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domingo, 25 de noviembre de 2018

Campo de batalla… @dealgunamanera...

Campo de batalla…


El G-20 en Buenos Aires. Diez años de cumbres y el papel pasivo de Argentina con Macri. Debilitada la cooperación internacional y el multilateralismo, con un escenario estructural de disputa entre Estados Unidos y China, el rol del G-20 se ha desdibujado. El gobierno de Macri no comprendió antes ni comprende ahora esos cambios de la situación mundial.

© Escrito por Alfredo Zaiat el domingo 25/11/2018 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En 2008, el mundo capitalista occidental estaba al borde del abismo por la peor crisis económica desde el crac del ‘30 del siglo pasado; diez años después, el riesgo a otra gran debacle financiera global está latente, pero el escenario económico mundial es otro. Avanzan el proteccionismo, el nacionalismo y el rechazo a los inmigrantes en los países centrales, está debilitado el multilateralismo, se ha reposicionamiento el FMI como auditor de economías periféricas y es abierta e incierta la disputa entre las potencias Estados Unidos y China. 

En ese contexto se desarrollará el viernes y el sábado próximos la cumbre del G-20 en Buenos Aires. Ni antes, cuando desembarcó en la Casa Rosada, ni ahora, con casi tres años de gobierno, el macrismo pudo entender que el mundo económico y político ha cambiado y que ya no es el de los noventa, cuando la caída del Muro de Berlín prometía el progreso constante con el libre comercio y la expansión de las finanzas globales. Con esa desorientación, Mauricio Macri será anfitrión de un G-20 devaluado, con varios líderes mundiales que se recelan mutuamente y que descreen de la utilidad de este tipo de cumbres.

El saldo para Macri de la millonaria inversión para organizar la cumbre que reúne a la Unión Europea y a 19 países, además de a los principales organismos internacionales (FMI, BM, OMC, OIT), será la acumulación de fotos con esos líderes en encuentros bilaterales y, fundamentalmente, tendrá la oportunidad de hacer gala de sus sosos comentarios futboleros.

Una x una

El G-20 comenzó como un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancas centrales. Fue creado el 25 de septiembre de 1999 en una reunión de ministros de Finanzas del G-7. En 2008, la crisis financiera obligó a que sea una cumbre de presidentes. Está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

El recorrido de los documentos finales de las cumbres de presidentes del G-20 sirve para comprender cómo ha cambiado el tablero mundial en diez años, el giro en el foco de interés de las potencias, las modificaciones de las preocupaciones económicas y el crecimiento de China como gran potencia que ha provocado la reacción de Estados Unidos.

2008, noviembre, Washington: El documento final convoca a “restablecer el crecimiento global y alcanzar las reformas necesarias en los sistemas financieros mundiales”. Dice que la crisis fue provocada porque los actores del mercado buscaron rentabilidades más altas sin una evaluación adecuada de los riesgos. Para señalar que “hace falta una respuesta más amplia de las autoridades basada en una mayor cooperación macroeconómica para restaurar el crecimiento, evitar contagios negativos y apoyar a las economías de los mercados emergentes y en vías de desarrollo”. Indica que “aplicaremos reformas que fortalecerán los mercados financieros y los regímenes regulatorios para evitar futuras crisis”.

2009, abril, Londres: Establece que los acuerdos alcanzados constituyen “un programa adicional de 1,1 billones de dólares de apoyo para restaurar el crédito, el crecimiento y el empleo en la economía mundial. Vamos a emprender una ampliación fiscal concertada y sin precedentes, que salvará o creará millones de empleos que de otro modo se habrían destruido y que, para finales de año, representará 5 billones de dólares”.

2009, septiembre, Pittsburgh: Observa la necesidad de avanzar en una transición desde la crisis a la recuperación, para pasar la página de una era de irresponsabilidad y adoptar un conjunto de políticas, regulaciones y reformas para satisfacer las necesidades de la economía mundial del siglo XXI. Indica que “en abril (de 2009) nos enfrentábamos al mayor reto de la economía mundial en nuestra generación. La producción mundial se estaba reduciendo a un ritmo no visto desde la década de 1930. El comercio caía en picada. Los puestos de trabajo estaban desapareciendo rápidamente. A nuestra gente le preocupaba que el mundo estuviera al borde de la depresión. Nuestra respuesta contundente ha servido para frenar el peligroso desplome de la actividad mundial y para estabilizar los mercados financieros”.

2010, junio, Toronto: Fue la primera cumbre del G-20 en su nueva función de foro principal de cooperación económica internacional. Se empezaba a alejar el miedo de una catástrofe económica global, aunque con prevenciones por el impacto de la crisis. Por eso dice que “nuestros esfuerzos realizados hasta hoy han dado buenos resultados. El estímulo fiscal y monetario otorgado, sin precedentes y coordinado globalmente, está jugando un papel notable contribuyendo a restaurar la demanda privada y el crédito. Estamos adoptando acciones decididas para incrementar la estabilidad y fortalecer nuestros sistemas financieros”.

2010, noviembre, Seúl: El peor momento de la crisis ya había pasado, entonces las potencias intentan retomar la agenda tradicional. El documento final promueve “políticas macroeconómicas, incluyendo de consolidación fiscal, donde sea preciso, para asegurar una recuperación sostenida y sostenible e incrementar la estabilidad de los mercados financieros, en particular avanzando hacia tipos de cambios más determinados por el mercado, incrementando su flexibilidad para reflejar los fundamentos económicos subyacentes y absteniéndonos de adoptar devaluaciones competitivas”.

2011, noviembre, Cannes: Las potencias abandonaron el cronograma de dos cumbres, para limitarla a una por año. El optimismo relativo del año anterior se abandona para concentrarse en la situación económica de la Zona Euro. El FMI vuelve a ocupar un papel central en la supervisión e intervención en la crisis. El documento final señala que, “desde nuestra última reunión, la recuperación mundial se ha debilitado, particularmente en los países avanzados, dejando el desempleo en niveles inaceptables. Las tensiones en los mercados financieros se han incrementado debido principalmente a los riesgos soberanos en Europa. Persisten los desequilibrios globales”. Se seguía planteando la necesidad de la regulación y control del sistema financiero, en especial del mercado de derivados, y se afirma que “estamos comprometidos a proteger nuestras finanzas públicas y el sistema financiero global de los riesgos planteados por los paraísos fiscales y jurisdicciones no cooperativas”.

2012, junio, Los Cabos: Se desarrolló en el contexto de un nuevo deterioro de los indicadores económicos a nivel mundial. A la profundización de la crisis con epicentro en la Unión Europea, se sumó la desaceleración de las economías emergentes. La Declaración de Los Cabos establece como objetivo central la promoción del crecimiento fuerte, inclusivo, sostenido y balanceado, y la creación de empleo.  Estados Unidos empieza a argumentar que los desbalances globales están ligados a la desleal intervención de China a través de sus políticas cambiarias (por la subvaloración de su moneda).

2013, septiembre, San Petersburgo: A pesar de que el G-20 se dedica a la discusión de asuntos vinculados con el crecimiento económico y la promoción del desarrollo, esta cumbre estuvo marcada por el debate acerca de una posible acción militar internacional, liderada por Estados Unidos, contra el gobierno sirio de Bashar al-Assad. En el documento final de los jóvenes del G-20 se instaba a sus líderes políticos a incluir el tema de los fondos buitre. Propusieron condenarlos por ser un potencial peligro para futuras reestructuraciones de deudas. Estados Unidos vetó esa parte de la declaración.

2014, noviembre, Brisbane: Por primera vez en la historia del G-20 la cuestión de la reestructuración de deudas soberanas fue planteada en el comunicado final. A la vez, seguía predominando el discurso anti proteccionismo, cuando afirma que “el comercio y la competencia son potentes motores de crecimiento, de un mejor nivel de vida y de la creación de empleo”. Empieza a ganar terreno la idea de la austeridad como solución a los profundos desequilibrios económicos.

2015, noviembre, Antalya: En esta cumbre se empieza a consolidar la tendencia de declaraciones de buenas intenciones, generales y de reiteración de objetivos para impulsar la inversión, el comercio y el empleo. Afirma que “la OMC es la columna vertebral del sistema multilateral de comercio y debe seguir desempeñando un papel central en la promoción del crecimiento económico y el desarrollo”. En línea con la cumbre anterior, se reafirma “el progreso alcanzado en la implementación de cláusulas de acción colectiva y pari passu fortalecidas en los contratos internacionales de bonos soberanos, los cuales contribuirán al orden y la predictibilidad de los procesos de reestructuración de deuda soberana”. Esta idea fue presentada por Argentina e incorporada en el documento final.

2016, septiembre, Hangzhou: Empiezan a prevalecer criterios generales en el tono de los documentos. Se insiste en la necesidad de reforzar programas para el crecimiento y defender la globalización, además de promover una economía mundial abierta. También aborda la crisis migratoria y de refugiados, la lucha contra el terrorismo y el cambio climático.

2017, julio, Hamburgo: Fue la primera cumbre con la participación de Donald Trump en el marco donde Estados Unidos decide abandonar el Acuerdo de París contra el calentamiento global, mientras el resto de los líderes se comprometieron a aplicarlo. Comienza a ocupar más espacio en la agenda el tema de la migración, promoviendo que sea “ordenada, regulada y segura”, y reconociendo el derecho de cada país a defender sus fronteras. El giro en materia económica queda reflejado en el rechazo al proteccionismo, pero convalidando “instrumentos legítimos de defensa comercial” ante “prácticas injustas”, que es la posición de Estados Unidos frente a China.

Buenos Aires

En este recorrido de contenidos de los documentos finales del G-20 se observa cómo ha ido cambiando el foco de interés de las potencias. Cuando estalla la crisis internacional en 2008 se realiza la primera cumbre de presidentes, con las potencias desesperadas por el riesgo de una debacle global. En Buenos Aires, diez años después, habrá una cumbre que no tiene un objetivo medular, sino tratar de brindar un marco para acomodar disputas bilaterales y contener las presiones proteccionistas.

El temario propuesto por la Argentina (el país anfitrión es el responsables de los ejes de la convocatoria) es poco sustancial (el futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible y perspectiva de género). Es la manifestación de la visión internacional del macrismo, que no pretende transitar el desafío de pensar la problemática internacional, sino ser simplemente un actor subordinado a las potencias, en especial a Estados Unidos.

Una interesante charla que tuve hace varios meses con el profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Di Tella Juan Gabriel Tokatlian sirve para reflexionar acerca de la política exterior de Argentina y de su relación con Estados Unidos. Le pregunté cuál es el beneficio para el país de que el gobierno de Macri tenga un alineamiento subordinado a Estados Unidos. Su respuesta fue la siguiente:

–El Gobierno se compone de una elite que cree que algunas de las recetas del menemismo funcionaron. Pero desconoce el nivel de financierización que ha habido en el mundo y que no es posible volver a los ‘90. Ese mundo no existe. No son sofisticados intelectualmente. Tienen una lógica de interrelación entre el mundo político y el mundo económico más propia de los ‘90, que tampoco existe hoy en la dinámica interna doméstica dentro de los Estados Unidos. Entonces optan por la tercera vía, que es la de creer que los temas de seguridad van a ser la carta que abrirá esas otras puertas económicas. Entonces buscan el sendero para ver cómo llegar al Comando Sur, a la DEA, al FBI. Esto muestra ignorancia”.

–¿Sólo ignorancia? –le mencioné.

–Además de ignorancia, tuvieron una visión muy optimista del mundo, de la globalización, del libre mercado, del flujo de inversiones, de la atracción que significaba la llegada de un gobierno distinto a la Argentina, del fin de eso que llaman populismo. Cuando el optimismo se junta con la ignorancia, el saldo es un cóctel catastrófico. Lo que les queda es sobreactuar. Entonces, pasamos de la ignorancia y el optimismo a la ingenuidad y el voluntarismo. Eso es leer muy mal a los Estados Unidos”.

Agregaría, no solamente a Estados Unidos.



viernes, 1 de junio de 2018

Ruta Nacional Nº 40... De punta a punta... @dealgunamanera...

Ruta Nacional  Nº 40... De punta a punta, la ruta más espectacular de la Argentina… 


Ruta Nacional  Nº 40... De punta a punta, la ruta más espectacular de la Argentina… 

La Ruta 40 recorre más de 5.000 km junto a la Cordillera de los Andes, desde Cabo Vírgenes hasta La Quiaca. (Getty Images).

Desde el sur de Santa Cruz hasta el norte de Jujuy, los imperdibles de una ruta famosa en el mundo, que atraviesa 11 provincias y los más diversos paisajes.

© Escrito por Pablo Bizón el domingo 15/04/2018 y publicado por el la Sección Viajes del Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Lo importante no es llegar, lo importante es el camino”, dice una canción de Fito Páez. Y esta frase, que bien podría ser una máxima de todo viajero, es especialmente cierta en este viaje, en el que, justamente, lo importante es el camino. Porque no se trata de un camino cualquiera, sino de la Ruta Nacional 40, o simplemente “la 40”, la ruta más famosa y espectacular de la Argentina. 

La 40 atravesando la meseta santacruceña.

La 40 conecta con 27 pasos cordilleranos a Chile, permite disfrutar de la más variada fauna salvaje, visitar sitios arqueológicos y paleontológicos de miles de años o sorprenderse en parajes que cuentan inesperadas historias a un lado del camino.

Es que, además de una ruta, la 40 es sobre todo lo que conecta:los glaciares del sur con las salinas del norte, un corderito santacruceño con una humita en chala de Jujuy, los bosques de coihue de Neuquén o Chubut con los nogales catamarqueños o los olivos riojanos.

Su trazado original data de 1935, pero a lo largo de su historia sufrió varias modificaciones, hasta tomar su forma actual, un recorrido que comienza en Cabo Vírgenes, en el extremo sur de Santa Cruz, y llega hasta La Quiaca, en el norte Jujuy, siempre a los pies de la Cordillera de los Andes. Bienvenidos a la Ruta 40; bienvenidos a uno de los viajes más espectaculares del mundo.

El Km 0, a los pies del faro de Cabo Vírgenes, en Santa Cruz.

Despedida con pingüinos

“Aquí comienza la Ruta Nacional 40. La Quiaca, 5.080 km”, dice un cartel azotado por el viento a los pies del faro de Cabo Vírgenes, en ese extremo sur de Santa Cruz en el que comienza el estrecho de Magallanes. Dice 5.080, pero modificaciones posteriores llevaron el recorrido a 5.194 km. Pero es aquí, en esta desolada playa de ripio bañada por el Atlántico sur, donde comienza la aventura, junto a la primera zona protegida: la reserva provincial Cabo Vírgenes, con la segunda colonia de Sudamérica de pingüinos de Magallanes. 

Por la estepa patagónica.

A 126 km de allí, la 40 atraviesa la primera ciudad, Río Gallegos, para luego virar al sudoeste y cruzar la meseta patagónica a lo largo de 255 km hasta el primer pueblo: 28 de Noviembre, donde se ven ya las elevaciones de la Cordillera de los Andes, a la que la ruta no abandonará más en los siguientes 4.700 km. Por algo su logo es el de un cóndor: pueden verse muchos a lo largo de su recorrido. Cerca de 28 de Noviembre está el punto de la ruta más cercano al Océano Pacífico: solo 21,7 km en línea recta hasta un fiordo del sur chileno. Ninguna otra ruta argentina se acerca tanto al Pacífico.

La escala siguiente es el pueblo minero de Río Turbio -donde en invierno funciona el centro de esquí Valdelén-, y 240 km al norte, la primera parada obligada: El Calafate, a 80 km del Glaciar Perito Moreno y con multitud de actividades en los alrededores -caminatas, cabalgatas, 4x4, navegaciones, el museo Glaciarium- y un buen corderito al asador para la cena.

La 40 pasa a poco más de 100 km del glaciar Perito Moreno. (Francisco Muñoz)

La 40 sigue hacia el norte, y no se recomienda pasar sin detenerse en el parador La Leona, un paraje-hotel que cuenta grandes historias. Construido en 1894 por una familia de inmigrantes daneses, alojó, entre otros, a los legendarios bandidos Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta Place. Cercahay un bosque petrificado

Un tramo de la ruta cerca de Cueva de las Manos, en Santa Cruz (PB/Viajes).

A unos 20 km de allí, es imposible no desviarse por la ruta 23, en la orilla norte del inmenso Lago Viedma: encara directo hacia la Cordillera, y enseguida aparece la inconfundible silueta del Cerro Fitz Roy, una mole de piedra de 3.405 metros que es uno de los grandes desafíos del mundo para los escaladores.

A sus pies, y entre vuelta y vuelta del río Las Vueltas está El Chaltén, “capital nacional del trekking”. Hay decenas de senderos para disfrutar a pie de este majestuoso paisaje de piedra, lagos y bosques de lenga. 

Desde la 40 sale la ruta 23, que lleva directo a El Chaltén.

De La Leona hacia el norte, comienza uno de los tramos más desolados de la ruta, con muchos kilómetros de ripio. No lo lamente y aproveche para ir despacio y contemplar los detalles del paisaje, los cielos infinitos de la Patagonia, los picos nevados.

Siempre con la Cordillera hacia la izquierda, la 40 se desvía para entrar a Gobernador Gregores y luego regresa al oeste, para seguir trepando. Aviso: en Las Horquetas, vale la pena desviarse hacia el oeste unos 70 km por la ruta 37 para llegar a uno de los parques menos visitados del país: el Parque Nacional Perito Moreno, con el lago Belgrano como epicentro y los cercanos lagos Burmeister, Azara y Nanzen entre montañas. Viento, soledad y belleza.

El paisaje cerca de Bajo Caracoles, en Santa Cruz (Pinterest)

Poco más al norte, pasando Bajo Caracoles, otro desvío obligatorio: la ruta 97, que tras 42 km de ripio lleva a la Cueva de las Manos, un testimonio de miles de años, en el impresionante cañadón del río Pinturas. Una verdadera sorpresa en medio de la estepa patagónica.

Otro desvío: hacia el oeste, la ruta 39 hasta el pueblo de Lago Posadas. Y también al lago, separado por un angosto istmo de su vecino Lago Pueyrredón. Vale la pena el paisaje. Puede tomar también la ruta 41 para cruzar a Chile, ir al norte por la Carretera Austral y regresar a la Argentina por la margen sur del lago binacional General Carrera-Buenos Aires -el más grande del país-, pasando por el hermoso pueblo de Los Antiguos. Si es verano, de paso podrá saborear las cerezas más ricas.

Cueva de las Manos, un imperdible a un costado de la ruta.

Pero si no tomó este desvío y siguió por la 40, poco antes de llegar a la ciudad de Perito Moreno pasará muy cerca del Parque Nacional Patagonia -es bastante nuevo y aún no cuenta con servicios-, que protege el sitio al que llegan a reproducirse unas pequeñas y simpáticas aves llamadas macá tobianos. Está en lo alto de la meseta del lago Buenos Aires.

De lago en lago

Luego de atravesar el pueblo de Río Mayo, el río de mismo nombre y también el río Senguer, en la provincia de Chubut, la 40 se dirige al norte hacia Esquel, otra parada imperdible de su recorrido. Y aquí, otro permitido: desviar por la ruta 259 hacia el oeste y visitar Trevelin, para conocer historias de la colonización galesa y las cascadas Nant y Fall, y luego tomar la ruta 71 para atravesar el Parque Nacional Los Alerces, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 

Puede que se pierda un tramito de la 40, pero la reencontrará poco más adelante, después de pasar por los lagos Futalaufquen, Menéndez, Verde, Rivadavia, Cholila, Lezama y Carlos Pellegrini, y sorprenderse con el Alerzal Milenario, un bosque de alerces con ejemplares de más de 2.600 años.

La 40 rumbo a Esquel, en Chubut.

Poco antes del pueblo de Epuyén, la 71 lo devolverá a la 40 para seguir rumbo norte a El Hoyo -capital nacional de la fruta fina- y Lago Puelo, un hermoso pueblo a orillas de un lago tan verde como hipnótico.

Unos pasitos más y estará en Río Negro, y otros más y recalará en la famosa plaza Pagano de El Bolsón, con su también famosa feria de artesanías, sus cervezas artesanales, sus frambuesas y boisenberries y sus múltiples atractivos: el cerro Piltriquitrón, el Bosque Tallado, el valle del río Azul o la cascada Escondida. 

La cascada Escondida, a 10 km de El Bolsón, es parte del circuito Mallín Ahogado.

Cuando regrese a la ruta, el trazado sinuoso lo irá guiando hacia Bariloche, pasando por las orillas de los lagos Guillelmo, Mascardi y Gutiérrez. Luego de divisar a lo lejos las pistas de Cerro Catedral, el mayor centro de esquí de Sudamérica, se topará con el principal centro turístico de la Patagonia, a orillas del Lago Nahuel Huapi. Hay tanto para hacer en Bariloche, tantos desvíos imperdibles, que son tema para otras notas. 

Uno de los tramos más famosos: la Ruta delos 7 Lagos es parte de la Ruta 40 (Neuquentur)

Pero la 40 sigue hasta el extremo este del lago Nahuel Huapi; cruza el río Limay, entra a Neuquén y gira a la izquierda para encarar rumbo a Villa La Angostura e iniciar uno de sus tramos más pintorescos: entre bosques de coihues y ñires y junto al Parque Nacional Arrayanes se inicia la famosa Ruta de los 7 Lagos, ese tramo incomparable de la 40 que atraviesa el Parque Nacional Lanín y va serpenteando entre los lagos Correntoso, Espejo Grande, Escondido, Villarino, Falkner, Machónico y Lácar, que llegan a ocho si sumamos el Nahuel Huapi, y a varios más con unos desvíos breves hacia el Totoral, el Traful, el Hermoso, el Meliquina, y cerca de San Martín de los Andes por la ruta 62, el Lolog. Una panzada de paisajes.

Al norte, luego de pasar Junín de los Andes, la ruta se abre hacia el este para llegar a Zapala, así que habrá que desviarse por la 23 para visitar el circuito Ruta del Pehuén que conforman por Aluminé, Villa Pehuenia y Moquehue, uno de los paisajes más bellos del país, con los únicos bosques nativos del mundo de araucarias araucanas.

El lago aluminé y las araucarias en Villa Pehuenia (PB/Viajes).

Si tomó este desvío, puede volver a la ruta en Las Lajas, para seguir trepando por el norte de Neuquén. Y si es a fines de la primavera o del verano, puede que un enorme rebaño de ovejas le corte la ruta unos minutos. Disfrútelo: es la única zona del país en que se conserva la trashumancia, esa antigua forma de pastoreo que traslada el ganado a tierras altas y bajas, según la época del año.

Ruta 40 en Mendoza.

Casi lo primero que lo recibirá en la provincia de Mendoza es la extraordinaria reserva provincial La Payunia, tan espectacular como poco conocida. Con más de 800 conos volcánicos, es una de las zonas del planeta con mayor densidad de volcanes, un paisaje lunar coronado por el Payún Liso, de 3.715 metros.

Reserva La Payunia, en el sur de Mendoza.

Poco más al norte, la ruta pasa muy cerca de San Rafael y sus paisajes: laguna y salinas del Diamante, embalses Nihuil y Agua de Toro, y el extraordinario Cañón del Atuel, con sus sorprendentes figuras talladas en piedra. Pero en San Rafael empieza, además, la ruta del vino de Mendoza, que continúa 100 km más al norte, en el Valle de Uco: un paraíso de viñedos y modernas bodegas al pie del Cordón del Plata, coronado por los casi 6.800 metros del volcán Tupungato.

Viñedos en el Valle de Uco, Mendoza (Bodega O. Fournier)

Ugarteche, Agrelo, Luján de Cuyo, Godoy Cruz, Maipú son las principales zonas viñateras de la provincia, repletas de bodegas que reciben a turistas. Y si antes de llegar a Agrelo toma la ruta 7 a mano izquierda, disfrutará de la ruta de Alta Montaña hasta el Cristo Redentor, en la frontera con Chile, pasando por Puente del Inca y divisando el cerro Aconcagua, el techo de América.

Es probable que en la ciudad de Mendoza algún desprevenido lo mande al km 0. Es que aquí, en la céntrica esquina de San Martín y Garibaldi, estaba el km 0 de la antigua Ruta 40, que allí se dividía en 40 Norte y 40 Sur. Ahora es el km 2.900.

Laguna de Los Horcones y el cerro Aconcagua (Coco Yáñez)

De Mendoza a San Juan son 170 km al pie de la Cordillera, con más bodegas y desvíos como el Parque Nacional El Leoncito, con su obervatorio astronómico, o el dique Ullum, un oasis donde refrescarse y practicar kayak o windsurf. Luego de visitar el museo de la bodega Graffigna y la casa natal de Sarmiento, siga hacia el norte por un tramo desértico que lleva hasta Huaco. Justo antes, la ruta 150 lo llevará al parque provincial Ischigualasto o Valle de la Luna, otro imperdible del recorrido junto con el Parque Nacional Talampaya, justo enfrente y ya en La Rioja.

Luego afrontará un tramo que en otros tiempos supo ser todo un desafío: los arenales de Guandacol, esos en los que hace años más de uno quedaba encajado, contaba el periodista Federico Kirbus, autor del primer libro sobre la 40, todo un clásico que tuvo varias reediciones.

La colorida Cuesta de Miranda en La Rioja (Vialidad Nacional)

Y pasando Villa Unión, otro tramo que es una delicia: la Cuesta de Miranda, que sube 1.500 metros -desde los 500 hasta los 2.040 msnm- en apenas 12 km, con cientos de curvas y contracurvas en un paisaje que abarca todos los colores imaginables. Al bajar, en Nonogasta, la 40 se está convirtiendo en autopista hasta Chilecito, una ciudad con historia minera y un cable carril que vale la pena.

De los valles a la Puna

Unos 120 km más y, después de pasar por el para muchos inesperado oasis de San Blas de los Sauces, la 40 entra a Catamarca. Justo antes del límite, se puede continuar por la ruta 60 hacia Tinogasta, Fiambalá y, más arriba, a la fantástica Ruta de los Seismiles, en la Puna catamarqueña y a los pies de casi 20 majestuosos volcanes coronados por el Ojos del Salado, el volcán más alto del mundo y la segunda cumbre de América. 

Desde Belén, en Catamarca, se pueden hay imperdibles excursiones en 4x4 por la Puna.

Pero la 40 va más hacia el este y pasa por Londres, con las cercanas ruinas de Shincal y su camino del Inca, y Belén, “capital nacional del poncho” y base desde la que parten excursiones 4x4 hacia la Puna. Una imperdible es al Campo de Piedra Pómez, uno de los paisajes más increíbles que se puedan imaginar.

Ruinas de Quilmes, Tucumán.

Y al llegar a Santa María, ya estará en los hermosos Valles Calchaquíes, con sus tradiciones, su folclore y sus colores. A pocos km la ruta ingresa a Tucumán por pocos kms. Son sólo 42, pero intensos: están las ruinas de Quilmes, los restos del mayor asentamiento precolombino del país, y muy cerca, por la ruta 307, Amaicha del Valle, con el museo Pachamama y un observatorio astronómico.

Campo de Piedra Pómez , en los alrededores de Antofagasta de la Sierra, Catamarca.

Apenas 23 km luego de entrar a Salta, la belleza de Cafayate y su valle, con sus bodegas y viñedos y la Plaza 20 de Febrero, donde sentarse a comer un buen cabrito o las mejores empanadas del mundo. Luego sale, a mano derecha, la ruta 68, con un colorido circuito por la Quebrada de las Conchas, pero la 40, más al oeste -y ya de ripio nuevamente-, le compite con la impresionante Quebrada de las Flechas, uno de esos tramos que lo harán bajar más de una vez a tomar una foto, y otra, y otra.

Vista aérea de la ruta atravesando la Quebrada de las Flechas, en Salta.

Luego de Angastaco y Molinos, con su antigua iglesia, la ruta zigzaguea a orillas del valle y tras pasar Seclantás -visite su ruta de tejedores y llévese un buen poncho de recuerdo- trepa hasta el mágico Cachi, con sus casas de adobe, sus edificios coloniales blancos, su iglesia de madera de cardón y un museo arqueológico con objetos de más de 10.000 años. Todo vigilado de cerca por las nieves eternas del Nevado de Cachi.

Parque Nacional Los Cardones, cerca de Cachi.

Poco más adelante, en Payogasta, podrá desviar a la derecha para visitar el Parque Nacional Los Cardones, y más allá, la Cuesta del Obispo, que desciende a pura curva y contracurva hasta el Valle de Lerma. Pero de Payogasta hacia el norte, la 40 sube y sube zigzagueando en la montaña hasta su punto más alto: Abra del Acay, a 4.895 msnm. Para los que gustan de los récords: es el paso más alto del mundo para una ruta nacional, y el más elevado fuera de Asia.

A 43 km, San Antonio de los Cobres, un pueblo de altura -casi 3.800 msnm- que cada 1° de agosto celebra la Fiesta Nacional de la Pachamama. Y 60 km al noroeste, siempre por la 40, puede que tenga suerte y vea cruzar el famoso Tren a las Nubes por el Viaducto La Polvorilla, una legendaria obra de ingeniería.

El Tren a las Nubes sobre el Viaducto La Polvorilla, en Salta. Por debajo para la 40.

Enseguida la ruta ingresa a la provincia de Jujuy, y luego de rodear el imponente cerro Tucli, encara derechito hacia Susques, donde estará más que bien pasar una noche y no dejar de visitar, a 65 km por la ruta 52, el desierto blanco de las Salinas Grandes, ese que National Geographic distinguió entre los “17 lugares más salvajes y hermosos del mundo”.

La 40 en la puna jujeña.

Desde Susques, la 40 sigue su curso sinuoso hacia el norte por la Puna jujeña. Son los últimos 325 km que pasan por pueblos como Coranzulí, Orosmayo o Cusi Cusi. ¡Pare aquí! No se le ocurra pasar de largo porque muy cerca de Cusi Cusi está el valle de la luna jujeño, un paisaje tan impresionante como poco conocido. Luego de Misa Rumi, el punto más septentrional de toda la 40: Santa Catalina, la segunda localidad poblada más norteña de la Argentina. Si se anima a hacer 30 escabrosos km hacia el noroeste, podrá llegar a la primera: El Angosto, en un rincón de la provincia. Desde Santa Catalina, disfrute los últimos 60 km hasta La Quiaca, pasando por Cieneguillas.

Entonces sí, habrá completado el recorrido por la ruta más espectacular de la Argentina. Pero sólo en parte, porque como decía Federico Kirbus, la 40 es “una senda interminable, que nunca se termina de recorrer”.


La Quiaca, fin del recorrido de 5.140 km por 11 provincias.


Hojas de Ruta del Automóvil Club Argentino














Hojas de Ruta del Automóvil Club Argentino


Provincia de Santa Cruz


Tramo Cabo Vírgenes - Río Gallegos


Provincia de Santa Cruz


Tramo Río Gallegos - El Calafate


Provincia de Santa Cruz


Tramo El Calafate - Perito Moreno


Provincias de Santa Cruz y Chubut


Tramo Perito Moreno - Esquel


Provincias de Chubut y Río Negro


Tramo Esquel - San Carlos de Bariloche


Provincias de Río Negro y Neuquén


Tramo San Carlos de Bariloche - Chos Malal


Provincias de Neuquén y Mendoza



Tramo Chos Malal - Mendoza


Provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja


Tramo Mendoza - Chilecito



Provincias de La Rioja, Catamarca y Salta


Tramo Chilecito - Cafayate


Provincias de Salta y Jujuy


Tramo Cafayate - La Quiaca


En Construcción

Proyecto Persiguiendo al Sol...