domingo, 17 de marzo de 2013

Una campaña deshonrosa… De Alguna Manera...

Las mentirosas acusaciones contra Bergoglio y la naturaleza del gobierno...

Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá. Joseph Goebbels.

Todo el orgullo que sentimos los argentinos con la designación del Cardenal Bergoglio como Papa, fue empañado, apenas, por la calumniosa campaña en su contra que tejieron sectores del kirchnerismo. No fue algo espontáneo, sino planeado y deliberado. Tanto es así que medios y periodistas de todo el mundo se hicieron eco de esta campaña, y muchos tuvieron luego que pedir disculpas.

El epicentro de la campaña fue nada menos que el propagandista de profesión, Horacio Verbitsky, quien parece haber olvidado sus elaboraciones conceptuales sobre periodismo y propaganda en estos tiempos. El hombre, ex terrorista de Montoneros, parece estar empeñado en una guerra a todo o nada, defendiendo el “modelo” con sentencias apresuradas y mentiras flagrantes.

Verbitsky no es un improvisado. Es un bastión fundamental del aparato propagandístico del gobierno nacional. Sus campañas son premeditadas y organizadas. Por eso sus secuaces, los más exaltados y rencorosos del kirchnerismo, como D’Elía o Hebe de Bonafini, son capaces de apurarse en hacer declaraciones grandilocuentes y fuera de lugar con tal de seguir sus lineamientos.

Más allá del exceso de propaganda del kirchnerismo y el despilfarro de recursos públicos, que de por si son condenables, la orientación negativa y el contenido difamatorio de este aparato mediático dejan traslucir la verdadera naturaleza antidemocrática del gobierno nacional. No se busca tanto mejorar la imagen de Cristina, sino empeorar la de sus competidores. No se persigue tanto la difusión de información favorable al gobierno, sino ensuciar la cancha y confundir hasta el punto de teñir todo el arco político y social de una lúgubre ilegitimidad que paraliza las conciencias y detiene el debate.

En este marco, la mentira no sólo es algo válido, sino que incluso pierde el costo que tendría para cualquier proceso político democrático normal. Se miente de manera deliberada, descarada y sistemática, porque no se piensa en el aporte al bien común, sino en la imposición por cualquier medio de un relato que sea favorable a las pretensiones del poder de turno. Claro que esta funcionalidad muchas veces paga y con creces los esfuerzos realizados.

En los países democráticos normales, donde hay división de poderes, se cumple la ley y la opinión pública es lo suficientemente informada y libre como para castigar la mentira, la campaña difamatoria contra el Papa sorprendió por lo burda y grosera. Sin lugar a dudas muchos periodistas del mundo no estaban capacitados para lidiar con los niveles de impunidad y desparpajo del kirchnerismo. El inefable Michael Moore tuvo que disculparse por Twitter y pedirle a sus seguidores que quiten de sus perfiles la falsa foto de Bergoglio dándole la comunión a Videla.

Como parte de esta campaña, Verbitsky tildó a Bergoglio de “populista”, intentando darles una connotación negativa (paradójicamente) a sus virtudes de humildad, austeridad y cercanía con la gente (cualidades que escasean escandalosamente en la líder populista por excelencia que él tanto se esfuerza por defender, lo que prueba que no son inherentes al populismo ni mucho menos). Sin embargo, su agudeza a la hora de tergiversar la realidad no alcanzó esta vez para penetrar la armadura de acero que parece proteger a Francisco, y probablemente le haya hecho más daño al gobierno que el que osó propinarle al flamante Papa.

Personalidades como Adolfo Pérez Esquivel y Graciela Fernández Mejide salieron inmediatamente a aclarar que no existía información alguna que vincule a Bergoglio con la dictadura. Es más, el episodio, además de sorprender y confundir al mundo, sirvió para sacar a relucir otro galardón que se le adjudica a Francisco: haber colaborado con perseguidos políticos durante la dictadura, arriesgando su propio pellejo, muy lejos de la actitud evasora y acomodaticia que adoptaron en aquel entonces, con todo derecho, Cristina y Néstor Kirchner.

© Escrito por Rafael Micheletti el domingo 17/03/2013 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

El Papa de la era estatal… De Alguna Manera...


El Papa de la era estatal…

Cuando el mundo estaba atravesando la crisis económica de la Gran Depresión, en 1931, el papa Pío XI hizo la primera mención expresa a la doctrina social de la Iglesia en la encíclica Quadragesimo Anno. Dos años después, Estados Unidos inició su New Deal, caracterizado por el crecimiento de la participación del Estado en la economía. Poco después, la doctrina social de la Iglesia nutre con sus conceptos ideológicamente al peronismo: capitalismo social, un equilibrio entre la máxima justicia social y la máxima libertad individual posibles con distribución de la renta sin violencia.

A Bergoglio le tocará el próximo martes asumir como papa en un mundo que, tras el colapso primero del comunismo y luego la crisis del neoliberalismo, se encamina hacia una segunda ola de capitalismo social con crecimiento de la participación del Estado en la economía y recetas que unen a Pío XI y Keynes, como lo refleja el gráfico que acompaña esta columna. Justo para un papa peronista como sería Francisco.

Entre los años 2001 y 2011, el peso del Estado sobre el total de la economía pasó en la Argentina del 29% al 40%, esencialmente promovido por el kirchnerismo. Pero en el liberal Estados Unidos pasó del 34% al 41%, llegando al 44% en 2009, cuando tuvieron que salir a subsidiar al sistema financiero para que no quebraran los bancos. O en Inglaterra, el país que inició la revolución neoliberal con Margaret Thatcher, el peso del Estado pasó del 37% al 45%. Lo mismo sucedió hasta con los austeros japoneses y los siempre estatistas franceses, cuya participación del Estado en la economía, medida como total del gasto público sobre el producto bruto nacional, alcanzó el récord del 56% del total.

Los motivos no son necesariamente ideológicos sino de necesidad: cuando se produce una crisis económica la inversión privada se retira, el gasto de los privados se contrae y sólo queda el Estado, con su capacidad de financiar déficit con emisión y/o con deuda para invertir. En el caso de la Argentina, la reestatización de una parte de la economía se anticipó a la de los países desarrollados simplemente porque nuestra crisis económica fue en 2002 y la de los países desarrollados en 2008, pero la respuesta fue siempre la única posible.

Al revés, en países como Brasil o China –que no sufrieron la implosión que padeció la Argentina de 2002 ni la crisis económica de los países desarrollados de 2008 sino sólo sus consecuencias derivadas– no hubo un crecimiento del peso del Estado sobre el total de la economía: en Brasil apenas aumentó 1% y en China directamente bajó.

“Es normal que el papel del Estado cambie de acuerdo con las circunstancias”, dijo el Premio Nobel de Economía de 2001, Michael Spence. En los 80, Ronald Reagan se hizo presidente de los Estados Unidos sosteniendo que “el Estado no es la solución a nuestros problemas, el Estado es el gran problema”. Incluso en los 90, Bill Clinton llegó a la presidencia diciendo: “No vamos a enfrentar nuestros desafíos con un Estado grande, la era del Estado grande se terminó”. Hoy Obama es reelecto sosteniendo que “en la nación más rica del mundo nadie que trabaje jornada completa deberá vivir por debajo de la línea de la pobreza”. Quizás por eso Obama fue tan efusivo en darle la bienvenida al nuevo papa, con la esperanza de que lo ayude a frenar a los ultracristianos del Tea Party y a convencer a Merkel de que debe ser más heterodoxa en materia económica.

Mucho cambió desde que Friedrich Hayek ganó el Premio Nobel de Economía en 1974; sostenía que los precios de los productos se regulan automáticamente y transmiten informaciones eficientes para la economía de manera mucho más poderosa que cualquier sistema basado en la planificación centralizada.

Pero ante una crisis económica como la de 2008 en los países desarrollados, quizás hasta Hayek podría haber propuesto seguir –por un rato– las ideas de Keynes sobre una mayor intervención del Estado en la economía.

En esta década se desarrolló un debate ideológico sobre el tema. En 2010, los británicos Richard Wilkinson y Kate Pickett publicaron el libro El espíritu de la igualdad: por qué razón las sociedades más igualitarias funcionan casi siempre mejor. Al año siguiente, el presidente del Instituto Regulador Financiero de Inglaterra desarmó los argumentos de Wilkinson y Pickett en su libro La economía después de la crisis: objetivos y medios. En coincidencia, el Premio Nobel de Economía de 2006, Edmund Phelps, sostuvo que “no hay evidencia de que países con sectores públicos voluminosos sean buenos en la generación de crecimiento. Si se excluye a los países escandinavos, la magia del Estado grande desaparece”.

Quizás el punto medio lo pone el progresista Premio Nobel de 1998, Amartya Sen, hijo de la religiosidad de la India, quien en su libro Desarrollo como libertad escribió que si existiera un mundo donde la economía planificada fuera tan eficaz como el mercado, eso no haría a esa opción más deseable porque el hecho de que las personas puedan elegir dónde trabajar, qué producir o qué consumir es un importante factor de libertad para los seres humanos.
El nuevo papa podrá ser un gran mediador en el dilema de siempre: cuál es el grado de libertad y de igualdad que mejora la vida de los seres humanos.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 17 de Marzo de 2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




sábado, 16 de marzo de 2013

Boca Unidos de Corrientes 0 vs. Huracán 1... De Alguna Manera...


El globo extendió su racha en Corrientes…


Con gol de Mauro Milano de penal, Huracán derrotó a Boca Unidos por 1 a 0 en Corrientes. Con este resultado, el equipo de Llop obtuvo su tercer triunfo consecutivo en el torneo. Una vez finalizado el encuentro, el técnico Claudio Ubeda fue crítico con el arbitraje de Pablo Díaz.

Una sola jugada abrió la polémica en el estadio bajo el sol de la tarde correntina. A los 24 minutos de la primer etapa, donde todavía la impresión y el desorden les jugaba en contra a los 2 equipos, un error de la defensa local le dio la posibilidad a Mauro Milano de tomar la pelota y cuando ingresó este al área de Sessa fue derribado por Moises cobrando Pablo Díaz el penal. Una vez culminado el reclamo del dueño de casa, no estando de acuerdo con la sanción ya cobrada por el juez, el mismo Milano ejecutó el tiro de los 12 pasos convirtiendo el gol del triunfo.

De ahí en más, aprovechando los nervios del local, fue Huracán quien tuvo 2 oportunidades claras para poder ampliar la diferencia. Al comenzar la segunda mitad, metiendo Úbeda dos delanteros del banco para buscar la igualdad, Boca trató de inclinar la cancha a su favor sin lograr lastimar al rival. La más clara para el "diablo norteño" estuvo en los pies de Nuñez quien se perdió frente a Islas el tanto del empate, al no poder conectar de lleno el balón enviado al corazón del área quemera a solo quince para el final. Bajo la silbatina de sus hinchas, el aurirrojo terminó el partido confundido en su juego y sin preocupar a su rival.

Con este triunfo el globo se aleja de la zona de descenso y con la mente puesta en los 2 rivales que tendrá como local, sueña con prenderse en el lote de los que pelean por estar cerca de Central. Boca en cambio con esta derrota sigue sin poder levantar cabeza.

Síntesis:

Boca Unidos 0
Gastón Sessa; Franco Flores, Alan Pérez, Matías Moisés y Leonardo José Baroni; José Luis Villanueva, Diego Sánchez Paredes, Alejandro Frezzotti y Rodrigo Archubi; Santiago Raymonda y Cristian Manuel Nuñez.

DT: Claudio Ubeda.

Suplentes: José Luis Martínez Gullota, Alejandro Manchot, Alfredo Ramírez, Matías García, Guillermo Israilevich, Victor Galarza y Héctor Moráles.

Huracán 1

Daniel Islas; Federico Mancinelli, Rodrigo Erramuspe, Alexis Ferrero, Guillermo Sotelo; Alexis Danelón, Walter Busse, Hugo Barrientos, Matías Giménez; Mauro Milano y Jerónimo Barrales.

DT: Juan Manuel Llop

Suplentes: Gastón Monzón, Leonardo Zaragoza, Lucas Villarruel, Cristian Sánchez Prette, Cristian Espinoza, Leandro Kuszko y Daniel Vega.

Gol: 24 PT Mauro Milano de penal (H)

Cambios: Garcia por Archubi; Israelevich por Flores y Morales por Villanueva en Boca Unidos; Kuszco por Milano; Villaruel por Giménez y Vega por Barrales en Huracán

Amonestados: Sánchez Paredes, Moises, Archubi y Baroni en Boca Unidos; Barrientos y Erramuspe en Huracán

Arbitro: Pablo Díaz

Líneas: Ariel Bustos y Eduardo Lucero

4to árbitro: Miguel A. Mazon

Estadio: Huracán de Ctes (Local B.U.)
 
© Escrito por Marcelo Salvio el domingo 17/03/2013 y publicado por Mundo Ascenso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Gato encerrado...


El arquero se mostró con mucha bronca por la derrota. Sessa, de Boca Unidos, tiró tras el 0-1: “Los hinchas nos putean porque nos piden plata y no se la damos”. Hot...

Temperamental como es, no se lo iba a callar por mucho tiempo. Menos guardárselo. Por eso, tras la derrota de ayer, Gastón Sessa, arquero de Boca Unidos, no intentó ocultar su enojo por el 0-1: “Hacemos un terrible esfuerzo durante la semana, pero no se nos dan las cosas. Y eso es algo que te da muchísima bronca. Sobre todo si después, durante el partido, nos hacen cuatro penales claritos que el juez no los cobra”. Calentura...

Y fue ahí cuando terminó de hacer catársis. Con la calentura por la derrota aún en flor de piel, el futbolista tiró: “Los hinchas nos putean porque nos piden plata y no se la damos. Si son verdaderos hinchas, que vengan al estadio a alentar”, tiró el jugador. ¿Motivo? Durante varios lapsos del encuentro, desde la popular del equipo local surgieron cánticos en contra de la Comisión Directiva. 

También le dedicó unos segundos a otro de los protagonistas de la noche: el pésimo estado del campo de juego. “No tenemos cancha propia, y por eso tenemos que terminar jugando en una alquilada que es un desastre”. Ahora, ¿y el rival? “Huracán nos presionó bastante bien y no nos dejó hacer el partido que teníamos pensado”. Y antes de irse, cerró: “El penal es dudoso. Creo que el árbitro se equivocó, pero es humano, le puede pasar a cualquiera”.

© Escrito por Ruben Poletti el domingo 17 de Marzo de 2013 y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pablo Díaz: "No dude en cobrarlo"...

Pablo Díaz, árbitro del partido entre Boca Unidos y Huracán, fue el último en retirarse del estadio bajo el reproche de los locales por la sanción cobrada en el gol de la visita. Con respecto a la jugada polémica del penal el referí comentó: "Fue una jugada rápida que el defensor cruza al delantero y se lo lleva puesto. No dude en cobrar el penal."

Con respecto a las declaraciones de Ubeda una vez finalizado el encuentro, el juez opinó: "Ellos se quejan porque el penal a Huracán le dio el triunfo, pero tienen que entender que la falta existió dentro del área".

© Escrito por Marcelo Salvio el sábado 16 de Marzo de 2013 y publicado por Mundo Ascenso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Las fotos:

 
 




 



Los goles:



Las estadísticas: