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domingo, 4 de mayo de 2014

Tener el coraje... De Alguna Manera...


Tener el coraje...


Los exabruptos de Pablo Moyano exigían un repudio inmediato de los candidatos opositores.

Aun cuando Hugo Moyano haya relativizado y restado importancia a las gravísimas declaraciones de Pablo Moyano, la situación que se ha creado en Quilmes supera largamente la geografía de ese municipio del Gran Buenos Aires y alude e interpela a una de las cuestiones claves de la Argentina, hoy, mañana y pasado mañana. ¿Qué vamos a hacer con las instituciones? ¿Qué vamos a hacer con el estado de derecho? ¿En dónde va a quedar la noción del gobierno de la ley? Es una cuestión y un conflicto que, otra vez, supera y trasciende el marco de un gobierno. No se vincula estrictamente solo a lo hecho y dicho en estos once años por el kirchnerismo.

La problemática del deterioro de las instituciones y el irrespeto a la ley que acaba de dramatizar Pablo Moyano revela e indica que la cuestión es mucho más grave y más extensa.

Se planteó un problema en el municipio de Quilmes, donde la empresa recolectora de residuos se llama Covelia y su contrato vencía el 5 de mayo. A punto de terminar el contrato, el municipio, conducido por Francisco Gutiérrez, un hombre del kirchnerismo, le anticipó a Covelia –estrechamente asociada al Sindicato de Camioneros – que no le renovaría el contrato. En esta empresa de recolección de residuos de Quilmes prestan servicio 430 trabajadores. Pablo Moyano congregó a los camioneros frente al Municipio de Quilmes y declaró al periodismo de la zona: “Si tiene que haber muertos, va a haber uno, dos o tres”. “Muertos”, dijo, supuestamente en defensa de la fuente de trabajo.

El intendente de Quilmes ha dicho que su idea no es echar a nadie, sino que, sencillamente, como ha determinado que la gestión de Covelia es deficiente, va a mantener la mano de obra contratada, pero la empresa quedará en manos del Municipio, que hasta ahora pagaba 8 millones de pesos por mes por esa tarea concesionada.

¿Por qué asocio esto con cuestiones que trascienden largamente la geografía de Quilmes e inclusive la temática de los camioneros? Porque las declaraciones de Pablo Moyano, más allá de la relativización que su padre, Hugo, haya querido hacer (no es la primera vez que Pablo Moyano descarrila) revelan un fenómeno global del país: el desprecio por la ley. 

Este incidente interpela básicamente a quienes enfrentados actualmente con el Gobierno, tal vez no hayan tenido el coraje o la decisión de condenar este tipo de manifestaciones y proclamas violentas.

Creo que sería de un enorme valor para el país que hombres que aspiran a ser presidentes de la nación como Julio Cobos, Hermes Binner o Ernesto Sanz, por mencionar algunos, se pronunciaran claramente, sin ninguna especulación oportunista, sin prescindir de una condena a los dichos de Moyano.

No hay que olvidarse, por otro lado, de que Hugo Moyano y el gremio camionero estuvieron hasta hace apenas pocos años muy cerca del gobierno kirchnerista y compartieron más de un acto público junto con Néstor y Cristina Kirchner. No es una novedad, en consecuencia, lo que esta gente opina y hace: la técnica de los bloqueos y los piquetes, impedir la circulación de personas y mercancías, ha sido puesta en vigencia, con lenguaje belicoso y virulento, por los camioneros en más de una oportunidad. En algún momento fue Hugo Moyano, y ahora le toca el turno a su heredero Pablo, como si se tratara de una dinastía sindical, el hombre que dirige el día a día de la actividad del sindicato camionero.

Quiero asociar esto con un luminoso ensayo que publicó el 30 de abril en La Nación Luis Alberto Romero. (“Mas allá de izquierdas y derechashttp://www.lanacion.com.ar/1686389-mas-alla-de-izquierdas-y-derechas) un texto de lectura obligatoria, sobre todo para las fuerzas políticas que se han coaligado en el Frente Amplio UNEN y para hombres como Ricardo Alfonsín, Binner, Pino Solanas y tantos otros. Romero, con enorme lucidez, menciona el problema del autoritarismo dictatorial y la facciosidad que caracterizaron al gobierno de Juan Perón en la década del 50. Pero a continuación dice, y por favor prestar atención a este párrafo, maravilloso por lo preciso, de Romero: “En estas dos décadas largas, el Estado no sólo desertó de sus funciones básicas, sino que perdió la capacidad para limitar a sus gobernantes, limitar el saqueo o corregir los gruesos errores de gestión. Un Estado destruido y una máquina política gigantesca aferrada a un cuerpo exangüe es lo que dejan a quien tome la apuesta en 2015”.

La perspectiva de Romero es, en el mejor sentido de la palabra, provocadora, porque estimula el debate. Este episodio de Pablo Moyano anunciando muertes por la negociación de un convenio en un municipio del Gran Buenos Aires, ratifica la vigencia de los interrogantes de Romero. ¿Moyano y sus seguidores, son de izquierda o de derecha? En más de una oportunidad, dirigentes del radicalismo sostenían que Mauricio Macri era “el límite”, la frontera: hasta ahí no podían llegar, porque era de “derecha”. Sin embargo, en las elecciones de 2011 la UCR hizo arreglos y trapicheos con fuerzas de la derecha peronista, con hombres que provenían del menemismo, como Francisco de Narváez. En el caso que ahora preocupa, ¿qué decir de la acción directa? ¿qué de la práctica permanente, sistemática y deliberada de episodios de acción directa que, como en el caso de Quilmes, ponen en tela de juicio todo el estado de derecho?

La opción política principal –dice Romero, en otro párrafo que subrayo – pasa por la continuidad de este estado de cosas o su reversión, continuidad o reversión, que consiste en primer lugar en reconstruir el orden y las reglas, y también los partidos”.

Nadie le puede negar al profesor Romero su clara identificación con lo más progresista y transformador del pensamiento social. Nadie podría alegar que patrocine represión y  mano dura. Habla de reglas porque no hay posibilidad de cambio social alguno sin orden y sin reglas. Si dirigente social amenaza con muertes porque no se resuelve un problema sindical, no hay derecha o izquierda que valga. Hay un desafío al orden establecido.

Por eso, Romero subraya la importancia de considerar como valiosa y prioritaria la reconstrucción de las instituciones. Sin embargo, aparentemente, esto en la Argentina no se entiende cabalmente.

El episodio de Quilmes tiene el enorme valor de iluminar como gigantesco foco el escenario argentino. Si la Argentina quiere que, a partir de 2015, se inicie un proceso de reconstrucción del estado de derecho tan vulnerado en los últimos quince años y un proceso de recuperación, revalorización y puesta en valor del estado de derecho a través de las normas y el cumplimiento efectivo de la ley, no se puede andar con disquisiciones entre ilusorias “izquierda” y “derecha”, como si se condenara a algunos porque son “de derecha”, pero no a otros porque se cree que son “progresistas” y eso puede interpretarse como gesto de amistad para con “la derecha”.

El episodio de Quilmes es profundamente autoritario y conlleva el huevo de la serpiente. Hablar de muerte en la Argentina y propiciar enfrentamientos violentos, aun cuando se haga supuestamente en defensa de intereses de trabajadores, es valerse del peor, más reaccionario y retardatario de los lenguajes.

Nada sería más importante que el autodenominado progresismo argentino comprendiera que lo que está de por medio ahora no es una puja entre Estado y mercado. La Argentina tiene que tener Estado y tiene que tener mercado, las dos cosas. 

Pero, sobre todo, hay que reconstruir el plexo legal de la vida cotidiana.

El silencio en torno del episodio de Quilmes y la patoteada de Pablo Moyano es una manera, por omisión, de decir que, en ciertos casos, para algunos, violar la ley es “progresista”, algo negativo y pernicioso para el presente y para el futuro.


© Escrito por Pepe Eliaschev el Viernes 02/05/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


viernes, 22 de junio de 2012

Cristina y Hugo... De Alguna Manera...

Cristina muestra gran preocupación por el paro decretado por Moyano...


Las dos jugadas que planea el Gobierno. El duro enfrentamiento que el Gobierno nacional y el gremio de Camioneros protagonizaron este miércoles, llevó a Hugo Moyano a declarar un paro nacional y a la Casa Rosada a denunciarlo ante la Justicia por amenazas y entorpecimiento del transporte de combustibles.

La reacción de Moyano se produjo luego de que, por orden de Cristina Kirchner, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, firmara una denuncia penal que será presentada mañana contra el secretario general de los Camioneros y su hijo Pablo Moyano por "amenazas agravadas".

Agregado al referido paro, Moyano anticipó que este jueves sesionará el Consejo Directivo del Sindicato de Camioneros para determinar el alcance del paro, que buscará paralizar sectores sensibles como el transporte de caudales, combustibles, aguas y gaseosas, alimentos, recolección de residuos, correos y logística. "Un gobierno que tiene que sacar a las fuerzas armadas a las calles es porque no está haciendo las cosas bien", dijo Moyano en referencia a la actuación de la Gendarmería en las inmediaciones de las refinerías bloqueadas este miércoles por los Camioneros.

"Ya van a ver que tendremos la solidaridad de todos los trabajadores", pronosticó Moyano en declaraciones al canal de cable TN, desde donde también precisó que este jueves a las 16.00 sesionará el Consejo Directivo de la CGT y dijo que el paro de Camioneros será con movilización a la Plaza de Mayo. En un clima de tensión creciente, los sindicalistas persistían en su actitud de bloquear la salida de una planta estratégica de YPF en La Matanza, al oeste del Gran Buenos Aires, de donde el Gobierno aseguró que pudo sacar ocho camiones con 300 mil litros de combustible en medio de un operativo de distracción.

Según recuerda agencia Noticias Argentinas, ese contexto llevó a que la Presidenta regresara al país hacia las 21 proveniente de Brasil, donde participó durante unas pocas horas de la cumbre medioambiental denominada Río+20, de forma anticipada a lo previsto para atender personalmente el fuerte conflicto con los Camioneros. Durante toda la jornada, un gabinete de funcionarios formado este miércoles específicamente para tratar el conflicto sesionaba esta noche en la Casa Rosada, donde técnicos de la petrolera YPF informaban a las autoridades sobre la situación de abastecimiento de combustibles. Un dato: la carta que se baraja en última instancia es la de la aplicación de la ley antiterrorista.

En estas horas, Cristina Kirchner busca un interlocutor válido para negociar con Moyano el levantamiento de la medida de fuerza prevista y que culminará en una movilización a Plaza de Mayo.

El titular de la CGT ha dicho que esta vez no cederá: “Todas las veces que nos pidieron diálogo nos terminaron engañando”, le dijo a su hijo Pablo ayer mismo. Por otro lado, Julio De Vido, el único que tenía contacto directo con él sufrió el recorte de su propio poder —que le fue conferido a Florencio Randazzo— y fue “invitado” a defenestrar anoche a Moyano a través del hiperoficialista programa 678.

Por lo visto, no es el mejor panorama para negociar nada. No al menos para el Camionero.

© Agencia Noticias Argentinas y publicado por Tribuna de Periodistas el viernes 22 de Junio de 2012.