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lunes, 29 de agosto de 2016

Macri y CFK. Lo que está en juego... @dealgunamanera...

Lo que está en juego… 
Al que quiera celeste... Fiscal Marijuan. Foto: Pablo Temes

El Gobierno busca conquistar al círculo rojo, y la ex presidenta, no terminar detenida.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 28/08/2016 y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Caras largas entre los empresarios que asistieron a la reunión que el Council of the Americas organizó el miércoles pasado en el Hotel Alvear. Abundaron allí los discursos casi protocolares –lo único no protocolar fueron las marcadas exigencias en materia económica que se le expusieron al Gobierno–, los chistes fáciles y hasta algunas provocaciones. El así llamado “círculo rojo”, compuesto por empresarios y dirigentes políticos influyentes, y Mauricio Macri caminan por veredas opuestas, aunque ambos necesitan lo mismo: que el país vuelva a crecer. Sucede que, a pesar de que todos quieren creer, lo que aún reina es la desconfianza.

Un dirigente industrial percibió –al menos en la intención– “un gobierno más abierto para incluir en la mesa de diálogo más actores abocados a la tarea de cómo reactivar la producción. Acusaron recibo del estrago que causó la apertura de importaciones y admitieron otros temas que vinimos avisando desde el comienzo. “Pero aún necesitamos ver para creer”, sentenció.

Distinta fue la visión política de un personaje importante dentro de la vida legislativa: “Fue un encuentro devaluado; las exposiciones no despertaron interés, no hubo una sola definición de fondo”. “El Gobierno tiene un problema en la búsqueda de consensos –prosiguió–debería convocar a un gran acuerdo político, económico y social. Hasta ahora los resultados están plagados de medias acciones. Eso se ve en el Congreso. El mejoramiento de la Justicia, la seguridad, la ley de acceso a la información pública, la ley del arrepentido y tantas otras quedaron varadas en alguna de las dos cámaras. Hay más debate y libertad de pensamiento pero faltan acuerdos”.

En el panel de exposición de gobernadores, un hombre del interior se quejó: “Los mandatarios provinciales, tanto oficialistas como opositores, están faltos de sentido común. Ninguno marcó propuestas o resultados concretos, fueron todos discursos de autoayuda”, dijo.

Una mujer de fuerte liderazgo político apuntó alto y claro: “Hay más diálogo pero no más apertura. El PRO aparece como impoluto, te enamora, te promete, pero a la hora de tomar decisiones te dan vuelta la cara. Son un círculo muy cerrado. Por otra parte, como son una fuerza relativamente nueva, todos estábamos dispuestos a tolerar errores de índole política, pero están cometiendo errores técnicos y de gestión, de diagnóstico y de soluciones, que es en lo que supuestamente deberían destacarse por su procedencia como ejecutivos empresariales. Además, un hombre del ámbito privado paga por sus errores inmediatamente. Ninguna empresa tolera ciertas cosas. Acá esto no pasa, venimos con el ensayo a prueba y error desde el comienzo y nadie dice nada”.

“Existen círculos de decisión muy chicos, donde no entra la política. Cuando cometen los errores técnicos, salen corriendo a llamar a Emilio (Monzó) para que los salve con alguna solución política, y lo peor es que lo tienen para apagar incendios, está cada vez más acotado”.

Este es el escenario de escepticismo que en los ámbitos económicos que le son afines genera el Gobierno. Habrá que ver si se logra revertir a lo largo de la reunión de los CEOs de empresas internacionales, que se darán cita en Buenos Aires en la segunda semana de septiembre. En el mundo empresarial vernáculo se coincide con el rumbo tomado pero se critica la metodología de la gestión. El ejemplo que mejor grafica esta circunstancia es el grueso error cometido con el aumento de tarifas, que seguirá generándole al oficialismo un problema político que se verá reflejado en las concurridísimas audiencias públicas que tendrán lugar en unas pocas semanas. 

Una anécdota refleja lo mal manejado del asunto por parte del ala técnica del gabinete. A mediados de enero pasado, Alberto Fernández le envió una nota a Alfonso Prat-Gay con quien tiene una relación fluida– para advertirle sobre la necesidad de llevar adelante las audiencias públicas para evitar posteriores reclamos judiciales, tal como había sucedido en el tiempo de Cristina Fernández de Kirchner. El ministro de Hacienda y Finanzas hizo circular ese mensaje –que no fue tenido en cuenta– en el Poder Ejecutivo. Por eso, el día que se conoció el fallo de la Corte Suprema, Prat-Gay le envió un breve mensaje al ex jefe de gabinete de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, cuyo texto decía: “Hoy me acordé de vos”.

¿Y por K cómo andamos? 

Mientras tanto, en las procelosas aguas por las que navega el kirchnerismo, una filtración involuntaria de información proporcionada por el fiscal Guillermo Marijuan en una conversación privada con el equipo de producción de Luis Majul dio pie para que emprendieran una acción que tiene como objetivo apartar al fiscal de la causa. Atento a esta circunstancia, se impone la siguiente explicación: Marijuan es el titular de la Fiscalía Federal Nº 9. Si lo apartasen, la causa podría recaer en la Fiscalía Nº 8 o en la Nº 10, ambas a cargo de fiscales enrolados en Justicia Legítima, Juan Pedro Zoni en la primera y Paloma Ochoa en la última. Las denuncias, en ese caso, caerían en saco roto.

Pero jurídicamente y procesalmente esto no debería ocurrir más allá de los intentos desesperados de la ex presidenta. Un experimentado fiscal que conoce el paño aseguró: “Es obvio que van a intentar recusarlo. Pero no hay ningún motivo válido para hacerlo”. El audio de Marijuan con el mensaje a Majul fue después de que ya había tomado estado público su dictamen. No estaba adelantando nada, sólo haciéndole conocer al periodismo una consecuencia de lo que había firmado en un expediente respecto de medidas solicitadas que no estaban dentro de ningún secreto sumarial”. Hay una realidad que explica no sólo estas acciones, sino también la creciente virulencia del kirchnerismo: para Cristina Fernández de Kirchner, lo que está en juego, de ahora en más,
es su libertad.

Producción periodística: Santiago Serra.


domingo, 21 de agosto de 2016

Caras largas… @dealgunamanera...

Caras largas…

No tiene recreo, Marcos Peña. Foto: Pablo Temes

El fallo de la Corte Suprema golpeó políticamente al Gobierno y agitó las aguas dentro de Cambiemos. Mauricio Macri se reunió con parte de su mesa chica para replantear la estrategia.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 21/08/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El fallo de la Corte Suprema golpeó políticamente al Gobierno y agitó las aguas dentro de Cambiemos. Mauricio Macri se reunió con parte de su mesa chica para replantear la estrategia futura con la mira en las audiencias. En el encuentro participaron la vicepresidenta Gabriela Michetti; el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el secretario de Coordinación Administrativa y Evaluación Presupuestaria, Mario Quintana, y el secretario de Gabinete, Gustavo Lopetegui. Macri, a quien la decisión judicial malhumoró, les solicitó no perder de vista ningún detalle, y en el entorno de los presentes aseguraron que el Presidente “dio vuelta la página” sin rencores. Pero ¿qué sucedió realmente y cómo quedaron los ánimos dentro del Gobierno?

Lo primero que hay que resaltar es que, dentro del Gobierno, el fallo de la Corte significó un triunfo del ala política sobre el ala técnica. En el primer grupo se inscriben Rogelio FrigerioAlfonso Prat-GayEmilio Monzó y algunos rescatan a Quintana, de quien aseguran: “Tiene más sentido común que su par Lopetegui”. Del otro lado, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y sus asesores, Lopetegui y la Secretaría Legal y Técnica cometieron un grueso error de apreciación y manifestaron una increíble negativa a reconocer la validez de la información que provenía de fuentes de la Corte que alertaban sobre el contenido de su fallo. Marcos Peña jugó como un engranaje conciliador entre ambos grupos, intentó hacer equilibrio, pero con una tendencia a llevar agua para el molino del ala técnica. En tanto, la vicepresidenta Gabriela Michetti buscó algo similar haciendo lo propio a favor del ala política.

“La Corte interpreta realidades políticas y el ala técnica del Gobierno tenía una visión distorsionada de la realidad. No comprendieron en ningún momento que, tal como se estaban haciendo las cosas, tenían todo para perder y nada por rescatar”, aseguró una fuente de Cambiemos de peso en el Congreso. Una vez conocido el fallo, bastó con mirar algunas caras para darse cuenta del reparto entre ganadores y marginados.

Una vez más Elisa Carrió escribió un párrafo aparte y fue blanco de las críticas internas. “Ultimamente se monta sobre los resultados. Marcó posición cuando ya llovían los amparos, y encima salió a hacer alarde de ello públicamente”, se quejaron cerca del Gobierno.

En la UCR se dibujaron varias sonrisas. Pero existe dentro del partido un malestar por su actuación institucional, como conjunto: “Más allá de cuatro o cinco individualidades que marcaron la necesidad de las audiencias públicas, hubo un silencio generalizado puertas afuera”, puntualizó un legislador que conoce lo que allí está pasando. El otro ganador es, sin dudas, Ernesto Sanz. “Cuando en los comienzos planteó un gran acuerdo partidario y parlamentario junto con el PRO, lo sacaron carpiendo. Ahora desde el Gobierno están hablando de acuerdos políticos y de un pacto federal energético”, dice entre lamentos y sonrisas una fuente de la UCR que se había anticipado a los hechos.

Dentro del ala política de Cambiemos creen sin embargo que, a pesar del revés judicial, la Corte terminó salvando la ropa del Gobierno al indicarle el camino a seguir no sólo en el tema del gas sino también de los servicios de agua y electricidad. De no ser así, esto se volvería a judicializar.

Casos K

Los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques consideran a los Kirchner responsables de los delitos de defraudación contra el Estado y negociaciones incompatibles con la función pública. Pidieron al juez federal Julián Ercolini que cite a indagatoria a la ex presidenta y a otras 33 personas, entre las que están Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas José López, el empresario Lázaro Báez, Martín Báez, uno de sus hijos, y Carlos Santiago Kirchner, primo del ex presidente fallecido, quien fue subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal de la Nación.

“Hubo una matriz sistemática de corrupción que beneficiaba a empresarios amigos con la adjudicación de obra pública”, aseguraron en Comodoro Py. En este caso los fiscales pusieron la lupa en Lázaro Báez y su entorno, y en la provincia de Santa Cruz como escenario. Pero hay más. Austral Construcciones realizó obras en otros puntos del país. Pero el feudo del kirchnerato bastó para probar los casos más escandalosos. A Báez se le adjudicaron contratos con fondos públicos por más de 16 mil millones de pesos, lo que significó el 80% de las obras adjudicadas en esa provincia. Recibió 11,2% del presupuesto total, lo mismo que otras ocho provincias juntas.

Para los fiscales, los alquileres de los hoteles podrían haber sido “un retorno” pagado por Báez. Pero saben que el supuesto “retorno” es materia del caso Hotesur. Según Pollicita y Mahiques, entre 2008 y 2013 Báez aportó mediante la explotación y el alquiler del hotel Alto Calafate una cifra cercana a los cuatro millones de dólares y 12 millones de pesos a las arcas de los Kirchner.

Sin dudas, Hotesur es lo que viene y hay suficientes elementos para probar que los hoteles eran parte del circuito para blanquear dinero de la corrupción. Pero es posible ir más allá. En el entorno de la fiscalía aseguran que se está trabajando en una hipótesis que sostiene que “Lázaro es Cristina, que el empresario por sí mismo no es nadie, pero que prestó su nombre voluntariamente para generar un escudo entre la propia Cristina y las maniobras con los hoteles que le permitiría a la ex presidenta y su familia blanquear mucha más plata”. Viendo cómo se formaron las empresas y los vínculos, es probable llegar a la conclusión de que Lázaro es la pantalla.

Un detalle no menor, hasta ahora desconocido, de la mecánica empleada: la cúpula eran Néstor y Cristina, De Vido y López eran ejecutores, pero los Kirchner eran tan desconfiados y tan básicos que ponían familiares a fiscalizar que todo se cumpliera. Ese era el rol de Carlos Santiago Kirchner para que no se cortaran solos De Vido y López. El primo de Néstor era subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal de la Nación y actuaba como un veedor que controlaba que todo negocio con la obra pública terminara en Báez.

La semana terminó con el impacto del caso de corrupción que involucra a quien se venía desempeñando como director de la Aduana, Juan José Gómez Centurión. Nombrarlo fue un craso error. Echarlo, un rotundo acierto que produjo alivio dentro y fuera del Gobierno.

Producción periodística: Santiago Serra.


domingo, 31 de julio de 2016

Error de cálculo… @dealgunamanera...

Error de cálculo…

Su excelencia, Marcelo Tinelli. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno pagó por equivocar su diagnóstico de la realidad. Cara, en La Rural, y ceca, con Tinelli.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 31/07/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

"Todos caímos en la trampa de creer que con el fin del kirchnerismo, sobre todo del cristinismo con sus delirios y su prepotencia, gran parte de nuestra vida política estaba resuelta. Una versión moderna  del muerto el perro se acabó la rabia. No somos ingenuos, sabíamos que iba a ser difícil, pero confiamos en que cruzar a la vereda de lo institucional y lo políticamente racional nos abriría las puertas al mundo. Quizás fue un primer paso, pero el mundo no necesitaba de la Argentina”.

La reflexión fue realizada por un hombre del Ministerio de Economía que vive el día a día de lo que allí está ocurriendo. La fuente se queja de la trascendencia que se le ha venido dando a las internas entre funcionarios del ala económica del Gobierno y asegura que son roces normales en una gestión que se ha venido complicando. 

“Tanto (Federico) Sturzenegger como (Alfonso) Prat-Gay están haciendo lo que creen correcto y todos los que se quejan  por la falta de resultados en la llegada de inversiones deberían recordar que se peleaban por el puesto de Alfonso, pero cuando el puntero se acercaba y las chances parecían reales miraban para otro lado. Prat-Gay es la persona más capacitada para el puesto, si hay demoras en los resultados, debimos habernos preguntado antes por qué creímos en forma acrítica que el mundo vendría a invertir su dinero en un país que, al menos en los últimos cuatro años, fue un circo y una catástrofe en materia de indicadores macroeconómicos. En eso sí nos dejamos llevar por el entusiasmo”.

En la vereda de enfrente hay de todo. Críticos y operadores, pero también gente valiosa que supo advertir con cierta anticipación que el rumbo no terminaba de cerrar por errores de cálculo inicial que impidieron hacer un mejor diagnóstico del estado de la economía argentina.  

Veamos algunas de estas fallas en el diagnóstico: en primer lugar, el Gobierno subestimó la realidad. No tenía el pulso correcto de la dimensión de la catástrofe que heredó del kirchnerismo. Así, cuando se tomaron las primeras medidas y se decidió modificar el tipo de cambio, se asumió que toda la economía se estaba moviendo en base a un dólar que rondaba los $ 15 y se avanzó en ese sentido. Un industrial que conoce muy bien lo que ocurre en el interior del país recuerda haber advertido que “se debería haber utilizado un criterio más federal ya que un sector importante de la economía productiva aún giraba en torno a un dólar de $ 9”. El caso de los insumos importados es un buen ejemplo. Por eso el rebrote inflacionario fue inevitable.

En segundo lugar, el Gobierno creyó que con la salida del default comenzarían a llover los dólares. Sobre la base de esta ilusión se aventuró a utilizar todo su margen político para dar de entrada y todas juntas las malas noticias (ajuste, sinceramiento, tarifazo, etc.). Pero el colchón verde que hubiera permitido pasar el trago amargo con mejores perspectivas nunca llegó.

Los funcionarios no comprendieron que era un riesgo demasiado grande darle a la gente un baño de realidad tan brutal sin esperar a que la economía esté funcionando o, al menos, dando las primeras señales de recuperación.

En ese caso, otra hubiera sido la historia. Ese era el plan que, bajo la muletilla del bendito segundo semestre con que el Gobierno batió el parche durante la primera parte del año, finalmente nunca llegó.

En el acto de ayer en La Rural –que marcó la vuelta del jefe de Estado a ese ruedo visceralmente despreciado por el kirchnerismo–, Macri reafirmó su política de apoyo al campo.

Más allá de los aplausos que le prodigaron desde las tribunas, la realidad es que las economías regionales aún no repuntan ya que, por ejemplo, al productor de soja, al que por un lado se lo benefició con la devaluación y la baja de retenciones, se lo ahorcó con la inflación que impacta directa y fuertemente en el costo de los insumos.

En el medio de todo esto se produjo la novela entre Macri y Marcelo Tinelli. La trascendencia que la dirigencia política vernácula le viene otorgando desde hace casi dos décadas a las idas y vueltas camaleónicas que Tinelli ha hecho y hace de su popularidad y la de su uso político es algo  turbador que califica –debería decirse mejor descalifica– a esa dirigencia.

Lamentablemente, el Presidente no ha escapado a ese escenario patético

Es triste y preocupante imaginar que desde las esferas del poder se esté pendiente de lo que pase en un programa de humor.

Los problemas de la Argentina de hoy en día son la pobreza, la inflación, la recesión económica, la pérdida de fuentes de trabajo, la falta de inversiones, la inseguridad, la mala calidad de la salud pública, los déficits de la educación, la falta de infraestructura, y una larga lista de etcéteras a la que no solucionará el armisticio Macri-Tinelli.

Como decía Dario Fo: “La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos, porque la risa libera al hombre de sus miedos”.

Producción periodística: Santiago Serra.


domingo, 24 de julio de 2016

Fuego y frío... @dealgunamanera...


Fuego y frío...
Sensación dérmica, Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

Los casos de corrupción K conviven con la actual parálisis económica. En el ojo de la tormenta está el tarifazo, que ha generado ya un engorro del cual nadie sabe cómo se va a salir.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 24/07/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La intensa actividad que ahora se observa en los tribunales federales de la avenida Comodoro Py no cesa. Sin embargo, la feria judicial ha venido bien para poner algunas cosas en contexto. Hay un hecho que a esta altura es indiscutible: la situación de Cristina Fernández de Kirchner es cada vez más complicada. “No tengo miedo de ir presa”, dijo la ex presidenta en la entrevista que concedió a una serie de medios extranjeros. No ha sido casualidad. Las evidencias muestran que ya hay elementos suficientes para procesarla por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.

Hasta el momento, su talón de Aquiles lo representan dos causas: una, Hotesur; la otra, la derivada de los desmanejos de los fondos correspondientes a la obra pública, lo que se conoce como la “ruta del dinero K”. En el entorno de la fiscalía que investiga el caso Hotesur se señala que, además del trabajo vinculado a los hoteles familiares, se está a la espera de los resultados de medidas de prueba  ordenadas que tienen que ver con las obras en cuya ejecución participó Vialidad Nacional. Se sabe que allí se produjo uno de los grandes desfalcos de fondos públicos pero se está en la etapa de reconstrucción de los lazos que vinculan a la ex presidenta con Lázaro Báez. En ese ámbito se asegura que contarán con esos datos en muy poco tiempo.

Todo este devenir está generando una gran presión sobre la Justicia Federal debido a las expectativas que hoy en día la sociedad tiene con respecto a la punición de todos estos escandalosos hechos de corrupción que proliferaron a lo largo de los 12 años que duró el kirchnerato. Producto de esto es que se está diciendo con insistencia que el fiscal Gerardo Pollicita, que es quien investiga el caso Hotesur, procesará a la ex mandataria apenas retorne sus actividades tras la feria judicial.

Sin embargo, fuentes que conocen la investigación señalan que esto es inexacto y que, en ese sentido, habrá una decisión por parte del fiscal entre fines de agosto y mediados de septiembre. Pollicita suele decir a sus allegados que “recibió la causa hace dos meses y que no puede investigar en ese tiempo 12 años de kirchnerismo”. Por ello, quienes conocen la causa arriesgan que un tiempo bastante razonable para concluir todo el proceso –si es que el caso llegara a juicio oral– sería de seis meses.

En los tribunales todos apuestan primero a develar la trama de los negocios inmobiliarios. Una debilidad que la familia presidencial comparte con Lázaro Báez.

A medida que pasan los días aparecen nuevos hallazgos de los negociados en la obra pública durante la así llamada “década ganada”. El plan Más Cerca, Más Obras, Más Patria es otro ejemplo de la mecánica recaudadora vigente en el gobierno K. Para el fiscal general Germán Moldes, “lo que ha salido a la luz es apenas un 5% del total de lo robado”. Negocios con fondos públicos que podrían dejar al descubierto más de una década de corrupción.

Oxígeno.

Todos estos hechos que desnudan la trama de corrupción del kirchnerato le han dado un resuello al Gobierno, que pena por la morosidad que exhibe la economía en recuperar el nivel de actividad que genere el trabajo y el bienestar que hoy faltan en muchos sectores de la sociedad. A la espera de los resultados que pueda traer el blanqueo, la impaciencia se adueñó de varios funcionarios del gobierno nacional. Sus críticos los llaman los Ni, Ni, Ni (ni bajaron la inflación, ni lograron que llegaran las inversiones, ni consiguieron que se reactivara la economía).

“Por desconocimiento del ritmo de la función pública, han dilapidado el prestigio del equipo de CEOs de las grandes empresas. En una empresa un grupo de gente capaz puede, con precisión quirúrgica, encaminar la situación. El Estado es otra cosa. Se están encontrando con que para remover o designar a un secretario hay que desandar el camino de una burocracia que los desespera. Encima, hay que sumarle a eso cosas que no se previeron”. El que habla es un asesor externo que no puede ocultar su preocupación.

En el ojo de la tormenta está el tarifazo, que ha generado ya un engorro del cual nadie sabe cómo se va a salir. Hasta hace unos días, en el entorno del Presidente se daba por hecho que la Justicia fallaría a favor del Gobierno. Hoy, esa seguridad tambalea. Tiene razón Macri cuando describe la calamitosa situación que en materia de provisión de energía heredó del anterior gobierno. Lo que no ha sido correcta es la solución. Pensar que doce años de descalabro se pueden arreglar en seis meses con un aumento brutal escapa a toda lógica. Mucha gente directamente no puede pagarlo.

Junto con esto, la administración Macri se encuentra con un proceso inflacionario alto y una caída de la actividad económica que han derivado en un proceso de recesión. Hay una circunstancia que al Presidente lo ha decepcionado: la actitud de importantes sectores empresariales que, durante la campaña se le acercaron con promesas de inversiones que, hasta ahora, han quedado sólo en eso.

Muchos de ellos, que participaron de una exclusiva reunión que se llevó a cabo hace unos días, hacen una evaluación crítica de la forma de gestión adoptada por el Gobierno. En ese encuentro se coincidió en elogiar el rumbo económico pero se habló de los inconvenientes que genera la fragmentación del Ministerio de Economía, lo que le impide a Alfonso Prat-Gay poner en práctica un plan integral. Sus diferencias con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, generan un creciente ruido dentro del gabinete.

El año terminará con una tasa de inflación que rondará el 40%, cifra sensiblemente superior al 25% pronosticado desde el oficialismo al comienzo de su gestión. El retraso de la reactivación económica complica el presente de la gente y el futuro político del Gobierno que necesita tener una buena performance en las elecciones legislativas del año próximo. De ese resultado dependerán muchas de las inversiones que se prometen. Por eso, la gran apuesta del momento es el blanqueo de capitales que le aporten al país los fondos que hoy no tiene.

Ante este panorama, Mauricio Macri decidió salir a los medios con tres entrevistas que han aportado poco. Es verdad que el Gobierno comunica mal, pero ni la raíz de los problemas que enfrenta la economía argentina ni sus soluciones están atadas a esa instancia.

Producción periodística: Santiago Serra.