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sábado, 20 de diciembre de 2014

Fixture A.F.A. Torneo 2015... De Alguna Manera...

Fixture extra large...


La AFA presentó el cronograma del torneo de 30 equipos. En la primera fecha River jugará de visitante contra Sarmiento. Boca será local frente a Olimpo. Y el campeón Racing enfrentará a Central. El primer Súper, en la fecha 8.


Ya está listo el fixture del campeonato de 30 equipo. La AFA aprobó la manera en que se jugará este torneo, cuyo inicio será el fin de semana del 15 de febrero. En la primera fecha, River visitará a Sarmiento en Junín. Boca recibirá a Olimpo. Mientras que el campeón Racing jugará ante Central. 


Los superclásicos se disputarán el 3 de mayo en la Bombonera y el 13 de septiembre en el Monumental. Inédito, habrá una fecha en la que se jugarán todos los clásicos, la número 24. Y en la número 8 se viene el Boca-River, que tienen varios viajes en el torneo.











© Publicado el martes 16/12/2014 por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




viernes, 7 de febrero de 2014

San Lorenzo-Huracán, ese patrimonio…De Alguna Manera...


San Lorenzo-Huracán, ese patrimonio…

Ellos. Huracán y San Lorenzo, pasión de barrio.

Autoridades de ambos clubes presentaron ante la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires un proyecto para que el clásico sea reconocido como Patrimonio Cultural. Aunque no se dispute en el inminente Torneo Final, el duelo sigue latiendo en las calles.


Huracán - San Lorenzo

San Lorenzo y Huracán, protagonistas del llamado Clásico de Barrio más grande del mundo, realizaron una presentación conjunta ante la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en nombre de que el emblemático duelo entre ambos sea reconocido como Patrimonio Histórico y Cultural. Los impulsores del proyecto son el dirigente del club de Boedo, César Francis, y el ex presidente del club de Parque de los Patricios, Néstor Vicente.

En la presentación ante las autoridades explican entre los motivos: "No hay duda sobre la identificación con la ciudad que tienen ambas instituciones. Representan realidades barriales que han sabido confundir sus fronteras y también extenderlas pero que nunca dejaron de estar entrañablemente afincados en Boedo y Parque de los Patricios. Ambas instituciones tienen lazos profundos con la cultura y la música de la ciudad y su rivalidad nació de esa actitud picante y sana con que el porteño vive los avatares de las patrias futbolísticas que los definen. San Lorenzo y Huracán, Huracán y San Lorenzo, son sinónimo de clásico, representan con sus centenarias historias, ribetes de porteñidad indiscutibles, más allá que sus simpatizantes alberguen en la totalidad del territorio nacional".

Y agregan: "El clásico de San Lorenzo y Huracán tiene una riquísima historia que se desarrolla en el campo de juego pero cobra vida en la mesa familiar o en el bar de la esquina. En última instancia somos "primos" y por paradoja porteña Homero Manzi, hincha de Huracán, le pone nombre a la esquina de San Juan y Boedo, corazón ciudadano pintado de azulgrana".

Aunque en el inminente torneo Final de Primera no habrá encuentro entre ambos, hay una historia construida desde aquella primera década del Siglo XX. Este duelo fue un paradigma del fútbol como espacio de pertenencia: el clásico entre San Lorenzo y Huracán resultó siempre una fiesta de personajes irrepetibles, de cracks repartidos, con el tango como inevitable música de fondo. Lo saben quienes caminaron sus calles: allí, en esa geografía, sucedió la Navidad del Tango; también en sus espacios secretos nacieron las mejores letras.

Desde el primer encuentro, en 1915, se trató de una cita armónica en tiempos en los que la cuestión de pertenencia geográfica delimitaba también pasiones. El Santo y El Globo. Los de Boedo y los de Parque de los Patricios. Los Cuervos y los Quemeros. Apodos entre primero, en definitiva. Nacieron vecinos, allá en 1908. Barrios bravos, de laburantes, de empedrados nacientes, de construcciones módicas, de almacenes que todavía fiaban, de bares que cobijaban desencantos. Se criaron y crecieron como tales, bien cerca, con historias entrecruzadas, con el encanto de la rivalidad sin enemigos. Los penosos enfrentamientos entre barras nacieron luego, mucho más tarde, ya en los noventa. Pero ni asì pudieron contra la mágica esencia.

La Avenida La Plata fue territorio de estadios emblemáticos de ambos. La distancia no excedía el puñado de cuadras, las fronteras se recorrían caminando sin miedos y sin desprecios. Se miraron siempre de reojo, pero sin rencores ni amenazas. Como primos, casi como hermanos en disputa sana. San Lorenzo le lleva ventaja amplia en el historial y la AFA dice que en su territorio oficial le lleva cómoda ventaja: 16 títulos contra 11, incluyendo Copas Nacionales. Los de Huracán -sin comprobación- sostienen que son más leales y que nunca se fueron del barrio. Es un caso de asombro: en el fondo se quieren, aunque elijan siempre la derrota ajena. Detalles mágicos de la Ciudad de Buenos Aires, esa de la que ya son Patrimonio Histórico.

© Publicado el Viernes 7/02/2014 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 20 de octubre de 2013

La larga historia de las Copas Nacionales... De Alguna Manera...



La larga historia de las Copas Nacionales, donde el rey es Racing...
Se disputan desde 1900. Tuvieron distintos formatos y definiciones curiosas. El club de Avellaneda es el más campeón del rubro, con 12 títulos; lo siguen Boca e Independiente y Arsenal es la nueva vedette.

La peregrinación de los hinchas de San Lorenzo a Catamarca merecía otro desenlace. Esa expresión de fe para acompañar al equipo de Juan Antonio Pizzi en la final de la Copa Argentina frente a Arsenal terminó en tres golpes y un desencanto. Pero también fue un mensaje para el fútbol argentino: la Copa Nacional importa y mucho. Incluso más ahora, que conduce a la Libertadores y ofrece la posibilidad de disputar la final de la Supercopa, otra competición oficial. De todos modos, no se trata de una historia nueva. En 1900 ya se jugaba en el país una Copa oficial, la Tie Cup Competition (luego también llamada Copa Competencia), entonces ganada por Belgrano Athletic, el mismo que fue campeón de la máxima categoría del fútbol argentino y luego -ya camino al profesionalismo- optó por darles prioridad a otros deportes como el rugby.

Desde aquella ocasión fundacional se jugaron más de ochenta ediciones de distintas Copas, con formatos variados, con nombres distintos y curiosos, con particularidades de asombro. En todos los casos se trató de competiciones oficiales homologadas por la AFA o por sus antecesoras, reconocidas como tales. En días recientes, la entidad de la calle Viamonte las hizo más visibles a través de su página web. Y la actual versión -la Copa Argentina- adoptó a esas competiciones como sus antecesoras.

Hubo una constante a lo largo de la historia: ninguno de los torneos por eliminación consiguió la misma regularidad que sus versiones europeas (como la FA Cup británica, que se disputa desde 1871; o como la Copa del Rey, que se juega desde 1903). En tiempos del amateurismo, la Tie Cup Competition y la Copa de Honor se jugaban cada año y servían de complemento a un fútbol en permanente crecimiento y transformación. En los tramos finales, además, a los equipos de Buenos Aires se sumaban los de Rosario y luego -en la conocida como "final internacional"- se agregaba el representante de Uruguay. No era un tiempo cualquiera: en los años 20, el fútbol del Río de la Plata era el mejor del mundo. Así lo contaban los resultados en los Juegos Olímpicos y en los Sudamericanos; también las giras de los equipos (como la de Boca por Europa en 1925). En simultáneo a esos días de protagonismo del fútbol de este lado del mundo y un poco después también, la Copa Ibarguren enfrentaba al campeón de la Liga principal con el de Rosario (en general, Rosario Central o Newell's).

Con el profesionalismo nacieron otros formatos, nuevas Copas. Otras continuaron. En los años 30 y 40 estos eventos llenaban estadios con naturalidad. Nacieron la Beccar Varela, la Adrián Escobar (a la que se clasificaban los siete mejores equipos de la temporada de Primera), la Copa Competencia Británica (cuyo trofeo fue donado por el Rey George VI, el mismo que retrata la película El discurso del Rey) y la Copa Pedro Ramírez, que incluía a equipos del Interior y que también se la conocía como Campeonato de la República. En 1944, sucedió uno de los asombros más grandes: el campeón fue San Martín de Tucumán. Ya en 1958, se jugó la mítica Copa Suecia, que comenzó en esa temporada y terminó más de dos años después, con la consagración de Atlanta. Se trata del torneo más duradero de la historia del fútbol argentino. A la final, en el Gasómetro (entonces, el "Wembley de Buenos Aires"), concurrieron más de 40.000 personas. Ahora, la camiseta del club de Villa Crespo luce un estrella que cuenta aquella gloria.

La irrupción en el ámbito internacional de la Copa Libertadores en 1960 finalizó con esta tradición e impulsó otra, que sobrevivió en el tiempo hasta estos días de apogeo. Con un detalle que con la mirada actual parece mentira: el máximo torneo continental no resultaba prioritario para la mayoría de los clubes. El caso de San Lorenzo en la edición inaugural resulta el perfecto retrato al respecto: cedió su condición de local en un encuentro decisivo frente a Peñarol, por las semifinales. El equipo uruguayo lo aprevechó: ganó el encuentro y luego se consagró campeón ante Olimpia de Paraguay.

La Libertadores se hizo reina y señora de América y tentación para todos los clubes argentinos. Y le quitó espacio a la segunda competición, también de la mano de la creación de los campeonatos Nacionales. Desde esos días hasta el reciente título de Arsenal sólo se disputaron X Copas hasta obtener al campeón. En 1969, la Copa Argentina la ganó Boca en una doble final frente a Atlanta. La edición siguiente fue detenida y suspendida en las finales. La siguiente competición de Copa fue la Centenario, que comenzó en 1993 y finalizó en el verano de 1994 con la victoria de Gimnasia La Plata frente a River. La Copa Argentina ahora sumó dos ediciones (una fue para Boca y la otra para Arsenal) y nació la Supercopa Argentina, ganada también por el club de Sarandí.

El ranking de los más campeones ofrece su propio mapa: el Rey de Copas Nacionales es Racing, que obtuvo 12 tìtulos (el primero, la Copa de Honor en 1912 y el último en la Copa Competencia Británica de 1945). Ahí cerquita se encuentra Boca, con 11. Y el top cinco entre los clubes que siguen participando en el fútbol de la AFA lo completan: Independiente (9), River (7) y Huracán (6). Sin embargo, Alumni se ubica en el cuarto lugar de todo este largo recorrido, con 8 conquistas. Ya no juega, claro, pero su huella quedó.

Todo el listado de campeones:

© Escrito por Waldemar Iglesias el viernes 18/10/2013 y Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 30 de diciembre de 2012

Fenómeno de Identidad Barrial... De Alguna Manera...


Vecinos que recuperan clubes, fenómeno de identidad barrial…

Junto al Malvinas Argentinas. El Predio Chivilcoy, un terreno que hinchas y socios de All Boys lograron que la Legislatura les otorgue para más actividades. Foto: Guillermo R. Adami.

Varias asociaciones fueron más allá de los resultados deportivos, para conseguir terrenos y más espacios de pertenencia. Son los casos de All Boys, San Lorenzo, Huracán, Comunicaciones, y otros.

“Nosotros no decimos que son 90 minutos de fútbol por semana, decimos que es toda una vida”. Eso dice que dice Marcelo Reto, hincha y socio de All Boys, en el restaurante All Boys. Está entusiasmado y nada tiene que ver con la campaña de sus jugadores. Hace pocos días que la Legislatura aprobó la concesión del Predio Chivilcoy (frente al estadio Malvinas Argentinas) al club, luego de la movida organizada por él y varias agrupaciones de socios y del barrio. A cambio, All Boys tendrá que construir un jardín maternal. Y luego, lo que quiera. El primer objetivo es una fachada y una cancha de futsal, también útil para practicar patín y handball, actividades que el club no tiene. Para eso, socios e hinchas, están recaudando fondos.

“Fijate, este año la gente se diferenció mucho de las hinchadas; gritó contra los barras . Y de a poco va entendiendo que el club es un lugar para estar y participar”, agrega Fabián Aguirre, tan loco por All Boys y su barrio como Reto.

Durante 2012, hinchas y socios de varias instituciones demostraron que el amor no es solo hacia un equipo de fútbol, sino hacia un club y hacia un barrio . Porque siempre hubo hinchas de cancha, hinchas de la barra brava. Pero este año se notó, y mucho, el trabajo de los hinchas exigiendo, ganando o creando espacios para que los vecinos y chicos se acerquen al club y encuentren allí un lugar de pertenencia . “Cuando a muchos pibes les mostrás que no todo es putear en la cancha, que hay otra movida, ellos se ponen a trabajar por el club y el barrio”, dice Aguirre.

Lo de San Lorenzo y la vuelta a Boedo fue lo más difundido y festejado. Fueron socios, hinchas y vecinos pidiendo por espacios donde se puedan practicar deportes. La restitución del predio de Avenida La Plata, además del polémico estadio que cuestionan otros vecinos, incluye un proyecto de más de cincuenta actividades deportivas y culturales, un centro médico y una escuela. “Nuestro trabajo motivó a los socios de otros clubes”, afirma Adolfo Res, de la Subcomisión del hincha de San Lorenzo. “En nuestro fideicomiso se anotó gente que era de otros equipos . Es todo genuino, y no es nuevo. Lo que ocurre es que siempre son noticia los 50 tipos de la barra antes de las cosas que hace la gente del club”.

Pero en los casos de los demás clubes no hay canchas. El rol es social. “Tené en cuenta que cuando nosotros éramos pibes jugábamos en la esquina. Eso se perdió; a los chicos no los dejan salir a la calle. Los clubes son el único espacio que tienen para hacer amigos fuera de la escuela”, suma Pablo Cribari, presidente de General Lamadrid. El club está esperanzado con la mudanza de la cárcel de Devoto . Se espera que ese día Lamadrid reciba el terreno que da a la calle Bermúdez, hoy ocupado por camiones del Servicio Penitenciario Federal. “Creemos que es la mejor manera de cambiarle la cara al club. Además, nuestros gimnasios nos están quedando chicos de las actividades que hay”, agrega Cribari.

Colegiales se fundó en 1908, milita en la Primera B Metropolitana y tiene su estadio en Munro, Vicente López. Más de 400 chicos de la zona practican deportes a veinte cuadras del estadio. Desde hacía veinte años lo hacían en un Campo Municipal. Cuando comenzó la gestión de Jorge Macri, hubo problemas. “Las infantiles se quedaron sin lugar; por más de tres meses tuvieron que entrenarse en una plaza y en una cancha de Baby. Después de una movida del barrio y del club se firmó un convenio y Colegiales utilizará por un año el Campo”, cuenta Marcelo Oneto, vocero de la subcomisión de fútbol. Y agrega: “Perder el terreno era perder el sentido de pertenencia. Los chicos son casi todos de Munro, y todos hinchas de Colegiales. No querían entrenarse en otro lugar que no fuera su casa”.

Pero All Boys, San Lorenzo, Colegiales y Lamadrid no son los únicos. Este año también lucharon Comunicaciones y sus socios, frente a Hugo Moyano y el gremio Camioneros. Comunicaciones tiene más de 2.900 asociados y está en quiebra desde 2000. La causa pasó por distintas instancias hasta que el juez Fernando D’Alessandro aceptó la oferta de Camioneros para cancelar el pasivo del club con $ 12 millones e invertir otros $ 40 millones en obras para los afiliados de la mutual. Y descartó así el plan que impulsaba el Gobierno de la Ciudad: una inversión de $ 26 millones que incluían la construcción de un microestadio cubierto, y la cesión del establecimiento a los socios por un plazo de 99 años. Pero en agosto la Cámara de Apelaciones dio vuelta el fallo y le permitió al club extender un fideicomiso para levantar la quiebra. Por otro lado, Huracán está peleando con el Gobierno porteño, que quiere dos hectáreas del predio La Quemita. Y Ferro acusa a Nación de querer hacer viviendas sociales donde está su club. “Es que en la mayoría de los clubes que peleamos por predios no tenemos grandes sueños futbolísticos. Nuestras alegrías pasan por compartir ratos con amigos, que nuestros hijos se hagan hinchas y mamen el sentimiento barrial”, resume Aguirre.

La calle de hoy, la nueva esquina, “el barrio”, la contención y la pertenencia hoy está en los clubes. Ya no quedan potreros y cada vez menos chicos juegan la pelota en las plazas. En los espacios culturales tal vez haya más carteles políticos que actividades. Y hasta es posible que el docente lleve una remera de una agrupación. No es así en los clubes: se es de un barrio y de una camiseta, y no de un sector político.

Reto y Aguirre, además de sus trabajos, son profes de Baby en All Boys. Dicen que no buscan sacar jugadores. “Lo que buscamos es sacar hinchas”. Del restaurante All Boys al predio Chivilcoy hay seis cuadras. Las caminamos. Paredes, cordones de vereda, palos de luz, están pintados de blanco y negro. “Los pibes salen a pintar todos los miércoles”, revela Aguirre. El Predio Chivilcoy era una fábrica de zapatillas que se incendió y fue demolida. Hubo gente que usurpó y los socios e hinchas la echó y taparon todo para que nadie pasara. Un día se propusieron reclamárselo al Gobierno porteño. Y en 2012, tras seis años, lograron que el proyecto se incluya en el Presupuesto 2013. “Es que no teníamos predio propio. Si a mí me decías el predio, a cambio de firmar el descenso, yo te firmaba”, admite Reto.

Hoy todos sueñan con más: “Falta una confitería para quedarnos a charlar de la vida entre amigos”, dice Reto. Como si hubiese cosas que sólo los clubes pueden lograr.

© Escrito por Nahuel Gallotta y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma e Buenos Aires el domingo 30 de Diciembre de 2012.


domingo, 18 de noviembre de 2012

El Chipi Barijho jugó su clásico… De Alguna Manera

Y jugó su clásico…
 
Barijho fue la estrella del derby: estuvo 37 minutos en cancha, y enloqueció a todo San Lorenzo. "Parece que Rivero se quiso pelear", bromeó sobre el expulsado...

Hacía calentamiento previo y miraba al banco. Buscaba la complicidad de Ardiles, que se la jugara y lo metiera. Desde la popular visitante ya había bajado la sentencia: "Bariiijho, Bariiijho...". Luego sí, a los 15'' ST recibió la señal y se mandó a la cancha a jugar, a pelear, a discutir...

El Chipi esperó este partido desde que llegó al club. Las lesiones y su estado físico ("sé que no estoy en mi mejor nivel", reconoció), le impidieron retribuirle con su juego todo el apoyo que recibe a los hinchas de Huracán (desde que llegó nunca pudo ser titular). Sin embargo, ayer contribuyó en el clásico e hizo lo que mejor le sale: hacer pesar su experiencia en estos partidos y volver locos a los jugadores de San Lorenzo, a sus hinchas, al árbitro, al juez de línea, a Rivero... "No discutí mucho. En la jugada que me quedé con la pelota fue porque el tiro libre de San Lorenzo era mucho más atrás. Y la otra fue la de Rivero, que estuvo muy bien expulsado porque me pegó. Es un boludo, se quiso pelear". Sí, Barijho (30 años) participó en la roja del Burrito: encabezaba una contra cuando le tiró un sombrero al volante, quien lo taló estando con amarilla. Ahí nomás, el grito de guerra volvió a renacer en la popular: "Bariiijho, Bariiijho...".

Está claro, jugó un clásico aparte: "Todos saben que soy hincha de Huracán, por eso no me quería perder este partido. Más que nada por todo lo que representa para los hinchas". ¿Cómo estuvo en la parte futbolística? No tuvo muchas situaciones, aunque la única que se le presentó, de cabeza, casi la manda a guardar. "Cuando cabeceé creí que entraba. Le pegó a Adrián González y me quise matar. Una lástima porque era el gol del 2-1", dijo en el vestuario.

"Fuimos superiores. Si tendría que haber habido un ganador, ése era Huracán. En el primer tiempo jugamos muy bien, y en el segundo fue todo parejo. Ya está, se sumó, aunque vinimos a buscar los tres puntos", analizó el delantero. Y dejó un mensajito para los dirigentes (su contrato tiene una cláusula de rescisión): "Espero seguir el año que viene en el club. Poder hacer una buena pretemporada y estar en buenas condiciones".

© Escrito por Cristian Defeo y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 5 de Noviembre de 2007
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