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jueves, 28 de enero de 2016

Argentina, entre los países más corruptos de 2015… @dealgunamanera...

Argentina, entre los países más corruptos de 2015…

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dejó al país entre los peores calificados del mundo.

© Publicado el miércoles 27/01/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El informe anual de la ONG Transparencia Internacional estableció una clasificación de168 países en 2015, a través de una escala de 0 a 100 puntos, que encabeza Dinamarca como el país menos corrupto, mientras que la Argentina de Cristina Fernández de Kirchner quedó entre los peores Estados en esta manera.

El informe recoge una visión panorámica sobre el nivel de corrupción, en función de la percepción que tienen a este respecto los ciudadanos de dichos países y muy diversos especialistas y colectivos consultados por diferentes organismos internacionales. Para establecer su índice, Transparencia Internacional agrupa los reportes de expertos de organizaciones como el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo o la fundación alemana Berteslmann, entre otros.

El Índice de Percepción de la Corrupción 2015 calificó a Argentina en el puesto número 107, a la par de países como Ecuador, Costa de Marfil o Bielorrusia, nación calificada por expertos como la "última dictadura de Europa".

En el informe se dejó un apartado especial para hablar de los países más corruptos llamado "The bad" (lo malo). "Investigar a los políticos no detendrá a determinados corruptos de enriquecerse a expensas de los ciudadanos. Muchos de los países que descendieron en el ranking tiene amplios recursos naturales, por caso Argentina, México o Venezuela, pero su largamente mantenida corrupción provocó una falta de desarrollo en seguridad, educación o salud", consigna el reporte de Transparency.

En 2011, Argentina estaba en el puesto 100. Pasó al 103 en 2012. En 2013 cayó al 106, y desde 2014 se mantiene en el 107.


Por su parte, Brasil es el país que más posiciones ha descendido en el índice, al empeorar 5 puntos y bajar 7 posiciones en una escala de 76. El escándalo de Petrobras empujó a la población a salir a las calles en 2015, y el inicio del juicio en este caso podría ayudar a que Brasil ponga freno a la corrupción.

Además de conflictos y guerras, los países en las últimas posiciones del ranking se caracterizan por su gobernabilidad deficiente, instituciones públicas frágiles como la policía y el poder judicial, y falta de independencia en los medios de comunicación.


¿Los países con menos percepción de corrupción? El ya mencionado Dinamarca se encuentra en el primer puesto y lo siguen: Finlandia, Suecia, Nueva Zelanda, Holanda, Noruega, Suiza, Singapur, Canadá y Alemania. Los países en las primeras posiciones presentan características comunes que son clave: altos niveles de libertad de prensa; acceso a información sobre presupuestos que permite al público saber de dónde procede el dinero y cómo se gasta; altos niveles de integridad entre quienes ocupan cargos públicos; y un poder judicial que no distingue entre ricos y pobres, y que es verdaderamente independiente de otros sectores del gobierno.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Propuestas para combatir la corrupción...... De Alguna Manera...


Propuestas para combatir la corrupción...


Una nueva animación en la que se explica la propuesta de cuatro formas de combatir la corrupción en Argentina.


¿Somos todos los argentinos corruptos? ¿Qué incentivos promueven la corrupción pública? 

¿Existen formas efectivas de combatirla en Argentina?

Son preguntas complejas, pero un nuevo video de la Fundación Libertad y Progreso (LyP) propone respuestas y soluciones en menos de 4 minutos.

También pueden leer la propuesta de LyP para una reforma de la Justicia.

La derecha también opina por aquí...

© Publicado el Lunes 1º/09/2014 por la Revista Fortuna de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 3 de agosto de 2014

Default del default… De Alguna Manera...


Default del default…


El siguiente editorial fue dicho al concluir las palabras de Axel Kicillof en Nueva York. Es un comentario inmediato realizado en caliente, al conocerse que la Argentina volvía a estar en default

Ha fracasado – hay que llamar las cosas por su nombre – de una manera muy explícita, lo que se preveía iba a tener un desenlace positivo para el país, un arreglo con lo que el Gobierno insiste en seguir llamando “fondos buitres”. Es preciso formular algunas palabras iniciales que pretenden complementar y añadirse a todo lo que viene diciendo.

El ministro Axel Kicillof dio la versión del Gobierno sobre lo ha sucedido en la oficina del mediador Daniel Pollack. Ha frustrado las expectativas que se venían alimentando hace ya varios días, y que habían hecho reaccionar positivamente al mercado argentino, imaginando que el acuerdo estaba al alcance de la mano. No ha sido así.

Más allá de su farragosa argumentación, en la que no puede ocultar el carácter académico de sus puntos de vista, el ministro Kicillof ha terminado indicando que la Argentina redobla o triplica la apuesta. Cuando digo “la Argentina” estoy hablando específicamente del gobierno de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, al que él se refirió y con el que se referenció permanentemente como para que nadie llegase a dudar de que lo que estaba haciendo era consecuencia directa de los pedidos y órdenes de la Presidente.

Hacer un análisis de orden técnico jurídico a estas alturas del día en un programa de radio es una tarea que me excede y excede a muchos. Solo quiero retomar dos o tres asuntos verdaderamente importantes  y centrales para entender qué es lo que ha sucedido.

Con la misma y terminante ortodoxia con la que se decía que la Argentina jamás iba a compartir una mesa con lo que insistía en denominar “fondos buitres”, Kicillof, sin pestañear, informó que por pedido del mediador Pollack esta vez sí se sentó a conversar con ellos. En todo momento defendió los puntos de vista originales del Gobierno, sin que se advirtiera ningún cambio, ningún matiz, ningún intento de acercarse a un punto de vista que permitiera una resolución positiva.

El segundo elemento que me parece de una gravedad inusitada es que el Gobierno –siguiendo estrictamente el guion de la presidente Cristina Kirchner– en ningún momento se alejó de la retórica proverbial con que ha encarado este tema. Esta alusión a los centros del poder financiero internacional, al rol de las agencias calificadoras, esta inmersión en temas estrictamente norteamericanos, como las hipotecas y la burbuja inmobiliaria, y esta idea de que los pueblos son los que pierden y los financistas son los que ganan, podrá sonar muy bien para una platea preparada para aplaudir esta retórica ideológica. Pero no le hace ningún bien a la Argentina. Por el contrario, el ministro ha ratificado e intensificado sus críticas al juez, sosteniendo que él es el responsable de todo lo malo que estas cosas han estado produciendo; una situación que se viene arrastrando desde hace mucho tiempo.

Mi opinión, a las 19.40 en este tan trascendente  miércoles 30 de julio, es que el Gobierno ha optado por una salida eminentemente política y doméstica. Tengo para mí – tengo la casi segura y deprimente percepción – de que a estas horas, una encuesta de opinión volvería a dar el típico resultado del termómetro argentino. Mucha gente sostiene que se están defendiendo los intereses nacionales, y que la Argentina se ha manejado con dignidad y de manera competente. Esto es, en definitiva, un clarísimo aprovechamiento, de marcado tinte oportunista, que le permite al Gobierno reposicionarse y patear la pelota para adelante.

Tengo, en cambio, la igualmente profunda percepción de que con esta retórica, con este océano de epítetos, con este reiterar que la Argentina no es culpable de nada y todo lo hemos hecho bien, el Gobierno le ha hecho un flaco favor a la república. Queda un paréntesis abierto. Lo ha abierto el propio Gobierno y hoy todo parece indicar que la Argentina ni siquiera puede saber, ni sus habitantes y ciudadanos pueden tener la certeza, si estamos o no estamos en un default. En una palabra: la Argentina ha inventado algo: el default del default.


© Escrito por Pepe Eliaschev el Jueves 31/07/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 11 de mayo de 2014

Recuperar el Estado... De Alguna Manera...


Recuperar el Estado...


El escenario preelectoral muestra una creciente disposición al diálogo por parte de partidos políticos, organizaciones sociales y cámaras empresarias, dando lugar a voces que hablan de posibles acuerdos sobre medidas destinadas a resolver los muchos y graves problemas del país. Sin embargo, esos diálogos no hacen suficiente hincapié en la necesidad de revisar el funcionamiento del organismo encargado de que aquellas medidas se hagan realidad: sin un Estado ágil, austero, transparente, eficiente y eficaz, no hay posibilidad de llevar a buen término políticas de Estado.

Hace tiempo que este organismo ha dejado de ser una herramienta al servicio de la comunidad para convertirse en un instrumento de conservación y acumulación de poder al servicio de intereses particulares. Esa apropiación del Estado ha dado lugar a diferentes formas de corrupción: apropiación directa de fondos públicos; negociados con grupos empresarios amigos; acuerdos espurios con sindicatos que comprometen la prestación de servicios básicos, así como el nombramiento de funcionarios públicos atendiendo sólo a objetivos personales o partidarios. Todo lo cual repercute sobre la eficiencia y eficacia de ese Estado.

Estos problemas tienen mucho que ver con la deformación institucional por la cual una sola persona, el presidente de la Nación, al mejor estilo monárquico y acorde con nuestra tradición caudillista, decide por sí y ante sí cómo se utilizan los recursos que se recaudan; aunque esa discrecionalidad también puede observarse en el Legislativo con menor significación relativa.

Urge poner límites a esos abusos a través de una suerte de “Pacto por Argentina” cuyo primer capítulo debe ocuparse de la recuperación del Estado para que funcione como herramienta para la concreción de las políticas sustantivas que se acuerden. Existen ya propuestas que apuntan a terminar con muchos de esos abusos, pero hacen faltan medidas específicas para evitar el daño que produce sobre la eficiencia del Estado la forma en que se reclutan los funcionarios encargados de ponerlo en acción: me refiero a la discrecionalidad en cuanto al número y calidad de los empleados públicos que se nombran sin tener en cuenta las verdaderas necesidades del Estado; distorsión que ha alcanzado niveles alarmantes en años recientes.

Para una recuperación completa del Estado es imprescindible una revisión exhaustiva de la planta de la administración pública a los efectos de determinar el número y las categorías de servidores que efectivamente son necesarios para que cumpla con sus varias funciones. Revisión que deberá ser hecha por una comisión especial, y de la cual surgirá una nómina que será cubierta por concurso público, del que participarán tanto los actuales servidores de la administración como nuevos postulantes; teniendo los antiguos prioridad a igualdad de méritos. Los servidores así elegidos gozarán de estabilidad en el empleo cualesquiera sean sus ideas, pero podrán cesar en sus funciones en razón de que las mismas dejaron de ser parte de los programas de gobierno, o por deficiencias en su desempeño.

Para alcanzar ese objetivo una ley deberá declarar la prescindibilidad de los empleados públicos (como ya ocurrió durante el gobierno de Frondizi y más recientemente en Río Negro), así como modificar el Estatuto del Empleado Público para hacer de ellos verdaderos servidores del Estado y no meros beneficiarios. La misma ley arbitrará los medios para resarcir económicamente a los servidores que deban dejar sus cargos.

Con el mismo espíritu de racionalizar el funcionamiento del Estado otras leyes deberán: 

a) Establecer que las empresas públicas sean manejadas por técnicos nombrados con acuerdo del Congreso por un período de tiempo razonable, pudiendo ser apartados de sus cargos sólo con acuerdo del mismo Congreso; 

b) Evitar los abusos que se cometen con los nombramientos temporarios de funcionarios; 

c) Suprimir las facultades auto-otorgadas por los legisladores para conceder becas y otros beneficios en pago de favores o para hacer proselitismo, así como establecer mecanismos de control en la fijación de sus dietas y gastos abusivos.

© Escrito por Omar Argüello, Domingo 11/05/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.