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sábado, 14 de diciembre de 2013

País Cristóbal... De Alguna Manera...


País Cristóbal...

La espalda. Tinelli, metáfora de una Argentina excesiva. Foto: Cedoc

El goce busca su límite. Si no lo encuentra, se transforma en perverso y autodestructivo. Al revés de lo que sucede en muchos países, en la Argentina los excesos no son rechazados  sino aceptados y hasta valorados. Eso indica nuestro estadío evolutivo.

Las costumbres cambian con las generaciones. Mientras que para los mayores tatuarse es señal de autoflagelación, para los menores de 35 años es algo normal. No hay nada grave en ello. Pero una cosa son algunos tatuajes y otra es tatuarse todo el cuerpo.

Es la falta de medida lo que transforma el goce en perversión, o a la virtud en defecto. Y los argentinos tenemos una marcada tendencia a transformar en siniestro lo sublime. Pero lo que es monstruoso para algunos puede ser bello para otros y lo importante –nuevamente– son las proporciones de los colectivos sociales, porque si lo excesivo es atractivo para un grupo proporcionalmente muy numeroso, las formas de hacer la política y la economía también serán excesivas.

Se podría enhebrar en un arbitrario hilo conductor la espalda de Tinelli, las miles de máquinas tragamonedas que Cristóbal López tiene en el Hipódromo ubicado en la zona más acaudalada de Buenos Aires, con la osadía de Néstor Kirchner, el solipsismo de Maradona, los ciudadanos normales transformados en una horda primitiva que van a saquear a sus propios vecinos y los policías convertidos en extorsionadores. Todos, dentro de sus posibilidades e intereses, practican alguna forma de goce del no límite.

Aclarando que Tinelli tiene todo el derecho de hacer con su cuerpo lo que quiera y ninguna responsabilidad con los otros hechos enumerados, hice esa asociación libre porque estando de viaje en el exterior recién vi la foto de su espalda tatuada al regresar, el lunes pasado, el mismo día en que el Gobierno de la Nación y el de la Ciudad de Buenos Aires le condonaban a Cristóbal López una deuda tributaria por sus casinos y que a la noche comenzaba en Tucumán el más grave de los saqueos por falta de policías (dicen los tucumanos que fueron peor que los de 2001/2002).

Me resultó obsceno que justo a quien gana dinero sin riesgos con casinos –lo que le permite comprar los medios de Hadad y de Tinelli– se lo exima del pago de impuestos reclamado. Me resultó una metáfora de país excesivo, de país transgresor (no es casual que sea el único del mundo donde Cuevana inventó un Netflix gratis), un “País Cristóbal”. Este empresario de crecimiento sideralmente llamativo no es el único que aspiró a la alquimia de transformar plomo en oro, porque con una trayectoria distinta los Eskenazi “compraron” YPF sin dinero.

Pero Cristóbal es el más exitoso de esta época excesiva, tanto que hasta se arriesga a adquirir medios de comunicación y subir su exposición pública sin detenerse a considerar los riesgos de estar pidiéndo demasiado a la tolerancia cívica. La que un día, cansada, pueda terminar reclamando la estatización de los casinos y que su nombre se convierta en sinónimo de aspiración de impunidad, como acabó siendo el de Yabrán.

Nadie compra la radio número uno del país para echar  al conductor del programa más exitoso del horario que concentraba la mayor facturación publicitaria –como hizo Cristóbal López con Longobardi– si su actividad empresaria en los medios de comunicación fuera genuina. Es tan obsceno como la condonación de los impuestos que reclamaba el Gobierno de la Ciudad. Y es evidente que ambos hechos están concatenados porque debido al alto poder de lobby (cuando se los usa pacíficamente) o de extorsión (cuando se los usa violentamente) los medios de comunicación no deberían pertenecer a quienes tengan alguna clase de negocios regulados por el Estado, para que su influencia no sea utilizada en contra del patrimonio común de toda la sociedad.

Una grave omisión de la Ley de Medios, que expresamente prohíbe que sean sus propietarios personas con determinados negocios con el Estado, es el haber dejado fuera de esa prohibición a los casinos, el más rentable de todos ellos.

Pero no solo a los dueños de casinos: salvo los prestadores de servicios públicos (telefonía de línea, gas, luz, agua y recolección de residuos) erróneamente no están limitados a ser titulares de medios de comunicación tampoco los contratistas del Estado (Electroingeniería con Radio del Plata y Canal 360, por ejemplo), y los titulares de una concesión petrolera (Manzano con Grupo Uno, por caso) o concesión de peajes en rutas (como el propio Cristóbal López, además de los casinos).

Si apropiándose de los medios de comunicación los poderosos consiguen cobertura para sacar más del Estado y de lo público, de alguna forma saquean el patrimonio de todos y se baja el umbral moral de toda la sociedad. Así, el saqueo de un electrodoméstico, aunque falaz y arbitrariamente, se autojustifica en “quien roba a un ladrón (por todos los que tienen) tiene cien años de perdón”.

Tanto la mafia como el Ejército de Salvación y todos los grupos tienen cosas que están bien y cosas que están mal. Siempre hay una moral, por más discutible que esta sea, aún en forma de códigos. Y siempre es construida por el ejemplo de las prácticas de los más visibles de cada estamento. Si los amigos de los gobiernos utilizan su poder de lobby y extorsión, ¿por qué los policías no usarían entonces su poder extorsivo para mejorar sus beneficios? Si todo es cuestión de poder, la fuerza es un gran poder. Y hasta podría ser el mayor poder.

Cristóbal López, probablemente el hombre que más se enriqueció en la era kirchnerista, viendo los saqueos y la extorsión policial de estos días, debería reflexionar sobre la conveniencia de ganar todas las apuestas en el casino de su propia vida. La falta de límite puede llevar al más vivo a la autodestrucción.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 14/12/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Electroingeniería y la Memoria... De Alguna Manera...

Electroingeniería quiere demoler la memoria…

Frente de la antigua fábrica Campomar, donde se encontraron restos óseos humanos y que era vigilada por militares.

En Valentín Alsina Electroingeniería y el intendente K proyectan un negocio inmobiliario en predios sospechosos de haber sido un campo de detención clandestina.

El relato hizo que la memoria histórica argentina se hiciera presente en el tribunal. Declaraba Antonio Marcelino Vargas, oriundo de Valentín Alsina, de oficio obrero, detenido desaparecido en 1977 y que asegura haber pasado parte de su cautiverio en las instalaciones de la antigua fábrica Campomar. Instalaciones que hoy conforman un terreno en disputa.

“Le digo adónde trabajo, que él me conocía y todo eso –contó Vargas en el tribunal, según consta en las actas de la sesión, en tiempo presente, como si reviviera ese día-. Nada… ¡adentro! Por la ventana me metieron, y… Y bueno. Iba la camioneta del Ejército adelante, o sea… A mí, urgente, me encapuchan y me van sacando la ropa y me van tirando. Me van tirando, yo quedo desnudo”.

“¿Usted iba en el Chevrolet 400?”, le preguntó el doctor Compareid.

“Claro –respondió Vargas-. Y el Ejército también acompaña. Y después de todo esto, yo me doy cuenta de que adonde estuve fue en la Campomar, fábrica Campomar. ¿Por qué estuve ahí? Porque me acuerdo del portón. Ellos por más encapuchados que me tenían, yo siento cuando abren un portón, y me doy cuenta de que era chapa, chapa de esa galvanizada, de esa… ¿Vio cuando le ponen cadena y candado? Y está todavía… hasta ahora está el portón. Está en la fábrica abandonada todavía”.

Campomar es un predio donde funcionó una gran fábrica textil enclavada en la geografía de Valentín Alsina, en la localidad de Lanús. En 1975 la compañía dejó de funcionar, dejando 24 hectáreas y una mole de cemento como recuerdo de su existencia. Luego del golpe de Estado de 1976, en medio del silencio que produce el terror, los vecinos de la fábrica vieron soldados custodiar sus puertas, helicópteros aterrizar durante la noche, escucharon disparos y ráfagas de metralletas. En los años ochenta, accidentalmente se encontraron dos cráneos, uno con un orificio –quizás de bala- en la parte frontal. Muchos años después, los vecinos decidieron recuperar esa parte de su pasado y formaron la Comisión de Vecinos Por Campomar, Memoria Verdad y Justicia, que reunió los testimonios que dan cuenta de la percepción de aquellos años. Querían que se investigue si ese predio había sido un campo de detención de la dictadura. Sin embargo, algo interfirió con su objetivo.

Las veinticuatro hectáreas que componen los terrenos de la ex fábrica Campomar fueron destinados por la municipalidad de Lanús para la realización de un extraordinario negocio inmobiliario de la mano de Electroingeniería, la constructora preferida del gobierno K, y la inmobiliaria Díaz Pérez S.A., ligada al intendente kirchnerista de Lanús, Darío Díaz Pérez. El millonario proyecto de torres de departamentos pudo ser detenido debido a la acción de la Comisión de Vecinos, que recurrió a la Comisión Provincial de la Memoria y a la justicia para que se investigue las actividades que tuvieron lugar en esos terrenos durante la dictadura. El juez Lepopoldo Schiffrin llegó a hacer una recorrida por el lugar y luego decidió que no se podían tocar el área correspondiente a unas escuelas construidas en el lugar. La Cámara que investiga los crímenes de la Junta Militar decidieron descartar el testimonio de Vargas ya que tenía una causa en aquella época por “robo”, y señalaron que era posible que esa haya sido la causa de su detención que lo apartaría de la figura del detenido-desaparecido (aunque al momento de la legalización de los presos, muchas veces los militares les adjudicaran una causa para lograr su blanqueo). Los vecinos de la Comisión sospechan que tales decisiones corresponden al poder del dinero.

Elsa Bravo –abogada, profesora de historia, de 58 años- era preceptora, en 1984, en la escuela Media 9, conocida en ese entonces conocido como Normal 2. “Dos alumnas que hacían Educación Física se alejaron de los límites de la escuela porque habían ido a buscar una pelota que se les había escapado –cuenta Bravo-. Justo al lado de dónde había caído la pelota, lo vieron. Vinieron corrienda asustadas. Decían: ‘Encontramos una cabeza’”. Se trataba en realidad de un cráneo semienterrado en la tierra, según pudo verificar Bravo al acompañar a las alumnas. “Tenía un agujero que podía ser de una bala, pero en ese entonces yo no sabía esto. Lo pusimos con la directora en una bolsa de residuos y lo llevamos hacia la comisaría  3, que está a pocas cuadras. Al llegar el comisario nos tomó la declaración. La directora pidió una copia de la declaración, pero se negó. Todo quedó ahí. Nunca más nos llamaron. Esa comisaría formó parte del circuito Camps de centro de detención en la provincia de Buenos Aires”. Vargas, el hombre que aduce haber estado detenido en Campomar, señala que luego fue trasladado a esa comisaría. Ese mismo año, en otros terrenos de Campomar, otra docente encontró  un cráneo más y restos óseos de un cuerpo.

Haydeé Villar es miembro de la Comisión de Vecinos por Campomar. “Mis dos abuelos vivían frente a la fábrica y estaba todos los días ahí. Mi casa quedaba a cuadra y media –cuenta a plazademayo.com-. En cierto momento se comenzaron a ver tropas que entraban y salían, helicópteros que bajaban en el predio. Salían Ford Falcon a toda hora y se escuchaban tiros, en particular por la noche, ráfagas de ametralladora y tiros sueltos. El tránstio de camiones militares era común y siempre había un militar con un fusil abriendo y cerrando los portones”. Para Villar es claro que en ese lugar funcionó un centro clandestino y sospecha que las resoluciones que impiden la investigación de los terrenos están ligadas al negocio inmobiliario. “En una parte del predio se quiere edificar un complejo habitacional de cuatro torres de departamentos. No se trata ni siquiera de viviendas sociales, sino de un negocio millonario –explica-. El problema es que si hubiera funcionado un Centro Clandestino de Detención no se podría edificar nada. Y no se puede edificar sin antes haber investigado. Que lo haya sido es una posibilidad muy fuerte. Nosotros queremos que se investigue”.

-¿No fue recorrido el lugar por el juez Schiffrin?

-El juez no hizo un recorrido sino que hizo una inspección ocular por una de las parcelas donde se encontraron dos cráneos en su momento. No entró a la fábrica porque consideró que debía haber un sobreviviente. Que luego apareció. Pero el testimonio del sobreviviente fue desestimado por razones inconsistentes por la Cámara Federal de Apelaciones. La misma que le dio permiso a Electroingeniería para edificar con el solo requisito de firmar una declaración jurada en la que la empresa se compromete a informar si encuentra algo sospechoso. Es darle permiso para que demuela todo, para que no sepamos qué pasó allí ni los familiares de los desaparecidos tengan la oportunidad de encontrar sus restos.

Inspección ocular del juez Schiffrin, que los miembros de la Comisión de Vecinos objetan por incompleta.

Mariano Musso es uno de los voceros de Electroingeniería y habló con plazademayo.com desde la ciudad de Córdoba. “La Cámara Federal de Apelaciones dictó en un momento la medida de no innovar y en ese momento no hicimos más nada en el predio. Luego hicieron una inspección ocular y decretaron que la medida de no innovar siguiera firme en los terrenos correspondientes a las escuelas que funcionan allí. Eso nos habilita a proseguir con los plantes, pero así y todo estamos a disposición de la justicia. Por eso, ya hemos presentado una declaración jurada para avisar si encontramos algún tipo de prueba ligada a la actividad de la dictadura. Es un tema delicado con el que siempre hemos estado comprometidos”.

“El único compromiso que tiene la empresa es con el capital y con la ganancia –dice Haydeé Villar, de la Comisión de Vecinos-. Cuando la justicia dictó la primera orden de no innovar, ellos siguieron haciendo su trabajo de demolición y derrumbaron lugares que podrían tener información valiosa. Es necesario que se investigue en profundidad”.

El pasado sigue golpeando las puertas de nuestro presente pero, como en todos los tiempos, quizás el ruido de los negocios kirchneristas sea más fuerte que esos golpes. Los vecinos de Campomar siguen esperando saber qué ocurrió con certeza en esos predios. La Comisión Provincial de la Memoria anunció que apelaría la medida de la justicia que permite a la empresa Electroingeniería, de fuertes vasos comunicantes con el kirchnerismo, proseguir con las obras que terminarían demoliendo la memoria.

© Escrito por Diego Rojas y publicado por plazademayo.com el miércoles 5 de Diciembre de 2012.


sábado, 17 de noviembre de 2012

Ley de Medios, 7D y Hegemonía del Kirchnerismo… De Alguna Manera...


Ley de Medios, 7D y Hegemonía del Kirchnerismo…


Entrevista a Santiago Gándara, investigador de Comunicación y Cultura y docente de la UBA.

- ¿Qué puede pasar después del 7 D? ¿Por qué piensa que el gobierno le otorgó esa centralidad en su agenda?

- El Gobierno encontró en la ley de Medios rédito político, porque la ley esta en vigencia desde antes del 2009 y hasta hoy en día perdura como la promesa de una transformación profunda del sistema de Medios de Comunicación. Eso le permitió que sectores vinculados a la comunicación desde las facultades o los medios alternativos sean seducidos por esta iniciativa. La centralidad en su agenda esta dada, fundamentalmente, por una cuestión de cooptación ideológica hacia estos sectores. En segundo lugar, el gobierno le da importancia porque se encuentra en disputa para controlar la opinión pública y eso se manifiesta en como durante estos tres años nada de lo que prometía la ley se llevo adelante, sin embargo lo que sí sucedió fue la conformación de medios estatales y para-estatales que abundan y repiten los planteos oficiales.

El escenario del 7D no parece muy complejo. El gobierno inicialmente lo planteo como un momento clave. De hecho, le dio esta fórmula y ahora da la impresión que no sabe cómo seguir. Entonces, los escenarios que se puede plantear son: que siga el pantano judicial, es decir que aparezcan otras medidas cautelares en la Justicia, aunque lo veo menos probable. El otro es que, consecuentemente, el Gobierno le diga a Clarín que cayeron sus licencias y se llame a licitación. De esta manera se presentaran los grupos económicos que puedan hacerse cargo de esos lugares. Eso no tiene nada que ver con la democratización ni la pluralidad de voces: en todo caso sería una reprivatización de algunas empresas.

- ¿Cuáles son todas las empresas que tiene que adecuarse a la ley? ¿Qué relación tienen con el Gobierno?

Las empresas que tienen que adecuarse a la ley son el grupo Clarín, el grupo Vila-Manzano, que representa el segundo grupo más importante de cable; el grupo de Moneta que también es muy importante en el mapa de Medios actual, otro es Telefónica que, además, tiene canales. Esos grupos deberían dejar señales y por lo cual se abriría otro escenario; si sucede esto van a entrar a licitación grandes pedazos de la torta de medios. La pregunta es quiénes son los jugadores que existen. Y son los mismos que tienen el capital suficiente para hacerse cargo. Los nuevos que aparecieron y crecieron bajo el gobierno kirchnerista son, principalmente, Electroingeniería y el grupo de Szpolski, que tienen una presencia considerable en el último tiempo en el mapa de Medios.

- ¿Qué papel juegan las telefónicas?

A veces se pierde de vista que la ley tenía incluida a las Telefónicas y después, para ganar una adhesión de votos en diputados, es decir para que toda la centroizquierda, (Proyecto Sur y el Partido Socialista) apoye la normativa, el gobierno sacó la mención de las telefónicas en la letra de la ley. Sin embargo la sacó y siguen estando: Telefónica es el grupo que concentra el 100% de la telefonía en Argentina. Alguien podría decir que está Telecom, sin embargo entre estas empresas hay una estrecha relación; Telefónica compró parte de Telecom Italia que es la dueña de Telecom en nuestro país. Entonces, Telefónica juega de los dos lados. Monopoliza todo el espacio de las telecomunicaciones y ese no es un dato menor porque actualmente, por lo que se llama convergencia tecnológica, las empresas están buscando la posibilidad del triple servicio, o sea, vender todo junto: telefonía, internet y cable. Esto ya lo tiene Telefónica y lo tiene el grupo económico de Alberto Pierri, que es cercano al PJ y creo un canal en La Matanza, después se extendió, y hoy es el segundo grupo de cable que ofrece el triple play.

Telefónica factura siete veces más que el grupo Clarín. Efectivamente hay una alianza entre el Gobierno y Telefónica. Eso se demuestra, primero, en que el gobierno autorizó que Telefónica tuviera acciones en Telecom lo cual es contrario a una cláusula anti monopólica; lo segundo es que Telefónica tiene acciones en Telefe y basta ver los contenidos de ese canal: carece de programas políticos, tiene noticieros y comedias, es un canal aliado completamente.

- ¿Observa nuevos lenguajes o estilos periodísticos desde la sanción de la Ley de Medios?

- No veo nuevos lenguajes. La gran renovación de los lenguajes televisivos se dio en los ’90 con los fenómenos que se denominaron juvenilizacion de la pantalla. Por un lado, se produjo la entrada de Mario Pergolini y por el otro la de Marcelo Tinelli; ese fue un momento de renovación que, además, estaba vinculado con una renovación tecnológica que ayudó a ese proceso.

Actualmente no hay lenguajes. Quizás la novedad de estos años es el invento de Diego Gvirtz: 6, 7,8. Pero, en realidad, ya había antecedentes como PNP, es decir los programas de archivo, que luego se constituyeron en un género. Esa es la novedad, que inicialmente estaba coordinado por María Julia Olivan y tenía la idea de hacer una crítica a los medios. Sin embargo, poco a poco, se fue convirtiendo en una tribuna (en el sentido literal de la palabra) de defensa de todas las políticas del kirchenrismo. La primera crisis que se produce en el programa es la salida de María Julia Olivan y la entrada de Luciano Galende. Luego todo el panel de 6, 7,8 dejo de hacer crítica de Medios. O en todo caso, la crítica es una excusa para defender la política oficial. Es el único programa político que tiene Canal 7. Y eso muy interesante porque se puede advertir que es mucho más plural “A dos voces” que se emite por TN en el cable. Alguien puede decir que lo hace porque está en conflicto con el gobierno; sí, seguramente, pero cualquiera puede darse cuenta que concurren referentes de fuerzas políticas distintas, a diferencia de 6, 7,8 que nunca organizó un debate con corrientes diferentes. Solamente una vez invitó a Beatriz Sarlo y desde hace poco comenzó a realizar algo parecido a un debate invitando a dos personalidades que piensan diferente.

Eso es lo único novedoso que apareció en la TV desde la sanción de la ley de Medios. Aunque, en rigor, no es del todo novedoso. Porque es un programa de archivo, y ya existían. Sino que es novedoso por el carácter propagandístico, pro gubernamental que tiene su línea editorial: no hay tantos antecedentes en la TV argentina de ese estilo.

Hay una continuidad con la TV de los 90. Si vemos los programas más vistos en la televisión son los que se crearon a principios de esa década: me refiero al programa de Tinelli y los de farándula. Toda la franja horaria de la tarde esta monopolizada por programas de chimentos o comentarios sobre la vida de la farándula. O sea que tenés programas que se han mantenido y no han aparecido nuevos. Hay que destacar que cada vez hay menos programas de discusión política en canales de aire: solo 6,7,8 y el programa de Jorge Lanata. Después están todos los programas en cable. El programa político de canal 26, el programa de Mariano Grondona, que es una herencia desde antes de la dictadura, tenés en TN programas como “Palabras Más, Palabra menos” pero son todos en televisión paga. En cable la posición dominante la tiene el grupo Clarín por el decreto que autorizó el gobierno.

Cabe remarcar que la ley no se mete con el cable. Y en el cable está la publicidad comercial más el abono. La ley tendría que haber tenido una restricción a la publicidad en el cable, porque vos pagas el servicio y hasta hay pagos diferenciales para ver canales.

- A su entender ¿Qué significa el periodismo militante?

- El periodismo militante es un invento motorizado por 6, 7,8. Ellos lo definen en la discusión con el “periodismo independiente” o el “periodismo objetivo”. Esto en Argentina no existe. No existe el “periodismo objetivo”, porque, en principio sería una imposibilidad fáctica. En primer lugar porque el periodista no es un científico, que después de un método produce un conocimiento que es discutido y verificado. En todo caso, un periodista es alguien que con métodos periodísticos alcanza una perspectiva de la realidad, por lo cual objetividad no existe. Independiente tampoco existe, porque para haya “periodismo independiente”, el trabajador periodista tiene que tener libertad de opinión y no lo tiene en el medio. Está regimentado por su jefe de edición de manera directa y por la patronal, sea el Estado o un privado. Ahora cuando los intelectuales oficialistas dicen “periodismo militante” buscan confrontar con el “periodismo independiente”, que es el que esgrime falsamente el grupo Clarín; en realidad terminan definiendo que el periodismo militante es el periodismo propagandístico, es el periodismo que desde los medios del Estado hacen una defensa de los actos de Gobierno. Eso no tiene nada que ver con el “periodismo militante”: eso también es un periodismo corporativo.

En Salta, un docente de comunicación de Jujuy en un panel debate planteó que hay que diferenciar el “periodismo militante” del “periodismo corporativo”, así planteado está mal. En todo caso en Argentina hay un periodismo corporativo privado y un periodismo militante corporativo estatal. Un periodismo militante, si uno quiere tomar este concepto inventado hace poco, es aquel que realiza su actividad por fuera del aparato estatal. Entonces un ejemplo de “periodismo militante” podría ser Rodolfo Walsh, pero por fuera de los grandes medios privados y del Estado: Walsh hacía periodismo casi en la clandestinidad. “Periodismo militante” podría ser cuando las organizaciones de izquierda o las organizaciones sociales y alternativas editan su periódico o tienen sus programas de radio; militar no está vinculado con la renta, ser militante tiene que ver con un proyecto político. El periodista que está en canal 7 podrá tener proyectos, pero el proyecto político es del Gobierno, por lo cual tiene una militancia muy dudosa.

- Varios intelectuales oficialistas señalan que los símbolos y la propaganda que creó el kirchnerismo (Néstor-nauta, Fútbol para todos, Fuerza bruta, 6, 7,8, etc) generó una identidad en gran parte de la población ¿Se puede hablar de una hegemonía cultural del kirchnerismo?

- Hubo una importante discusión hace un par de años porque Beatriz Sarlo publicó una nota sobre la hegemonía cultural del kirchnerismo. A partir de ahí se armó un debate donde intervino Tomas Abraham, Eliseo Verón, los integrantes de Carta Abierta, entonces hay que prestar atención a lo que estaban pensando ellos.

Hegemonía es un concepto complejo. Que no tiene una sola definición, entre otras cosas, porque todos se lo atribuyen a Antonio Gramsci pero tiene una gran tradición en la izquierda: en Lenin también está presente el concepto de hegemonía. Para hablar de hegemonía cultural se tiene que dar un proceso de dirección cultural por parte de una clase social. Que el kirchnerismo haya sacado estas expresiones y haya construido una hegemonía es bastante difícil de comprobar. Una cosa es producir identificación, que puede ocurrir y ser momentáneas, otra cosa es construir una hegemonía a largo plazo. Cuando desde el Gobierno se habla de la lucha cultural se elige realizar un sobredimensionamiento de lo ideológico y lo cultural. Los avatares que tuvo este gobierno, las crisis en estos 8 años, estuvieron ligadas a profundas crisis económicas, que demostraron que la llamada “hegemonía cultural” se cae como un naipe cuando se aceleran los procesos de crisis económica. El año 2008, no fue solo el conflicto con el campo, también fue la manifestación de la crisis mundial en Argentina, que tuvo como correlato la discusión de la renta del campo. En las elecciones del año siguiente al kirchnerismo le fue muy mal; luego se recuperó. Y uno puede decir, entonces, que esa recuperación está vinculada más a cuestiones materiales que a la supuesta hegemonía cultural que desplegó. Que los símbolos puedan crear una identificación en un pequeño sector puede pasar, pero está lejos de la construcción de hegemonía que supone un proceso a largo plazo. En todo caso el gobierno busca esa hegemonía mediante un control de la opinión pública, que es otra cosa: la repetición de las acciones gubernamentales, la intervención permanente de la presidenta. Los intelectuales del Gobierno confunden un relato que repiten todo el tiempo con hegemonía cultural, y eso tiene más de espuma que otra cosa.

- ¿Por qué Carta Abierta interviene cada vez menos?

- Carta Abierta no está en su mejor momento. No saca cartas. No se pudo manifestar claramente a favor de re-reelección, porque había distintas posiciones. Esto no quiere decir que esté roto el agrupamiento, pero sí que tienen debates que no lo puede procesar. Por ejemplo; no leí ningún comunicado del agrupamiento ni de algún intelectual en contra de la ley sobre las ART, que es una ley que no la pueden defender ni siquiera los sindicatos afines al Gobierno. A Carta Abierta le cuesta salir a posicionarse frente a lo que ellos llaman el “proyecto nacional y popular”. Este año comenzamos con la ley Anti terrorista y lo cerramos, si no hay ninguna novedad, con la ley de Riesgos de Trabajo: dos leyes claramente reaccionarias.

- En estos tiempos ¿Qué importancia tiene el lenguaje?

- La mayor Hegemonía está en el lenguaje. Hay una frase de Borges que dice en un cuento que el lenguaje es un conjunto de citas, que es una exageración pero tiene que ver con que producimos enunciados que remiten a enunciados ya dichos, por lo tanto en el lenguaje hay estereotipos, por supuesto que hay grados de estereotipos y siempre estamos recurriendo a enunciados ya dichos, por lo cual lo que parece creativo en el lenguaje está sobre el peso de una enorme tradición a tal punto que uno puede ser ateo y decir gracias a dios.

- Entonces ¿Qué está primero? ¿El lenguaje o el pensamiento?

-Si creemos a la biblia se dice que primero está el verbo, es decir la palabra. En cambio si tomamos una posición materialista, al principio esta la acción y luego la palabra. Bajtin, un gran lingüista ruso toma esta línea y señala que el lenguaje se construye en la praxis humana y toda praxis genera enunciados que la sociedad estabiliza. Entonces todas las actividades humanas están vinculadas al lenguaje y todas las actividades tienden a producir géneros que son a los que apelamos en nuestra comunicación cotidiana, por lo cual lo que producimos, en general, son enunciados estabilizados culturalmente por la familia o la escuela, en definitiva por todas las instituciones.

- ¿Para qué sirve la palabra impresa en épocas donde nacen páginas de internet continuamente?

- Entre las tecnologías de la palabra el mayor salto fue la escritura. Y en un principio no tenía que ver con una cuestión artística sino con dejar constancia de los intercambios y las listas de productos que se comercializaban: eso produjo una gran revolución. A la vez, la imprenta cumplió un rol revolucionario porque habilitó la desmonopolización de la cultura que estaba en manos de la iglesia, aquí la imprenta es la máquina que contribuye a esta transformación. Aun hoy con las tecnologías digitales, el papel impreso sigue teniendo un valor importante. Aunque siempre una nueva tecnología hace que la vieja se vea con nostalgia y se atribuyen características que, quizás, no existían. Un ejemplo es el walkman. Cuando aparece en la década del 80, una de las primeras reacciones era señalar que la gente se estaba aislando, que no hablaba con nadie. Sin embargo, antes del surgimiento del walkman la gente no se comunicaba en el colectivo o hablaba fluidamente en calle.

Una discusión que aparece en la vida cotidiana es si es mejor el libro en papel o virtual… y en realidad uno virtualmente se puede armar una enorme biblioteca sin costos y si tenes una computadora portátil leerla en cualquier lugar. Uno mira para atrás y lo ve al libro con nostalgia. Sin embargo siempre sucedió así: cuando surgió la fotografía, muchos miraron con nostalgia y le daban más valor a la pintura, y obviamente lo que produjo la fotografía es que el retrato como género pictórico desapareciera, entonces la pintura tuvo que salir a buscar otro terreno. Las tecnologías aparecen por la lógica del capital, pero una vez que aparecen son apropiadas por la sociedad y las funciones que tienen pueden ser diferentes.

- ¿Y las nuevas tecnologías?

- La clave es pensarla en la relación a la sociedad. Si alguien piensa que la tecnología es algo externo a la sociedad puede derivar en dos ideas: una es que cada vez que aparece una tecnología alguien puede decir que la gente va a estar más sola, que nadie va a tener memoria que van a estar aislados, si la pensás como ajenas, pero sos admirador de las tecnologías, decís que se van a producir grandes transformaciones, la cuestión es ni apocalíptico ni integrado ante las tecnologías.

En realidad las tecnologías calzan con tendencias que ya están en la sociedad. Eso puede decir muchas cosas ¿Hay una tendencia a que la vida sea más privada? Sí, y la tecnología, por supuesto que entronca con eso. Por ejemplo alguien que tenga dinero puede tener en su casa un mini cine, puede pasársela en su casa viendo recitales de otras partes del mundo. Ahora bien, las tecnologías también calzaron con la tendencia a la democratización del acceso a los bienes culturales, por ejemplo antes de la aparición de la radio los sectores populares solamente escuchaban música cuando había una fiesta, y la burguesía escuchaba recitales en los teatros, en cambio actualmente un pibe puede acercarse a un universo musical mucho mas amplio y a bajo precio solo con un mp3.

- Si partimos de la idea que los medios masivos distorsionan y manipulan a sus públicos ¿Hasta que punto existe la posibilidad de que los receptores puedan reelaborar el sentido de los mensajes?

-Hay una discusión sobre si los medios deforman o construyen realidades para públicos. En los estudios de comunicación en los años 70 y 80 se preguntaban dos cosas: la primera era si existía dominación en los medios y la respuesta era que sí, y la otra era si había manipulación en los medios y respondían que sí. Entonces la pregunta que quedaba era ¿Qué pasa con los públicos? Algunas de las respuestas que se ensayaron en ese entonces para mi todavía no fueron superadas. Había una corriente de ideas que en esa época planteaba que un público con poco capital cultural, desorganizado políticamente es mucho más susceptible a la manipulación; eso que es un análisis simple continua vigente. Un público con alto o bajo capital cultural, pero organizado políticamente tiene mucha mayor capacidad de crear nuevas significaciones. Imaginemos un cuenta-propista, que tiene un consumo televisivo que esta reducido a su universo familiar y que no lo puede discutir con otros, que termina de ver un programa a la noche, luego se acuesta a dormir y al otro día lo comenta con un taxista o alguien que atiende un kiosco. Imaginemos a alguien que consume varios medios pero después va a su fábrica, después va a su sindicato o a su partido; una persona que recorre todas esas trayectorias está, sin dudas, más capacitada para crear nuevas significaciones.
O dicho de otro modo: no existe el receptor activo en abstracto, lo que existen son grupos sociales que en determinadas condiciones, fundamentalmente la lucha de clases y los capitales culturales, tienen una capacidad para re significar los mensajes.

- Sin embargo existe un exceso de información, que deja un panorama poco claro de las cosas que pasan…

- El exceso de información es un problema, pero ligado a eso esta como haces para jerarquizar esa información y claramente es una dificultad. Los noticieros en nuestro país no tienen jerarquizada la información, entonces se pasa de una inundación en Luján a un hecho policial. Ni hablar de las noticias internacionales donde te muestran que un hombre disparó a otro pero no se entiende los motivos o las causas de porque esta pasando eso. Sin embargo hay que señalar que el exceso de información muchas veces está en sectores medios o sectores vinculados a la lectura y ni hablar de los que estudian periodismo. Porque la mayoría de los sectores populares consume noticieros de televisión y la información que existe en esos programas es poca, por ejemplo información internacional casi no tiene y la información nacional fundamentalmente son deportivas y policiales; con respecto a la política nacional, las noticias están tratadas parcialmente. Esto es así, entre otras cosas, porque seguir noticias policiales y deportivas es mucho mas fácil que seguir noticias de política, porque para seguir policiales tenés que saber que los seres humanos amamos, odiamos y somos capaces de cometer crímenes. Ahora para entender una noticia política se necesita una competencia cultural considerable ya que para entender los realineamientos de un político que estaba en otra fuerza y se cambió o que propone hacer en la economía, necesitás tener una biblioteca que te permita decodificar.

De todas maneras, a la prensa gráfica casi no acceden los sectores populares, solamente a través de los diarios que se regalan; o sea que la mayor parte de la población accede a la información mediante los noticieros televisivos que tienen estos límites para ayudara comprender la realidad.

© Escrito por Mariano Arancibia y publicado por plazademayo.com el viernes 16 de Noviembre de 2012.

domingo, 26 de febrero de 2012

Rehenes no inocentes... De Alguna Manera...

Rehenes no inocentes...

 Ella con empresarios. Con De Mendiguren, Rocca y Ratazzi, entre otros, y Boudou, Scioli y Giorgi.

A lo largo de estos ocho años de kirchnerismo me ha tocado recibir en Editorial Perfil a los principales “empresarios K”: los hermanos Cirigliano, Sebastián Eskenazi, Cristóbal López o los dueños de Electroingeniería. Las reuniones en su gran mayoría se acumularon durante los primeros seis años de este Gobierno, especialmente cuando la revista Noticias, el diario Perfil y Perfil.com eran casi las únicas publicaciones críticas. Había cierta lógica: si nosotros concentrábamos la mayoría de las denuncias de corrupción, era comprensible que desearan convencernos de que no eran tan malos como decíamos. En el trato personal siempre queda esa sensación, por eso el más talentoso periodista de investigación norteamericano de los últimos tiempos, el ya fallecido Jack Anderson, recomendaba a los editores no tomar contacto directo, en lo posible, con los sujetos noticiosos, porque la simpatía de las personas no depende de su honradez y es difícil no verse emocionalmente predispuesto hacia alguien empático.

Personalmente traté de seguir ese consejo, pero con los años se me ha hecho cada vez más difícil. En gran parte de estos casos, el primer pedido de reunión me lo realizaba algún otro individuo que ya tenía relaciones de mucho tiempo con la editorial y al que habían buscado como introductor. De cualquier manera, ningún periodista de Perfil ha recibido nunca una sola recomendación de moderación sobre estos empresarios emparentados con el Estado, como los lectores bien han podido comprobar.

En cada uno de esos encuentros, dentro de los límites de la cortesía, fui lo más sincero posible. A todos les dije lo mismo: “Usted está condenado, más tarde o más temprano, a caer en desgracia”. Recuerdo que al dueño de una de las empresas proveedoras de electricidad le manifesté: “Si la demanda de luz no pudiera ser satisfecha y de manera sostenida hubiera cortes, no importará de quién sea la culpa, de su falta de inversión o de la falta de inversión del Estado; lo más probable es que quien vaya preso sea usted y no un funcionario del Gobierno”. A los dueños de Electroingeniería les anticipé lo difícil que sería mantener medios de comunicación sin conocer sobre ellos, aunque se cuente con mucha publicidad oficial, algo que –imagino– ya están comprobando. Y sobre YPF, repetí que ya llegaría el momento en que serían los propios empresarios K quienes pedirían seguridad jurídica y libertad de prensa cuando fueran ellos mismos los atacados por la arbitrariedad gubernamental. Ahí recordarían el error que cometieron al subvencionar a los medios oficialistas que caerían sobre ellos, como ya ocurre, con la misma virulencia con que atacan los medios críticos.

Pero el tema de hoy son los hermanos Cirigliano. No me parecieron los peores; sí, quizás –por su historia transgeneracional con los colectivos–, los menos conscientes de lo imposible que les resultaría salir ilesos del lugar donde se encontraban. Nadie sobrevive a la caja negra de los subsidios, ni siquiera haciendo sólo de intermediario de devoluciones –si así hubiera sido–­ y sin quedarse con un solo peso en ese camino. Es como con la mafia; una vez que se negoció con ella, no se puede salir. Y, por eso mismo, los compromisos son cada vez mayores: van subiendo la apuesta por no haber ya nada que perder, o por poder perderlo todo. Así terminan siendo rehenes no inocentes, además de victimarios.

El accidente del tren en Once donde murieron 51 personas tiene algunas connotaciones similares al del caso de Cromañón. Como en su momento lo fue Chabán, los Cirigliano lucen como el chivo expiatorio perfecto. No es que Chabán o los Cirigliano fueran inocentes, pero no son ellos los únicos responsables de un sistema condenado a la fatalidad y donde el accidente es lo reiterado y, entonces, lo normal.

Sería autocondescendiente suponer que cambiando los actores actuales –­concesionarios y Gobierno–­ los ciudadanos podrán viajar por el mismo costo más seguros y más cómodos. El transporte seguro, como el petróleo o la electricidad, tiene un costo que no venimos pagando desde hace tiempo, y luego nos quedamos sin reservas, teniendo que importar energía o multiplicando los accidentes, en todos los casos por falta de inversión.

Desgraciadamente, la vida es más compleja. Quedándonos sólo con los responsables primarios, también contribuiremos nosotros a la reiteración de esos “accidentes”.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 26 de Febrero de 2012.

domingo, 23 de noviembre de 2008

LS10... Radio del Plata...



Al final, Marcelo Tinelli blanqueó la venta de Radio Del Plata...

Pasó a manos de la cordobesa GEA y Sergio Belocopitt se queda sólo con el 10% de las acciones. El vínculo con Página/12 y Veintitrés.

Finalmente Marcelo Tinelli eligió blanquear la compra de la que fuera el buque insignia entre las emisoras de Ideas del Sur. Desde hoy, tal como adelantó el diario Perfil el último domingo, la emisora de Olleros pasó a manos de la cordobesa GEA (Grupo Empresario Argentino) integrado por accionistas de Electroingenería, sospechada en una derivación del caso Skanska, donde se investiga evasión impositiva.

Con la salida de Tinelli, el 90 % del paquete accionario queda en manos de GEA mientras el 10 % restante seguirá en poder del empresario Sergio Belocopitt, empresario vinculado al negocio de las prepagas.

Según trascendió, la compra de la emisora cerraría en ocho millones de dólares aunque en la productora de Tinelli prefieren no mencionar números ni comentar la presunta ligazón de Sergio Szpolski en la gerencia comercial. Hace unos días circulaba con fuerza el desembarco del dueño de la revista Veintitrés y los conductores de Página/12 en la dirección artística.

Los rumores en torno a la venta de Del Plata empezaron en julio de este año cuando Tinelli le compró el 40 % de sus acciones a Belocopitt. En ese momento, el conductor de Showmatch decidió separarse de los trascendidos y comentó que no vendería la radio "ni a Electroingenería ni a nadie". Cuatro meses después, la historia dice lo contrario.

Los secretos de la venta de Del Plata, ahora radio K...

Conozca los detalles de un operación silenciada. Quiénes son los nuevos dueños (ocultos) de la AM que vendió Tinelli. Su relación con el Gobierno. 

¿Qué vas a hacer el año que viene, Nelson?”, le preguntó hace dos meses Marcelo Tinelli a Nelson Castro. “Tengo contrato hasta fines del 2009, ¿vos seguís?”, retrucó el periodista, que recibió una firme respuesta del que se presuponía hasta entonces su jefe y dueño de Radio del Plata: “Sí, me quedo”.

Sin embargo, la sorpresa llegó el último lunes 10 a oídos de figuras y productores de la emisora. Fabián Scoltore, la mano derecha “empresaria” del conductor de ShowMatch, decidió anunciar que el miércoles 12 finalizaba la gestión Tinelli al frente de la AM 1030: Tinelli vendió la emisora a la empresa cordobesa Electroingeniería, una polémica firma vinculada con el superministro Julio De Vido, una de las más beneficiadas con la obra pública kirchnerista, denunciada por diputados de la Coalición Cívica por sobreprecios en obras eléctricas e involucrada en la trama de las coimas del caso Skanska. Esa firma pagó 8 millones de dólares, según admitió su propio presidente, Osvaldo Acosta, a medios cordobeses.

Lo curioso es que, según una fuente directa de la transacción, la venta se habría realizado hace cuatro meses. Y para reforzar la magra pauta publicitaria de la emisora, Electroingeniería se habría asociado luego a Sergio Szpolski, el dueño de las revistas Veintitrés, Siete Días y Newsweek Argentina, de los diarios BAE y El Argentino y uno de los empresarios de medios que más publicidad oficial recibe del Gobierno. ¿Por qué las partes no anunciaron el traspaso? ¿Qué hay detrás del último desembarco K en los medios de comunicación?

En silencio. A fines de julio, Tinelli negó la venta de Del Plata “a Electroingeniería o a nadie”. Desde Ideas del Sur se limitaron a informar que lo que sí había sucedido era un cambio en la composición societaria de la radio: el conductor anunció que entonces le compró el 40 por ciento de las acciones a su socio, hasta entonces igualitario, el empresario del negocio de prepagas Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical Group. Pero, en realidad, no fue el único cambio. Radiodifusora del Plata –así su nombre en los papeles– pasó de ser una sociedad en comandita a una anónima, figura que mantiene la identidad de los accionistas en reserva. “Tinelli compró el 90 por ciento para vendérselo todo a Electroingeniería, a través de una firma vinculada a ese grupo. Szpolski ingresó recién a principios de noviembre con un 21 por cierto para ser la pata comercial”, le detalló a NOTICIAS una fuente directa –y por lógica, interesada– de la transferencia.

La venta incluiría la aceptación de parte de los compradores de la deuda acumulada por la emisora en la gestión Tinelli, que se elevaría a 35 millones de pesos. Electroingeniería habría abonado 6 millones de dólares para saldar parte del rojo, habría financiado el resto del pasivo y los 2 millones restantes serían para Tinelli, la misma cifra en la que se la adquirió al grupo mexicano CIE, a fines del 2003. En tanto, Belocopitt mantendría el 10 por ciento restante de acciones. De ser cierto que la venta ya se produjo, ¿por qué razón Tinelli no la blanqueó antes? ¿Para no quedar vinculado a empresarios K? ¿O para no producir incertidumbre en las figuras de su radio?

La relación entre el Gobierno y Tinelli es ambivalente. El conductor contó con la presencia del ex presidente Néstor Kirchner en la fiesta inaugural de la radio, pero luego tuvo que soportar los aprietes de la Casa Rosada, que demoró trámites burocráticos para aprobar su compra para condicionarlo. Tinelli calificó de “López Rega de Kirchner” al ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, por haber involucrado a su productora en una trama de facturas truchas durante la campaña electoral porteña. Pero después se ofreció para la foto de cierre de campaña de Cristina Fernández, a cambio de millonarios fondos públicos para un polideportivo en Bolívar.

Finalmente, las razones de la venta estarían en los 700.000 pesos de déficit operativo mensual que habría llegado a tener Del Plata, aunque está tercera en el rating de lunes a viernes y cuarta en el general.

Esta semana, en la radio se esperaba un blanqueo de la operación oficial, que hasta el cierre de esta edición no había sucedido. Tinelli le hizo saber a NOTICIAS que “no le interesaba” aún hacer declaraciones sobre este tema.

Esta revista intentó averiguar por qué una firma sin antecedentes en medios como Electroingeniería decidiría ahora desembarcar en este mercado. Carlos Bergoglio, gerente de comunicación institucional de la empresa, se limitó a explicar que la firma cordobesa “siempre se quiso diversificar en todos los rubros”. “Ya está consolidada en el eléctrico, en las obras civiles y tiene negocios agroindustriales.

¿Por qué no medios? Es parte de una expansión horizontal”, explicó el vocero. Por su parte, Sergio Szpolski fue breve en su respuesta: “Firmamos un convenio con la radio para gerenciar la parte comercial”. No quiso afirmar ni desmentir si ese convenio incluyó un traspaso de acciones en su favor. ¿Podría Szpolski ser un mero gerenciador en este negocio? Dados sus antecedentes y su privilegiado acceso a la caja de la publicidad oficial, parece improbable.

Quién es quién. Sergio Bartolomé Szpolski le pide a su secretaria que en su escritorio, todos los días, haya una docena de rosas frescas. Ex rabino, metrosexual y fanático del gimnasio, este empresario empezó en los medios como socio de Daniel Hadad, otro hombre de negocios que, como él, pasó del menemismo al kirchnerismo. Su conglomerado de productos –todos ellos de baja circulación– recibió sólo en el primer semestre de este año 3.629.124 pesos en publicidad oficial, el grupo más favorecido en el rubro revistas, según datos preliminares de un informe de Poder Ciudadano al que accedió NOTICIAS (ver infografía).

Con Kirchner y la canilla de pauta oficial del secretario de Medios, Enrique “Pepe” Albistur, siempre abierta para empresarios amigos, Szpolski mantuvo Veintitrés, relanzó Siete Días, abrió la versión argentina de Newsweek, compró los diarios Buenos Aires Herald y Bae, y creó el gratuito El Argentino, el platense Diagonales y el semanario intelecto-kirchnerista Miradas al Sur.

Sus socios son los dueños de Electroingeniería, Osvaldo Acosta y Gerardo Ferreyra, quien en los años ’70 fue compañero de militancia y de prisión del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Sin embargo, fue por Julio De Vido que la empresa pasó a ser la 11ª compañía que más obras públicas recibió en la era K, según un informe de la Coalición Cívica.

El vínculo es tan estrecho que hasta uno de los hijos del ministro, Juan Manuel, habría trabajado en la sede de Córdoba. Con el guiño del ministro de Planificación, la empresa pasó de ser una PyME cordobesa que hace 30 años construía tableros eléctricos a transformarse en un pulpo nacional y diversificado: construyó viviendas de planes oficiales y dos centrales eléctricas; compró la empresa concesionaria de peajes del corredor vial 3 y el 50 por ciento de Transener –la firma monopólica del transporte de energía de alta tensión–, asociado con la estatal Enarsa, entre muchas otras obras y negocios.

También quedó involucrada en el caso Skanska por un presunto intento de coimas abortado. Y fue denunciada por supuestos sobreprecios de 150 millones de pesos en la construcción del tramo Puerto Madryn-Pico Truncado de una red de alta tensión, detalle que el Gobierno obvió cuando le renovó esa concesión hasta el 2088.

Desembarco. A principios de agosto se instalaron en la radio los primeros cordobeses para realizar una auditoría. Pero ya un mes después, dos de ellos ocupaban la cúpula jerárquica de la emisora. Se trata del gerente general Leopoldo “Lolo” Elíes y del gerente administrativo Martín Pereyra, quienes en junio pasado crearon la firma Grupo Empresarial Argentino SA, por la que se habría canalizado la venta de Del Plata. Elíes sería hijo de un alto ejecutivo de Electroingeniería. Y Pereyra es empleado de la consultora Consar SA, otra firma cordobesa, a la vez socia de Electroingeniería en la sociedad Adfisa SA.

El rumor de que empresarios “amigos del poder” pudieran ingresar en los medios recrudeció en plena crisis del Gobierno con el campo. Desde entonces, los Kirchner, recelosos del periodismo independiente, blanden como arma de presión la modificación de la Ley de Radiodifusión. Esta revista ya informó sobre la insólita oferta del ex chofer de Kirchner y empresario de medios, Rudy Ulloa, para comprar Telefe en 320 millones de dólares. Empresarios amigos del poder para domar medios críticos. Ese parece el plan. El caso de Radio del Plata es sólo la primera jugada.
 


© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 11 de Noviembre de 2008.