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domingo, 10 de julio de 2016

De un extremo a otro… ©dealgunamanera...

De un extremo a otro…

A fuego lento, J.J. Aranguren. Dibujo: Pablo Temes

El tema de las tarifas revela que el Gobierno subestimó a la política tanto como la sobrestimó el kirchnerismo. ¿Es posible que el gobierno de Mauricio Macri se haya equivocado tanto en la ejecución de un sinceramiento tarifario en el que la mayoría de la sociedad estaba de acuerdo? Esta es la pregunta del momento. La respuesta es claramente “Sí”.

Esto es la consecuencia del profundo descreimiento que el macrismo tiene de la política. Conclusión: se pasó de un extremo al otro. El Gobierno se pobló de muchos hombres de buena fe, marcados por el corporativismo empresarial pero con una enorme falta de criterio social. Tal es el caso del ministro de Energía, Juan José Aranguren. Otro error que comete el Gobierno es creer que cuando las cosas no funcionan vendrá la Justicia en su auxilio. El brutal aumento de tarifas ha generado un problema político, que se debe resolver en el terreno político. Así obtuviera el Gobierno un fallo favorable de la Corte Suprema, es erróneo pensar que el problema quedará solucionado. Hay mucha gente que literalmente no puede pagar esos aumentos.

Un legislador de la oposición de diálogo fluido con los equipos del Gobierno cuenta una anécdota que parece salida de una historieta y que ilustra esta situación: “Hay buenas intenciones pero pésima implementación. Les advertimos en varias oportunidades que estaban haciendo mal los cálculos y no nos escucharon. Armaron planes y estudiaron alternativas que nada tienen que ver con la composición social de nuestro país. Hace unos tres meses le hicimos saber al ministro Aranguren que no estaba teniendo en cuenta las características climáticas y poblacionales de los distintos puntos del territorio.

Por ejemplo, que parte de la Patagonia y la provincia de Buenos Aires tenían consumos de gas mucho más elevados que otras regiones y que el norte argentino en el verano termina siendo electro dependiente para sostener los sistemas de refrigeración, desde los aires acondicionados hogareños hasta los equipos comerciales. Aranguren nos respondió que trabajan en una prueba piloto con medidores inteligentes y que, por ejemplo, los habitantes podrían programar el lava- vajillas y hacerlo funcionar por la noche, cuando baja la temperatura. Hablábamos de las zonas duras del norte del país y nos quedamos pasmados. La única respuesta posible era proponerle que haga su prueba piloto en Nordelta”.

El otro hombre que habitualmente es señalado por su falta de tacto social y su desconocimiento de las necesidades de la gente es Guillermo Dietrich. Son muchos, dentro y fuera del oficialismo, los que señalan que su falta de calle hace inviables muchas iniciativas que naufragan antes de llegar a sentarse a la mesa a discutir un proyecto con él.

Un grupo de diputados del interior del país asegura que el número de presentaciones y amparos que está dando vueltas es mucho mayor que el que trasciende a través de los medios de comunicación. “En los pueblos y municipios chicos, cuando hay un amparo exitoso se pasan el modelo de presentación, copian el formato del escrito cambiando los datos y lo vuelven a presentar en localidades vecinas. La judicialización resultó imparable”.

Otro ejemplo que revela un amateurismo absoluto lo narró un diputado del Frente Renovador (FR) que no lograba salir de su asombro ante lo que escuchó. A este legislador le pidieron desde el Ministerio de Energía que desde el FR salieran a explicar que el beneficio de los topes del 400% para los aumentos del servicio en los hogares sólo se alcanzará si cada familia consume una cantidad igual o menor a la del mismo período del año pasado; en caso contrario, el aumento de la factura superará el límite del 400%. “O sea que el Gobierno quería que fuéramos nosotros los que nos hiciéramos cargo de las malas noticias y ellos encargarse de las buenas”.

Desde el oficialismo, un funcionario de importancia señala que a Aranguren lo vio muy preocupado trabajando 24 horas al día. Algunos han comenzado a darse cuenta de que la crisis generada por el aumento de tarifas ya está excediendo la figura del ministro y salpicando la de todo el Gobierno, incluido el presidente Mauricio Macri. “Es que, en realidad, ya no se le puede echar toda la culpa a Juan José; hay algo que nadie supo ver”, reconoce el funcionario de marras.

Internas. Entretanto, en el frente interno de Cambiemos las cosas no están bien. Varios radicales aseguran que, en un encuentro a principios de año, les advirtieron a Marcos Peña, a Rogelio Frigerio y a otros miembros del PRO que lo de las tarifas no terminaría bien. Les ofrecieron incluso proyectos alternativos. Por lo que se ve, fueron escuchados pero no tenidos en cuenta.

“Están practicando un kirchnerismo a la inversa. El núcleo duro del PRO se encierra y resuelve solo. Sabemos que somos minoría, pero así como están las cosas, esto no se parece a una coalición”.

El radicalismo está dolido. Algunos de sus miembros hasta sienten un choque cultural con líderes del macrismo. Hay muchos que se sienten marginados del Gobierno y creen que fueron usados para construir una herramienta electoral.

“Queremos continuar y bancar este espacio, pero primero hubo alguna luz amarilla de alerta, hoy se está tornando naranja y estamos cada vez más cerca de tocar el rojo”, sentenció una fuente que por los términos y el tono exhibía una mezcla de bronca y angustia. Es que a todos ellos los persigue el fantasma de la Alianza, algo que, de repetirse, sería catastrófico no sólo para el Gobierno sino también para el país.

Producción periodística: Santiago Serra.

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domingo, 8 de mayo de 2016

Juego de diferencias... @dealgunamanera...

Juego de diferencias…

Su mejor alumno, Marcos Peña. Dibujo: Pablo Temes.

El jefe de Gabinete lo llamó “equipazo”, pero los ministros no patean para el mismo lado.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 08/05/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Marcos Peña dijo el jueves pasado en Intratables que el Gobierno tiene un “equipazo económico” que es liderado por el propio presidente Mauricio Macri. A juzgar por el peso de los nombres, probablemente sea cierto, pero la realidad y la tensión natural de los deberes y obligaciones de cada ministerio, ha desatado los primeros encontronazos que, en algunos casos, han alcanzado dimensiones considerables. ¿Qué es lo que está ocurriendo entre los hombres que manejan el destino de la política económica del país?

Alfonso Prat-Gay es, casi con seguridad, uno de los hombres mejor plantados dentro del Gobierno pero, a la vez, el más expuesto por decisión política del Presidente en el diseño del gabinete. El ministro de Hacienda, debió resignar el poder real –propio de un ministro de Economía–en manos de varios de sus pares: Francisco Cabrera, tomando decisiones ejecutivas desde su cargo de ministro de la Producción, la canciller Susana Malcorra, con atribuciones en Comercio Exterior, Juan José Aranguren –un técnico que optimiza los números a cualquier precio– en el Ministerio de Energía, Guillermo Dietrich con injerencia en obras públicas como ministro de Transporte, y Rogelio Frigerio en su rol de ministro del Interior, emprolijando y administrando recursos que le son propios a las provincias.

A pesar de esto, Prat-Gay no se arredra y mantiene una dura pero necesaria discusión con Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, en lo relativo al nivel de las tasas de interés, la política monetaria y cambiaria. Economistas del Frente Renovador, señalan que, entre el ingreso de dinero proveniente del crédito por el arreglo con los holdouts, y los US$ 5 mil millones de la soja que se esperan para mayo, se terminará produciendo un revalúo del peso o, dicho de otra manera, continuará la quietud de la moneda norteamericana.

Aquí sobreviene la primera diferencia técnica entre las necesidades de ambos. Con inflación alta, peso apreciado, bajo consumo y dólar atrasado, es más difícil atraer inversiones. Para Alfonso Prat-Gay sería un mejor escenario bajar la tasa de interés para reactivar la economía movilizando el consumo. Desde el Banco Central, quienes conocen a Sturzenegger aseguran que mientras no baje la inflación él no tocará la tasa de interés. El partido se juega en el terreno de lo real donde cada uno aplica su mejor receta, esperando ver qué ficha moverá el de enfrente. Otros ministros y funcionarios que miran la contienda desde la platea, creen que el límite para sostener este nivel de tasa y estancamiento no debería superar el mes. Todo un mensaje para el presidente del BCRA.

Rogelio Frigerio es otro de los que camina con aplomo, en un terreno patinoso. Ya tuvo un altercado con Prat-Gay por la meta inflacionaria del 25%. La plata le está llegando en cuentagotas, y aún no ha podido distribuir entre los gobernadores el 15% de coparticipación federal que se les retenía a las provincias y había sido objeto de litigio judicial.

El Ministerio del Interior trabaja en una reunión de gobernadores a realizarse en Córdoba para presentarles una oferta. Entre Frigerio, Prat-Gay y algunos gobernadores, habría un principio de consenso en que la devolución del 15% se vaya realizando de manera escalonada a un ritmo de un 3% anual. En Interior aseguran que “el otro ‘dulce’ que el ministro puede mostrarles a los gobernadores es el dinero de fondos federales para obras, que, a decir verdad, viene algo lento”.

Carlos Melconian, de renovada elegancia, juega un partido aparte, para utilizar términos futbolísticos que tanto le gustan. Atrás quedaron los días en que refunfuñaba por lo bajo dada la conformación de los espacios en Economía. Una fuente del Banco Nación resume su situación diciendo que “está contento pero reclamando mayor celeridad y menos gradualismo”. En el PRO fueron algo más duros: “Que ni sueñe con ser ministro, es capaz y rápido, pero de esos tipos de barrio que creen que se las saben todas y terminan abriendo grietas por todos lados”.

Uno de los protagonistas de la semana ha sido el ministro de Energía Juan José Aranguren. El anuncio del aumento –el cuarto en el año– del 10% en las naftas, se vio agravado por su curioso análisis de la situación: “si el consumidor considera que el precio es alto dejará de cargar”. Honestidad brutal. No tiene muchos amigos dentro del Gobierno. Es un técnico capaz pero carente de tacto político y noción de la circunstancia social. “El Indomable” es como lo llaman algunos de sus detractores en el gabinete. Otros, que lo aprecian, grafican su lamento diciendo: “Lo disfrutábamos cuando estaba en Shell plantándose contra Guillermo Moreno. Ahora no sabemos cómo controlarlo” –se resignó la fuente–. “No le hace caso a nadie, pero no es ningún kamikaze, ya va a entender”.

"Aranguren no hace caso a nadie, pero no es kamikaze, ya va a entender"

Hipocresía

La alta inflación, la caída de la actividad económica y –más que los despidos– el temor a perder el trabajo, le ha dado sustento al proyecto de ley antidespidos, instrumento legal sobre cuya escasa o nula efectividad hay un consenso mayoritario proveniente, inclusive, de muchos de los que en público lo apoyan. Macri cometió un error al anunciar que vetaría la norma. Eso no hizo más que estimular a los sectores más duros del peronismo afines al kirchnerismo que lo que están buscando, en realidad, es hacerle pagar al jefe de Estado el costo político de una decisión de ribetes impopulares.

Son esos mismos sectores los que se han sentido incómodos en estos últimos días con el video en el que aparece Cristina Fernández de Kirchner expresando su rechazo a una norma similar requerida por la CGT en 2010. Curiosamente, los argumentos utilizados por la ex presidenta para oponerse a la iniciativa fueron los mismos que hoy esgrime Macri. La contradicción está en la esencia del kirchnerismo.

En este contexto, la marcha que unió a dos de las tres CGT y las dos CTA hace siete días, continuó reverberando a lo largo de la semana.

Ley antidespidos, discursos variopintos, poco margen para el uso político de los trabajadores y un común denominador: una parte grande de la sociedad, aún le da crédito al gobierno del presidente Macri y ha decidido prolongar la luna de miel. Más allá de los aumentos, sinceramiento o ajuste, hay un clima expectante y de tolerancia que es bienvenido como signo de madurez democrática. Una parte del sindicalismo y del peronismo más duro parece haber comprendido esto: al Presidente le debe ir bien; no hay espacio para otra experiencia como la de la Alianza. Al menos, nadie quiere ser el responsable de una crisis que pondría a los argentinos al borde de un colapso de consecuencias institucionales que fueron las raíces a partir de las cuales surgió el kirchnerismo con su impronta de autoritarismo, corrupción y populismo que tantas secuelas han dejado en la sociedad argentina.

Producción periodística: Santiago Serra.


domingo, 31 de enero de 2016

Informe de daños… @dealgunamanera...

Informe de daños…


El sinceramiento de la economía es costoso pero inevitable. Gestionar en campo minado.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 31/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El sinceramiento de la economía era y es una realidad que le hubiera correspondido llevar adelante a cualquiera de los candidatos que compitió en la última elección. Es lo que le toca poner en práctica a Mauricio Macri. La tarea es difícil y traumática. El campo minado que montó Cristina Fernández de Kirchner ha dejado de ser un enunciado y se ha transformado en una realidad que se hace presente día a día.

El Gobierno sorteó exitosamente el primer gran test que fue el levantamiento del cepo. Viene ahora el segundo: el combate contra la inflación. En la raíz de este gran problema está el fenomenal déficit fiscal que creció sin parar durante la segunda presidencia de CFK al ritmo de los subsidios y los nombramientos innecesarios de una mayoría de militantes kirchneristas en los diferentes ámbitos de la administración pública.

En relación al primero de los ítems –los subsidios–se dio el primer paso con los anuncios hechos por el ministro de Energía, Juan José Aranguren. La medida era inevitable. Si hacemos memoria, veremos que CFK ya la había comenzado a implementar no bien comenzó su segundo mandato. El impacto político de la tragedia de Plaza Once la hizo desistir de seguir adelante con ese plan. Fue precisamente por razones políticas electoralistas que en la Argentina se generó un doble estándar inaceptable para un país que aspira a ser realmente federal: en la mayoría de las provincias sus habitantes gozaron con un nivel de ingresos tal que nunca debió haber sido subsidiada.

Hay otros, en cambio, que lo necesitan imperiosamente. El aumento que viene a partir de ahora es brutal; por lo tanto va a ser fundamental que su implementación sea lo suficientemente prolija y cuidadosa para que ninguno de estos últimos quede excluido de ese universo.

El aumento de las tarifas tendrá también un efecto sobre los precios, hecho que va a complicar la negociación salarial. Los primeros en experimentarlo serán el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, y su par bonaerense, Alejandro Finocchiaro. La propuesta de Bullrich, quien había planteado un índice de ajuste del 25%, quedó desfasada. En esos ámbitos se han escuchado quejas por la falta de timing político con que se adoptó la medida.

La reunión del Gobierno con la Mesa de Enlace marcó la reapertura del dialogo con el campo. Como ya lo había expresado su presidente, Carlos Melconian, el Banco Nación, –en cuyos despachos hasta el 10 de diciembre sólo se sintonizaban Canal 7, Encuentro, Paka Paka y el resto de los canales afines al kirchnerismo–, volverá a tener una presencia fuerte en el sector. A manera de símbolo y como anticipo de lo que vendrá en líneas de créditos para el sector, se decidió que el banco vuelva a tener su tradicional stand en Expo Agro, circunstancia que no ocurría desde el conflicto por la 125.

La supresión de los “ñoquis” nombrados en la administración pública por el anterior gobierno representa un verdadero desafío y un dolor de cabeza para la actual gestión porque en el camino se cometen injusticias por las que se han dejado cesantes a empleados que cumplieron con sus tareas en forma cabal. Una cosa es prescindir de los “ñoquis” y otra muy distinta es la de dejar cesante a personal de carrera. ¿Es una “desprolijidad” o algo planificado? Esto está creando temor en mucha gente que se ha desempeñado en el Estado con probidad y eficiencia.

A CFK le molestó ver a gobernadores peronistas con Frigerio.

El kirchnerismo intentó apropiarse del Estado como herramienta para mantener cuotas de poder. A manera de ejemplo veamos lo que ha estado sucediendo en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. El edificio que ocupa el organismo fue inaugurado por CFK antes de las elecciones de octubre. A simple vista es moderno y bien construido, pero según manifiestan los nuevos huéspedes, es pura carcaza. “Si prenden un aire acondicionado en el primer piso, se corta la luz de la planta baja”, señala un funcionario del área.

Curiosamente, parte del personal no acata las órdenes de las nuevas autoridades. Algunos de los que se niegan a prestar las tareas que se les requieren se amparan en su condición de personal de planta para argumentar que eso los pone a resguardo de cualquier intento de despido.

En el predio de la ex ESMA hay decenas de edificios, y cada uno le corresponde a alguna agrupación de Derechos Humanos. El edificio central corresponde a la Secretaría. Sin embargo, cada edificio tiene un “intendente” y, cada decisión adoptada relacionada con la infraestructura tiene que ser consensuada entre todos los intendentes. “Esto parece una reunión de consorcio. Ahora queremos instalar Cablevisión en la Secretaría y no obtenemos el consenso de la mayoría de los intendentes que representan a las agrupaciones de corte kirchnerista”, señala otra autoridad.

En uno de los galpones del fondo está instalado el taller del artista que realizó el perfil de Evita que se instaló en la cara norte del edificio del Ministerio de Desarrollo Social. “Parece que al tipo no le pagaron todo o negociaron con ese galpón. El hecho es que nosotros tenemos que usarlo y el artista no se quiere ir”.

Mientras tanto, el peronismo cruje. Se sabe que a CFK le molestó la asistencia de los gobernadores peronistas a la reunión convocada por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Con alguno de ellos parece que habló para quejarse por su concurrencia. Lo que no imaginó la ex presidenta fue el reproche que recibió por parte del mandatario provincial a quien supo “mandonear”.

CFK debería leer con mucha atención el documento que los gobernadores pertenecientes al PJ firmaron al final del encuentro que mantuvieron la semana pasada en San Juan. Se habla allí de la necesidad de llevar adelante una renovación y de hacer una lectura adecuada de la derrota que sufrió el justicialismo y que sólo parece no haber sido aceptada ni elaborada por la ex presidenta, La Cámpora y el resto del kirchnerismo duro, que aún no se han dado cuenta que no manejan ya la caja –el dinero del Estado– para amedrentar y castigar a quienes hubieran osado rebelarse ante su manejo despótico del poder.

Producción periodística: Guido Baistrocchi. 



sábado, 26 de diciembre de 2015

Devaluación, inflación y el después… @dealgunamanera...

Devaluación, inflación y el después…

Foto: Diario La Nación del 25/12/2015.

La disputa que el gobierno nacional lanzó para frenar los aumentos de precios, derivados de los rebotes de la última devaluación, viene chocando con la resistencia empresaria a resignar posiciones. La devaluación y liberación cambiaria, incluso su anuncio anticipado, llevó a que diversos sectores, ligados a productos transables (en el comercio exterior) o no, sacaran ventaja en la pelea de precios relativos, con aumentos que pretendían reflejar el eventual impacto en los costos o equiparar el precio que obtendrían al ser exportados. El beneficio relativo de estos sectores quedó relativizado por el aumento de precios en otros que no eran aquellos sobre los que se proyectaba el “aumento de competitividad” buscado. Así, se armó una ola de aumentos que parecía arrastrar al conjunto de la economía. El pretendido reordenamiento de precios amenaza convertirse en un rebrote inflacionario en el que el sector del trabajo llegará inevitablemente tarde para empezar a articular una defensa de sus posiciones.

© Escrito por Raúl Dellatorre el sábado 26/12/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Foto Diario La Nación.

El jueves 24, en conferencia de prensa, el jefe de Gabinete Marcos Peña se refirió en tono cauto pero optimista al tema. Dijo esperar que enero “venga con buenas noticias” en materia de precios, aludiendo a la expectativa de posibles acuerdo con sectores empresarios para lograr, “de mínima, que no haya más aumentos”, y en la aspiración mayor conseguir que “retrocedan en incrementos un poco excesivos, en términos especulativos” que habían sido aplicados entre noviembre y diciembre. Se cubrió al señalar que no habría una solución fácil ni inmediata a la inflación, porque es “un problema que viene de arrastre”. Y señaló que, entre los instrumentos que el Gobierno tiene en carpeta, se cuenta la eventual importación de carnes.

La Cámara Argentina de Comercio, una de las seis entidades patronales más representativas del establishment, respondió a través de su presidente, Carlos de la Vega, que afirmó que “los únicos precios que van a bajar son los que se han fijado en función de un dólar de 14, 15 o 16 pesos”. Una clasificación que los empresarios deberán aplicarse a sí mismo, en un sistema donde no existe regulación ni control sobre formación de costos de las firmas. Es decir, que “el retroceso de precios” debería ser voluntario. Por otra parte, si hubo expectativas de una devaluación que llevaría el precio de la divisa inmediatamente a 15 o 16 pesos, fue porque quienes luego ocuparían los cargos de presidente y de ministro de Hacienda así lo transmitieron. De la Vega se manifestó escéptico, además, respecto de la posibilidad de alcanzar alguna forma de acuerdo económico y social, recordando los numerosos intentos frustrados que muestra la historia de los últimos treinta años.

Y pese a las expectativas de “buenas noticias” que espera Marcos Peña para enero en materia de precios, las proyecciones indican que el primer mes de 2016 será el turno de los ajustes en el rubro Servicios. Empresas prestadoras de telefonía celular, de Internet, televisión por cable y colegios privados, entre otros, anticiparon que aplicarán aumentos que oscilarán entre el 15 y 25 por ciento a partir del mes próximo. Aún se espera una definición sobre las tarifas eléctricas y de gas, con una quita inicial en los subsidios que podría tener repercusión en las facturas en los primeros treinta días del año.

La devaluación no tiene incidencia directa sobre estos bienes, pero ya casi no hay analista que niegue que fue el impulso dado por la devaluación el que desató esta ola de remarcaciones. La carrera de precios está lanzada, y el mismo gobierno que la generó ahora se desespera por controlarla.

Uno de los rubros que, en los últimos años, logró reflejar casi en simultáneo el movimiento ascendente del tipo de cambio fue el de combustibles, por la política de recomposición de precios que el gobierno kirchnerista le concedió a YPF para que pudiera sostener su ambiciosa política de inversiones. Con otros criterios, la conducción actual del área, en manos del ministro Juan José Aranguren, busca negociar con empresas petroleras y refinadoras que el impacto de la devaluación sea “absorbido” entre ambos, en un intento por eludir un aumento con fuerte efecto en cadena sobre el resto de la economía.

Como explica con precisión el colega Pablo Fernández Blanco en una nota del martes 22 (diario La Nación), tanto las firmas productoras de petróleo como las refinadoras cuentan con márgenes de rentabilidad suficientemente altos como para responder al requerimiento de Aranguren. El ahora ministro, que solía expresar la línea más dura en materia de precios en surtidor estando al frente de Shell, hoy corre con ventaja frente a sus ex pares. Las cifras en su poder –señala la aludida nota– reflejan que, con una retribución por barril que arranca en los 77 dólares (para el tipo Medanitos, extraído en Neuquén), aunque se vaya escalonando hacia abajo en las demás regiones, siempre es altamente conveniente respecto de la cotización internacional, que esta semana se ubicó debajo de los 35 dólares por barril para el tipo WTI. Las refinadoras, según un estudio del especialista Daniel Montamat (que se incorporará al nuevo directorio de YPF, designado por el gobierno nacional), gozan actualmente de uno de sus máximos niveles históricos de rentabilidad. Bajo estas condiciones, no resultaría tan utópica la pretensión del ministro de Energía de acotar el aumento de los combustibles por debajo del 20 por ciento en todo el año, con un primer aumento recién en marzo. Aunque eso, de por sí, no sea suficiente para garantizarle el triunfo en la pulseada.

El pronóstico de la Fundación Mediterránea tampoco coincide con las expectativas de “buenas noticias” de Peña. En un informe de esta semana, la entidad cordobesa estima probable que la inflación se acelere en el corto plazo, consecuencia de la devaluación, la eventual suba tarifaria por quita de subsidios, la baja en las retenciones a la exportación y la eliminación de restricciones al comercio exterior. Como se ve, todas medidas que tienen que ver con decisiones del actual gobierno, no con situaciones “de arrastre” tal cual señaló el jefe de Gabinete.

El centro de estudios solventado principalmente por el Grupo Arcor, del cual surgió Domingo Cavallo y el equipo que lo acompañó en su gestión, sostiene más adelante en el mismo trabajo que “la dinámica posterior de los precios”, después de este impacto inicial a la suba, dependerá fundamentalmente de un programa fiscal que controle el actual déficit y un programa monetario que privilegie el financiamiento externo y evite la emisión. Nada nuevo bajo el sol: la vieja fórmula del ajuste recesivo y endeudamiento externo. Un consejo que el gobierno seguramente ya tomó en cuenta y tiene en sus planes.

Las proyecciones de la Mediterránea para el resto del año valen para entender, en perspectiva, qué es lo que espera también el gobierno de Macri tras el actual reacomodamiento de precios. Hacia el segundo semestre del año, dice la FM, los productos exportables deberían comenzar “a mejorar sus precios relativos internos”, es decir haber aumentado más que los demás, para de ese modo estar en condiciones de incrementar sus ventas al exterior. “Una economía que crece impulsada por las exportaciones y la inversión”, es la combinación soñada, en la que ya no aparece como motor el consumo interno. Al contrario, tras reconocer que entre este fin de 2015 y principios de 2016 la economía atravesará por un proceso de aceleración inflacionaria, el tema de la recomposición de salarios aparece como uno de “los riesgos internos” que deberán superarse para alcanzar el equilibrio buscado.

Las “futuras paritarias”, se apunta, es uno de los “múltiples riesgos” que habrá que enfrentar, a la par de “la debilidad en el precio de los commodities”, la “desaceleración de los países emergentes”, o los “serios problemas de Brasil”. Teniendo a la recuperación salarial como “un problema” o “un riesgo”, está claro el sentido de la actual recomposición de precios, impulsada deliberadamente con la devaluación y quita de retenciones a la exportación, y que ahora se busca anclar para cristalizar los beneficios. Sin todos adentro.