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martes, 18 de febrero de 2020

Necropolítica. Dejar morir a las personas que no son rentables... @dealgunamanera...

“El neoliberalismo aplica la necropolítica, deja morir a las personas que no son rentables”…

Clara Valverde acusa al neoliberalismo de practicar una política basada en la muerte de los excluidos

Clara Valverde, activista política y social y escritora, presenta su nuevo libro 'De la necropolítica neoliberal a la empatía radical' (Icaria / Más madera) "El poder neoliberal se asegura que los incluidos no se fien de los Excluidos, que los vean como extraños, diferentes, desagradables y no se solidaricen con ellos"

© Publicado el Martes 11/07/2017 por El Diario de la Ciudad de Madrid, República de los Españoles.

Clara Valverde introduce su nuevo libro con la alusión al texto de una pintada en la pared: “Con la dictadura nos mataban. Ahora nos dejan morir”. En ‘De la necropolítica neoliberal a la empatía radical’ (‘Icaria/Más madera’) esta activista política y social y escritora sostiene que el sistema neoliberal es incompatible con la lucha contra la desigualdad. Para ella, este sistema divide la sociedad en excluidos e incluidos. Se desentiende de los primeros y atemoriza a los segundos para perpetuar y aumentar el poder y la riqueza de los privilegiados.

¿Qué tenemos que entender por “necropolítica neoliberal”?
‘Necro’ es la palabra griega para ‘muerte’. Las políticas neoliberales son unas políticas de muerte. No tanto porque los gobiernos nos maten con su policía, sino porque dejan morir a la gente con sus políticas de austeridad y exclusión. Se deja morir a los dependientes, a los sin techo, a los enfermos crónicos, a las personas en listas de espera, a los refugiados que se ahogan en el mar, a los emigrantes en los CIEs…

A los cuerpos que no son rentables para el capitalismo neoliberal, que no producen ni consumen, se les deja morir.

¿Cómo se consigue convencer a los ciudadanos de que esa “necropolítica neoliberal” les beneficia? ¿Porqué no hay una rebelión masiva contra ella?
Los que aún no están excluidos, los que aún se creen el mito de que en esta sociedad somos libres aceptan y hacen suyo lo que dicen los poderosos y su prensa: que los excluidos no son como ellos, que son una gente zarrapastrosa, sucia, rara, diferente, con mala suerte y malos hábitos. El mito que ha calado es que los excluidos se han buscado la situación que sufren.

No hay una rebeldía masiva contra las necropolíticas de los gobiernos, contra la exclusión, porque la gente que aún no está excluida no se identifica con los excluidos. Piensan “ese no soy yo”, “eso no me pasará a mí”. No se dejan identificar con el que sufre, no hay empatía radical. Y en realidad las necropolíticas nos afectan a todos. En cuanto esa persona incluida enferme será posiblemente excluida sin ingresos y sin ayuda.

En este diseño social hay ciudadanos excluidos y ciudadanos incluidos. ¿Nadie defiende a los excluidos?
Muy poca gente defiende a los excluidos. ¿Cuánta gente se organiza para apoyar a los sin hogar? ¿Cuánta gente ayuda a los ancianos o enfermos crónicos y a sus asociaciones? En la PAH hay apoyo mutuo y empatía radical pero casi todos los que están activos en la PAH son afectados ellos también por los desahucios.

Los incluidos creen estar a salvo de su expulsión del sistema pero les adviertes que en cualquier momento pueden caer en la exclusión. El temor a la exclusión ¿fomenta la insolidaridad en nuestra sociedad?
Los que ahora tienen la suerte de no estar enfermos, desahuciados, en paro, deberían pensar que la mayoría, a menos que tengan mucho capital económico, podrían llegar a ser excluidos. Pongamos que eres conductor de autobús. Si enfermas, aunque lleves cotizando años, es muy posible que el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM) te dé el alta aunque estés demasiado enfermo para trabajar. Entonces, ¿qué harás? Sin poder trabajar, sin ingresos y con los gastos que una enfermedad conlleva y que no cubre la Seguridad Social…

El poder neoliberal se asegura de que los incluidos no se fíen de los excluidos, que los vean como extraños, diferentes, desagradables y no se solidaricen con ellos.

El neoliberalismo impone su necropolítica mediante la violencia. Pero ésa violencia no siempre es explícita. Dice que la más eficaz para los intereses del neoliberalismo es la ‘violencia discreta’. ¿A qué se refiere?
Por ejemplo, los recortes, la mercantilización y la privatización de la sanidad pública son una violencia discreta. No matan a tiros a los enfermos en listas de espera. Pero ¿cuántos mueren por esas listas interminables? Esas listas son tan largas porque los administradores de la sanidad pública y los políticos la han organizado de modo que la sanidad privada “chupe” de ella. Y eso tiene, como una de sus consecuencias, el sufrimiento y la muerte lenta de los enfermos que esperan.

Asegura que nos han cambiado el sentido de las palabras y que para combatir la necropolítica neoliberal hay que volver a llamar a las cosas por su nombre ¿Qué trampas del lenguaje destacaría?
Hay que llamar a las cosas por su nombre. Los políticos de derechas neoliberales, los que van de “centristas”, todos esos nos maltratan. No hay otra palabra. Es maltrato. Las condiciones laborales son malos tratos. Los recortes son malos tratos. Las leyes mordaza son malos tratos.

Hay muchas trampas lingüísticas. El que la gente haga suyas las frases-trampa de los poderosos es preocupante. Frases como “es lo que hay”, “no me puedo quejar”, “no va a ir a peor”, “no pasa nada”, etc. Y el ‘pensamiento positivo’ que hace que la gente se sienta culpable de estar enfadados con los políticos y de la situación actual.

La tolerancia es otra gran trampa. La tolerancia es muy violenta. Se intenta decir que es buena, que sí, que hay que tolerar al que es diferente. ‘Tolerar’ quiere decir ‘aguantar’ y es una posición de poder sobre el otro. “Yo te aguanto aunque seas pobre, trans, negro, autista, etc.” No, las diferencias no son para ser toleradas. Las diferencias hay que mirarlas, entender el por qué hay desigualdades entre grupos diferentes y cambiar la situación. Es necesario nombrar las desigualdades y luchar contra ellas al mismo tiempo que celebramos la diversidad.

Choca que hable de la contratación de discapacitados o del papel de las ONGs como instrumento manipulado por el neoliberalismo en interés propio.
Aquí no se habla de esto pero en muchos países, sí. Hay numerosos autores que hablan del “ONGismo” y del “Inspiración Porn”.
El ONGismo es la utilización de la comunidad para hacer el trabajo que debería hacer el gobierno con nuestro dinero. El ONGismo es un tema complejo porque la buena gente que se implica en una ONG lo hace con buenas intenciones. Pero luego son ellos los que tiene que recortar y hacer que sus empleados acepten sueldos míseros para hacer tareas que corresponden al Estado de Bienestar.

Cita algunos ejemplos de esta manipulación en la publicidad.
Hace unos años la Fundación La Caixa utilizaba personas con síndrome de Down no muy severo como ejemplos de cómo deberían ser los trabajadores. Ahora hay un anuncio de la compañía que hace lavadoras, Balay, en la que un sordomudo dice: “¡Mirad! Si un trabajador discapacitado es el mejor trabajador, sonríe y no se queja, tú, que no eres discapacitado, deberías callar, trabajar y no protestar”. Esto es un ejemplo de “Inspiración Porn”, una suerte de pornografía con los discapacitados.

Pero la realidad es que la mayoría de los discapacitados no tienen ingresos y sufren mucho. Y si consiguen un trabajo, su empresa no tiene que pagar su Seguridad Social. Es un ahorro para el jefe.
¿La necropolítica es especialmente evidente en España? Destaca que en este país se ha enterrado la memoria histórica de lo que supusieron la guerra y el franquismo, que sólo en Camboya hay más fosas comunes por abrir.

En realidad, la necropolítica se puede ver por todo el mundo. Mira la situación de violencia en México.

Pero sí, una sociedad como la nuestra que destaca a nivel mundial por la cantidad de personas desaparecidas y sin enterrar desde hace 80 años, no es una sociedad que pueda funcionar de forma humana. Tenemos a más de 100.000 abuelos y abuelas sin enterrar aún. ¿A cuántas personas de nuestra generación afecta éso directamente? ¿E indirectamente?

Andamos por los campos y las cunetas, y debajo de nuestros pies están miles y miles de personas que el gobierno, ningún gobierno, cree que merezcan ser encontrados y devueltos a sus familias. Eso produce una sociedad muy enferma.
El sistema sanitario le sirve como ejemplo perfecto de la forma de actuar de esa necropolítica neoliberal. ¿Es donde se hace más evidente su forma de actuar?
Es una de las áreas en la que más vemos el sufrimiento causado por la necropolítica, porque en el sistema sanitario se trabaja con las vidas y los cuerpos de las personas, con el sufrimiento inevitable que es parte del ser humano.
Te doy un pequeño ejemplo. Los profesionales de enfermería en hospitales en los que se ha implantado el método “Lean”, método inventado para las cadenas de montaje de coches Toyota. Dan más importancia a estar “on time” (puntuales con la velocidad que les imponen en sus tareas, velocidad nada humana ni para el profesional ni, sobre todo, para el paciente) que a la calidad del trabajo y al bienestar de los pacientes. Dicen estar contentos si están “on time”, ¡como si fueran conductores de la Renfe!
El método Lean se ha conseguido implantar sin que hayan protestas entre los profesionales sanitarios. De la misma manera que tantos profesionales no cuestionan Lean, tampoco cuestionan el autoritarismo y el paternalismo que ellos mismos utilizan con los enfermos.
Lo grave es que estos profesionales sanitarios son ellos también víctimas del autoritarismo y paternalismo de las administraciones sanitarias. A ellos les maltratan y se les exige que también maltraten. Finalmente, sin darse cuenta, acaban haciendo lo que llaman muchos autores “gobernar por terceros”; o sea, haciendo el trabajo sucio de los neoliberales.

Y simboliza en las enfermas de Síndromes de Sensibilización Central esa acción. ¿Por qué?
Porque los enfermos, o enfermas porque la mayoría son mujeres, adolescentes y niños, de SSC son por lo menos el 3,5% de la población -aunque los investigadores internacionales dicen que el porcentaje es mucho más alto- y cada año pierden parte de los pocos derechos que tenían. Con Boi Ruiz, los enfermos de SSC en Catalunya, dejaron de tener derecho a acceder a sus médicos. Y si el nuevo consejero sigue el acuerdo Junts Pel Sí-CUP, seguirán sin poder ver a su médico y los que enfermen ahora no podrán ser diagnosticados.
E
l 80% de estos enfermos viven encerrados en sus casas, en sus camas, sin ninguna ayuda sanitaria ni social. Y están demasiado enfermos para protestar, participar en movimientos sociales, etc. La mayoría enferman entre los 10 y los 30 años de edad. No han cotizado. Les espera una larga vida de pobreza y sufrimiento en la cama. Y los que han conseguido trabajar unos años y cotizar, el ICAM hace todo lo posible para que no tengan una ayuda económica. Hasta a los que han conseguido una pensión a través de los juzgados el ICAM les quita la pensión.

El antídoto contra esa necropolítica está en la voluntad de compartir. “Para sobrevivir y vivir hay que compartir”, dice. ¿Funcionará?
Las iniciativas, ideas y grupos implicados en lo común son el antídoto contra la necropolítica. Lo que el poder absoluto quiere dividir, nosotros lo tenemos que juntar. Nos tenemos que juntar enfermos, sanos, trans y todos los géneros, razas varias, ancianos, niños… Pero para hacerlo tenemos que desarrollar una empatía radical y empezar desde los espacios excluidos. No funciona que los “incluidos” inviten a los excluidos a sus movimientos. Tiene que ser al revés. Los que aún se creen incluidos necesitan ir a esos espacios intersticiales en los que habita la exclusión y empezar desde ahí.

En ese sentido quería dar las gracias a Catalunya Plural por entender que para poder tener esta conversación conmigo, que vivo en la cama el 90% del tiempo con Encefalomielitis Miálgica, lo hemos tenido que hacer a mí manera. Unos necesitan una rampa para su silla de ruedas. Otros necesitamos Skype y email.









martes, 29 de mayo de 2018

María Dolores ya no volverá a cantar las mañanitas… @dealgunamanera...

María Dolores ya no volverá a cantar las mañanitas…

María Dolores Pradera, en una actuación en 1983. Fotografía: Gustavo Cuevas

La artista llevó las canciones españolas a América latina y aquellas las trajo de vuelta.

© Escrito por Rosa León el martes 29/05/2018 y publicado por el Diario El País de la Ciudad de Madrid, España.

Hace unas horas María Dolores ha dejado de cantar. Nunca una frase ha sido más exacta. Cantaba en medio de una conversación, cantaba cuando te llamaba por teléfono… cantaba en cualquier situación y en cualquier momento. Ya no volverá a cantarle las mañanitas a los amigos en sus cumpleaños. Despedir a María Dolores es despedir a una de las intérpretes más geniales que ha dado este país.

Tuve la suerte, el honor, el placer, de producirle cuatro discos para su compañía discográfica y creo que son los discos donde no solo he disfrutado escuchándola cantar, son los discos donde mejor me lo he pasado y más me he reído, porque María Dolores no era solamente una genial intérprete, tenía un fino y agudo sentido del humor.


Ir a cenar con ella era la confirmación de tener una cena donde las risas estaban aseguradas.

Pertenece a una generación, la de Fernán Gómez, Tono, Azcona, que tuvieron que vivir y sobrevivir en la dura posguerra y lo hicieron desde el humor y ese humor ha acompañado a María Dolores hasta hoy.

Cenando con ella en un restaurante al lado de su casa, le pidió al camarero salsa tártara, el camarero preguntó en la cocina y le dijo que lo sentía enormemente, pero que no tenían salsa tártara y totalmente seria le dijo al camarero: “Pues vaya usted a Tartaria, que seguro que tienen”.

Estábamos celebrando la salida del primer disco que hicimos juntas con un montón de amigos y tuvo un pequeño accidente: se rompió una muñeca. Al día siguiente en el hospital donde estuvo ingresada me decía: "Imagínate que en vez de romperme la muñeca me hubiera dado un golpe en la cabeza y al otro barrio. Me hubieran puesto sobre las mesas del restaurante y al pasar todo el mundo a verme diría 'qué cutis”.

Para mí esta mujer ha sido un ejemplo de lo que debe o debería ser la música y lo que deberían ser los cantantes. Se acercó a la canción desde la cultura y con enorme respeto por la palabra. Veneraba a los autores que escribían bien.

Llevó nuestras canciones a América latina y trajo las canciones americanas a España, pero todas las canciones, las de aquí y las de allí, parecían hechas a la medida para ella. Eso solo ocurre con los grandes.

Nunca quiso ir a la moda, ni hacer los discos según las leyes del mercado, la moda era ella, por eso sus canciones y sus discos se podrán escuchar siempre.

Se ha muerto en primavera y seguro que lo ha decidido así para no llegar al verano.

Siempre decía que el verano era muy hortera. Genio y figura.

Te quiero mucho María Dolores.






domingo, 29 de octubre de 2017

Cataluña. Expectativas e incertidumbres… @dealgunamanera...

Expectativas e incertidumbres…

Futuro. Los independentistas avanzan con destino incierto. Fotografía: AFP

La gente está tranquila. Mientras escribo estas líneas estoy en un bar, rodeado de muchas personas contrarias a la declaración de la independencia.

Presidente del Gobierno Catalan. Carles Puigdemont

© Escrito por Nelson Castro desde la Ciudad de Barcelona el sábado 28/10/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

La gente está tranquila. Mientras escribo estas líneas estoy en un bar, rodeado de muchas personas contrarias a la declaración de la independencia. Hay mucha expectativa, miedo y, a la vez, incertidumbre sobre cómo se va a implementar este procedimiento declarado por el Parlamento catalán y sobre el anuncio del presidente Mariano Rajoy acerca del cese del gobierno de Cataluña, la disolución de su Parlamento y el llamado a elecciones autonómicas para el próximo 21 de diciembre.

Durante la jornada hablé con unos veinte militantes independentistas. Los noté muy enfervorizados, con un fuerte nivel de fanatismo. Hay mucho sentimiento en sus posturas. La mayoría festeja porque ve el proceso como una liberación, como el fin de cierta “esclavitud”, cuando bien sabemos que Cataluña está bien lejos de algo por el estilo.

Por otro lado, hoy por la mañana, cuando se hizo el anuncio de la resolución del Parlamento, la mayoría de la gente que estaba en la puerta empezó a dispersarse, ya que quedó muy impactada por la represión que hubo el día del referéndum por parte del gobierno nacional. Ellos pensaron que podían llegar a ser un blanco fácil de la guardia nacional.

Afortunadamente, esto no pasó. Un grupo, luego del anuncio, se quedó para poner el cuerpo. Esto demuestra que muchos defienden la causa con alma y vida, lo que hace dar cuenta del nivel de visceralidad con el que algunos lo viven.

Sin embargo, no se notan barricadas ni se vive en una ciudad cortada. No hay violencia en las calles. No se ven agresiones. La división existe y se nota una gran ausencia de liderazgo político. La gente se pregunta quién manda y por qué no lograron llegar a un acuerdo sin necesidad de atravesar esta crisis.

Al momento del debate, nosotros nos encontrábamos dentro del Parlamento. Ahí se pudo ver el nivel de discusión y enfrentamiento cuando la oposición se retiraba. Las declaraciones fueron fuertes. Hubo un nivel de diálogo elevado entre las dos partes. Pudimos hablar con Artur Mas, quien en un principio apoyó fuertemente la independencia y luego dio marcha atrás. Esto demuestra algo que se nota dentro del ambiente político independentista: una propia interna dentro de los partidos que la apoyan.

En los medios se refleja fielmente lo que se ve en las calles. Por un lado estaban los medios catalanes, que mostraban la imagen dentro del Parlamento con un videograph que decía “A minutos de la declaración de la independencia histórica”, y por otro se veía a los medios madrileños con la misma imagen pero otra frase: “A minutos de la declaración ilegal de la independencia”.

Respecto de la parte de la sociedad que defiende el No, puedo decir que hablé con muchos ciudadanos que no están a favor, como artistas, mozos, empleados bancarios y de una farmacia. Se mostraron con muchísimo temor de perder sus empleos por esta tendencia de las empresas de irse de Cataluña y radicarse en España.


domingo, 1 de octubre de 2017

Cataluña: el viejo truco de la patria… @dealgunamanera...

Cataluña: el viejo truco de la patria…

El presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, urge a sus seguidores a dar el sí a la independencia catalana en un discurso durante una manifestación, el 22 de septiembre en Sant Cugat. Fotografías: Albert Gea / Reuters

Nada nunca empieza, todo sigue, pero si esto fuera un cuento se podría decir que empezó hacia 2010, cuando la crisis económica global se ensañó con España. Ese año el Partido Popular consiguió que el Tribunal Constitucional anulara el Estatuto de Autonomía que los catalanes habían votado cuatro años antes. Gobernaba Cataluña el mismo partido de la derecha catalanista que ya lo había hecho durante más de dos décadas y nunca había hablado de independencia para su región. Tampoco lo hizo entonces.

© Escrito por Martín Caparros el miércoles 25/09/2017 y publicado por el New York Times (edición en Español) de la Ciudad de New York, U.S.A.

Pero la crisis arreciaba, y el Govern catalán decidió cortar por lo más débil.

Entre 2010 y 2015 redujo los presupuestos de vivienda, educación y salud públicas más del 15 por ciento. En ninguna otra comunidad española los recortes fueron tan brutales.

Hubo protestas, miles, en las calles. El Govern se asustó: debía hacer algo. Freud –cuánto hace que no citábamos a Freud– habló de los recuerdos pantalla, esos que sirven para tapar lo que no soportamos recordar. Más universales aún son los proyectos pantalla: los que sirven para tapar lo que no soportamos prever, las amenazas del futuro. Cualquier religión, muchos discursos políticos son buenos ejemplos. El partido de la derecha catalana recurrió al más clásico: el viejo truco de la patria.

Toda la culpa, dijeron, era de Madrid. Y allí el gobierno de la derecha española, también golpeado por la crisis, vio la oportunidad y saltó sobre ella: ¿qué mejor que imitar a sus correligionarios catalanes y agitar el mismo espantajo? Fue una curiosa coincidencia: Artur Mas en Barcelona y Mariano Rajoy en Madrid pensaron que los fantasmas patrios les servirían para disimular otros fantasmas, y los llamaron a los gritos. “El patriotismo es el último refugio de los canallas”, repite el doctor Samuel Johnson. A estos dos les convenía pelearse, revolear banderas: así empezó esta carrera de provocaciones, bravatas y tonterías que amenaza con crear nuevas fronteras.

La patria es una idea paranoica –funciona en referencia a una amenaza externa– y la paranoia siempre vende bien. Es fácil entusiasmarse con la patria. Es fácil imaginarnos distintos de los otros; es fácil imaginarnos mejores que los otros. Es fácil suponer que todos los males vienen de los que están más lejos, los que no son nuestros parientes, nuestros vecinos, los nuestros. Es más cómodo, más tranquilizador: evita ciertos roces y evita, sobre todo, el esfuerzo de pensar.

El mayor efecto de la patria es aplastar las diferencias, los matices: hace que cualquier consideración desaparezca ante la fuerza de esa banda de –supuestos– iguales. Frente al aumento de la desigualdad en la sociedad catalana –como en el resto de la sociedad española– en los últimos años por la concentración de la riqueza y la pérdida de empleo y los errores económicos, lo más fácil para muchos catalanes es decir “Espanya ens roba” (España nos roba). Es lo mismo que hicieron los británicos que votaron el brexit, los estadounidenses que votaron a Trump, y siguen los éxitos.

Así que la gran derecha catalana, extrañamente aliada con la izquierda republicana, con mayoría en el Parlament autonómico, convocó un referéndum para que los catalanes voten si quieren o no la independencia. Lo anunciaron para el domingo 1 de octubre y la ley que lo prevé dice que si gana el sí –por mayoría simple de votos, sin mínimo de participación–, el Parlament debe declarar, en menos de 48 horas, la independencia.

Independencia es un concepto vaporoso. Creo que muchos catalanes no se imaginaban el esfuerzo, el costo, la voluntad que requiere poner en marcha un país nuevo. No se veía –viví allí varios años– en la sociedad catalana esa energía y esa urgencia necesarias para inventar un país, para construir la realidad de una idea. Parecía que se imaginaban la independencia como un estado idílico, de amor y tradición, de retorno a un pasado que nunca existió. Que no consideraban que los obligaría a crear un gran aparato de Estado, a salir de la Comunidad Europea, a perder por un tiempo su mercado principal –España–, a resignar nivel de vida. Y que el Barça tendría que jugar un campeonato de segunda.

Por eso, hace unos meses no habría sido difícil contener ese impulso o, por lo menos, encauzarlo. El gobierno central podría haber buscado las maneras: informar sobre las complicaciones de una separación, insistir en que España quiere y necesita a Cataluña, discutir mejores términos de convivencia. Y, en última instancia, organizar un reférendum legal, consensuado, que aceptara que para plantear su secesión la población de una región necesita dos tercios o tres cuartos de los votos, con un mínimo de participación. Al fin y al cabo, todas las encuestas dicen que tres de cada cuatro catalanes quieren votar y decidir, pero menos de la mitad elegiría la independencia. Votar y votar por la independencia son dos cosas radicalmente distintas; la testarudez de Rajoy y los suyos las ligaron.

Un grupo de ciudadanos se reúne en Barcelona para mostrar su apoyo al referéndum del 1º de octubre por la independencia catalana, el 24 de septiembre de 2017. Fotografía: Susana Vera / Reuters.

Tenían muchas opciones y las despreciaron: se creen que para complacer a su público les conviene mantener la imagen de caballeros altivos inflexibles —que tan bien sirvió a sus ancestros para construir la famosa leyenda negra—. Y ahora insisten en su exquisita mezcla de sordera y agresión: siguen negándose a cualquier diálogo, secuestraron millones de boletas y carteles electorales, mandaron fuerzas de intervención policial con helicópteros y barcos, acusaron a más de 700 alcaldes, detuvieron a una docena de dirigentes, crearon un clima de ocupación que solo favorece a los otros nacionalistas. La imagen de la Guardia Civil española impidiendo votar a los ciudadanos de Cataluña es de esas que pueden durar décadas.

El gobierno del Partido Popular insiste en que el referéndum es inconstitucional. Lo es, según la ley, pero el texto de la ley no siempre traduce su espíritu. Es difícil, en una democracia, sostener que un pueblo no tiene derecho a expresarse en las urnas. Y es más difícil todavía reprimirlo por intentarlo. El referéndum puede ser ilegal; con su violencia, el Estado central lo está legitimando.

Siempre se dijo que la principal característica de los catalanes era el seny –el sentido común, la razón serena–; en este caso, la intolerancia centralista está acabando con él. Más y más catalanes se deciden por un independentismo que, hace unas semanas, los asustaba o no les interesaba. Más y más personas dicen que ya no importa lo que les cueste; que no quieren seguir tolerando los agravios y ataques españoles. Si alguna vez queremos saber cómo se llega a situaciones que parecían imposibles, el caso catalán será objeto de estudio: de cómo dos bandos que creyeron que podrían mantener controlada una pelea de baja intensidad rodaron al abismo.

El viernes Mariano Rajoy anunció que su intervención policial y judicial ya había logrado desarmar el referéndum. Es probable que el Govern, acorralado, no consiga realizarlo. La votación será remplazada por los intentos de votar: el próximo domingo esos intentos se convertirán en marchas, acampes, ocupaciones varias —como la que ya empezó en la Universidad de Barcelona—.

Así que nunca se sabrá qué habrían votado los catalanes. No habrá datos ni hechos ciertos sino nuevas ilusiones: lo que podrían haber logrado si no los hubieran reprimido. Los hechos se pueden discutir; las ilusiones no.

Y nadie descarta que el lunes 2 el president Puigdemont declare la independencia de Cataluña y que España intervenga manu militari y que catalanes resistan y que quién sabe qué. Mariano Rajoy pasará a la historia como ese necio que de tanto escalar una suave colina la convirtió en el Everest: gracias a sus esfuerzos los independentistas están ganando esa legitimidad que solo consiguen, en nuestras sociedades, las víctimas.

Nada le sirve tanto al viejo truco de la patria.


lunes, 21 de agosto de 2017

Islas Malvinas: finalizaron los trabajos de identificación de los restos de soldados argentinos... @dealgunamanera...

 La Cruz Roja en las Islas Malvinas… 

El cementerio Darwin (NA)

Islas Malvinas: finalizaron los trabajos de identificación de los restos de soldados argentinos enterrados en el cementerio de Darwin. En un comunicado, la Cruz Roja informó que concluyó la primera etapa que comenzó el 20 de junio

© Publicado el lunes 07/08/2017 por http://www.infobae.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El trabajo del equipo forense del Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) para identificar a los soldados argentinos sepultados en el cementerio de Darwin en las Islas Malvinas finalizó hoy con una sencilla ceremonia religiosa.

"Me complace informar que ha culminado exitosamente la crucial etapa de exhumación, análisis, documentación y reinhumación de cada uno de los soldados enterrados bajo una lápida que reza 'Soldado argentino solo conocido por Dios'", señaló el jefe forense del proyecto del CICR, Morris Tidball-Binz, en un comunicado que difundió el organismo.

El trabajo de identificación de los restos en el cementerio de Darwin comenzó el 20 de junio y participó un equipo de catorce especialistas forenses, procedentes de Argentina, Australia, Chile, España, México y el Reino Unido.


En esta etapa se procedió a exhumar, analizar, obtener muestras y documentar cada uno de los restos mortales sin identificar. Luego de realizar un análisis de los mismos en una morgue temporal, cada uno de los cuerpos exhumados fue colocado en un nuevo féretro y sepultado en su tumba original el mismo día de su exhumación.

"Hemos tratado los restos mortales con el máximo respeto y esperamos, con nuestra labor, devolverles la identidad a los fallecidos y brindar con ello respuestas a las familias que aguardan hace más de tres décadas la identificación de los restos de sus seres queridos", añadió Tidball-Binz, que destacó "el profesionalismo" y el "compromiso humanitario" de los especialistas.

En tanto, en las próximas semanas se procederá a la restauración del cementerio a su estado original y las muestras para análisis genético serán entregadas a un laboratorio en la provincia de Córdoba, donde están las muestras de referencia de los familiares.

En paralelo, otros dos laboratorios en Reino Unido y España tienen a su cargo el control y el aseguramiento de la calidad del análisis de ADN.

Los informes de identificación serán finalizados a fin de año y entregados a ambos gobiernos, mientras que las autoridades argentinas informarán los resultados de manera confidencial a las familias que han solicitado la identificación de los soldados.


martes, 18 de abril de 2017

Murió Carlos Slepoy Defensor de los Derechos Humanos... @dealgunamanera...

Murió Carlos Slepoy, el abogado que quiso juzgar los crímenes del franquismo…

Carlos Slepoy falleció a los 68 años. Foto: Diario El País de Madrid, España.

Fue reconocido en el mundo entero por su labor relacionada a la defensa de víctimas de las dictaduras en Argentina, Chile, Guatemala y España.

© Publicado el lunes 17/04/2017 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Carlos Slepoy, abogado que dedicó su vida a la defensa de las víctimas de las dictaduras argentina, chilena, guatemalteca y española, falleció hoy a los 68 años. El deceso se produjo en parte por las secuelas sufridas luego de que un policía le disparara un tiro por la espalda en 1982 en una plaza de Madrid, donde se había acercado a defender a unos chicos, según consigna el diario El País de España.  

Slepoy fue reconocido en el mundo entero por su labor relacionada a la defensa de los derechos humanos. En 2007 participó en la acusación contra el dictador Jorge Rafael Videla y otros militares argentinos. También asistió a familiares de víctimas de los vuelos de la muerte y niños robados en la última dictadura. Poco después fue parte de la causa contra Augusto Pinochet en Chile.

Desde 2010 impulsó la querella argentina para juzgar a los crímenes del franquismo, haciendo un llamado a los familiares de más de 113.000 desparecidos para que denunciaran. 

Nacido en Buenos Aires, cruzó el océano en 1979. Antes de abandonar el régimen de facto de Videla y exiliarse en España, había perdido varios compañeros y había sido detenido, torturado y encarcelado.