jueves, 4 de febrero de 2016

Aníbal y El Regreso de los Hackers (Parte I)… @dealgunamanera…

Tuiteros para zafar del triple crimen…


Primera aclaración, obvia: fui el único periodista que le ganó, no uno, sino dos juicios penales a Aníbal Fernández, uno que me hizo por vincularlo con el narcotráfico y el otro por responsabilizarlo del triple crimen de General Rodríguez en 2008.

Segunda aclaración, fui el único que logró entrevistar a Sebastián Forza antes de que lo asesinaran. Fue en mayo de 2008. De ese encuentro pueden dar fe, no solo la grabación de la entrevista, oportunamente entregada el fiscal Carlos Stornelli, sino también los testigos del encuentro: su supuesto testaferro Pablo Florentín y su “guardaespaldas” Julio César Pose.

© Escrito por Tomás Sanz el martes 02/02/2016 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Todo lo antedicho me ha enfrentado, de manera feroz, con el ex jefe de Gabinete, Aníbal, quien me hostigó de toda manera posible y me obligó a venir a vivir a Mendoza… por mi seguridad personal.

Los años fueron pasando y la justicia comprobó todas y cada una de las afirmaciones que hice, no solamente respecto del expediente de los remedios truchos, sino también sobre la ruta de la efedrina y el triple crimen.  En todos aparece complicado Aníbal, por infinidad de elementos.

Lo único que permitió que el ex jefe de Gabinete no terminara complicado fue que el kirchnerismo le dio un paraguas protector muy fuerte.

Sin embargo, ese escudo se terminó el preciso día que Cristina Kirchner dejó el poder. En el mismo acto, dos jueces Federales, María Romilda Servini de Cubría y Ariel Lijo, decidieron reimpulsar sendos expedientes judiciales que lo complican: la ruta de la efedrina y el triple crimen.

Ni lerdo ni perezoso, Aníbal inició una estrategia desesperada, que dio inicio con la triple fuga del 27 de diciembre pasado (incluyó un “acting” en televisión) y sigue ahora a través de las redes sociales. Lo primero le salió mal; lo segundo… también.

Para lograr su estrategia mediática, Aníbal “adornó” a un grupo de profesionales para que asegurasen que él no era la “Morsa” de la cual hablan todos los testigos en el expediente del triple crimen.

Parte de ese teatro, pudo verse a principios de enero en el canal de Cristóbal López C5N, donde un grupo de abogados de baja estofa aseguró que el agente de la ex SIDE Julio Pose era en realidad la persona que aparece con ese mote en la Justicia.

Una digresión: lamentablemente para Aníbal, el fiscal Germán Pollicita tiene nueve pistas que conducen hacia él y sus vínculos, no solo con la ruta de la efedrina, sino también con los asesinatos de Forza, Ferrón y Bina.

Dicho esto, prosigo: el ex jefe de Gabinete contrató a un grupo de tuiteros de dudosa reputación para que hicieran lo propio. Es decir, para que impulsaran la loca teoría de que él no es la “morsa”, sino alguien más. Al mismo tiempo, los instruyó para que desprestigiaran de alguna manera a quienes habíamos logrado poner a Aníbal bajo la incómoda luz de los cuestionamientos. 

De pronto, empezó la locura: cuatro tuiteros crearon varias veintenas de cuentas “truchas” y empezaron un diálogo de sordos entre ellos mismos. Al mismo tiempo, empezaron a atacar a colegas de la talla de Jorge Lanata, Nicolás Wiñazki, de Clarín, y otros.

Los inventos fueron de lo más insólitos: a mí, en lo personal, me acusaron de ser “maricón”, de “gordo” y de tener un hijo adicto. No es chiste, los tuits pueden verse aún en la web.

Luego, ante mi desinterés por esos ataques, me acusaron de secuestro de menores —tampoco es broma— y de haber sido pagado por Gabriel Brito —implicado en su momento en la mafia de los remedios y luego sobreseído—, para salpicar a Aníbal (Aún me pregunto en qué lo beneficiaría a Brito esta situación).

Para darle algún tipo de credibilidad a esa infamia, crearon una conversación privada en Photoshop que, de tan obvia, es ridícula

Lo que no previeron los imbéciles que iniciaron la movida —más adelante aporto sus nombres— es que mis notas contra Aníbal empezaron en 2004 —algo de fácil comprobación—  y a Brito lo conocí recién cinco años más tarde, en 2009, algo también fácil de verificar. De hecho, uno de los implicados en esta trama, Faracovi, tiene más conversaciones con Brito que yo. Allí le confiesa su cercanía con la “narco morsa” y hasta le dice: “Fui yo quien le proporcionó a Aníbal todos los vídeos del juicio del triple crimen”.

Volviendo al tema: aún si fuera real la conversación que publicaron en Twitter, se trataría de una cuestión privada, y la intrusión y divulgación de la misma es un delito tipificado en el Código Penal. Algo que bien conoce uno de los protagonistas de esta historia, justamente por haber estado preso a causa de hackear correos electrónicos y comercializar su contenido.

En tren de difamar, han dicho cualquier cosa: que no tengo título de periodista, que nunca le gané ninguna querella a Aníbal Fernández, que me abandonó mi abogado. Casi una discusión de jardín de infantes, que denota la ignorancia de los muchachos en cuestión. Aún así aclararé a mis seguidores, que no son pocos:

1- De acuerdo al estatuto del periodista, Ley 12.908, no hace falta título alguno para ejercer como tal. De hecho, no es una profesión sino un oficio (artículo segundo de la ley, por las dudas). No obstante, trabajo hace más de 20 años como periodista, he sido docente en tres materias de la carrera y escribí siete libros de investigación, tres de los cuales fueron “best seller”.

Por si fuera poco, tengo carnet profesional para ejercer como hombre de prensa, otorgado por el Ministerio de Trabajo de la Nación (¿Lo tendrá alguno de los que me atacan?):


2- Mi abogado es Alejandro Sánchez Kalbermatten, y sigue siéndolo en varios expedientes (hablé hace minutos con él). Hasta que no renuncie a ellos, seguirá siéndolo.

Por caso, uno de los implicados en esta nueva trama —IVG— lo contactó en privado para intentar que me abandonara, pero solo encontró rechazo. Un papelón.

Dicho sea de paso, ¿cuál sería el delito de que mi abogado me dejara?


3- Los documentos que prueban que le gané los dos juicios a Aníbal son los siguientes y pueden corroborarse tranquilamente en sede judicial: 


Inentendible…

Es curioso, porque ninguna de las acusaciones que me hacen son delitos, ni civiles ni penales, son puras injurias.

Pedí públicamente a los que me hostigan que muestren un solo expediente judicial que me complique. Nadie pudo hacerlo. No solo no tengo problemas con la Justicia —salvo las querellas que me hacen los funcionarios y que siempre termino ganando—, sino que tampoco tengo multas ni nada que se le parezca.

Vivo de mi trabajo como periodista, alquilo con dificultad un departamento y tengo un Fiat 600 modelo 77. A su vez, me jacto de mi independencia y de no haber trabajado jamás para el Estado. ¿Pueden decir lo mismo aquellos que me acusan? Para nada. A saber:

-El primero de los acusadores se llama Ezequiel Faracovi, especialista en estafas a través de agencias de viaje. La primera, a mediados de 2013 cuando complicó a un grupo de quinceañeras que querían viajar a Disney.

La segunda —y tercera, podría decirse—  fue elaño pasado cuando dejó un tendal de damnificados de Pehuajó y Bolivar a través de una nueva agencia (trucha). Aún los padres recuerdan a Faracovi en estado catatónico repitiendo incesantemente “las nenas van a viajar; las nenas van a viajar”.


Es curioso, porque Faracovi, que me acusa de negociar con Brito sobre la base de un chat falso, le ofreció a este último una serie de “favores” a efectos de aliviar la condición de la “narco morsa”.

En un largo chat, que Brito jamás desmentirá y que puede corroborarse fácilmente, Faracovi confiesa: “Yo lo quiero mucho a Aníbal y lo defiendo”. También admite: “Con 26 años no llegue a donde llegue por boludo (sic)”.

Todo un megalómano… y un mitómano. Llegó a decir que María Eugenia Vidal aumentó la recompensa por los fugados del triple crimen por un pedido de él. Así, como suena.

-El segundo, es Cristian Minzer, quien sí tiene denuncias penales por maltrato a su ex mujer. Un hombre complicado por los estupefacientes, lo cual le ha traído graves problemas laborales. En estas horas, a pesar de las denuncias que acumula, trabaja en la Dirección del Niño en la Ciudad de Buenos Aires.


Oportunamente, le hice cerrar su cuenta de Twitter, luego de que me atacara con epítetos que fácilmente le valdrían una sanción al en el INADI.

Tiempo después sacó una nueva cuenta, ya sin su nombre. Nada mejor que el anonimato, claro. Desde allí opera, atacando a los periodistas honestos y defendiendo a Aníbal Fernández, quien lo tiene a sueldo.

4- Luego, aparece todo un personaje: Iván Germán Velázquez, célebre por haber purgado prisión en Uruguay, luego de que lo pescaran vendiendo información robada del correo electrónico de famosos. A ese expediente se le suman otros, un par de ellos por amenazas. Un verdadero criminal. No hace falta que me crean, solo busquen sus antecedentes penales.

Velázquez (que en Twitter se hacía llamar Mao Perón y ahora Aníbal Gordon) es el encargado de la operación más insólita: decir que la “Morsa” es Alberto Fernández… o Alejandro Granados. Cualquiera le viene bien, mientras Aníbal pague, como hizo en su momento cuando hackeaba mails para este y quedó demostrado judicialmente.

Aunque hoy asegura que es inocente, en una de las entrevistas que le hice, Velázquez me confesóque sí había hecho lo que se le endilgaba; esto es, robar mails y venderlos al mejor postor.

En esos días, era una de mis tantas fuentes de información oficiales. Parecía valioso y todo, hasta que un día me hizo una trapisonda imperdonable y no le creí más: me quiso hacer publicar mails truchos de la periodista Nora Veiras, de diario Página/12.

Los había armado él mismo, y allí aparecían conversaciones inverosímiles entre la colega y el ex espía Antonio Stiuso. Era una operación para golpear a este último que nunca funcionó.

Lo interesante del caso es que Velázquez siempre utilizaba un mail al que consideraba seguro para hacer sus movidas: ivanvelazquez@hushmail.com. Tengo infinidad de correos que me envió para demostrarlo.

Pero el punto es otro: desde esa misma cuenta de correo surgieron las amenazas de muerte contra Nisman, poco antes de que apareciera sin vida, como puede verse en el siguiente documento:

Hay otros mails similares, que reposan en el juzgado del magistrado federal LuisRodríguez —algunos aportados por mí—, con un dato inquietante para Velázquez: se comprobó que los correos fueron enviados desde Uruguay, el mismo lugar desde donde se encuentra prófugo de la Justicia desde hace años.

5- El último personaje de la trama es uno de los más peligrosos, por su inestabilidad emocional y psíquica: se trata de Clarisa Ercolano, disfrazada de periodista pero con fuertes nexos con los servicios de Inteligencia vernáculos. Por ese motivo, fue echada de todos los medios en los que supo trabajar, el último MDZ On Line de Mendoza, donde se fue en medio de un escándalo que contaré más adelante, con la documentación pertinente.

Es la “novia” del ya mencionado Minzer y lo más cercano al periodismo que ha hecho es un libro —pagado y operado— para despegar a Mauricio Macri de la causa de las escuchas ilegales.

Hoy está al frente de un portal que se dedica a las operaciones de prensa más asombrosas que uno pueda imaginar, dos de ellas obvias: blanquear al bribón de Velázquez; la otra, despegar a Aníbal de la causa de la efedrina y el triple crimen, donde le espera segura prisión antes de junio, como aseguran en ámbitos judiciales.

Colofón…

¿Qué agregar? Estamos por un lado aquellos que luchamos contra el narcotráfico y desnudamos a tipos con Aníbal Fernández, con todo lo que implica, incluido el peligro.

Luego, están estos tipos, que se han alineado con el “narco morsa” sin dejar lugar a dudas. Quiero decir, no lo hacen solapadamente, sino abiertamente. Lo hacen por dinero, desde ya, de eso viven.

Prefieren estar a las órdenes narcotráfico, que mata jóvenes y no tan jóvenes cada día y destroza familias, que hacer las cosas bien.

Optan por atacar, no a quien ha robado del Estado durante años y metió el crimen organizado al país, sino a quien vive de un sueldo privado, sin chupar la teta estatal, y solo se dedica a hacer un trabajo honesto. Está clara la situación, ¿no? 


No me interesan sus embestidas, de hecho los he bloqueado a todos y no se qué dicen, solo me preocupa la acción de Aníbal, un tipo más peligroso de lo que parece.

Todos estos idiotas útiles, a quienes perseguiré uno a uno incluso en la justicia, no merecen atención de nadie. Sus tuits no tienen retuits de nadie, solo de sus propias cuentas fakes. Nadie les responde, y los pocos que lo hacen es para cuestionarlos.

Yo tengo toda una carrera profesional, con varios libros de investigación publicados en los últimos 20 años y el orgullo de ser uno de los periodistas más citados en libros sobre crimen y narcotráfico.


Como dije, no tengo una sola causa judicial que me complique, mientras que algunos de ellos han estado incluso en prisión (con detalles escabrosos que revelaré en el futuro). ¿Cómo pueden señalarme, pues?

Hay una cuestión que cae de madura: si mis acusaciones contra Aníbal fueran falsas, hubiera perdido los dos juicios penales que me hizo, como les ocurrió a todos los periodistas que este querelló. Ello no ocurrió, ergo… nadie puede desmentirme.

Respecto del mote de "Morsa", baste ver qué dicen en las redes sociales aquellos que votaron en la encuesta que hice ayer:


Antes de terminar esta nota, tengo un último cuestionamiento para con Macri, quien aún hoy no ha podido explicar por qué tiene a un tipo del riñón de Aníbal y con severas denuncias penales trabajando en el Consejo del Niño. Se trata de Cristian Minzer, con CUIT 20-21957166-7 y ficha 431.646.

No hay mucho más que decir: mientras termino de escribir estas líneas, Elisa Carrió termina de dar una conferencia de prensa explicando los detalles de una denuncia que hizo contra Aníbal por haber mandado a matar a Forza, Ferrón y Bina en 2008.

El escrito cayó en el juzgado de Ariel Lijo, quien ya venía investigando a la “narco morsa” por una cuestión similar. Es lo único que precisaba el juez para terminar de avanzar contra Aníbal.

Si algo de todo lo que digo en esta nota es falso, espero las querellas correspondientes. Veremos si alguien se atreve... (Continuará).


  

Copa Libertadores 2016. Huracán 1 vs. Caracas F. C. 0... @dealgunamanera...


En busca del Caracanazo…

Huracán venció esta noche a Caracas de Venezuela por uno a cero en la ida de la primera fase de la Copa Bridgestone Libertadores en el estadio Tomás Adolfo Ducó.

© Publicado el martes 02/02/2016 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotos: Daniel Mendez y Maximiliano Day

Un nuevo sueño empezó esta noche. El Globo comenzó su camino en una nueva edición de la Copa Libertadores y consiguió un triunfo que mereció pero que pudo ser más abultado de no ser por la mala fortuna y las reiteradas apariciones del arquero Wuilker Fariñez. Fue así como a lo largo del encuentro, dominó, impuso sus condiciones y generó ocasiones de gol que no pudo concretar.

En los primeros cuarenta y cinco minutos, algunas caras nuevas sorprendieron y dejaron una buena impresión. Diego Mendoza fue la referencia en ataque y con aguante e inteligencia supo ganar de arriba al tener que reemplazar a Ramón Abila – no jugó por suspensión pero estará en la vuelta-. Al mismo tiempo, Matías Fritzler cumplió con su tarea y fue, además de la imagen de sacrificio y garra en el medio junto con Mauro Bogado, quién se encargó de ser el nexo con Patricio Toranzo y Daniel Montenegro. Sin embargo, entre la demora para jugar del elenco visitante y la colaboración del chileno Patricio Polic, quién esperó demasiado para sacar las tarjetas amarilla y roja, los locales no pudieron quebrar a su rival y se fueron empatados al descanso.

En la segunda etapa, los roles fueron los mismos. Los dirigidos por Eduardo Domínguez tomaron las riendas del partido y los comandados por Antonio Franco se replegaron en su campo, esperaron por el contraataque y le volvieron a ceder la pelota al Globo. Cuando faltaban dieciséis minutos de juego y la esperanza comenzaba a disiparse, tras un centro por derecha de José San Román, una serie de rebotes derivaron en el remate de Montenegro que tras impactar en un defensor, Cristian Espinoza convirtió en centro a ras del suelo para que Mariano González la empujara desde el piso y convirtiera la única diferencia del Match.

De esta manera, los de Parque Patricios obtuvieron una diferencia que sirve, pero que tendrá que revalidar dentro de una semana en el Estadio Olímpico de Venezuela cuando viaje en busca del Caracanazo.

Huracán: 1 

Marcos Díaz – José San Román, Martín Nervo, Federico Mancinelli (Mariano González, 65), Luciano Balbi – Mauro Bogado (Lucas Chacana, 60), Matías Fritzler, Cristian Espinoza, Daniel Montenegro (Alejandro Romero Gamarra, 83)- Patricio Toranzo y Diego Mendoza. DT: Eduardo Domínguez. 

Caracas FC: 0 

Wuilker Fariñez – Jefre Vargas, William Díaz, Giácomo Di Giorgi, Rubert Quijada – Miguel Mea Vitali, Robert Garcés, Evelio Hernández (Ricardo Andreutti, 46), Over García (Andrés Sánchez, 62), Robert Hernández – Armando Maita. DT: Antonio Franco.

Árbitro: Patricio Polic.


Líneas Carlos Astroza y Christian Schiemann (terna de Chile).

Goles: 75′ M. González (H)

Amonestados: Montenegro, Mendoza (H); Díaz, Quijada (C)

Expulsados: 45′ Mea Vitali (C)








martes, 2 de febrero de 2016

Isla de los Estados y Los Guardianes de la Soledad... @dealgunamanera...

Guardianes de la Soledad…


La isla de los Estados está ubicada en el océano Atlántico Sur al este de la península Mitre de la isla Grande de Tierra del Fuego, de la cual está separada por los 24 km del estrecho de Le Maire.


Un fotógrafo del Diario Clarín, Gustavo Castaing, viaja junto a un grupo de hombres y mujeres que se enfrentan al rigor del clima y el aislamiento para custodiar el extremo más lejano y desolado del territorio argentino, la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing) 

El Aviso A.R.A. Olivieri aguarda en las tranquilas aguas de Puerto Parry, el fiordo más largo que penetra seis kilómetros en las entrañas de la Isla de los Estados. Donde está ubicado el puesto Luis Pierdrabuena, de la Armada Argentina. (Gustavo Castaing)

Amanece en el Atlántico Sur, mientras el Aviso A.R.A. Olivieri se aproxima a las costas de la Isla de los Estados, donde un grupo de cuatro hombres y mujeres, custodian su soberanía. (Gustavo Castaing)

El teniente Alberto Espinosa, asoma por un ojo de buey, mientras el Aviso A.R.A. Olivieri hace su ingresa a Puerto Parry, en la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Un gomón se adelanta para realizar la maniobra de amarre del Aviso A.R.A. Olivieri, en la boya de Puerto Parry. Justo frente al puesto que la Armada tiene en la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Rocky mira atento al oficial Enrique Querejeta, mientras este se despide. Junto a Dalma son los únicos perros que habitan en la Isla de los Estados.  (Gustavo Castaing)

Una Centolla se desplaza lentamente por el lecho del fiordo. Son abundantes en estas aguas y más dentro de la Isla de los Estados, que es una reserva natural intangible. (Gustavo Castaing)

Vista desde la base del salto de 350 metros que vuelca sus aguas dulces dentro del mar. Desde esta altura puede verse la longitud del fiordo de Puerto Parry y al Aviso A.R.A. Olivieri, flotando en el centro de la escena. (Gustavo Castaing)

La Isla de los Estados es una reserva provincial intangible. La fauna del lugar no está acostumbrada a la presencia del hombre. Como este macho de Sobrepuesto, un ave característica del sur Americano, que se muestra confiada frente al fotógrafo.  (Gustavo Castaing)

El mítico faro de Punta Lasserre en la Isla de los Estados. Más conocido como el Faro del Fin del Mundo, por la novela de Julio Verne de 1905. (Gustavo Castaing)

Una pareja de Delfín Oscuro nada junto al Aviso A.R.A. Olivieri mientras, este, atraviesa las peligrosas aguas del Estrecho de Le Maire. Hito que separa la Isla Grande de Tierra del Fuego con la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Una pareja de Quetro Austral (más conocido como Pato Vapor) se alejan presurosos, de la playa donde desembarcan los hombres que relevarán el puesto de Puerto Parry en la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Uno de los oficiales del ARA Olivieri, disfruta de la vista mientras conduce un gomón frente a unas cavernas en la costa norte de la Isla de los Estados. Las enormes cuevas se formaron por el incesante embate del oleaje provenientes de más abierto. (Gustavo Castaing)

Parte de los restos de la antigua prisión naval de Puerto Cook. En este edificio de material vivió Felipe Zuccarelli, el único habitante de la isla entre 1903 y 1912. Que fue más conocido como el “gobernador de la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Las solitarias cruces del cementerio del antiguo presidio de Puerto Cook en la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Restos del antiguo presidio de Puerto Cook en la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Un fotógrafo de Clarín viaja junto a un grupo de hombres y mujeres que se enfrentan al rigor del clima y el aislamiento para custodiar el extremo más lejano y desolado del territorio argentino, la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Un fotógrafo de Clarín viaja junto a un grupo de hombres y mujeres que se enfrentan al rigor del clima y el aislamiento para custodiar el extremo más lejano y desolado del territorio argentino, la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Un fotógrafo de Clarín viaja junto a un grupo de hombres y mujeres que se enfrentan al rigor del clima y el aislamiento para custodiar el extremo más lejano y desolado del territorio argentino, la Isla de los Estados. (Gustavo Castaing)

Publicado el sábado 30/01/2016 por Las imágenes de Clarín en HD de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 


El periodismo que se cayó en la grieta… @dealgunamanera...

Una deriva insólita, de los hechos a las “interpretaciones”.


Fue Luciana Geuna quien me dijo, durante la era k “el periodismo se ha transformado en una cuestión de fe”. Su diagnóstico de entonces fue exacto: durante el kirchnerismo desaparecieron los hechos, y todo se llenó con interpretaciones.

© Escrito por Jorge Lanata el martes 02/02/2016 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

–Lo que usted está viendo es un vaso.

–No, es una vaca.

¿Cómo sigue ese diálogo? Esta costumbre fue advertida primero por los periodistas –porque nos afectaba directamente en el trabajo– pero al poco tiempo también el público descubrió la trampa.

El combate del kirchnerismo contra el periodismo fue básico pero efectivo:

* Desacreditar a quien denunciaba sin mencionar jamás los hechos que constituían la denuncia.

* Sostener que la “desmentida” del funcionario cuestionado alcanzaba para derrumbar la denuncia. (¿Qué esperaban? ¿Que, entre lágrimas, él tipo se confesara culpable?).

* Argumentar que la denuncia era “política”, algo que podría resumirse así: el gobierno (político) acusa al periodismo (político) de hacer política. Esta conducta puso de moda un término del argot periodístico-político: “operación”, y entonces cada noticia se convirtió en una “operación”, con lo cual, al calificarla así, se trataba de evitar sus efectos. Esa vieja lógica siguió, gracias a Dios sin resultado, Aníbal Fernández cuando nos acusó de operar en su contra semanas antes de las elecciones, como si tuviéramos que pautar las notas según el calendario electoral de cada partido.

De esta manera el intento ilegal de quedarse con la Casa de la Moneda de Boudou, los bolsos con euros de Fariña, Lázaro y Cristina, las sociedades de Cristóbal López y Electroingeniería con Cristina y Néstor, los hoteles del Nene, etc., etc., con la ayuda de jueces tan abyectos ayer como ahora mismo, se transformaron en ”opiniones” y eran “hechos”. Un sector de la sociedad aceptó la existencia del “periodismo militante” como una parte de la realidad deseada: todos opinan, todos operan, todos interpretan.

En la madrugada del 17 de junio de 1972, Frank Wills, guardia de seguridad del Complejo Watergate de edificios en Washington, advirtió que alguien había penetrado violando los controles de seguridad: eran agentes de la CIA y del Comité de Reelección de Nixon. Llamó a la policía y minutos después cinco hombres fueron arrestados dentro de la oficina del Comité Nacional del Partido Demócrata, el principal partido de la oposición.

Nixon y su equipo conspiraron para ocultar el allanamiento sólo seis días después de los hechos. Después de dos años reuniendo pruebas contra el entorno del presidente, que incluía a miembros de su equipo testificando contra él en una investigación del Senado de los Estados Unidos, se reveló que Nixon tenía un sistema de grabación de cintas magnéticas en sus oficinas y que había grabado una gran cantidad de conversaciones dentro de la Casa Blanca.

Con la certeza de una acusación de parte de la Cámara de Representantes y de una condena en el Senado, Nixon dimitió diez días más tarde. Se convirtió así en el único presidente estadounidense que renunció al cargo.

Nadie se preguntó nunca, en esos años, si el Watergate era una “operación” de los demócratas, o si Frank Wills se había drogado alguna vez. Nixon, obviamente, intuyendo a Aníbal Fernández, desmintió los hechos hasta que fue sepultado por las pruebas. Otro detalle nada menor: los legisladores y los jueces que investigaron eran honestos. Aquí hoy, a un año de los hechos, sentado sobre el cadáver del fiscal, Horacio Verbtisky aún deja abierta la hipótesis del suicidio del fiscal Alberto Nisman.

El tema de la desaparición de los hechos y su reemplazo por las opiniones resurge ahora, cuando el gobierno entrante trata de convertir a los medios del Estado en medios del Estado. Veo en el programa Intratables a Hernán Lombardi & Panelistas caer en la misma trampa: discuten el pluralismo sin mencionar la capacidad.

“Hay que dejar a algunos kirchneristas para ser pluralistas”, es la entrelínea de lo que dicen. Si están discutiendo periodismo el enfoque esta errado: ¿Si fuera K o si fuera macrista –da igual– dejaría de contar lo que sucede? En ese caso ya no sería periodista. Buscamos un medio del Estado donde alguien diga “¡Lázaro es socio de Cristina, estas son las pruebas!” y el programa siguiente afirme “¡Lázaro y Cristina nunca se vieron!”. ¿En qué lugar de la grieta se perdió el periodismo? He formado redacciones durante décadas y nunca le pregunte a nadie a quién votaba –de hecho, viví la paradoja que muchos ex colaboradores de mis medios formaron luego parte de los grupos de tareas de propaganda K–.

Así planteado el “pluralismo” se parece a la brutalidad del que confiesa tener un amigo judío para demostrar que no es antisemita. Entiendo esa visión al armar un “panel”, pero no una redacción. El “panelismo” es un fenómeno reciente, parte del deterioro del nivel televisivo, un sitio en el que, como vecinas en la vereda, se mezcla a algunos periodistas con otros mediáticos, casi nunca cuentan con información propia y opinan desde ningún lugar. Hablo de medios: necesitan buenos conductores, buenos periodistas, columnistas formados; la desesperación de las señoras Veiras, García, Russo, etc., es que nunca más van a ganar cien mil pesos al mes porque no es eso lo que vale su trabajo. Los medios del Estado –y los privados, claro– necesitan buenos periodistas: gente que escriba con sujeto, predicado y datos, que tenga buenas preguntas y que sea sensible a lo que sucede en su entorno.

¿A quién votan? Es una pregunta menor.