jueves, 8 de marzo de 2018

Murio Reynaldo Bignone: el último de los dictadores jamás confesó sus pecados… @dealgunamanera...

Reynaldo Bignone: el último de los dictadores jamás confesó sus pecados…

Reynaldo Bignone (1928-2018) Foto: AP/DPA/NA

Represor “apacible”, defendió hasta la muerte las atrocidades de la última Dictadura militar y amnistió a sus camaradas. Su historia.

Reynaldo Benito Bignone fue el último dictador de la historia argentina y el heredero de una saga militar responsable de asesinatos, torturas y desapariciones de unos 30.000 argentinos desaparecidos. El exgeneral del Ejército gobernó el país durante al final de la dictadura, tras la Guerra de Malvinas, y fue declarado culpable del secuestro de bebés y el asesinato de docenas de opositores. Pero jamás confesó sus crímenes.

© Publicado el miércoles 07/03/2018 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Nacido en Morón en 1928, Bignone murió este 7 de marzo en el Hospital Militar de Buenos Aires a los 89 años. Al momento de su muerte, cumplía múltiples cadenas perpetuas por abusos contra los derechos humanos derivados de su participación en la "guerra sucia" de 1973 a 1983. Falleció días después de otro general retirado, Luciano Benjamín Menéndez, quien recibió 14 penas de prisión y 12 cadenas perpetuas, más que cualquier otro líder militar de la dictadura.

En marzo de 1976, tras varios años de agitación económica y violencia por parte de grupos izquierdistas, la Junta militar se presentó como un gobierno que se encargaría de pacificar y “reorganizar” el país. Los líderes militares prometieron acabar con los subversivos, que desde principios de los ‘70 orquestaron cientos de secuestros y asesinatos de líderes empresariales y funcionarios del gobierno, y devolver la normalidad al país.

Pero la Junta Militar, dirigida por Jorge Rafael Videla, no tardó mucho en convertirse en el último “reinado del terror” de la Argentina. Los centros clandestinos de secuestro, tortura y ejecución se convirtieron en horrores comunes, y las mujeres que daban a luz en esas circunstancias a menudo eran asesinadas. Según los informes, cientos de sus hijos fueron robados y, bajo documentos falsos, entregados a familias de militares sin hijos. 

“Actos de servicio”

Reynaldo Bignone (1928-2018) Foto: AP/DPA/NA

Videla presidió gran parte de la dictadura hasta su renuncia en marzo de 1981. Bignone, retirado del Ejército, se instaló como líder de facto en 1 de julio de 1982 y su ascenso tuvo como principales oponentes a la Marina y la Fuerza Aérea. El nuevo dictador se presentó como un liberal defensor de la economía de libre mercado y los medios de comunicación, secuestrados por la Junta Militar, lo definieron como un hombre apacible”.

"Bignone viene a reparar los platos rotos después de las Malvinas", dijo hoy Carlos Osorio, director del Proyecto de Documentación del Cono Sur para el Archivo de Seguridad Nacional, un centro de investigación independiente en la Universidad George Washington (EE.UU.). "En este momento, la represión ha disminuido sustancialmente, pero la confianza en la sociedad se ha hecho añicos y tuvo que hacer la transición a un gobierno civil".

A Bignone le correspondió la tarea de dirigir un gobierno agonizante, después de la humillante derrota de la Guerra contra Gran Bretaña. A partir de entonces, la política se le fue de las manos: la inflación y la deuda externa, además de los crecientes reclamos de libertad de expresión por parte de organismos de derechos humanos y gobiernos extranjeros, llevaron a dudar de su capacidad como gobernante de facto. Además, por primera vez desde 1976, comenzaron a verse grandes manifestaciones públicas callejeras y huelgas masivas.

Durante sus últimos meses en el poder, Bignone se dedicó a preparar el retorno a la democracia, pero no sin antes firmar un decreto por el cual había que hacer desaparecer millares de documentos que podrían implicar a la Junta Militar en atrocidades y declarar una amnistía general para los oficiales que habían participado. Además, impulsó un acta por la cual se declaraba muertos a los desaparecidos y refería como "actos de servicio" los crímenes cometidos por la dictadura.

En el denominado "Documento Final sobre la Lucha contra la Subversión y el Terrorismo", Bignone negó que hubiera personas desaparecidas en lugares secretos de detención por lo que "debe quedar definitivamente claro que quienes figuran en nóminas de desaparecidos y que no se encuentran exiliados o en la clandestinidad, a los efectos jurídicos y administrativos se consideran muertos".

En su libro "El último de facto", el exgeneral justifica la destrucción de la documentación diciendo que "hubiera sido un error trágico publicar una lista de muertos. Después vendrían los interrogantes: ¿quién lo mató, dónde está el cadáver, por qué lo mataron?". Posteriormente, en los muchos juicios celebrados en su contra, defendería la actuación de las Fuerzas Armadas.

La última guerra.

Reynaldo Bignone (1928-2018) Foto: AP/DPA/NA

En 1983, el último dictador acordó con los partidos políticos el llamado a elecciones libres y democráticas para el 30 de octubre de 1983 y llevó adelante la transición. "Espero ser el último presidente de facto", había dicho Bignone poco antes de entregar la banda presidencial a Raúl Alfonsín. Terminado el acto en el Salón Blanco, Bignone se retiró pero la historia no se olvidó de él.

En 1990, Carlos Menem emitió una amnistía general que protegía a la mayoría de los líderes militares y exterroristas de la guerra sucia del enjuiciamiento por violaciones de los derechos humanos. La Corte Suprema anuló ese decreto en 2005, ya que Néstor Kirchner buscó un juicio sobre los casos de derechos humanos en la dictadura. Dos años después, Bignone fue juzgado.

El anciano fue puesto bajo arresto domiciliario y, en 2010, fue declarado culpable de violaciones de derechos humanos. Fue condenado a 25 años de prisión por su complicidad en el secuestro y asesinato de 56 detenidos en la base militar Campo de Mayo, donde fue el segundo al mando desde 1976 hasta 1978.

En los años siguientes, el general recibió sentencias de prisión más largas: por la supervisión de un centro secreto de tortura dentro de un hospital; por el secuestro y la tortura de más de 30 trabajadores de fábricas, muchos de ellos activistas sindicales; y por su papel en la incautación de 34 bebés de los que el régimen encarceló (y en la mayoría de los casos, ejecutó) como subversivos.

Bignone recibió su última condena en 2016, cuando un juez lo sentenció a 20 años de cárcel por su participación en el “Plan Cóndor”, con el que las dictaduras de América del Sur coordinaron su sistema represivo, y por participar en el plan sistemático de apropiación ilegal de niños, entre otras causas.

Hasta el final de su vida, Bignone defendió sus acciones como “necesarias” en una "batalla contra el terrorismo". En su defensa, dijo que el número de asesinatos de la Junta estaba muy por debajo lo que los grupos de derechos humanos reclamaron –reconoció solo 8.000- y que los tiempos extremos exigían medidas extremas. "En tiempos de paz, la desaparición de una sola persona significa una cosa", dijo, "y en tiempos de guerra significa algo más".



lunes, 5 de marzo de 2018

Sara Facio. Perón, en el Malba a partir del 8 de marzo... @dealgunamanera...

Sara Facio: “No quise exponer antes mis fotos sobre Perón porque sabía que se iban a utilizar de forma política”…

La gran fotógrafa argentina recorrió su carrera y dialogó sobre sus próximos proyectos (Martín Rosenzveig)

La gran fotógrafa argentina inaugura una mega muestra en el Malba sobre el período que comprendió el regreso de Juan Domingo Perón del exilio hasta su muerte, a través de 115 imágenes. Además, dialogó con Infobae Cultura sobre la apertura de la Fundación María Elena Walsh y recorrió los hitos de su carrera artística y profesional.

© Escrito por Juan Batalla  por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotografías: Sara Facio.

Fueron 591 días desde el 17 de noviembre de 1972, el día del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras su exilio en Madrid, hasta el 1 de julio de 1974, fecha de su muerte. 591 días que se traducen en 115 fotografías en Sara Facio. Perón, la muestra que abrirá sus puertas en el Malba a partir del 8 de marzo.

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Aquel día de noviembre, se había levantado con la esperanza de vivir un momento histórico y lo fue. Aunque no como ella -o como la gran mayoría- lo esperaba. Los dramáticos hechos de Ezeiza convirtieron aquel retorno en una fecha aciaga.

(Crédito: Sara Facio)

"A mí me interesaba más que nada todo lo que estaba pasando porque yo lo veía como un acontecimiento histórico. Para Europa era la cosa del momento, a mí me parecía que era algo muy importante en nuestro país que un personaje después de 18 años de exilio volviera, que había una multitud, que más de un millón de personas fueron a recibirlo", explica Sara Facio a Infobae Cultura en su estudio, allí donde durante años funcionó La Azotea Editorial Fotográfica, única en su tiempo en América latina, dedicada exclusivamente a la especialidad.

(Crédito: Sara Facio)

Cuando Facio partió junto a un grupo de colegas en un Fiat 600 a cubrir la vuelta de Perón al país, tras 18 años de exilio, ya se había hecho un nombre en el mundo de la fotografía, pero a la fotografía todavía le faltaba tiempo para ser considerada un arte, por lo menos en esta parte del mundo.

"Fue un trabajo encargado por una agencia de Francia, Sipa press, que mandó a una colaboradora, Cristina Orive, para que cubriera toda la parte de América de Sur, Montevideo, Buenos Aires y Santiago de Chile, en 1972. En Montevideo había un movimiento muy fuerte con los tupamaros, en Buenos Aires estaban todas las organizaciones guerrilleras y en Chile estaba por producirse lo que después fue el triunfo de Salvador Allende".

Muerte de Perón (Crédito: Sara Facio)

"Cristina tuvo que bifurcarse y como no le alcanzó el físico trabó conocimiento conmigo, a través de Tomás Eloy Martínez, que era compañero de ella en París. Con Alicia D'amico creamos como una pequeña agencia junto a dos o tres reporteros gráficos", recordó.

"Me interesaba tomar todo lo que se producía alrededor, la gente, el contexto, el merchandising, los afiches, Buenos Aires se llenó de arte gráfico, unas cosas muy originales, divertidas. Sacaba a todo eso porque me gustaba".

Ezeiza (Crédito: Sara Facio)

La gran muestra, además, posee imágenes de otros eventos sociales y políticos muy importantes de aquellos primeros años de los '70: "Después fue la asunción de Cámpora, que fue muy importante, cuando liberaron a los presos políticos y luego cuando asumió Perón, cuando echó a los montoneros de la plaza, y cuando finalmente murió en el 74".

Hasta la fecha, Sara Facio solo había mostrado unas pocas fotos de aquellos años: "Tenía registrado todo eso pero nunca lo había exhibido. A mí me interesó mucho la muerte de Perón, hice alguna que otra exposición en Buenos Aires, una retrospectiva en OSDE y la Fundación Klemm, fueron en total 10 ó 12 fotos. Fueron las únicas veces que se vieron".

Asunción de Cámpora. (Crédito: Sara Facio)

"Ahora, Ataúlfo Pérez Aznar, un fotógrafo amigo, se interesó hace dos o tres años. Yo no quería que se hiciera nada por el contexto que estábamos viviendo: sabía que se iba a utilizar de una forma política. Y a mí lo que me interesaba en el momento de la producción es que era un registro histórico. No solo documental, también testimonial. Hay una mirada mía que fue puntual, las figuras principales tipo retrato y después sacar a la gente y al entorno", explicó la reportera gráfica.

Muerte de Perón. (Crédito: Sara Facio)

Sobre la Fundación María Elena Walsh

La Fundación María Elena Walsh es ya casi una realidad. La sede será en Paraguay al 1400, pegado al estudio de Sara y si bien la preparación de la sala principal está todavía atravesando reparaciones, ni bien se ingresa al espacio puede sentirse la presencia de la compositora, poeta, música y dramaturga argentina a través de cientos y cientos de libros que formaron su biblioteca personal, prolijamente ordenados en tantas bibliotecas que se encuentran distribuidas aquí y allá. "Varias veces me quisieron comprar su biblioteca, pero mientras yo esté viva, de acá no se mueven", confesó con determinación a Infobae Cultura.

Sara Facio y María Elena Walsh fueron conocidas, amigas y pareja, pero fueron sobre todos grandes compañeras. Convivieron alrededor de 30 años, compartieron arte, humanidad y miles de historias, aunque no se las solía ver en público. Cada una entendía su vida profesional como un tesoro personal, como ese espacio que les pertenecía, y por eso se mostraban juntas cuando querían, sin dar explicaciones al resto. Mujeres independientes, tanto con sus carreras como con sus amigos. Mujeres de hoy, ayer. 

(Martín Rosenzveig)

Cuando María Elena escribió en su autobiografía Fantasmas en el parque que Sara era "ese amor que no se desgasta, sino que se transforma en perfecta compañía" fue la primera vez que abrieron su amor al público. Sara también dio su respuesta en papel, en su libro María Elena Waslh: Retrato(s) de una artista libre, cuando aseguró: "Ella es más que una parte de mi vida. Todo en ella es poesía, hasta cuando habla es poesía, es de una ocurrencia sin parangón. Como artista creo que es un ser único".

En uno de los espacios ya habilitados de la Fundación pueden verse una pintura que Guillermo Roux le regaló a María Elena. "Es una historia muy linda. -relata Facio-  A ella le encantaba festejar el 25 de Mayo, venían a casa amigos, escritores, pintores, muchísima gente. Era un momento que disfrutábamos, comíamos, reíamos. Un día llegó Guillermo con un cuadro envuelto, ella no sabía nada y cuando lo abrió se le iluminaron los ojos".

El regalo de Roux para María Elena Walsh será una de las piezas de la Fundación (Martín Rosenzveig)

Sobre la proximidad de la apertura del espacio, Facio, comentó: "Es un proceso bastante largo porque hay muchas barreras legales. Hace como dos años que estamos luchando con la burocracia. Estamos trabajando internamente muchísimo. Haciendo todos los archivos: vamos a digitalizar toda su obra, los discos, los libros, toda la producción, incluso desde el periodismo. Desde que empezó a los 15 años en la revista El hogar hasta que murió, siempre había notas de María Elena".

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El objetivo no es solo exponer la obra enorme de María Elena, sino también hacerla accesible para todos aquellos que se interesen. "Mi idea es que una vez que esté digitalizado todo eso, donarlo a la Biblioteca Nacional y al Congreso de la Nación para que tenga una difusión absolutamente pública. Para que la gente no tenga que 'morir' en la Fundación, sino en ámbitos mucho más abiertos. Hoy día con la proliferación digital es mucho más fácil acceder".
Otro de los fines de la Fundación es el de convertirse en un puente para aquellas personas que están interesadas en realizar bienes culturales, pero que -por diferentes razones- no pueden hacerlo: "Queremos ayudar a la gente creativa, en tres facetas. En la parte literaria, en la parte musical y hacer tipo becas, una ayuda para que puedan hacer un curso, o si alguien necesita comprarse un instrumento. Tanto María Elena como yo pudimos de muy jóvenes acceder a cierta cultura por ayuda de la gente que nos dio becas".

Una vida plena de clicks

Hay situaciones que se definen por un click. Una idea, estar en el momento y lugar adecuado, un giro fortuito del destino que produce un cambio radical. La vida de Sara Facio está repleta de clicks, pero no solo de los que disparó con su cámara Leica a lo largo de su carrera. De hecho, el encuentro con aquella cámara, que se convertiría en su aliada para siempre, fue una cuestión azarosa.

Sara, graduada en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1953, recibió una beca del Gobierno de Francia en 1955. Viajó a Europa junto a Alicia D'Amico "para tener material y ver museos y obras en vivo", para producir un libro de la historia del arte. El destino tenía otro objetivo para su vocación artística.

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"Allá nos encontramos con la posguerra de los años 50, que empezaban a funcionar nuevamente las cámaras, la Leica, la Voigtländer, todas las máquinas alemanas tradicionalmente eran importantes. Las vendían como hoy lo hacen con un celular, a precios irrisorios para que la gente joven, como nosotros, pudiéramos comprarlas", recordó.

"En principio fue como un hobby, como un juego, pero cuando volvimos a Buenos Aires, el padre de Alicia, que era fotógrafo profesional, vio que teníamos mucha habilidad para sacar fotos, nos comenzó a dar trabajo. En ese momento estaban muy de moda las "fotos a domicilio", entonces empezamos a hacer eso y con esas fotos empezamos a agarrar dinero, entonces nos dimos cuentas que era una profesión, no solamente era un gusto. Al año nos compramos un coche, estábamos muy embaladas".

Las primeras postales de la editorial La Azotea dan la bienvenida a los visitantes del atelier fotográfico de Sara Facio (Martín Rosenzveig)

-¿Cómo fue el cambio al fotoperiodismo?
– Tuvimos la suerte de conocer a Annemarie Heinrich, y ella estaba muy entusiasmada de ver a dos chicas jóvenes con tanta vocación, tantas ganas y se convirtió en nuestra maestra. Lo primero que hizo fue aconsejarnos que nos uniéramos a un fotoclub, que estaban de moda. En los fotoclubes se hacían fotos que tenían que ser muy perfectas técnicamente y con mucha composición, con mucho sentido. Se hacían concursos mensuales y se ganaban premios, empezamos a competir en eso, y a ganar premios que ya no sabíamos donde ponerlos. A raíz de eso empezamos a salir en los diarios, en La Nación y La Prensa: tenían suplementos de domingo con fotos y empezó a llamarnos otro tipo de agente, como artistas, sobre todos pintores, como veníamos del Bellas Artes. Hacíamos fotos de las obras de Antonio Berni o Gyula Kosice, estaban todos felices, lo hacíamos con gusto y bien.

Autorretrato de Annemarie Heinrich

-¿Cómo era en ese momento el espacio que se les daba a las mujeres?, ¿había que ganárselo a fuerza de talento o ya había una apertura?
-No había ninguna apertura. Nosotras entramos porque llevábamos las fotos que nos pedían para publicarlas. No las pagaban, porque eran premios. De entrada había un poquito de respeto, no era que ibas a ofrecer trabajo de la nada, sino que ya era una cosa que estaba aceptada. A raíz de eso logramos, conversando de fotografía con escritores y periodistas, que nos ofrecieran una página para escribir en La Nación los días martes que fue pionera.

En 1979, Facio fue miembro fundadora del Consejo Argentino de Fotografía. Aunque para ella el momento en que las fotos comenzaron a ser más consideradas como una expresión artística fue cuando dirigió la Fotogalería del Teatro San Martín de Buenos Aires – entre 1985 y 1998 -, donde presentó incontables exposiciones de maestros del mundo y principiantes que hoy son referentes: "Primero fue la fotogalería del teatro San Martín, que creó toda una corriente de interés del público por la foto. Ahí presenté más de 200 exposiciones durante 15 años".

(Martín Rosenzveig)

Luego, Sara estuvo al frente de la primera colección fotográfica, la fundacional, del Museo Nacional de Bellas Artes: "Después, cuando Jorge Glusberg estaba en el Museo Nacional de Bellas Artes, y en la entonces Secretaría de Cultura estaba Pacho O'Donell. Eran gente de cultura y sabían de qué se trataba. Hay mucha gente que está en el mundo de la cultura, pero no considera que la fotografía tenga esa jerarquía". El proceso culminó con la creación de la Colección Fotográfica del Museo Nacional de Bellas Artes, Patrimonio Nacional, que comenzó con una donación de su propio archivo, con instantáneas de ellas como de otros grandes fotógrafos. Allí dirigió y curó exposiciones entre 1995 y 2010.

Aquellos famosos retratos de escritores 

Hace algunos años, relata Sara, caminaba por Alemania, cuando en la vidriera de una librería observó una foto gigante de Julio Cortázar, una foto que ella conocía mejor que nadie. Ingresó al negocio, el dueño nada sabía del origen de la captura, solo le dijo que la colocaba en ese tamaño allí porque la "expresión de Cortázar era una invitación a la lectura".

Aquella foto, sacada en un encuentro en París, en la sede de la Unesco, donde el autor de Rayuela trabajaba como traductor, se convirtió en icónica, algo que Cortázar supo reconocer rápido cuando la eligió como "foto oficial" y traspasó fronteras apenas salió publicada en Retratos y autorretratos.

Sara junto a la “foto oficial” de Julio Cortázar en su estudio (Martín Rosenzveig)

-Los escritores ponen mucho de sí en sus obras, pero ellos eligen qué exponer y qué no. En este caso, en el que eran abordados por una artista, ¿cómo reaccionaban ante la situación de ser 'expuestos' sin tener posibilidad de intervención?
-Justamente a partir de eso comenzamos a hacer lo que hoy se llama "ensayo fotográfico", en ese momento no tenía nombre. Una serie de retratos de escritores, con la idea de que Alicia y yo les tomábamos las fotos, les dábamos una serie de 8, 10, no más, y los escritores escribieran un autorretrato a partir de esas imágenes. El resultado fue un libro, "Retratos y autorretratos". Por un lado, cómo lo veíamos nosotras después de haberlo leído. Esos escritores estaban elegidos por nosotras, no nos mandó un diario o una editorial, ni una revista. Los elegimos porque nos gustaban.

Gabriel García Márquez

Tuvieron un ojo excelente, varios premios Nobel y otros autores que si bien no lo ganaron, podrían haberlo hecho.
-Como lectora fue un ojo muy bueno tanto Vargas Llosa, como García MárquezMiguel Ángel AsturiasPablo Neruda, que después de las fotos obtuvieron el Nobel, no antes.

Sara Facio y las selfies

-Hoy en día, a través de los celulares y de las redes sociales cualquiera tiene acceso a la fotografía. ¿Cree que el interés por la fotografía actual tiene que ver con una cuestión de accesibilidad o con una necesidad artística, de expresarse y quizá a través de la industria, de estas cámaras, es la manera más sencilla de hacerlo?
– No creo para nada que tengan una intención artística, ni pensar que son fotógrafos. Creo que es una cuestión de relación humana, una forma de conectarse, participar con el otro, de hermanarse de alguna forma. Eso me parece maravilloso, sacar algo interno y siempre va a haber alguna foto que va a ser muy buena.

-¿Alguna vez se sacó una selfie?
– Todo el tiempo. No tanto por verme, sino porque cuando tomaba fotos había rollos y cuando me quedaban fotos sin tomar después de un trabajo me daba pena desperdiciarlas, entonces me ponía delante de un espejo y me sacaba fotos a mí misma. Tengo miles de fotos, autorretratos.

Una selfie de Sara Facio, cuando aún no se llamaban así…

Sara Facio. Perón, en el Malba a partir del 8 de marzo. Av. Figueroa Alcorta 3415, Buenos Aires.



domingo, 4 de marzo de 2018

Superliga Argentina. Colón de Santa Fe 0 vs. Huracán 0... @dealgunamanera...


Huracán igualó con Colón en Santa Fe…


El Globo y el Sabalero no lograron abrir el cero y repartieron puntos en Santa Fe. El equipo quemero alcanzó el quinto lugar en la Superliga.

© Escrito por Laura Corriale el sábado 03/03/2018 y publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Galería: Daniel Méndez.

Esta noche, Huracán empató sin goles ante Colón en el Estadio Brigadier General Estanislao López, por la 18° fecha de la Superliga Argentina de Fútbol.

El equipo dirigido por Gustavo Alfaro llegaba a Santa Fe en alza, luego de imponerse 1 a 0 ante Estudiantes en el Palacio Ducó.

Durante la primera etapa, ambos equipos generaron jugadas de peligro. A los 26’, tras un córner y un cabezazo en el área, Marcos Díaz impidió el gol rival con una gran atajada hacia el palo izquierdo. A los 37’, tras un pase de Andrés Chávez, Ricardo Noir remató al arco y Alexander Domínguez logró desviar el balón por arriba con su mano derecha. A falta de un minuto para el entretiempo, un tiro libre de Mauro Bogado que no se desvió en ningún jugador, se fue cerca del arco de Colón.

Ya en la segunda parte, Javier Correa llevó la pelota desde su propia área, apuntó al arco y el balón pasó por el lado izquierdo de los tres palos quemeros. A los 13’, Andrés Chávez remató de zurda y nuevamente intervino el arquero local. A pocos minutos del final, Alan Ruíz probó desde fuera del área, pero Díaz apareció nuevamente. Al final del encuentro, Mauro Bogado disparó al arco desde la línea central del campo y convirtió. Sin embargo, el partido estaba finalizado unos segundos antes de que la pelota ingrese en el arco sabalero.

De esta manera, Huracán alcanzó los 29 puntos en el torneo, y se ubicó en el quinto puesto. El próximo domingo, el Globo recibirá a San Lorenzo en Parque Patricios desde las 17:00 hs.


Síntesis:

Colón 0

Alexander Domínguez; Gustavo Toledo, Jonathan Galván, Guillermo Ortiz y Gonzalo Escobar; Matías Fritzler y Mariano González; Pablo Ledesma, Alan Ruiz y Tomás Chancalay; Javier Correa. DT: Eduardo Domínguez.

Huracán 0

Marcos Díaz; Carlos Araujo, Carlos Matheu, Martín Nervo y Pablo Álvarez; Israel Damonte y Mauro Bogado; Ignacio Pussetto, Nicolás Silva y Ricardo Noir; Andrés Chávez. DT: Gustavo Alfaro.

Cambio en el primer tiempo: 36m. Cristian Chimino por Álvarez (H). En el segundo tiempo: 13m. Cristian Bernardi por González (C), 19m. Diego Vera por Chancalay (C), 22m. Diego Mendoza por Pussetto (H), 30m. Nazareno Solís por Noir (H) y 37m. Nicolás Leguizamón por Ledesma (C).

Amonestados: Ruiz, Escobar, Chancalay (C); Matheu, Araujo, Mendoza (H).

Árbitro: Facundo Tello.

Cancha: Brigadier Estanislao López (Colón).