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martes, 15 de enero de 2013

Deje de mentir Señora Presidente... De Alguna Manera...


Deje de mentir...

Ser o no ser, esa es la cuestión. Darín - CFK. Dibujo: Pablo Temes.

Mensaje a Cristina. La Presidenta niega realidades y hace su relato. Bienes, Darín, Fragata y los derechos humanos.

De fondo, en esta conversación, se escucha un tema de Los Redondos, Nuestro amo juega al esclavo, en el que el Indio Solari canta, a modo de estribillo “violencia es mentir”. Usted, señora, dice que no miente, pero negar es una forma de mentirse a uno mismo y a los demás.

Por ejemplo, señora, su patrimonio. Si un ciudadano quiere que se lo explique, usted tiene que hacerlo. Se llame Darín o Clarín, si es un medio el que pregunta. Tiene, señora, tanta experiencia en la función pública –tanta que casi no trabajó en otro lugar que no sea el Estado– que seguro comprende los motivos. Y entiende, señora, que no basta con la declaración jurada, porque en esas planillas usted dice “qué” tiene en bienes y dinero pero no cuenta “cómo” logró semejante aumento, de seis millones a ochenta en sólo diez años. No hay otro empleado público en la historia que haya alcanzado semejante fortuna en tan poco tiempo. Ni Manzano ni Menem.

La duda es: ¿Por qué no revela los detalles y da una lección de trasparencia que sirva de ejemplo a todos los que la sucedan? ¿Por qué no, señora? En estos casos, señora, negar información es ocultar, y sólo oculta el que no quiere revelar la verdad. ¿Será que la verdad resulta indecible?

Y usted sabe, señora, que no alcanza con enojarse y remitirse a la Justicia cuando, por otra parte, es usted misma, señora, quien día por medio dice que la Justicia no responde a los intereses del “proyecto nacional y popular”. ¿Por qué, entonces, debería creer un ciudadano de a pie lo que dice un juez como Oyarbide sobre su patrimonio?

Le cuento otro caso, del que seguramente usted no está enterada, porque si no ya habría tomado medidas. Se trata de su vicepresidente, Amado Boudou. Al parecer, por su inexperiencia o por su formación en un partido de la “derecha”, el muchacho cometió, digamos, “algunas irregularidades” administrativas. Nada importante, según él, pero por las dudas hizo echar al jefe de los fiscales, al juez y al fiscal que lo investigaba, y el expediente pasó a manos más confiables.

Y así, señora, podría hacerle una larga lista de “contradicciones” con la verdad. Esta semana nos conmovió usted con el encendido discurso sobre la “liberación” de la fragata Libertad, pero no dedicó un párrafo a contarnos por qué arriesgamos el navío en un puerto que no debió incluirse en el recorrido, y por qué nadie pagó con su cargo por eso.

Ni por los 51 muertos en la estación de Once. El ministro responsable sigue ahí. Pero ahora, a casi un año de la tragedia y después de diez de gobierno, usted anuncia un plan de inversión para los trenes. ¿Comprende por qué resulta cada vez más difícil creerle?

Le doy un último ejemplo. Con la excusa de la “guerra” que estamos ganando a los fondos buitre, decía usted que padecimos dos períodos de endeudamiento provocado por ellos, con la ayuda de los “caranchos” de adentro. Recordó los años del ‘76 al ‘83, cuando los militares asaltaron el Estado, y luego los años del llamado “menemismo”, de 1991 a 2001, y de la convertibilidad, que concluyó con el estallido de la Alianza y de la sociedad.

Pues bien, señora, no quiero obligarla a negar o a mentir nuevamente, pero si alguien se lo preguntara, ¿podría decir dónde estaban usted, su marido y su cuñada Alicia, y qué hacían en cada uno de esos períodos? Fue su marido, señora, el que consagró a Menem como “el mejor presidente de la historia”. Fue su marido, señora, el que aprovechó para depositar a su nombre los mil millones de dólares que recibió Santa Cruz por la privatización de YPF y que ya se esfumaron. Era su marido, señora, el que compró dos millones de dólares una semana antes de que aumentara el precio.

El mal, señora, que contamina desde hace años al kirchnerismo , al menemismo y a todas las versiones de lo mismo, y lo que violenta, es la mentira sistemática desde el poder. Eso, al cabo de los años, es lo que indigna. El “relato”, escrito y sostenido por los fanáticos o beneficiarios de turno, o por los intelectuales del “proyecto”, capaces de envolverlo y protegerlo en el “espesor” de las palabras, no resiste la confrontación con los protagonistas y los hechos.

¿En qué “proyecto nacional y popular” se puede creer, señora, cuando el que lo quiere vender es Boudou? ¿En qué bandera de los “derechos humanos” se quiere envolver usted, señora, si se saca fotos con Gerardo Martínez, el secretario general de la Uocra que fue un comprobado informante de la dictadura? ¿En qué “defensa de los trabajadores” se puede confiar, señora, si sus aliados son Cavalieri, Lezcano y el resto de “los gordos” que se hicieron multimillonarios al frente de sus sindicatos? ¿De qué “juventud maravillosa” hablamos, señora, si los responsables políticos de los Montoneros que usted tiene de asesores no se hacen cargo de los pibes que mandaron a morir?

¿De qué “patria” habla, señora, en discursos que recuerdan a Galtieri? ¿Por qué citar en vano a próceres austeros y modestos, como Belgrano o San Martín, que se sentirían avergonzados frente a las fortunas personales que ostentan usted y sus ministros?

De eso se trata, tal vez, señora: de dejar de simular sacrificio. De dejar de hacer asados en la ESMA, conferencias en cadena para anunciar promesas, de pagar por los aplausos, y de ver, mirar, reconocer, aceptar, bajar el tono, callar, pensar, hacer un minuto de silencio y acompañar en el dolor a los que padecen y a los que sufren por sus muertos.

Y haga a la vez, señora, el esfuerzo para dejar de fumarse a los que ya se sabe quiénes son, de vender humo, de negar y de mentir.

© Escrito por Carlos Ares el domingo 13/01/2013 y publicado por el Diario Perfíl de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


jueves, 1 de noviembre de 2012

Carlos Saúl... Un "prócer"... De Alguna Manera...


Suiza entregó a la Argentina la cuenta del ex presidente Menem...


Dinero sucio y justicia que llega tarde pero llega. El juez de instrucción de Ginebra, Jean-Bernard Schmid, resolvió entregar a la Argentina la cuenta en la UBS del ex presidente Carlos Menem (1989-1999), dando satisfacción a un exhorto del juez federal de Buenos Aires, Norberto Oyarbide, según fuentes judiciales. Los abogados de Menem pueden todavía recurrir la decisión ante el Tribunal Penal Federal de Bellinzona, equivalente a la Cámara Nacional de Casación Penal de la Argentina.

La comisión rogatoria de Oyarbide fue cursada hace más de un año. Se basó en el delito de “defraudación en perjuicio de una administración pública”, supuestamente cometido por Menem, quien mediante un decreto avaló la firma de un contrato desfavorable para el Estado con la filial argentina de la empresa francesa Thales, por la concesión del espacio radioeléctrico nacional.

La localización de la cuenta de Menem en la UBS de Ginebra fue denunciada por la Oficina Anticorrupción del gobierno argentino, que solicitó en agosto de 2010 al juez Oyarbide que requiriera a Suiza su comunicación, bajo sospecha que el ex presidente “hubiera resultado beneficiado económicamente por las decisiones adoptadas en favor de la entonces empresa adjudicataria”. Menem cerró esa cuenta en 2004, llevándose un saldo de alrededor de 1 millón y medio de dólares, cuyo destino se desconoce.

Varios funcionarios públicos del gobierno de Menem y directivos del grupo francés involucrado fueron inculpados en las diligencias penales, entre ellos el intermediario (lobista) Jorge Neuss. También el abogado Alberto Gabrielli, personaje que otorgó la concesión del espectro celeste a Thales, investido por la Comisión Nacional de Comunicaciones argentina, aunque de acuerdo con fuentes cercanas a la investigación sería en la cuenta de su mujer, Juana Tomassi de Gabrielli (28/6/1938) -en el mismo banco que su marido, la sucursal Ginebra del establecimiento francés CIC (Crédit Mutuel-Crédit Industriel et Commercial)- por donde habrían transitado los fondos de los sobornos.

Thales (anteriormente denominada Thomson CSF) ganó, al fin del mandato de Menem en 1997, una licitación inusual y sin competidores, que convirtió a Argentina en el único país del mundo en ceder el control de su espacio radioeléctrico a una sociedad privada de origen extranjero. Otro procedimiento penal contra el grupo Thales relativo a estas operaciones es instruido desde mayo de 2006 en Francia por los jueces Renaud van Ruymbeke y Xavière Siméoni.

El contrato de este escándalo fue anulado en el 2004 por el presidente Néstor Kirchner. En 2008, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), institución del Banco Mundial encargada de arbitrar conflictos entre Estados e inversores foraneos, rechazó una demanda de indemnización de Thales contra Argentina debida a este litigio por 600 millones de dólares.

Tras la repatriación a la Argentina en 2009 y 2010 de los extractos de las cuentas suizas de Jorge Neuss, y la de Alberto Gabrielli, ambos presuntos delincuentes consiguieron el archivo del sumario por sentencia de la Cámara Nacional de Casación Penal, pero la Oficina Anticorrupción la apeló ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que aún no se ha pronunciado.

De profesión abogado, Gabrielli participó en la compañía que producía la naranjada Crush, cobrando mayor notoriedad por haber sido empresario de Radio del Plata , y de la revista Primera Plana, que terminaron en quiebra. Incombustible, se hizo conocer a través del programa televisivo de Bernardo Neustad y Mariano Grondona, Tiempo Nuevo.

Inoxidable, supo además presumir de banquero en el First National Bank, de Miami, y pasó una temporada en la cárcel por la caída de Argentaria, banco del que fue presidente, arruinado por maniobras dolosas en perjuicio del Banco Central de la Argentina, aparentemente propulsadas por el cabecilla de los represores de la ESMA, el otrora capitán de corbeta Jorge Tigre Acosta.

Impune, en representación oficial de Argentina, Gabrielli cumplió funciones desplazándose espasmódicamente a Ginebra de 1998 a 2004, donde presidió un "grupo de estudio" en la "Oficina de Desarrollo" de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la agencia de la ONU competente en la materia.

Coimas en torno a 25 millones de dólares vinculadas a este caso fueron oportunamente confesadas por el agente fiduciario francés Lionel Queudot, quien las triangulara con base en Ginebra. En su testimonio penal, el arrepentido relató que "en 1998 fue invitado a una cena en París a la que asistieron Neuss y el presidente Menem, quien le fue presentado por Neuss, del mismo modo que otras personas que ocupaban altos cargos en Thales y que a raíz de ello reforzó su idea que existía un acuerdo entre Thales y el gobierno de Menem". En 1999, Jorge Neuss recibió la Legión de Honor de Francia con el grado de oficial.

© Escrito por Juan Gasparini y publicado por Tribuna de Periodistas el jueves 1º de Noviembre de 2012.

 

martes, 30 de octubre de 2012

Albano Eduardo Harguindeguy... De Alguna Manera...


Con Harguindeguy, se fue uno de los arquitectos del golpe y de la represión…

Juntos. Harguindeguy y Videla, en 1976, el “núcleo permanente”. 

Fue ministro del Interior entre 1976 y 1981. Y justificó la tortura. Lo juzgaban por delitos de lesa humanidad.

Faltaban pocos meses para el golpe de marzo del 76, cuando el jefe de la Policía Federal se encontró con uno de los líderes de Montoneros, Roberto Perdía. La cita secreta fue en Puerto Madero, todavía una zona abandonada de la ciudad. El motivo: negociar la entrega del guerrillero Roberto Quieto, atrapado hacía semanas por la Policía. Entonces se escuchó su voz terminante: “Olvídense de Quieto. Y nosotros no vamos a andar tirando cadáveres en los zanjones; de ahora en adelante los cadáveres no van a aparecer más.” El hombre de esa advertencia, que se comprobaría letal, era Albano Eduardo Harguindeguy, quien murió ayer, a los 85 años, muy lejos del formidable poder que supo tener en vísperas y durante la dictadura militar. Encerrado en una casa de Villa de Mayo a la espera de una condena casi segura por mandar a torturar y a matar, Harguindeguy estaba apostado en una silla de ruedas y apenas dejaba traslucir algo del rictus de aquella cara cuadrada que presagiaba muerte.

Pero si la Justicia y la política fueron piadosas con él, dificilmente lo sea la historia. Harguindeguy fue jefe de la Policía Federal durante el último tramo del gobierno de Isabel Perón, y como tal fue uno de los conspiradores contra la viuda del General Perón. Ya asentado la nueva etapa, ocupó el estratégico ministerio del Interior y desde allí forjó el “núcleo permanente” de la dictadura, en un triángulo que completaban el presidente Jorge Rafael Videla y el ministro de Economía José Martínez de Hoz.

Harguindeguy se jactó y reivindicó las métodos de tortura de los centros clandestinos, ya que, decía, “el enemigo estaba en todas partes”. Pero lamentó haber dejado “desaparecidos”, ya que su anticipo resultó, según él, “un error que lamentar”. Lo describía casi como una falencia táctica o, como también dijo, “un exceso”.

En 2003, durante una entrevista con la televisión francesa, reconoció la influencia de los torturadores de Argelia en la matanza argentina, y los conocimientos adquiridos en la Escuela de las Américas de Panamá, cuna del Plan Cóndor, el aparato represivo continental. “Fueron enseñanzas sobre la forma de interrogar, no sobre la tortura”, explicó. Y recordó que la picana era un invento nacional que empleaba la Policía desde hacía años.

El retorno democrático lo encontró en segundo plano, protegido de algún modo por la publicidad de las Juntas. Y aunque luego fue condenado, Carlos Menem lo benefició con el indulto, lo que le permitió seguir viviendo en su departamento de Recoleta y haciendo gala de sus talentos, como el que desplegaba montado en un caballo de polo.

Ya más cerca en el tiempo, la Justicia desechó el argumento del indulto y volvieron a rondarlo los fantasmas de ayer. Harguindeguy volvió a caer preso en 2006, por orden del juez federal Norberto Oyarbide, y las causas en su contra ya no pararon: secuestros y torturas en Concordia, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú; secuestros extorsivos de empresarios; el secuestro de Quieto; asesinatos en cadena en Tucumán y La Rioja. El juicio que lo conducía a recibir su condena se llevaba adelante en Paraná. Ya habían declarado víctimas y testigos de la verdad de su viejo presagio. Faltaban el veredicto y él. Lo que no pudo la Justicia, lo hará la historia.

© Escrito por Gerardo Young y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 29 de Octubre de 2012.


lunes, 9 de julio de 2012

Buenos Muchachos... Sergio, Anibal, Amado y Norberto... De Alguna Manera...

Sergio Schoklender: Aníbal F. y Boudou peleaban por la ex Ciccone...

El ex apoderados de Madres dijo que el Juez es "un corrupto", "títere" de Aníbal F. Foto: Cedoc

Argumentó que estuvo involucrado en el "rescate financiero" de la imprenta. Embistió contra Oyarbide, al que calificó de "corrupto".

El ex apoderado de la fundación Madres de Plaza de Mayo Sergio Schoklender denunció que el ex jefe de Gabinete y senador nacional del kirchnerismo Aníbal Fernández también quería "quedarse" con los "negocios" de la ex Ciccone Calcográfica, por los que "se estaba peleando" con el vicepresidente Amado Boudou.

Schoklender, imputado como jefe de una asociación ilícita que desviaba fondos públicos destinados a viviendas sociales, argumentó que estuvo involucrado en el "rescate financiero" de la imprenta de billetes Boudou -investigado en la causa de la actual Compañía de Valores Sudamericana-, pero aseguró que no era el único funcionario interesado en levantar la quiebra.

Agregó que Fernández "hacía bailar como un títere" al juez federal a cargo del expediente por el presunto desvío de fondos públicos destinados a viviendas sociales, Norberto Oyarbide, y definió al magistrado como un "corrupto" que, ahora, recibe llamadas telefónicas del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y la ministra de Seguridad, Nilda Garré.

"Me vino a ver a la fundación (Madres de Plaza de Mayo) un accionista minoritario de (la ex) Ciccone, quien tenía a su vez una opción de compra del resto de las acciones. Vino a ver si podíamos hacernos cargo porque se estaban peleando un grupo de Boudou y de Aníbal Fernández por quedarse con (la ex) Ciccone", denunció el ex apoderado.

Schoklender, en una entrevista publicada hoy por el diario Clarín, evitó brindar mayores precisiones al decir que no recordaba la identidad del supuesto emisario, no obstante lo cual manifestó que lo visitó "tres o cuatro veces" y obtuvo una respuesta negativa de su parte. Al volver a fustigar a Oyarbide, Schoklender -quien pasó 52 días en prisión en la causa en la que continúa imputado como jefe de una asociación ilícita- definió al juez federal como "un personaje siniestro y corrupto".

"(A Oyarbide) lo hacía bailar como un títere Aníbal (Fernández). Después, comenzaron a llamarlo Zannini y Nilda (Garré)", denunció.

Al insistir con las supuestas irregularidades en torno a la ex Ciccone Calcográfica (actual Compañía de Valores Sudamericana), se limitó a repetir que "Boudou era muy amigo de (el secretario de Obras Públicas, José) López. Hacían negocios juntos", como los que Schoklender denunció en su defensa por el supuesto desvío de fondos públicos destinados a viviendas sociales.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Domingo 8 de Julio de 2012.