viernes, 3 de octubre de 2014

Copa Argentina. Huracán 2 (3) vs. Banfield (2) 2... De Alguna Manera...


Este Globo se Copa...


Huracán venció esta tarde por penales a Banfield por los octavos de final de la Copa Argentina en el estadio Diego Armando Maradona.

¿Por qué ganó hoy Huracán? ¿Por qué sigue en la copa? Porque quiso. Porque lo buscó, de cualquier manera, por momentos sin fútbol, sin técnica y sin ideas claras pero con amor propio, con la hidalguía de sus jugadores sumado al sacrificio y la solidaridad de un equipo que demostró haber reaccionado y que tiene premio por lo hecho. Muchos puntos para remarcar y acciones individuales en alza que a cuentas claras resumen el por qué dejamos afuera a Banfield.

Leonardo Zaragoza, con un ingreso repentino al equipo y una nueva presentación más que aprobada desde la simpleza para defender, hasta la vehemencia con la que disputó cada pelota -en ocasiones con la cabeza al piso- y el debut de Gabriel Robledo, un jóven que apareció bajo la lluvia para mostrarnos la entrega que define a un hombre y la humildad de un grande.

Para hablar un poco del encuentro, el “Globo” mereció más. En el comienzo, no tardó en hacer pie y controlar el ritmo del partido contra un equipo de primera que sabe a que juega y que lo hace muy bien. Sin embargo, una “kriptonita” de la tarde aparecería. A los 33 minutos tras un córner de Walter Erviti, el encargado de convertir sería Fabián Noguera con un cabezazo formidable que rompió el marcador. De todas maneras, tres minutos más tarde la nube negra que había aparecido en paternal se iría asustada por un viento huracanado. Agustin Torassa buscaba por derecha y el héroe se convirtió en villano cuando al enviar el centro, el mismo Noguera frenaría la pelota de manera intencional con su codo izquierdo. Un minuto después con una exquisita definición, Gonzalo Martinez abrió el pie y cambió el penal por gol. Se fueron al descanso con un incesante aguacero que intimidó con obligar a suspender en el encuentro.

El segundo acto, permitiría emocionarse y hasta tomarse algo para frenar el corazón que nos pedía por favor dejar de sufrir. A los 2 de la segunda parte, la locura, la imprudencia y la pérdida de la cordura se conjugarían para gritar un nuevo gol. En una contra que comenzó con el rechazo de Zaragoza, Cristian Milla por derecha tocó para Torassa que pisando el área se resbaló frente al arquero y permitió la llegada de Martinez para llevarse la pelota y definir por entre las piernas de Gaspar Servio abatido y agobiado por la lluvia. A los 15, la cifra definitiva que nos llevaría a los penales sería impuesta por el ingresado Emiliano Terzaghi nuevamente con la misma fórmula de córner y testazo.

Los penales, cosa distinta. Un animal, visionario, adivino y referente que no solo fue responsable en la serie sino en los noventa, llamado Marcos Díaz sería el héroe de la tarde. Primero a Santiago Salcedo y tras la conversión de “Pity”, a Erviti. Para ganar, pasar a cuartos de final y esperar por Independiente o Estudiantes,  a Juan Cazares.

Párrafo aparte para vos, enfermo. Que estuviste abajo de la lluvia, que cambiaste el horario del trabajo, que te escapaste del colegio y que a pesar de que el resultado en un momento estuviera en contra no dejaste de alentar ni por un segundo. Para vos, que lloraste con la definición, que coreaste al arquero, que te abrazaste con tu familia entre lágrimas sabiendo que se había terminado, que pasamos, que ganamos. Porque vos, como yo, como todos, viniste a ver a tu amado Huracán que esta tarde, en el cumple de “Ringo” pegó fuerte.

Síntesis:

Huracán 2

Marcos Díaz; Leonardo Zaragoza, Rodrigo Erramuspe, Santiago Echeverría, Carlos Arano; Federico Vismara, Ezequiel Gallegos, Gabriel Robledo; Gonzalo Martinez, Agustín Torassa y Cristian Milla.

DT: Frank Kudelka.

Banfield 2

Gaspar Servio; Gustavo Toledo, Nicolás Bianchi Arce, Fabián Noguera, Nicolás Tagliafico; Nicolás Domingo, Walter Erviti, Juan Cazares; Ricardo Noir, Nicolás Bertolo, Santiago Salcedo.

DT: Matias Almeyda.

Cambios: Emiliano Terzaghi por Bertolo, Leandro Chetti por Noir y Juan García por Tagliafico.

Cambios en el segundo tiempo: Germán Mandarino por Torassa, Luca Sosa por Robledo e Iván Borghello por Milla.

Expulsado: 16m ST Ezequiel Gallegos (H).

Goles: 33′ F. Noguera (B) ; 37′ G. Martinez -p- (H); 47′ G. Martinez (H); 60′ E. Terzaghi (B).

Cancha: Diego Armando Maradona (Argentinos Juniors).

Arbitro: Mauro Giannini.

© Publicado el Jueves 25/09/2014 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 









¿Cuándo nos ocuparemos de la educación?... De Alguna Manera...


Crisis de valores...  


La situación de la educación en la Argentina es crítica. Todos los datos disponibles lo ponen de manifiesto. El gobierno nacional tiende a negarlo, posiblemente porque se siente políticamente vulnerable en ese plano; pero, con algunas excepciones, desde los espacios opositores hay pocas señales de que el tema sea enfocado con la profundidad y la urgencia que requiere, posiblemente porque se eluden debates internos que son vistos como divisivos. 

En el plano de la educación esa tendencia a eludir el debate de temas importantes para preservar supuestas o reales cohesiones políticas o ideológicas es fatal.

La educación es un plano crítico porque determina el futuro de varias generaciones. Si hoy no formamos jóvenes para que mañana puedan ser trabajadores competitivos, está claro que los jubilados de pasado mañana representarán una carga más pesada a los trabajadores de ese momento, porque sus ingresos serán menores. Ninguna ideología, ningún malabarismo retórico, puede modificar esa realidad: una economía menos competitiva es una economía más pobre. La educación es uno de los factores centrales en la compleja cadena que ha ido alejando al país de los estándares competitivos del mundo.

La mejora de la educación parece, y posiblemente sea, una tarea ciclópea. Hay diversos diagnósticos. El sistema educativo es menos inclusivo de lo que debería ser, en primer lugar en el nivel secundario, que ya tendría que ser universal, pero también en el primario –un problema que, si bien es más reducido, es más dramático–.

Igualmente grave es que cursar la educación formal no garantiza una formación adecuada. 

Las serias dificultades de comprensión de textos y de expresión escrita, la nula asimilación de información histórica y geográfica, los déficits que señalan las prueba PISA, son constatados en todo el país. Basta recordar que hace unos años un experto internacional, después de visitar diversas escuelas en distintos niveles socioeconómicos en nuestro país, identificó dos problemas que consideró muy graves: uno es que muchos chicos no van al colegio, otro es que algunos chicos, bien dotados intelectualmente, van al colegio, y allí muchas de sus capacidades intelectuales son anuladas o desaprovechadas.

Otro problema es el escaso número de días de clase efectivos, producto en parte de decisiones políticas inexplicables pero también de los paros docentes que son parte del estado natural de las cosas desde hace décadas. Los sindicatos son un problema; en privado lo reconocen muchos dirigentes políticos, pero lo cierto es que parte del poder de los sindicatos se refleja en su capacidad de paralizar toda iniciativa que pueda llevar a establecer como prioridad para todos el mejoramiento de los estándares en calidad de la educación y en prestación de los servicios que se esperan de los docentes. Los gremios son un obstáculo para ambas cosas. Para mejorar la situación educativa es imprescindible encarar un diálogo constructivo con los gremios docentes; y para que ese diálogo pueda tener lugar es imprescindible una estrategia orientada a la búsqueda de soluciones estables y no sólo de parches circunstanciales.

No hay duda de que hay un problema en la relación entre la oferta y la demanda educativa. La demanda –por lo menos en los niveles preescolar, primario y secundario, pero en parte también en el universitario– son los padres. ¿Por qué el involucramiento de las familias de los padres en las escuelas en la Argentina es bajo? Hay datos y registros que dan para avalar las más diversas teorías. Hay una crisis de valores en la sociedad: a muchísimos padres no les interesa el desempeño educacional de sus hijos, no demandan una mejor educación. Es indudable.

Pero hay instancias contrarias; para no ir más lejos, la cantidad de padres, o madres solas, muy pobres que deciden enviar a sus hijos a escuelas privadas para asegurarles mejor educación es una señal inequívoca de compromiso. El mayor involucramiento de los padres en la educación de sus hijos tiene que ser estimulado. En muchos casos son los directores y los docentes quienes producen esos estímulos; como regla, no parece ser una política generalizada.

Para mejorar la educación habrá que hacer muchas cosas. Algún día hay que empezar. Y hay que informar a la sociedad de lo que se hace y de los resultados. También en ese plano estamos muy rezagados en comparación con el resto del mundo, incluyendo a nuestros vecinos de la región, donde hasta el desempeño de cada escuela es conocido por toda la población.

© Escrito por Manuel Mora y Araujo, Sociólogo, el Sábado 27/09/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Unión de Santa Fe 3 vs. Huracán 0... De Alguna Manera...


Derrota en Santa Fe que duele...

Foto: Diario El Litoral

Huracán perdió esta tarde por 3 a 0 frente a Unión de Santa Fé por la novena fecha del Torneo B Nacional de Transición 2014  en el estadio 15 de Abril en condición de visitante.

Nueve minutos aguantaron los jugadores “quemeros” los incesantes ataques del local que tras varias ocasiones llegaron al gol. Lucas Gamba remató desde el vértice del área para que Marcos Díaz diera un rebote de frente y cuando la jugada se “embarraba” Enrique Triverio encontró un espacio para rematar y forzar nuevamente la aparición de Díaz que desvió la pelota y luego de estrellarse en el palo, Martín Fabro en posición adelantada se encargó de enviar la pelota al fondo de la red.

Impotencia, decepción y ansiedad tuvo el Globo a lo largo de todo el partido sin saber ser mas que su rival ni dominarlo en ningún momento ni faceta del juego.

Las otras dos caídas del arco visitante reflejarían a cuentas claras los errores defensivos y grupales. Un zapatazo de Ignacio Malcorra luego de eludir a algunos rivales fue la segunda conquista del “tatengue”. El tercero, llegaría faltando quince minutos con la definición de Juan Rivas por sobre Diaz entrando solo por la franja derecha.

No se puede estar justificando todo el tiempo otras situaciones cuando hoy se vio en cancha un equipo muy diferente al de aquel que comenzó el torneo con Temperley en el Ducó, no sólo en nombres sino en actitud que es lo que hoy más se notó.

Síntesis:

Unión de Santa Fé 3

Matías Castro; Emanuel Brítez, Diego Barisone, Leonardo Sánchez, Santiago Zurbriggen; Juan Rivas, Mauricio Martínez, Ignacio Malcorra; Martín Fabro; Lucas Gamba, Enrique Triverio.

DT: Leonardo Madelón.

Cambios: Franco Soldano por Gamba, Sebastián Caballero por Fabro y Jonathan Tarquini por Rivas.

Huracán 0

Marcos Díaz; Rodrigo Erramuspe, Federico Mancinelli, Santiago Echeverría, Carlos Arano; Lucas Villarruel, Iván Moreno y fabianesi, Patricio Toranzo; Cristian Espinoza, Iván Borghello y Ramón Ábila.

DT: Frank Kudelka.

Cambios en el segundo tiempo: Federico Vismara por Moreno y Fabianesi, Gonzalo Martinez por Ábila y Ezequiel Gallegos por Toranzo.

Expulsado: Carlos Arano (H)

Goles: 9m Fabro (U); 52m Malcorra (U); 75m. Rivas (U)

Cancha: 15 de Abril (Unión)

Árbitro: Nicolás Lamolina

© Escrito por Rodrigo Da Silva del Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.







domingo, 21 de septiembre de 2014

Nacionalitis… De Alguna Manera...


Nacionalitis…


El 10 de febrero de 2011, un gigantesco C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) fue demorado en el aeropuerto de Ezeiza. El aparato, matrícula 77.187, traía armamento para prácticas de entrenamiento con la Policía Federal, ejercicios financiados por Washington de común acuerdo con la Argentina.

El escandalete que armó el gobierno de Cristina Kirchner fue colosal, a la altura del voluminoso aparato. Avión de transporte estratégico rápido de tropas y suministros para realizar misiones de transporte táctico, evacuación médica, despliegue de tropas aerotransportadas y lanzamiento de paracaidistas, el C-17 Globemaster III puede proveer suministros tanto a bases operativas como a potenciales batallas. Forma parte de las aviaciones del Reino Unido, Australia, Canadá, la OTAN, Qatar, Emiratos Arabes Unidos y la India. Es un elefante aéreo de 53 metros de largo que puede transportar 134 soldados, evacuar 36 heridos en camillas y 54 pacientes ambulatorios, un carro de combate M1, tres blindados Stryker, seis blindados Guardian, una carga total de 77.519 kg. Los Estados Unidos no fletan tamaño coloso a un aeropuerto enemigo u hostil sin tomar recaudos y precauciones. Ese vuelo a Buenos Aires era para Washington “business as usual”, pero los responsables políticos de la cooperación en seguridad con la Argentina no contaban con el genio inigualable de Héctor Timerman.

El 12 de febrero de 2011, dos días después del aterrizaje y acordonamiento del Globemaster en Ezeiza, Timerman denunció que el aparato traía carga no declarada, que fue incautada, agregando que el caso estaba siendo investigado por la Justicia en lo penal económico. El Departamento de Estado le pidió “explicaciones” a Cristina Kirchner y no ocultó su fuerte malestar. La entonces secretaria de Estado de Barack Obama, Hillary Clinton, solicitó primero explicaciones formales al embajador argentino, Alfredo Chiaradía, y el 13 de febrero el subsecretario adjunto para la región, Arturo Valenzuela, y llamó a Timerman para expresarle la incomodidad de la Casa Blanca y “manifestarle nuestra sorpresa por la forma en que las autoridades [del gobierno argentino] manejaron una misión que estaba perfectamente acordada”. 

Sin mosquearse, Cristina Kirchner le ordenó a Timerman que denunciara a los EE. UU. por haber querido ingresar subrepticiamente en la Argentina “material camuflado dentro de un cargamento oficial, desde armas hasta diferentes drogas, entre otras, varias dosis de morfina”, además de “material para interceptar comunicaciones, varios GPS de una sofisticación reveladora de su potencia, elementos tecnológicos que contienen códigos caratulados como secretos y un baúl completo con drogas medicinales vencidas”.

Valenzuela le comunicó a Timerman su preocupación “por la forma en que el gobierno argentino está manejando una cuestión sobre la que había perfecto entendimiento previo”. Washington reclamó “la inmediata devolución de todo el material” militar retenido. Timerman mantuvo la apuesta y escribió en Twitter que “todo el material declarado fue liberado sin dilaciones. Lo incautado no figuraba en la lista entregada por la embajada”, porque el avión norteamericano había violado las leyes argentinas, aun cuando para la Casa Blanca “el listado concordaba con lo informado previamente” y se trataba del “material habitual” para el entrenamiento policial que se había acordado.

Washington se quejó por la “lenta y detallada” pesquisa a la que fue sometido en Buenos Aires. “Tampoco entendemos por qué, si había alguna duda, no se la manejó por los canales diplomáticos habituales en vez de hacerlo de esta forma”, dijeron voceros del Departamento de Estado. Timerman pasó parte de ese día de verano en Ezeiza, abriendo cajas y ordenando forzar candados de la carga del avión. Acusó además al gobierno de Obama de enseñar “prácticas de tortura” en academias policiales.

En ese hoy remoto y sin embargo coherente episodio, había razones de peso para explicar el ataque de nacionalitis del kirchnerismo: se estaban anoticiando de que la Argentina no formaba parte de la primera gira regional del presidente Obama, que sí, en cambio, visitaría Brasil y Chile. Obama nunca ha tenido un encuentro bilateral con Cristina en la Casa Blanca y, por supuesto, no ha pisado ni pisará Buenos Aires hasta el fin de su mandato.

El 14 de junio de 2011, la Argentina retrocedió en pantuflas. A cuatro meses del encontronazo, el gobierno argentino decidió devolver a los Estados Unidos el material incautado en febrero de ese año. La decisión de devolver el material fue tomada por Cristina Kirchner y anunciada un día antes por la embajada norteamericana: “El incidente que involucró la retención de materiales propiedad del gobierno de Estados Unidos, relacionado con una actividad de entrenamiento conjunta previamente planeada y aprobada (destacado mío), que por fallas administrativas involuntarias debieron ser incautados, se ha resuelto satisfactoriamente. (…) 

Nos comprometemos a continuar trabajando con la Argentina en una asociación basada en el interés y respeto mutuos, como así también con valores y responsabilidad compartidos”. Consecuencias: desde que ocurrió el incidente se frenaron las negociaciones diplomáticas para que la Argentina fuera incluida en el programa Visa Waiver, que permite ingresar a los Estados Unidos sin necesidad de contar con visa.

Todo esto se repitió textualmente esta semana con la absurda protesta de Timerman contra el encargado de negocios de los EE.UU., Kevin Sullivan, que tuvo la osadía de recordar que la Argentina estaba en default y que le convenía salir de él. Despotricó Timerman y de inmediato ése fue el lenguaje del kirchnerismo: el gobierno de los Estados Unidos está aliado a los buitres, en contra de la acosada Argentina. Así las cosas, en 1946 como en 2014, una Argentina antigua y paranoica regurgita un patrioterismo penoso y, más importante, siniestramente perjudicial para sus propios intereses.

© Escrito por Pepe Eliaschev el Domingo 21/09/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.