En una final caliente, los errores de Brazenas fueron
determinantes…
Brazenas les da
explicaciones a los jugadores de Huracán.
Foto: La Nación / Mauro
Alfieri
El árbitro le anuló mal un gol a Huracán y hubo falta de
Larrivey a Monzón en el decisivo tanto de Moralez; además, no le cobró un penal
a Vélez.
Una de las frases de cabecera de Gabriel Brazenas es "el mejor árbitro
es el que pasa inadvertido". Se había preparado mucho para este partido, a
tal punto que reconoció que era "un honor" dirigir Vélez y Huracán.
Pero ayer, en Liniers, entre sus fallos y las responsabilidades de los
asistentes tuvo un muy mal arbitraje. Con sus errores fue determinante en el
triunfo por 1 a 0, el mismo que coronó a Vélez como el campeón del Clausura
2009. Es cierto que la final tuvo muchos chispazos y factores extraños, como la
suspensión por el granizo, la cantidad de gente que se coló en el campo de
juego y la poca colaboración de los futbolistas a la hora de las simulaciones y
las agresiones. Sin embargo, más allá de algunos aciertos (que los tuvo),
cometió errores importantes.
Ya a los 9 minutos del primer tiempo el juez de línea Ricardo Casas le
anuló en forma incorrecta un gol a Huracán tras un tiro libre desde la
izquierda de Defederico y un cabezazo de Eduardo Domínguez. El defensor central
estaba habilitado por Otamendi.
Tuvo aciertos: en esa primera etapa no hubo penal de Goltz a Papa ni
tampoco de Eduardo Domínguez a Moralez. Acertó en sancionar el penal de Araujo
a Moralez y en no convalidar por posición adelantada un tanto a López.
En la segunda etapa empezó el descontrol. Más allá de que le anuló bien un
tanto a Nieto por offside a instancias del línea Hernán Maidana, Brazenas
acumuló desaciertos: a los 22 minutos, Otamendi tocó la pelota con la mano y,
como ya estaba amonestado, debió ser expulsado. A los 36, hubo un planchazo de
Arano sobre Cubero dentro del área. Para el árbitro no fue nada, pero debió
cobrar penal y haber expulsado al lateral izquierdo de Huracán.
El gol del triunfo también estuvo viciado de nulidad. Luego del cabezazo de
López y antes de la definición de Maxi Moralez hubo una infracción de Larrivey
a Monzón (similar a la anterior de Arano a Cubero) y la acción no debió seguir.
El balón estaba por quedar en poder del arquero y Larrivey le cometió foul; en
ningún momento logró conectar el balón.
Los jugadores de Huracán se fueron de control, le protestaron a Brazenas y
el árbitro les repitió: "No hubo foul, no hubo foul; no fue foul".
Hubo un expulsado por doble amarilla (Moralez), por sacarse la camiseta en
el festejo, pero en los ocho minutos que adicionó Brazenas debió expulsar a
varios más: no había sancionado nada por las reacciones entre Cubero y Arano,
pero los agarrones y las provocaciones continuaron. Tras un mano a mano que
Monzón le desvió a Larrivey al tiro de esquina, varios futbolistas del Globo se
le fueron encima al delantero de Vélez, que recibió varios golpes en la
mandíbula y en las orejas.
Al final del partido, cerca de 300 hinchas de Vélez coparon el playón del
club, cargaron a los jugadores visitantes y le "agradecieron" al
árbitro porque se vieron favorecidos. Algunos hasta acompañaron a Brazenas en
la retirada y le gritaron: "Gracias por todo" o "Tenés que ser
el árbitro del Mundial". El juez dijo: "La verdad es que no sé la
razón por la cual los simpatizantes de Vélez no paraban de decírmelo [muchas
gracias], no me doy por aludido. Mi actuación la tengo que analizar con
tranquilidad, viendo las jugadas puntuales varias veces por televisión".
Sobre el gol anulado a Domínguez sostuvo que se apoyó en el offside que le
marcó el asistente Ricardo Casas y sobre el tanto que le dio a Vélez agregó:
"No vi falta previa de Larrivey al arquero Monzón y por eso lo
convalidé".
El marco y los protagonistas no lo ayudaron, pero no fue la final que soñó
dirigir Brazenas en el Clausura 2009. Al margen de sus aciertos, los errores no
permitieron que pasara inadvertido y terminó siendo decisivo en el resultado de
la consagración.
10 partidos dirigió Brazenas a Huracán, de los cuales ganó uno (el último
ante Central, en Rosario), empató otro y sufrió 8 derrotas.
26 partidos dirigió Brazenas a Vélez, de los cuales ganó 9, empató 10 y
perdió 7. Con él como juez, llevaba 8 cotejos sin victorias.
© Publicado el lunes
06/07/2015 por el suplemento deportivo del Cancha Llena del Diario La Nación de
la Ciudad Autónoma e Buenos Aires.