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miércoles, 19 de octubre de 2016

Estúpida y sensual xenophobia… @dealgunamanera...

Estúpida y sensual xenophobia…

Argentinos nacidos en Europa descansan de a quinientos por metro cuadrado en un palacio de arquitectura neorrenacentista previo a salir a trabajar la tierra de San Telmo.

Samuel nació en Caracas hace 28 años. Llegó a la Argentina por primera vez de vacaciones y se enamoró de Buenos Aires. Años después, harto de la situación de su país y viendo que estaba al borde de la pobreza teniendo un trabajo que en cualquier otro país le permitiría llevar una vida holgada, vendió lo último que le quedaba –su “carro”– que, por esas cosas de las diferentes cotizaciones del dólar, le alcanzó para pagarse dos pasajes. Llegó a Buenos Aires con su esposa de manera legal, por el aeropuerto de Ezeiza y con los papeles en la mano.

Tanto él como su esposa tienen dos títulos universitarios cada uno. Ella trabaja de mesera en un bar de Palermo por unos pocos pesos más la propina. Él atiende un kiosco de siete de la tarde a siete de la mañana del día siguiente. La semana pasada fui testigo del primer comentario despectivo que recibió cuando un señor muy bien vestido le recriminó que le quitara el trabajo a los argentinos. Como si algún argentino con dos títulos universitarios aceptara atender un kiosco doce horas por noche seis días a la semana. Como si hubieran echado a un ingeniero para darle el puesto.


La primera vez que me llamó la atención la inmigración fue a mediados de los años noventa, cuando a Buenos Aires empezaron a llegar oleadas de bolivianos. El motivo principal por el que les presté atención obedece al más sencillo principio del asombro: no cumplían con el parámetro de porteño medio. De rasgos aborígenes, vestidos con ropas de colores insoportablemente estridentes y las mujeres con sombreros. No hubieran pasado desapercibidos ni con niebla.

Hoy, en tiempos en los que muchos se preocupan humanitariamente por el conflicto sirio o porque nadie llora por los muertos del huracán de Haití –que con la guita que recibe después de cada desastre ya debería tener la infraestructura de Dubai– nos hacemos bien los boludos con la inmigración silenciosa del hambre venezolano. Rostros europeizados en su mayoría, salvo que se pongan a hablar, ni nos enteramos de que no son de acá. Pero si alguno se pone a charlar con ellos –y no para pedirles que se vuelvan a su país– puede encontrarse con una realidad tristísima: el éxodo de gente que vende lo poco que le queda para poder irse del país al que aman. No es un detalle menor, ya que esos que pueden irse son los afortunados.


Natalín usa un ambo verde en la guardia de una clínica privada céntrica. Sí, es médica. Charlando con ella uno puede sacarse todos los prejuicios de encima –si hay algo que nunca sobra en ningún país son médicos– y anoticiarse que no vino al país para estudiar, sólamente, sino que vino a cumplir con los años de residencia que necesita para poder ejercer la medicina en su país, Colombia. Le pagan en blanco, tributa ganancias, paga el 21% de IVA en cada compra, usa el transporte público, alquila. En Colombia tendría que pagar para ejercer la medicina hasta sumar los años necesarios en un sistema perverso. Aquí trabaja.


Lo de la xenofobia argentina debería ser un tema para tratar en terapia. A veces solapada por la culpa, otras oculta tras la corrección política, otras tantas a flor de piel cuando necesitamos culpar a alguien por lo que otro nos sacó, el desprecio selectivo a quien no es de acá, es un asunto que se cuela alguna vez en todas las familias. En todas. Entre mis ocho bisabuelos sumo tres nacionalidades distintas y ninguna es inca o querandí. Ni siquiera tengo una gota de sangre española como para reclamar derechos naturales y coloniales. Y a excepción del puñado de 100 apellidos patricios y los pocos aborígenes no mestizados que quedan en el territorio, el resto de los argentinos llegó o nació de los que llegaron tiempo después. Mucho tiempo después.

Uno de mis abuelos nació en un conventillo. Está claro que el poder adquisitivo de su padre no podría costear los tributos al Estado que pudieran justificar el uso del pupitre en un establecimiento educativo. Pero tuvo educación primaria, secundaria y terciaria. Su hermana se recibió de abogada en la UBA. Mi otro abuelo no pudo terminar sus estudios, pero la realidad de un país en el que nadie le preguntaba la nacionalidad antes de darle un empleo lo hizo salir adelante y brindarle educación a sus hijos. Nota al margen: ninguno de mis abuelos se salvó del “tano de mierda”.

Ya sé, me van a venir con que la sociedad era distinta porque un europeo encajaba de lo más lindo en este paraíso de mansiones de la calle Alvear. Por eso terminaron todos viviendo en casas levantadas como pudieron en terrenos en Loma del Orto y laburando de albañiles, zapateros, verduleros y otros oficios propios de la nobleza europea y fueron tratados como aristócratas con títulos nobiliarios como Moishe tacaño, Gaita ignorante y Tano bruto.


Un cacho de cultura tributaria. La educación pública en Argentina se financia con presupuesto estatal, en su mayor parte con recursos de libre disponibilidad. Esto quiere decir que se lo banca con impuestos en general, que no hay un producto o tributo específico que diga “mantenimiento educativo”. En una época lo hubo: en 1999 el Estado creó el “impuesto docente” mediante el cual los que tenían auto pagaban un tributo destinado, básicamente, a borrar la carpa blanca de la plaza de los Dos Congresos.

Al no existir un tributo directo, cualquier boludo que compra un alfajor, un champú, un dentífrico o una botella de gaseosa, está dejando poco más de un quinto de su precio en Impuesto al Valor Agregado. Y no es poca cosa: nuestro 21% es el sexto IVA más caro del mundo, sólo superado por los países nórdicos y Uruguay, donde tienen 22 puntos de IVA, pero son tantos los productos exentos que en la canasta mensual tiene menor impacto que el argentino.

La presión impositiva en nuestro país es insoportable. Lo sabemos y lo padecemos. Muchos ponen el grito en el cielo y ratifican su postura al saber que el impuesto inmobiliario también forma parte de la recaudación y eso es algo que se puede utilizar para financiar la educación pública. Relax, estimado lector: el inmigrante no es de residir en una alcantarilla, y, por lo general, el que viene a estudiar es de alquilar. Como todos saben, aunque la ley diga lo contrario, los que alquilan se hacen cargo de pagar los impuestos inmobiliarios y municipales.

A ello hay que sumarle que para poder mantenerse en la Argentina requieren de alguna de estas dos opciones: o reciben remesas de sus padres, que no es otra cosa que dinero contante y sonante que ingresa al país para circular en el comercio y terminar en buena parte recaudado por el Estado en impuestos, o trabajan. Y si laburan y no pagan el impuesto a las ganancias es porque cobran miseria. Para redondear, los que están en blanco pagan aportes patronales para una jubilación que, si se vuelven a sus países una vez finalizados sus estudios, no cobrarán never in the puta life.

Del otro lado de la misma moneda nos encontramos con el debate que algunos quieren dar también amparados en la falta de sentido común: el caso de los que provienen de familias pudientes y van a la universidad pública. Son los que el viernes a la noche estacionan el cero kilómetro en las inmediaciones de la facultad y faltan alguna que otra vez porque se fueron a pasar el fin de semana a Long Beach. Suponer que no se merecen la educación pública es, nuevamente, no entender que, si son los que más tienen, son los que más gastan y, por ende, los que más aportan al tesoro. ¿Por qué impedirles que utilicen una universidad que también financian?

Lo que sí es cierto es que muchos de los que ingresan a la universidad pública provienen de una educación primaria y secundaria privada. Estadísticamente, los que provienen de la educación pública son los menos y esto habla de distintas necesidades: el desastre del nivel educativo y la necesidad de salir a laburar full time picaban en punta hasta hace unos años. Hoy comparten el trono con las ganas de no hacer un choto.


Sí, es cierto que muchos avivados se aprovechan de las bondades de Argentina, pero no por nuestra legislación generosa que proviene de nuestra Constitución Nacional, sino por la falta de controles en la aplicación de la normativa. El ejemplo de los tours de salud que provienen de países limítrofes para atenderse en hospitales públicos con turnos que les sacan desde agencias de turismo, o los simpaticones que llegan al país, se toman un terrenito, y luego exigen que se los den o, en el mejor de los casos, se los vendan, que lo quieren pagar, como si estuviéramos en un universo paralelo en el que una propiedad se puede pagar en 550 mil cuotas de veinte pesos. Ni que hablar de los que cruzan el Pilcomayo, cobran el plan, votan y se vuelven a Paraguay. Solo un tuerto emocional puede cruzarse con un laburante o un estudiante extranjero y recriminarle la toma de terrenos o las chantadas clientelistas norteñas.

Ahora que está de moda revolearnos estadísticas por la cabeza, también hay que agregar que el 5,7% de todos los presos que tienen el sistema penitenciario argentino es extranjero. Como suena bajito, digámoslo al revés: el 94,3% de los presos de Argentina son argentinos. 94 personas y dos brazos de cada cien. Nueve personas y un torso de cada diez. O sea: en el único rubro en el que existen estadísticas reales para afirmar si nos sacan lugares de privilegio, es en el penitenciario. Y no, ahí les ganamos por paliza y nadie nos quita una celda para dársela a un foráneo.

Puedo entender otro tipo de soluciones que se podrían aplicar para paliar nuestra necesidad de culpar a otros por nuestros problemas, como arancelar la universidad para quien viene de afuera, o enviar el resumen de gastos hospitalarios a las respectivas embajadas de cada ciudadano del mundo, pero nuestra Constitución Nacional lo impide. Lo que sí es remarcable es que, todos aquellos que dicen que no se puede comparar esta inmigración que viene a utilizar nuestras universidades con las de nuestros abuelos, tienen razón: a nuestros abuelos el Estado les dio alojamiento, abrigo y comida, les buscó trabajo y les facilitó los trámites con ese temita del idioma. Ah, además les permitió usar la salud y la educación pública.

Nunca terminaré de entender esa cosa de recordar las raíces europeas de nuestros abuelos –que, si tan aceptados eran en sus países de origen, no tendrían que haberlo abandonado contándose las costillas del hambre–, mencionar nuestro pasaporte italiano/europeo en alguna que otra charla, y ratificarnos ultra nacionalistas para delirar a Brasil en un partido de fútbol o cada vez que aparece un tipo que habla con acento de telenovela y cuyo único pecado cometido es el de haber llegado después que nosotros.

Y todos nos hacemos los boludos con los destrozos de nuestros manifestantes vernáculos, de los robos, estafas y homicidios de nuestros compatrióticos compatriotas. Y mejor ni hablar de los problemas que generaron, generan y generarán nuestros políticos bien argentinos, en nombre de la Patria, ésa que nos ponemos al hombro cada cuatro años, siempre y cuando a la selección le vaya bien, o cuando vemos a una persona que habla el castellano con un acento extraño, sea venezolano, colombiano o correntino. Parte de nuestra idiosincrasia: si no se le entiende nada, lo vemos con otros ojos, aunque sea un mafioso ucraniano. Sólo por dar un ejemplo, desde 2013 ingresaron 25 mil ciudadanos italianos a la Argentina para probar suerte.

A diferencia de nuestros abuelos, vienen instruidos, con título y experiencia. Si no fueran físicamente idénticos al porteño promedio, serían el terror del nacionalista.

Supongo que está inexplicablemente en nuestra cultura. Vienen a quitarnos los trabajos que rechazamos, las camas de los hospitales que no usamos y los pupitres de las universidades de las que egresan sólo el 14% de quienes se inscribieron. Nadie saca cuentas de cuánto le cuesta al Estado cada estudiante crónico, ni mucho menos se hacen eco de la última encuesta universitaria de la UBA en la que el 84% de los alumnos se manifestaron a favor de un examen de ingreso.

Pero en definitiva, son detalles. Después de todo, con nuestra plata hacemos lo que queremos, qué carajos.

Martedì. “Patriotismo es tu convencimiento de que este país es superior a otros sólo porque tú naciste en él”. 

© Escrito por Lucca el martes 18/10/2016 y Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.



sábado, 27 de agosto de 2016

Tristeza y victimización… @dealgunamanera...

Tristeza y victimización…


Me encuentro con amigos por la calle, con médicos en los consultorios, y todos me manifiestan su “tristeza” por “todo lo que está pasando”.

© Escrito por Daniel Link el sábado 28/08/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Me encuentro con amigos por la calle, con médicos en los consultorios, y todos me manifiestan su “tristeza” por “todo lo que está pasando”. Como es difícil entender un estado de duelo tan generalizado y tan indeterminado (¿se refieren a la situación de los emigrantes sirios, a tal accidente aeronáutico, a la degradación de la atmósfera, a las amenazas de muerte contra funcionarios públicos?), pido precisiones y me contestan: “Todo lo que está haciendo Macri”.

Por fortuna, les contesto, Macri no está haciendo ni la décima parte de lo que temíamos, y eso por la relación de fuerzas entre los tres poderes y la debilidad parlamentaria que obliga a negociaciones constantes al gobierno nacional con las fuerzas de oposición y los gobiernos provinciales. Sin ir más lejos, ahí tienen el asunto tarifas, que para mí no fue sino una artimaña publicitaria del Gobierno para mostrarse republicano hasta el tuétano.

Las democracias burguesas se caracterizan por una alternancia entre un gobierno más hacia la derecha y un gobierno más hacia la izquierda (socialismo/Partido Popular en España, laboristas / conservadores en Reino Unido, demócratas/republicanos en los Estados Unidos, etc.).

Sabido es que cuando le llega el turno de gobernar a la derecha habrá que sacar chispas contra el asfalto hasta que el turno pase y evitar los mayores males. Y, mientras tanto, procurar construir alternativas de “izquierda verdadera” (o sea: aquella que produce cambios estructurales).

En Argentina, por el contrario, hemos tenido que resignarnos a una alternancia entre una derecha más bien populista y una derecha que ni siquiera llega a liberal y que habría que llamar pospopulista.

Así vistas las cosas, da para ponerse triste, pero no son los términos en los cuales la tristeza ilustrada se manifiesta y me interpela. Habrá que recordar a Nietzsche, para quien “la pena domestica al hombre, pero no lo hace mejor”.


martes, 2 de agosto de 2016

Colonos de Catán: Lanzamiento en Argentina... @dealgunamanera...

Colonos de Catán… 
  
Colonos de Catán es un juego de mesa para toda la familia que se ha convertido en un fenómeno mundial. Desde su aparición en Alemania ha vendido más que muchos de los juegos más tradicionales. Se trata de un juego que aúna la estrategia, la astucia y la capacidad para negociar y en el que los jugadores tratan de colonizar una isla, Catán, rica en recursos naturales.

Descripción del Producto

Catan es un juego de mesa para toda la familia que se ha convertido en un fenómeno mundial. Desde su aparición en Alemania ha vendido más que muchos de los juegos más tradicionales.

Se trata de un juego que aúna la estrategia, la astucia y la capacidad para negociar y en el que los jugadores tratan de colonizar una isla, Catán, rica en recursos naturales. Construyendo pueblos, estableciendo rutas comerciales, etc…

Catan ha vendido más de 2 millones de ejemplares en Europa y América. Por si esto no fuera bastante, ha sido galardonado en Alemania y Estados Unidos como Juego del Año.

El juego básico de Catan, a la venta desde hace más de 10 años en España, ha marcado un hito en toda Europa en cuanto a juego de planificación, colaboración y, por supuesto, diversión. No hace falta comentar que es la única pieza indispensable de Catan en tu ludoteca.

A partir del básico se abre todo el abanico de expansiones que la isla de Catán te ofrece.

Información Adicional

Jugadores: 3-4
Duración: 75 minutos
Edad: +10

Colonos de Catán en Argentina

El juego ha sido lanzado en la República Argentina en el mes de Julio de 2016 y es fabricado y comercializado por la empresa Errekaese S.A. y su marca -Top Toys-, una de las principales compañías fabricantes de juguetes en el país. El juego es producido en el país, bajo licencia de Kosmos Verlag de Alemania.

Cómo jugar a Colonos de Catán (Video)





Resumen y Reglamento







domingo, 27 de diciembre de 2015

Los políticos que no sabían perder… @dealgunamanera...

Los políticos que no sabían perder… 


Horas después de perder las elecciones en el Reino Unido, manteniendo un 31% del apoyo del electorado, Ed Miliband anunció el pasado mes de mayo su dimisión como líder laborista al asumir la «absoluta y total» responsabilidad del resultado. Horas después de perder las elecciones en España, con un 22% de apoyo en el peor resultado del PSOE en unas elecciones generales, Pedro Sánchez anunció... que había «hecho historia». Sabido es que la victoria tiene numerosos padres y la derrota vive en la orfandad, que recordaba John F. Kennedy. Pero, ¿conocen otro país donde los fracasos electorales se disfrazan de éxitos con tanto desparpajo como en España?

© Publicado el domingo 27/12/2015 por el Diario el Mundo de la Ciudad de Madrid, España.

Nuestros candidatos se toman los batacazos electorales sin ninguna deportividad o intención de asumir responsabilidades. Cero autocrítica. Ninguna renovación. Ganen o pierdan, saben que su futuro no depende tanto de la opinión de los votantes como de las intrigas y alianzas de partido. Sólo así se entiende que Sánchez trate de aferrarse a su liderazgo al frente del partido e incluso se postule para presidente de un país donde ocho de cada 10 votantes se decantaron por otra opción. Alegar que el nuestro es un sistema parlamentario, y que todas las combinaciones son igualmente legítimas, no añade coherencia a una ambición personal que debió morir la misma noche electoral.

«Nuestros candidatos se toman los batacazos electorales sin ninguna deportividad»

Y, sin embargo, estamos en España, así que no descarten que Sánchez se salga con la suya y aguante el chaparrón. Ya lo hizo en una situación similar su gran rival, Mariano Rajoy, manteniéndose al frente del PP tras su segunda derrota frente a Zapatero en 2008, prueba de que nuestros políticos se toman con excesiva literalidad la cita de Beckett: «No importa. Inténtalo otra vez. Falla otra vez. Falla mejor».

España se ha metido en un buen lío tras el 20D y se encuentra con que la solución pasa por políticos que no saben perder y a los que tampoco se les da bien dialogar entre ellos, por eso de la falta de costumbre. Lo mínimo que se les puede exigir es que, esta vez, hagan el esfuerzo. Si desde este periódico defendemos un acuerdo entre los tres principales partidos constitucionalistas no es sólo porque las alternativas nos parezcan peores -¿puede el Gobierno de un país depender de partidos que abiertamente abogan por su ruptura?-, sino porque ese gran pacto supondría una magnífica oportunidad para fijar al fin la agenda reformista que necesita España.

No hablamos simplemente de investir a Rajoy en aras de la estabilidad para entregarle un cheque en blanco que le permita volver a gobernar con la falta de consenso y la desconexión con la calle de esta última legislatura. De lo que se trata es de que PP, PSOE y Ciudadanos lleguen a un acuerdo con reformas concretas que recojan lo mejor de sus programas electorales, una política de consenso frente al desafío independentista, medidas económicas que eviten una recaída de la crisis y esa regeneración que el (ex) bipartidismo resistió con tanta terquedad como falta de visión, y si no que se lo digan a los cinco millones de votantes que lo han abandonado.

«Si fuera un obstáculo para un pacto, Rajoy debería tener grandeza para apartarse»

El pacto tendría que incluir una batería de medidas contra la corrupción, un acuerdo nacional por la Educación, el reforzamiento de la independencia de la Justicia y de los medios de comunicación públicos, una nueva ley electoral que repare las injusticias de la actual y la reforma de instituciones que han sido contaminadas por el clientelismo de la clase política. ¿No es ése, acaso, el mensaje que ha enviado el electorado?

Por supuesto, Rajoy no cree que nada de esto sea necesario o habría liderado él mismo esas reformas en los cuatros años en los que ha tenido mayoría absoluta. Pero ocurre que los números son tozudos y las empresas de mudanza han empezado a dejar folletos con ofertas en el buzón de Moncloa.

El presidente no tiene otra salida que tomar la iniciativa y ofrecer ese gran acuerdo por una Segunda Transición, por mucho que la guerra interna en el PSOE lo haga complicado. Y llegado el momento, si el propio Rajoy fuera un obstáculo para lograrlo, debería tener la grandeza de apartarse a un lado y dejar que sea otro líder, dentro del proceso de renovación pendiente en el PP, quien lo intente. Porque ni él, ni mucho menos Pedro Sánchez, son imprescindibles en esta nueva etapa política donde se ha puesto más difícil hacer pasar las derrotas por victorias.


viernes, 28 de agosto de 2015

Sor Lucía Caram: "En Tucumán es demasiada la gente que no vive con dignidad"... @dealgunamanera...

La monja tucumana que revoluciona España fue muy dura con Alperovich: "compran los votos con comida"…

La monja tucumana está en la provincia visitando a sus padres y es testigo de los problemas políticos que se viven. "La corrupción, el engaño, el fraude que hay acá no lo he visto en España", contó en Radio Ciudad.

Sor Lucía Caram es una monja dominicana nacida en Tucumán y muy conocida en España por sus críticas al gobierno del derechista Partido Popular (PP). Alguna vez dijo que nadie la obligará a callar, luego de denunciar que el Ejecutivo del presidente Mariano Rajoy, en plena campaña electoral, presionó al Vaticano para silenciarla.

Sor Lucía está en nuestra provincia desde hace días para visitar a sus padres y vivió la realidad tucumana debido a las elecciones.

"La democracia está herida de muerte a nivel mundial. La corrupción, el engaño, el fraude que hay acá no lo he visto en España. Vine a Tucumán y me encontré con esta situación que hace que me duela el alma. Tengo mucha impotencia", le contó a Radio Ciudad.

Y siguió: "los tucumanos están demostrando su gran deseo de justicia y dignidad".

En cuanto a la situación política, la monja no se calló y disparó, "Es un insulto a la población comprar y vender votos mediante un bolsón de comida. Manzur no asume la realidad del fraude. La verdad no tiene ningún valor en nuestra sociedad y parece que la gente se ha cansado. Deben darse cuenta de que no puede hacer lo que les da la gana". 

Además, opinó, que "me da mucha vergüenza lo que está pasando en Tucumán. Están pisoteando la dignidad de la gente. Deberíamos vivir con independencia y con libertad. Lamentablemente tenemos a estos imperialistas que dominan al pueblo".

La solución para Sor Lucía

"Necesitamos una regeneración total de la política. No puede haber reparto de cargos a familiares. No se puede comprar la voluntad popular por un bolsón. El cambio vendrá atreves de una revolución. Espero que sea pacífica. No vendrá desde los de más arriba. Los que están enquistados en el poder deberían comenzar a utilizarlo al servicio de la gente. Se rodean de gente que les dice lo que ellos quieren oír. Debe haber un cambio de caras de muchísima gente que se está repitiendo".

"Los ciudadanos deben saber que la política es demasiado importante como para dejarla sólo en manos de los políticos. Todos debemos involucrarnos".

Duro punto de vista

"En Tucumán es demasiada la gente que no vive con dignidad". 

"El rostro de Manzur y el gobernador no son rostros de felicidad. Se les congeló la sonrisa porque la gente dijo basta y no se quiere tragar este sapo. Se dieron cuenta de que el sistema electoral es perverso y hay que dar un paso adelante cortando esto".

Entrevista completa:  


Entrevista Parte I

 Entrevista Parte II

© Publicado el jueves 27/08/2015 por la Revista Contexto de la Ciudad de San Miguel de Tucumán, Provincia de Tucumán, República Argentina.

  

miércoles, 22 de abril de 2015

Los Cinco Mitos De Las Venas Abiertas… @dealgunamanera...

Los Cinco Mitos De Las Venas Abiertas…


No todo es lo que parece. Esta semana falleció Eduardo Galeano y con él se fue una de las plumas más extraordinarias del mundo hispano. Algunos lo recuerdan por sus cuentos y retratos sobre fútbol; otros más bien por su perspectiva de la historia latinoamericana la que retrató en un famoso pequeño libro titulado “Las Venas Abiertas de América Latina”.

Me propongo a continuación desmantelar brevemente los mitos que Galeano presenta en aquel libro, los que se pueden resumir en las siguientes cinco ideas.

1. Ha existido una continua política de saqueo desde la época de la Colonia hasta nuestros días.

Galeano plantea en este libro una línea continua desde el saqueo de metales preciosos –en particular en la forma de oro y plata- generada por los conquistadores en los siglos XVI, XVII y XVIII, hasta los réditos que obtienen empresas multinacionales como General Motors en los siglos XX y XXI.

Lo cierto, sin embargo, es que esta línea continua constituye un mito. Mientras los conquistadores hicieron uso de la fuerza y la violencia para obtener los metales, General Motors y otras empresas multinacionales ofrecen intercambios voluntarios y pacíficos que enriquecen las regiones en las que se introducen ofreciendo inversiones, innovaciones, know how, trabajo y demás.

2. Fue precisamente ese saqueo el que impulsó el mayor desarrollo relativo europeo respecto de Latinoamérica.

Si uno considera hoy el mayor retraso relativo de España y Portugal en relación con sus vecinos europeos no parece haber razón en esta hipótesis. Más bien, los metales preciosos que llegaban a estos dos países permitieron incrementar el consumo de corto plazo, pero condenaron su futuro industrial. Por el contrario, otros autores como Deirdre McCloskey explican que el mayor desarrollo económico de Europa se explica por otras fuentes, a saber, el mayor espacio y dignidad que recibieron los mercaderes e inventores para que sus proyectos pudieran florecer, a medida que se eliminaban controles y regulaciones.

3. El orden económico vigente no es la consecuencia de un orden espontáneo, sino un orden generado a través de la planificación central americana, primero con el cuerpo de políticas gubernamentales, y luego con los tentáculos de las empresas multinacionales que saquean a todos los países en los que se introducen.

No seremos tan ingenuos de creer que Estados Unidos y ciertas potencias no participan en la formación del orden económico vigente. Seguramente lo hacen, y especialmente a partir del momento en que Estados Unidos abandona su política exterior de “no-intervención”, y más bien interviene en todos los conflictos militares y políticos que se generan en el mundo.

Pero asumir que cada empresa multinacional que se introduce en nuestra región es el medio para continuar con el saqueo de otros tiempos, constituye un exceso. Pienso más bien que confluyen en el orden económico vigente ciertos órdenes espontáneos, formando instituciones como el lenguaje, el derecho, el comercio, el dinero o la globalización, con otros factores políticos que vienen diagramados desde el norte.

4. La culpa de nuestros males (pobreza, indigencia, desocupación extendida) es del mundo desarrollado. Nuestra pobreza es la contrapartida de la riqueza de los países centrales.

Quizás lo más peligroso de aceptar el punto anterior, es justamente pensar que nuestros males son producidos por cuestiones ajenas a nuestras decisiones. Estados Unidos y Europa no deciden nuestro futuro, y debemos hacer un mea culpa nosotros mismos de los errores que hemos cometido. Los intercambios voluntarios son un juego de suma positiva, donde ambas partes ganan. Si intercambiamos nuestro trabajo con el de nuestros vecinos y eso nos genera mayor riqueza, ¿por qué pensamos que una frontera política puede cambiar el resultado del mismo proceso?  Nuestra pobreza no es la riqueza de los países centrales, sino la consecuencia de no haber sabido crear un contexto favorable a la inversión y a la formación de capital, como sí ocurrió en Europa a partir de lo que comentamos arriba es la tesis de McCloskey.

5. La única forma de interrumpir este proceso y darle esperanza a los pueblos latinoamericanos, es a través de la violencia, expropiando la propiedad privada de los medios de producción a quienes han abusado de él.

Quizás sorprenda al lector que Galeano suscriba las siguientes palabras de Josué de Castro: “Yo, que he recibido un premio internacional de la paz, pienso que, infelizmente, no hay otra solución que la violencia para América Latina.” Sus palabras a favor de la revolución cubana, acompañaron y justificaron el ataque a innumerables derechos humanos de los cubanos que aun hoy sufren las consecuencias de una dictadura, carentes de libertades individuales fundamentales.

Los países latinoamericanos tienen dos opciones. O somos parte del mundo, o nos mantenemos ajenos a él. Y la experiencia muestra que mantenerse aislados o ajenos a él, no trae buenas consecuencias para el pueblo. Más bien, pienso que debemos aprovechar la división internacional del trabajo y la globalización, integrar los mercados y aprovechar los beneficios del intercambio, que siempre genera valor para sus participantes.

Los medios comentan la noticia. Nos ha abandonado una de las plumas más extraordinarias de Latinoamérica, no tanto por el contenido de sus ideas que pueden encontrarse también en otros autores, sino por la forma en que supo expresarlas.

En sus últimos comentarios sobre Las Venas Abiertas, sin embargo, Galeano señaló: “Yo no sería capaz de leer el libro de nuevo. Para mí esa prosa de izquierda tradicional es pesadísima”. […] Fue el resultado de un intento de un joven de 18 años de escribir un libro sobre economía política sin conocer debidamente el tema. […] Yo no tenía la formación necesaria. No estoy arrepentido de haberlo escrito pero fue una etapa que, para mí, está superada” (Economía para Todos).

© Escrito por Adrian Ravier el sábado 18/04/2015 y publicado en Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.