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sábado, 27 de junio de 2015

Renunció Milani Ante Inminente Procesamiento… @dealgunamanera...

La política y la Justicia lo complican… 


Sorprendió que la renuncia del militar César Milani al cargo de teniente general del Ejército de la Nación. Lo hizo mediante un comunicado en el que alegó “motivos estrictamente personales” para confirmar su pase a retiro de las Fuerzas Armadas.


La dimisión del otrora hombre poderoso del kirchnerismo fue confirmada de manera oficial por el Ministerio de Defensa de la Nación.

¿El motivo? El inminente procesamiento que estaría por sufrir por parte de la Justicia en el marco del caso Ledo, donde se lo acusa por detención ilegal, torturas y desaparición de ese mismo conscripto.

También influyó en la decisión el hecho de que Cristina Kirchner, su madrina política, decidiera no continuar en cargos políticos a futuro, luego de que le toque dejar el poder.

No obstante, Tribuna de Periodistas pudo saber que Milani seguirá teniendo influencia en el área de la inteligencia, tanto militar como civil.

© Escrito por Carlos Forte el martes 23/06/2015 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 2 de mayo de 2015

Los candidatos. Daniel Scioli... @dealgunamanera...

Daniel Scioli: "La Argentina no necesita ningún shock"… 


Defendió al jefe del Ejército, César Milani, y a La Cámpora; apoyó la política económica del Gobierno, negó el cepo al dólar y se mostró de acuerdo con la negociación con los fondos buitre. En el ciclo Conversaciones en La Nación, el gobernador y precandidato a presidente por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli, desplegó el repertorio del manual kirchnerista. "No soy cualquier candidato, pertenezco al espacio oficalista", avisó Scioli, en un mensaje dirigido más a la tropa propia que al votante independiente.

Tenso por momentos, eludió responder a ciertas preguntas y se molestó con algunas repreguntas. Así, durante 32 minutos, en el centro de la Redacción, Scioli también fue claro respecto de su eventual gobierno. "La Argentina no necesita ningún shock, ningún líder revolucionario", dijo.

-¿Conservará al general Milani como jefe del Ejército en caso de llegar a la Presidencia?
-En primer lugar, yo tengo una responsabilidad institucional que es gobernar la provincia de Buenos Aires, en el marco de un espacio político que conduce la Presidenta. Así que de mi parte esperen siempre la prudencia y la responsabilidad en no interferir en ninguna cuestión hasta que la gente democráticamente consagre a los candidatos.

-No ha contestado la pregunta. ¿Va a estar Milani o no?
-Le contesto conceptualmente. Mi visión es que hay un reencuentro del Ejército con la sociedad. Yo lo veo no solamente en las celebraciones que se llevan adelante en los aniversarios del Ejército, sino también en tareas comunitarias, de catástrofes naturales y de intervenciones en urbanizaciones que necesitaban de la capacidad y logística del Ejército, y que las coordinó el general Milani. Lo que veo es una rejerarquización y un avance. Se ha recuperado un espíritu de autoestima en el Ejército Argentino.

-Es probable que continúe, entonces...
-Yo lo que le acabo de decir es la respuesta a lo que yo siento... Sí hay que reconocer de qué manera incluso se han integrado espacios del Ejército Argentino a soluciones habitacionales. Le doy un ejemplo: en Tandil, 720 familias van a poder tener su vivienda a través del programa Procrear, en terrenos del Ejército que estaban inutilizados.

-Le quiero recordar, gobernador, que Milani está acusado de tener un servicio de inteligencia muy amplio en el país y además ha sido acusado de haber violado los derechos humanos durante la dictadura...
-En la Argentina rige, que yo sepa, todo lo que hace a las garantías constitucionales. En ese sentido, es el Poder Judicial el que debe dar las responsabilidades o aclarar cualquier otro tipo de cuestión. Mientras tanto, él está cumpliendo sus funciones.

-En un eventual gobierno suyo, ¿La Cámpora va a seguir ocupando el lugar que ocupa en ministerios, en empresas públicas y en empresas privadas con representación del Estado?
-En primer lugar, veo que se busca a veces demonizar a jóvenes que...

-No estoy demonizando a La Cámpora. Estoy diciendo que son la representación personal de la Presidenta....
-Son representación de jóvenes con afinidad por estas políticas, que le han dado a la mayoría del pueblo argentino avances significativos en materia laboral.

-Es decir, ¿usted va a mantener los cargos que tienen hoy los dirigentes de La Cámpora?
-Soy integrador, no discriminador. Siempre evalúo y busco sacar de cada persona lo mejor. No se puede generalizar y decir: "Tal agrupación, tal cosa, y tal agrupación, tal otra". Busco que cumplan las expectativas y las responsabilidades que uno les asigna. Y aliento a la juventud, de cualquier sector político, ya sea la juventud radical, la de Pro, la juventud peronista, La Cámpora, a que sean protagonistas de este momento de la Argentina. Ellos no son el futuro: son el presente y el futuro del país.

-Hablando de avanzar, ¿va a mantener el cepo al dólar?
-¿Sabe cuántos miles de millones de dólares se han vendido a ahorristas? 4500 millones.

-¿Me quiere decir que no hay cepo?
-Yo le quiero decir que se han vendido 4500 millones de dólares a ahorristas y se han girado utilidades de empresas al exterior por US$ 2000 millones. Como todo país, responsablemente, administra sus divisas.

-Cambio la pregunta, entonces. En un gobierno suyo, ¿el país va a volver a un sistema de mercado cambiario libre?
-Pero no es un gobierno mío. Esto es un desarrollo en etapas de una recuperación de la Argentina social, económica, productiva, con un pilar de desendeudamiento, un pilar de industrialización. Entonces, en la medida de las posibilidades, se van fijando prioridades. ¿Ahora qué viene? El momento de alentar mayor inversión para sostener este crecimiento, de la asociación público-privada, de trabajar cada vez más en la competitividad de cada sector. Evidentemente se han fijado prioridades. Y la prioridad ha sido el mercado interno. En buena hora, por primera vez en muchos años, hay una administración de un Banco Central integrado a los intereses y a los objetivos de un país.

-Lo que usted me está diciendo es que si lograra estos objetivos que se ha propuesto en materia de inversión, por ejemplo, ¿el mercado cambiario podría volver a ser libre?
-Vienen momentos extraordinarios para la economía argentina. A partir de lo que se está haciendo, y no por lo que quiere instalar quien emerge como el líder de la nueva alianza que se ha conformado. No subestimemos, no despreciemos el trabajo que se está haciendo y que es sólido en generar esas condiciones para que el país sea sujeto de inversiones.

-Hay un problema que es la inflación, que está alrededor del 30% anual. ¿Qué va a hacer usted para bajarla?
-Es menos.

-Es lo que dicen los sindicatos...
-Yo creo que, hacia el futuro, la Argentina no necesita ningún shock, ningún líder revolucionario. Lo que necesita es gradualidad, normalidad y mantener principios fundamentales de la organización económica, que la microeconomía termine resolviendo los problemas de la macroeconomía.

-¿Qué va a hacer con los bonistas, llamados fondos buitre, que han ganado el juicio ante el juez Thomas Griesa y que hoy no cobran, que están en default?
-Yo respaldo la estrategia que está llevando adelante la Presidenta junto al ministro de Economía en este tema. Hubo dirigentes políticos o economistas que habían hecho pronósticos de que si no se arreglaba inmediatamente este tema, iba a tener consecuencias devastadoras para el país, y vemos tranquilidad.

-¿Usted cree que el Gobierno no está negociando con los fondos buitre?
-Creo que el Gobierno tiene una posición clara, justa y objetiva.

-Si usted es presidente, va a heredar esta situación de default...
-Yo respaldo, en el contexto de la repuesta que le dije antes... Yo no soy cualquier candidato, yo pertenezco al espacio oficialista. Con mis opiniones no quiero interferir de ninguna manera en decisiones que está llevando adelante estratégicamente la Presidenta, que yo vengo respaldando y que están dando resultados que contrastan con lo que habían augurado muchos gurúes.

-¿Usted le cree al Indec?
-Ha evolucionado, porque ha sido supervisado por los técnicos del Fondo Monetario Internacional.

-Un poquito...
-Ha evolucionado. ¡Qué bueno! Mirá lo que logré en esta nota: que Joaquín Morales Solá reconozca que ha evolucionado el Indec. Yo le saqué un título a usted, no usted a mí.

-¿Va a reanudar la relación con el Fondo Monetario?
-De hecho, si están los técnicos del Fondo hablando temas puntuales con técnicos del Indec, evidentemente hay relación. Creo que hoy o ayer salieron críticas del Fondo a la economía argentina. Bueno, ¿qué significa? Que debemos estar haciendo las cosas bien.

-¿Usted no cree en el FMI?
-No. Creo que debemos estar haciendo las cosas bien, a partir de una opinión de ellos, que hemos visto acá y en el mundo cómo se han equivocado.

-Hablaba usted recién de la necesidad de debates. Sabe que acá nunca hubo debates entre candidatos a presidente. ¿Aceptaría un debate presidencial?
-Yo siempre debatí, desde el inicio de mi carrera política, usted lo debe recordar. Nunca eludí el debate.

-Vamos a tener el primer debate presidencial este año...
-Veremos de qué manera se puede organizar, de forma que sea equitativa, en forma ecuánime y despojada de todo tipo de cuestión. 


Backstage

Cuando desde La Nación se vio aterrizar el helicóptero de Daniel Scioli, en el set de la Redacción ya estaba todo listo para la entrevista que minutos después conduciría Joaquín Morales Solá. Scioli ingresó a toda velocidad junto con sus asesores Jorge Telerman, Gustavo Ferrari y Carlos Giralt. Hubo poco tiempo para los saludos, el maquillaje y la distensión. Raro en él, había llegado retrasado. Mientras le quitaban al gobernador el brillo de la cara, Telerman, vocero de la campaña, pidió ver cómo sería el enfoque de las cámaras. La imagen vale más que mil palabras.

Jorge Rosales. La Nación.

© Escrito por Joaquín Morales Solá el sábado 02/05/2015 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


martes, 24 de marzo de 2015

Los otros vuelos de la muerte... De Alguna Manera...

Escenas del final…


Personas subiendo por la escalerilla de los aviones, incluso niños. Bolsas que aparentaban tener cuerpos adentro que pasaban de camiones a aviones. Los datos surgen de numerosos testimonios de personas que hicieron el servicio militar durante la última dictadura, en Campo de Mayo.
Una chica muy joven, adolescente, subía muy lentamente por la escalerilla del avión, un Twin Otter canadiense con las insignias del Ejército Argentino. La chica tenía el pelo muy corto, más bien oscuro y a diferencia de otros detenidos, no estaba vendada. Mientras subía, una niña de unos cinco o seis años, de pelo más bien claro, comenzó a ascender rápido por la escalerilla del avión, pasó al lado de la adolescente y llegó hasta el último escalón. Sonriente, saltaba y abría los brazos como si estuviera volando. Se veía que estaba excitada por la situación del vuelo -contó el testigo que presenció la escena- inconsciente de lo que realmente estaba pasando. La niña volvió a bajar por la escalerilla del avión hasta llegar a la pista. La adolescente, entonces, la llamó y la nena subió. La adolescente la agarró de la mano y subieron juntas. Poco después, el avión carreteó para despegar en dirección al este, desde la pista principal del aeródromo de Campo de Mayo.
Miguel Angel Hait hizo el servicio militar obligatorio en la Compañía Helicópteros de Asalto del Batallón de Aviación de Ejército 601, de la guarnición de Campo de Mayo, entre febrero y julio de 1976. Estuvo seis meses, tres semanas y unos pocos días. En 2008 brindó su testimonio a la Justicia sobre las imágenes de ese vuelo, el único que vio, al que ubicó temporalmente entre fines de abril y comienzos de mayo de 1976, a las 8.20 de la mañana, un horario no habitual para esos despegues, que usualmente se hacían en la noche cerrada. Los prisioneros subieron al Twin Otter, una aeronave que según los testimonios de los colimbas volaba con una puerta abierta tapada por una lona y a la que ellos recuerdan que se la llamaba El Verdugo. Hait es sólo uno de los cientos de soldados que declararon en los últimos años, una vez reabierto el proceso de justicia. Su declaración es parte de un relevamiento de testimonios del Programa Verdad y Justicia del Ministerio de Justicia, que estuvo primero a cargo de Luciano Hazan y ahora de Elizabeth Gómez Alcorta, y de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, a cargo de Stella Segado.
“Que allí, después de ocurrido el golpe militar del 24 de marzo de 1976, en el mes de abril de ese año, siendo aproximadamente las 08:20, el dicente había ido a retirar las fichas de vuelo desde la Torre de Control de Vuelos que se encontraba junto al Aeródromo de Campo de Mayo y regresaba hacia la compañía de helicópteros”, dijo. Observó a la derecha dos camiones Unimog camuflados con pintura del Ejército, estacionados ante un avión marca The Havilan modelo Twin Otter, tipo Stol, de despegue y aterrizaje corto.
Un grupo de personas estaba junto a la escalerilla del avión y otras iban ascendiendo. Entre ellos, había un integrante del Ejército con campera de vuelo. Detrás subía un hombre. Chocó la cabeza contra el marco superior de la puerta, giró y, entonces, el soldado vio que tenía los ojos vendados. Se dio cuenta, sin embargo, de que era Roberto Quieto, el segundo o tercer jefe de Montoneros, explicó en su declaración. Lo conocía porque su imagen era pública aunque lo notó delgado, menos morocho, muy pálido, como quien no ve la luz del sol durante mucho tiempo. Se sorprendió de que Quieto continuara con vida. Lo habían secuestrado el 28 de diciembre de 1975. Creía que estaba muerto, supo del secuestro, pero se había comentado que lo habían interrogado y lo habían matado. Hait observaba a 35 o 40 metros de distancia. Quieto estaba bien vestido, con traje. Sus movimientos eran muy lentos. Al darse vuelta, luego del golpe con el marco de la puerta, se detuvo y una mujer, vestida de civil, posiblemente integrante del Ejército porque no tenía vendas en los ojos, lo tomó del brazo y lo ingresó con ella a la aeronave.
Luego subió otra mujer con los ojos vendados, de apariencia relativamente joven. También tenía movimientos muy lentos y fue llevada del brazo por otra mujer, tal vez otra represora, que no tenía los ojos vendados. Subieron la adolescente y la niña que se puso a jugar con las manos sobre la escalera. Y luego otra adolescente. Tenía el pelo largo, castaño y con ondas. No tenía vendas, pero también caminaba lento. El soldado entró finalmente en su oficina en el hangar de la Compañía de Helicópteros. Ya no tenía la escena a la vista, pero al bajar más tarde vio el despegue. Mientras subían los detenidos había visto que los camiones Unimog se iban retirando del lugar.
El abogado Pablo Llonto, querellante de parte de las causas de Campo de Mayo, señaló a Página/12 que todavía no se sabe quiénes son esas niñas.
“Razonablemente, Hait no debía haber visto este vuelo”, se afirma en la sentencia de diciembre de 2013, en la que se condenó al represor Santiago Omar Riveros, jefe del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo por crímenes de lesa humanidad. Porque ese tipo de vuelos se hacía entre las cinco y las siete de la mañana, cuando todavía no había luz y con el aeródromo apagado. En ocasiones, por razones meteorológicas, los vuelos salían un poco más tarde.
El relevamiento
El Programa Verdad y Justicia y Defensa trabajan desde hace años en la reconstrucción del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo, el corazón represivo de la zona operacional IV. Cuenta con análisis de los testimonios de las víctimas y, en los últimos años, fundamentalmente, de quienes integraron el servicio militar obligatorio y declararon en diversas causas. Los relatos tienen múltiples dimensiones. (Las identidades de algunos imputados son preservadas para no interferir en la labor de la Justicia.) Entre otras cosas permiten reconstruir las prácticas y metodologías aberrantes del exterminio. Los vuelos, los horarios, el tránsito de camiones. Se habla del Ketalar, esa droga con la que los adormecían, los “vuelos fantasma”, los cajones de madera, los bultos con formas humana, las persecuciones desde el aire a quienes intentan escapar.
El aeródromo de Campo de Mayo estaba ubicado entre El Campito y el polígono de tiro. Uno de los lados daba hacia la ruta nacional 202, de la que van a hablar los testimonios. La jurisdicción operativa de Campo de Mayo se extendía sobre un amplio territorio, de San Miguel a Zárate, Campana y San Isidro. El predio, de unas cinco mil hectáreas, tuvo distintos lugares de reclusión ilegal, como El Campito o Los Tordos, Las Casitas o La Casita; el Hospital Militar con la maternidad clandestina y la prisión de Encausados. Se calcula que por Campo de Mayo pasaron entre 3500 y 5000 detenidos desaparecidos, la mayor parte de los cuales no sobrevivió. Hubo prisioneros del PRT-ERP, embarazadas, integrantes de otras organizaciones políticas, y también niños. Se cree que el lugar alojó transitoriamente a prisioneros de otros lugares para incluirlos en los vuelos de la muerte. El general Santiago Omar Riveros estuvo a cargo de la zona de septiembre de 1975 a los primeros meses de 1979. Por debajo, estuvo Reynaldo Benito Bignone.
De la mano
En dos ocasiones, un sargento le ordenó a Hait limpiar un helicóptero, pero él se negó. “Suponía que debía limpiar sangre, vísceras y vómito”, explicó. Los días antes, alrededor de las 8.30, en momentos en que hacía a pie el trayecto diario hacia la Torre de Vuelo, por delante suyo, conversaban dos sargentos. Uno le decía al otro que resbaló en un helicóptero. Hablaban de una persona a la que llevaban en el aire. Un sargento hizo un gesto “como los movimientos que las personas efectuaban dentro de un helicóptero”. Había una tercera persona, que se descompuso, se mezcló todo con “la sangre y las vísceras”, y el que estaba hablando estuvo a punto de caer al agua. Otro militar lo evitó.
En mayo de 1976, mientras dormía en la cuadra, un teniente entró a los gritos. Hait podía volver a su casa, pero esa noche se quedó porque había problemas con los trenes y temía llegar tarde. El teniente pedía dos soldados artilleros. Había dos. Hait era uno. Los mandaron a la “calle de acceso” para ayudar a un sargento a instalar dos ametralladoras en un helicóptero. Cuando llegaron, el helicóptero estaba listo para despegar. Una vez instaladas las ametralladoras, tomaron su puesto de artilleros. Volaba un piloto, un copiloto y ellos a cargo de las ametralladoras, a uno y otro lado de la aeronave. El helicóptero despegó. Voló en círculos. Recorrió el predio militar e iluminaban distintos sitios con un reflector: “Iluminaron a una pareja joven –explicó Hait–. Tomados de la mano, corrían, huían velozmente. El hombre era más alto que la mujer, ambos eran de piel blanca y estaban completamente desnudos y descalzos. La pareja fue iluminada durante un breve lapso, uno o dos segundos y entonces inmediatamente el helicóptero apagó el reflector.” Al instante, desde abajo, se escuchó y se vio un disparo al aire. Hait entendió que era un aviso de los militares que estaban abajo. Habían visto a la pareja gracias al reflector. La aeronave viró. Aterrizó donde había partido. Cuando bajaron, un teniente le dijo: “¿Usted vio algo, soldado?”. Hait entendió la amenaza: dijo que no había visto absolutamente nada.
“Milicos hijos de puta”
Eduardo Bravo hizo el servicio militar entre enero de 1977 y mayo de 1978. Luego del período de instrucción, fue destinado a la Compañía de Servicios. Realizaba guardias de una semana por mes en la torre de control, llevando a cabo la función de señalero. “Durante las guardias entraban, dos o tres veces por semana, unas camionetas azules, probablemente celulares de la Policía, que sin identificarse tenían libre acceso al predio.” Un día, un sargento ayudante llevó un grupo de conscriptos, entre ellos a Bravo, a un campo en las inmediaciones de la pista auxiliar. Los dejó y se fue. Pasado un rato, salió un avión y se posicionó en la pista adonde lo alcanzó uno de los celulares azules. Desde las camionetas, tre, s personas empezaron a sacar bolsas que contenían cuerpos y a cargarlos en el avión. Eduardo Bravo y sus compañeros asistieron a toda la carga, que fue finalmente de aproximadamente diez cuerpos. Por esta declaración, Bravo volvió a ser llamado. En su ampliación, contó que pudo reconocer que había cuerpos por la forma de las bolsas, como así también por el modo en que las agarraban. “Quienes subían las bolsas eran oficiales o suboficiales.” No eran de ahí. Llegaban en los Unimog. Los Unimog podían cargar cerca de diez personas. Cuando vio esto, el avión no estaba en la pista central, sino en la auxiliar, que tenía árboles a uno de sus lados. “Desea agregar, dice su testimonio, que los camiones que transportaban a los cuerpos, cada vez que llegaban al lugar, lo hacían muy rápido, a una velocidad altísima.”
Roberto Loeiro también habló de estas bolsas. Estuvo entre marzo y noviembre de 1977. Luego de la instrucción, lo designaron dragoneante o cabo de reserva, por eso relevaba a los soldados de guardias. “Por el mes de septiembre del año 1977, recibió un llamado de un capitán que le dijo que a las dos de la madrugada llegaría por el puesto de ingreso a la pista número uno, que era una barrera, un furgón de color azul marca Dodge, con la caja trasera metálica, pero de tipo funerario. El capitán le dijo que lo dejara pasar a la pista. Cuando llegó el momento, el furgón se acercó a la pista a encontrarse con el avión Fiat, de origen italiano, que estaba evidentemente a la espera del furgón debido a que tenía el portón de la bodega abierto esperando la carga. A una distancia de unos 200 metros pudo observar que del furgón sacaban bolsas como las de las morgues. No recuerda la cantidad exacta, pero era más de una. Las cargaban en el avión. Como la iluminación de los hangares estaba encendida normalmente, pudo observar todo con bastante nitidez. Estos episodios ocurrieron entre julio, septiembre y octubre. En otra llegada del furgón, en similares circunstancias, observó todo igual a lo narrado pero sin ver a persona alguna escuchó una voz masculina que gritaba: `Milicos hijos de puta`”.
Los vuelos
Los datos del Programa Verdad y Justicia confirman la existencia de los vuelos a partir del golpe de marzo de 1976, e incluso antes. El relevamiento señala que hubo diferencias entre 1976 y 1977. Que en 1976, “la ejecución de los vuelos se realizó con helicópteros (Bell UH-1H) y aviones (Twin Otter) del Ejército y (Fokker F 27) de la Fuerza Aérea. Y en 1977 en adelante se utilizaron los aviones Fiat G 222, traídos de Italia en ese año e incorporados a la flota de aeronaves del Ejército, conocido como Hércules chiquito o Herculito”.
Entre otras cosas, indican que en 1976 ya se usaba el Ketalar en las cercanías de la pista de despegue de aeronaves. Que había transportes de “carga” para llevar a los cautivos a los aviones. Entre los diferentes vehículos que trasladaban prisioneros mencionan: camiones Unimog y Mercedes 1114 del Ejército; autos Falcon; camiones frigoríficos civiles; camiones de Gendarmería Nacional, camiones celulares de la Policía Federal con personas detenidas en su interior.
Los vuelos de la muerte fueron realizados por la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea y las fuerzas de seguridad. Las denuncias existen desde temprano. Ancla (la agencia de noticias clandestinas) distribuyó un informe sobre la ESMA a fines de 1976 con datos de cuerpos aparecidos en las costas del Uruguay. El informe lo escribió Horacio Verbitsky. En el juicio ESMA declaró que para entonces creían aún que los “traslados” se harían con barcos. En marzo de 1977, la Carta a las Juntas de Rodolfo Walsh ya describe los vuelos, la sistemática y su dimensión. Luego hablaron los sobrevivientes. En 1995, el ex marino Adolfo Scilingo confesó ante Verbitsky su participación en ellos. Las Fuerzas Armadas nunca lo reconocieron. Los testimonios de los colimbas dan acceso a lo que no había hasta ahora: las escenas oscuras de la masacre.
El verdugo
Daniel Humberto Tejeda hizo el servicio militar entre 1976 y 1977 como artillero de puerta de helicóptero. Trabajó en mantenimiento, con mecánicos. Hizo guardias en el aeródromo y hangares. Habló de los aviones. El Twin Otter y un Fokker de la Fuerza Aérea. Dijo que los dos usaban la pista. Y mencionó un helicóptero: Bell UH-1H monoturbina al que le sacaban los asientos y quedaba de “carga”. Explicó que situaban al helicóptero cerca de un lugar boscoso, en los límites del batallón, cerca de la ruta 202, en referencia al centro de exterminio El Campito. Desde allí, según la reconstrucción, salía un vehículo carrier del Ejército que se acercaba hasta la pista, al encuentro de los dos aviones, y cargaban cuerpos de personas en esas aeronaves.
Raúl Escobar Fernández hizo el servicio militar entre enero de 1976 y julio 1977, también en Campo de Mayo. Era parte del grupo Apoyo de Vuelo. Cuando no cumplía guardias, hacía mantenimiento de pista, balizamiento de campaña y corte del césped. En el césped, “había montañitas de unas ampollas que eran unos frasquitos con la tapa de goma para introducir una jeringa dentro del frasco, con una leyenda que decía `Ketalar`”, indicó. “Refiere que era mucha la cantidad de estos frascos que estaban tirados, vacíos en la punta de la pista.” Supuestamente, ésa era la zona, dijo, donde se acercaba el carrier a cargar a la gente en los aviones.
Pedro Rogelio Leguizamón estuvo entre enero de 1976 y marzo de 1977. Fue encargado de conducir el camión cisterna de combustible JP1 que se utilizaba para los aviones de gran porte y helicópteros. Debía abastecer las aeronaves. Tenía guardias de 24 horas. “En muchas ocasiones –dijo–, el avión Twin Otter correteaba hasta la punta de la pista que se encontraba más cerca del penal militar de Campo de Mayo al encuentro de camiones del Ejército en los cuales había presos civiles.”
El avión llevaba una puerta de lona, y cuando preguntaban por qué era así, le decían que era para “tirar paracaidistas”. Los vuelos eran siempre de noche. Y al Twin Otter se lo conocía como El Verdugo”. En varias ocasiones, Leguizamón vio descender de los camiones personas “medio moribundas”. Los camiones venían del camino de tierra que estaba, sin dudas, hacia el penal militar. “En una oportunidad –dijo– observó que el avión Twin Otter, en uno de sus regresos, tenía en el piso coágulos de sangre.” Los camiones que llevaban a los detenidos para introducirlos en el avión eran los comunes del Ejército, los Mercedes 1114 con techo de lona.
Las jaulas
Rubén Danilo Núñez hizo el servicio militar entre febrero de 1976 y mayo de 1977, como ayudante de mecánicos del avión jet Sabreliner, para uso y traslado del teniente general Rafael Jorge Videla. Como mecánico “seguía” al avión donde quedara estacionado, es decir que debía permanecer en el aeródromo en que estuviese dicho avión (Ezeiza, Aeroparque, entre otros).
“Había en el interior del cuartel de los bomberos pertenecientes a la Policía Federal, una especie de kiosco donde podíamos adquirir alguna comida rápida o alguna bebida.” En una oportunidad, concurrió a fin de comprar bebida. Hacía frío y era antes de las doce de la noche. En ese momento, “pudo ver en primera persona lo que va a relatar: encontrándose en el interior del hangar de los bomberos, en forma repentina se apagaron las luces del playón donde se estacionaban normalmente los helicópteros, pudiendo observar que aterrizaban dos aviones Fokker de motores a hélices, pero pertenecientes a la Fuerza Aérea. (...) Uno de los bomberos le dijo: ‘Andate, porque algo va a pasar’. En forma inmediata se retiró del lugar velozmente, aprovechando la oscuridad provocada por el corte, cuando observó que por lo menos uno de los aviones, o sea el primero que descendió, comenzó a abrir el portón de la parte trasera de la nave, como para ser cargado algo en la bodega, pudiendo observar cómo camiones del Ejército se acercaban al encuentro del avión para cargar unas cajas tipo jaulas de madera. Que esa tarea de descarga la llevaban a cabo personal del Ejército vestidos con uniformes verdes, pero es opinión de quien declara que no eran soldados conscriptos, sino suboficiales. Interrogado para que diga qué había dentro de las jaulas de madera que menciona, contestó que había unos bultos que al parecer tenían cuerpos humanos en su interior. Los cajones se balanceaban, pero no se escuchaban voz, ni gritos, ni queja alguna en su interior, por lo que no está en condiciones de manifestar si lo que estaba siendo cargado en el avión eran personas que estaban con vida o no. En realidad, tampoco puede afirmar con certeza absoluta que el contenido de las jaulas fueran personas. Solamente observó un cajón, pero infiere que habría más debido a que eran dos aviones y por lo menos dos camiones del Ejército. Al día siguiente los formaron a todos los soldados y se presentó un capitán. Era muy raro que un capitán se presentara directamente a la tropa. Los interrogó, cargándolos, sobre si alguien había escuchado algo o visto a algún monstruo. Ningún soldado emitió palabra alguna.”
Vuelos fantasma
Juan Domingo Giménez estuvo entre febrero de 1976 y agosto de 1977, como artillero de helicóptero, en la guardia, enfermería del batallón y finalmente pasó a la torre de control de los hangares donde recibía los partes meteorológicos. Su testimonio comienza a marcar diferencias entre 1976 y 1977.
“Recuerda que había un avión al que se lo llamaba Herculito debido a su semejanza con el original, que es más grande.” Giménez cumplía servicios semanales. Solía hacer guardias, pero cuando despegaba ese avión, lo hacían bajar de la torre de control “para que no viera nada”. De lo contrario, sabía, podían mandarlo al penal militar. Estos vuelos, explicó, podían ser de mañana temprano o de noche, indistintamente. El despegue se hacía sin aviso previo y el personal que cumplía funciones allí estaba muy controlado. A esos vuelos se los denominó “vuelos fantasmas”. En la torre de control tenían una planilla de vuelos en la que figuraban los planes de vuelo, pero nunca se sabía los destinos de esos vuelos. En los registros de los oficiales tampoco aparecían los destinos. Una situación que también ocurría con el avión Twin Otter, explicó. Parte de esos despegues eran controlados por personal de Gendarmería Nacional. “A la cabecera de la pista llegaban camiones Unimog u otros, pero no ingresaban por la puerta de los proveedores, sino por otra ubicada detrás del monte con una arboleda muy espesa y se dirigían directamente a las puntas de las cabeceras de la pista, donde se hacían las cargas.”
© Escrito por Alejandra Dandan el lunes 24/03/2015 y publicado por el Diario Pägina/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


lunes, 19 de enero de 2015

Caso Milani. El Ejército seguía al soldado Ledo... De Alguna Manera...

Caso Milani: documentos prueban que el Ejército seguía al soldado Ledo.

Documentos prueban que el Ejército seguía al soldado Ledo. Foto: Télam.

Perfil publica los originales de dos facsímiles de 1975 y 1977, que demuestran que los militares tenían en la mira al joven desaparecido.

Nuevas pruebas se acumulan contra el jefe del Ejército, César Santos Milani, en la investigación judicial por la desaparición del soldado Alberto Agapito Ledo en junio de 1976, cuando realizaba el servicio militar obligatorio y estaba a las órdenes del entonces subteniente Milani. Perfil muestra por primera vez dos documentos elaborados entre 1975 y 1977.

Aunque resulte paradójico, la información ya había sido presentada a la Justicia Federal en 2010 por el entonces secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, cuando todavía Cristina Fernández de Kirchner no soñaba con promover al polémico Milani como jefe del Ejército.


El primer documento es un organigrama realizado por los oficiales de Inteligencia de la 5ª Brigada y Tercer Cuerpo de Ejército bajo el título “Frente Armado Estudiantil”. Señala en un cuadro (ver facsímil), con nombre, apellido y hasta apodo, a los estudiantes universitarios que en aquellos años participaban activamente en organizaciones de izquierda. El esquema, cuya tipografía parece de la época y su precisión asusta, identifica al estudiante “Alberto Ledo” bajo el apodo “Horario” como “Responsable Gremial y Reivindicativo”. En aquel entonces, Ledo estudiaba los primeros años de la Licenciatura en Historia en la Universidad Nacional de Tucumán. “Eso significa que cuando Ledo ingresó al Ejército Argentino ya estaba marcado”, le explicó a PERFIL el ex legislador justicialista Enrique Romero, que denunció la existencia de los documentos en la Justicia Federal. Romero sostiene que existen otros colimbas asesinados por militares y advierte que “el secretario (Eduardo Luis) Duhalde entregó al juez (Daniel) Bejas un sobre con ochenta folios con documentación de los militares de la época”.

El ex legislador tucumano se hizo conocido hace un tiempo por haber acercado información a la Justicia sobre un sitio denominado Pozo de Vargas, donde estaban enterrados cadáveres de estudiantes desaparecidos. Al comienzo, nadie le creyó. Ya se hallaron más de 12 cuerpos sepultados allí, víctimas de la última dictadura militar.

Graciela Ledo, hermana del soldado desaparecido, se reunió con él y pidió que la nueva documentación fuera incorporada al expediente que investiga qué sucedió con su hermano.
El otro documento cuyo contenido se conoce ahora es un amplio listado de casi dos páginas. Una carátula con la presentación “Lista de Revista-Batallón de Ingenieros 141 de Construcciones de La Rioja del año 1976”, donde en el margen superior se ve un sello del Ejército Argentino. Y, luego, otra página con todos los militares que prestaron servicio en esa repartición. En la mitad, Milani Cesár Santos figura con el grado de “subteniente” y  con el cargo de “oficial instructor”.  Unos renglones hacia arriba, en el quinto lugar de jerarquía, aparece Esteban Sanguinetti, el coronel retirado que habría llevado al conscripto Ledo a hacer una recorrida a la localidad tucumana de Monteros y nunca más se lo vio con vida. Sanguinetti es el jefe que le ordenó a Milani labrar el acta de deserción del conscripto Ledo.


El juez federal tucumano Daniel Bejas dictó la prisión preventiva a Sanguinetti por el soldado desaparecido. En diciembre, el fiscal federal Carlos Britos pidió citar a indagatoria a Milani por los delitos de encubrimiento y falsedad ideológica del acta de deserción. La defensa de Milani pidió su apartamiento de la investigación y esta semana se conoció que el fiscal seguirá a cargo de la causa por decisión de Alejandra Gils Carbó.

Tal como reveló el ciclo Periodismo para todos, que conduce Jorge Lanata, Milani figura en el libro Nunca más de la provincia de La Rioja como uno de los militares que participaba en los operativos de secuestro nocturnos. Allí, Alfredo Ramón Olivera lo reconoció como uno de sus captores. Lo mismo sucedió con el ex fotógrafo Plutarco Schaller, que lo reconoció estando detenido en el Hospital Vera Barros. La causa penal en esa provincia tiene el impulso de un misil sin pólvora. Hace dos años que está paralizada.


© Escrito por Rodrigo Alegre el domingo 18/01/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




jueves, 15 de mayo de 2014

Festichola verdeoliva… De Alguna Manera...

Festichola verdeoliva…


Según la información a la que pudo acceder un blog periodístico, el Ejército Argentino que comanda Milani gastará 5 millones de pesos en una fiesta que dará durante los días 30, 31 de mayo y 1 de junio. 

Dos aclaraciones previas: este editorial será seguramente uno de los más apetitosos, un comentario que con certeza suscitará apetito en la audiencia, que a mí se me haya ocurrido o que ustedes me hayan escuchado hacer al aire. La segunda aclaración es que está basado enteramente en la revelación de un blog periodístico que me inspira confianza y me parece creíble. El blog se llama “Eliminando variables” y voy a tomar, básicamente, la información que proporcionan quienes firman esta revelación: José María Stella e Ignacio Montes de Oca.

Para los días 30 y 31 de mayo y 1º de junio, el Ejército Argentino, comandado por el General César Milani organiza una festichola de costo millonario, que implica, literalmente, lo que, con muy buen criterio humorístico, los colegas denominan “tirar el cuartel por la ventana”.

César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, el híper cuestionado jefe de Estado Mayor del Ejército Argentino y hombre de la mayor confianza del grupo gobernante, desarrolló una licitación privada. Este es el corazón periodístico: la licitación 22/2014, que responde al expediente 6P14-0639/5, al que accede este blog periodístico, “Eliminando variables”., y titulado “Adquisición de productos y servicios para la semana de mayo”.

Los autores de este informe dicen haber hecho una compulsa entre proveedores de distintos tipos de servicios, que son los que el Ejército está solicitando para estos tres días de jolgorio, y llegan a la conclusión de que estos tres días no pueden costar menos de 5 millones de pesos. En realidad, el Ejército Argentino celebra su día el 29 de mayo, pero los siete renglones licitados se centran en una festichola en tres días, desde el 30 de mayo. Durante ese período de tres días, esperan recibir en el Campo Hípico Militar de la Avenida del Libertador, y del que se decía que lo iban a expropiar para hacer viviendas populares, no menos de 15.000 visitantes diarios.

Los detalles son realmente asombrosos, por no decir enervantes, en el mejor estilo de la Casa Rosada y de su maestro de ceremonias, Javier Grosman. Habrá pirotecnia, fuegos artificiales, bandas de rock, shows de tango de primerísimo nivel, cena con ostras y entre otros manjares. La cena del 30 de mayo, que tendrá como escenario el salón de usos múltiples del Regimiento de Infantería Patricios Nº 1, revela cómo encara Milani esta noche inolvidable. Esto sucede en una Argentina en la que son casi ocho millones los pobres según la propia CTA oficialista.

Habrá 1 maître general, 4 maîtres asistentes, 50 mozos, 3 chefs, 10 ayudantes y 68 personas a cargo de la cocina para una comida a la que entrarán 250 invitados.

Según aclara la circular del Ejército, con ese típico orden al que están acostumbrados los uniformados, las parejas invitadas tendrán una edad aproximada a los 50 años. Así que al llegar los invitados, que deben estar muy felices por el Día del Ejército, habrán de recibir, de algunos de los 50 mozos, panes artesanales grillados con atún, palmitos, jamón crudo, queso azul, pimientos rojos; si ese no es el gusto del invitado pueden optar por la tapenade de aceitunas negras, tomatitos disecados y rúcula; pero también hay otras opciones, porque el Ejército en ese sentido es muy amplio y pluralista: salmón ahumado, queso Philadelphia y ciboulette, shots de caprese o vitel thoneé. Ahora, si el invitado prefiere el llamado “tapeo caliente”, habrá brochettes de carne o pollo, empanaditas cortadas a cuchillo, woks de pollo y camarones o carne, con salsa teriyaki. Incluso habrá otra alternativa de comida caliente: mollejitas con salsa de verdeo.

Pero esto es apenas una muestra. Milani no se anda con chicas. Habrá una isla fría y una isla caliente. La isla fría ofrecerá fuentes de jamón cocido natural, lomito canadiense, bondiola, lajas de salmón ahumado, variedad de quesos como roquefort, provolone, pategrás, gouda, gruyere o bocconcino. Si el asistente a la fiesta de Milani tiene todavía gustos más sofisticados, habrá ostras con pulpo español, o pulpo español al pimentón, listas para ser servidas, además de una gran pata de jamón crudo serrano en cada mesa, con penca de gruyere.

También habrá alternativas de comida japonesa: el clásico sushi, rolls, makis, sashimi, niguiris; inclusive habrá frutos de mar, comida española, gran paella valenciana, comida italiana, show de pastas con ravioles de salmón en tinta de calamar, tacos mexicanos de pollo y carne, salsa tabasco o salsas no picantes.

¿Todo esto con qué se riega? Espumantes, tipo Saint Felicien - igual calidad o superior-, vinos tintos y blancos Rutini -igual calidad o superior-, todas las variedades posibles de gaseosas, y desde luego, agua mineral de la más cara. A todo esto, el comensal pasará a una de las mesas redondas cuando termine la recepción, en el SUM, donde habrá cristalería y manteles para la ocasión, y ahí los recibirán con una copa de langostinos, palta, manzana verde y palmitos con salsa golf, o bien con tartas de salmón ahumado con palta.

El general nacional y popular Milani se ha preocupado para que la gente se lave la boca, porque después de una ingestión de esta naturaleza uno queda un poco sentido: ahí habrá una copa Chrysti, que son 250 sorvettes de limón con extra brut champagne- para que el invitado esté preparado para la gran comilona. Después viene medallón de lomo a la pimienta verde con papas a la crema, o bien un medallón de lomo con hongos silvestres, milhojas de papa y ratatouille de verduras al olivo, todo esto con una gran cantidad y diversidad de panes saborizados, chips de sésamo, miñones blancos o de salvado. ¿Qué hacemos con el postre?, se dijo Milani; “bueno, vamos a darle lo que le gusta a la gente, para qué uno es un general nacional y popular”: volcán de chocolate con bocha de frutos del bosque, salsa de frutos rojos, después café, desde luego no café sólo, estamos hablando de un momento de gran prosperidad en Argentina, sino con masitas de almendra.

Ahora, si alguien, después de esta comilona se quedó con un poco de languidez, y alguna cosa extra quisiera “picar”, va a haber mesa dulce decorada, lemon pie, cheese cake, tartaletas de frutas, panqueques, selva negra, tiramisú y brownies, entre otras delicias. Finalmente, en todas las mesas, va haber Chivas Regal, whisky Scotch, antigüedad 12 y 18 años de añejamiento.

¿Es sola una comilona? No. Hay más. El general Milani ha pensado en todo y quiere que la noche sea inolvidable. Así que contrató un show de tango en vivo de primer nivel, no inferior a “Señor Tango”, con no menos de cuatro participantes, y además un espectáculo de salsa en vivo con no menos de dos parejas; habrá momento para los románticos: un saxofonista realizará dos entradas de media hora cada una para que los participantes degusten los manjares acompañados con melodías muy suaves. Una banda musical de primer nivel con no menos de seis integrantes terminará alegrando la noche hasta entrada la madrugada.

En la cancha de polo, para los días de festejo popular, un campo de 275 metros de largo y 230 de ancho, habrá un despliegue de fuegos artificiales que no les puedo detallar porque sería muy agotador pero que es imponente y no le habrá de envidiar nada a los grandes hits del maestro Grosman cuando “celebró” los 30 años de democracia, pero al servicio del poder hoy dominante. El General Milani se propone así un borrón y cuenta nueva. Quiere ser visto como el gran maestro y artífice del recambio del rostro del Ejército.

Cuando uno advierte este estilo de conducción, sumado a los antecedentes y cuestionamientos tenebrosos sobre la actuación de Milani durante la dictadura militar, piensa en otros casos. No me imagino que algo así hubiera podido concretar un hombre como Martín Balza, el primer general del Ejército Argentino que tuvo la hombría, decencia y coraje de pedir disculpas por las abominables violaciones de los derechos humanos de sus camaradas.

No es el caso de Milani. No solo no pide disculpas, no solo está imputado, sino que ahora se homenajea a sí mismo con una cuenta que pagamos todos, mientras dejemos que esta clase de gente siga haciendo este tipo de festejos abominables y vergonzosos.

© Escrito por Pepe Eliaschev el Miércoles 14/05/2014 y ubicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.