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sábado, 11 de octubre de 2014

Entre CFK y la KGB… De Alguna Manera...


Entre CFK y la KGB…

 Le petit Martin Sabbatella. Foto: Dibujo: Pablo Temes

Medios y Denuncias. Cristina parece haber recurrido a Sabbatella para unir a Lázaro Báez y Vladimir Putin. Un nuevo avance contra el periodismo.

Sorpresivamente, Cristina le ordenó a Martín Sabbatella dinamitar al Grupo Clarín. De esa manera, la Presidenta violó el mandato constitucional que le prohíbe a la Afsca aceptar injerencias del Gobierno para discriminar a algún medio. La movida fue de tanta premeditación y alevosía, que Sabbatella no les avisó ni siquiera a sus compañeros kirchneristas del organismo. Se movió en la clandestinidad para engañar a los directores por la oposición y malversar la orden del día. El dictamen de “adecuación forzosa fue leído sólo por dos personas antes de ser difundido: Cristina y Sabbatella.

Este intento de aplicación autoritaria y punitiva de la Ley de Medios fue parte de un operativo más complejo cuyo objetivo es el de siempre: censurar las voces críticas. El mensaje es que Cristina y sus camporistas aún conservan una gran capacidad de daño para domesticar a periodistas díscolos como Marcelo Longobardi, mediciones de audiencias golpistas como las de Ibope y cadenas norteamericanas de noticias destituyentes que serán combatidas de la mano de un adalid de la libertad de prensa llamado Vladimir Putin.

En el pase entre Marcelo Longobardi y Jorge Lanata en radio Mitre, el jueves, llegamos a la conclusión de que “algo” había enloquecido de ira a la Presidenta, más allá de su histórico intento de controlar a los medios y de que nadie la controle a ella. Esta vez el manotazo de ahogado tiene mayor envergadura. No parece responder al fastidio permanente que Cristina siente cuando el periodismo habla de inseguridad, inflación y recesión.

Coincidimos en que las fuertes versiones que habían corrido la semana pasada tenían más verosimilitud de lo que creíamos. Decía así: los buitres están extorsionando a Cristina porque descubrieron un par de cuentas bancarias no declaradas en Estados Unidos a nombre del matrimonio Kirchner. Y tenía una explicación: estaban siguiendo la ruta del dinero de Lázaro Báez y se encontaron con esta información altamente explosiva. Para poner las cosas en su justo término y ser absolutamente responsables, hay que decir que hasta ahora no hay una sola prueba de esto. Nadie lo puede confirmar ni mostrar algún papel que lo pruebe. Pero hay indicios, cabos sueltos. Lanata dijo que eso explicaría la insólita afirmación que hizo la Presidenta cuando planteó que la podrían querer meter presa en Nueva York. Ella aclaró que, aun así, iba a viajar cuando fuera necesario. 

¿Presa Cristina en Nueva York? ¿Bajo qué acusación? Hasta en su entorno llamó la atención que denunciara un magnicidio que viene del Norte y que criticara a Barack Obama por la forma de eliminar a Osama bin Laden. ¿Cuál fue el hilo conductor de toda esa movida? ¿Qué quiere evitar que se publique en Argentina con el renovado ataque al periodismo? Está claro que cada vez que Lanata y Nicolás Wiñazki destaparon alguna olla de Lázaro, la cima del poder entró en pánico. Con aquel comunicado incomprensible de Oscar Parrilli sobre las 13 horas que Cristina pasó misteriosamente en las islas Seychelles y con la molestia de Cristina sobre los periodistas que “hacen cuadritos” en referencia a las infografías que Daniel Santoro había publicado para explicar cuentas y empresas fantasma de Lázaro Báez y sus muchachos. Uno de ellos, Federico Elaskar, el ex dueño de La Rosadita, nada menos, no pudo ocultar entre sus giros uno a una fábrica de explosivos en Irán. Lo único que falta es que Luis D’Elía tenga un local partidario en Puerto Madero.

Son varios los elementos que se deben sumar en este análisis. No hay un solo habitante de Barrio Parque que recuerde algo similar al ataque “quirúrgicamente violento y militar” que sufrió Marcelo Longobardi. Fue el mismo día del anuncio de Sabbatella. El día siguiente a la entrega de un premio al mejor comunicador y a enterarse de que, nuevamente, había superado el récord histórico de audiencia con el 50,3% del share. Esa mañana tuvo una reunión con uno de los principales líderes empresarios del país, que le comentó que “nunca hubo una corrupción tan extendida y sistemática en la obra pública: está tabulada en el 15%”. Longobardi recibió dos infrecuentes llamados de su chofer porque le habían chocado suavemente su vehículo, casi como una forma de obligar al conductor a que se bajara. El mismo reveló que varias veces Apple le informó que alguien estaba intentando geolocalizar su teléfono. Finalmente, en una calle angosta llena de cámaras de video, policías y seguridad privada, y a metros de ingresar a la casa de Jorge Fontevecchia, fue reducido “con la habilidad de un marine”, le robaron su reloj y huyeron en dos segundos.

Por suerte, todavía las coincidencias entre Cristina y Putin se mantienen en el plano teórico. Ambos aplicaron el mismo mecanismo para cooptar medios obsecuentes: entregarles miles de dólares para obra pública a sus dueños. Los patrones de Argentina y Rusia están convencidos de que la información “es un arma terrible que permite manipular la conciencia social con los monopolios de la verdad”. Putin es acusado, por varias entidades humanitarias y de defensa de la libertad de prensa, de garantizar impunidad a los que cometieron los asesinatos de 28 periodistas en los últimos 14 años. No hay antecedentes de un promedio de dos crímenes de periodistas por año.

Anna Politkovskaya fue envenenada, le hicieron un simulacro de fusilamiento y finalmente acribillada en el ascensor de su edificio, en Moscú. Había denunciado la violación de los derechos humanos de las tropas rusas en Chechenia. Putin, el nuevo amigo que Cristina aplaude eufórica por teleconferencia, fue un feroz integrante de la KGB que manejó la temible policía política en Alemania Oriental y que es el frío ejecutor de un ultranacionalismo imperial, autocrático y despótico. El mismo autoriza al Parlamento a censurar y bloquear sitios web que el gobierno ruso crea que atentan contra la verdad o lo que esta versión con corbata de los zares cree que es la verdad. Se silencian aquellas voces críticas que se levantan contra el maltrato con que el régimen somete a los homosexuales.

Persecusión igualitaria para todos, diría Cristina. Esa es la verdadera Rusia que según la Presidenta debemos conocer los argentinos. ¿Cuál será la verdadera Argentina que debemos conocer los argentinos? ¿La que informará el Indek de los rating televisivos donde todos miran a Víctor Hugo y nadie a Lanata? ¿Cómo se dirá trucho en ruso?

© Escrito por Alfredo Leuco el Sábado 11/10/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


sábado, 23 de noviembre de 2013

Gritos... De Alguna Manera...

Gritos...

SÍMBOLOS de una época de altisonancia desmedida. Foto: Cedoc Perfil

Nunca duda. Sabe de todo. Y no sólo sobre corrupción. Como si contara con el equivalente argentino de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU., que graba las conversaciones de todo el mundo, tiene siempre la precisa y sabe lo que nadie sabe. Tanto sea sobre la Ley de Medios, el narcotráfico, el Código Civil o los presos que se escapan de las cárceles por una interna del PJ. Y todo tiene siempre una explicación unívoca. Una sola causa, un solo efecto. Siempre es por un intercambio, un toma y daca. Que pueden llegar a ser tan triviales como que la Corte Suprema de Justicia decida el fallo más controvertido de la última década para que su presidente cobre los derechos de autor de un libro comentando el nuevo Código Civil.

Es una perspectiva sencilla e ideal para mantener la atención de la audiencia más masiva de los programas periodísticos. El continuo “escándalo de la verdad robada” es una forma económica de alcanzar siempre visibilidad. No es su responsabilidad, los medios también tenemos la nuestra porque si el Código Civil es bueno o es malo no es el tema. El tema es sólo que el kirchnerismo es malo. Entonces, si el Gobierno le introdujo cambios que le pidió la Iglesia, se lo critica porque al final presentará un código lavado. Si luego el Gobierno no cedió a las presiones de la Iglesia, se aprobará un código estatista que nos transformará en Venezuela.

Da un poco de vergüenza ajena ver que ahora todo lo que hace la Corte está mal, salvo Fayt que, como fue el único que votó en contra del Gobierno en la Ley de Medios, además de ser un jurista emérito hasta fue el único que alertó sobre el problema del narcotráfico.

Que periodistas y medios cometan el error de creer que la información es de su propiedad y no del público (no darle micrófono a Lorenzetti no fue exclusivo de Lanata o Longobardi, sino de todas las decenas de programas de radio y TV del Grupo Clarín), o que enojados con el Gobierno sólo puedan distinguir lo negativo, es un triunfo de la cultura antagonista que expandió el kirchnerismo.

Simplificando, se podría decir que hay dos tradiciones políticas: la del conflicto versus la del contrato. En otras palabras: la de la contradicción versus la del acuerdo, o la decisionista versus la democrática. Vale recordar que no sólo el kirchnerismo cree que la política es antagonismo, contradicción, conflicto y decisionismo.

Por el contrario, la democracia requiere consensualismo, algo para lo que no estaba preparada nuestra sociedad en 2003 tras la explosión violenta de nuestra decadencia económica, cuando incapaces de confesar cualquier impotencia se pasó al contraataque convirtiendo miedo en actitud desafiante e ignorancia en certeza.

Tras el fin de la Segunda Guerra, al psiquiatra y neurólogo alemán Ernst Kretschmer le tocó reorganizar y presidir la c. No debe de ser casual que habiendo vivido la locura social alemana de la primera mitad del siglo pasado haya escrito en uno de sus libros que “si la temperatura espiritual de una época es equilibrada y el organismo social está sano, entonces los anormales pululan impotentes y débiles en sus efectos en medio de la masa de las personas sanas. Pero si en alguna parte aparece un punto herido, si la atmósfera es demasiado agobiante o tensa, si algo va mal o es frágil, entonces los bacilos se hacen enseguida virulentos, capaces de atacar, penetran en todas partes y producen inflamación y fermentación en toda la masa sana del pueblo… Los grandes fanáticos, los profetas y exaltados, al igual que los pequeños granujas y los delincuentes, están siempre allí; el aire está lleno de ellos. Pero tan sólo cuando el espíritu de una época tiene fiebre ellos son capaces de provocar guerras, revoluciones y movimientos espirituales de masas. Podríamos afirmar con razón: los psicópatas existen siempre. Pero tan sólo cuando el tiempo es fresco dictaminamos sobre ellos; cuando los tiempos son calientes, esa gente nos domina”.

Discutible como casi toda tesis de psicología social, pero, sin duda, en la Argentina de la última década las personalidades que expresaban sus emociones con una intensidad anormal encontraron mayor eco que en otras épocas.

Y es probable que cansados de tantos gritos la Argentina de la próxima década se oriente a premiar mejor a líderes más racionales o menos conflictivos. Tanto los candidatos provenientes del peronismo, como Scioli o Massa, como los del panradicalismo, como Sanz, Cobos o Binner, tienen por característica la moderación y la disposición a las concesiones recíprocas que hacen posible la democracia. Y se alejan del modelo kirchnerista de desprecio y agresividad hacia quienes discrepan con ellos. Son personas que no experimentan la política con perfeccionismo obsesivo, cuyo fracaso tantas veces conduce a la paranoia. Aun en una estructura dogmática, como el Vaticano, el papa Francisco puede dar ejemplo de quien acepta otras convicciones a las suyas y no cree ser dueño de verdades absolutas.

Hasta la propia Cristina Kirchner subió su aprobación en las encuestas cuando se mostró menos beligerante, ya sea por aquellos reportajes más amistosos previos a su operación como por su período de convalecencia.
Las heridas postraumáticas del derrumbe de 2002 todavía no han cicatrizado totalmente, como lo demuestra la problemática de la inseguridad y la propia economía actual que genera turbulencias que precisarán encontrar solución futura. Pero sería lógico esperar que en 2015 nuestra sociedad elija conductores que tengan menos exacerbado el carácter mesiánico, que no se sientan amenazados por quienes discrepan con sus ideas ni tampoco crean que ellas poseen en exclusividad el patrimonio de la verdad y deben ser defendidas cueste lo que cueste.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 16/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Hablemos sin saber... De alguna Manera...

Hablemos sin saber...

Hablemos sin saber...

Así se llamaba una sección del programa Sin Codificar. Un grupo de “especialistas”, periodistas quizá, decían cualquier cosa de un tema previamente estipulado. Así se debatía, por ejemplo, sobre "por qué los perros corren y le ladran a los autos" o se analizaba con mucho rigor la posibilidad de que Leo Messi funcionara mejor como arquero de la Selección de Fútbol. Algunas de esas situaciones ya tienen un lugar entre los grandes momentos humorísticos de la televisión. En ocasiones, ciertos protagonistas de la actualidad política nacional no tienen nada que envidiarle a aquellos panelistas del programa de Diego Korol.

El supuesto debate sobre la baja en la edad de imputabilidad de los menores entró en esa avenida del disparate, dónde nadie escucha al otro y muchos comentan por los títulos de los diarios. En sus ediciones del martes pasado Clarín y La Nación se encargaron de expresar las “divisiones en el kirchnerismo” por este tema.

Destacaron que el candidato del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, había propuesto bajar la edad a partir de la cual se puede aplicar una pena a un menor que delinque y que dos dirigentes importantes del oficialismo le habían salido al cruce. El senador Aníbal Fernández, al señalar que “yo tengo una posición muy clara al respecto. No votaría bajar la edad de imputabilidad”; y el diputado Carlos Kunkel, que tomó distancia de la idea, al afirmar que “nunca lo vamos a votar”. También la diputada Victoria Donda habló sin saber: “quieren cárcel para los chicos de la década ganada”, dijo, para no perder espacio mediático, y Marcelo Longobardi, siempre propenso a castigar verbalmente a “los marginales”, elogió la medida represiva resaltando las divisiones en el elenco oficial. 

Ni los periodistas ni los dirigentes políticos se detuvieron a analizar cuál era la propuesta en cuestión. Una cosa es bajar la edad de imputabilidad sin ningún cambio en el sistema. Es decir, que los mayores de 14 años puedan ser castigados penalmente por los delitos que cometan, como vienen reclamando los sectores de la derecha política y los partidarios de la “mano dura”. Otra muy distinta es propiciar la creación de un Régimen Penal para Menores que les otorgue a los niños las garantías necesarias para no quedar, como en la actualidad, al arbitrio de un juez.

Los magistrados en general, si se trata de chicos pobres, los terminan derivando a lugares de internación hasta que cumplan la mayoría de edad. La creación de un Sistema Penal para Menores, en cambio, es una medida progresista. Figura entre las sugerencias que Unicef hace a todos los países y cuenta con el aval de importantes especialistas como Laura Mussa y Emilio García Méndez.

En los últimos años la mayoría de las bancadas legislativas presentaron proyectos en este sentido. Incluso la del Frente para la Victoria. Claro que poner en marcha un sistema de esta naturaleza implica movilizar gran cantidad de recursos. Abrir juzgados especializados y crear institutos para recibir a los menores y prepararlos para volver a la sociedad. Esa es la razón por la que no se termina de poner en marcha. Hace falta mucha plata para garantizar que un cambio tan profundo sea eficaz.

Un régimen penal que abarque a los menores de entre 14 y 18 años, les otorgaría la posibilidad de contar con las garantías del debido proceso. Algo que en la actualidad les está negado. Como cualquier ciudadano, podrían contar con un abogado que los defienda, un fiscal que los acuse y un juez que dicte sentencia. Las sanciones deben estar acordes con la edad y sólo deberían implicar la pérdida de libertad en casos graves. La diferencia con bajar la edad de imputabilidad de manera lisa y llana, es abismal. Sin embargo, periodistas y políticos, a sabiendas o no, las homologan.

Es fundamental discutir en profundidad sobre qué hacer con los menores que delinquen. La problemática requiere un abordaje múltiple que no puede obviar la cuestión educativa y social. Pero nunca este debate puede estar sometido a las necesidades de la coyuntura electoral. En un tema tan importante decir cualquier cosa por malicia o ignorancia no quita responsabilidad.  Periodistas, funcionarios y legisladores no deberían hablar sin saber. Cuando lo hacen no provocan risa sino pena.   

© Escrito por Reynaldo Sietecase el martes 10/09/2013 y publicado por 7KC Periodismo Justo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



sábado, 19 de enero de 2013

Nelson Castro se muda a Radio Continental... De Alguna Manera...


Se va de Mitre y pasa a Continental...

COLEGAS. Nelson Castro hará el pase con Magdalena Ruiz Guiñazú.

El periodista firmó contrato con la emisora del Grupo Prisa. Desde el 4 de febrero estará al aire de 5 a 6 y de 17 a 19.

Nelson Castro venía negociando su contrato con el deseo de continuar en Radio Mitre desde diciembre. Cuestiones económicas, modificaciones en el contenido de su ciclo con la intención del conductor de salir un poco del estudio de la calle Mansilla para recorrer diferentes ciudades del país, y más tarde la especulación de la posible llegada del despedido Marcelo Longobardi al horario de la primera mañana que ocupaba –que luego se concretó– dilataron las conversaciones entre los directivos y Castro. El periodista desestimó la posibilidad que le ofrecieron de pasar a las 14 después de Jorge Lanata, aunque afirmaba que prefería acceder a la franja de regreso a casa en la AM 790. Las distancias eran cada vez más extremas, y prácticamente todo concluyó en una crónica de una salida anunciada.

En este contexto apareció Radio Continental, que entró en tratativas con Nelson Castro. Concluyeron ayer, firmando un contrato y dándole el gusto al periodista de ir de 17 a 19 pero sin abandonar su preciada mañana, ya que al menos estará en un micro de una hora de 5 a 6 y le dejará su audiencia a Magdalena Ruiz Guiñazú.

Con su llegada, la grilla de la AM 590 se modificó de la siguiente manera: lo seguirán María O’Donnell (19 a 21), Paulino Rodrigues (21 a 23), y luego vendrá el programa deportivo Competencia de Víctor Hugo Morales. O’Donnell, desde su programa La vuelta, fue la encargada de anunciar el arribo del periodista a Continental.

Desde hacía mucho tiempo no sucedían tantos pases y cambios de horario en poco tiempo. En 45 días las emisoras más importantes movieron su programación, y varias de esas negociaciones fueron primicias de PERFIL Espectáculos.

Se viene un año electoral, y por ello los dueños decidieron apostar fuerte cuando la búsqueda de reforma constitucional es tan marcada. El 4 de febrero comenzarán los nuevos ciclos en el éter, donde el oyente deberá buscar a su conductor preferido en otro dial.

Marcelo Longobardi debutará de 6 a 10 en Mitre, emisora donde Jorge Lanata pasó a la segunda mañana (10 a 14), cuyo espacio abandonó Samuel “Chiche” Gelblung convencido por el dinero de Cristóbal López, de Radio 10, para ir a la primera mañana, además de mudar su ciclo televisivo Chiche en vivo a C5N.

Marcelo Zlotogwiazda y Ernesto Tenembaum huyeron de Mitre y fueron adoptados por radios administradas por empresarios afines al Gobierno. El primero competirá en horario contra Castro desde Radio del Plata, de Electroingeniería, mientras que el segundo pasó a la primera mañana de Rock & Pop, propiedad de Raúl Moneta. Alejandro Fantino se fue del mediodía de Radio 10 y firmó contrato hasta 2014 con La Red para instalarse de 16 a 18. En la emisora del Grupo Uno se alejó Gustavo Sylvestre a Del Plata, pero contrataron a Luis Novaresio para reemplazarlo de 6 a 9. Baby Etchecopar pasó al mediodía de Radio 10 y cedió la medianoche para el arribo de Esteban Mirol, proveniente de Mitre, y González Oro quedó con una hora menos, de 10 a 12, en la radio del Grupo Indalo. La columnista de Víctor Hugo Morales y panelista de 6, 7, 8, Cynthia García, irá de 7 a 9 en Radio Nacional, espacio que tenía Eduardo Anguita. No se evidencian otros cambios; sólo se especula con el arribo de Luis Majul a Mitre para darle fuerza a una franja vespertina que quedó muy desprotegida.

© Escrito por Gustavo Méndez el sábado 19/01/13 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Nelson Castro se muda a Radio Continental...

El horario que ocupará habría sido motivo de disputa con "La Vuelta" de María O'Donnell.  Foto: Cedoc

Nelson Castro ya no formará parte de Radio Mitre: el periodista pasará a Radio Continental, donde ocupará el horario de 17 a 19 horas, según confirmó el Diario PERFIL.

Por su parte, María O'Donnell, que actualmente conduce "La Vuelta" por Continental en ese mismo horario, continuará en la radio en 2013 pero de lunes a viernes de 19 a 21, informó ella misma al aire.

El horario que ocupaba "La Vuelta" habría sido motivo de disputa entre ambos producciones: O'Donnell habría intentado mantener su espacio que finalmente le fue cedido a Castro. "Ella estaba enojada pero se calmó, va a estar todo bien", confirmaron a Perfil.com fuentes de Continental.

Los cambios se suman a varias de las movidas radiales que afectaron a Mitre en los últimos días: Marcelo Zlotowiazgda anunció a fines de 2012 que no seguirá al aire en el vespertino de la radio del Grupo Clarín y comenzará su ciclo en Del Plata, de lunes a viernes de 16 a 19.

En tanto, Ernesto Tenembaum también se desvinculó de Mitre y pasaría a la Rock & Pop.

Asimismo, Marcelo Longobardi ocupará la primera mañana de Mitre tras haber sido desplazado de Radio 10.

© Publicado el Viernes 18/01/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.