lunes, 9 de diciembre de 2013

Huracán 1 vs. Almirante Brown 1... De Alguna Manera...

 Lo tenía Almirante, pero Arraya lo empató sobre el final…


Jugando en Parque Patricios el último partido del año, esta tarde Huracán empató 1 a 1 con Almirante Brown. La fragata lo ganaba con un tanto de Francisco Grahl, pero Juan José Arraya marcó el empate para el globo a tres minutos del final. La visita termino con 2 jugadores menos luego que Ariel Suárez expulsara a Carballo y Marrone.

Sin sobre saltos, aburriendo por momentos y con poca intención de atacar al rival, el primer tiempo quedo para el olvido por lo poco echo entre Almirante y Huracán.

Ya sin Federico Carballo, expulsado por tomar del cabello a Capurro, en los primeros minutos del complemento, la visita por medio de un cabezazo de Francisco Grahl, se encontró con la apertura del marcador.

Desprolijo, impreciso y bajo una lluvia de reproches que bajaban desde la tribuna local, Huracán era solo una brisa por momentos a la hora de buscar la igualdad.

Sobre el final, por medio de un doble cabezazo dentro del área visitante entre Romero Gamarra y Arraya, el ex delantero de Gimnasia de Jujuy convirtió el empate definitivo entre ambos equipos.

Finalizo una rueda y ambos conjuntos, tanto Almirante como Huracán, tendrán que trabajar y mucho durante la pretemporada para cambiar la pobre imagen que dieron en la etapa inicial.

Síntesis:

Huracán 1

Gastón Monzón; Leonardo Zaragoza, Alexis Ferrero, Eduardo Domínguez y Carlos Arano; Germán Mandarino, Lucas Villarruel y Alejandro Capurro; Matías Defederico, Leandro Caruso y Cristian Espinoza.

DT: Frank Kudelka.

Almirante Brown 1

Ezequiel Cacace; Federico Carballo, Sebastián Ibars, Emanuel Olivera y Ezequiel Garré; Mauro Marrone, Sergio Meza Sánchez, Gastón Giménez y Francisco Grahl; Federico Presedo y Diego Nadaya.

DT: Héctor Rivoira.

Goles: 49 min. Francisco Grahl (AB) y 87 min. Juan José Arraya (H)

Cambios: Juan José Arraya por Alejandro Capurro (H), Alejandro Romero Gamarra por Germán Mandarino (H) y Mauro Milano por Matías Defederico (H); Luís Arias por Diego Nadaya (AB), Gerardo Menzeguez por Francisco Grahl (AB) y Diego Ceballos por Federico Presedo (AB).

Amonestados: Capurro (H); Meza Sánchez y Presedo (AB)

Expulsados: Federico Carballo y Mauro Marrone (AB)

Árbitro: Ariel Suárez.

Líneas: Andrés Barbieri y Miguel Baldonedo

4to. árbitro: Antonio Amato

Estadio: Tomás Ducó (H)

© Escrito por Marcelo Salvio el lunes 09/12/2013 y publicado en Mundo Ascenso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


"Somos un equipo que no genera situaciones de gol"


Luego del empate sobre la hora ante Almirante Brown, el técnico Frank Darío Kudelka dialogó con la prensa. Muy duro en sus respuestas con respecto al rendimiento del primer equipo, el entrenador dejo varias frases para tener en cuenta.

"Para cambiar hay que reconocer defectos. Hoy jugamos mal, no tuvimos buen manejo de la pelota", sentenció el entrenador local. Pero eso no fue lo único que dijo, ya que se despachó con muchas más.

Con respecto a la expulsión que sufrió Almirante, Kudelka mostró su malestar por no saber aprovechar la superioridad. "La expulsión del jugador de Almirante nos desfavoreció, porque nos puso en una situación táctica donde no tenemos impronta individual". "El peor terreno nuestro es que le expulsen uno al otro el equipo, porque rival se tira atrás y no nos da espacios."

El nivel del equipo en este partido, como a lo largo del torneo no fue el mejor, y su entrenador fue autocrítico a la hora de reconocerlo. "Esta no es la forma de jugar, uno podría entender un montón de situaciones, pero realmente jugamos un pobrísimo partido". "Lo que no tuvimos es creatividad, impronta e ingenio para vulnerar a un rival que juega siempre protegido atrás. Vos podés jugar mejor o peor, pero nosotros no tenemos potencial físico individual para ganar un partido".

Para enfrentar en torneo que viene y poder escalar o más alto posible para soñar con el ascenso, Kudelka ya resolvió los puestos a reforzar."No cabe ninguna duda de que este equipo necesita ser reestructurado en lo físico y en lo táctico. Ya tengo definido los puestos que voy a reforzar. Después de la pretemporada no se va a ver este Huracán, porque si seguimos jugando así me voy de la vergüenza que me da."

© Escrito por Marcelo Salvio el lunes 09/12/2013 y publicado en Mundo Ascenso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las fotos:

Lo mejor... Nosotros, los hinchas del Globo...

 
  
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Se viene el Mundial...






domingo, 8 de diciembre de 2013

¿Amor y Paz?... De Alguna Manera...


¿Amor y paz?...

De corazón. CFK, en la jura de la ministra de Seguridad. Foto: Marcelo Aballay

La precaria salud que apartó a Cristina Fernández del proscenio fue una prueba del cielo (quizás un signo producido por su reconciliación con Bergoglio). En octubre, le permitió esquivar la noche de los resultados electorales y, ahora, le permite emitir órdenes para que sus ministros las cumplan y, si algo falla, se hagan responsables y renuncien. Pero el miércoles Córdoba fue saqueada. Veloz de reflejos, la Presidenta saltó sobre esa oportunidad, pensó qué le convenía, y abandonó al pueblo de la ciudad de Córdoba a lo que estaba sucediendo. Capitanich recibió la orden, tan despiadada como irresponsable, de no enviar a la Gendarmería. Que se entienda: no fue De la Sota el abandonado, fue el pueblo de Córdoba.

Conviene volver al home movie de Olivos, con el que la Presidenta anunció su regreso. El 18 de noviembre se mostró a su pueblo con dos simpáticos animalitos. Se ha escrito mucho sobre el estilo de ese retorno. Sin embargo, hay algo que no se subrayó. El home movie de Olivos no es un relato, sino la puesta en escena de una posición presidencial respecto de los ciudadanos, que se llama, sencillamente, paternalismo. Cristina Fernández no habló de cómo continuaría su gobierno ni de ningún tema político. Este silencio implica: “Ustedes deben confiar en mí, que puedo interpretar mejor sus necesidades y deseos, porque los conozco como nadie puede conocerlos”.

Para comunicar esto bastó que la Presidenta mostrara un despliegue de virtudes maternales (la forma femenina, modosa y televisiva del celebrity-paternalismo), con un perro en la falda, con un peluche plantado cerca, con una hija detrás de la cámara.

Ofreció la imagen restaurada de su cuerpo como prueba de que ella estaba todavía allí, para tranquilidad de su pueblo. Sin palabras, a ese pueblo le dijo: “Miren el perrito, miren el pingüinito, miren mi camisita blanca que pone fin al luto; hoy es un día nuevo para mí y para ustedes”. Su especulativo silencio nos transmitía: “Ustedes no necesitan saber lo que yo haré esta misma tarde. Todo lo que ustedes necesitan es confiar en que yo esté acá”. No se precisa más para definir una interpelación paternalista.

Muchos creen que el discurso hogareño fue pobrísimo. ¿De verdad? Me parece que armó una nueva escena: Cristina Fernández pasa más tiempo en Olivos que en la Rosada, no porque le indiquen que no viaje en helicóptero, sino porque le conviene a ella establecer una distancia. Lo adverso que suceda será atribuido a sus ministros y secretarios. Serán, como suelen serlo en muchas democracias, fusibles. La Presidenta, en cambio, avanza hacia el plano más iluminado pero menos comprometido de la escenografía. Allí donde sopla el viento o cae la lluvia, Cristina Fernández no estará porque tiene que cuidar su salud, meditar para bajar el estrés y otros diversos etcéteras. 

Por ahora la Presidenta eligió el hands-off. Como Menem (que en eso imitó a Bush padre), designó un vocero ejecutor: en los 90 era Corach; en la segunda década de este siglo, Jorge Capitanich. Sólo los diferencia que Corach no ambicionaba la presidencia que Capitanich desea. Eso significa que Menem tuvo más horas para jugar al golf y andar por el mundo que las que Cristina Fernández tendrá para los ejercicios antiestrés.

Cristina está haciendo menos que antes. ¿Y con qué reemplaza lo que hace menos? Con su presencia, con la diseñada y fotografiada presencia de su cuerpo que, mostrándose floreciente, prueba el triunfo de la salud y, en consecuencia, que la Nación ha salido de peligro. Cuerpo real y Nación son uno solo. Durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill gobernaba Gran Bretaña como primer ministro. Con estudiada periodicidad, sacaba a la familia real a pasear por las calles de Londres, sobre todo, después de los bombardeos nazis. El rey, la reina madre y las princesitas eran los cuerpos indispensables para animar el patriotismo.

Hoy el cuerpo de Cristina es indispensable a una causa probablemente algo menor: su propio futuro. Por ahora, con sabiduría muy tradicional, se ha mostrado en los juramentos de sus ministros (como un monarca constitucional) y haciendo mohínes en el balcón que da al Patio de las Palmeras: ¡cuánto los quiero y cuánto los extraño!

El estilo paternalista puede resultar insultante a quienes defienden el principio de autonomía de los ciudadanos. La Argentina tiene larga experiencia en paternalismo oligárquico y paternalismo populista (militar, de elite criolla, popular, religioso). No vamos a escandalizarnos a esta altura, cuando surgen nuevos dirigentes que practican la demagogia repitiendo el contenido más obvio de los deseos atribuidos a la gente: eso también es populismo paternalista. Los ciudadanos creen y delegan. Por eso, el pintoresco home movie de la menor de los Kirchner merece volver a verse. Todavía no se ha dicho lo suficiente.

A no distraerse: un perrito bolivariano y un pingüinito del PRO son sólo juguetes de una representación paternalista. Por lo demás, ella sigue siendo la misma. La noche de los saqueos reacondicionó una vieja máxima del general Perón: “Al enemigo (como De la Sota), ni la Gendarmería”. Y si el que sufre violencia es el pueblo de Córdoba, confiemos en que Dios lo ilumine y se dé cuenta de que no le conviene votar antikirchneristas.

Esa es nuestra Cristina, la que demuestra que no hay enfermedad ni terapia capaces de cambiar un temperamento.

© Escrito por Beatriz Sarlo el sábado 07/12/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hombres sin futuro… De Alguna Manera...


Hombres sin futuro…

Guita-reo Amado Boudou. Foto: Pablo Temes
 
Los pasos en falso de Boudou, Capitanich, Kicillof y Costa reflejan la ausencia de destino en el planeta K.

La escalada del dólar no para. La caída de reservas del Banco Central, tampoco. Desde que asumió el nuevo elenco ministerial, el drenaje de la divisa estadounidense no cesa. Ya son más de mil millones en sólo quince días. Esto ha disparado las internas dentro del equipo económico. Juan Carlos Fábrega, el nuevo presidente del BCRA, tiene pocas cosas en común con Axel Kicillof, y, al paso que van, corren el riesgo de esfumarse si la sangría de las reservas no para. Los mensajes y las decisiones del nuevo ministro generan cortocircuitos hacia dentro del Gobierno y poco entusiasmo hacia afuera de él. Los empresarios, a los que les pidió colaboración, ven con escepticismo todo lo que se viene haciendo porque, en verdad, es más de lo mismo.

El Gobierno no termina de darse cuenta de que lo que enfrenta es una crisis de confianza. Los acuerdos de precios nunca funcionaron y menos en esta administración. La salida de Guillermo Moreno es, en parte, consecuencia de ese fracaso. Por lo tanto, insistir con esa receta sin abocarse a la concreción de las soluciones que requiere el problema de base –que es la inflación– no tiene sentido.

La inflación es la consecuencia de un gasto fiscal que sigue en aumento. Por eso la tendencia de los reclamos viene experimentando un paulatino crescendo difícil de frenar. El incremento de precios que se verifica en los productos de primera necesidad exime a esas demandas de mayores explicaciones.

La primera reunión entre los supermercadistas, algunos industriales y otros hombres de negocios con el flamante secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, no despertó mayor entusiasmo. “Mejoraron las formas pero sobreviven muchas de las ocurrencias de Guillermo Moreno”, resumió uno de los asistentes al encuentro que supo frecuentar al ex secretario. La prueba concreta de ello es que el control de precios y la segmentación de productos habrán de continuar. Lo único que cambió fue que hubo un reconocimiento explícito del problema que representa la inflación. Lo increíble es que, a pesar del fracaso de las medidas impulsadas por Moreno, se haya decidido insistir con ellas. Llamó la atención, y decepcionó a los pocos que se entusiasmaron con la posibilidad de cambios reales, el hecho de que se defendieran los métodos del ex secretario, a quien se sindicaba como el principal responsable de los estrepitosos errores de la política económica oficial.
 
Desde el punto de vista formal, la Secretaría de Comercio Interior, aquel templo por el que durante más de cinco años peregrinaron los empresarios de todos los rubros implorando soluciones para sus penurias, ya no es lo que era. Por fuera ya no resalta el cotillón contra Clarín ni los afiches burlones dedicados a Sergio Massa. Por dentro, los comentarios de pasillo hacen foco en los nuevos inquilinos, a quienes definen como jóvenes “de ropa cara, con grandes títulos, mucho posgrado en Harvard y muy poca capacidad de gestión”.

Un empresario que conoce los pormenores del traspaso de gestión explica en detalle el porqué de la lentitud del accionar de los nuevos funcionarios, circunstancia que causó una verdadera parálisis en las autorizaciones para importar. La causa fueron los diez días interminables que pasaron entre el anuncio de la renuncia de Moreno y su concreción efectiva, el lunes 2. Al principio, el ex secretario ninguneó tanto a Kicillof como a su gente. Recién cuando terminó de digerir la enorme amargura que le produjo su cesantía, Moreno llamó a sus sucesores para que se acercaran a la Secretaría a fin de interiorizarse de su funcionamiento. Su sorpresa fue grande cuando nadie respondió a su convocatoria. En consecuencia, por el lapso de diez días esa dependencia fue tierra de nadie.

A quien se le complicaron las cosas mucho es a Amado Boudou. Los testimonios de Nicolás Ciccone, uno de los dueños de la ex Ciccone Calcográfica, y de su yerno, Guillermo Reinwick, han hundido aún más al vicepresidente que, a esta altura, desde el punto de vista político es un hombre sin futuro. Está claro que Boudou quiso quedarse con la empresa Ciccone para usufructuar el fenomenal negocio de la emisión de billetes. Contaba para ello con una situación originada en el deterioro causal y no casual de la Casa de Moneda que se ahondó durante el tiempo en que el hoy vicepresidente fue ministro de Economía. El problema para Boudou es que la jugada le salió mal. Más allá de lo que vaya a ocurrir de ahora en más con el devenir de la causa judicial, toda la maniobra está ya categóricamente demostrada.

Los saqueos ocurridos en Córdoba en la noche de terror vivida por sus habitantes durante el autoacuartelamiento policial muestran no sólo cuál es el clima social imperante en muchas zonas del país, sino también el nivel que ha alcanzado la sinrazón. Un gobernador, José Manuel de la Sota, que llamó al jefe de Gabinete de Gobierno a un número que no es el correcto y que a las 10 de la noche dijo que no a lo que doce horas después dijo que sí. ¿Cómo se entiende? Un jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que asiste pasivo e indiferente a la penuria del pueblo de Córdoba como si esa provincia fuera un enclave perteneciente a otro país, privilegiando la interna política del peronismo por sobre las necesidades y urgencias de la ciudadanía.

A cual peor es la síntesis de tamaño desatino. A nada de esto fue ajena la Presidenta. Está claro que fue ella quien ordenó lo dicho y hecho por Capitanich. Alguien debió haber advertido, además, lo peligroso de permitir que, al prolongarse, el conflicto generase un efecto dominó en otras provincias, tal como finalmente sucedió. En una noche, el gobernador del Chaco en uso de licencia dilapidó gran parte de su capital político.

Como si fuera el túnel del tiempo, este diciembre de la así llamada “década ganada” nos devuelve imágenes de un pasado reciente que nos aleja del mañana mejor al que aspiramos todos los argentinos.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 07/12/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El padre Ignacio y su encuentro con el Papa Francisco… De Alguna Manera...


El padre Ignacio y su encuentro con el Papa Francisco…

El Papa Francisco se encontró con el cura párroco de Natividad del Señor, el padre Ignacio Periés.

El sacerdote cumplió con el encuentro que se habían prometido con el Sumo Pontífice antes de que viajara al Vaticano. Las imágenes revelan la alegría que les causó la reunión.

El padre Ignacio Peries, quien predica en la parroquia Natividad del Señor, de barrio Rucci, se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano. Si bien no dio precisiones sobre el encuentro, subió las fotografías a la página oficial de Facebook de la iglesia.

De este modo, se cumplió el encuentro que se habían prometido con el Pontífice cuando todavía era arzobispo de Buenos Aires. En aquella ocasión, ante un problema de Ignacio, habían quedado en encontrarse más adelante. Después, sobrevino la elección de Jorge Bergoglio como Papa.

"Estuve hablando con él en enero y yo tenía un problema. El me dijo: 'Ignacio, no te apurés, a mediados de marzo nos encontramos y hablamos, ahí tenés la respuesta para vos'. Eso a mí me impactó muchísimo porque a mitad de marzo estaba en la iglesia como Santo Padre", relató Ignacio.

Más allá de la anécdota que le tocó vivir, Ignacio destacó la esperanza que representa para la Iglesia el Papa Francisco y vaticinó que ese sentimiento de euforia se va a prolongar durante un largo tiempo, ya que Francisco representa lo que está en el corazón de los creyentes.


"Me dio la esperanza porque está en la cabeza de la Iglesia, justamente para superar el orgullo, la vanidad y el poder que paraliza muchas cosas. Por eso es tan importante para nosotros su presencia", aseguró en aquella ocasión el cura párroco de Natividad del Señor.

Asimismo, señaló: "Es tan importante su presencia para todos nosotros porque veo un renacimiento, no solamente para la iglesia sino en la calle porque gente que nunca va a la iglesia festeja y está feliz por esto".

"Yo creo que la iglesia está pasando por un momento bastante crítico por todo lo que está ocurriendo con los sacerdotes, por eso yo creo que renació todo y es la esperanza a todos", aseguró Ignacio y, para dar fe de su devoción por Francisco, se encontró con él en el Vaticano.

© Publicado el viernes 1º/11/2013 por el Diario La Capital de la Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe.