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domingo, 30 de junio de 2019

Partido Socialista - “Declaración de Rosario”... @dealgunamanera...

Desde hoy, un solo socialismo... 


Es oficial: después de 44 años de división, democráticos y populares firmaron ayer el pacto que recreará un único Partido Socialista. Se compartirá la conducción. Alianza con el ARI.

© Escrito por José Maggi, corresponsal de la Ciudad de Rosario, el sábado 29/06/2002 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La voluntad de los socialistas de fusionarse en una sola entidad política quedó oficializada ayer en esta ciudad, donde las conducciones nacionales del socialismo democrático y el socialismo popular firmaron un acta de unidad que rompió con 44 años de distanciamiento entre ambas agrupaciones. Alfredo Bravo, referente máximo del PSD, fijó como objetivo “trabajar para construir modelos más justos, más humanos y solidarios, como una cuestión de vocación y sensibilidad. Para eso tenemos en la honestidad nuestra herramienta más valiosa”.

La jornada había comenzado por la mañana con un seminario y culminó con un multitudinario acto en un club céntrico. Hablaron Bravo y Rubén Giustiniani, por el Partido Socialista Popular (PSP). “Venimos a conformar junto al ARI una gran polo de centroizquierda que llegue al gobierno para cambiar esta realidad”, dijo, y prometió que éste será “un partido fuerte, popular y democrático”. El intendente de Rosario, Hermes Binner, como anfitrión, remarcó que “no quería hablar de candidaturas”. Pero por lo bajo un veterano diputado socialista lo ubicó como “el mejor candidato” para pelear la gobernación de Santa Fe por la flamante coalición. El acto contó con la adhesión de Carrió y tuvo un emotivo cierre con la actuación de Susana Rinaldi. 

El acto en el Sportivo América reunió una multitud para asistir a la firma del acta de unificación de las conducciones nacionales, paso previo en la fusión de ambos socialismos en un único Partido Socialista. Además de Bravo y Giustiniani, estuvieron presentes dirigentes y militantes de todo el país y referentes del socialismo de Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay. La “Declaración de Rosario” promete convertir al nuevo partido “en la avanzada de una gran coalición para transformarse en una herramienta capaz de encarnar una alternativa de poder y llevar adelante el cambio que la sociedad argentina nos está demandando”. 

El acta de unificación resuelve, en el 106º aniversario de la fundación del Partido Socialista, la conformación de una única conducción nacional, constituida por un consejo nacional de 32 miembros. El consejo será presidido por los secretarios generales Bravo y Giustiniani y por una mesa ejecutiva nacional de 12 miembros. También acuerda la realización del Congreso de Refundación del Partido Socialista de la Argentina antes del próximo 31 de diciembre. Como garantes, firmaron el senador Ricardo Núñez, del Partido Socialista de Chile, el senador Reinaldo Gargano, del Partido Socialista de Uruguay, el prefecto Elio Alfredo Pieta, del PT de Brasil y Carlos Fillizola, presidente de País Solidario de Paraguay. 

Bravo remarcó que “desde su origen el socialismo tuvo una razón de ser: enfrentar las injusticias que producen sistemas políticos y económicos pensados para bien de unos pocos, y trabajar para construir modelos más justos, más humanos, solidarios. Esta es una razón de ser que es una cuestión de vocación y sensibilidad. Para eso tenemos en la honestidad nuestra herramienta más valiosa”. En tanto, Giustiniani confió que la nueva fuerza pretende ser “un canal de participación de los trabajadores, de los desocupados, de las asambleas y de tanta gente que mira la política con desconfianza ante la crisis de representatividad de la política tradicional. Nos unimos para aportar lo más importante que tenemos como historia, presente y futuro: honestidad y lucha por la igualdad”.

Hablando del ARI, Bravo echó mano a la figura de un noviazgo para explicar la nueva coalición. “Somos como los novios que se dan el primer beso, ahora vamos a ver si la novia se muestra esquiva, y entonces tendremos que darnos otra estrategia.” Los socialistas se ocuparon en remarcar que sólo fue por un “desencuentro” que no se encontraron con Carrió el jueves, cuando llegó a Rosario a inaugurar un local partidario. Pero los discursos deberán ser revisados por la nueva coalición. Bravo dijo ayer que “nos sentiríamos defraudados si deciden que sea ése el candidato a presidente del justicialismo. Ese hombre no puede caminar tranquilo por la calle sin que lo escrachen”.

Paradójicamente Carrió, había dicho el jueves que no creía que Carlos Reutemann se presentara en las internas del justicialismo. Y ubicó a Carlos Menem como a quien deberá enfrentar en las elecciones.



martes, 18 de junio de 2019

Partido Socialista Argentino... @dealgunamanera...


Hace 12 años íbamos con muchos compañeros de todo el país para ver la historia con nuestros propios ojos. El partido socialista iba a tener el primer gobernador en sus más de 100 años de historia.

© Escrito por José Gold el jueves 13/06/2019 y publicado en su muro de Facebook en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No sólo fuimos a ver la historia, sino que en mayor o menor medida fuimos partícipes de ese momento. Muchos fuimos a fiscalizar una elección muy compleja en la que en todo momento nos robaban las boletas. Pero con el más puro espíritu militante peleamos voto a voto, defendimos al PS porque ese gobierno de Santa Fe iba a ser de todos los socialistas del país.

Hoy 12 años después de una excelente gestión Socialista en la provincia y en Rosario, se perdió. Pero más allá de la gestión hay un partido NACIONAL que condujeron solo para sostener esa gestión. Olvidaron que el PS no es sólo gestión, el partido de Juan B. Justo, Palacios, Repetto y Alicia Moreau es mucho más.

Destruyeron o intentaron destruir a todas las federaciones, imponiendo candidatos NO Socialistas y se llegó al extremo de "venerar" a un demócrata-cristiano como referente. Se nos impusieron candidatos de fuera del partido en todo el país. Quisieron y quieren hacer que estos personeros de la peor política nos enseñen de socialismo mientras se vacía ideológicamente al partido. Un partido que no puede dar respuestas porque se convirtió en una burocracia estatal y partidaria que perdió contacto con su sujeto social sin sonrojarse.

En todo el país se relegaron y se fueron echando a compañeros de muchísima trayectoria y valía. Se llegó al extremo que un ex presidente del partido en esta elección fue por afuera del partido y seguramente la sangría de esos votos concretó la derrota electoral.

Tal desprecio por la historia del partido parece tener su dirigencia nacional, que se llegó al extremo de no interesarse por el patrimonio histórico del partido. Aquel que, más allá de las circunstancias electorales va a seguir allí asegurando que cada socialista del país pueda seguir militando en un lugar físico.

Lo cierto es que estoy triste con esta derrota electoral, no me pone contento ver como el PS pierde una elección.

Sin embargo, espero que esta derrota haga recapacitar a muchos dirigentes que hasta hoy se sentían intocables y podían elegir a dedo a los candidatos en todo el país.

¡Que viva el Partido Socialista más allá de sus dirigentes circunstanciales!





sábado, 1 de diciembre de 2018

Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan… @dealgunamanera...

Biografía sobre el socialista Alfredo Bravo, un político de los que ya no quedan…

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

El periodista y escritor Jaime Rosemberg presentó su libro "Alfredo Bravo, un maestro socialista", en el que recorre la vida del referente del PS que falleció en 2003. Entre sus mayores logros políticos, Bravo participó de la fundación de CTERA y de la reunificación del Partido Socialista. 

Alfredo Bravo


© Publicado el sábado 16/06/2018 por el portal periodístico El Ciudadano Web de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Evocar al dirigente socialista Alfredo Bravo es hablar de una persona de convicciones, austera y consecuente en pensamiento y acción, como ya no quedan. Se lo suele recordar como un cascarrabias o un testarudo pero a pesar de las diferencias que lo separarán de sus pares, recurría permanentemente al diálogo político en la búsqueda de consensos. Ejemplo de ello fueron la fundación de CTERA y la reunificación del Partido Socialista, tal vez sus mayores logros de su vida política. 


A 15 años de su muerte, el periodista Jaime Rosemberg publicó Alfredo Bravo, un maestro socialista, un trabajo detallado sobre la vida del maestro de grado, gremialista y referente político socialista que falleció de un ataque al corazón el 26 de mayo de 2003, apenas un día después de que Néstor Kirchner asumiera la presidencia.

Crédito de fotografía: Facebook

“Quienes dicen que era un testarudo, un cascarrabias, obvian esa otra faceta de él, que a pesar de las diferencias le gustaba lograr consensos por el diálogo político. La unificación de la CTERA y del socialismo son sus dos grandes logros políticos y gremiales. El gremialismo docente estaba muy dividido, los que como él venían de sindicatos socialistas decían que el docente no tiene que hacer paro, el docente es un apóstol, alguien que se tiene que brindar a sus alumnos. Los peronistas decían todo lo contrario: huelga, el educador es un trabajador como cualquier otro. Confluir en esas dos corrientes fue muy difícil y Bravo fue uno de los articuladores”, indicó el escritor.

A Bravo le tocó comenzar su militancia, con Juan B. Justo y Alfredo Palacios como referencias ineludibles, durante la irrupción del peronismo, un fenómeno que el socialismo nunca terminó de asimilar. “Hace el servicio militar cuando Perón desarrolla su mayor poder y él es de los jóvenes del partido que empieza a plantearle a los viejos líderes como Américo Ghioldi, que algo hay que hacer porque el socialismo, que había nacido como partido obrero, se había quedado sin las masas, sin su principal objetivo que era atender las necesidades de los trabajadores, de los proletarios y de los inmigrantes”, explicó Rosemberg a El Ciudadano.

Bravo era maestro de grado, y se involucró en el gremialismo, a través de CAMyP, con una visión muy particular: “Él era muy sarmientino. Entendía que quien es docente es porque tiene esa vocación de enseñar, de ofrendar, de dar y que no debería estar mezclado con el interés político”.

Tuvo una comprometida acción por los derechos humanos, participando de la APDH, lo que le valió ser “chupado” por la dictadura, estar 13 días desaparecido y recién después ser blanqueado y encarcelado en La Plata. 

“Al otro día que lo chupan, (Jorge Rafael) Videla se encuentra con (el entonces presidente norteamericano Jimmy Carter, quien le plantea por el paradero de dos personas, de Jacobo Timerman y de Alfredo Bravo. Luego de eso lo blanquean. Pero le cuesta 13 días donde sufrió lo peor de las torturas que le dejarían secuelas para el resto de su vida”, explicó Rosemberg.

Luego de muchos meses detenido, la dictadura le otorgó una libertad vigilada y en enero de 1979, antes de que finalizara el gobierno de facto, volvió a la actividad gremial y a la APDH.

Con el regreso de la democracia, tuvo un cargo en el gobierno de su amigo Raúl Alfonsín, situación que lo incomodó hasta que se fue de la gestión: “Estaba en el medio entre el gobierno, que lo quería como un ex titular de la CTERA para darse chapa y sus compañeros del gremialismo que le decían que los tenía que ayudar a aumentar los salarios, a conseguir beneficios. Él hizo equilibrio durante varios años hasta que se le empezó a complicar, anunció un aumento y su superior Adolfo Stubrin lo desautoriza. Bravo le ofrece la renuncia a Alfonsín varias veces. Hasta que sobreviene el tema de (la aprobación de las leyes de) Punto Final y Obediencia Debida que lo deciden a irse”.

Los 90 lo encuentran en el rol de diputado nacional, oponiéndose al neoliberalismo de Menem e intentando armar coaliciones políticas como el FREPASO, donde luego de que se sumara la UCR y la Alianza llegara al poder, fue perdiendo peso de decisión.

Su trabajo legislativo, sin embargo, fue de avanzada, sobre temas que lograron aprobarse mucho tiempo después o algunos incluso ni siquiera eso. “Planteó la nulidad de Obediencia Debida y Punto Final, la despenalización del aborto, también más derechos para transexuales y travestis. Siempre legisló en un mismo sentido.

(Fernando) De la Rúa le caía muy mal pero se lo bancó porque era la alianza que habían conformado. Después, con la reforma laboral, la primera ley con la que no estuvo de acuerdo, se fue (de la Alianza)”, describió Rosemberg.

Luego llegó el estallido de 2001 y el reclamo de “que se vayan todos”, que Bravo no consideraba que se aplicara a él: “Estaba muy enojado. A él lo paraban por la calle pero no lo puteaban. Sentía que estaba aparte de la clase política, que él no se había llevado plata, ni era responsable de la implosión. De hecho él pierde sus ahorros en el 2001, tampoco usó su influencia como diputado para sacar la plata. Un político de los que ya no existen”.

En 2003, luego de pelearse con Elisa Carrió, emprendió junto a Rubén Giustiniani una campaña presidencial que encontró resistencia dentro del propio socialismo y que no le fue bien en las urnas. Sus últimos días, lo encontraron muy decepcionado con la política. 

“Fue un político austero, honesto, simple, demasiado calentón para lo que es el estándar de la política, donde a veces hay que demostrar un poco más de muñeca, tal vez podría haber llegado a más lejos. Pero el carácter y las convicciones eran más fuertes que el qué dirán o el consejo de un asesor”, relató Rosemberg.

“Con el correr del tiempo las pequeñas diferencias quedan de lado y queda el ejemplo de la persona. Los gremialistas peronistas dicen que estuvieron juntos en todas las luchas, los socialistas lo consideran un ejemplo. Qué mejor que sacar lo positivo y dejar las peleas propias de la condición humana y realzar el ejemplo de rectitud, de honestidad, de coherencia. Fue un político de los que casi no quedan y que estaría bueno recrear porque no está bueno que la política la hagan los consultores de opinión”, finalizó. 

El mito del lugar de nacimiento 

¿Porteño o entrerriano? Alfredo Bravo gustaba decir que había nacido en Concepción del Uruguay, localidad a la que su padre había sido trasladado por trabajo; pero al mismo tiempo era un porteño de ley, asiduo visitante de la noche y la cultura de Buenos Aires.

“El mito tiene que ver, un poco en broma y un poco en serio, con una picardía de don Alfredo que él decía que había nacido en Concepción del Uruguay el 30 de abril de 1925. En el registro civil de allá no encontré nada y en su libreta de enrolamiento era nacido en la ciudad de Buenos Aires. Mi tesis es que nació allá pero lo anotaron en la ciudad de Buenos Aires. Haya nacido donde haya nacido era un porteño de cabo a rabo”, explicó Rosemberg. 
Presos por Pelotudos

Luego de ser “blanqueado” como preso por la dictadura, Bravo pasó varios meses detenido en la Unidad 9 de La Plata, donde conoció a Adolfo Pérez Esquivel y a varios de los que luego serían sus colaboradores en el Congreso. “Conoce a un jujeño, Jorge Ríos, que fue su compañero de habitación. Que cuando Bravo llegó al penal, le explicó: «En este módulo están los montoneros, en este otro los del ERP, y en este otro estamos los PPP, los Presos Por Pelotudos que somos nosotros». Trataban de ponerle humor dentro de esa situación espantosa que vivieron”, contó el escritor.


miércoles, 10 de mayo de 2017

Cuando Alfredo Bravo enfrentó al genocida Miguel Etchecolaz... @dealgunamanera...

El día que Alfredo Bravo enfrentó al genocida Miguel Etchecolatz...


En 1997 ambos protagonizaron una discusión memorable en el programa Hora Clave de Mariano Grondona. Video.

  
© Publicado el miércoles 10/05/2017 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El fallo de la Corte Suprema de Justicia que aplicó el beneficio del "dos por uno" a un represor condenado por delitos de lesa humanidad generó reacciones en contra por parte de varios sectores. Uno de los efectos colaterales de la decisión del máximo tribunal es que varios presos podrían conseguir la libertad y, de hecho, algunos ya lo solicitaron


En el terreno político la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley que aclara y limita la aplicación del 2x1. La norma será tratada este mismo miércoles en el Senado. Por su parte, organismos de derechos humanos, el justicialismo y la CGT, entre otros gremios y dirigentes de izquierda se concentrarán este miércoles a las 18 en Plaza de Mayo para repudiar el fallo del máximo tribunal. La protesta estará encabezada por Madres Línea Fundadora y Abuelas de Plaza de Mayo. La gran ausente será la Asociación Madres de Plaza de Mayo que preside Hebe de Bonafini.


En unos meses se cumplen 20 años del histórico cruce televisivo entre el dirigente del Partido Socialista Alfredo Bravo, detenido y desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, y su torturador, Miguel Etchecolatz. Un duro enfrentamiento que pone de manifiesto el dolor que puede acarrear la aplicación del 2x1 en casos de lesa humanidad para las víctimas y familiares de desaparecidos. 

En el programa de Grondona, Etchecolatz aseguró que la gente que reprimió "tuvo derecho a juicio". "Ese es el engaño precisamente de ese famoso libro Nunca Más", afirmó a la vez que consignó que la cifra de los desaparecidos se manipuló con "tanta arbitrariedad, la suma no es la que se está publicando".

Bravo, tras escuchar parte de la entrevista, le gritó que "es un personaje siniestro y no le digo el calificativo que le corresponde" mientras éste le pedía: "Cálmese, cálmese".

Alfredo Bravo falleció el 26 de mayo de 2003 de un ataque al corazón. Hoy en día Miguel Etchecolatz está preso, condenado a reclusión perpetua por homicidios, torturas y privaciones ilegítimas de libertad luego de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. La Cámara Federal de Casación Penal le otorgó el pasado 28 de abril la prisión domiciliaria, aunque la decisión no se hará efectiva aún por causas pendientes



domingo, 2 de octubre de 2016

Historia del Partido Socialista… @dealgunamanera...

Historia del Partido Socialista…


El 28 y 29 de junio de 1896, un grupo de delegados de agrupaciones socialistas y gremiales encabezados por el “maestro” Juan B. Justo, se reunieron en el local de la agrupación alemana “Vorwarts” en lo que fue el Congreso Constituyente del Partido Socialista, que coronaba el proceso organizativo del socialismo argentino cuyo origen se remonta a los primeros años de la década de 1890.


En aquellas históricas jornadas se aprobaron la Declaración de Principios, el Estatuto y el Programa Mínimo de la nueva agrupación de los trabajadores, que funda en nuestro país la acción política independiente de la clase obrera, constituyéndose en el hito fundamental de la historia del proletariado argentino.

En el primer programa partidario ya se planteaban reivindicaciones que tardaron décadas en corporizarse en leyes:

  1. Jornada laboral de 8 horas para adultos, de 6 para jóvenes entre 14 y 18 años, y prohibición del trabajo industrial a menores de 14 años, además del descanso obligatorio de 36 horas continuas por semana.
  2. A igualdad de trabajo igual remuneración entre los sexos.
  3. Reglamentación higiénica del trabajo industrial, con limitación del trabajo nocturno a los casos indispensables, y prohibición del trabajo de las mujeres donde se haga peligrar su maternidad o ataque a la moralidad
  4. Responsabilidad de las patronales en los accidentes de trabajo y la creación del fuero laboral.
  5. Abolición del impuesto al consumo e instauración del impuesto progresivo sobre la renta.
  6. Instrucción laica y obligatoria para todos los niños hasta 14 años, con cargo al Estado de la manutención de los mismos, cuando fuere necesario.
  7. Voto secreto y universal para todas las elecciones.
  8. Autonomía Municipal.
  9. Jurados elegidos por el pueblo para toda clase de delitos.
  10. Separación de la iglesia del estado.
  11. Supresión del ejército permanente.
  12. Abolición de la pena de muerte, y revocabilidad de los representantes electos, en caso de no cumplir el mandato de sus electores. 
El Partido Socialista, que encontraría su centro ideológico y político en la figura de Juan B. Justo, encarnó -en palabras de José Aricó- el “proyecto más coherente de nacionalización de las masas, de incorporación de los trabajadores a la vida nacional y de construcción de una democracia social avanzada”. El socialismo intentaba así encarnar la modernización democrática y la transformación social, en un proyecto de sociedad en que ambos valores se entrelazaran en caminos simultáneos.

Nacía así la primera organización política moderna de la República Argentina, decidida a representar a la nueva clase que emergía de las entrañas del sistema capitalista, a preparar su emancipación del yugo explotador y a fundar un nuevo orden económico y social.

La fundación del Partido Socialista no sólo significó el surgimiento de la primera organización política del proletariado, sino también el punto de arranque del proceso de formación de los modernos partidos políticos en Argentina. El Partido Socialista es así el primer partido moderno de la Argentina, antítesis de la “política criolla”, y que tuvo además -como señala Juan Carlos Portantiero- el mérito de haber colocado en el horizonte ideológico de la política argentina el tema de la justicia social.

El predominio socialista era el resultado de la maduración de las condiciones de la explotación capitalista en la Argentina. La década de 1890 había entregado a la historia argentina un nuevo esquema de clases, con el que emergía el nuevo sustrato social con base en el cual la transformación de la sociedad se tornaba un objetivo posible.

Demostrando su aguda percepción de las nuevas características que adoptaba la sociedad argentina, Justo escribía en el primer editorial de La Vanguardia en abril de 1894: “Este país se transforma (…), junto con esas grandes creaciones del capital, que se ha enseñoreado del país, se han producido en la sociedad argentina los caracteres de toda sociedad capitalista”.

Los socialistas imprimirán desde entonces una impronta decisiva sobre la clase obrera, sobre la política y la sociedad argentina, a través de una vasta actividad política, cooperativa, sindical y cultural, que quedará plasmada en la saga fundacional que emprenderá Justo desde finales del siglo XIX: el periódico La Vanguardia, en 1894; la Sociedad Obrera de Socorros Mutuos, en 1898; la Sociedad Luz, en 1899, para culminar en 1905 con la Cooperativa El Hogar Obrero.

En una recordada conferencia de 1902 Justo nos dará una definición del socialismo que guiará a varias generaciones: “El socialismo es la lucha en defensa y para la elevación del pueblo trabajador, que, guiado por la ciencia, tiende a realizar una libre e inteligente sociedad humana, basada sobre la propiedad colectiva de los medios de producción”.

Cuando recién alumbraba la primera década del siglo, y las luchas obreras crecían acompañadas por la represión brutal del régimen oligárquico, el Partido Socialista logrará en 1904 su primer triunfo electoral en la persona de Alfredo Palacios, el primer legislador socialista de América, que sintetiza el esfuerzo creador de los parlamentarios socialistas, quienes mediante iniciativas y proyectos alumbraron el Nuevo Derecho en la República Argentina. La aprobación de leyes como del descanso dominical, y la protección del trabajo de mujeres y niños darían nacimiento y andamiaje jurídico al Nuevo Derecho que surgía en la República Argentina.

La lucha por los derechos políticos llevó a que en 1912 se sancionara la ley Sáenz Peña, que impuso el voto universal, secreto y obligatorio, poniendo fin a décadas de fraude. A partir de entonces el Parlamento argentino será testigo de la presencia de destacados socialistas, gigantes del pensamiento y de la acción.

En 1912, en las primeras elecciones en Capital Federal, bajo la ley Saénz Peña, fueron electos Diputados Nacionales Juan B. Justo, Alfredo L. Palacios, obteniendo en promedio más de 25.000 votos, aproximadamente el 20%.

En 1913 ingresaron a la Cámara de Diputados dos socialistas más: Nicolás Repetto y Mario Bravo, elegidos por un año para completar sendos períodos que habían quedado truncos. El Partido Socialista obtenía, además, por primera vez, una banca en el Senado de la Nación, que habría de ocupar Enrique del Valle Iberlucea.

El 22 de Marzo de 1914 el Partido Socialista logró un histórico triunfo en la capital de la República. Fueron elegidos diputados: Repetto, Bravo, De Tomasi, F. Cúneo, Angel M. Giménez, Zaccagnini, y E. Dickmann. Los diputados socialistas eran nueve; luego se redujeron a seis en los años 1918-1919. Empezaba a dar sus frutos también la experiencia del ejercicio del poder a nivel municipal, que el Partido Socialista había iniciado en 1914 en el Chaco, donde es electo con el 49% de los votos, Juan Govi, primer concejal socialista de esa provincia. Luego, el 14 de noviembre de 1915, el Partido obtuvo el 66% de los votos, ingresando todos los candidatos socialistas: Jesús Alonso, Carlos Diez, Juan Govi y Alfredo Guerrero. A Govi le correspondió la presidencia y a Guerrero la vice del Concejo. Esta experiencia se amplía al territorio bonaerense, a principios de los años veinte.

A partir de 1920, año en que el socialismo contaba con diez bancas, la representación socialista aumenta constantemente, llegando a contar con 19 diputados en los años 1928-1929. Con la escisión del “socialismo independiente” se reduce considerablemente su presencia en el Parlamento, y para 1930 Repetto era el único representante socialista.

Por esos años, las mujeres socialistas encabezadas por Alicia Moreau llevaron adelante la lucha por los derechos civiles y políticos de las mujeres en nuestro país. El 4 de Agosto de 1903, se integra la primera mujer al Comité Ejecutivo Nacional del Partido: María Cupayolo; y el 4 de Julio de 1904, la segunda: Gabriela Laperrieri de Coni.

Al promediar la década del ’30, el Partido Socialista ganó un considerable número de bancas en el Congreso Nacional, alcanzando en 1932 la máxima representación parlamentaria de su historia: 43 diputados y dos senadores. El número se redujo a 42 en 1935, y 25 en 1937.

Recuperando en el parlamento el papel que las escisiones les habían quitado, entre 1932 y 1943, tiene lugar el segundo gran impulso legislativo dado por el Partido Socialista en materia social. El Partido realiza una importante actividad “fiscalizadora”, donde la oposición al régimen se torna más frontal, en particular con la denuncia del fraude, del cercenamiento de las libertades públicas y la investigación de los escándalos de corrupción. Sufre además de manera directa las consecuencias criminales de la década infame, empezando por el asesinato del diputado provincial cordobés José Guevara, perpetrado por matones fascistas en 1933.

Los socialistas lograron además en esos años su mayor influencia en el movimiento sindical. Luego de haber participado en la creación de la CGT en 1930, cinco años después logran el control de la misma al desplazar al sector sindicalista.

La crisis de los años ’30 produce una apertura en las filas partidarias, que se enriquecen con el ingreso de jóvenes formados por experiencias políticas o culturales como la Reforma Universitaria. Se incorporan al Partido Socialista, Carlos Sánchez Viamonte, Deodoro Roca, los hermanos Orgaz, Julio V. González, Alejandro Korn, Ernesto Giudici, entre otros. Además, se produce el reingreso al partido de Alfredo Palacios -quien había renunciado en 1915-, que rápidamente se convierte en senador nacional.

A mediados de la década del ’40, el fenómeno peronista lograría capturar la realidad económica y social que emergía de la nueva industrialización, dejando progresivamente al socialismo al margen de las grandes convocatorias de masas y planteando además discrepancias en el interior del partido respecto a las tácticas que debían emplearse frente a los acontecimientos políticos nacionales.

En 1958 luego de un conflictivo Congreso partidario realizado en la ciudad de Rosario, el Partido Socialista se fractura, dando lugar a dos agrupaciones a las que la justicia electoral obligó a identificarse a través del agregado de un aditamento al nombre partidario.

Nacieron entonces el Partido Socialista Argentino (Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, José Luis Romero, entre otros) y el Partido Socialista Democrático (Nicolás Repetto, Juan A. Solari, entre otros).

Mientras el Partido Socialista Democrático se caracterizará por su relativa estabilidad organizacional, el Partido Socialista Argentino se caracterizó desde el comienzo por una cierta heterogeneidad interna que no tardaría en estallar. Su grupo más juvenil, influenciado por la experiencia de la Revolución Cubana, será el sostén de la candidatura a Senador de Alfredo Palacios, quien se impone en las elecciones de 1961. Poco después se produce la expulsión de un grupo que constituyó el Partido Socialista de Vanguardia, que se fraccionó posteriormente en Partido de Vanguardia Popular (autodisuelto en 1972 para ingresar al justicialismo) y Partido de Vanguardia Comunista. Otra escisión tendrá lugar en 1966, cuando un grupo expulsado de la agrupación confluyó junto a grupos trotzkistas en el Partido Socialista de los Trabajadores.

En 1972, una fracción del Partido Socialista Argentino, junto al Movimiento de Acción Popular -MAPA- de Guillermo Estévez Boero y Ernesto Jaimovich, el Grupo Evolución, y Militancia Popular, crearon el Partido Socialista Popular (PSP). El golpe militar de 1976 encontrará al PSP dividido en dos secretarias: el PSP Secretaria García Costa y el PSP Secretaria Estévez Boero. En las internas partidarias de 1982, Estévez Boero vence a García Costa, convirtiéndose en el secretario general de la agrupación. De esta forma, el grupo proveniente del movimiento universitario consolidaba su predominio partidario. En 1989 el PSP comienza una larga y fructífera trayectoria al frente del gobierno municipal de Rosario -la segunda ciudad del país-, y en septiembre de 1992, en Berlín, se incorpora como miembro pleno de la Internacional Socialista, que había sido fundada en Frankfurt en 1951.

En mayo de 1975, se constituyó en una reunión realizada en Avellaneda la Confederación Socialista Argentina -liderada por Alicia M. de Justo-, con la clara intención de superar las divisiones. En 1981 se constituye la “Mesa de Unidad Socialista” que logra alinear a la Confederación Socialista Argentina, al PSP y el Partido Socialista del Chaco, ratificando como raíz histórica y doctrinaria la Declaración de Principios de 1896 que fuera redactada por Juan B. Justo. Desde 1983 estos sectores confluyen electoralmente, y en 1985 se suma el Partido Socialista Democrático, constituyéndose la Unidad Socialista.

En 1987, de la mano de Guillermo Estévez Boero, el socialismo retornaba tras veinticinco años de ausencia al Congreso de la Nación. Pocos años después se le sumaría Alfredo Bravo, en lo que sería ya el comienzo de una nueva etapa parlamentaria en el seno del socialismo. En el año 2003, el socialismo retornaba además al Senado de la Nación tras 42 años de ausencia: Rubén Giustiniani ocupa por primera vez una banca socialista en el Senado en representación de una provincia del interior del país.

Después de 44 años de divisiones y de rupturas, el Partido Socialista logra en el 2002 su unidad, comenzando a recorrer un camino de crecimiento que la historia juzgará en el futuro.