miércoles, 28 de enero de 2015

Nisman: Lo que es y lo que no es… De Alguna Manera...

Nisman: Lo que es y lo que no es…


Es lógico que después de diez años de bombardeo de falacias, negaciones e informaciones falsas difundidas por el aparato con vocación totalitaria del oficialismo, lo que reine sea la confusión. La defección opositora y de los primeros años del periodismo, no ayudan. Sin descartar que yo mismo esté confundido en semejante maroma, en estos días escucho definiciones que a mi juicio están muy equivocadas.


Voy a detallar dos:

1. La señora viola el artículo 109 de la Constitución Nacional al hacer hipótesis delictivas.

No es así y eso sería reducir la cuestión a un exceso de funciones. La Constitución en el artículo 109 no refiere a opiniones, ni siquiera a opiniones tontas del presidente. Cuando le prohíbe “conocer” las causas (“o restablecer las fenecidas”) el sentido del término “conocer” no es literal, sino técnico. Implica intervenir, es decir tomar decisiones en el proceso, cosa que esta señora no hizo. Presiona desde afuera, pero no toda violación a la independencia del Poder Judicial, que sí es el caso, es una violación al artículo 109 de modo específico.

En cambio sí fue una violación al artículo 109 de la Constitución, que se les escapó, la intervención del señor Kirchner como presidente al instar al Congreso al juicio político de la anterior Corte, con el propósito expreso de responder a un fallo adverso para las finanzas y planes políticos de su gobierno. Su acción estaba dirigida a esos contenidos judiciales que lo estorbaban, a deshacerse de jueces por el modo en que fallaban y así torcer los criterios jurídicos que adoptaron. Pero en ese momento nadie dijo nada. El señor Kirchner con su lugarteniente Beliz, representaban para el común y el no común comunizado, la restauración de las leyes. Como Rosas antes, de un modo tan similar.

La señora viola la independencia del Poder Judicial, que es un principio general aludido en el artículo 1 (forma republicana de gobierno), al exponer hechos que conoce al no denunciar lo que dice saber. No por violar el 109 y “conocer” en el caso, por atropellar y querer confundir a quiénes si lo hacen. Sin embargo lo grave acá no es eso, nos estamos deteniendo en lo accesorio. La señora interfiere con sus acciones al enviar un delegado personal a la escena del crimen, no por las tonterías que dice como cuando involucra a Clarín. Sus actos en esta causa son cuestionables no porque se mete al opinar, sino porque opera para desviar el curso de un proceso, en un abuso de poder que además es causal suficiente de Juicio Político (la parte de la Constitución que toda la clase política ha decidido violar, es decir, la que se refiere a la responsabilidad del presidente y sus consecuencias).


En lo que se refiere a la investigación el problema fundamental con las declaraciones de la señora sobre el caso Nisman, no es formal. No es siquiera la cuestión constitucional, sino la penal. Tiene que ver con lo que implican sus actos en relación al objeto de al menos tres investigaciones penales: 


1. La del Atentado de la AMIA.

2. La denuncia contra ella por encubrimiento.

3. La muerte de Nisman. Quedarse con la cuestión de la intromisión en el trabajo de la Justicia es minimizar ese significado. Sería como querer condenar a Yiya Murano por copiar la receta de las tortas sin pagar los derechos intelectuales.

¿Qué significa que un delegado político, defensor a ultranza del gobierno, haya estado en la escena del crimen antes que las autoridades competentes? ¿Una violación a la independencia del Poder Judicial o un interés específico? No entiendo cómo a tanta gente se le puede escapar semejante elefante.

¿Qué significa que la señora y los demás denunciados y el aparato de gobierno estén en una campaña para denostar al muerto? ¿Falta de educación, no entender su alta misión presidencial, falta de sensibilidad por no dar el pésame a la familia? ¿O una enemistad con la víctima de un posible homicidio?

¿Qué valor tiene que todo el aparato estatal haya sido puesto al servicio de la diatriba contra el muerto? ¿Una negligencia o la exhibición obscena de un motivo para celebrar la muerte cuyo autor mediato o inmediato se investiga?

Imaginemos una escena del cine más obvio dónde se descubre un muerto y uno de los posibles involucrados se muestra sumamente nervioso, sale corriendo, se sube a un auto ajeno y huye. ¿Qué decimos? ¿Cómo encuadramos la cuestión? ¿Cómo hurto automotor?

No sé, me parece a veces que la principal muerte decidida por el gobierno K es la del sentido común. Por si acaso dejo abierta la respuesta.

2. Lagomarsino y la provisión de armamento.

La información dice que se ha “imputado” a Lagomarsino la provisión de un arma a una persona no autorizada para la tenencia. Escuché todo tipo de reflexiones al respecto, incluso que el problema era que Nisman tenía su permiso de tenencia vencido.

En la Argentina hay una ley de Armas número 20.429 y una modificatoria del Código Penal número 25.886 sancionada en abril de 2004 que en su inciso 4 del artículo 1° establece que “será reprimido con prisión de UN (1) año a SEIS (6) años el que entregare un arma de fuego, por cualquier título, a quien no acreditare su condición de legítimo usuario”

Acá sí debería saltar el instinto constitucional, que parece otro muerto. Existe un principio universal del derecho que es el de la legítima defensa, que no sólo es defensa propia, sino que también alcanza a la defensa de otros, como dice el inciso 7 del artículo 34 del Código Penal. Pero aunque no fuera así, hablo del instinto constitucional porque todo el andamiaje en el que se sustenta una legalidad constitucional (y por lo tanto también la legalidad positiva) parte de la base de que los ciudadanos ceden su defensa, pero no de forma absoluta. No pierden el derecho a defenderse por sí mismos o hacerlo con terceros, cuando las circunstancias lo ameriten (del modo en que en la Argentina están detalladas en el mismo artículo).

Hay unos requisitos para la legítima defensa. Debe haber una hipótesis demostrable de la imposibilidad de recurrir a las autoridades policiales y se exige racionalidad del medio empleado. El requerimiento es la no existencia de provocación suficiente por parte del que se defiende. Aclaremos para los desprevenidos que una denuncia de un fiscal, no es una provocación suficiente sino un acto legítimo y debido.

No creo que a Lagomarsino le vayan a pedir que demuestre que tenía motivos para pensar que Nisman no podría recurrir a las autoridades policiales, a juzgar por los resultados. Pero como el aspecto subjetivo en materia penal es fundamental y la falta que se le imputa no puede cometerse en forma culposa, la pretensión de centrarse en este verdadero perejil, se disuelve con toda facilidad. Su supuesta falta, en este contexto, es una absoluta estupidez formal.

Quiero decir con esto que me parece que hay fallas gruesas de formación en quienes se dejan barrer por la apariencia formal de las situaciones y no entienden el problema esencial de la juridicidad, que es proteger derechos, no reglas en abstracto.

Si estamos frente al caso de un fiscal que acaba de denunciar a un presidente autoritario en un hecho que es un escándalo internacional, en el que están involucrados los intereses de varios países y actos de terrorismo, Lagomarsino sería un verdadero imbécil si se pone a leer la ley 25.886 y le dice a Nisman que no puede darle el arma si no le muestra el carnet de legítimo usuario. Para colmo a un fiscal. Tal conducta no sería ni jurídicamente exigible ni deseable.

Si la decisión fue buena o mala, si debió hacer otra cosa, es harina de otro costal. Lagomarsino por entregar el arma (en falta o no), no tiene ninguna relevancia  en la investigación del homicidio en sí y hasta ahora nadie ha sostenido cómo esa transgresión que no es tal en este caso, lo convierte en autor o cómplice de la muerte.

Si alguien llega a recibirse de abogado pensando que en el medio de un tiroteo mientras alguien es asaltado, un señor le acerca un arma al que se está defendiendo sin preguntarle por su permiso de tenencia, comete un ilícito, estamos en serios problemas.

Vamos al elefante: el gobierno quiere tirar la pelota afuera de la cancha con cualquier cosa ¿Por qué? Yo diría que habría que preguntárselo al hijo de Pierri. Seguro lo sabe.

Otra pregunta fácil ¿Cómo se comportaría un gobierno inocente? Ahora comparemos.

© Escrito José Benegas el martes 27/01/2015 y publicado por el Blog http://josebenegas.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.






lunes, 26 de enero de 2015

El ARA “Canal Beagle” sigue operando en la Antártida Argentina… De Alguna Manera...

El ARA “Canal Beagle” sigue operando en la Antártida Argentina…

Embarcó en la base chilena Eduardo Frei al Grupo Reparaciones y a la dotación que invernará en la base permanente Orcadas. También reabasteció a la base permanente Carlini.

En navegación- Tras hacer escala en la base Marambio de la Fuerza Aérea, aterrizó en la Base chilena Eduardo Frei el avión Hércules que transportaba al jefe del Estado Mayor del Comando Conjunto Antártico, coronel Orlando Interlandi, al jefe de Logística del Comando Conjunto Antártico, capitán de fragata Maximiliano Mangiaterra, y parte del personal que realizará invernada en Orcadas.


Una vez arribados al continente blanco, el grupo embarcó en el transporte ARA “Canal Beagle”, donde el coronel Interlandi y el capitán Mangiaterra conducirán las operaciones que debe cumplir el buque de acuerdo a lo planificado por el Comando Conjunto Antártico, al mando del capitán de navío VGM, Gustavo Enrique Castillo.


La nueva dotación de Orcadas, que permanecerá durante un año en la latitud 60º Sur, ya navega rumbo al istmo de la isla Laurie donde se encuentra la base inaugurada en 1904, testimonio de los 110 años de presencia ininterrumpida de nuestro país en la Antártida.


El teniente de navío Juan Manuel Garita--jefe de base entrante--, el teniente de fragata médico Jesús Domingo Rivero, y 18 suboficiales y cabos componen la dotación que reemplazará a la que hace más de un año se encuentra cumpliendo funciones en la base más antigua del país en la Antártida.


Además, bajo las órdenes del teniente de navío Pablo Lavena, se encuentra el Grupo Reparaciones, compuesto por 20 personas, que serán los encargados de llevar a cabo el mantenimiento de la base hasta mediados de marzo, fecha en la que iniciarán el repliegue hacia el continente.


Una vez que el transporte “Beagle” embarcó a todo el personal llegado desde la Argentina continental, el buque puso proa entre los hielos hacia la base antártica permanente Carlini, la que mayor actividad científica tiene.


Luego de ocho millas, el buque de la Armada fondeó para desarrollar las tareas de descarga y reaprovisionamiento de víveres secos y frescos, como así también del combustible antártico que la base requiere para funcionar.


Las maniobras logísticas, por su volumen, demandaron más de dos días ininterrumpidos de trabajo. Terminado el desembarco de material, el buque continúa con su itinerario previsto para esta campaña.

© Publicado el lunes 19/01/1015 por el Diario Gaceta Marinera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Matar al rusito descerebrado…De Alguna Manera...

Matar al rusito descerebrado…


Ahora puedo revelar la fuente porque Alberto Nisman ya murió. Hace exactamente dos años y cuatro días yo hablé largamente con él y me hizo revelaciones que hoy adquieren otro valor. El fiscal muerto estaba con mucha energía pero también, muy preocupado. Había recibido una amenaza más grave que la decenas de aprietes semanales con las que querían intimidarlo. Esta vez a Nisman le corrió un frío por la espalda porque el correo de origen desconocido que le habían mandado decía textualmente:”Rusito descerebrado, te vamos a matar a vos y a tus hijas. Judío hijo de mil putas. ¿No te das cuenta que cambió la mano?”. Semejante aberración era solo el comienzo.

El frío que le corrió por la espalda a Nisman fue porque le exigían que renunciara a la investigación o de lo contrario iban a matar a sus hijas, Iara y Kala. Ahi le enviaban algunas fotos de la casa y hasta del club que ellas frecuentaban y tenían un dato muy reservado que solo lo podrían haber conseguido con espías profesionales.

Hablaban de una inminente mudanza de sus hijas y era algo real que muy pocos sabían. Por cuestiones de estudio, estaban por cambiar de domicilio a los pocos días.

Había algunas precisiones que ni Alberto Nisman sabía.

Pero ese no fue todo el calvario que el fiscal denunció como corresponde en el juzgado Numero 9 a cargo del doctor Luis Rodríguez. Había fotos de atrocidades cometidas por los carteles de los narcotraficantes y le decían ”que tus amigos gringos te ayuden a conseguir un trabajo en el exterior”. Aquí aparece la primera curiosidad porque “gringo”, es la manera despectiva para dirigirse a los ciudadanos norteamericanos que utilizan mas en Venezuela y en Cuba que en Argentina. Aquí, en general se los llama yankys.

El texto repugnante de antisemitismo tiene consignas a favor de Irán y Hezbollah y hacen votos por la “muerte del sionismo usurpador”.

Yo le dije que Nisman estaba preocupado por el nivel de precisión informativa que tenía esta amenaza. Y estamos hablando de hace dos años. Estoy reciclando una columna que escribí en el diario Perfil el 17 de febrero de 2013. Pero también le comenté que estaba con las pilas cargadas de entusiasmo por el trabajo que estaba preparando. Me anticipó que era una denuncia de “600 fojas” que iba a revelar los contactos de kirchneristas con el iraní, prófugo de la justicia, Moshen Rabbani y otras cuestiones de similar gravedad. Insisto con el tema, Hace dos años Nisman me contó esto y yo lo publiqué en Perfil.

Solo hace falta ir al archivo para desnudar la mentira de Cristina que sugiere que otra persona le escribió de apuro el dictamen y que se lo dieron llave en mano para que Nisman lo presentara. Hoy nuevamente Cristina volvió a sugerir que Antonio Stiusso redacto el dictamen como venganza porque lo echaron de los servicios.

En aquel momento, Nisman me contó que tenía escuchas y un trabajo minucioso, casi obsesivo diría yo, sobre el rol de Luis D’Elía que se comportaba como un soldado de Irán. De hecho me detalló algo que tenía entre sus anotaciones pero que era público y por eso me lo podía revelar. Fue un intercambio de tuits entre el piquetero que aplaude a Cristina desde la primera fila y el empresario de medios mas beneficiado con la pauta oficial: Sergio Szpolski. D’Elía acusaba al editor de ser ”un coronel del MOSSAD que recibe millones del gobierno para hacer la comunicación kirchnerista” y el propietario de Tiempo Argentino, entre otros medios K, le contestaba que D’Elía ”era un ladrón que recibía cheques de Irán”. Otros tiempos. ¿Otros tiempos? Creativo Szpolski caracterizaba al régimen de Ammadinejad como el “triple esdrújulo, misógino, homofóbico y xenofóbico”.

El fin de semana anterior a mi publicación en Perfil, Horacio Verbitsky había castigado duro a Nisman acusándolo de haber viajado varias veces a Israel y Estados Unidos y colocando a la misma altura de demonios a Irán e Israel. Todo para argumentar y defender el pacto tenebroso de Etiopía que había firmado su amigo y subordinado, el entonces y actual canciller, Héctor Timerman. En su lenguaje donde mezcla el pensamiento de Cristina con el estilo de los informes de inteligencia que escribía en Montoneros, plantea que los atentados contra la AMIA y la embajada de Israel fueron “parte de una guerra que no libramos”.

Casualmente pero tal vez no tanto, el domingo pasado , en su habitual columna de Página 12, el mismo comandante cristinista escribió en forma muy crítica de lo que llamó “bodoque acusatorio” de Nisman y llamó a ocupar las calles “para marcarle los límites” a quienes “intenten castigar a la presidenta por la búsqueda de la verdad”. Convoco a la movilización popular si es que “un poder contramayoritario intenta confinar la política a un expediente judicial”. Allí denunció que Nisman se había encontrado con Ken Roy, el consejero político de la embajada de los Estados Unidos “antes de presentar su incandescente dictamen”.

El coro estable del gobierno le había tirado con munición gruesa al fiscal. Anibal y Coqui lo habían tratado de ridículo, estúpido, irracional, empleado de Stiusso y golpista. Diana Conti había dicho que iban a salir con los tapones de punta y le aconsejaba socarronamente a la hija de Nisman que se quedara tranquila, que no le iban a maltratar a su padre. “Ni lo intenten”, pintaron en las paredes los muchachos camporistas de Larroque y se prepararon para movilizar y hacer tronar el escarmiento tal como les recomendó en la mañana del domingo Verbitsky. Por esas horas, Alberto Nisman, murió con un tiro en la cabeza. Hoy la presidenta Cristina planteó que fue un asesinato y que le tiraron el cadáver a ella.

Quien quiera oír que oiga.

© Escrito por Alfredo Leuco el jueves 22/11/2015 y publicado en Alfredo Leuco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



Los dos complots…De Alguna Manera...

Los dos complots…

Huellas Fiscal Alberto Nisman. Dibujo: Pablo Temes

Para el Gobierno, Nisman pasó de golpista a manipulado en 48 horas. No lo cuidaron.

Una mañana de mediados de diciembre último, mientras hacía las compras en el supermercado de la zona, Alberto Nisman se encontró por casualidad con un ex altísimo funcionario del gobierno de Néstor Kirchner y de los primeros meses del de Cristina Fernández de Kirchner. El ex funcionario en cuestión había tenido un papel importante en el proceso de creación de la Unidad Fiscal Especial para el Esclarecimiento del Atentado AMIA.

“Necesito conversar con vos porque te quiero poner al tanto de algo que voy a hacer dentro de muy poco tiempo y que va a generar mucho ruido” –expresó el fiscal. La reunión se produjo a los muy pocos días en el departamento del ex funcionario. Allí, Nisman habló acerca de la denuncia por encubrimiento que pensaba realizar y que involucraba, entre otros, nada menos que a la Presidenta y al canciller Héctor Timerman. “Quedé impactado por el relato de Nisman al que acompañó con el detalle de la escucha que lo involucra a Bogado” –recuerda el ex integrante de los gabinetes K azorado ante la tragedia.

La muerte de Nisman representa un magnicidio institucional que golpea fuertemente al Gobierno y a la República. Tiene –y esto hace al hecho más grave aún– las características de una muerte anunciada. Según relató nuestra colega de Clarín, Natasha Niebieskikwiat, pocas horas antes de su muerte, el fiscal le expresó que podían matarlo. Igualmente, según la declaración atribuida a Diego Lagomarsino, el asistente que le prestó el arma con el que se efectuó el disparo fatal, Nisman se la pidió para defenderse después de que Antonio Stiuso le advirtió que podían asesinarlo.

Sospechas. Es ominoso observar cómo la investigación judicial va transitando caminos que dejan al descubierto hechos increíbles que agrandan el espectro de las sospechas.

¿Cómo es que, ante la falta de respuesta a sus llamados por parte del fiscal, sus custodios demoraron diez horas en entrar a su departamento? ¿Cómo es que durante ese lapso no impusieron de lo que estaba sucediendo a sus superiores? ¿Quiénes son las personas que conocían la clave de ingreso al departamento de Nisman? ¿Esa clave, era la misma de siempre? ¿Por qué teniendo dos armas y sabiendo que el prestar un arma es un hecho ilegal, le pidió a Lagomarsino que le facilitara la suya para defenderse? ¿Hubo una zona liberada en el domicilio de la víctima?
Entre la lamentable primera carta de la Presidenta, en la que dedicó casi dos carillas a hablar de ella misma, y la segunda, se verifica un giro de 180 grados que demuestran el desconcierto y la desesperación que en estos momentos atraviesan el corazón del poder. La Presidenta pasó de hablar de un “¿suicidio?” a “un suicidio (que estoy convencida) no fue”. En 48 horas el fiscal pasó de ser un golpista y desestabilizador a víctima de un engaño, casi como si fuera un “pelele”.

Las escuchas ponen en evidencia la existencia de una diplomacia paralela.

El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, haciendo un triste papel, –no fue el único integrante del kirchnerismo que lo hizo– habló el lunes de una mafia, a la que intentó rebuscadamente ligar a Clarín, que llevó al fiscal a quitarse la vida. En esa exposición el tema fue el por qué de la decisión de Nisman de adelantar su regreso desde Europa, suspendiendo así el viaje de regalo de quince años que le había hecho a su hija. Sobre ese punto en particular insistió también Aníbal Fernández. Esa incógnita que tanto desvela al Gobierno, la conoce la ex esposa del fiscal, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado quien, en respuesta a la pregunta de si creía en la hipótesis del suicidio, respondió “No”, en lo que fue su única manifestación pública sobre el caso. De lo que se sabe, la magistrada, que está profundamente afectada por la muerte del padre de sus hijas, no está de acuerdo con el rumbo de la investigación y descree del resultado de la autopsia y de la pericia sobre el arma.

El relato del secretario de Seguridad, Sergio Berni, sobre lo sucedido en la noche del domingo en el departamento de Nisman y el sospechoso comportamiento de los custodios, ponen en jaque su aptitud para ejercer su cargo. Ni qué hablar de la ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez, de la que nada se sabe.

Paralelas. Las escuchas del caso que comienzan a conocerse ponen al descubierto la real existencia de una diplomacia paralela con Irán. Como muestra, nos detendremos aquí en una en particular, la del 27 de enero de 2013, día de la firma del memorándum, en la que Alejandro “Yusuf” Khalil le informa a Luis D’Elía de ese hecho y le dice: “Firmó Timerman y Shaleji. El memorándum ese lo hemos escrito hace seis años con una persona. Lo presentamos y nos dijeron que era inviable”… “Ese memorándum lo escribió Fernando (Esteche)”. Efectivamente, a fines de septiembre de 2007, el gobierno iraní, que había reaccionado airadamente frente a la dura acusación que unos días antes le había hecho Néstor Kirchner en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, emitió un comunicado firmado por el entonces canciller Mohamed Alí Hosseimi, en el que se atribuyó el estancamiento de las negociaciones a la “corrupción del sistema judicial de Argentina”, para agregar que, “como gesto humanitario la República Islámica de Irán ya ha anunciado que está dispuesta a formar parte de un comité legal judicial y legal con Argentina” para clarificar varios puntos del caso. Ese comité fue lo que en el memorándum se denominó “Comisión de la Verdad”. Néstor Kirchner rechazó de plano esa propuesta. ¿Qué llevó a la Presidenta a dar ese giro copernicano en el caso?

El comunicado del Partido Justicialista del jueves constituyó otro bochorno. Algunos de los hombres fuertes del Gobierno, como fueron los casos de Aníbal Fernández y Florencio Randazzo, experimentaron un verdadero alivio el no haber participado del acto en el que se leyó el documento... El comunicado, en cuya redacción tuvo activa injerencia el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, dejó en claro algo: lo único que le interesa al Gobierno es encontrar la forma de despegarse lo máximo posible de este caso. Ya es tarde. Era fundamental cuidar a Nisman. Nada de eso fue lo que hizo el Gobierno. Lo dejó solo, error imperdonable que resultó ser fatal.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 25/01/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


De Eliaschev a Verbitsky… De Alguna Manera...

De Eliaschev a Verbitsky…

Dos pesos pesados. Pepe Eliaschev y Horacio Verbitsky. Foto: Dibujo: Pablo Temes

La insólita decisión de borrar los archivos de notas críticas al Papa Francisco se dio en simultáneo con la muerte de Pepe. Escrache post mortem. 

Advertencia: esta nota se autodestruirá en cinco minutos. No se trata de una parodia de aquella serie setentista llamada Misión imposible que transpiraba espionaje desde los primeros acordes de la cortina musical del inmenso Lalo Schifrin. Es simplemente una manera de acoplarme a la flamante doctrina Verbitsky de lo que debe ser el periodismo. Más Topo que Perro, el asesor de Cristina resolvió tomar el camino inverso al que proclamó durante años: el del oscurantismo. El de la cerrazón informativa estalinista. Borró sus propias columnas de la versión digital de Página/12 con la excusa de no darle “información premasticada (sic) a la nube de periodistas europeos que preparan instant books” sobre la vida del papa Francisco. Explicación tan insólita como ridícula. Si fuera cierto, Horacio Verbitsky estaría inaugurando de esa manera una nueva forma de relacionarse con la información por parte de los cronistas: ocultarla. El mismo que escribió Un mundo sin periodistas, como síntesis de los deseos de los gobernantes ahora cambia el rumbo y toma la vanguardia que tanto le gusta. ¿Tendrá pensado quemar algunos de sus propios libros para evitar que le roben su trabajo que no le gusta “regalar”?, tal como confesó.

¿Qué pasaría si todos los periodistas tomaran el ejemplo de Horacio y borraran sus trabajos para “no darle información premasticada” a nadie. ¿Qué tal si los editorialistas que escribieron loas a la dictadura retiraran de circulación esas pruebas? La utilización de todo tipo de archivo y el resto de los periodistas son una de las fuentes informativas que suelen servir para iniciar el camino de cualquier investigación de prensa. ¿O Verbitsky nunca citó el trabajo de algún colega para sus notas? Miles de veces. Una viene a cuento porque levantó información de un libro que escribí en sociedad con José Antonio Díaz en 1989 que se llama  El heredero de Perón: Menem, entre Dios y el Diablo

El ex presidente riojano lo llevó a juicio e intentó silenciarlo porque Verbitsky había contado, entre otras cosas, que mientras estuvo preso en la cárcel de Magdalena se quebró y lloró desconsoladamente la noche en que le informaron que había muerto su madre, Mohibe Akil, y por orden del general dictador Albano Harguindeguy no le iban a permitir viajar a La Rioja a darle el último adiós. Son increíbles las vueltas que tiene la vida. La jueza que lo absolvió con un impecable fallo a favor de la libertad de prensa fue la doctora María Laura Garrigós de Rébori, actual integrante de Justicia Legítima. Y dos de los testigos que aportó la defensa de Verbitsky fueron Mariano Grondona y quien esto escribe. Verbitsky citó aquel libro que le dio “información premasticada” y yo corroboré que todo era cierto. Ya murieron, y por eso podemos revelar nuestras fuentes. Jorge Vázquez y Diego Ibáñez, los compañeros de celda de Carlos Menem, nos habían contado con lujo de detalles aquel momento. Menos mal que no se nos ocurrió borrar los originales y sacar de circulación los libros. La cita de Verbitsky hubiera quedado sin sustento, pedaleando en el aire.  

No creo que este tema sea algo menor. O merezca apenas un recuadrito titulado: “Fui yo”, como intentó resolver la controversia la estrella de Página/12. Sobre todo porque lo que el diario bloqueó de su versión digital no son textos menores. Son aquellos en los que colocó al entonces cardenal Jorge Bergoglio en el lugar de colaboracionista del terrorismo de Estado. Eran tiempos en que Estela de Carlotto y Cristina nutrían su pensamiento de esas palabras. Eran tiempos en que Néstor y Cristina habían colocado al entonces arzobispo de Buenos Aires en el lugar de “jefe de la oposición y diablo con sotana”. Luego se produjo el milagro más importante del Papa: hizo más papistas que él mismo a los kirchneristas que eran sus principales enemigos.

El kirchnerismo logró dinamitar incluso los códigos periodísticos más aceptados y compartidos, los que sostuvieron este oficio maravilloso a lo largo de los años. El intento de aplicación de la Ley Antiterrorista a un colega de Santiago del Estero, el procesamiento de otro de Bahía Blanca porque se negó a revelar sus fuentes, el escrache y los ataques sistemáticos desde el aparato propagandístico del Estado, la extorsión con publicidad oficial y a los anunciantes privados, la utilización de la AFIP y la SIDE como instrumentos de espionaje y castigo, en fin, la lista es larga y nefasta.

Pero la autocensura reconocida de Verbitsky agrega un elemento novedoso. Igual que la despreciable necrológica que el mismo diario publicó contra Pepe Eliaschev. No está mal tener una mirada crítica de una persona muerta. Un fallecimiento no puede cambiar la opinión que se tenía de esa persona en vida. Yo fui muy duro con Néstor Kirchner el día de su muerte. No creo que las personas que fueron malas se conviertan en buenas por el solo hecho de dejar de respirar. Lo que sí creo es que en situaciones tan extremas hay que poner los huevos y la firma sobre la mesa. De hecho, tuve que pagar las consecuencias por no callar mi opinión ni siquiera en un momento tan doloroso para su familia y sus militantes. Trescientas personas desaforadas con bombos y palos estuvieron en la puerta de la radio amenazando y gritando que era yo el que tenía que morir. Tuve que salir custodiado por la policía junto a Fernando Bravo. Fue horrible. Pero pagué el costo de decir mi verdad.

Lo que sí es de pésimo gusto, casi una traición a la condición humana, es matar a un muerto sin hacerse cargo de lo que se dice. La página 33 de Página/12 merece estudiarse como una de las bajezas que se pueden cometer en nombre de la revolución kirchnerista. Nadie suscribe la nota que titulan: “Un periodista con oscilaciones”. Se entiende entonces que ésa es la opinión de los editores del diario alimentado con cataratas de publicidad oficial pero que no logra acusar peso en la balanza de las ventas en los kioscos. El panfleto anti-Eliaschev cita varias veces a Horacio Verbitsky. Allí “denuncia” que Pepe escribió en la revista de Montoneros y que algunas de sus opiniones estuvieron a la izquierda de la izquierda y justificaban la lucha armada. Por eso dicen que pasó de un extremo al otro.

“De la izquierda proguerrillera y peronista hasta posiciones conservadoras antikirchneristas”. 

Lo acusan de travestismo y de negar su propia historia, cuando fue notoria la profunda y sincera autocrítica que Pepe hizo de aquella experiencia y su adhesión fervorosa y sin fisuras a la democracia republicana y pacífica. Para Página/12, parece que aprender de los errores que llevaron a una generación a la muerte producto de un militarismo  y un foquismo criminal es renegar de su pasado. En realidad la reconversión de Eliaschev, como la de tantos jóvenes de aquella época, se trata del reconocimiento más sensato de un hombre que revaloriza la democracia, la libertad y el debate para siempre. Por aquellas ideas, Pepe fue amenazado por la Triple A y debió exiliarse. Luego la dictadura de Videla censuró sus apariciones radiales desde Estados Unidos. El kirchnerismo lo silenció y lo eyectó de Radio Nacional por orden directa de Néstor Kirchner (testimonio de Luis Juez que estaba presente en el lugar) y el sector de la colectividad judía que tributa a los K no dejó de ensuciarlo cuando llevó su primicia internacional sobre el pacto de Timerman y los iraníes a la tapa de este diario. Fue desmentido y atacado por el canciller de la traición y varios de sus amanuenses comunitarios.  
Luego, todo se confirmó, con lujo de detalles y nadie tuvo la dignidad de pedirle disculpas.

Al revés de Pepe Eliaschev, a Horacio Verbitsky le salvó la vida y lo ayudó a irse por un tiempo del país un alto oficial de la Fuerza Aérea. Y eso que Verbitsky no era un mero redactor de El Descamisado. Era uno de los responsables de la temible estructura de inteligencia del grupo guerrillero.

Aprovechen a tomar nota los colegas. Sobre todo respecto de la forma en que Horacio Verbitsky fue protegido por parte de la Aeronáutica durante el genocidio.

Esta nota será borrada de la versión digital de Perfil en las próximas horas. No me gusta regalar mi trabajo ni darle información premasticada a nadie. Fui yo.

© Escrito por Alfredo Leuco el jueves 22/01/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



La verdad, ¿a quién le importa?... De Alguna Manera...

La verdad, ¿a quién le importa?...

Desde que el cuerpo sin vida del fiscal Alberto Nisman fue hallado en el baño de su departamento, me he cansado de advertir en contra de las especulaciones sin sustento y el estrépito de opiniones que confunden y angustian a lectores y espectadores, cuando no son puros intentos de manipulación. Esto concierne por igual a periodistas y dirigentes políticos, tanto del gobierno como de la oposición. He insistido en cambio en atenerme a los duros hechos, como se titula la nota que aparece en la página 6 de la edición de hoy. Entre las excepciones a esta regla deprimente vale la pena mencionar a dos periodistas del diario La Nación, Jorge Urien Berri y Hugo Alconada Mon. Sus notas de estos días muestran que los hechos pueden ponerse por delante de las opiniones y que en este oficio hay lugar para la decencia.
Cuando se trata de medios masivos, el riesgo es que el público, sin acceso a fuentes propias, tome al pie de la letra versiones interesadas que se presentan como sucesos comprobados. Una vez instalada, la versión se repite sin asomo de dudas y sobre ese dato ya asumido como incontrastable comienzan las opiniones a favor y en contra. Cuando le toca a uno, es fácil advertirlo y tengo una larga experiencia. Pero esto sensibiliza para detectar cuando otros son víctimas de esa tergiversación e induce a ser cauto, sobre todo en episodios tan tremendos como la muerte del fiscal.
Un caso paradigmático se inició con una frase del jugador de tenis Guillermo Vilas, quien en un programa de televisión declaró que si el entonces presidente Carlos Menem “hubiera dicho lo que pensaba hacer, nadie lo hubiera votado”. Un periodista se la atribuyó luego al propio Menem, otros la repitieron, los simpatizantes consideraron que era una picardía simpática, para los que no lo querían fue una repugnante muestra de cinismo y las opiniones taparon la verdad. Haga la prueba de repetirles la frase a diez conocidos. Habrá incluso quienes recuerden el tono y el gesto con que le escucharon algo que Menem nunca dijo, acaso porque era más pícaro que Vilas. Después piense qué nos enseñan esas respuestas sobre la construcción del acontecimiento, como se titula un libro del semiólogo de Clarín Eliseo Verón, que traduje del francés durante los años del exilio interno.
Esta semana fui involuntario protagonista de esa fabricación inescrupulosa de la realidad. En la edición del viernes 23 de Clarín, el columnista Nicolás Wiñaski analizó las dos cartas de la presidente CFK sobre la muerte de Nisman y atribuyó a “fuentes oficiales con acceso a la intimidad del poder” que “la segunda carta presidencial tiene otra estructura porque se redactó influenciada por los argumentos y expresiones propias del presidente del CELS, Horacio Verbitsky, y del ex juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni”. Agrega que “la segunda carta fue supervisada con más cuidado, y también por otros influyentes del poder K. Cristina tomó varios de los argumentos con los que Verbitsky criticó la denuncia del fiscal del caso AMIA. Lo citó como fuente, por ejemplo, para sostener que la acusación de Nisman era débil porque dice que el Gobierno le garantizó a los iraníes imputados en la causa que dejaría de buscarlos Interpol, algo que finalmente no pasó”. Según Wiñaski, Cristina me “citó como fuente, por ejemplo, para sostener que la acusación de Nisman era débil porque dice que el Gobierno le garantizó a los iraníes imputados en la causa que dejaría de buscarlos Interpol, algo que finalmente no pasó”. Es al revés: mi nota del martes 20 sobre Interpol se basa en la conferencia de prensa en la que Timerman leyó el mail de su secretario general Ronald Kenneth Noble, que desmiente a Nisman. Que se sepa, Timerman es ministro de Cristina, aunque esto lo solucione fácil un humorista cordobés que en el mismo diario me llama Comandante Cristinista y dice que Timerman es mi subordinado.
La referencia a fuentes que no se identifican es un hábito generalizado en la prensa argentina y en cada caso todo depende de la credibilidad de quien transcribe lo que dice que la fuente le dijo. Como regla general, cuanto menor es la seriedad del autor más ostensible es la operación. La nota de Wiñaski es ambigua, sugiere más de lo que dice, pero su editor la simplificó en el título: “Un texto con letra de Verbitsky y Zaffaroni”. Ayer, en el mismo diario, Gabriel Levinas dio otra vuelta de tuerca sobre la versión de Wiñaski. Dice que escuchó en radio “una nota que por su estilo reconocí inmediatamente escrita como del columnista Horacio Verbitsky. En ella, el autor sostenía con certeza que la muerte del fiscal Alberto Nisman era producto de un crimen, había sido asesinado. Me sorprendí al finalizar la lectura, ya que la carta había sido firmada por Cristina Fernández de Kirchner, quien había dado un vuelco fundamental en su opinión sobre la muerte del fiscal del caso AMIA. Un día después, en este diario, la nota de Nicolás Wiñazki (sic) aclaraba mi confusión inicial. La nota efectivamente había sido escrita por Verbitsky con la colaboración del ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni”. Levinas afirma como prueba de la verdad algo que Wiñaski no dijo. Lo que viene de ahora en más son derivaciones sobre por qué lo hice, cuándo, dónde, por qué razones y con qué resultados, más las consiguientes opiniones de cada emisor.
Esto no torna verdadero un hecho falso, directamente inventado, con intenciones aviesas. Desde la muerte de Nisman escribí dos columnas en estas páginas y concedí tres entrevistas: a Cecilia Laratro, de la Televisión Pública, Gustavo Sylvestre, de C5N, y Wyre Davies, de la BBC. En ningún caso afirmé lo que Levinas me atribuye. “Es prematuro concluir si el fiscal general Alberto Nisman se suicidó o fue asesinado. Cualquier afirmación al respecto que no esté sustentada por constancias indudables de la investigación sólo tiende a capitalizar lo sucedido en una dirección u otra”, comienza la nota del martes 20 (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-264334-2015-01-20.html). La del día siguiente no habla de la muerte del fiscal, sino de los endebles argumentos de su dictamen. En las dos entrevistas prediqué cautela y me negué a lanzar interpretaciones sobre su muerte cuando la investigación recién comienza  (https://www.youtube.com/watch?v=-V4-wTWFkLU y https://www.youtube.com/watch?v=7pNQ_7RsvdM). En la primera digo que no me animo a calificarlo de suicidio (cuando Sergio Berni y hasta la fiscal Fein lo afirmaban) pero que para sostener lo contrario, con lo que se conocía hasta entonces había que forzar demasiado los hechos. En ambas menciono el compromiso que el gobierno asumió con las víctimas del atentado, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2005, de reformar los servicios de Inteligencia. Agrego que no lo cumplió y señalo la relación promiscua entre esos servicios y la justicia federal. Es lo que sostuve siempre en estas páginas, aun cuando al gobierno ese lecho no le parecía incómodo. Y lo mismo sostuvo el CELS en un comunicado del 19 de enero, que se tituló “Atentado a la AMIA: la verdad y la justicia requieren decisiones políticas y judiciales firmes”. (http://www.cels.org.ar/comunicacion/?info=detalleDoc&ids=4&lang=es&ss=46&idc=1884).
Donde se ha suspendido el control de calidad es posible escribir cualquier disparate. Ni siquiera voy a especular sobre las razones de Levinas para falsear la realidad, en forma tan burda y autodescalificatoria. Sólo quiero dejar en claro cuál es mi posición para quienes leen y escuchan de buena fe, es decir la inmensa mayoría del pueblo argentino, harto de mentiras y operaciones.
© Escrito por Horacio Verbitsky el domingo 25/01/1015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.