domingo, 4 de abril de 2021

Frases célebres de Bertolt Brecht... @dealgunamaneraok...

Frases célebres de Bertolt Brecht...

Bertolt Brecht (1898 - 1956), nacido como Eugen Berthold Friedrich Brecht), fue un dramaturgo y poeta alemán y creó el llamado teatro épico. Se le considera uno de los literatos más creativos y brillantes del siglo XX. 


© Escrito el viernes 02/04/2021 por Xavier Molina (*) y publicado por la página Psicología y Mente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Movido por un ansia de diferenciación individual, el joven Bertolt Brecht decidió ir a contracorriente de una sociedad acomodada y con demasiados convencionalismos. Aunque se matriculó en la facultad de medicina, pronto abandonaría sus estudios y se dedicaría a escribir y dirigir obras de teatro.

Frases célebres de Bertolt Brecht 

Comunista y defensor de la lucha de clases, Bertolt Brecht fue un intelectual apasionado en su tiempo, hasta el punto en que fue perseguido por Hitler y tuvo que exiliarse en distintos países europeos. 

En el artículo de hoy vamos a conocer de cerca la figura de este importante pensador y dramaturgo alemán a través de las 20 mejores frases de Bertolt Brecht. 

1. El regalo más grande que le puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida.

Sus preceptos morales quedan resumidos en esta cita célebre. 

2. Primero va el comer, luego va la moral. 

De nada sirve la política si no están solventadas algunas cuestiones básicas. 

3. El arte, cuando es bueno, es siempre entretenimiento.

Reflexión sobre el arte y su capacidad para emocionarnos. 

4. Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia.

Irónica frase acerca de la opacidad y la arbitrariedad de la justicia. 

5. ¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno?

Comunista y fiel a sus principios, consideraba el sistema capitalista como el causante de ciertos males y escaseces de su nación. 

6. Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.

Las mentiras y la doble cara no puede perdurar en el tiempo. 

7. Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres.

Quienes organizan las guerras siempre salen beneficiados tras los conflictos. 

8. El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.

Reflexión sobre el arte y su función social y cultural. 

9. La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer.

Una de las frases de Bertolt Brecht más célebres y recordadas, sobre el paso del tiempo y la incipiente eclosión de un nuevo orden mundial. 

10. La historia ama las paradojas.

Extracto de una de sus misivas. 

11. Esos que pretenden, para reformarnos, vencer nuestro instinto criminal, que nos den primero de comer. De moral hablaremos después. Esos que no se olvidan de cuidar nuestra formación, sin que por ello dejen de engordar, escuchen esto: por más que le den vueltas, primero es comer, y después de hartos ¡venga la moral!

Un alegato en contra de las élites dominantes. 

12. La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen.

Fantástica reflexión sobre el entorno natural. 

13. Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño.

Acerca de la ignorancia imperante en su época. 

14. Los demócratas burgueses condenan con énfasis los métodos bárbaros de sus vecinos, y sus acusaciones impresionan tanto a sus auditorios que éstos olvidan que tales métodos se practican también en sus propios países.

Crítica al pensamiento burgués.

15. Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo.

No vale de nada estar solo en contra del aspecto superficial que causa la desigualdad. 

16. Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.

Una de las frases de Bertolt Brecht más memorables, sobre el esfuerzo incesante de los hombres buenos. 

17. Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo cómo era su casa.

Metáfora para reflexionar sobre el ejemplo que damos a los demás. 

18. Ciertos países logran todavía conservar sus formas de propiedad gracias a medios menos violentos que otros. Sin embargo, los monopolios capitalistas originan por doquier condiciones bárbaras en las fábricas, en las minas y en los campos. Pero mientras que las democracias burguesas garantizan a los capitalistas, sin recurso a la violencia, la posesión de los medios de producción, la barbarie se reconoce en que los monopolios sólo pueden ser defendidos por la violencia declarada.

Pensamiento de corte sociológico para comprender la economía de mercado y la creación de oligopolios a través del monopolio de la violencia que representa el Estado. 

19. Señores, no estén tan contentos con la derrota de Hitler. Porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al bastardo, la puta que lo parió está de nuevo en celo.

La sombra del dictador fue alargada. 

20. En los tiempos sombríos, ¿se cantará también? También se cantará sobre los tiempos sombríos.

Dudas que nacen de sus días tristes en pleno surgimiento del III Reich.


(*) Psicólogo social, Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Máster en terapia cognitivo-conductual. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Posgrado en Intervención psicosocial. Máster en Actividad Física y Salud por la UB. 




sábado, 3 de abril de 2021

Los malditos de nuestra historia… @dealgunamaneraok...

Los malditos de nuestra historia… 


Cuando está retomando la carga y se le suma la mutación viral de la pandemia, sus malas noticias son un cerco de peligro de nuestra geografía. 

© Escrito por Carlos Leyba el viernes 02/04/2021 y publicado por Diario El Economista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

La pobreza marca un récord que concentra indigencia en el conurbano, el territorio de miserables disputas políticas y de las mayores consecuencias nacionales.

 

El Departamento de Estado de EE.UU. informa, en voz alta al mundo, los elevados niveles nacionales de corrupción en el poder (político, judicial, seguridad) y la consagración de la impunidad que no distingue colores políticos ni tramos de la historia o categorías criminales.

 

Lo sabemos. Lo sufrimos. Todo ese agobio, incluye como doctrina, la justificación de la abolición de la pena, presuntamente “progre”, que logró imponer Raúl Zaffaroni, el juez al que ascendió la Dictadura y cuyo estatuto juró. Estamos tapados de contradicciones.

 

Estamos lejos de “estar bien”.

 

Pandemia, pobreza y un sistema de Justicia doloroso forman un triángulo de las Bermudas del que nos debemos alejar. No es lo único. Pero es lo que nos coloca en frente la noticia de la realidad.

 

No estamos bien porque la cuestión sanitaria nos encuentra relativamente indefensos. No es consuelo que no estemos más indefensos que lo que lo están lugares prósperos del planeta.

 

No estamos bien porque la cuestión social nos tiene acorralados y  en un lugar complejo en términos planetarios: abundancia en producción de alimentos y una ingeniería social perversa que hace difícil lograr la alimentación saludable de más de la mitad de los más pequeños de nuestros niños.

 

No estamos bien y sin seguridad que, en esta vida, la Justicia llegará a los extremos que nos asolan.

 

No llegará al motochorro que mata por una cartera flaca del suburbio. Y tampoco a las altas esferas de las que hablamos todos los días y de otras de las que hablamos poco. Con precisión quirúrgica, José Claudio Escribano, en reportaje de Carlos Pagni, a raíz de un comentario sobre Mauricio Macri, más o menos dijo que Macri era hijo de la corrupción estructural. Esa de la que en esta columna hemos hablado hasta el hartazgo: la nueva oligarquía de los concesionarios, los nuevos ricos que se apoderan de recursos de la comunidad para montar fortunas escandalosas y exhibicionistas, al tiempo que la pobreza se acelera.

 

Dinero a base de secretos de alfombras, generado sin olor ni de sudor industrioso ni de bosta rural.

 

Nombre y apellido de escandalosas fortunas de los últimos 30 años cuando estalló la pobreza.

 

Las viejas fortunas de la tierra y de la industria, se hicieron en la prosperidad del país y no como estas surgidas de la nada en las décadas de la decadencia.

 

¿Cómo? Deberíamos tenerlo en cuenta.

 

No estamos bien. Pero, acaso, ¿vamos bien?

 

La respuesta, como diría Julio Argentino Cobos, “no es positiva”. Cobos no fue, vaya paradoja, el único vicepresidente que le torció el brazo al Presidente.

 

El voto de Cobos fue un veto que inclinó la balanza de la historia y evitó una catástrofe a la que ciega, respecto de la realidad social, nos dirigía Cristina Kirchner alentada (¡que notable!) por el hoy opositor Martín Lousteau. 

Una lección que alguien debería imitar en los días que corren. Vetar el desbarranco. 

En nuestra Argentina hay impunidad ante la propia historia. Una deriva del galimatías que genera la capacidad idiomática del castellano en el que “ser” es distinto del “estar”. 

Digresión: algunos políticos dicen “ser” de un espacio (ahora así se llama) y se permiten “estar” en el espacio contrario. Ir y venir.  Alberto, ¡cuánta confusión! Alguna política no se preocupa por la coherencia del “ser” sino por las mieles del “estar”. Eso también enferma a la sociedad. 

Volvamos. 

La peste es una desgraciada importada. Casi nadie pudo evitarla. 

A pesar de las muchas fallas que cometimos, no la hemos enfrentado tan mal. 

Una reflexión de Semana Santa podría obrar el milagro que todos los que algo tienen que decir acerca de esto, puedan dialogar acerca de los modos de “tratar” y morigerar los efectos de la pandemia. 

Conversaciones apacibles sobre la mucha opinión fundada sobre tratamientos sólidos posibles, hasta que la vacuna genere esa inmunidad de rebaño que sería el principio del retorno a la normalidad. 

¿Serán también posibles conversaciones apacibles acerca de la solución de los males que nosotros hemos generado? ¿Acerca de la marea de pobreza o la tragedia de la impunidad (toda la impunidad) que ha mutilado los brazos de la Justicia? 

Ninguno de estos dos males gravísimos son la consecuencia de una invasión externa. Son consecuencia inexorable de nuestras decisiones políticas. Entonces, ¿Qué deberíamos cambiar? 

Pero mientras que, para la búsqueda de la inmunidad de rebaño, hay un consenso dominante que apuesta a las vacunas con el proviso de no abandonar sine die los cuidados y el distanciamiento social; para esos otros males, que, aclaremos, no son los únicos que nos hacen “estar mal”, no existe ni remotamente por ahora la posibilidad de un consenso y ni siquiera la disposición al diálogo verdadero. ¿Nada nos conmueve ante la inmensidad de las consecuencias nefastas posibles? 

No visualizamos propuestas para transitar, con alguna certeza, una vía que nos lleve a buen puerto. Un puerto en el que todos podamos embarcarnos sin exclusiones.

La renuncia de Marcela Losardo fue la manifestación de la renuncia de Alberto Fernández a sostener una mirada distinta sobre la Justicia a la de Cristina Kirchner o el Instituto Patria. 

Cristina procura obtener cambios en el sistema o en las personas, que permitan la definición de su inocencia en todas las causas en la que la Justicia la persigue desde que ella ejercía la presidencia. En aquél entonces se iniciaron los procesos, se realizaron las denuncias y acumularon las pruebas. 

Las decisiones dependen de la virtud de los jueces. La virtud se alimenta de imparcialidad y capacidad de resistir a las presiones ajenas a las pruebas. 

Claro que si los jueces son mis abogados o mis correligionarios, la imparcialidad no está garantizada. Y si quienes deben juzgar esas decisiones judiciales, a su vez, tienen posición tomada, la resistencia será de corta duración. 

El Instituto Patria aspira a instalar una Justicia que procura el abolicionismo tanto para el motochorro como para, en la práctica, el mega chorro. 

El fundamento ideológico es que el capitalismo es insanablemente inmoral y debe ser “saqueado” por arriba y por abajo, para poder ser vencido. 

Néstor sostenía de manera transparente que era necesaria una nueva “burguesía rica y progresista”. Los métodos para lograrlo pasaban por apropiarse, sin costo, de recursos abundantes. Así surgieron los Eskenazi comprando YPF, con utilidades de YPF y los planes de la AFIP para garantizar el flujo de dinero gratuito para acumular capitales “liberadores”. Eso ocurrió gracias a Néstor. 

Siempre hay “otro lado de la luna”, aquel que creemos o queremos, no ver. 

Por ejemplo la inseguridad es la contra cara de la ausencia de Justicia. Toda la cuestión de la Justicia es parte del dilema de la “inseguridad” y es consecuencia de la “debilidad del Estado”. 

Esa “debilidad” que nos enferma, es consecuencia de la ausencia de un “consenso de Nación”. 

La ausencia de un nosotros común, es lo que construye a “los otros” como el enemigo necesario. 

Sin Nación, sin idea de trayectoria común, no hay Estado. Puede haber gobierno, una manda transitoria. 

Sin Estado, o Estado débil, el gobierno transcurre a la defensiva. El gobierno como combate es al que, en combate, se le procura su reemplazo. 

Toda la cuestión de la Justicia, el mensaje en alta voz del Departamento de Estado, no dice nada nuevo. 

Es la consecuencia de la debilidad del Estado que es la deriva de la ausencia de Nación. Nada más difícil de resolver. 

Porque en la lógica del problema, que ausenta la solución, está la aniquilación del adversario. La supresión de la alternativa. ¿En eso estamos? ¿Somos conscientes? 

Toda la temática de la inseguridad y de la justicia, es la contra cara de esa debilidad de la existencia del Estado y de la ausencia de Nación. 

Detrás de la pobreza que nos consume, la exclusión activa de una manera de vivir que reconocemos como propia, está el proceso siniestro de concentración de las últimas décadas, construido sin producción y sólo con apropiación, que no es lo mismo. 

La exclusión  de más de la mitad de los niños y casi la mitad de los argentinos, es hija de la debilidad del Estado y de la cooptación saqueadora de los gobiernos y sus políticas. 

¿Cómo procurar el bien común presente y de largo plazo, con un Estado existencialmente débil? 

La pobreza no ocurrió de golpe. El proceso se arrastra desde hace más de cuatro décadas. Partimos de 800.000 pobres, el 4% de la población. La acumulación sistemática la llevó a casi 20 millones. Y 42% de la población. 

No nos llegó de golpe.  Fue una enfermedad silenciada que se acumuló sin pausa, al mismo tiempo que se generaban fortunas súbitas del estancamiento mediante el saqueo del Estado, como señaló Escribano. 

Esa concentración responde a un pensamiento que procura demostrar que el modelo económico que había logrado incluir al 96% de los argentinos estaba equivocado. 

Aquel modelo había comenzado, con los conservadores, como respuesta a la inviabilidad de la especialización en las materias primas para financiar el crecimiento. Un modelo cuyo éxito quedó demostrado en 30 años de Estado de Bienestar con crecimiento económico, diversificación productiva e inclusión social. 

Primero, con las armas, lo atacaron los guerrilleros que querían instaurar el socialismo y, en la práctica, lo liquidó la Dictadura con el pretexto de terminar con la guerrilla. Se instaló el Estado de Malestar en el que la pobreza y el extravío de la Justicia son consecuencias. 

Sembraron la muerte, el estancamiento y la exclusión, al tiempo que se formaban condiciones para forjar fortunas súbitas en la decadencia colectiva. 

La pandemia agrava las cosas, pero si no empezamos a resolver la pobreza y la justicia, seremos parte de las generaciones que perdieron una Nación de progreso heredada de los mayores. Seremos los malditos de la historia.


 

Cocinando con el Profesor ©apomasi... Grandes recetas con Papas... @dealgunamaneraok...

 Grandes recetas con Papas…


Para disfrutar de la mejor gastronomía hoy aprendemos a cocinar diez recetas con papas.


Se empezó a cultivar en Sudamérica hace unos 8.000 años y hoy es uno de los alimentos más consumidos del planeta. Hay miles de variedades —especialmente en el Altiplano—, pero en la Argentina y en la mayoría de los países, no sabemos mucho de ellas. El Solanum tuberosum, o sea la papa, es de los productos más nobles y en muchos casos de los más baratos, con lo que su uso extendido no sabe de fronteras físicas ni sociales. Acá, una pequeña vuelta al mundo en 10 recetas:

Papas Hasselback (Suecia)

Rellenas, al horno y con forma de bandoneón, también pueden llevar otros ingredientes como jamón, panceta, queso en fetas, cebollas, etc.


Ingredientes (para 4 porciones): 4 papas grandes, 2 cucharadas de manteca, sal y pimienta, 2 cucharadas de queso rallado, 1 cucharada de pan rallado.

Preparación: Lavar bien las papas (también se pueden hacer peladas, para lo cual hay que mantenerlas en agua fría hasta el momento de hornearlas). Cortar en rodajas de no más de 5 milímetros y sin llegar a cortarlas del todo (se puede insertar un palito de brochette en la parte inferior para que funcione como tope al cortar). Colocar las papas en una asadera o fuente de horno con los cortes hacia arriba, rociar con la mitad de la manteca, previamente derretida, y salpimentar. Cocinar en horno fuerte durante 30/35 minutos. Retirar, agregar el resto de la manteca derretida, el queso y el pan rallado. Llevar nuevamente al horno por unos 15/20 minutos más o hasta que las papas estén bien doradas.

 

Sopa de papas (México)


Una riquísima receta de papas cocidas en caldo de tomate (jitomate, como lo llaman los mexicanos).


Ingredientes (para 4 porciones): 3 tomates maduros, ½ cebolla, 1 diente de ajo, 1 caldito de pollo y 2 tazas de agua (o 2 tazas de caldo de pollo), 3 papas medianas, especias a elección, sal.

Preparación: Para el caldo, asar los tomates, la cebolla y el ajo. Licuar todo con el caldo de pollo. Salar y reservar. Lavar bien las papas y cortar en tiras, como para papas fritas pero sin pelar. Calentar el caldo de tomate en una olla hasta que rompa el hervor. Bajar el fuego, agregar las papas y un litro de agua caliente y condimentar. Cocinar a fuego lento unos 20/25 minutos o hasta que las papas estén cocidas. En México se la suele servir con queso Panela (un tipo de queso fresco), trozos de palta y tortillas o nachos de maíz. 

 

Rösti (Suiza)


La más simple y una de las más deliciosas recetas con papa.

Ingredientes (para 4 porciones): 2 papas grandes, manteca, aceite, sal y pimienta.

Preparación: Hervir las papas con cáscara durante cinco minutos. Dejar enfriar. Pelar y rallar las papas. Salpimentar. Colocar un poco de manteca y aceite en una sartén, aplastando las papas hasta formar una tortilla. Cocinar 6/8 minutos de cada lado. También se pueden hacer pequeñas tortillas (similares a los Latkes) e incluso grillar las papas en una sartén antiadherente humedecida con rocío vegetal.

 

Kartoffelsalat (Alemania)


Una ensalada de papas bastante diferente a la que se consume por estos pagos.

Ingredientes (para 4 porciones): 6 papas medianas, ½ cebolla mediana, 2 cucharaditas de mostaza de Dijon, 4 a 6 cucharadas de vinagre de manzana, ½ taza de aceite, ¼ litro de caldo de pollo o de vegetales, sal y pimienta, perejil o ciboulette fresco.

Preparación: Lavar las papas y cocinarlas con cáscara en abundante agua con sal. Dejar enfriar. Pelarlas y cortarlas en rodajas finas. Para la vinagreta, calentar el caldo hasta que rompa el hervor. Apagar el fuego y agregar la cebolla finamente picada. Incorporar la mostaza y el vinagre y salpimentar. Verter la vinagreta de a poco sobre las papas, permitiendo que vayan absorbiendo el líquido. Rociar con aceite. Dejar reposar antes de servir. Adornar con perejil o ciboulette. Se puede comer tibia, a temperatura ambiente o fría.

 

Vichyssoise (Francia)


Deliciosa y clásica sopa fría, bien cremosa, para los días primaverales que ya están asomando.


Ingredientes (para 4/6 porciones): 8 puerros (solo la parte blanca), 2 papas medianas, 2 cebollas de verdeo, ½ litro de caldo de pollo, ½ litro de crema de leche semimontada, 50 g de manteca, sal, pimienta, nuez moscada, perejil.

Preparación: Rehogar durante cinco minutos en manteca los puerros y las cebollas de verdeo finamente picados, evitando que se doren. Agregar las papas cortadas en pequeños cubos y cocinar durante dos minutos sin dejar de revolver. Añadir el caldo caliente hasta que rompa el hervor. Bajar el fuego al mínimo y cocinar durante media hora o hasta que los vegetales estén blandos. Dejar entibiar. Licuar la preparación y volver a colocarla en la cacerola junto con la crema, sal, pimienta y nuez moscada. Cocinar durante cinco minutos y verterla en un bol. Dejar enfriar, luego cubrir el recipiente y llevar a la heladera durante varias horas, hasta que esté bien fría. Servir con cebolla de verdeo o perejil picados y una cucharada de crema montada espesa.

 

Tortilla de papas (España)


Clásico de clásicos, se dice que hay tantas recetas de tortilla como españoles y todos sus descendientes. En este caso, la tradicional del chef Karlos Arguiñano.


Ingredientes (para 4 porciones): 750 g de papas, 1-2 cebollas, 1 ají verde, 6 huevos, aceite de oliva virgen extra, sal.


Preparación: Pelar las papas y cortarlas en trocitos desiguales o en daditos. Sazonar y freír en una sartén con abundante aceite. Agregar la cebolla y el ají finamente picados. Mezclar bien y cocinar hasta que esté todo bien dorado. Retirar y escurrir el aceite. Batir los huevos, agregar la mezcla de papas, cebolla y ají y mezclar bien. Colocar un poco de aceite en la sartén y verter la mezcla. Cocinar primero a fuego vivo y después un poco más suave hasta que se cuaje el huevo por la parte de abajo. Darla vuelta para que se haga por el otro lado y servir enseguida. Para que la tortilla quede más jugosa se puede agregar un chorrito de leche al batir los huevos.

 

Causa de pollo (Perú)


Una entrada tradicional de la cocina peruana, cuyo relleno también puede ser de atún, langostinos, etc.


Ingredientes (para 8 porciones): 1,5 kg de papas amarillas, 100 cc de aceite, jugo de 3 limones, 1 ají amarillo procesado o licuado, 1 pechuga de pollo, 1 lata de arvejas o de choclo, 100 g de mayonesa, 4 huevos, aceitunas verdes y negras, 2 tomates, hojas de lechuga, sal.


Preparación: Hacer un puré bien liso y dejar enfriar. Cocinar la pechuga de pollo y reservar. Un vez frío el puré, agregar sal, el jugo de limón, el ají y el aceite, hasta lograr una masa suave y uniforme. Se puede armar la Causa en un recipiente, en moldes individuales o darle forma de arrollado y luego cortarlo en porciones. En cualquier caso, lleva una parte de la masa de papa, el relleno de pollo con mayonesa y vegetales y otra capa de masa. Acompañar y decorar con los huevos, las aceitunas, el tomate y la lechuga.

 

Pizza de papas (Italia)


Una variante pizzera que casi no se hace en la Argentina. En este caso, la papa como cobertura de la pizza. También hay una masa para pizza que se hace con puré de papas.


Ingredientes (para la cubierta de una pizza grande): 3 cucharadas de manteca, 1 cucharadita de tomillo fresco, 1 cucharada de cebolla de verdeo, 1½ cucharadas de ajo, 1 cucharadita de jugo de limón, ½ cucharadita de caldo deshidratado, 120 g de papas, 1 cucharada de aceite de oliva, 1 cucharada de romero fresco, ½ cucharadita de sal, 1 cucharadita de orégano, 120 g de mozzarella, sal y pimienta.


Preparación: Derretir 2 cucharadas de manteca y mezclar con las cebollitas de verdeo y 1 cucharada de ajo picado. Cocinar 5 minutos y agregar 1 pizca de sal, pimienta y el caldo deshidratado. Retirar del fuego, agregar el resto de la manteca, mezclar y reservar. Cocinar en el horno durante 20/25 minutos las papas con romero, orégano, sal y pimienta. Hornear a blanco la pizza durante 5 minutos a horno fuerte. Untarle la manteca con hierbas, agregar la mozzarella y las papas. Cocinar durante unos 10 minutos.

 

Shepperd’s pie (Gran Bretaña)


Parecido a nuestro Pastel de papas, pero con carne de cordero. Cuando se lo hace con carne vacuna se llama Cottage pie.


Ingredientes (para cuatro porciones): 500 g de carne picada de cordero, 1 cebolla grande, 1 zanahoria grande, 4 dientes de ajo, 2 cucharadas de salsa Worcestershire (aquí se la consigue como salsa inglesa), 1 tomate, 1 puñado de hojas frescas de tomillo, 1 ramita de romero fresco, 250 cc de vino tinto, 250 cc de caldo de pollo, 1 kg de papas, 80 g de manteca, 2 yemas de huevo, 4 o 5 cucharadas de leche, queso Parmesano rallado, aceite, sal y pimienta negra.


Preparación: Cocinar las papas en agua y sal. Dejar enfriar. Rehogar la cebolla, la zanahoria y los ajos finamente picados. Agregar la carne picada y mezclar bien para que se integre y cocine de forma pareja. Incorporar el tomate pelado y rallado (puede ser de lata), la salsa inglesa y las hierbas. Salpimentar. Finalmente, incorporar el vino y el caldo. Cocinar hasta que quede una preparación espesa, sin líquidos. Dejar enfriar. Preparar un puré bien liso con las papas pisadas, las yemas, la leche, sal y pimienta. Colocar la carne ya fría en el fondo de una asadera y por encima el puré también frío. Espolvorear con abundante queso rallado y cocinar a horno fuerte durante unos 20 minutos o hasta que la superficie se vea bien dorada.

 

Cinnamon rolls (Estados Unidos)


Estos rollos de canela ideales para golosos no tendrían nada que ver con las papas si no fuera porque la masa de esta receta tradicional lleva… puré de papas.


Ingredientes (para 12 porciones): para la esponja, 100 g de harina 0000, ½ taza de leche, 30 g de levadura fresca; para la masa, 200 g de puré de papas, ½ taza de leche, 120 g de azúcar, 5 g de sal, 70 g de manteca, 1 huevo, 400 g de harina 0000, ralladura de un limón o esencia de vainilla; para el relleno, 160 g de azúcar, 10 g de canela, 100 g de manteca; para la cobertura, 60 g de manteca, 200 g de azúcar impalpable, 1 cucharadita de esencia de vainilla, ¼ de cucharadita de esencia de almendra, ¼ taza de crema, 50 g de nueces.


Preparación: Para la esponja, mezclar todos los ingredientes y dejar levar hasta que duplique su volumen. Sumar a la esponja los ingredientes de la masa y amasar hasta conseguir una masa lisa y blanda. Reservar al menos una hora en la heladera. En una superficie enharinada, estirar la masa en forma de rectángulo. Pincelar con manteca pomada y espolvorear con azúcar y canela. Hacer un rollo grande y cortar rodajas iguales. Distribuir los rolls “acostados” en un molde enmantecado. Tapar y dejar levar hasta que dupliquen su volumen. Mientras, preparar el glaseado. Hornear los rolls por 20/25 minutos, agregando por encima el glaseado durante los últimos 5 minutos.

                                                                    


 © Oscar Finkelstein