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sábado, 29 de marzo de 2014

Madre de tod@s... De Alguna Manera...

Madre de tod@s...


En una nueva cadena nacional, la presidente confesó que se siente "la madre" de los argentinos.
 

El seguimiento del lenguaje oficial sería irrelevante y frívolo si se tratara apenas de un pretexto para no encarar las circunstancias delicadas que confronta la Argentina. Sería una especie de secuestro de la agenda verdadera: hablar de apariencias, modas, zapatos, carteras, joyas y maquillaje, pero eludir lo central. De más está decir que ésa no es mi intención ni propósito. Pero, una vez más, lo que a veces forzadamente se pretende diferenciar entre problema de fondo y problema de forma, la manera de actuar (nunca el verbo estuvo mejor utilizado que en este caso), de quien preside el país revela hasta el tuétano la naturaleza de sus políticas.

“Yo me siento la madre del país”, dijo esta tarde Cristina Fernández de Kirchner. Pero no lo dijo tomando el té con sus amigas en una confitería, sino hablando desde la residencia presidencial de Olivos, cuya manutención costeamos los contribuyentes hasta el último centavo, y lo hizo confiscando nuevamente, “de prepo”, el aire de las emisoras de radio y televisión aún no sometidas al Gobierno, con el supuesto objetivo de anunciar algo de interés general.

Mis oyentes, que son millares en todo el país y en el mundo, saben que lo vengo diciendo hace mucho tiempo y no me voy a cansar de reiterarlo. El uso de “la cadena” oficial, el encadenamiento de los medios, es una operación arbitraria, discrecional y autoritaria específicamente encuadrada en situaciones y condiciones que así lo ameriten. Hay un ordenamiento legal que establece el sentido y la razón de ser de “la cadena”. La presidente y sus seguidores claramente se ríen de eso. 

Ellos siguen pensando que el país es propiedad privada del grupo gobernante y que, en consecuencia, no hay nada que explicar, justificar ni demostrar. Hacen entrar a las emisoras en cadena porque se les antoja.
 Bastaba verla y escucharla a la presidente este jueves 27 de marzo de 2014 para advertir que nada de lo que decía ameritaba una cadena nacional. Anunciar el recorte en los disparatados subsidios que el Gobierno ha venido esparciendo por la zona metropolitana hace ya largos años, no era una razón digna de paralizar a todos los medios de comunicación para darlo a conocer como quien anuncia un gran acuerdo internacional o una guerra, Dios no lo permita.

Ella lo ha dicho y es esclava de sus palabras: “Yo me siento un poco la madre del país, la madre de todos los argentinos”. Menos mal que dijo “un poco”, ¿no? De alguna manera atenuó su concepción íntima de la naturaleza de la relación que la vincula con el país. Según ella, somos sus hijos y ella es la madre de los argentinos.

Además, se preocupa por subrayar que es “muy grande” el esfuerzo que está haciendo ella, como si se tratara de algo que hace contra su voluntad. Estamos hablando de un Gobierno que en pocas semanas va a cumplir once años consecutivos en el poder, un récord histórico. En esta misma cadena nacional, dialogando con sus asesores, haciendo preguntas supuestamente casuales, y amistosas, al ministro de Economía y a la ministra de Industria, fue ensayando una explicación según la cual el recorte de los subsidios no es un “tarifazo”. Es un auténtico acto de magia, entre lingüística e ideológica.

¿A qué se llama un “tarifazo” cuando se está eludiendo la verdad de una sociedad que aparece hoy crucificada porque siguen sin clases los niños de las escuelas públicas de la Provincia de Buenos Aires? ¿Qué quiere decir que esto no es un “tarifazo”? El concepto de “tarifazo” puede discutirse, podríamos entretenernos en una disquisición que permita establecer en qué momento un ajuste es lo suficientemente grande como para llamarlo “tarifazo”. Claro, acá el “tarifazo” no existe en sentido estricto.

Pero es de una alta escuela de hipocresía esconderse en los vericuetos de las palabras para decirles a los argentinos que donde pagaban 20 ahora van a pagar 60 u 80 y eso no es un aumento significativo. Habrá que pagar desde ahora un poco más lo que corresponde pagar, porque el Gobierno había congelado absurdamente -con ese blindaje ideológico que se confunde con la negación de la realidad- un sistema de tarifas que en un país de altísima inflación como la Argentina estaba totalmente desactualizado.

Esos subsidios se mantuvieron con un pretexto, a estas alturas y desde hace años, ridículo según el cual así se fomentaba el consumo. Montaron un berenjenal de costos y precios que ha terminado explotándole bajo los pies al Gobierno. En lugar de haber ido ajustando progresivamente acompañando el incremento del costo de vida con precios un poco más razonables y lógicos para el transporte público, y servicios esenciales como electricidad, agua, luz y gas, el Gobierno decretó la inexistencia de la inflación. El Gobierno ajustaba las asignaciones universales por hijo. Dos veces por año, el Estado debe actualizar, por ley, el monto de la jubilación mínima, y sin embargo en cada ocasión de ajuste, como si en lugar de una ley fuera una prebenda monárquica, la presidente capturaba las ondas de radio y televisión para anunciar un aumento que, de todas maneras, tenía que ser hecho.

Pero, de todos modos, hacia ese ajuste, pequeño, progresivo, parcial, limitado, insuficiente, pero aumento al fin, excepto en las tarifas. Cuando esto ya no se puede seguir sosteniendo, el Gobierno debe retroceder de la peor manera, pero lo hace a su modo, negando la realidad, escabullendo el bulto y, lo que es mucho más grave, tratando de plantear una realidad absolutamente demencial según la cual acá hay un ajuste pero que no significa nada para el bolsillo de la gente.

Que explique el Gobierno cómo es que esto va a suceder así y, sobre todo, cuál es la lógica, el concepto racional mediante el cual se mantuvo subsidiado el costo de los servicios públicos para sectores de la sociedad largamente capacitados a pagar precios mucho más reales que los congelados políticamente. El Gobierno ha mantenido la filosofía de que existe el almuerzo gratis y lentamente tiene que darse cuenta de que se metió el pie en la boca.

Ahora, si encima de todas estas revelaciones y al margen de todos estos anuncios, nos enteramos de que la señora presidente de la Argentina se considera la madre de todos los argentinos, falta decir:
“¡Bingo! Cerrame la 4 y traeme la adición”. Ya no falta nada.

© Escrito por Pepe Eliaschev el Viernes 28/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

lunes, 24 de junio de 2013

Martín Insaurralde... De Alguna Manera...


Reflotan una denuncia de corrupción contra Martín Insaurralde…

La denuncia derivó en una causa penal que fue cerrada en 2009. Foto: Cedoc

El intendente de Lomas de Zamora, que encabeza la lista K a diputados en la provincia, fue acusado de aceptar coimas en 2008.

Hace cinco años, Martín Insaurralde era secretario de Gobierno de la intendencia de Lomas de Zamora y relativamente desconocido en el resto del país. Fue entonces cuando una cámara oculta lo acusaba de aceptar una coima en el partido bonaerense.

La denuncia fue difundida por América Noticias en 2008, pero resurgió esta semana después de que el “lómense” se consagrara como primer candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires por el Frente Para la Victoria.

De acuerdo con la cámara oculta, a una concejal oficialista pedía una coima para habilitar un supermercado chino y señalaba a Insaurralde como el responsable de, mediante el pago, habilitar el comercio.

En ese entonces el ahora candidato era secretario de gobierno del intendente Jorge Rossi, con quien había compartido la lista de las elecciones de 2007. Apenas un año después, en octubre de 2009, Rossi renunció por incumplir las obras de saneamiento del Riachuelo, e Insaurralde quedó a cargo del municipio.


La cámara oculta de América Noticias mostraba a la entonces concejal oficialista Mariel Sánchez pidiendo el pago de unos 70.000 pesos.  La denuncia derivó en una causa penal que fue cerrada en 2009.

© Publicado el martes 24/06/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


sábado, 26 de mayo de 2012

Y... Está difícil... De Alguna Manera...

Está difícil…

Hoja de afeitar Gillette y dólar… Dibujo: Pablo Temes.

Está difícil. Cada vez más difícil. O se volvió a poner difícil para quienes pensaban que el primer trimestre de 2012 fue el peor y en el segundo semestre mejoraría la economía. Presunción que se apoyaba en el mejoramiento del precio de la soja, en que parecía que Europa no entraría en recesión y en que las trabas a las importaciones que frenaron la actividad industrial durarían hasta julio, cuando el Gobierno tuviera los dólares que precisa para el pago de su deuda, que vence en agosto.

Pero no. Comenzando porque Europa empeora con nuevo impulso. No sólo la mayor cantidad de pronósticos se orienta hoy hacia la salida de Grecia del euro, sino que ya se augura que tras la salida de Grecia podrían seguir ese camino España o Italia y desquebrajarse la unión monetaria de Europa.

El dólar no aumenta únicamente frente al peso. El dólar aumenta frente al euro por los temores sobre el futuro que genera la moneda europea. Y también aumentó sobre el real, que se devaluó 30% en las últimas semanas.

Y cada vez que Brasil devaluó, presagió infaliblemente la llegada de alguna tormenta a la Argentina. En 2009 también el dólar pasó a costar más de 2 reales en Brasil (al año siguiente fue recuperando su valor, hasta volver a costar 1,60 por dólar y mantenerse así hasta hace pocos meses), y ese 2009 Argentina soportó la única recesión kirchnerista, con una caía del producto bruto del 3%, controlada dentro de todo porque el Gobierno tenía todavía más caja que hoy para aplicar medidas contracíclicas. Y si nos vamos más atrás, encontraremos que la megadevaluación brasileña de fines de los 90 fue la sentencia de muerte de nuestra convertibilidad.

Si Brasil devalúa su moneda el 30%, y si el euro también se devalúa frente al dólar el 15% respecto de su techo de hace unos años, el aumento del dólar en Argentina no sólo deberá reparar el efecto de la inflación interna para restablecer el equilibrio comercial y la competitividad.

Muy simplemente: el 30% de devaluación acumulada en Brasil en los últimos tiempos hace que muchos productores argentinos no puedan competir más dentro del Mercosur, nuestro principal mercado, si Argentina no acompaña el mismo ritmo devaluatorio, que incluye el 30% que se devaluó el real más el porcentaje de mayor inflación en Argentina que en Brasil.

Y ése no es el mayor problema: en esta misma columna el sábado pasado se enumeraron las ventajas que tendría para el Gobierno argentino acelerar los aumentos del dólar oficial y sus controlables consecuencias inflacionarias si termina de cerrar las paritarias con incrementos salariales en porcentajes iguales o menores a la inflación del año anterior.

Otro problema es el recrudecimiento de la crisis europea, que –aunque no sea el principal mercado para las exportaciones argentinas– afecta el nivel de crecimiento de la economía mundial, donde las nuevas previsiones empeoraron los pronósticos anteriores de una leve salida de la crisis.

La caída de la actividad industrial en Argentina no fue una excepción. EE.UU., China, Brasil, India y obviamente Europa están registrando reducciones preocupantes. En España, sede de las casas matrices de varias de las principales empresas extranjeras en Argentina, la situación es calamitosa: se pronostican dos años completos más de recesión, con caídas del producto bruto en 2012 y 2013.

Otros indicadores del enfriamiento global de la economía son que en los últimos cuarenta días el valor promedio de todas las empresas que operan en las Bolsas del mundo cayó 10%. Y que ni las commodities energéticas se salvan, porque el precio del petróleo bajó 15% el último mes (esto puede ser bueno para la situación actual de Argentina, que importa energía).

Cuando a fines del año pasado los pronósticos económicos mundiales eran iguales o peores que los actuales y la soja amenazaba con costar menos de 400 dólares, el Gobierno anunció la eliminación progresiva de los subsidios. Luego, con la soja a 500 dólares, desactivó el fin de los subsidios. No habría que descartar que las nuevas luces amarillas de la economía mundial refloten la ortodoxia y una reducción del gasto público por el camino de la reducción de subsidios.

El Gobierno es mucho más pragmático de lo que parece; también retrocede, aunque lo disimule muy bien con la teatralidad de personajes como Moreno.

Otra dificultad creciente es el déficit de las provincias. El Gobierno nacional le avaló a Córdoba una emisión de deuda por 200 millones de dólares. Córdoba, como prácticamente todas las provincias, viene emitiendo deuda en pesos a plazos exiguos de pocos meses, lo que requiere continua renovación, como si las provincias fueran pymes que no califican para un crédito de largo plazo. La provincia de Buenos Aires sólo pudo emitir 50 millones de dólares de deuda de los aproximadamente 2 mil millones que precisaría, y el resto sale a buscarlo también como una pyme en default, con renovaciones continuas a plazos brevísimos y tasas caras.

Así como las devaluaciones de Brasil preanuncian crisis en Argentina, cada vez que la provincia de Buenos Aires entra en insolvencia la Nación sufre las consecuencias.

Todos miran a La Plata.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 25 de Mayo de 2012.


domingo, 20 de mayo de 2012

Reportaje a Daniel Scioli... De Alguna Manera...

"Con Cristina hablamos más de lo que se sabe"…

Autodefinicion. "Duermo bien. Soy muy ordenado en mis horarios y soy un buscador permanente de la eficacia. Me exijo mucho a mí mismo."

Reportaje a Daniel Scioli. Por debajo de su retórica no confrontativa, el gobernador de Buenos Aires se muestra tajante: si no hay reforma constitucional para habilitar una re-reelección, él es el candidato natural del kirchnerismo; no tiene una buena relación con su vice, Gabriel Mariotto, y advierte que los que más cuestionan su trayectoria, “son los que más han andado de un lado para el otro”.

En un día particularmente complicado (huelga de subtes y marcha ruralista en La Plata) el jardín de la hermosa casa que el arquitecto Bustillo diseñó en los años 50 parece más que nunca un remanso, un jardín eternamente florecido aún con su ropaje de invierno. Y, entre dos cafés, una larga conversación con el gobernador Scioli. Un hombre reservado, dueño de sí mismo. ¿Inasible?

—Si a usted le preguntaran “¿cómo es un tipo que se llama Daniel Scioli?” ¿cómo lo describiría?, ¿alegre?, ¿triste?, ¿melancólico? ¿Le gustan el cine, la pizza, charlar con amigos?
—Soy inquieto. Muy exigente, y no me gusta perder el tiempo –explica el gobernador–. No sé si por ascendencia italiana, pero me encanta comer pasta. Como pasta todos los días. Al almuerzo, por la noche... En general soy optimista, le veo el lado bueno a las cosas.

—¿Es un tipo obsesivo? ¿Duerme bien de noche?
—Sí, duermo bien. Soy muy ordenado en mis horarios y soy un buscador permanente de la eficiencia. Me exijo mucho a mí mismo. También a los que me rodean. Siempre trato de buscar la excelencia en cada cosa que me rodea. Por otra parte, soy familiero, muy familiero, y busco mis tiempos para cada cosa. Si mi hija necesita un tiempo para estar conmigo o pedirme algún consejo… Lo mismo con mis hermanos. Por supuesto, con Karina. Me aferro mucho a los afectos de siempre. Los necesito anímica y espiritualmente. Y muchas veces para tomar fuerza e ir para adelante repaso mi vida y lo que me pasó. Tengo un lugar con todos los recuerdos; cuatro o cinco veces por semana ceno ahí y no dejo de mirar cada rincón, cada cosa y me digo: “Uff, la pucha... Tengo que estar agradecido a Dios… ¡con las cosas que me han pasado y las oportunidades que he tenido…! Poder ir superando y creciendo”. Uno es el fruto de muchas cosas.

—Efectivamente: ha logrado superar un montón de problemas. Yo lo miraba ayer, gobernador, en la inauguración de los chocolates de Kraft…bueno, era un momento difícil, ¿no? Usted se encontraba con la Presidenta después de muchos días de no hablar, de no verse. Qué sé yo... usted estaba muy tranquilo pero también muy serio.
—Soy serio. La seriedad es el sentido de la responsabilidad, y tengo sentido del humor cuando hay que tenerlo. Yo, con Cristina, tengo una relación de afecto, de respeto… eh… y de compañerismo de muchos años. Nos conocemos mucho. Por lo tanto, han sido diez años muy intensos tanto en mi vida como en mi carrera política junto a ella, ¿no? Entonces, en ese camino, como en todo vínculo hay distintos tipos de alternativas, pero prevaleciendo siempre la buena fe y las buenas intenciones y la sinceridad, y… además, hablamos más de lo que se sabe.

—Bueno, pero para los que miramos la cosa de afuera, en 2003, por ejemplo, daba la sensación de que usted era muy amigo de Néstor, ¿no?
—Yo lo conocí a Néstor el 13 de enero de 2002. Era mi cumpleaños y estábamos pensando con Karina y Lorena dónde pasarlo. Ellos, los Kirchner, me sugirieron ir a Calafate. Con Cristina éramos compañeros en la Cámara de Diputados y entonces, cuando llegué, muy amablemente me dijo: “Quiero que conozcas a Néstor”. Pasamos una noche muy linda. Les retribuí esa atención invitándolos a nuestra casa en el Abasto y allí empezó a forjarse una relación que inspiró la confianza de él. Hasta el punto de que me convocara para ser su vicepresidente, ¿no? Yo estaba muy lanzado a la Jefatura del Gobierno porteño pero entendí que, en ese momento, era muy importante acompañarlo. Poder sumar lo que yo, en ese momento, podía aportar, hacer. Y así fue. Y como todo vínculo, como la vida, como los amigos o con la pareja, toda relación necesita su tiempo de maduración. Por eso lo que se percibía al principio como dificultades, luego, con el tiempo, se fue consolidando cada vez más. Eso me ha pasado muchas veces. Por ejemplo, con mi copiloto. Un tano rabioso que, al principio, se llevaba mal conmigo hasta el punto de que pensaba que nunca más iba a correr con él. Pero, al final, terminamos siendo campeones del mundo, los dos en la misma lancha. Qué sé yo... Las cosas que me pueden haber pasado tambien con amigos… Por eso, cuando se habla de mi relación con Gabriel yo también digo “bueno, el tiempo va a ir acomodando las cosas…”. Yo siempre creo en eso, y la experiencia.

—¿Gabriel es Mariotto?
—Sí… La experiencia me tiene que servir para algo, ¿no?

—Claro, para irse al cielo derecho.
—No, no… pero, qué sé yo... Trato siempre, en ese sentido, de buscar que siempre haya un marco de colaboración… Mire, cuando uno gobierna tambien tiene que transmitirle a la gente la mayor tranquilidad. Bastantes problemas tiene la gente en su vida cotidiana como para que los problemas de los dirigentes políticos les generen preocupación. Entonces yo intento eso. La gente me conoce así de siempre. No es una novedad. Soy el Scioli de siempre –se ríe con ganas–. Y si uno lo va a analizar es una cosa muy previsible.

—Bueno, pero es una cosa bastante ponderable… Y ¿qué sentido le da usted a la postergación de la cumbre del Consejo Nacional Justicialista para la semana que viene?
—El Consejo del Justicialismo está integrado (entre otros dirigentes) por varios gobernadores, y algunos de ellos viajaban con la Presidenta a Angola. La postergación de la cumbre es sólo por eso.

—¿A usted lo invitaron al viaje?
—Bueno, no… pero de acuerdo a las características del viaje… a nosotros permanentemente nos mantiene con Cancillería una relación constante para misiones comerciales. Acabo de venir yo mismo de presidir una en Colombia y parte de mi gabinete estuvo también en Venezuela. Así es que lo importante en este momento es salir al mundo a exportar y a traer inversiones.

—Además de paciente es diplomático, gobernador. Cuénteme, por favor, qué pasa con la celebración del 25 de Mayo que ha organizado La Juan Domingo.
—No está previsto ningún acto.

—¿No?
—No. Que yo sepa, no. El 25 de Mayo es una fecha patriótica. Una fecha muy cara también a los sentimientos de todo este proyecto y a mi carrera política, porque el 25 de mayo de 2003 fue cuando asumimos con Néstor como presidente y vicepresidente.

—Bueno, pero usted tiene conciencia, gobernador, de que su frase acerca del 2015 y su postulación (muy diplomática por cierto: “sólo en caso de que Cristina no se presente”) ha movilizado el mundo político. Ya hoy no es igual que ayer, ¿no?
Al desgrabar detectamos un largo silencio. Y luego:
—A ver. Lo que pasa es que uno (como en toda actividad) puede plantear sus aspiraciones. Esto ocurre en cualquier orden de la vida. A la gente siempre me gusta transmitirle claridad con respecto a todo lo que estoy sintiendo, a todo lo que me pasa. Yo aprendí que no se improvisa. Se planifica. Cuando yo empecé a correr me preguntaban: ¿te gustaría ser campeón del mundo? Y sí que me gustaría ser un día campeón del mundo. Pero para eso tenía que ganar un montón de otras carreras, un campeonato. Estuve diez años hasta que lo pude lograr. Y bueno, yo creo que a un dirigente de responsabilidad, si alguien le dijera: “¿Le gustaría algún día ocupar la…?” sería raro que se negara a intentarlo. Muchos otros pueden estar pensándolo y no lo dicen. A mí me gusta. Expresé un deseo. No es más que eso. No significa ni que esté en campaña ni que largue alguna cosa en forma prematura. Aparte, para dejar de lado otro tipo de especulaciones, cuando se preguntó acerca de la eventualidad de esta cosa (que siempre se quiere poner en un marco de pelea con la Presidenta), de que ella avanzara con una iniciativa de reforma constitucional que incluya la eventual habilitación de la reelección… bueno, como ha sido siempre, tendría mi respaldo. Que también quede muy claro que una posición mía no es en términos de enfrentamiento. Yo siempre voy a estar para colaborar y para ayudar, porque soy una persona agradecida, coherente, y corresponde que sea así. Bueno, si se dieran otras circunstancias... pero hoy estoy dedicado a lo que es mi gran responsabilidad y que tuvo el respaldo del 55% de los votos. Es decir, gobernar y encarar todos los problemas que tengo que enfrentar en forma cotidiana. Mire, no me distraigo en otra cosa que no tenga que ver con esto. Y es lo que hice siempre. Yo era ministro de Turismo y Deporte. Me ocupaba de eso. Fui dos veces diputado nacional; secretario de Turismo y Deporte. Fui también vicepresidente. Ahora, dos veces gobernador. Una carrera política intensa con responsabilidades a donde llegué siempre a través del voto. Y, evidentemente, si la gente me fue votando y renovando la confianza es porque debo ir cumpliéndoles a los ciudadanos sus expectativas. En cada una de estas etapas he tenido experiencias muy importantes y una fuerte convicción de mi parte de poder hacer un buen trabajo. Hoy tengo un trabajo muy importante, que es gobernar la provincia más grande de la Argentina en un contexto económico internacional muy complejo y que exige mucha creatividad y mucha innovación en la manera de gestionar.

—Usted tiene conciencia de la gran respuesta que significan las encuestas, ¿no? Sus números son muy buenos.
—Bueno, pero eso tiene que ver, desde mi punto de vista, con varias cosas. La gente advierte el trabajo, la pertenencia y la coherencia con este proyecto. Le gusta cuando me ve trabajar junto con Cristina buscando lo mejor para la provincia y su gente. Creo que esas encuestas tienen que ver con eso. Yo no me la creo. No me la creí nunca y no me la voy a creer ahora. Cuanto más acompañamiento y expectativa significa, de parte mía, más humildad, sobriedad y gratitud. Yo soy así. También la vida me ha enseñado eso, ¿comprende? Entonces yo, cuando ganaba mis mejores carreras o escuchaba los resultados electorales, decía: “bueno, vamos a dormir. Nada de festejar que hay que responder a la gente y empezar mañana a trabajar temprano”. Y en esto hay que ser muy cuidadoso.

—Usted es generoso, Scioli, pero da la sensación de que la respuesta no es simétrica. Fíjese que, el domingo, en “Página/12”, Horacio Verbitsky sugería que encabezara usted las listas legislativas del año que viene.
—La experiencia yo también la aplico a esas cosas. A mí no me gusta polemizar porque soy respetuoso de la libertad de prensa en el marco de la democracia. Pero hay distintas expresiones. Unos periodistas se expresan de una manera. Otros, de otra. Así es que, en eso, yo hago mi trabajo poniéndole toda la garra y lo que la gente ve y conoce, y punto. Así es que las cosas que tengo que hablar en profundidad en la más alta responsabilidad, las hablo con la Presidenta mano a mano. Además, no me dejo llevar por dimes y diretes. “Dicen que…” Esto hace también a mi experiencia. Ante la menor presión no tomo decisiones apresuradas o abruptas. No, no. No es así.

—No sé si las informaciones son correctas pero ¿cuánto le debe la Nación a la Provincia de Buenos Aires?
Otra vez una larga pausa en la grabación, y luego el gobernador responde:
—La provincia de Buenos Aires viene teniendo una gran inversión de parte del Gobierno nacional en forma de obras muy importantes de cloacas, agua potable, viviendas, calles, energía. Necesita el acompañamiento de la Nación más allá de las propias reformas fiscales que yo he encarado porque hay un problema estructural que viene de 1986, cuando se cedió un punto de la coparticipación, pero, bueno, el trabajo articulado de Nación, Provincia y municipios nos permite ir sobrellevando esto. Así es que en ese sentido vamos buscando el mayor esfuerzo propio y que el Gobierno nacional nos acompañe cuando las circunstancias así lo exijan. Durante estos casi cinco años yo vengo teniendo un acompañamiento permanente de la Nación. Por eso la Provincia y los municipios hemos crecido y avanzado en todo este tiempo, buscando siempre mayor eficiencia en todo lo que se refiera al gasto, a la optimización en la recaudación de ingresos genuinos y la complementación con la Nación. Hay un tema estructural pero, bueno, es un tema pendiente que se deberá ahondar en algún momento en las 24 provincias. Ya Néstor Kirchner, cuando reasume la presidencia del Partido Justicialista, hacía referencia a esto. Mientras tanto vamos trabajando en nuestras respectivas áreas económicas Nación-Provincia para buscar funcionar con normalidad. La agenda económica que tenemos por delante es más exigente por todo lo que dijimos antes.

—A propósito del justicialismo, el otro domingo le preguntábamos a Aníbal Fernández si él consideraba que el justicialismo era igual que el kirchnerismo. El senador decía que sí. Nosotros, que no. ¿Usted qué piensa, gobernador?
—Pienso que todas las políticas que lleva adelante la Presidenta son pilares fundamentales, fundacionales, del justicialismo. La justicia social hoy se expresa a través de la Asignación Universal por Hijo. La independencia económica es el desendeudamiento. La soberanía política son decisiones que se van tomando, como el caso de YPF. Recuperar el rol estratégico en la administración de recursos energéticos.

—Pero, perdón. Recuerde que, en el caso de YPF, Néstor Kirchner apoyó la privatización en los 90.
—Era otro momento. Seguramente en aquellos años… Hoy, los países están repensando políticas como el rol del Banco Central, como las empresas del Estado… Nosotros tenemos una experiencia muy importante. Por ejemplo, la empresa de agua AySA. Cuando el Estado se hace cargo permite que se avance mucho más rápido. Por ejemplo en La Matanza hay una obra que estaba comprometida (y Ballestrini siempre me lo decía) para el año 2020 y que se concretó ahora, con 400 mil vecinos que ya tienen agua potable y cloacas. Fíjese que hay políticas fundamentales como consumo interno, la creación de puestos de trabajo, o cuidar los sectores productivos, que son la esencia del peronismo. Pertenecen a esas grandes épocas de industrialización. Gobernar es crear trabajo, decía el general Perón. Y hoy se han creado más de cinco millones de puestos de trabajo.

—Eso es verdad. Pero ¿a qué atribuye usted que a Perón se lo nombre tan poco? Y a Evita, casi nada.
—Por más que se los nombre o no, a Perón y Evita se los tiene en cuenta en el momento de tomar decisiones. ¿Qué me dice de la participación de la mujer en los distintos roles y espacios en la política argentina? Ocupan los más encumbrados puestos en la Magistratura, por ejemplo.

—Eso pasa en el mundo entero, gobernador.
—Cuando uno observa lo que planteaba Perón: la integración latinoamericana, su preocupación por el medio ambiente... Son todas cuestiones que están en agenda. El peronismo siempre tuvo un espíritu frentista. El pilar era el peronismo y luego, se sumaban otros sectores. Y más allá de todas estas cuestiones partidarias, ideológicas, yo creo que acá lo importante es solucionarle la vida cotidiana a la gente. Es en ese punto que tengo puesta la mirada. Y les digo a mis colaboradores que sean buscadores permanentes de soluciones.

—¿Usted cree que se podrían adelantar las legislativas?
—Es una especulación, pero no me consta nada de eso. Nada de eso me consta. Son cosas que se dicen. Tambien esto forma parte de la experiencia: no puedo estar contestando una agenda de teorías y suposiciones. La verdad es que no hay tiempo de estar ocupado en esto. Sería una irresponsabilidad. Son cuestiones que deben discutirse en un ámbito institucional. Eventualmente no veo ninguna cuestión por la cual se pueda estar pensando en esto Veo a la Presidenta totalmente abocada a temas como la inauguración de ayer (Kraft). Abriendo emprendimientos productivos. Ampliando los créditos del Bicentenario. Encabezando ella misma la misión comercial a Angola. Entiendo la ansiedad que puede haber por la cuestión política.

—Volviendo al tema peronismo-kirchnerismo, ¿qué piensa de La Juan Domingo, integrada por legisladores que pertenecen al sciolismo?
—Hay distintas expresiones políticas que adhieren a este proyecto, este rumbo del país. Están las tradicionales del peronismo, los movimientos sociales, otros partidos políticos… qué sé yo... La democracia es la intensidad. Bueno, ahora que vivimos una democracia intensa y hay distintas agrupaciones, distintas expresiones políticas. Ellos han sido muy claros (cuando salieron a decir que respaldan a la Presidenta y me respaldan a mí a nivel provincial) porque son coherentes con lo que la gente ha expresado a través de la voluntad popular en la última elección. La gente quiere que sigamos adelante trabajando juntos, tirando juntos. Complementándonos. Y nada más.

—Usted iría al festejo del 25 de Mayo de La Juan Domingo?
—No hay ninguna cosa prevista desde ya.

—¿No?
—No. Y algo más: hoy le dije a mi jefe de Gabinete que hagamos este 25 de Mayo algo acá, con chicos de los colegios… algo con un fuerte sentimiento patriótico, y que vengan todos los que tengan ganas de venir. Más que para actos, éste es un momento para poner todo el esfuerzo en estar muy atentos a este escenario económico-social que exige que pongamos todo el esfuerzo allí o en los distintos temas de agenda, como combatir la inseguridad. Cosas de las que me tengo que ocupar todos los días.

—Con esta nueva ola de secuestros el tema seguridad es una prioridad en la provincia de Buenos Aires, pero parece no haber afectado su porcentaje de adhesión por parte de la gente.
—Desde el primer día reconocí que era el problema más serio, y la gente quiere que se le hable con sinceridad. Es un tema que no se soluciona de un día para el otro. No hay soluciones milagrosas. Es un trabajo arduo, intenso. El delito va agarrando distintas formas. Va rotando la modalidad. A veces es una salidera bancaria. A veces se da en forma de secuestro exprés. Estamos muy atentos combatiendo las raíces profundas de estos problemas de inseguridad que muchas veces tienen que ver con la droga y con otras cuestiones. Son organizaciones que estamos combatiendo, intensificando la prevención, y yo ante esto entiendo y comprendo la preocupación de la gente. Y la gente ve y sabe… Yo este tema lo he expuesto con toda claridad durante los debates electorales y la gente nos ha dado un respaldo muy importante en el trabajo que estamos haciendo.

—Usted habrá observado que los espadachines del kirchnerismo insisten mucho y lo acusan de no cambiar al titular de la Seguridad en su provincia.
La fisonomía del gobiernador se endurece.
—Yo soy responsable de las distintas personas que pongo al frente de los ministerios para que lleven adelante sus programas en sus áreas. Soy muy abierto para trabajar. Cualquier iniciativa superadora de lo que estamos haciendo o cualquier cosa que tengamos que corregir o que ponga en juego la vida de la gente no puede ser motivo de especulaciones políticas sino que, lo que yo busco, conociendo el problema y asumiendo mi máxima responsabilidad, es que la gente participe y llame al 911. Los intendentes están haciendo su esfuerzo. Las fuerzas federales también. Los legisladores me han venido acompañando con distintas leyes. Por eso invertimos tanto en educación y promovemos el deporte. Por eso la cultura. Por eso mejoramos el espacio público. El programa de luminarias; de inclusión laboral. Creo que el trabajo es la mejor terapia para muchas cuestiones. Por eso, para que haya más trabajo tiene que haber más inversión y más capacitación. Por eso las escuelas técnicas. Allí es donde estamos poniendo todo nuestro esfuerzo. Particularmente en esos jóvenes que, por una razón u otra, han tenido frustraciones y debemos acercarles estas posibilidades. Estas son las cosas que me preocupan y de las que me ocupo todos los días. Y esto la gente lo ve. No me gusta poner excusas. Ser quejoso. “Ay, no me alcanza y por eso no puedo hacer esto o aquello”. Yo me hago cargo y le pongo el pecho a las cosas. La gente me ve pelear por sus derechos y sabe que soy previsible y confiable. A gran parte le debe gustar lo que hago y por eso la gente me ha seguido votando y yo lo agradezco. Sepan que, como siempre, voy a poner lo mejor de mí para honrar esta confianza. A esta altura de mi vida, tener tantas responsabilidades como las que vengo teniendo y con tantas cosas que me han pasado en la vida es natural que uno busque el bien, lo mejor para la provincia (lo que en este caso es mi responsabilidad). Esta es una provincia realmente apasionante, grande, de una enorme diversidad y donde algunos sólo ven problemas yo veo oportunidades y siempre trato de ir descomprimiendo las situaciones de conflicto que se pueden generar. Y en esto les pido a todos que me ayuden a hacer un buen trabajo. Eso es lo que, con toda humildad, pido siempre. Yo creo en esto.

—Lo último, gobernador: ¿usted creía que se iba a armar tanto revuelo con su frase sobre 2015?
—Estas especulaciones con respecto a si yo con la Presidenta iba a generar algún tipo de enfrentamiento... Yo no soy un problema. Problemas son los que estamos enfrentando todos los días. Soy siempre el mismo: con más experiencia, las mismas ideas, la misma impronta, con cada vez más responsabilidades. Durante diez años de carrera política la gente me ha visto trabajar. Luego, he hecho referencia a aspiraciones que son lo que muchas veces algunos, por ahí, también sienten pero no se animan a decir. Bueno, yo lo he expresado y a partir de allí me puse a expresar, por un lado, mi compromiso profundo y actual con la gestión. Un deseo, una voluntad y, a la vez, planteando con toda claridad -en el marco de ese respeto, de ese afecto y de esa gratitud que yo tengo con la Presidenta- que si se da un escenario adecuado allí voy a estar, como siempre, ¿no? Porque cuando, en distintos órdenes de la vida, alcancé un logro, siempre fue a partir del esfuerzo, la preparación y no buscando jamás que al otro le vaya mal si a mí me puede ir bien. No. Que otro se quede a mitad de camino para ir yo, jamás. No soy ni mezquino, ni egoísta. Por mi concepción del deporte sé trabajar en equipo y soy una persona a la que, en ese sentido, no le gusta de ninguna manera encarar algo si no tengo la confianza. Por ejemplo, yo no me hubiera sometido nuevamente a esta elección que pasó si no estuviera seguro de poder hacer aun más de lo realizado hasta ahora en mi primer mandato. ¿Se da cuenta? Yo veo que hay momentos en los que uno tiene que tener una visión clara para despejar también algunas especulaciones que podrían llegar a poner en duda mi lealtad. Yo me he tomado el trabajo de observar que los que más ponen en duda y cuestionan una trayectoria, son los que más han andado de un lado para el otro. Entonces, yo me digo: tranquilo. Conmigo pueden estar tranquilos. Yo no soy el problema. Los problemas están en otros lados. ¿Se acuerda de los WikiLeaks? ¿Qué se comprobó? Que lo que yo decía en público también lo decía en privado. Entonces, sin hipocresías. El futuro está en manos de Dios, de la gente y de las circunstancias.

© Escrito por Magdalena Ruiz Güiñazu y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 19 de Mayo de 2012.