sábado, 6 de octubre de 2012

Humahuaca espera justicia... De Alguna Manera...


Humahuaca espera justicia...

Familia de Luis Dario Condorí

A un mes del crimen de Luis Condorí, asesinado por miembros de la agrupación Tití Guerra durante la toma de un predio, su familia lo recuerda. La justicia jujeña aún no tiene respuestas.

Caminar por Humahuaca es un viaje en el tiempo. Como si Marty McFly le prestara sus zapatillas al caminante, le permitiera subir a su DeLorean y lo dirigiera entonces hacia un pueblo en la Quebrada en el que las calles se distinguen por sus empedrados, las viviendas por el adobe que las sostiene, los techos por las tejas que indicarían su pertenencia a los tiempos de la colonia. Pero no. El 5 de septiembre de 2012 –es decir, este año, hace un mes, hace tan poco tiempo- se cometió un crimen en Humahuaca que muestra que la pequeña ciudad jujeña se encuentra en el centro de los problemas de la contemporaneidad de la nación. Ese día una patota formada por una agrupación kirchnerista mató a Luis Condorí, de 28 años.

“Se llamaba Luis pero era muy conocido como Pato, todos le decían Pato. Trabajaba desde chango como guía turístico. Se ganaba el pan así. Lo mataron. El intendente recién apareció después de su muerte. Nos vino a presentar sus respetos pero como conocido, porque él compartió conmigo los estudios. Incluso yo se lo había presentado al Pato porque él tiene su familia y su señora y queríamos ver si tal vez le podían dar unas tierras para poder hacer su vivienda, para ver qué posibilidad había. Milagro Sala dice no tener nada que ver con su asesinato. Si es así, está bien. Si no, que le pese en su conciencia”. (Domingo, padre de Luis)

Esa jornada, la agrupación Tití Guerra ocupó unos terrenos sobre la ruta 8 que delimita un contorno de Humahuaca. La agrupación había pertenecido a la órbita de organizaciones ligadas a la Tupac Amaru, a tal punto que cuando Milagro Sala se encontró con el periodista Jorge Lanata para responder a un informe realizado sobre su persona, los referentes de la Tití Guerra la habían acompañado. Según señalan desde la agrupación Tupac Amaru, apenas días antes del 5 de septiembre la Tití Guerra se habría desvinculado de las huestes de Milagro Sala.

Decenas de miembros de la Tití Guerra habían llegado en dos colectivos desde la ciudad de San Salvador. Cinco vehículos de alta gama los precedían durante el recorrido. Tenían pensado resistir para cumplir con su objetivo si fuera necesario: tenían bolsas y cajones llenos de verduras, carne y paquetes de arroz, fideos y latas de tomate, entre otros elementos, como unos notables zapallos gigantes. Llegaron antes de mediodía y se instalaron en unos terrenos en litigio. Un descampado que unas pocas casitas de adobe deshabitadas interrumpían. Plantaron sus banderas verdes y negras.

“Humahuaca es un pueblo tranquilo, de gente trabajadora, pero que sabe qué pasa en su territorio –cuenta Sergio González, periodista de radio Luna Azul-. Existe la cuestión del negocio inmobiliario. En nuestro pueblo se está intentando que se establezca fuertemente el comercio turístico, pero lo malo es que las ganancias que este negocio permite sólo se reparte entre unas cuantas familias, mientras el resto de los humahuaqueños no vemos ningún beneficio”.

 “Mi hijo siempre trabajó guiando. Siempre me ayudó porque son varios hermanos, la nuestra es una familia grande que mantener y él siempre aportó con los gastos. Era bueno, responsable, pensaba en los demás. No es cierto que fuera militante de Milagro Sala. No estaba en ninguna de esas agrupaciones, siempre estaba en la plaza, en el monumento esperando turistas para trabajar. Sé que Dios no me va a abandonar. Tengo mucha fe. Yo quiero justicia y nada más”.(Miriam, madre de Luis)

 “Ese día hubo zona liberada: esta gente se movilizaba en dos colectivos urbanos cuando acá hay normas que no permiten que los colectivos urbanos hagan intermunicipio. Sin embargo, se trasladaron desde San Salvador hasta Humahuaca y no los paró un solo control policial –explica el doctor Luciano Rivas, abogado querellante y representante de la familia de Luis Condorí–. No los pararon aunque iban armados hasta los dientes, con palos, banderas y una caravana de 5 autos de alta gama que los iba escoltando”.

Todo indica que se trató de un negocio inmobiliario. Los vecinos de Humahuaca resistieron la ocupación. Primero se empezaron a apostar frente a los ocupantes. Pasaron las horas. Había una tensión que –imagen remanida, pero que responde a la descripción de los sucesos– hubiera permitido cortar el aire con el filo de una navaja. En cierto momento, algunos miembros de la agrupación Tití Guerra carnerearon unas ovejas que pastaban en los alrededores para cocinar un guiso. Cuando el hecho se conoció entre los humahuaqueños, cundió la indignación. Varias radios llamaban a que la intendencia se pronunciara sobre lo que estaba sucediendo, pero había silencio. La consigna de los pobladores fue asistir hacia ese lugar.

Nadie de la intendencia decía nada sobre los sucesos. Se comenzaron a tirar piedras.

“Estábamos jugando al fútbol con mi hermano y amigos y vecinos. Llegó un vecino que dijo: ‘Se armó la guerra’. Fuimos a ver qué pasaba entonces, de curiosos. Estaba oscuro, la gente les gritaba, ellos gritaban. En un momento se escucharon disparos. Yo y mi amigo estábamos detrás de una pared cuando fueron los primeros tiros. Ahí decidimos salir con toda la gente a quemar los colectivos. Salimos y justo salieron ellos y tiraron otros tiros.  Le pegaron a Luis. ‘Emanuel ayudame, me dijo. La gente se amontonó y lo llevó la gente para el auto para ir al  hospital. Cuando lo estaban subiendo ya estaba con los ojos blanqueando”. (Emanuel, hermano de Luis)

Hay documentos que demuestran el negocio inmobiliario. “Vicente Acosta, dueño de una inmobiliaria, le pagó diez mil pesos a Marco Antonio Guerra a los efectos de que obtuviera la posesión de los predios en Humahuaca y los mantuviera”, señala el abogado Rivas

Marco Antonio Guerra y su hermano Miguel Ángel Guerra –a su vez hermanos de Tití Guerra, un preso que murió en la cárcel y a quien se homenajea con el nombre de la agrupación– iban en un auto Mercedes Benz a la par de los colectivos que llevaban a los miembros de la agrupación hacia el lugar de los hechos. “Sabemos el monto del pago porque la Tití Guerra está tan organizada que hasta admiten recibos por ese ilícito y lo encontramos una vez que ellos huyeron –continúa Rivas–. Allí también están los nombres de entre diez y quince personas, incluso con sus números de teléfono, a quienes se les preservaban también los terrenos que tenían reservados. En la carpeta que se les cae hay mapas con tomas satelitales y planos del predio que habían tomado. Ya lo habían loteado con los nombres de las personas a las que les correspondía cada lote. Incluso en la carpeta hay nombres de personas a quienes se les entregaban los lotes. Uno de ellos es de la provincia de Mendoza, había gente de San Salvador de Jujuy, entre los que hay bastantes empresarios. Veinte lotes serían para la familia Guerra. Por eso decidieron conformar un grupo de choque. Le pedí a la fiscalía el allanamiento de la inmobiliaria perteneciente a Vicente Acosta y no me contestaron absolutamente nada. De todos modos, tenemos suficiente información”.

“Doce años estuvimos juntos. Teníamos proyectos, muchos proyectos. Tuvimos dos hijitos, un varón y una nena, y él era como un papá para la hija que yo tenía cuando nos juntamos. Queríamos hacer nuestra casa. Era un buen padre y un buen esposo. Ese día había ido a jugar al fútbol. Entonces llegó esta gente y él fue a ver el kilombo. No llegaba y yo estaba preocupada. En la radio dijeron que había heridos. Fuimos a buscarlo pero no estaba. Mi cuñado me dijo que debíamos ir al hospital para ver entre los heridos de allá. Cuando llegamos habían pasado diez minutos desde que mi marido había fallecido. Yo lo quería mucho, lo necesito. No puede ser que haya salido de jugar a la pelota y haya terminado muerto porque le tiraron un tiro. Tiene que haber justicia. A veces pienso que fue a Jujuy a buscar mercadería y que va a volver y pienso que va a volver y siento que lo estoy esperando… Y después lo sigo esperando”. (Laura, esposa de Luis)

 “Uno de los comisarios que formó parte del operativo y que no sólo no detuvieron a los malvivientes de la Tití Guerra, sino que dispararon balas de goma contra los pobladores de Humahuaca, es el comisario Vera, que fue el comisario que estuvo en Libertador General San Martín cuando hubo 4 muertos en la toma de Ledesma. El jefe del operativo es el mismo comisario que fue trasladado a Humahuaca y tuvo un operativo con un muerto –revela a plazademayo.com el abogado Rivas–. Y es parte de la misma policía que dejó pasar a los colectivos cuando es ilegal. Entonces, me llama la atención que se admita como querellante en la causa al Estado provincial, ya que es el responsable de los hechos que ocurrieron, desde el punto de vista de que nunca se articularon los controles policiales y de gendarmería, y la policía, lejos de proteger a los ciudadanos de Humahuaca, protegieron a esta gente”.

La investigación judicial, que admitió al Estado provincial como querellante, tiene como imputados por homicidio simple a Moises Lavallén,  Marco Antonio Guerra, presidente de la Asociación Civil Tití Guerra y Miguel Ángel Guerra, revisor de cuentas, quienes actualmente se encuentran detenidos. El empresario inmobiliario Vicente Acosta también está imputado en una segunda causa vinculada, por el delito de usurpación. “Pero hay más gente: hay autores intelectuales, coautores, cómplices –detalla Rivas–. Está identificado a quiénes pertenecen los vehículos, miembros de la agrupación Tití Guerra. También hay responsabilidad total y absoluta por parte del Estado provincial porque si hubieran funcionado los controles policiales esta muerte no hubiera ocurrido”.

La violencia política recorre la provincia de Jujuy. Hubo cuatro muertes en 2011 ocasionadas por la policía que desalojó a los ocupantes de predios denunciados por la empresa Ingenio Ledesma. Hace un mes un muerto más por una ocupación que, en realidad, ocultaba negocios. Pero no son los únicos sucesos. La violencia parece haberse convertido en Jujuy en un método. La Tití Guerra siempre había pertenecido al núcleo de organizaciones asociadas con la Tupac Amaru de Milagro Sala.

Milagro Sala. La líder de una organización oficialista para estatal.

Denunciada por organizaciones de lucha debido a sus métodos violentos para acallar la protesta social, cuando perturbaba los intereses del Estado que le daba a la Tupac Amaru los fondos para construir su poder paralelo.

A la barra brava de Gimnasia y Esgrima de Jujuy  se la conoce como “La banda de La Flaca”.
“La Flaca” es Milagro Sala.

Humahuaca está en el centro de los tiempos actuales de la Argentina. Un país cuya sociedad está atravesada por las barras bravas y el patoterismo, que se han vuelto moneda corriente en el modo de hacer política oficial.


© Escrito por Diego Rojas (@zonarojas) y publicado por plazademayo.com el miércoles 3 de Octubre de 2012.



miércoles, 3 de octubre de 2012

La revista "Todo es historia" cumple 45 años... De Alguna Manera...


La revista "Todo es historia" cumple 45...


Considerada la revista de historia más importante de nuestro país y una de las de mayor trayectoria entre las revistas de su género en habla hispana, Todo es historia pasa como en puntas de pie por el amplio espectro editorial existente en nuestro país. Fue condecorada por la legislatura porteña. Su historia

Por sus tapas "pasaron" presidentes, cantante, aborígenes, inmigrantes, locos, revolucionarios, ricos y pobres por igual, y hoy, en la época de los multimedios, la digitalización y la banalización de los intereses populares, se aferra a los ideales que le dieron vida.

Por eso, esta semana fue condecorada por la Legislatura porteña en reconocimiento a sus 45 años de existencia y por "aportar mes a mes claves de la historia argentina para esclarecer el pasado, comprender el presente y mirar el futuro".

Fundada en mayo de 1967 por el abogado, periodista, historiador, poeta y ensayista Félix Luna, la revista lleva a cabo desde entonces -de forma ininterrumpida- el trabajo de contar la historia desde el presente, con un archivo de más de 5.000 artículos y 1.600 colaboradores, entre los que se incluyen historiadores o periodistas de renombre y nuevos investigadores que dieron en ella sus primeros pasos.

En una entrevista concedida, su directora María Sáenz Quesada, y su editora, Felicitas Luna, hija del fundador de la revista, reflexionaron acerca de los desafíos pasados y presentes del emprendimiento. Apoyadas por un pequeño equipo editorial, en una redacción de la calle Viamonte, atiborrada de ejemplares que pueden adquirirse o consultarse, las entrevistadas aseguran que la revista sale mensualmente con el mismo propósito que tuvo hace 45 años: "Mostrar un aspecto distinto, desconocido, de algo de nuestro pasado", asegura María Sáenz, quien centra su trabajo en encontrar material original y con nuevos enfoques. "Pero siempre sin el recurso del escándalo, eso no nos interesa", explica.

Testigo privilegiado del nacimiento y crecimiento de la revista, Felicitas Luna asegura recordar siempre "el esfuerzo que significaba para papá y los editores de cada momento sacar mes a mes la revista, tanto en la época de Onganía, en el Proceso, en la época de la hiperinflación, la crisis del 2001...". Según Felicitas, el historiador decía que la revista era "como una hija menor". "Nosotras somos tres mujeres, y creo que para nosotras la revista fue como una hermana menor", dice para ejemplificar el cariño que siente.

La revista -o, mejor dicho, la idea- nació en las calles de Berna, Suiza, país en el que Luna ocupaba en los años 60 un puesto diplomático. Según Sáenz, Luna volvió a Argentina con la idea de "hacer una revista de historia, argentina y para Argentina" contemplando en los kioscos suizos las revistas europeas dedicadas a la historia, como la francesa "Miroir de l'Histoire", que fue el verdadero modelo que siguió en la Argentina. La segunda mitad de la década de 1960 encontró al historiador en Buenos Aires, frente a varios periodistas importantes a quienes la idea no les convencía.

"Finalmente", narra Sáenz, "en la editorial donde él trabajaba, donde se editaba la revista Folklore, propuso hacer una revista de historia, precisamente en el año 1967, cuando la política estaba congelada, porque estaba la dictadura de Onganía, y el tiempo político había sido suprimido, entre comillas, por decisión presidencial o militar.

Entonces, Luna pensó que era un buen momento para que la gente leyera historia, porque la historia, de alguna manera, es la política del pasado, y la historia es la que forma al ciudadano. Entonces, estando congelada la política partidaria y la actividad política, nada mejor que mantener al ciudadano alerta mediante el estudio de su historia".

El propósito inicial de la publicación sería un recurso que, a lo largo de las siguientes cuatro décadas, le serviría para sortear las sucesivas crisis, tanto económicas como políticas, y mantenerse alejado de la polémica. "Se hizo la convocatoria a aficionados, a historiadores profesionales de renombre, periodistas de investigación, egresados de la carrera... Y todo ello formó un elenco de unos 1.600 colaboradores", asegura su actual directora, agregando que desde sus inicios la revista mantiene su propósito de contar la historia "de los próceres, pero también de figuras menores, marginales, de locos, de bandidos, y de mujeres...".

Durante la última dictadura militar, catalogada como la más dura del siglo XX, TEH "se manejó de forma independiente siempre, dependiendo fundamentalmente de sus lectores que la compraban en los kioscos", afirma María Sáenz. "Tuvo poco poder, poca relación con el poder, y esto en momentos tan difíciles como fue la última Dictadura, la favoreció". Para fines de los años 70, TEH mantenía un perfil política y financieramente independiente, que le permitió incluso publicar historias de partidos políticos y personajes de nuestra historia en años de silencio político.

Felicitas Luna asegura que, mirando hacia atrás, el balance el positivo, aún cuando factores económicos de la actualidad -como por ejemplo, las trabas en la importación de determinados productos- dificultan la publicación. En su opinión, el balance es positivo sobre todo por haber cumplido el propósito de "haber llegado a tantos lectores en Argentina y afuera de Argentina, y más ahora con todas las posibilidades que dan Internet y Facebook".

"Es un mundo que a nosotras nos fascina, y nos llena de orgullo", asegura. "Y es un desafío muy grande porque hay que estar, todos los meses, actualizando material, proponiendo temas y debates nuevos. Pero yo creo que nuestra gran alegría son los lectores, porque la revista se sigue comprando y sigue gustando, sigue siendo aceptada. Y no sólo por los lectores, también por los anunciantes, que apoyan la revista mes a mes, los kiosqueros que piden la revista mes a mes..."

María Sáenz afirma lamentar el no haber podido ampliar aún más los horizontes de la revista: "Ha tenido poco alcance", reconoce, "pero al mismo tiempo nos ha preservado de endeudarnos excesivamente, por ejemplo. A mí, me gustaría que la revista fuera mucho más latinoamericana, que convoque gente que escriba sobre estos temas, pero esto me resulta muy difícil. Lo sigo intentando, y quizá en en algún momento lo pueda lograr".

© Escrito por Dario Silva D´Andrea y publicado por el Diario Perfil de la Ciduad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 3 de Octubre de 2012.

Las fotos:














La Vida está en otra parte... De Alguna Manera...


La vida está en otra parte...


En un reciente artículo (“Journalism by numbers”, publicado en la Columbia Journalism Review) Emily Bell –directora del Tow Center for Digital Journalism en Columbia University– enfoca un tema neurálgico de nuestro mundo: la infinidad de datos generados en la realidad cotidiana de cada día, la dificultad de capturarlos y sintetizarlos de alguna manera útil para comprender el mundo. Esa inmensidad informativa la generamos los seres humanos a través de lo que decimos y de lo que hacemos en cada momento. “Simples actos crean corrientes de datos” continuamente. Eso no es nuevo; lo que está cambiando el mundo es que se están desarrollando nuevas herramientas para estructurar, almacenar y resignificar esa información. (Y, agrega, el periodismo tiene un lugar relevante en esa tarea, observando, informando y proporcionando sentido a esos datos).

Pensemos en la opinión pública. Esta no es otra cosa que el conjunto inconmensurable de todo lo que los seres humanos decimos durante cada día de la vida. Cada ser humano procesa continuamente la información que recibe de distintas fuentes: la descarta o la almacena, o la usa para fabricar nuevas opiniones, o la transforma en insumos para decidir o hacer cosas. Si un ser omnisciente pudiese escuchar todo lo que se dice, y registrarlo, y dispusiese de un método para procesar y sintetizar toda esa información, conocería el estado preciso de la opinión pública en cada momento de la vida. Ningún ser humano dispone de esa capacidad; como mejor sustituto se han inventado las encuestas de opinión, que en lugar de escucharlo todo seleccionan algunos temas y algunas personas, les preguntan qué tienen para decir de esos temas y a partir de ahí registran, procesan y sintetizan esa información. No hay duda de que pronto aparecerán nuevos métodos para recoger y procesar los datos de opinión pública, y la encuesta se irá convirtiendo en una reliquia. Pero ese tiempo todavía no llegó.

La política se inserta en esas innumerables corrientes de flujos de opiniones. Todavía hay quienes piensan –como era habitual pensarlo en el siglo XIX, y era en gran medida cierto– que los políticos son productores de ciertas opiniones que circulan en la sociedad, que forman opinión. Lo cierto es que ya casi no es así; en nuestro tiempo la política, lejos de eso, se vale de los medios de prensa para navegar en algunas corrientes de la opinión pública, a veces logra salpicar a algunas personas que ya están de todas maneras mojadas por la información proveniente de la prensa, otras veces se aísla en ambientes estancos (no pocas veces, literalmente, agua estancada), o se vale de la comunicación boca a boca, que fue importantísima hasta hace algunas décadas y hoy cayó bastante en desuso, siendo en parte sustituida por la comunicación en redes digitales interactivas. Lo cierto es que la política ya escasamente forma parte del mainstream de los flujos que conforman la opinión pública.

Es fácil echarle la culpa a la prensa de las cosas que suceden y a uno no le gustan. Personas conservadoras, inquietas ante los cambios culturales, achacan a la TV una influencia perniciosa –cuando en realidad la TV sigue la ola de los cambios que se generan en la espontaneidad de la vida social–. Personas que se sienten más de izquierda hablan a menudo de la “prensa burguesa”. Muchos políticos se lamentan porque los medios de prensa no colaboran con sus esfuerzos para construir ofertas políticas viables –aunque lo cierto es que muchos medios son más bien generosos dando bastante cobertura a noticias que a la mayoría de su público no le interesan–. El Gobierno argentino culpa a la prensa por alimentar un clima negativo en la población –aunque con esa misma prensa la Presidenta obtuvo hace menos de un año el 54 por ciento de los votos. ¿Cuántos más votos se piensa que podría haber obtenido si toda la prensa estuviera alineada con el oficialismo?–.

Esos enfoques pierden de vista lo esencial de los procesos actuales. La gente común elabora la realidad en la que vive desde su propia capacidad de dar significado a la información que recibe cada día y le parece relevante. La inmensa mayoría ya no le pregunta a nadie lo que debe opinar; simplemente forma sus opiniones sobre cada asunto que le interesa en medio de innumerables influencias que se combinan entre sí y que en muchos casos se neutralizan unas a otras. Las encuestas, algunas veces, captan algo de eso. Desde la mirada decepcionada o impotente de quienes sienten que el mundo se les escapa, casi nada de todo es registrado, y mucho menos interpretado.

Uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo, en todo el mundo, es que la política va quedándose crecientemente aislada. Para la mayoría de la gente, la vida está en otra parte.

© Escrito por  Manuel Mora y Araujo, Sociólogo, Profesor en la Universidad Torcuato Di Tella y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad AUtónoma de Buenos Aires el domingo 30 de Septiembre de 2012.

September 11, 2001 - September 11, 2011... De Alguna Manera...


Ground Zero: September 11, 2001 - September 11, 2011...



One of the most indelible memories in the collective psyche of Americans - and the world - comes from the images of the World Trade Center following the terrorist attacks on the United States, September 11, 2001.

Yesterday, Americans and the world collectively remembered those who lost their lives in New York, Washington and Pennsylvania ten years after that unforgettable day. This post (edited by Leanne Burden) shows the transformation, of what became known as Ground Zero, over the last ten years.

A memorial rises from the ashes of that day on September 11, 2011. 

© Paula Nelson by http://www.boston.com

Las fotos:


Photos by Space Imaging’s IKONOS satellite showing the World Trade Center complex in Manhattan, New York, collected on June 30, 2001 showing the 110-stories twin towers; on September 15, 2001 showing the remains of the 1,350-foot (411.48-meter) twin towers of the World Trade Center, and the debris and dust that have settled in Ground Zero, four days after the terrorist attacks; and June 8, 2002, showing the progress in the reclamation of Ground Zero where the twin towers of the World Trade Center once stood. AFP/Space Imaging. 

A man stood in the rubble and called out, asking if anyone needed help, after the collapse of the first World Trade Center Tower on Sept. 11, 2001. More than 2,700 people were killed when Al Qaeda terrorists hijacked US passenger jets and flew them into the twin towers in New York. Doug Kanter/AFP.

An aerial view of the wreckage at the World Trade Center on Sept. 16, 2001. New York City Office of Emergency Management.

Workers climbed over the remains of the World Trade Center complex in lower Manhattan, New York, on Sept. 28, 2001. Shawn Baldwin/Associated Press.

Firefighters made their way over the ruins of the World Trade Center through clouds of smoke as work continued at ground zero on Oct. 11, 2001, one month after the terrorist attacks. Stan Honda/Associated Press.

Sunlight filtered into the still smoldering remains of Tower Two as workers riding in a basket suspended from a giant crane hovered above on Oct. 27, 2001. William C. Lopez/Associated Press.

 A major section of Building 6 collapsed as demolition of the remaining piees of the World Trade Center continued on Dec. 18, 2001. Louis Lanzano/Associated Press.

 Recovery workers looked on as heavy machinery helped remove debris on Jan. 12, 2002. Robert Spencer/Associated Press.

Workers unfolded an American flag on May, 25, 2002, on top of the last standing beam at the site of the World Trade Center disaster in New York a few days before the official end of the recovery effort. Stephen Chernin/Associated Press.

 The former site of the World Trade Center, known as ground zero, was seen from the southeast in this photo taken on June 4, 2002. Peter Morgan/Reuters.

 At ground zero, a lone police officer sat amid the rubble during a ceremony marking the one year anniversary of the attacks on Sept. 11, 2002. Amy Sancetta/Associated Press.

 Lights illuminated ground zero as the sun set over the Manhattan on Sept. 6, 2002. Vincent LaForet/The New York Times.

 The original slurry wall of the World Trade Center, showing steel old cement and the new resh cement, was visible on Nov. 19, 2003. Angel Franco/The New York Times.

 Workers laid the cornerstone of the Freedom Tower on the location of the World Trade Center on July 4, 2004. James Estrin/The New York Times.

 People looked out at the former site of the World Trade Center on May 5, 2005. The construction of the Freedom Tower on the site had run into numerous obstacles. Spencer Platt/Getty Images.

 On the east side of the World Trade Center bathtub, the old inbound Hudson & Manhattan Railroad tunnels, which also served as truck ramps for the World Trade Center, were visible on July 16, 2005. Andrea Mohin/The New York Times.

A worker dismantled the T-shaped steel beam, which gained fame as the ground zero cross, on Oct. 5, 2006. The cross was found by a construction worker amid smoking ruins two weeks after the Sept. 11 attacks. Bebeto Matthews/Associated Press.

Construction workers watched from a ramp as others raised the first of three 25-ton steel columns into position before it was bolted into place on Dec. 19, 2006, a milestone in efforts to build a new office tower to replace the World Trade Center. Kathy Willens/Associated Press. 

Construction at the foundation of the Freedom Towers at the World Trade Center site in New York, September 10, 2007. Shannon Stapleton/Associated Press.

 Construction continued on the Freedom Tower foundations at the World Trade Center site on June 20, 2008. Mark Lennihan/Associated Press.

The galleria at the World Trade Center, an east-west underground connecting passageway between the Transportation Hub and Battery Park City, was still exposed to daylight during construction on Nov. 18, 2008. David W. Dunlap/The New York Times.

 Friends and relatives of the victims of the Sept. 11 attacks tossed flowers into the Reflecting Pool during a ceremony at ground zero on Sept. 11, 2008. Andrew Harrer/Bloomberg News.

 The survivors’ staircase at the World Trade Center was moved to its permanent spot on Dec. 11, 2008. The Vessey Street staircase was used by many to evacuate the towers on Sept. 11, 2001. Ozier Muhammad/The New York Times.
 
The sunken pool, which marks the site of One World Trade Center, was almost entirely framed out in structural steel, except for its southwest corner in a January 2009 photo. Port Authority of New York and New Jersey.

Ironworker Eon Mathieson prepared to connect a steel beam on the fourth floor of One World Trade Center on Nov. 17, 2009. The Port Authority changed the name from Freedom Tower to One World Trade Center in 2009. Mark Lennihan/Associated Press.

 People watched out the window as construction continued at the World Trade Center site on March 26, 2010, in New York City. A new development agreement was announced after a 16-month stalemate over building at the site. Mario Tama/Getty Images.

A 19th-century ship that has been buried for over 100 years was found on July 14, 2010, during construction at the former World Trade Center site. Archeologists worked to uncover, measure, and collect artifacts quickly before the ship would be buried again. Fred R. Conrad/The New York Times.

 Work in the memorial pools continued on Aug. 27, 2010. Fred R. Conrad/The New York Times.

Looking up at the base of one of the cranes at the One World Trade Center on Aug, 27 , 2010. Fred R. Conrad/The New York Times.

 Construction continued at the World Trade Center site with the memorial footprints of the twin towers visible on Sept. 7, 2010. Mario Tama/Getty Images.

 A trumpeter played Taps at ground zero at the end of the ninth annual commemoration ceremony on Sept. 11, 2010. Chris Hondros/Getty Images.

 People stood on the 20th floor restaurant terrace of the World Center Hotel as construction continued on One World Trade Center and the National September 11 Memorial & Museum on July 8, 2011. The memorial features two reflecting pools on the footprints of the twin towers. Mario Tama/Getty Images.

 Clouds were reflected in the glass of One World Trade Center on May 11, 2011. The base of the tower was supposed to be covered by prismatic glass panels to cover the bomb-proof concrete, but plans were scrapped. Todd Heisler/The New York Times.

 Tourists looked on as the Fire Department of New York's Ladder Company 3 fire truck, which was responsible for evacuating civilians from the North Tower of the World Trade Center on Sept. 11, 2001, was lowered 70 feet by crane to its exhibition space of the National September 11 Memorial Museum on July 20, 2011. Timothy A. Clary/AFP/Getty Images.

 Construction workers lowered the Sept. 11 cross by crane into a subterranean section of the National September 11 Memorial and Museum on July 23, 2011. The cross is an intersecting steel beam discovered in the World Trade Center rubble which served as symbol of spiritual recovery in the aftermath of 9/11. Mark Lennihan/Associated Press.

 Two steel beams known as the tridents from the original World Trade Center tower were visible inside the National September 11 Museum during construction on July 28, 2011. Mike Segar/Reuters.

 A flag flies over Ground Zero before the start of ceremonies marking the 10th anniversary of the 9/11 attacks on the World Trade Center, September 11, 2011. Gary Hershorn/Reuters.

 The World Trade Center ceremony marking the 10th anniversary of the attacks takes place at the National September 11 Memorial, Sept. 11, 2011 in New York. Mark Lennihan/Associated Press.

 A flag flies over ground zero before the start of the ceremony marking the 10th anniversary of the 9/11 attacks. Eduardo Munoz/Reuters.

A framed photo of the Twin Towers sits against a curb in honor of a 9/11 victim near Ground Zero during the 10th anniversary ceremony, September 11, 2011, in New York. Tom Fox/The Dallas Morning News.