¿Qué es la manipulación?
La manipulación es la facilidad para influir sobre otros pero cuando es empleada con el único propósito de satisfacer y complacer las propias necesidades a costas de las de los demás.
Hablamos de manipulación cuando la persona utiliza ciertos recursos para cumplir sus deseos sin valorar ni tener en cuenta los intereses de los demás. Una persona manipuladora influye sobre sus blancos o víctimas con tal habilidad que trata de conseguir sus propios objetivos. Se ubica en un lugar de (supuesto) poder y puede reforzarse con amenazas directas o indirectas de castigo para lograr manejar al otro. Finalmente termina haciendo que los demás cedan ante sus exigencias.
Su habilidad es tal que a una persona (su víctima) puede resultarle muy difícil darse cuenta de que está siendo manipulada, dado que el manipulador suele emplear distintos mecanismos de intimidación, amenaza o engaño y puede disimularlo muy bien.
Muchas veces con tal de evitar un conflicto, o porque el manipulador ha generado confusión y/o culpas, o por mantener un “sano” vínculo con la persona, preferimos anular nuestras propias necesidades y satisfacer las ajenas. Esto significaría haber caído en la trampa de la manipulación, de la cual no es fácil salir, y peor aún, nuestra integridad se pone en juego.
Perfil de un manipulador
“De acuerdo a varios autores (Forward, 1998; Cloud,H; Townsend,J; 2000) que rescatan este tema de la manipulación, pueden resumirse a continuación, diversas características existentes en las personas que manipulan:
- Conocen muy bien nuestros puntos vulnerables, incluso nuestros secretos, conocimiento que suelen utilizar para formular amenazas o ejercer presión cuando no están consiguiendo lo que desean.
- Se trata de personas que están muy cerca nuestro y nos conocen bastante, generalmente las amistades, la pareja, los hijos/as, los progenitores, el jefe.
- Utilizan nuestras necesidades de afecto y de aprobación para amenazar con retener o eliminar ese afecto, o peor aún, para hacernos sentir que debemos ganarlo.
- Suelen comportarse como si cada desacuerdo fuera el factor decisivo de la relación.
- Los instrumentos que utilizan: el miedo, la obligación y la culpa. A través de éstos, las personas manipuladoras, nos pueden generar un temor que nos impide confrontarlos, nos hacen sentir obligados a ceder y culpables si no lo hacemos.
- Son capaces de encubrir muy hábilmente la presión que ejercen en nosotros.
- Las personas manipuladoras, suelen ser sumamente inseguras, a pesar de que tratan de demostrar todo lo contrario. Sus temores al cambio, a la pérdida, al rechazo o al desgaste del poder, son encubiertos por actitudes egoístas y dominantes.
- Cada vez que la persona manipuladora experimenta situaciones de riesgo o que ponen en cuestionamiento su poder, se dispara su potencial manipulador. No suelen tolerar la frustración.
- Situaciones como el divorcio, la jubilación, el rechazo amoroso, la pérdida de trabajo, la enfermedad, la crisis económica, entre otras, suelen desencadenar con más facilidad el comportamiento manipulador.”
Según Forward (1998) habría cuatro tipos de manipuladores:
1) los castigadores,
2) los autocastigadores,
3) los sufrientes y los
4) atormentadores.
1) Los castigadores expresan abiertamente lo que desean y las consecuencias que enfrentaremos en caso de no complacerlos. Si les ofrecemos resistencia, se alteran de inmediato. (Ej: “si vuelves a trabajar se acaba todo” ó “si te divorcias de mí no volverás a ver a los niños y quedarás en la calle”.
2) El autocastigador enfatiza el daño o sufrimiento del que será objeto si no le cumplen sus deseos. Sus amenazas son en torno a su salud o a su felicidad: “No me contradigas porque enfermaré”, “Si haces eso me deprimiré”, “Si me dejas, me mato”.
1) El sufriente: se preocupan por lo mal que se sienten y quieren que estemos al tanto de lo que “les hemos hecho”. Se pueden deprimir o llorar. Se victimizan, creyendo que conspiramos en su contra por no complacer sus deseos. Además nos avisan que si no hacemos lo que ellos desean, van a sufrir, saldrán heridos, y todo por nuestra culpa. “Nunca me llamas, ni me visitas, te has olvidado de tu padre”, “No creo que te importe lo que he estado pasando en este tiempo que te has desentendido de mi”, “Por tu culpa…”.
2) El atormentador es el manipulador más sutil. Tiende a prometer atención, amor, dinero, un ascenso etc. pero deja en claro que no vamos a conseguirlo a menos de que complazcamos sus necesidades. Saben bien lo que necesitamos, pero el premio se va desvaneciendo mientras nos acercamos. Algunas frases que representan este estilo: “Te ayudaré, si…”, “Te acompañaré, si…”, “Te lo pondría más fácil, si tu sólo hicieras…”
Las personas manipuladoras tienen bastante dificultad con los límites y la disciplina. Recibir un “no” les es muy frustrante, tienen una baja tolerancia a la frustración.
Pero finalmente son víctimas de su propia insatisfacción, ya que tienen que depender de que otros cumplan sus deseos. “Si bien parece que «obtienen cuanto desean de la vida», son todavía esclavos de sus apetitos…Los controladores tienen escasa capacidad para responder por sus vidas. Tan acostumbrados están a las intimidaciones y las insinuaciones que no pueden arreglárselas por sí mismos en el mundo” (Cloud,H; Townsend,J; 2000, p.65-66).
¿Cómo detectar si alguien me está manipulando?
Si sentimos que alguien, directa o indirectamente nos hace decir o hacer algo que no aprobamos del todo, pero aún así terminamos cediendo, es muy probable que estemos siendo manipulados.
Dentro de la trampa del manipulador/a, terminamos muchas veces permitiendo que controle nuestras decisiones y nuestro comportamiento.
Susan Forward (1998) llama al manipulador como “chantajista emocional”. Ella afirma que con sólo experimentar una de las siguientes opciones, ya se es víctima de un/a manipulador/a:
-Amenazan con volverte difícil la vida si no haces lo que quieren;
-Amenazan constantemente con poner fin a la relación si no haces lo que quieren;
-Te dicen o dan a entender que se harán daño o se deprimirán si no haces lo que quieren;
-Siempre quieren más por mucho que les des;
-Habitualmente dan por sentado de que cederás;
-Habitualmente ignoran o no hacen caso de tus sentimientos y aspiraciones:
-Hacen generosas promesas que están supeditadas a tu comportamiento y rara vez las cumplen;
-Te tachan de egoísta, malo/a, interesado/a, insensible o descuidado/a cuando no cedes;
-Se deshacen en alabanzas cuando cedes y las retiran cuando te mantienes firme;
-Utilizan el dinero como arma para salirse con la suya.
Fuente: saborysalud.com
Cloud, H y Townsend, J. Límites.(2000). Editorial Vida: Miami, USA.
Forward, S. Chantaje emocional. Claves para superar el acoso moral. (1998). Ediciones Martínez Roca, S. A: España.
Riso,W. Deshojando Margaritas. Acerca del amor convencional y otras costumbres. (2003). Grupo Editorial Norma: Bogotá, Colombia.