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miércoles, 23 de septiembre de 2015

¡Don Niembraa! Marche un Telebeam... @dealgunamanera...

Trumposos…

¡Don Niembraa! Marche un Telebeam. Pablo Temes

Cómo los nuevos líderes emergen y actúan fuera y dentro del poder.

La consagración de James Corbyn como líder del Partido Laborista inglés confirma una tendencia en la que coinciden el mundo desarrollado y el emergente: el resurgimiento de referentes antisistema, rupturistas respecto del statu quo vigente, en general abiertamente críticos respecto del establishment de sus países o de sus organizaciones. Desde el papa Francisco hasta Donald Trump, pasando por Alexis Tsipras en Grecia, Pablo Iglesias en España, César Acuña en Perú, el ascendente candidato demócrata Bernie Sanders y la otra sorpresa del Partido Republicano, el neurocirujano Ben Carson, representan el signo de una época en la que predomina un fuerte y generalizado malestar.

No se trata de un fenómeno muy reciente ni tan original. Hace siete años, Barack Obama ganó las primarias de su partido compitiendo contra la candidata del establishment demócrata, Hillary Clinton, con un claro mensaje de cambio que luego lo llevó al triunfo en las presidenciales contra Mitt Romney. Pepe Mujica construyó su personaje en función de un espontáneo pero no menos innovador etos basado en la sencillez y la austeridad, dos valores muy poco comunes en la actualidad. La irrupción de Hugo Chávez en Venezuela se explica por el hartazgo con el sistema político imperante, pletórico de cleptocracia e incapaz de ampliar las oportunidades a los sectores más relegados. En este sentido, Evo Morales y Lula da Silva representaron banderas similares. Incluso los Kirchner se vieron a sí mismos (y, durante un buen tiempo, lo fueron) como líderes transformacionales.

Quien quiera seguir hurgando más atrás en la historia se topará con la década del 60, protagonizada por líderes que pugnaron por cambiar sus sociedades, desde JFK y Martin Luther King, hasta Mao y Golda Meir, pasando por el Che Guevara y Juan XXIII. La tendencia contemporánea tiene, no obstante, características singulares que la diferencian con situaciones similares del pasado. Por lo pronto, alcanza un ímpetu inusitado y abarca tanto expresiones de izquierda como de centro y de derecha. Además, funciona en otros poderes: en distintos países, la Justicia avanza en procesos que hacen temblar a los gobiernos de turno, como ocurrió en Guatemala recientemente, o con las investigaciones sobre corrupción en empresas estatales brasileñas, con Petrobras a la cabeza, que están haciendo pasar por el banquillo de los acusados a los principales referentes políticos y empresariales de ese país. 

Por último, esta tendencia se extiende a otros espacios sociales más amplios y descentralizados y a ámbitos hasta hace poco ajenos a estas olas de cambio. Nuevas tecnologías como las redes sociales han empoderado a la sociedad, capaz de organizar marchas multitudinarias o de boicotear el silencio autoimpuesto o la censura sobre los medios de comunicación tradicionales. Por ejemplo, en Tucumán: las fotos de urnas ardiendo y los bolsones de comida aparecieron en Twitter antes que en los noticieros, aun los de los canales enfrentados al Gobierno.

¿Cuál es el impacto que han tenido en la práctica estos audaces intentos de cambio? Por lo general, relativamente acotado. Es muy difícil ser disruptivo con el sistema desde el poder, es decir, desde dentro y de acuerdo a las reglas establecidas.

Por eso, a poco tiempo de asumir puestos de tanta responsabilidad, estos líderes tienden a volverse mainstream. Como si el orden preexistente domesticara, más temprano que tarde, esa vocación revolucionaria que los llevó hasta ahí. Tal vez, desde afuera todo cambio se vea posible pero, una vez adentro, se descubre que los mecanismos de freno y contrapeso son más potentes de lo que parecen. Independientemente de cuáles sean las causas, la realidad es que es raro que los procesos de cambio enunciados por estos líderes durante su etapa de efervescencia tengan luego un correlato sostenido en el tiempo o hayan alcanzado las metas propuestas originalmente.

Ambición. Una de las características de estos liderazgos impetuosos es que tratan de desarrollar una agenda amplia y ambiciosa. Muchas veces se topan con que carecen de foco o de una adecuada planificación estratégica. En otros casos, no cumplen al pie de la letra con los procesos administrativos o legales vigentes con el objeto de aprovechar la inercia de cambio y avanzar todo lo posible. A menudo, minimizan las reacciones que siempre generan, en las personas y en las organizaciones, las pulsiones de cambio. Tsipras debió resignarse y aceptar la rigurosidad del acuerdo con la Unión Europea, renunciando a casi todas las metas que pretendía conseguir. El juez Sergio Moro está siendo criticado, cada vez más, por prestigiosos especialistas brasileños. Se lo acusa de abusar de instrumentos existentes, como la delación negociada, y de tergiversarlos en la práctica. “El que mucho abarca poco aprieta”. Un viejo dicho que describe con precisión casi quirúrgica los dilemas que enfrentan estos líderes de vocación innovadora.

Ajenos a este fenómeno mundial, los principales candidatos presidenciales argentinos se cuidan en exceso de no ser vistos como demasiado rupturistas. Con la excepción de Sergio Massa, tanto Scioli como Macri se mueven dentro de parámetros muy generales para evitar ahuyentar a un electorado que continúa manifestando preferencias bastante conservadoras respecto del estado de cosas existente.

Una situación curiosa, en particular si se piensa que el ganador no va a tener alternativas y deberá implementar fuertes cambios. En especial en las áreas económica y de política exterior, que, además, deberán estar finamente coordinadas porque el país no podrá enfrentar el pantagruélico desafío de sincerar la economía sin una efectiva reinserción internacional.

De este modo, la Argentina evita debatir sobre los aspectos cruciales, no porque sean áridos o porque no existan expertos asesorando a los candidatos, sino porque se visualizan como electoralmente costosos. Ya habrá tiempo para denunciar la pesada herencia recibida y la necesidad de ajustarse los cinturones frente a la dura realidad que nos tocará vivir.

Una vez más, entonces, la Argentina se constituye en una excepción. Mientras en el mundo los líderes emergentes amenazan con destrozar la esclerosis existente y con romper las cadenas establecidas, nuestro país prefiere seguir aletargado, al menos en el plano discursivo, en la siesta populista en la que se acomodó luego de la gran crisis de comienzos de siglo.

© Escrito por Sergio Berestein el domingo 20/09/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

lunes, 3 de agosto de 2015

Radioaficionados: la primera red social… @dealgunamaenra...

Radioaficionados: la primera red social que aún sobrevive a Internet y los teléfonos celulares…


Un hobby que no pierde vigencia. En Argentina todavía hay 16 mil radioaficionados que tienen la licencia al día. Como si fuera Facebook y Twitter, se conectan con gente de todo el mundo. Son clave para asistir en tragedias y desastres naturales.

El término "redes sociales" se usa casi exclusivamente para definir los nuevos vínculos que surgieron con Internet, como Facebook, Twitter y las mil variantes que se ponen de moda. Son la "nueva gran cosa" del mundo moderno. Pero hay redes sociales que llevan un largo camino promoviendo vínculos entre personas de todo el mundo. Los radioaficionados son una de estas redes sociales que perduran en el tiempo, una suerte de club entre fanáticos de la radiofonía, un hobby particular, lleno de historias emotivas y de rituales propios.

En Argentina, hay más de 16 mil radioaficionados con la licencia al día y 135 radioclubes en todo el país. Es una actividad que los acompaña durante buena parte del día –sí, como si fuera Facebook– pero que también tiene un perfil solidario. En las inundaciones de La Plata y de Santa Fe, por ejemplo, cuando no había comunicaciones, los radioaficionados estaban ahí para dar ayuda y asistir a las autoridades en la coordinación de los operativos de rescate.

Para este mundo con reglas propias, ser radioaficionado supone una carta de presentación, un valor agregado que implica camaradería, solidaridad y hospitalidad. En una tarde en el Radio Club Argentino, las historias de encuentros con otros radioaficionados se multiplican por cada socio.

Este es el objetivo primario de la actividad. Navegar por el dial en busca de una respuesta, empezar a hablar e intercambiar información. Tan sencillo como eso. Una suerte de paradoja, porque es una actividad solitaria que busca un contacto del otro lado. Y el certificado oficial de cada vínculo que hace un radioaficionado es una "tarjeta QSL", una especie de tarjeta postal que se intercambia con cada uno de los radioaficionados que se hizo vínculo.

Es una actividad regulada por el Estado. Para tener la licencia hay que hacer un curso y hay diferentes categorías (inicial, novicio, intermedio, general y superior).

El curso inicial requiere unos tres meses y, entre otras destrezas, los aspirantes deben aprender telegrafía.

Pero también se aprenden reglas no escritas. Por ejemplo, que en las comunicaciones hay tres temas que no se pueden tocar: "no se puede hablar de política, de religión y no se pueden hacer comunicaciones para sacar un provecho económico", explica Lucas Maiorov (ver Testimonio).

Nota de Lucas Maiorov
"Es un hobby caro. Bueno, todos los hobbies son caros, implican un gasto", dice Carlos Linares (58), radioaficionado desde los 15 y socio del Radio Club Argentino. Un equipo usado básico, como para empezar a transmitir puede costar entre 3 y 5 mil pesos. Hay otros más evolucionados, nuevos, por 1.500 dólares. Pero también muchos de los clubes tienen equipos que se pueden prestar a los aficionados para que den sus primeros pasos. En general siempre fue una actividad más de hombres, pero en los últimos tiempos se han sumado muchas mujeres. De todas maneras, hay cierto declive. En 2008 había más de 23 mil radioaficionados.

"La actividad siempre sigue vigente. Ha disminuido porque había mucha gente que era radioaficionada por necesidad, porque no tenía otro método para comunicarse", dice Gonzalo Fernández, del Buenos Aires Radio Club.

"Inicialmente es un hobby como cualquier otro. Lo haces sin poder explicarlo. Después te vas dando cuenta que es mucho más que eso", dice Fernández. Es uno de los organizadores del HamFest, una feria en donde se presentan equipos, innovaciones, encuentros con otros clubes. Un lugar en donde muchas voces y muchos vínculos se vuelven reales.

"Esto es para curiosos, inquietos. Te permite hacer amigos, conocer lugares, geografía. Hay islas muy pequeñas, desconocidas para la mayoría de la gente, pero estoy seguro que todos los radioaficionados sabemos en donde están, porque seguro que algún 'loco' amigo nuestro llevó equipos para transmitir", dice Fernando, otro de los socios.

Como cada viernes, hay actividad en la sede del Radio Club Argentino. Los socios van llegando. Algunos hablan de equipos, otros organizan las tarjetas que llegaron desde todas partes del mundo. Uno de los socios sube a un altillo, en donde está una de las transmisoras, y difunde un boletín con los datos y las actividades del club. Afuera, miles de otros aficionados escuchan. Una red social que sigue vigente. 


© Escrito por Diego Geddes el lunes 03/08/2015 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

viernes, 15 de mayo de 2015

"Perdón River"... @dealgunamanera...

"Perdón River", el mensaje de muchos hinchas de Boca en las redes...


Vergüenza, escándalo, papelón, bochorno. Las palabras para describir lo que sucedió ayer a la noche en el Superclásico quedarán escritas en los libros de historias negras del fútbol argentino. Pero tal vez exista un rayo de luz que permita iluminar tanta oscuridad: el pedido de perdón de los hinchas de Boca para con los de River.

Un afiche en el que se lee la frase “Disculpa River” ya es viral en las redes sociales en donde los usuarios, en general hinchas del club de la ribera, comparten y agregan algunas palabras. En Twitter es donde más se puede notar esta tendencia, mientras que en Facebook lo que más se lee son mensajes de tristeza y de un pedido unánime: “Que vuelva la paz”.

Por ejemplo Luis alberto De Genn ‏(@genn_luis) tuiteó: “Perdon jugadores de River, como hincha de Boca me siento avergonzado, nos merecemos como Institucion, la descalificación”. Otro usuario en este caso Guillermo Mayoraz (‏@Mayoraz) escribió: “Perdón River. Nosotros nos creíamos diferentes de ustedes que quemaron su cancha, pero lo de anoche demostró que también damos vergüenza”.

La 12 tuittera (@la12tuittera) con casi 250 mil seguidores también aportó su mensaje teñido de indignación: “No tienen idea la bronca e impotencia que tenemos. Estuvimos casi un mes esperando estos partidos. Indigno de la historia de #Boca esto”. Andres Gil Dominguez ‏(@agildominguez) “Como hincha de Boca a los hinchas de River con los que comparto la misma pasión les pido perdón por algo tan vergonzoso”.

©  Publicado el jueves 15/05/2015 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

  

domingo, 22 de marzo de 2015

Hackear es un Placer... De Alguna Manera...

Contratar un hacker para un delito es rápido, fácil y barato…

Hackers. Los pedidos más comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares, pareja o socios. Foto: Cedoc

Conseguir el password del e-mail o de Facebook y Twitter de familiares, socios, o de la pareja son los pedidos más comunes de este fenómeno.

En Argentina conseguir los servicios de un hacker y encargarle un trabajo ilegal es extremadamente fácil. Para entrar al e-mail del hijo, violar el Facebook de un socio, el Twitter de un competidor o “voltear” el blog de una ex, basta con buscar unos minutos por internet, elegir un “proveedor” y, tras pagar una cifra de alrededor de US$ 30, sentarse a esperar el resultado. Sin embargo, según los expertos, éstos pueden inútiles e incluso riesgosos para el contratante.

“Los servicios más solicitados son contraseñas de correos para espiar a parejas, hijos, empleados y socios”, le contó a Perfil, vía mail, un hacker que aceptó el reportaje. “También nos piden bloquear ciertas páginas web, espiar conversaciones de WhatsApp, conseguir passwords de Facebook o de otras redes similares”.

Otro de los oferentes de este tipo de acciones con el que se contactó este diario agregó: “Si bien lo que más nos piden es acceder a redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram de otras personas; también recibimos muchos encargos para hacer cambios de notas en sitios de universidades o de escuelas”.

Por otra parte, uno de los entrevistados –que dio indicios de tener la base en Perú– detalló que integra un equipo de hackers de diversas partes del mundo y comentó: “Tenemos un promedio diario de diez clientes que nos llegan desde Argentina”.

Los interesados encaran una contratación rápida. Según explicó Hackers a tu Servicio, la negociación es simple: “Una vez acreditado el pago, pedimos los datos del servicio que desean. Como tenemos cientos de encargos diarios, nuestra respuesta puede demorar de 1 a 3 días. Y si alguien duda de nosotros, le comento sobre la gran reputación que tiene nuestra página, ya que estamos trabajando desde 2012 y no van a encontrar una sola queja sobre nuestros servicios”.

Riesgos. Lo particular es que este tipo de “contratos” es absolutamente ilegal. “Según la ley penal argentina, quienes encargan esas acciones podrían ser considerados “partícipes necesarios” de diversas figuras. Y la Ley 26.388 prevé penas que van de 15 días a 6 meses de prisión, aunque son delitos excarcelables”, detalló Daniel Monastersky, experto en derecho informático. “Además –agregó– pueden configurarse otros delitos, como suplantación de identidad, fraude o calumnias”.

Pero Monastersky también aclara: “Lo que vemos todos los días en la práctica es que en la sociedad hay un enorme desconocimiento sobre el hecho de que entrar a una cuenta de e-mail ajena o interferir en la red social de otro es un delito”.

Razones. Según el experto en seguridad Gabriel Zurdo, director de la consultora BTR Consulting –especializada en Ethical Hacking y auditoría digital–, las razones del aumento de esta oferta son varias: “Estos servicios se ofrecen porque realizarlos es fácil gracias a que los programas que facilitan ese tipo de ataque se han masificado. Además, se volvieron muy simples de usar, incluso por parte de gente que no tiene conocimientos profundos de informática”.

Zurdo detalló: “Tenemos muchos clientes que nos comentan haber pasado por esa experiencia, y el 80% de las veces quien concreta ese pedido ilegal termina siendo estafado: paga y no recibe nada”.

Incluso el interesado puede pasar de victimario a víctima, tal como le explicó a Perfil Sebastián Bortnik, gerente de investigación en ESET, una organización dedicada a seguridad digital. “Como se están contratando servicios prohibidos, en un mercado ilegal, no hay ninguna garantía para exigir resultados. Y es bastante usual que quien lo encargue termine siendo estafado. Por ejemplo, vimos casos en los que hackers truchos le daban al cliente evidencias falsas de sus “logros”.

Bortnik da otra razón para desconfiar de estas ofertas: “Los realmente expertos en estas temáticas se dedican a hackear en forma silenciosa a grandes corporaciones, por cifras millonarias. O trabajan en la seguridad informática legal, asesorando en ‘hacking ético’, a empresas que buscan mejorar su seguridad”.

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© Escrito por Enrique Garabetyan el sábado 21/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Esta nota no alienta en absoluto ningún tipo de hackeo, el cuál es un hecho penado por la Ley Argentina.


 Hackers. Los pedidos más comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares, pareja o socios. Foto: Cedoc


Hackers. Los pedidos más comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares, pareja o socios. Foto: Cedoc 


Hackers. Los pedidos más comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares, pareja o socios. Foto: Cedoc

 En EE.UU. Hacker List, la página más popular en este tema. Foto: Cedoc

Hackers. Los pedidos más comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares, pareja o socios. Foto: Cedoc 


lunes, 25 de noviembre de 2013

La intimidad en las Redes Sociales... De Alguna Manera...

Mirá qué fácil es conocer tu intimidad gracias a las redes sociales… 


Un experimento muestra todo lo que podés averiguar sobre las personas que te rodean sólo mirando su actividad pública en Twitter, Facebook, Foursquare o Instagram.

Desde hace un par de meses, todas las semanas se destapa un nuevo escándalo de espionaje o atentados contra la privacidad en Internet. Nadie niega que esos hechos no sean graves y demanden una atención especial por parte de las autoridades. Sin embargo, no hace falta tender una red de espionaje para exponer la baja importancia que los usuarios de las redes sociales le dan a su privacidad.

Para dejar en claro este punto, el humorista estadounidense Jack Vale realizó un social media experiment (un experimento en base a redes sociales) para ver qué tanto podía averiguar de la gente que estaba a su alrededor a partir de sus perfiles públicos en las principales redes sociales.

Usando los sistemas de geolocalización que proveen Twitter, Google, Facebook e Instagram (y que muchos usuarios activan sin pensarlo dos veces), Vale buscó las publicaciones reciente más cercanas a su ubicación y empezó a indagar en sus perfiles públicos dentro de estas redes. Una vez recopilados algunos datos, abordaba a los extraños llamándolos por su nombre. Cuando estos reaccionaban sorprendidos, les contaba algunos datos personales, como la fecha de su cumpleaños, el nombre de la persona que lo acompaña o el de su mascota.

Frente a la sorpresa, el humorista insiste en aportar más datos que profundizan la incomodidad de los entrevistados. Cuando la situación se vuelve insostenible, Vale les explica la situación y todo termina en una risa relajada.

El objetivo de este experimento, que fue filmado con cámaras ocultas, era mostrar la cantidad de información privada que muchos usuarios publican en las redes sociales en forma abierta sin pensarlo dos veces, y cómo reaccionan los usuarios frente a esto. Si bien el video está en inglés, se puede comprender fácilmente la sorpresa de los entrevistados cuando son abordados por Vale.


© Publicado el jueves 21/11/2013 por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.