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domingo, 7 de agosto de 2016

‪#‎PAZPANYTRABAJO… @dealgunamanera...



A horas de la marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo reproducimos las cartas que recibió el equipo de Comunicación La Garganta Poderosa.

© Publicado el sábado 06/08/2016 por
http://revistasudestada.com.ar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“YO MARCHO CON USTEDES, POR LA PAZ”
* Adolfo Pérez Esquivel

Pronto, en pocas horas, mucha gente hará crecer las interminables colas frente a la iglesia, para pedirle ayuda a San Cayetano, con la esperanza de alcanzar una vida digna, cuando la situación social y política mejore. Sin embargo, la realidad nos indica que la pobreza está aumentando, casi tan rápido como los despidos, mientras avanza un proceso inflacionario galopante, que hace imposible sostener las necesidades básicas de millones.

A la vista de todos, este gobierno neoliberal ha lanzado sus tarifazos, privilegiando al capital financiero sobre la vida del pueblo, algo realmente muy grave, porque la gente lo siente en todos los niveles, especialmente en las periferias del interior, donde la desigualdad se agudiza. Pues sí, Macri fue elegido como corresponde, o sea, dentro de un ejercicio democrático, pero guarda, porque la democracia no consiste solamente en votar. No hay que confundirse: democracia significa igualdad frente a los derechos. Y eso hoy no existe.

Entonces, ¿cómo no marchar este domingo junto a los Trabajadores de la Economía Popular, si hay más chicos viviendo en situación de calle? ¿Cómo faltar, si viene la pobreza y acompañada de la represión? ¿Cómo no gritar por la paz, frente a un panorama tan angustiante? ¿Cómo no reclamarle al gobierno que se ponga al servicio del pueblo y no de las grandes empresas, si fue precisamente esta conducción la responsable de levantarles las retenciones a las mineras y al campo, a las sombras del tarifazo? ¿Que recibieron una herencia dura? Sí, es verdad, pero la deben superar: asumieron esa responsabilidad.

Muchas veces, la paz puede confundirse con la pasividad. Y no hay cosa más contraria. La paz tiene que ver con aprender a vivir la diversidad, porque ahí habita la riqueza de los pueblos, aun cuando nos tratan de imponer la uniformidad. Así como sucede sobre los monocultivos de soja, echando por tierra la biodiversidad con agrotóxicos como el glifosato, sobre el monocultivo de las mentes también nos meten el tóxico de las propagandas, desde los medios masivos y desde las estructuras gubernamentales que nos necesitan pasivos, aguardando inocentemente un derrame que no llegó, ni llegará jamás.

Por todo esto, entiendo que la movilización del domingo 7 de agosto será como un caleidoscopio: de acuerdo a cómo se mueva, la realidad social, cultural y política podrá transformarse. Por todo eso, no se puede faltar. Por todo eso, yo no voy a faltar.
Sólo caminando juntos, podremos alcanzar la paz.

“YO MARCHO CON USTEDES, POR EL PAN”
* Norita Cortiñas

Una vez más, este domingo caminaré con todos ustedes, junto a esos miles de trabajadores de la economía popular que cada día me recuerdan a nuestros 30 mil hijos. Pues ellos luchaban para que ninguna familia tuviera la necesidad de acudir a un comedor, ni debiera privarse de comer en su casa, entre sus seres queridos. Incluso mucho tiempo antes, mi papá y mi mamá ya conformaban una familia de clase media baja, que también laburaba siempre para que nunca faltara un plato de comida. Sin embargo, hoy hay miles de padres que no pueden gozar de ese “privilegio”. Y sinceramente, pensé que nunca más viviríamos este sentimiento tan desolador, pero acá estamos, cada vez peor.

Para colmo, jornada tras jornada, el presidente nos sorprende con alguna de sus desafortunadas medidas, asociadas todas a su cercanía con los militares. ¿Tiene ganas de reconciliarse con asesinos y genocidas? Hágalo, pero no lo haga a nombre del pueblo, porque el pueblo ya gritó nunca más, en la cara de los represores que mancillaron a toda una generación. El pueblo ya decidió que no habrá olvido, ni perdón.

Mientras tenemos a miles de compatriotas pasando hambre y padecemos una ola de nuevos despidos, algunos concentran riqueza, otros pagan deuda externa y los más humildes sufren, pero a su vez colaboran, porque sí, los pobres ayudan a los pobres, como toda la vida. ¿O por qué sobra dignidad, cuando falta trabajo? Porque la solidaridad viene de abajo.

Mi hijo, trabajaba, vivía y militaba por todos esos panes que faltan. Por eso, sin dudarlo, este domingo me alistaré para marchar a la Plaza, tal como lo haré todos los días que haga falta, en todas las marchas que sean necesarias. Con emoción y con esta profunda convicción, volveremos a empezar con la fuerza de aquellos años, para afrontar este momento con la misma entereza que enfrentamos a la dictadura cívico-militar-eclesiástica.

Y allá iremos entonces este 7 de agosto, todos juntos, con los trabajadores de la economía popular, con el pañuelo blanco y con el grito de Gustavo, otra garganta poderosa que todavía se escucha. El domingo, tomemos coraje. Y el lunes, sigamos en la lucha.

“YO MARCHO CON USTEDES, POR EL TRABAJO”
* Osvaldo Bayer

Son esas banderas, precisamente esas banderas de Paz, Pan y Trabajo, las verdaderas garantes de la democracia y la igualdad. ¿Y cómo entonces no voy a estar ahí, persiguiéndolas junto a los trabajadores de la economía popular? Para poder hablar del futuro, primero las tenemos que alcanzar. Y después las tenemos que levantar.

A lo largo de toda mi vida, he luchado convencido contra las guerras y todos los negociados que las sustentan, reivindicando el poder y la unidad de los pueblos.

¿Cómo no marchar el domingo, por la Paz?

Ahora, cómo pedir la paz, mientras miles de familias piden comida en los merenderos o comedores populares, para poder sobrevivir. Niños, adultos, seres humanos dignos de trascender, peleando por un derecho inalienable de la vida: el plato de comida.

¿Cómo entonces no marchar el domingo, por el Pan?

Ahora, la comida podría resolver el hambre y una preocupación omnipresente para ese futuro, pero el alimento del alma se llama Laburo. Todos los hombres y mujeres de esta sociedad necesitamos nutrirnos más allá de los insumos o los bienes materiales, con esa dignidad inherente a las cooperativas que nacen desde abajo, desde una asamblea villera, desde la utopía de una democracia verdadera, donde no haya patrones de clase altísima, exprimiendo villeros de clase bajísima.

¿Y cómo entonces no marchar el domingo, por el Trabajo?

Podemos recostarnos en el pasado y mirar la realidad desde casa. O podemos ir en busca del futuro, el domingo, a la Plaza. 



viernes, 4 de diciembre de 2015

Osvaldo Bayer: "Si el pueblo no se mueve, Macri va a hacer lo que se le dé la gana"... @dealgunamanera...

Osvaldo Bayer: "Si el pueblo no se mueve, Macri va a hacer lo que se le dé la gana"...


El escritor, historiador y periodista aseguró que las últimas elecciones presidenciales definieron “un gobierno ultraconservador” y advirtió que “si el pueblo no se mueve, Mauricio Macri va hacer lo que le dé la gana”.

Vamos a tener que movernos como nunca para no perder los derechos que tenemos hasta ahora, porque va a venir un gobierno ultraconservador con medidas muy neoliberales, y la experiencia, la justicia social nos ha dicho que no va por ahí”, sostuvo Bayer en la Facultad de Derecho de Universidad Nacional de Rosario (UNR), donde se le hizo entrega del Doctorado Honoris Causa, tras lo cual brindó una Conferencia Magistral.

Así, atribuyó el triunfo de la alianza Cambiemos al apoyo de “los principales diarios de Argentina, eso puede influir mucho sobre el público”.

Al mismo tiempo, Bayer admitió que además de la oposición de algunos medios, hubo errores en el kirchnerismo “a la hora de elegir candidatos, y hubo equivocaciones últimas de la presidenta” que forzaron el resultado.

El autor de La Patagonia Rebelde dedicó la distinción a “los amigos que fueron muertos por las dictaduras, a los desaparecidos, en primer lugar a Rodolfo Walsh, mi mejor amigo. Cómo se hubiera puesto de contento al ver un acto así, él sí que lo merecía”.

En ese momento, Bayer hizo una pausa emocionado, y luego recordó la última vez que vio al autor de Operación Masacre.

“El último encuentro fue en un café de calle Corrientes (en la Ciudad de Buenos Aires), los dos habíamos sido condenados a muerte en las listas de las tres A y nos encontramos nada menos que en un café” porteño, dijo entre risas irónicas.

“Le pregunté por qué no se iba y me dijo que se quedaba a hacer la revolución, él creía en la revolución… cuánta ilusión", y recordó "su muerte defendiéndose con un 'revolvito' frente a las ametralladoras de la marina de guerra”, destacó.

El acto fue encabezado por el rector de la UNR, Héctor Floriani, junto a los decanos de las facultades de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Franco Bertolacci; de Derecho, Marcelo Vedrovnik; y el director de la Cátedra del Agua UNR, Aníbal Ignacio Faccendini.

© Publicado el jueves 03/12/2015 por http://www.telam.com.ar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 19 de abril de 2015

Razón y Pasión… @dealgunamanera...

Razón y Pasión…


Cuentan algunos memoriosos que antiguamente se enterraban las coplas anónimas escritas en prolijos trocitos de papel y en el mismo lugar se plantaba un árbol para que el viento las inmortalizara. El 13 de abril, cuando murió Eduardo Galeano, sus palabras ya estaban clavadas en la memoria colectiva de América latina y sus libros ya eran inmortales.

Perteneció tácitamente a una saga de escritores, de referentes ineludibles de las luchas revolucionarias: Ernesto Cardenal, Juan Gelman, Haroldo Conti, Paco Urondo y Rodolfo Walsh, entre otros. Ellos fueron parte de un movimiento cultural paralelo al llamado Boom latinoamericano. Bajo ese rótulo se inscriben los novelistas que se hicieron mundialmente conocidos por su pluma y porque tuvieron la suerte de llegar a los mercados internacionales a través de la traducción, los viajes, el exilio o simplemente gracias al apoyo de diversas editoriales europeas.

El conjunto de escritores a los que pertenece Galeano tuvo un origen, una identidad política semejante y un profundo arte militante. Incluso, un núcleo literario que marcó un hito: la revista Crisis, dirigida por el propio Galeano y fundada por Fico Vogelius, un soñador que vendió nada menos que un Chagall para costear la publicación. Crisis era sostenida también por las reflexiones de Conti, Gelman, Urondo, Zito Lema y tantos otros. Ellos no siempre contaron con el marketing editorial y la visibilidad del Boom, pero tuvieron el empuje de la oleada revolucionaria regional como energía literaria funcional a la reproducción y difusión de sus obras, tantas veces prohibidas, tantas veces censuradas, pero siempre murmuradas al oído de los militantes por los libres de pensamiento.

Eduardo Galeano y la mayoría de los colaboradores de Crisis tuvieron un  común denominador: eran más poetas que novelistas, eran periodistas de raza y mantuvieron una coherencia ideológica inquebrantable. El mismo Galeano expresó una vez: “Crisis fue un largo acto de fe en la palabra humana, solidaria y creadora. Por creer en la palabra, en esa palabra, Crisis eligió el silencio. Cuando la dictadura le impidió decir lo que tenía que decir, se negó a seguir hablando”.

En este sentido, apelando a la razón y al sentimiento, bien se podría definir a la “Carta Abierta a la Junta Militar”, de Walsh, y a Las venas abiertas de América Latina, de Galeano, como dos pilares de un movimiento cultural sin precedentes en nuestro continente. La primera encarna el alegato más contundente contra la dictadura cívico militar. La segunda, quizás sea la proyección sudamericana de Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon.

Eduardo Galeano, sin otro recurso que su palabra, creó el templo de la sabiduría popular. Cada vez que un joven abra sus libros entenderá que la revolución es una muchacha encendiendo la luna sobre los montes, las piedras y los mares de la Patria Grande. Nadie lo dijo mejor que Osvaldo Bayer, otro de los históricos de Crisis: “Ha muerto el mejor de todos”.

© Escrito por Adolfo Marino Ponti, poeta y periodista el domingo 19/04/2015 y publicado por http://www.miradasalsur.com.ar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




sábado, 8 de noviembre de 2014

Julio A. Roca, la otra historia... De Alguna Manera...


La otra historia...


Se han cumplido cien años de la muerte de Julio A. Roca. El diario La Nación, su defensor constante, dedicó mucho espacio para recordar la fecha de la desaparición de ese presidente argentino. 

En una página entera, los historiadores Ceferino Reato y Mario “Pacho” 0’Donnell volcaron –con todo entusiasmo– su apoyo a esa figura tan discutida de nuestra historia. Reato lo calificó nada menos como “el mejor presidente de la historia nacional”, y O’Donnell trató ya en el título de su colaboración de desmerecer a aquellos autores que tienen a la Ética como medida definitiva para calificar a un protagonista de la Historia. Titula O’Donnell “Un caudillo objetado por un revisionismo malentendido”. Bastaría tocar un punto no mencionado por los dos historiadores para rebajar moralmente los argumentos de ellos.

Ambos callan una realidad: no mencionan el capítulo donde este protagonista de nuestra historia pisotea para siempre los principios de la Ética que debe impulsar la vida de todo ser político. Es cuando Roca, como comandante del Ejército, lleva a cabo el genocidio indígena y el presidente Avellaneda avala todo ese inmenso crimen. Y también cuando los prisioneros indígenas –hombres, mujeres y niños– son ofrecidos como esclavos en las plazas públicas de Buenos Aires. Para comprobarlo no hace falta más que leer los periódicos de Buenos Aires de 1878. Un ejemplo lo dice todo.

El diario El Nacional, de Buenos Aires, expresa en su edición del 31 de diciembre de 1878: “Llegan los indios prisioneros con sus familias. La desesperación, el llanto no cesan. Se les quitan a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano, unos se tapan la cara, otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra el seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia de los avances de la civilización”. Esta crónica de esos días lo dice todo. Por eso hay que leer los diarios de la época para comprender toda la realidad y la crueldad empleada por Roca y sus tropas. Pero, los del diario La Nación deberían leer sus propios diarios de la época para cerciorarse de lo cruel y bestial que fue ese tiempo tan loado ahora por Ceferino Reato y Pacho O’Donnell.

Leamos, como ejemplo, una crónica de La Nación del 17 de noviembre de 1878, en plena Campaña del Desierto. En primera página, bajo el título “Impunidad”, dice textual: “El regimiento Tres de Línea ha fusilado, encerrados en un corral, a sesenta indios prisioneros, hecho bárbaro y cobarde que avergüenza a la civilización y hace más salvajes que a los indios a las fuerzas que hacen la guerra de tal modo sin respetar las leyes de humanidad ni las leyes que rigen el acto de guerra. Esa hecatombe de prisioneros desarmados que realmente ha tenido lugar deshonra al ejército cuando no se protesta del atentado. Muestra una crueldad refinada e instintos sanguinarios y cobardes en aquellos que matan por gusto de matar o por presentarse un espectáculo de un montón de cadáveres”. Es penoso que los directivos de La Nación actuales ignoren todo esto. Ya nadie puede negar que la Campaña del Desierto fue un genocidio y que no se puede aprobar bajo ningún concepto desde el punto de vista ético. Las pruebas están en el Archivo General de la Nación y basta leer los diarios de la época para comprender bien lo que fue ese vergonzoso crimen político.

Y basta contraponer los argumentos de un Alsina, ministro de Avellaneda, que desarrolló la tesis de que los pueblos originarios no tenían noción de la propiedad. Por eso había que separarlos por una zanja, mientras Roca rechazó este plan y exigió la importación de diez mil fusiles Remington de Estados Unidos “porque con esta arma habían sido eliminados en dicho país los sioux y los pieles rojas”. Ya es tiempo de que con tales pruebas históricas se modifique el concepto de ese militar, Roca, que fue presidente dos veces, y se quite su monumento del centro de Buenos Aires. Nuestros héroes fueron los que defendieron la vida y la Ética y no los que eliminaron a pueblos enteros y esclavizaron hasta sus mujeres y sus niños.

Ceferino Reato, el historiador de La Nación, reconoce al pasar estos crímenes al escribir: “Es claro que la Conquista del Desierto, y más aún lo que sucedió después, tuvo varios aspectos criticables como el trato inhumano, cruel, a los indios prisioneros (muchos chicos fueron separados de sus madres, por ejemplo) y la concentración de parte de las tierras liberadas en pocas manos”. Sí, Reato lo reconoce al pasar pero sin darle mayor importancia, total se trataba de indios. El autor de esos crímenes impunes tiene hoy el monumento más grande de Buenos Aires, en pleno centro. Por su conducta y sus crímenes no tendría que ser festejado de esa manera.

Pacho O’Donnell sólo hace una breve crítica a Roca por su Campaña del Desierto. Dice: “En lo que hace a la Conquista del Desierto es, sin duda, el aspecto más criticable en la historia de Roca por el militarismo excesivo ante un enemigo mal armado y poco orgánico”. No se refiere al gran genocidio que produjo ni tampoco a la reimplantación de la esclavitud, que son los dos aspectos más relevantes al faltar así a los principios de Mayo y a las resoluciones de la Asamblea del año XIII.

Pese a todo, el tiempo va dando la razón a quienes han puesto en duda la labor moral de Roca y ofrecido las pruebas de sus hechos verdaderamente criminales. Sus aciertos en otros sectores no lo limpian de esos aspectos descritos que nos retrotraen a los argentinos a la Edad Media. Los héroes verdaderos de nuestro pasado deben ser especialmente los que cuidaron la vida y marcaron un futuro sin violencias ni grandes diferencias económicas. Los verdaderos republicanos que desearon un país en Paz y con la conciencia de la Igualdad permanentemente presente, tal cual lo cantamos en nuestro Himno Nacional.


© Escrito por Osvaldo Bayer el sábado 08/11/2014 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Osvaldo Bayer, a 40 años de "La Patagonia Rebelde"... De Alguna Manera...


Osvaldo Bayer, a 40 años de "La Patagonia Rebelde": 
censura, exilio y anécdotas inolvidables...

 Foto: Diario La Nación. Ezequiel Muñoz.

En una entrevista con La Nación, el historiador recordó los días en que se estrenó la película, ganadora del Oso de Plata en el festival de Berlín; un repaso por su trayectoria.

"No es necesario agregar nada a la verdad histórica porque ésta tiene más fantasías que la propia fantasía", dijo alguna vez. Historiador, periodista, investigador, guionista de cine y también dramaturgo, amigo de Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Paco Urondo y Osvaldo Soriano, entrevistador del Che Guevara, acusado de doble homicidio por su propio empleador de un diario patagónico, confinado a diez días en un calabozo durante el servicio militar por una confusión tragicómica-homosexual, preso en una cárcel de mujeres, amenazado por la Triple A y obligado al exilio en Alemania, nombrado persona no grata en el Senado por el menemismo. la vida de Bayer parece honrar sus propias palabras.

Anarquista, pacifista a ultranza y "defensor de los de abajo", como le dirá a La Nación, Bayer recorre el largo pasillo de su casa con pasos cortos, pesados, hasta que llega a un sillón en el pequeño patio del Tugurio, su casa-guarida en el barrio de Belgrano desde los siete años. Hace exactamente cuatro décadas, "La Patagonia Rebelde", la historia que marcó su propia historia, era censurada en su formato película. Hoy Bayer tiene 87 años, y sorprende con el nivel de detalle que recuerda de los hechos.

El 12 de octubre de 1974, pese a la autorización que había recibido meses antes del propio Juan Perón, el gobierno de Isabel, su esposa, a través de López Rega, censuró el film y el nombre de Bayer apareció en la lista negra de la Triple A, junto con el del director y el de sus principales actores.

Foto: Diario La Nación. Ezequiel Muñoz. 

-La película fue autorizada para su realización durante el gobierno de Cámpora y luego fue censurada por Isabelita a través de López Rega.
-Primero prohibieron mi libro sobre Giovanni [Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia; 1970], ya era una señal. Después de [Raúl] Lastiri sube Perón y él no me permite el final original del libro, que era el de las putas de San Julián. Entonces tuvimos que hacer otro, que es cuando los ingleses le cantan "porque es un buen compañero" al teniente coronel Varela. Se presenta a la censura en el Ente de Calificación y el miembro del ministerio de Defensa dice que no la aprueba. Como la censura tenía que ser aprobada por los cinco miembros, no estaba ni aprobada ni rechazada, sino en un limbo, pero no podía pasarse.

-¿Y cuándo finalmente se pudo exhibir?
-El secretario de prensa de Presidencia, Emilio Abras, nos cuenta que Perón todos los sábados a la noche pedía ver una película en Olivos, junto con Isabelita. Todos los lunes esperábamos el llamado. Pasaron los sábados, hasta que un día nos llamaron porque Perón había pedido que la den en todos los cines del país. No le creímos, pero era verdad. Perón había visto declaraciones del comandante en jefe del Ejército [Leandro Enrique Anaya], quien había dicho que obedecía a sus mandos superiores. "¿A quién si no? ¿Qué me está queriendo decir?", se enojó Perón, y entonces lo llamó a Abras para que pasen la película, donde el capitan Elbio Anaya, tío del general, actuaba [fue uno de los represores] en una de las huelgas. La película anduvo muy bien hasta que murió Perón; con Isabel, es prohibida un 12 de octubre. Y ese mismo día salgo en la lista de la Triple A. [Luis] Brandoni y [Héctor] Alterio también tuvieron que exiliarse.

Bayer es un férreo opositor a la conscripción obligatoria. Asegura que para él fue una pérdida de tiempo y recuerda con humor un extraño mal entendido. Un cabo primero, que estudiaba teatro, le consulta si lo ayuda a ensayar una escena donde él tiene que rechazar a su novia porque le fue infiel. Bayer actuó de su novia, y le abrazaba las piernas mientras que el cabo primero lo rechazaba. Justo en ese instante, entró un teniente coronel, y así relata el desenlace: "El teniente coronel me pegó una patada en el culo que todavía me duele. Al grito de 'Putos, putos, este cuartel está lleno de putos'. Yo estuve 10 días de calabozo y el cabo primero fue trasladado a Tandil".

"La Patagonia Rebelde" cuenta la historia de 1500 obreros rurales de Santa Cruz que fueron asesinados entre 1920 y 1921. Sus huelgas y rebeliones fueron reprimidas por el teniente Héctor Benigno Varela, enviado al Sur por el entonces presidente radical Hipólito Yrigoyen. Por entonces, los padres de Bayer vivían en Río Gallegos, a dos cuadras de la cárcel, y le contaron a él que escuchaban a la medianoche gritos aterradores: eran los huelguistas, reprimidos a sablazos por los guardias. Fue la primera vez que oyó hablar de los sucesos de la Patagonia. "Mi padre no podía superar la tristeza que le causaba la muerte de toda esa gente", cuenta Bayer.

Desde hace años que Bayer vive seis meses en la Argentina y seis en Alemania, donde se reencuentra con sus diez nietos y sus tres bisnietos. "No puedo estar sin la Argentina", reflexiona con la mirada fija en un punto.

Mientras la película era censurada en el país, ganaba el Oso de Plata en la Berlinale de 1974.

-¿Cree que su vida está cruzada por esa obra?
-Totalmente. Y por el libro de Severino Di Giovanni también.

-¿Por qué cree que pasó eso?
-Por la brutalidad de nuestra sociedad. ¿Cómo va a prohibir mis obras? Ahora, hagan escribir a historiadores que demuestren que lo mío es mentira. No pudieron encontrarme nada de inventado. Las críticas que me hicieron tienen que ver por cuestiones ideológicas. Mis héroes son los héroes de abajo, viste. Los huelguistas de la Patagonia, los anarquistas de Severino, los anarquistas expropiadores. Son héroes del pueblo. Y eso les da bronca a los milicos y a la policía.

-Usted se define como pacifista a ultranza, habrá tenido fuertes discusiones con su amigo Rodolfo Walsh sobre si tomar las armas o no.
-Sí, absolutamente.

-¿Cree que se justifica tomar las armas en algún momento?
-Mirá, yo no estoy en contra tampoco de eso. Pero yo no lo voy a hacer nunca. Soy amigo de la paz. Pero claro, con una dictadura y la desaparición de personas, qué otro método podés utilizar. Es decir, yo los justifico completamente a Rodolfo Walsh, al Paco Urondo y a Haroldo Conti, que fueron mis mejores amigos. Con Rodolfo Walsh, la última vez que me encontré, le dije: "¿Cómo es posible que hayas cambiado el marxismo por el peronismo?".Y él me dijo: "No te equivoques. Yo no soy peronista, soy siempre marxista, ¿pero dónde está el pueblo?". Y yo le dije: "Mirá, el pueblo peronista no los va acompañar". Y él me dijo: "Ya vamos a ver". Confiaba en el levantamiento del pueblo. Me dio pena, porque era el mejor de todos. El mejor intelectual de esa época. Era completo. Escritor y qué investigador.

Trailer de "La Patagonia Rebelde"


Director: Héctor Olivera; Guión: Osvaldo Bayer, Fernando Ayala, Héctor Olivera.
En esta película se retrata la confrontacion de dos clases sociales: La dominante (los terratenientes (tanto locales como fóraneos) y autoridades locales) y el proletariado: el sector obrero sindicalizado de tendencia anarcosocialista, liderados por Antonio Soto (Luis Brandoni), o explotadores-explotados, si esta mejor asi. 
Como contexto la Patagonia, propiamente dicho la provincia de Santa Cruz, alli por 1920, durante la presidencia del Dr. H. Yrigoyen. En este panorama nada alentador, en el que son paralizadas las exportaciones y las huelgas derivan en escaramuzas y saqueos, o excesos entre ambos bandos. El presidente resuelve enviar al Teniente Coronel Héctor Varela (Zabala en el film, encarnado por Héctor Alterio) para cambiar las tornas a la situacion.
Es un film historico y testimonial, basado en el libro de Osvaldo Bayer titulado: Los vengadores de la patagonia trágica. Notable pelicula cuya problematica planteada o visionado resulta ser, digamos, atemporal.


Roca y los Kirchner

El Tugurio es un caos de papeles por doquier. Con olor a polvo y humedad, a intelectualidad, a lectura y escritura. La puerta de calle, decorada hace poco con un mural en honor a los pueblos originarios, invita a recorrer un pasillo tan estrecho como una persona. En la pared de la izquierda, una repisa sostiene libros, papeles, diarios y hojas hasta el techo. Apenas avanzados unos pasos, a la derecha se abre una biblioteca oscura -las ventanas cerradas impiden el paso del sol de la tarde- donde la escena se repite: otra gran repisa sostiene libros, papeles, diarios y hojas del piso al techo. Hay de todo. En una mesa hay una caricatura de Bayer.

Cuando termina el pasillo, hay un pequeño patio, cuya pared está densamente cubierta de plantas que riega todos los días y que él mismo plantó. El patio comunica la casa con una pieza donde se repite el caos del intelectual (libros, papeles, diarios, distinciones y diplomas), y con una pequeña cocina (donde hay más libros). Entre todo ese caos, un cartel de una calle muestra otra de las batallas intelectuales de Bayer. "Av. Roca" dice la chapa ahora colgada en la pared y que, en alguna oportunidad, marcó una dirección en alguna ciudad. "Hemos sacado la calle Roca de 26 ciudades argentinas. Eso es un triunfo. Y acá el que se niega es Macri. Mientras esté él, va a estar la estatua del genocida ese", lanza Bayer. La figura de Julio Argentino Roca también es un leit motiv en la vida intelectual de Bayer, que lo considera un "genocida" por llevar adelante la Campaña del Desierto.

“Un crimen es un crimen. Por eso califico como los crímenes más grandes de la historia a la eliminación del indio en la Campaña del Desierto y la desaparición de personas”

Foto: Diario La Nación. Ezequiel Muñoz. 

-¿A qué otras calles les cambiaría el nombre?
-A la calle Rauch. Fue contratado por Rivadavia para exterminar a los ranqueles. Al hermano de Roca, Ataliva, que también tiene una ciudad en La Pampa, quien era el que cobraba la coima.
Bayer siempre defendió a los pueblos originarios, y su actitud le valió alguna vez la prisión en una cárcel de mujeres, luego de dar una conferencia en la localidad de Coronel Rauch, donde exigió a los mismos pueblerinos que le cambien el nombre a su pueblo.

-Algunos historiadores lo critican porque dicen que usted no analiza a Roca con las ideas de la época.
-Yo les respondería con documentos de Belgrano, Castelli y Moreno.

-¿Se puede ser libre y pertenecer a un partido político en busca de la verdad histórica?
-Mientras no se mienta. si ese partido cometió un error, hay que decirlo y publicarlo, y no esconderlo. No sé cómo reaccionarían los afiliados, si se responsabilizarían y harían autocrítica. El partido radical tendría que hacer la autocrítica por la represión de las huelgas patagónicas, a los obreros de La Forestal y los hechos de enero de 1919 contra los metalúrgicos. Fue una verdadera carnicería de la Policía Federal enviada por Yrigoyen. Siempre han callado la boca los radicales. Y el peronismo debería hacer la autocrítica por la actuación de López Rega, un criminal absoluto.

-¿Qué balance hace del gobierno de Néstor Kirchner?
-Néstor Kirchner hizo cosas más positivas que negativas. Por supuesto, que también se puede hacer alguna crítica. Pero es el primer presidente en tener el coraje civil de mandar a juicio a todos los asesinos de la dictadura. Es un gran mérito de él. Y más todavía, mandarlos a cárcel común y que el peor de todos, Videla, haya muerto en una cárcel común.

-Y al gobierno de Cristina Kirchner, ¿cómo lo ve?
-La veo también con cosas muy positivas y otras muy negativas. Desgraciadamente, hay mucha corrupción. Empezando por el vicepresidente, que ya tendría que haberlo hecho renunciar. Pero de los gobiernos después de la dictadura, ha sido el mejor.

-¿Qué opina del ascenso de César Milani?
-Una cosa así se hace para quedar bien con Dios y con el diablo. Pero mal hecho.

Son las cinco de la tarde y ya va casi una hora de entrevista. Osvaldo Bayer debe atender aún a cuatro periodistas más que están por llegar. El historiador traslada su disciplina historiográfica a su vida.Por eso, está levantado desde la cinco de la mañana. Asegura que a esa hora es cuando más productivo es. Se acerca la tardecita, y sus energías se van terminando, hasta que repentinamente, se reactiva y dice: "Me olvidé invitarlos con algo ¿Un pequeño whisky?"

© Escrito por Mauricio Caminos y Germán Leza el viernes 07/11/2014 7 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.