 40 como Rolfi no llego ni loco,
eh. A lo sumo un año más (NdeR: va a cumplir 37 en una semana). Sé
que estoy en la parte final de mi carrera y por eso trato de disfrutar
todo. En junio se termina mi contrato y quiero retirarme en San Lorenzo,
llegado el momento veré qué quiero hacer y me sentaré con Matías (Lammens) para
ver qué quiere él también.
Leandro Romagnoli y Daniel Montenegro. Fotografía: Juan
Manuel Foglia.
-¿Qué
clásico recuerdan más?
R: Tengo varios: me acuerdo de uno en cancha de Huracán que ganamos 4-0,
con Insua de técnico. Ese día se nos quedó el micro a diez cuadras de la cancha
y tuvimos que ir caminando, encima llovía, ja. Y después hubo un 2-0, con
Ramón, en el Ducó, el día del gol del Chaco Torres, y el 3-1 en cancha de
San Lorenzo, en 2015, que fue el día que hice mi primer gol en un clásico.
El Pipi empató el clásico
Gol de Romagnoli (SL). San Lorenzo 1- Huracán 1. Fecha 5,
Primera División 2015.
M: Siempre me acuerdo del primero
que jugué, ganamos 2-1 en la cancha de Vélez, a las 11 de la mañana. Hice el
segundo gol, de cabeza. Y el que jugamos en el verano 2016, porque hice el
gol de tiro libre, salimos 1-0 y más que nada por el marco que había, con
las dos hinchadas y que se volvió a jugar en Mar del Plata después de mucho
tiempo.
Golazo del Rolfi para el primero.
Gol de D. Montenegro (H). San Lorenzo 0
- Huracán 1. Copa Ciudad de Buenos Aires. (Fuente: Youtube)
-¿Llegaron
a cruzarse en Inferiores o recién en Primera?
R: No, Rolfi es más viejo, ja.
M: Sí, soy más grande...
R: El primero que jugué, el Rolfi estaba: 1-1 en Vélez.
M: Claro, fue el último mío antes de irme a Francia y me dieron la cinta
de capitán...
R: Nos conocemos de tanto
enfrentarnos, no sólo en los clásicos sino también cuando él estaba en
Independiente y en River. Y la verdad es que la idea de juntarnos está
buena para bajar un lindo mensaje.
M: Lo importante es eso,
que la gente disfrute y se entienda que sólo es un partido de fútbol. Más
allá de la rivalidad y las cargadas, que es algo que va a estar siempre, no
puede ser todo una locura y que después haya que lamentarse...
R: Nosotros, los jugadores,
queremos eso, que gane el que tenga que ganar
y que quede ahí. Que no haya incidentes
como pasó otras veces y que todo sea con respeto.
-Los dos equipos están peleando arriba, pero quizá están en deuda en lo
futbolístico, ¿cómo llegan al clásico?
M: Nos llega en un momento
bueno porque estamos peleando, algo que hace varios torneos que no hacíamos.
Por eso es un partido lindo, porque ganar nos pondría cerca de entrar a
una Copa y seguir creciendo como equipo.
R: Un triunfo nos puede
servir como despegue. Ganar un clásico te da ánimo y te sube la confianza.
Además de que son tres puntos para seguir arriba y más teniendo un partido
por jugar (NdeR: Ante Independiente, el 4/4). La expectativa
es tratar de jugar como lo estábamos haciendo antes. Aunque si jugamos mal en
un partido de éstos, no importa; lo que importa es ganar.