domingo, 22 de junio de 2014

Ángel Cappa: Mezclar y dar de nuevo... De Alguna Manera...

Cappa: "Es el momento de recomponernos y pensar a futuro"...


Gerardo me pide una opinión sobre la actual situación de Huracán después del partido frente a Independiente, y me animo a hacerla desde mi carácter de hincha y socio del Globo. De ninguna manera en mi condición de entrenador. Entre otras cosas porque yo creo que mi tiempo de entrenador ya se agotó, al menos en Argentina. Además, también, por respeto al actual entrenador de Huracán y su cuerpo técnico, que me merecen la mayor consideración.

Aclarados esos aspectos, empiezo por decir que después de la bronca no tanto por la derrota sino por la forma, ya que nos volvieron a robar- es inadmisible desde la posición del  juez de línea, anular el gol que le anularon a Huracán, ya que el autor estaba claramente habilitado- y después también de la tristeza porque nos volvieron a destruir impunemente una nueva ilusión, me parece que es el momento de recomponernos y pensar en el futuro.


-Yo creo que es necesario un proyecto deportivo que tenga como eje la identidad futbolística de Huracán para saber por qué camino hay que ir y dónde queremos llegar. Y que abarque desde el primer equipo hasta el último para los pibes que ingresen a la entidad. No se puede seguir apostando a la casualidad pasando de un estilo a otro con la esperanza de ganar el partido que viene. Es preciso tener una visión más amplia para sentirnos seguros siendo lo que somos, un club que disfruta del buen juego, de una herencia que nos dejaron grandes jugadores y grandes equipos a lo largo de la historia.

Ese proyecto debe encabezarlo el cuerpo técnico de la primera división, en un trabajo coordinado y coherente con los demás entrenadores de la entidad, debidamente preparados y seleccionados según nuestros criterios futbolísticos.

-Hay que conseguir el correspondiente respaldo económico para hacer un equipo que no solo pelee con fundamentos el próximo ascenso, sino que sea la base para una continuidad en primera división. No volvamos a caer en el error de incorporar a 40 jugadores en lugar de 5 o 6 de jerarquía que sean útiles para construir el futuro a su alrededor.

-No destruir la estructura que exista ni dejar ir a jugadores importantes, como ha ocurrido sistemáticamente hasta ahora.

-Elegir un cuerpo técnico adecuado -que bien puede ser el actual- y darle el respaldo de la continuidad para un trabajo que aspire a solucionar el presente, pero también con aspiraciones a más largo plazo.

-Pensar en dirigentes capaces de entender la grandeza de Huracán, con la inteligencia y la sensibilidad imprescindibles para conducir un proyecto ambicioso que supere las urgencias del momento, y que tenga, insisto en este aspecto fundamental, la posibilidad de reunir o conseguir el respaldo económico que garantice la ejecución de esta idea.

-No podemos seguir pensando en otra cosa que no sea un trabajo planificado, inteligente, que respete a mediano y largo plazo la grandeza de Huracán como única manera de consolidar al club entre los más grandes del futbol argentino.

-Me he referido solamente al aspecto futbolístico, y no a otras cuestiones institucionales que deben tenerse en cuenta, naturalmente, porque solo una institución solida, puede sostener un proyecto como este. Y no al revés, que el equipo sostenga al club, como viene ocurriendo últimamente.

-Llegar a esos objetivos no es nunca cuestión de suerte, sino de un trabajo elaborado y de tiempo.

-De ese único modo, podemos superar arbitrajes nefastos y otras cuestiones no muy claras, y ganarnos el respeto, como institución, de todos los demás.
 
En fin, me gustaría que se tome como una opinión más de los hinchas del Globo de las que actualmente se pueden leer y escuchar en los distintos medios partidarios. No pretendo dar lecciones a nadie, no soy nadie para eso, sino aportar un pensamiento más. 
 
Muchas gracias, y un gran abrazo quemero. Que no nos venza ni la tristeza, ni la derrota, ni las maniobras turbias que pretenden frustrarnos. Dicen que a los hombres no se los mide no por las veces que se caen, sino por las veces que son capaces de levantarse.
 
© Escrito por Ángel Cappa el Viernes 13/06/2014 y publicado por Patria Quemera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



La carta de Domingo Cavallo a CFK... De Alguna Manera...

La carta de Domingo Cavallo a CFK...


El ex ministro de Economía acusó a la mandataria de mantener un discurso “plagado de mentiras e hipocresía” en cuanto a cómo se gestó la deuda.

El ex ministro de Economía Domingo Cavallo acusó hoy a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de haber dado anoche un discurso “plagado de mentiras e hipocresia” respecto a la convertibilidad, el blindaje y el megacanje.

Fue luego de que anoche la mandataria hizo su dercargo tras conocerse la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de no tomar la causa respecto a los fondo buitre.

Obviamente no prestó ninguna atención al esfuerzo que hice para sacarla del errado relato sobre la deuda en el que ha caído, error en el que ella y Nestor Kirchner no habían caído en los noventas ni en el que estaban a principios de 2002. Yo explique la verdadera relación entre la convertibilidad, el blindaje y el megacanje con el default en mi artículo “La lucha por evitar el default y  la devaluación” , que presenté ante el juez Ballesteros en abril de 2002. A este artículo lo publiqué como apéndice en mi libro “Estanflación” y volví a referirme a él en “Camino a la estabilidad””, apuntó.

Cavallo advirtió que la mandataria es “refractaria a cualquier intento de ayudarla a salir de la telaraña en la que ha quedado enredada”. El ex funcionario adjuntó a su post una carta que envió a la Presidenta el pasado 5 de junio:

Estimada Señora Presidente,

Me dirijo de esta forma a Usted y no a través del “Querida Cristina”, como lo hubiera hecho antes de que asumiera sus altas funciones, no porque mis sentimientos hacia Usted sean diferentes a los de entonces, sino por respeto a su investidura.

Le hago llegar un ejemplar de mi nuevo libro “Camino a la estabilidad”, que escribí pensando precisamente en los problemas que Usted tiene que enfrentar de aquí al final de su mandato. Y en los problemas que deberá resolver quien sea elegido para sucederla. Se trata del mismo propósito que me animó a escribir “Estanflación” en el año 2008.

Como Usted verá, dedico el primer capítulo a explicar los errores conceptuales y de evaluación de la realidad del libro de Alfredo Zaiat, titulado “Economía a contramano”. Decidí hacerlo porque luego de escuchar sus elogios y constatar la semejanza de los razonamientos del autor a los del Ministro Axel Kicillof, me preocupa que esos errores puedan llevarla a Usted a adoptar medidas que agraven la situación inflacionaria y recesiva que estamos viviendo.

Se trata de la misma razón por la que dedico el segundo capítulo a criticar la interpretación de la inflación y de lo que se necesita hacer para derrotarla, que presenta mi amigo Federico Sturzenegger en su libro “Yo no me quiero ir”. Me preocupó escuchar a Mauricio Macri sostener que resolver el problema de la inflación  es sólo cuestión de “hacer un poco de austeridad” y que no es un problema muy difícil. Ojalá el Jefe de Gobierno de la Ciudad salga de este error, porque si no lo hace y llega a ser elegido Presidente de la Nación, va a reducir en gran medida sus posibilidades de éxito.

También dedico un capítulo a explicar por qué Duhalde y Lavagna son, incluso, más responsables que Usted y que Axel Kicillof y sus anteriores Ministros de Economía de muchos de los problemas que estamos padeciendo. En este sentido quiero destacar que Usted estaba en lo cierto cuando sostuvo en la Cámara de Diputados de la Nación, al tratarse la derogación de la ley de Convertibilidad, que se trataba de un grave error, por lo que se abstuvo de apoyar esa propuesta de Duhalde.

Fue la pesificación forzosa y la gran devaluación que se produjo como consecuencia de esa decisión, la que creó todos los desajustes de precios relativos que explican la crisis energética y muchos otros problemas que hoy le adjudican a su gestión, precisamente algunos de los que inspiraron aquellas decisiones equivocadas.

En el capítulo dedicado a la historia de la inflación, me extiendo en detalle sobre la experiencia de los años 2001 y 2002. Si Usted lee esta historia, advertirá que tanto Néstor Kirchner como Usted, no estaban equivocados cuando valoraban la convertibilidad, brindaban apoyo a la reestructuración y privatización de YPF y criticaban, como recuerdo lo hacía Néstor con énfasis, el excesivo gasto y endeudamiento de las provincias a partir de que Duhalde y Menem comenzaron a competir por la candidatura presidencial del Justicialismo entre 1997 y 1999.

Mis únicas críticas sobre las decisiones de Néstor en aquellos años son dos:

Primero, que no haya utilizado los 700 millones de dólares que, siguiendo mi consejo, había podido ahorrar luego de cobrar las regalías que la Nación debía a la Provincia de Santa Cruz, para formar un consorcio con empresarios petroleros locales que compraran el paquete de acciones de YPF que el Presidente Menem decidió vender por licitación en 1999. De haber promovido la Provincia de Santa Cruz ese consorcio,  aprovechando que ya tenía un buen porcentaje de acciones de la petrolera, en lugar de venderlas a Repsol, Ustedes, junto a empresarios petroleros argentinos, podrían haber pasado a controlar YPF.
 
Segundo, que cuando le propuse a Néstor, en julio de 2001, que la Provincia de Santa Cruz aportara sus 700 millones de Dólares para integrar un Fondo Monetario Interprovincial que receptaría además una cantidad equivalente de la Nación y 1.600 millones de dólares del paquete que estaba aprobando el FMI, cuyo consejo de administración presidiría Néstor Kirchner, él me dijo que no confiaba en los gobernadores de las provincias que necesitaban asistencia financiera y que prefería dejar los fondos de Santa Cruz en el exterior.

Por supuesto, mis críticas a la gestión económica desde el 25 de mayo de 2003 hasta la actualidad son muchas más, tal como lo destaco en mi libro, pero no las hago para adherirme a los ataques que Usted está recibiendo de parte de muchos de los que son más responsables que Usted de los errores cometidos, sino para ayudarla y ayudar a quienes se postulan para gobernar a la Nación desde el 10 de diciembre de 2015, a encontrar soluciones.

El Presidente Menem, a quien entre 1996 y 1999 yo critiqué con la misma intención con la que ahora lo hago a su gestión, me ha reconocido que mi actitud fue mucho más leal y constructiva que la de aquellos que entonces se desvivían por aplaudirlo y elogiarlo y que, tan pronto perdió el poder, se dedicaron a denostarlo. Lamentablemente vi y sigo viendo a muchos de esos personajes, tener hacia Usted la misma actitud que tenían hacia Menem. No me gustaría que cuando Usted ya no esté en el poder, hagan leña del árbol caído, como lo siguen haciendo con el Presidente Menem.

Mis libros fueron, son y serán, o al menos procurarán ser, aportes a la construcción de una Argentina estable, con desarrollo económico y progreso social. No me anima ningún otro propósito.
 

La saludo con la mayor consideración y le deseo éxito en el final de su gestión.

Afectuosamente,
 
Domingo F. Cavallo.

© Escrito por Domingo F. Cavallo el Martes 17/06/2014 y publicado por el Diario El Cronista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 15 de junio de 2014

Ciegos… De Alguna Manera...


Ciegos…


Agenda periodística encogida. Núcleo de temas de interés reducido a casi nada. Manda el Mundial y ya se desdibuja, velozmente, la historia de las tropelías de Boudou. Imposible situarse en otras bases de interés público. El llamado “mundo mediático” vive sobrecogido en su propia pequeñez de miras. Las lóbregas obscenidades farandulescas pueblan la mañana, la tarde y la noche de la TV y de la radio, y de pronto llegó el Mundial. 

Si el equipo nacional prospera, la locura ensimismada prosperará. El mundo ofrece, sin embargo, escenas de valioso interés sobre las cuales el interés colectivo es casi nulo, al menos por estas latitudes. Todo sucede como si el planeta, supuestamente globalizado, se hubiese vuelto más ajeno que nunca. Una sociedad absorta en sí misma se desentiende de modo casi completo de las barbaries y villanías que se consumen todo el tiempo en diversas latitudes.

Esta semana, dos países ocupados en su momento por tropas de los Estados Unidos (Afganistán e Irak), y otro severamente implicado en esas guerras, Pakistán, han vuelto a vivir momentos trágicos, en esa secuela infinita de ataques terroristas que el mundo ya ha naturalizado como normales. Toda la sangre derramada, incluso por las propias tropas que intervinieron, que no fueron sólo estadounidenses, parece haber sido rematada en vano.

En Karachi, Pakistán, país fronterizo con Afganistán, ataques de escalofriante osadía dejaron un saldo de decenas de muertos. No fueron hechos consumados por aficionados; las de los talibanes fueron acciones militares importantes y muy poderosas, ejecutadas por comandos bien equipados. Movimiento de perfil medieval y de estirpe sangrienta, los talibanes pesan en ambos países, Afganistán y Pakistán. 

Dogmáticos, fundamentalistas y violentos, ellos eran la retaguardia de Osama bin Laden y Al Qaeda cuando entraron los norteamericanos en el país, tras el salvaje atentado del 11 de septiembre de 2001. En Afganistán, los norteamericanos dejaron 2.229 uniformados muertos En simultáneo a eso, dos años y medio después de la retirada completa de las tropas de Estados Unidos de Irak, el jihadismo levanta su perfil convirtiendo este trágico país árabe en un pantano imposible. 

Lo demuestra la caída de la ciudad iraquí de Mosul en manos de las furiosas brigadas de Al Qaeda. Ahora se sabe que tras la expedición militar norteamericana, tras sus propios 4.448 muertos, la violencia y el exterminio entre las facciones islámicas (sunitas y chiitas) no sólo no menguaron, sino que se han hecho más letales y salvajes que nunca. Con los apóstatas occidentales fuera de escena, la guerra interislámica, tanto en Irak como en Siria, es más brutal que nunca.

La tragedia de Siria no le mueve un pelo a nadie. Ya son 160 mil los muertos de una guerra civil primitiva y bestial, cuya repercusión en Occidente es irrelevante. El gran periodismo internacional cubre estos hechos con guantes quirúrgicos, pese a la documentada enormidad de la barbarie en curso. El periodismo norteamericano e inglés, en lugar de hablar de “terroristas” alude a los “radicales”; en lugar de escribir “asesinos”, los menciona como “militantes”. Las bombas y los ataques asesinos más inescrupulosos son contra estaciones de buses, escuelas, liceos y mercados.

No es una típica guerra convencional. Es un escenario de terrorismo puro y duro; sólo procura intimidar, destruir y aniquilar. La idea es que lo que hoy son Siria e Irak se convierta en un gigantesco y negro califato, formateado en los moldes del siglo XII.

No sólo la peste letal en Irak y Afganistán/Pakistán continúa su curso en medio de una evidente pasividad internacional. En Nigeria, las 200 niñas secuestradas nunca aparecieron. La misma desgracia en el origen: una banda de terroristas denominados islamistas cuyo grupo Boko Haram es el nombre de la etnia tribal hausa, que se traduce como “la educación occidental es un pecado”. 

Preadolescentes raptadas a punta de fusil por una banda de masculinos forajidos que dicen ser más islamistas que el islam, que se proponen que Africa sea un continente monocolor y –sobre todo– monorreligioso. Por eso, niñas nacidas de hogares cristianos son islamizadas con trágica violencia.

En este marco, el cristianismo es una de las grandes víctimas y uno de los grandes perseguidos en esa Africa copada por la beligerancia brutal del hiperislamismo.

Formidable desprecio por la vida. Estos grupos terroristas (Al Qaeda, los talibanes, las sectas islamistas enfrentadas en la guerra de Siria, Boko Haram) exhiben un denominador común: para todos ellos, la vida no importa nada, esté dicho o no en el Corán. Estas “guerra santas” son toleradas, como si se tratara del perfil natural y folclórico de pueblos diferentes, una desgracia que, como gotea día a día, es una práctica de liquidación y exterminio admitida y hasta santificada.

Es también un fanatismo de barbarie, extremo, directamente surgido de los túneles más oscuros de la alta Edad Media, un proceso difícil de comprender y menos de admitir. Si, al menos, se tratara de recuperar la dignidad integral del mundo islámico y sus sociedades nacionales, estos terroristas empachados de sangre desde hace ya tantos años no están en condiciones de comprender, ni lo pretenden, que su accionar no sólo no recupera la dignidad y la autoestima del mundo islámico. Al contrario, ratifica la idea de que ese mundo sangriento que ellos denominan “islámico” sólo produce destrucción y violencia infinitas.

¿De qué “genocidio” palestino hablan algunos para justificar su silencio  por estos hechos de barbarie? Lo del genocidio palestino es una falsedad inverificable, pero es tangible que ya hay 160 mil seres humanos realmente muertos en Siria, como lo son la violencia asesina de Al Qaeda en Irak, las bombas de los talibanes en Pakistán y Afganistán, y lo que sucede en Nigeria con esas pobres criaturas secuestradas. No pasa nada. Hay un mundo que mira para otro lado, y una Argentina preocupada por Wanda Nara.

© Escrito por Pepe Eliaschev el Domingo 15/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Bosnia, los “niños de la guerra”... De Alguna Manera...


Bosnia, los “niños de la guerra” y el error nacionalista...


Por primera vez en su historia, juegan un Mundial. Los jóvenes sobrevivientes de la última guerra y un relato por todos.

Recién arranca el Mundial y ya hay sorpresas, promesas, batacazos y decepciones. Aún no se cumple la primera semana desde la inauguración de la Copa del Mundo, pero todos los equipos hacen gala del relato de su selección (y los reveses de los primeros partidos).

Brasil 2014 parece ser para Bosnia y Herzegovina, no por calidad futbolística (que no es tema de discusión acá), sino por el pétreo relato de los once que en pocas horas se enfrentarán a Argentina. A falta de trayectoria mundialista, el país debuta como tal en un Mundial. Sus 22 años como Estado formal arrastran el asfixiante peso de la guerra, la que los independizó de Yugoslavia y todas las anteriores, que pusieron a la región como inesperado enclave para detonar los peores conflictos de la historia mundial. Los sobrevivientes exhiben, involuntariamente, las marcas de anexiones y secesiones desquiciadas. Y su seleccionado no escapa al mito.

El equipo de Safet Susic es el de los “niños de la guerra”. Así hablan los medios de ellos, y no se equivocan. Buena parte de sus integrantes vivieron la guerra que, en poco más de tres años, deshizo el mapa político de los Balcanes. Algunos, como Begovic o Ibisevic, integraron la legión de casi dos millones de desplazados. Volvieron al país años después de deambular por el mundo con el recuerdo de sus raíces. Otros, vieron morir a familiares, entre las más de 100 mil víctimas fatales del conflicto. Entre ellos, Edin Dzeko.

Son “los niños de la guerra” y no lo ocultan. Por el contrario, la camiseta exalta su sentido de pertenencia: los once de mañana son la diáspora de bosnios en todo el mundo, los nacidos allí, y los hijos y nietos de. Pero su experiencia de la guerra no los convierte, en sí misma, en jugadores de primera. Son tan sobrevivientes como víctimas, al igual que otros. Como el croata Luka Modric, otro “niño de (otra) guerra”. Ni pena ni temor.

Aunque cierto, el relato bosnio raya el error nacionalista, el mismo que cometemos todos, que pasamos por tres camisetas en una tarde hasta que llegue la propia. Porque nuestro tercer apellido es italiano, somos hijos de españoles o nuestro abuelo era francés. 

Detestamos a Inglaterra al punto tal que la embajadora en Londres organiza charlas sobre fútbol con la camiseta de Argentina. Un gesto tan estúpido como si un republicano festejara la derrota española porque la camiseta no lleva una banda morada.

Desacertado, como el saludo filonazi de Simunic con la camiseta croata, que le valió una suspensión de diez fechas. O como la vergüenza profesa del exarquero polaco Jan Tomaszewski ante una selección a la que le faltaban “verdaderos polacos”. En 2012, el equipo tenía, al menos, tres jugadores que habían pasado por las inferiores de otros países.

El frenesí mundialista saca lo mejor y lo peor de nosotros. ¿Cuándo arranque el partido alguien recordará la historia de vida de los jugadores? ¿Nos importará su derrotero pasado hasta llegar a su histórico debut mundialista? ¿Podemos ser honestos y decir que, por 90 minutos y en pos de ganar, no nos interesará en lo más mínimo?

La pasión no puede ser siempre igual. Y la que genera el fútbol no tiene mucho que ver con aquella que sentimos cuando se nos ocurre, sin mano izquierda, resolver el mundo entero.

© Escrito por Ursula Ures Poreda el Sábado 14/06/2014 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.