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viernes, 30 de enero de 2015

Cartas de Iara y Kala, hijas del Alberto Nisman... De Alguna Manera...

Cartas de Iara y Kala, hijas del Alberto Nisman...


Este es el contenido de las cartas:

“Papá, voy a extrañar mucho jugar al Uno con vos, tus chistes, que mires mis fotos y me digas lo que te parecen y que en todos los lugares a los que nos vamos sacándonos una foto e ir a comer sushi todos los domingos. Te voy a extrañar mucho y estoy segura de que no soy la única. A pesar de nuestras discusiones yo tengo muy buenos recuerdos de vos. Lo que más me acuerdo es nuestro último viaje. Me acuerdo de cómo te gané tres veces seguidas en el Uno y no quisiste jugar más. Cómo me regalaron una caja llena de chocolate y te los comiste casi todos, que según vos eran 90. Todo lo que me explicabas por las preguntas que yo te hacía todo el día por lo que había pasado en París, pero más que nada me acuerdo de todas las veces que me hacés reír. Espero que los demás te recuerden como yo, cuando estabas alegre y haciendo chistes todo el tiempo. Tango también se acuerda de vos y estoy segura de que te extraña. Te prometo que lo voy a cuidar mucho. También te quiero agradecer por todo lo que hiciste por mí y los buenos momentos que pasamos juntos. Sé que ahora vas a estar en un mejor lugar y en paz, pero siempre vas a estar en mi corazón. Voy a estar todo el tiempo pensando en vos y en la buena persona que sos.
Te amo”.

Iara


La hija menor del fiscal también habló de los buenos recuerdos cuando viajaban juntos:

“Papá te voy a extrañar mucho, espero que la pases muy bien y te reencuentres con tu papá y la bove Clara. Te quiero mucho. Fuiste muy bueno y yo todavía pienso que estás en mi corazón. La pasé muy bien con vos cuando fuimos a Disney, a Chile, a Las Leñas y un montón de lugares más. Nunca voy a dejar de pensar en vos y tampoco en todas las lindas cosas como cuando peinábamos a Tango. Quiero que sepas que te reamo y siempre voy a estar con vos. Nos vemos cuando me muera. Te amo. Espero que descanses en paz”.

Kala

© Publicado el Viernes 30/01/2015 por Prensa Libre de la Ciudad de Guatemala, Guatemala.


Las hijas de Nisman: “Solo necesitábamos de vos, tu presencia y compartir buenos momentos”

Junto a su ex mujer, publicaron hoy emotivos mensajes para despedir al fallecido fiscal especial de la causa AMIA y recordaron su “dedicación” y “entrega” al trabajo.

Las hijas y la ex mujer de Alberto Nisman publicaron hoy emotivos mensajes para despedir al fallecido fiscal especial de la causa AMIA y recordaron su “dedicación” y “entrega” al trabajo.

“Papá, nosotras, tus hijas, Iara y Kala, solo necesitábamos de vos, tu presencia y compartir buenos momentos. Hoy te despedimos, sabiendo de tu dedicación al trabajo. Esperamos que ahora puedas descansar en paz. Nosotras guardamos en nuestros corazón los lindos momentos vividos juntos”, escribieron las niñas en la sección Avisos fúnebres del diario La Nación.

Por su parte, la ex esposa del fallecido fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, expresó en otro mensaje: “Transito este momento con desconcierto y profundo dolor por nuestras hijas. 

Te despido anhelando que encuentres la paz, que tu entrega al trabajo no te permitió disfrutar en plenitud”. 

En tanto, un tercer aviso también publicado hoy y firmado por la “familia política” del fallecido fiscal de la causa AMIA, señala: “Profunda conmoción, tristeza y dolor por tu inexplicable y prematura partida física. Pérdida irreparable, vacío permanente. Estarás siempre presente en nosotros”.


Los restos de Nisman, quien fue hallado el domingo de la semana pasada muerto de un tiro en la cabeza en su departamento de Puerto Madero, son velados desde anoche en el barrio porteño de Núñez y esta mañana serán trasladados al cementerio judío de La Tablada para su entierro.

© Publicado el jueves 29/01/2015 por Diario La Ciudad de Avellaneda de la Ciudad de Avellaneda, provincia de Santa Fe.


jueves, 29 de enero de 2015

La Agencia Federal… De Alguna Manera...

La Agencia Federal…

Gustavo Beliz, el dia que mostró la foto de Stiuso. Foto: elsindical.com.ar

La AFI que lanzó la Presidenta es la misma que anunció Kirchner en 2004 para transformar a la SIDE y jamás se concretó.

Salió publicado en todos los medios: el Gobierno anunció la creación de la AFI, una agencia federal que, entre otras consideraciones, puso en debate los límites que deberían existir entre seguridad exterior, control interno de la población y el rol de los servicios de Inteligencia. “Reafirmo la defensa del derecho, la justicia, la libertad y los derechos humanos”, explicó Kirchner ratificando que los espías estarían ajenos a cualquier tipo de control de las actividades internas del país.

Sucedió en abril de 2004, acaparó la atención de todos durante varios días y fue la reacción oficial para correr el foco mediático del monotema de aquella época: el crimen de Axel Blumberg.

Quien hizo ese anuncio fue el presidente Néstor Kirchner, acompañado por su ministro de Justicia, Gustavo Beliz. El pomposo título de esa superestructura de seguridad era Agencia Federal de Investigaciones. Quedó en la nada rápidamente.

Más de una década después, aquella AFI resucitó en la desesperación de su esposa por, también, correr el foco de interés público sobre otro tema conmocionante, la muerte del fiscal Alberto Nisman. Sólo que en lugar de Agencia Federal de Investigaciones se llamará “de Inteligencia” y su objetivo exclusivo es acabar con la ex SIDE.

La versión 2004 de la agencia no funcionó, según recuerdan hoy protagonistas del proyecto, precisamente por la oposición de la SIDE, que presionó para no perder poder.

De hecho, la ida de Beliz de aquel Gobierno se dio tras una dura reunión en Olivos con Néstor y Cristina, en julio de aquel año, cuando denunció supuestas maniobras ilegales de los espías y de Jaime Stiuso. En ese encuentro le hizo saber al matrimonio que estaba al tanto de que ellos se beneficiaban con las pinchaduras telefónicas de sus espías.

¿Qué habrá pensado Cristina cuando decidió reflotar aquel plan anunciado con tantos bombos y platillos como el actual? ¿Se habrá dicho “igual que hizo Néstor, lo importante ahora es salir a anunciar algo y recuperar la iniciativa, después Dios proveerá”? ¿O directamente no se acordó que el relato ya había transitado el Capítulo “Ahora vamos por los Servicios” y decidió protagonizarlo como si fuera la primera vez?

Quizás la realidad la somete a ella misma a tantas sorpresas, que habrá perdido la cuenta de cuál relato es estreno y cuál remake.

El problema es que el argumento de este reestreno es malo. En 2004 podía ser creíble que un nuevo gobierno quisiera transformar al espionaje nativo. En 2015 no, después de tres mandatos consecutivos. Además, ahora el kirchnerismo tiene en contra a la mayoría de los medios que cuando lanzó aquel plan lo recibieron con optimismo o, al menos, con neutralidad.

No, segundas partes no son buenas. En especial, cuando ni siquiera la primera lo fue.

© Escrito por Gustavo González el jueves 28/01/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


lunes, 26 de enero de 2015

De Eliaschev a Verbitsky… De Alguna Manera...

De Eliaschev a Verbitsky…

Dos pesos pesados. Pepe Eliaschev y Horacio Verbitsky. Foto: Dibujo: Pablo Temes

La insólita decisión de borrar los archivos de notas críticas al Papa Francisco se dio en simultáneo con la muerte de Pepe. Escrache post mortem. 

Advertencia: esta nota se autodestruirá en cinco minutos. No se trata de una parodia de aquella serie setentista llamada Misión imposible que transpiraba espionaje desde los primeros acordes de la cortina musical del inmenso Lalo Schifrin. Es simplemente una manera de acoplarme a la flamante doctrina Verbitsky de lo que debe ser el periodismo. Más Topo que Perro, el asesor de Cristina resolvió tomar el camino inverso al que proclamó durante años: el del oscurantismo. El de la cerrazón informativa estalinista. Borró sus propias columnas de la versión digital de Página/12 con la excusa de no darle “información premasticada (sic) a la nube de periodistas europeos que preparan instant books” sobre la vida del papa Francisco. Explicación tan insólita como ridícula. Si fuera cierto, Horacio Verbitsky estaría inaugurando de esa manera una nueva forma de relacionarse con la información por parte de los cronistas: ocultarla. El mismo que escribió Un mundo sin periodistas, como síntesis de los deseos de los gobernantes ahora cambia el rumbo y toma la vanguardia que tanto le gusta. ¿Tendrá pensado quemar algunos de sus propios libros para evitar que le roben su trabajo que no le gusta “regalar”?, tal como confesó.

¿Qué pasaría si todos los periodistas tomaran el ejemplo de Horacio y borraran sus trabajos para “no darle información premasticada” a nadie. ¿Qué tal si los editorialistas que escribieron loas a la dictadura retiraran de circulación esas pruebas? La utilización de todo tipo de archivo y el resto de los periodistas son una de las fuentes informativas que suelen servir para iniciar el camino de cualquier investigación de prensa. ¿O Verbitsky nunca citó el trabajo de algún colega para sus notas? Miles de veces. Una viene a cuento porque levantó información de un libro que escribí en sociedad con José Antonio Díaz en 1989 que se llama  El heredero de Perón: Menem, entre Dios y el Diablo

El ex presidente riojano lo llevó a juicio e intentó silenciarlo porque Verbitsky había contado, entre otras cosas, que mientras estuvo preso en la cárcel de Magdalena se quebró y lloró desconsoladamente la noche en que le informaron que había muerto su madre, Mohibe Akil, y por orden del general dictador Albano Harguindeguy no le iban a permitir viajar a La Rioja a darle el último adiós. Son increíbles las vueltas que tiene la vida. La jueza que lo absolvió con un impecable fallo a favor de la libertad de prensa fue la doctora María Laura Garrigós de Rébori, actual integrante de Justicia Legítima. Y dos de los testigos que aportó la defensa de Verbitsky fueron Mariano Grondona y quien esto escribe. Verbitsky citó aquel libro que le dio “información premasticada” y yo corroboré que todo era cierto. Ya murieron, y por eso podemos revelar nuestras fuentes. Jorge Vázquez y Diego Ibáñez, los compañeros de celda de Carlos Menem, nos habían contado con lujo de detalles aquel momento. Menos mal que no se nos ocurrió borrar los originales y sacar de circulación los libros. La cita de Verbitsky hubiera quedado sin sustento, pedaleando en el aire.  

No creo que este tema sea algo menor. O merezca apenas un recuadrito titulado: “Fui yo”, como intentó resolver la controversia la estrella de Página/12. Sobre todo porque lo que el diario bloqueó de su versión digital no son textos menores. Son aquellos en los que colocó al entonces cardenal Jorge Bergoglio en el lugar de colaboracionista del terrorismo de Estado. Eran tiempos en que Estela de Carlotto y Cristina nutrían su pensamiento de esas palabras. Eran tiempos en que Néstor y Cristina habían colocado al entonces arzobispo de Buenos Aires en el lugar de “jefe de la oposición y diablo con sotana”. Luego se produjo el milagro más importante del Papa: hizo más papistas que él mismo a los kirchneristas que eran sus principales enemigos.

El kirchnerismo logró dinamitar incluso los códigos periodísticos más aceptados y compartidos, los que sostuvieron este oficio maravilloso a lo largo de los años. El intento de aplicación de la Ley Antiterrorista a un colega de Santiago del Estero, el procesamiento de otro de Bahía Blanca porque se negó a revelar sus fuentes, el escrache y los ataques sistemáticos desde el aparato propagandístico del Estado, la extorsión con publicidad oficial y a los anunciantes privados, la utilización de la AFIP y la SIDE como instrumentos de espionaje y castigo, en fin, la lista es larga y nefasta.

Pero la autocensura reconocida de Verbitsky agrega un elemento novedoso. Igual que la despreciable necrológica que el mismo diario publicó contra Pepe Eliaschev. No está mal tener una mirada crítica de una persona muerta. Un fallecimiento no puede cambiar la opinión que se tenía de esa persona en vida. Yo fui muy duro con Néstor Kirchner el día de su muerte. No creo que las personas que fueron malas se conviertan en buenas por el solo hecho de dejar de respirar. Lo que sí creo es que en situaciones tan extremas hay que poner los huevos y la firma sobre la mesa. De hecho, tuve que pagar las consecuencias por no callar mi opinión ni siquiera en un momento tan doloroso para su familia y sus militantes. Trescientas personas desaforadas con bombos y palos estuvieron en la puerta de la radio amenazando y gritando que era yo el que tenía que morir. Tuve que salir custodiado por la policía junto a Fernando Bravo. Fue horrible. Pero pagué el costo de decir mi verdad.

Lo que sí es de pésimo gusto, casi una traición a la condición humana, es matar a un muerto sin hacerse cargo de lo que se dice. La página 33 de Página/12 merece estudiarse como una de las bajezas que se pueden cometer en nombre de la revolución kirchnerista. Nadie suscribe la nota que titulan: “Un periodista con oscilaciones”. Se entiende entonces que ésa es la opinión de los editores del diario alimentado con cataratas de publicidad oficial pero que no logra acusar peso en la balanza de las ventas en los kioscos. El panfleto anti-Eliaschev cita varias veces a Horacio Verbitsky. Allí “denuncia” que Pepe escribió en la revista de Montoneros y que algunas de sus opiniones estuvieron a la izquierda de la izquierda y justificaban la lucha armada. Por eso dicen que pasó de un extremo al otro.

“De la izquierda proguerrillera y peronista hasta posiciones conservadoras antikirchneristas”. 

Lo acusan de travestismo y de negar su propia historia, cuando fue notoria la profunda y sincera autocrítica que Pepe hizo de aquella experiencia y su adhesión fervorosa y sin fisuras a la democracia republicana y pacífica. Para Página/12, parece que aprender de los errores que llevaron a una generación a la muerte producto de un militarismo  y un foquismo criminal es renegar de su pasado. En realidad la reconversión de Eliaschev, como la de tantos jóvenes de aquella época, se trata del reconocimiento más sensato de un hombre que revaloriza la democracia, la libertad y el debate para siempre. Por aquellas ideas, Pepe fue amenazado por la Triple A y debió exiliarse. Luego la dictadura de Videla censuró sus apariciones radiales desde Estados Unidos. El kirchnerismo lo silenció y lo eyectó de Radio Nacional por orden directa de Néstor Kirchner (testimonio de Luis Juez que estaba presente en el lugar) y el sector de la colectividad judía que tributa a los K no dejó de ensuciarlo cuando llevó su primicia internacional sobre el pacto de Timerman y los iraníes a la tapa de este diario. Fue desmentido y atacado por el canciller de la traición y varios de sus amanuenses comunitarios.  
Luego, todo se confirmó, con lujo de detalles y nadie tuvo la dignidad de pedirle disculpas.

Al revés de Pepe Eliaschev, a Horacio Verbitsky le salvó la vida y lo ayudó a irse por un tiempo del país un alto oficial de la Fuerza Aérea. Y eso que Verbitsky no era un mero redactor de El Descamisado. Era uno de los responsables de la temible estructura de inteligencia del grupo guerrillero.

Aprovechen a tomar nota los colegas. Sobre todo respecto de la forma en que Horacio Verbitsky fue protegido por parte de la Aeronáutica durante el genocidio.

Esta nota será borrada de la versión digital de Perfil en las próximas horas. No me gusta regalar mi trabajo ni darle información premasticada a nadie. Fui yo.

© Escrito por Alfredo Leuco el jueves 22/01/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 25 de enero de 2015

La excusa institucional... De Alguna Manera...

La excusa institucional...


Cuatro años pasaron desde que Pepe Eliaschev denunció el pacto con Irán para que el fiscal sólo atinara a reaccionar cuando imaginó que podría dejar de ser fiscal.

Enójese, lector, con quienes le faltan el respeto a su capacidad de discernimiento y otra vez apelan a la vieja excusa institucional para explicar por qué se hace después lo que se debió hacer antes. Simulan que lo hicieron así defendiendo altos intereses altruistas cuando simplemente sólo corrieron riesgos a partir de que sus intereses fueron atacados o podrían serlo.

Comportamiento que le cabe por igual a parte de la Justicia y de los medios, que siempre son oficialistas los primeros años de cada gobierno “apoyando la institucionalidad”, hasta que se produce un ataque a los intereses de esos medios (no a los otros), o si estuviera por ser removido si se trata de un fiscal. Ahí la institucionalidad deja de ser prioritaria.

Hoy se cumplen 18 años del asesinato de José Luis Cabezas, un déjá vu con la muerte de Nisman.

Cuando ya sus allegados aceptan que el fiscal Nisman presentó de apuro su acusación porque los cambios producidos a fin de año tanto en la ex Side como en la Procuraduría le hicieron sospechar que en febrero podrían removerlo (y no como dijo torpemente porque “recién la había terminado”), ahora lo justifican con el pretexto de que no quería presentar la denuncia hasta que hubiera un nuevo gobierno para no resultar golpista.

Cambiará mucho la Argentina el día que los fiscales y jueces dejen de hacer política y hagan justicia, y el día que los medios y los periodistas dejen de hacer política y hagan periodismo (entendiendo por política esa visión calculista a lo Maquiavelo de la acción política). O sea, cuando la ética profesional guíe sus acciones y como buenos artesanos hagan lo que tienen que hacer.

A pesar de que con esos comportamientos lo único que se logró fue destruir la institucionalidad, en 2016 se volverá a escuchar  –hipócritamente– desde parte de la Justicia y de los medios que se apoya al nuevo gobierno “defendiendo la institucionalidad”.

Cuando lo que la institucionalidad precisaba era que las denuncias fueran razonablemente contemporáneas con los hechos para enmendarlos a tiempo, para evitarlos o para evitar su repetición. Cuatro años pasaron desde que Pepe Eliaschev denunció el pacto con Irán para que el fiscal sólo atinara a reaccionar cuando imaginó que podría dejar de ser fiscal. Ese cajonear las causas (o las notas en los medios), más que una motivación institucional parece estar orientado a tener un arma siempre lista para que no se metan con uno o negociar.

Escuchaba a la hermana de José Luis Cabezas (hoy, 25 de enero, se cumplen 18 años del asesinato de su hermano) decir que ella sentía un déjà vu entre la muerte del fiscal Nisman y la del fotógrafo de la revista Noticias. Me detuve en esa frase porque siento lo mismo. ¿Por qué será que las causas que generaron ambos crímenes políticos fueron notas que salieron en medios de Editorial Perfil: Yabrán en el caso de Cabezas, y la denuncia de Eliaschev sobre Irán en el caso de Nisman?  

Simplemente porque frente a los temas muy complicados, son muchos los que prefieren abstenerse para sumarse cuando la relación costo-beneficio personal sea productiva. El principio de igualdad ante la ley es totalmente contradictorio con el de “oportunidad frente a la ley”.

Sería un consuelo social si la desgraciada muerte del fiscal Nisman pudiera iluminar el problema del oportunismo judicial y mediático, y que la audiencia aumente su conciencia sobre estos manejos, porque al hacerse evidentes irán perdiendo efecto, que es la mejor forma de reducirlos. El conocimiento es lo que realmente nos hace libres.

No solo los argumentos que justificaron posponer la denuncia son insostenibles. Tampoco resulta lógico, desde la perspectiva del interés público (y no del de mantener un empleo) presentar la denuncia ante el riesgo de ser removido. El propio fiscal Nisman sostuvo en sus reportajes en radios y televisión que lo importante eran las pruebas acumuladas. Por lo que si hubiera sido removido, se podría haber hecho igual la denuncia sin ser fiscal; dijo Nisman en TN: “Esté Nisman o no esté Nisman, las pruebas están”. Y explicando por qué las presentó en medio de la feria judicial, había dicho: “Si tengo una prueba mi obligación es presentarla ante un juez”, desgraciadamente el periodista de TN no le preguntó, entonces, por qué no las presentó años atrás, desde que tiene esas pruebas.

El déjà vu Nisman-Cabezas atraviesa el inconsciente colectivo y el lenguaje político: el kirchnerismo dice “nos tiraron un muerto”, frase idéntica a la de Duhalde en 1997. Otra frase resonante es la que le atribuyen a Antonio Stiuso (alias “Jaime”): “Me quisieron matar a uno y me mataron a dos (por el asesinato de su mano derecha, el Lauchón Viale en 2013 y Nisman), no me van a matar ninguno más”.

Que el propio Stiuso haya elegido para dar su primer reportaje público la revista Noticias (la entrevista realizada por Rodis Recalt en diciembre que llevó a la Presidenta cambiar la cúpula de la Secretaría de Inteligencia) es otro síntoma. Los espías que conocen la cocina de todas las redacciones saben que en las de Editorial Perfil aquello que es nota se publica, sin especular si hacerlo beneficia a un sector u otro, o esperar el momento “oportuno” para publicarlo.

La igualdad ante la ley se contradice con la existencia de la "oportunidad frente a la ley".

Guardar una información de interés público, siendo fiscal o periodista, más allá del tiempo lógico que requiera su confirmación y correcta elaboración, se parece en mucho a apropiarse de un bien que no le pertenece y debería ser público. Ninguna libertad ni derecho es absoluto y existen casos extraordinarios donde se aplica una censura o autocensura lícita excepcionalmente. Pero la mayoría de las veces, tras la justificación de la responsabilidad (institucional, social, patriótica, etc.) se esconde con impostada pompa la conveniencia personal o la simple comodidad.

La muerte del fiscal Nisman debería dejarnos como legado de su investigación la exigencia social a la Justicia y los medios de prontitud en sus denuncias.


© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 25/01/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

viernes, 23 de enero de 2015

Miedos... De Alguna Manera...

Miedos...


Cuanto más nos alejamos de los tiempos del terrorismo de Estado, menos audible se hace aquel grito del “nunca más” que, como consigna de esperanza, inauguró la democracia.

Tanto invocamos la muerte en el discurso público con agresiones verbales – insultos y descalificaciones personales- que naturalizamos en tiempos de paz democrática las palabras de odio propias de los tiempos de guerra. Convivimos con espías al servicio de la muerte simbólica de la reputación de aquellos que osan ejercer sus derechos a decir, opinar, criticar y oponerse a un gobierno que se apropió del Estado como un botín de guerra, y nos alineó de manera irresponsable en la dialéctica amigo-enemigo del nuevo orden mundial.

Frente a una muerte real, dramática, misteriosa como la del fiscal Alberto Nisman, nos quedamos sin palabras. Enmudecidos por la inevitabilidad de aquello con lo que nos amenazamos: el futuro. Paralizados por el temor y la desconfianza.

Temor porque caminamos peligrosamente hacia nuestro verdadero enemigo: nosotros mismos.

Temor porque no erradicamos la violencia política, ese infernal círculo político parecido a si mismo en su matriz de impunidad y mentira.

Miedo porque los jueces no puedan hacer justicia por todos nosotros y garantizar procesos jurídicos, libres de extorsiones, para que la verdad y la justicia no desaparezcan en farsas jurídicas de impunidad.

Y, sobre todo, miedo a que un gobierno acorralado en su propio relato que ve conspiraciones por todos lados y pone las culpas afuera sin asumir nunca sus responsabilidades, nos termine arrastrando en su propia insensatez.

Tal como advirtió Hermann Broch en las vísperas del nazismo, de todos los sufrimientos que los seres humanos somos capaces de provocarnos, la guerra es solo el más absurdo, ya que el primer legado de la insensatez es la violencia. Y cuánta insensatez hay en la muerte del fiscal Nisman.  Una bala en la sien le impidió informar a los diputados en el Congreso Nacional sobre las investigaciones que sustentaron su gravísima denuncia “por encubrimiento” del atentado contra la Presidente, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque, el piquetero Luis D´Elía y el líder de Quebracho, Fernando Esteche.

Una muerte que se proyectó igualmente y de manera simbólica sobre el Parlamento ya que silenciado terminó siendo una parodia de sí mismo.


Debimos ser convocados de urgencia a sesiones extraordinarias -las que dominaron la vida legislativa de 2014- para que el Parlamento sea el lugar donde dialogan las fuerzas políticas de un país como caja de resonancia de lo que hoy vive nuestra sociedad: el desamparo y el desasosiego. En cambio, el Congreso se convirtió en sede de una mera lectura de comunicados como expresión de la impotencia política por ese tiro en la sien de la democracia.

Cuanto más nos alejamos de los tiempos del terrorismo de Estado menos audible se hace aquel grito del “nunca más” que como consigna de esperanza inauguró la democracia. Fuimos más lejos que nadie en la condena de la dictadura, lo que no significa, hoy lo sabemos, que el Estado terrorista se haya reconvertido en un auténtico Estado de derecho democrático.

Vivimos como normal que nuestros teléfonos estén “pinchados” o que se hagan “operaciones” de prensa. La nefasta herencia de los tiempos de oscuridad que tiene en la voladura de la mutual de la comunidad judía, AMIA, la brutal metáfora de lo que supimos conseguir: la impunidad, el autoritarismo y el asesinato político. Menos aún democratizamos la cultura política que no termina de salir de su estadio más primitivo, el de la confrontación y el trueque.

La venta del trigo a la otrora Unión Soviética a cambio de los votos que en los foros internacionales condenaron a nuestro país por la violación de los derechos humanos durante la dictadura, parece ser un cruel antecedente del canje de la impunidad  del atentado de la AMIA por el petróleo de Irán ya en democracia. Es el pragmatismo exaltado como virtud política, que cancela el debate público. Así sucedió con la desafortunada imposición del “Memorándum de entendimiento con Irán”, legalizado en el Congreso por la mayoría oficialista, deslegitimado por el rechazo de las víctimas, por las organizaciones judías y por la oposición política. Eso es fruto de una práctica autoritaria, personalista de las decisiones,  tomadas entre cuatro paredes, que favorecieron el crecimiento de los aventureros que se arrogan ser portavoces de lo que nadie ve ni escucha, ya que la comunicación presidencial depende más de la isla de edición de los propagandistas de su gobierno y su persona que de aquellos que debieran ser su mayor preocupación: los argentinos.

Sin embargo, el miedo liberado por la muerte del fiscal Nisman puede ser otra oportunidad para que la desconfianza, la resignación y el cinismo no nos aíslen y nos lleven a desentendernos de las cuestiones públicas. Allí donde el poder es arrogante y los ciudadanos se aíslan,  la política queda en manos de los aventureros.

Sobre todo, debemos evitar que el odio nos destruya como sociedad. Al final, no hay nada más laborioso que la paz y la democracia porque se construyen cada día. Si es que definitivamente queremos disfrutar el derecho humano no escrito a vivir sin miedos.

© Escrito por Norma Morandini el miércoles 21/01/2015 y publicado por Senadora Norma Morandini.


martes, 20 de enero de 2015

Salvemos a Irán… De Alguna Manera...

Salvemos a Irán…


El inicio de la trama que termina con las denuncias del fiscal Alberto Nisman. Pepe Eliaschev reveló en 2011 que se había concretado una reunión de Héctor Timerman en Alepo, Siria con representantes sirios e iraníes para buscar una solución al problema que tenían los persas por la acusación de la justicia argentina por el atentado a la sede del centro comunitario de la colectividad judía de la Argentina que costó la vida de 85 personas y  produjo más de 300 heridos.

La causa, víctima de las más disparatadas operaciones políticas y de inteligencia llevaba casi dos décadas estancada y con muy pocas chances de ser resuelta.

La realidad es que ningún gobierno desde Menem hasta los dos presidentes Kirchner tuvieron real interés en ir hasta el hueso del asunto. Todos sabían que hacerlo los iba a enfrentar con una poderosa conexión local vinculada de manera ostensible con el encubrimiento del atentado y un sector de las fuerzas de seguridad y de los servicios de inteligencias posiblemente metidas en su planificación y realización.

Es imposible probar nada en esta causa a más de veinte años de producida la explosión y cualquiera que hable con certeza solo está adivinando u operando.

No es coherente que si el atentado fue cometido por un grupo terrorista extranjero con el mínimo necesario de apoyo local haya contado con semejante nivel de encubrimiento por parte de nuestras fuerzas de seguridad, la SIDE y miembros de los distintos poderes ejecutivos, legislativos y judiciales de estos veinte años transcurridos. Nadie encubre a quien no conoce, si no forma parte del plan o si no cobra por hacerlo. No alcanzan las meras simpatías para arriesgarse a quedar involucrado en un acto terrorista que produjo tanto daño, el encubrimiento es parte fundamental de un delito de esta naturaleza.

Casi en un acto discriminatorio muchos se sorprenden cuando ven a varios miembros de la comunidad judía colaborando con dicho encubrimiento: Corach, Beraja, Timerman. Digo acto de discriminación como si los judíos, como cualquier otro argentino, no tuviésemos el mismo derecho a ser unos traidores.

El proceso que deriva luego en el acuerdo con Irán y las actuales denuncias del fiscal Nisman comienza en el 2005, en el hotel Lois Suites de la Recoleta , donde se reunieron con el conocimiento de Daniel Filmus, Roberto Ahuad con el ministro de cultura de Siria con la intención de desarrollar un plan que sirva para desinvolucrar a Irán del el atentado.

Es el mismo Ahuad quien arma años después la reunión en Alepo entre los cancilleres de Argentina e Irán. Ahuad quien fuera candidato a concejal en la fórmula de Filmus para la capital fue nombrado luego como embajador en Siria, Ahuad es visto por varios servicios de inteligencia extranjeros como el verdadero representante del Hezbollah en la Argentina.

A continuación transcribimos el contenido de la primera reunión en Alepo entre  ambos cancilleres haciendo la salvedad de que Pepe Eliaschev no supo cuando revelo por primera vez la reunión que la misma se había realizado nada menos con el canciller iraní.

Aclaro que es una traducción realizada del hebreo al castellano.

¡Tenemos un acuerdo! 

La primera reunión de Timerman con representantes iraníes se realizó en la ciudad siria de Alepo a principios de 2011. Irónicamente, previo a su encuentro, el último tuit que el canciller envió fue dirigido a la cuenta del autor de este libro y decía: “Abrazo desde Turquía”. Timerman se había preparado para la misión. Antes de viajar solicitó por vía directa a la cancillería norteamericana un informe sobre la situación económica iraní y la repercusión de las elecciones. A dicha reunión asistieron los miembros de la delegación argentina que acompañó a Timerman, integrada por el embajador Ahuad y dos funcionarios de inteligencia argentina; de la parte siria lo hicieron el ministro de Relaciones Exteriores al-Mohalem y el presidente Bashar al-Assad.

Pero a diferencia de lo informado por los medios en ese momento, al encuentro también concurrieron, en representación de Irán, el diplomático Walid al-Mohalem y el ministro de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Salehi. Pasada la parte introductoria en la que todos participaron, la conversación de poco más de una hora derivó en un mano a mano entre Salehi y Timerman para tratar el tema principal. Según lo informado por altas fuentes de la diplomacia israelí, se logró reconstruir buena parte de esa conversación. Salehi introdujo el tema:

—Si estamos aquí reunidos es porque su país se dio 270 271 cuenta de que la República Islámica de Irán no tuvo nada que ver con el siniestro. Usted sabe que ciudadanos iraníes fueron acusados injustamente y sólo cuando se sepa la verdad vamos a poder esclarecer lo que pasó.

El régimen sionista se ha encargado de demonizar a la República Islámica de Irán; Irán no tuvo ni tiene problemas con gente de religión judía, convivimos con ellos desde hace más de 3500 años.

—Nuestro país tiene una tradición de amistad con todos los países del mundo. El tema de la AMIA es un tema que se tiene que resolver. Para resolver el tema, lo importante es saber la verdad —respondió Timerman.

—Para resolver el tema lo importante es saber la verdad y la investigación que llevó a cabo su país está infectada por los sionistas. Nosotros sólo queremos la verdad y que nuestros ciudadanos no sean perseguidos. Somos un país soberano, con una religión de paz, que sólo quiere llegar a la verdad, y un diálogo con nosotros no estaría bien visto por nuestros enemigos.

—Argentina es un país soberano y su justicia también lo es, tal como me informó el señor embajador. Sólo a través de un diálogo podremos llegar a resolver el atentado de la AMIA. Yo soy canciller de la República Argentina, represento al gobierno de la República Argentina, no represento a Israel, ni a sus intereses.

—En su país quedó instalado el mito de Irán como estado terrorista, y las influencias negativas externas hacen difícil que se acepte y se sepa la verdad.

—Yo estoy aquí bajo precisas órdenes de nuestra presidenta, para tratar de encontrar o buscar una solución a la causa AMIA. Los tiempos y humores dentro de nuestro país es un tema que resolveremos internamente.

La conversación tuvo un breve impasse en que ambos funcionarios hablaron de la relación económica entre sus países. Fue Salehi el que nuevamente abordó el tema: “Irán tiene 11 mil millones de dólares fuera que no puede utilizar debido a las agresiones. Nuestros ciudadanos están siendo perseguidos injustamente y eso no puede seguir así. La República Islámica de Irán es una gran amiga de la Argentina como se ha demostrado en todos estos años. El comercio es floreciente, la ideología estratégica es compatible y la posibilidad de aumentar está vigente. Lo importante es sacar el mito de que Irán es un estado terrorista que no quiere colaborar para esclarecer lo que pasó”.

—Comparto y me agrada la idea de que su país quiera colaborar con la Justicia argentina. Me comprometo y le garantizo que los ciudadanos iraníes serán tratados con el mayor de los respetos, espero que usted pueda transmitir a su gobierno que Argentina busca esclarecer el atentado y que los responsables, sean quienes sean, enfrenten la justicia.

—Es importante elaborar un plan de acción donde las dos partes queden satisfechas. Irán está dispuesto a involucrar a su justicia para que argentinos vengan y podamos estudiar juntos el caso. Nuestros países me-272 273 recen que lleguemos a un acuerdo […] El lobby sionista americano tiene mucha influencia sobre el lobby sionista argentino.

—El lobby sionista argentino está controlado —aseguró Timerman—. Hoy día son muchos los que dudan de la responsabilidad iraní en el atentado.

Cualquiera que conozca la diplomacia, puede reconocer en este texto, formalismos, expresiones de deseo y buena voluntad; pero de ningún modo surgen elementos que permitan afirmar que se había avanzado sustancialmente hacia un acuerdo o siquiera que se hubieran esbozado los elementos del mismo.

Un anticipo de lo que vino después, que es todo el armado para el desvío de la investigación que involucra a Luis D’Elía, al dirigente de Quebracho y al tal Yussuf (Jorge Alejandro Khalil) había sido también anticipada de algún modo en los videos que publicamos cuando denunciamos al dirigente piquetero D´Elía , en las declaraciones de su ex testaferro Mario Codarín quien sostenía que Yussuf era ni más ni menos que el contacto entre Luis e Irán.

En ese tramo de la conversación Codarín menciono los aportes de los persas a la actividad política y la cuota de 20000 toneladas de granos que Irán compraba a Luisito por sus servicios prestados.

© Escrito por Gabriel Levinas el domingo 18/01/2015 y publicado por http://www.plazademayo.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.