¡Fue para atrás!
¿Estudiantes? No, Huracán. Sus jugadores e hinchas restaron en la lucha por seguir en Primera. De terror.
Resulta muy difícil, a esta altura, apostar por un Huracán salvado de la Promoción. De hecho, si el torneo durara cinco fechas más, el Globo no jugaría la Promo: se iría al descenso directamente.
Porque es un equipo (¿o es mucho decir?) previsible, ortodoxo aun cuando el partido pide quemar las naves. Sin chispa. En babia. Desalmado, salvo en excepciones (Cámpora, Battaglia), las cuales, igualmente, con este contexto hostil en todos los flancos, cada día tienen menos fuerza para evitar arrastrarse como el resto. Porque, futbolísticamente, el Globo se ofrece como un rival entregado. Y cuando la confianza escasea, cuando el miedo a equivocarse abunda, los Monzón que antes volaban de palo a palo ahora regalan goles insólitos como el de ayer, y a los Zárate que alguna vez supieron no perdonar en el área se les va la definición de la única jugada de riesgo al ladito del palo.
Ahora bien: más allá de que ni el más optimista de sus hinchas (y neutrales también) se animaría hoy a esperanzarse con un giro de 180° de Huracán, la realidad matemática indica que Gimnasia aún tiene la misma cantidad de puntos. Y, en el peor de los escenarios, terminará apenas a un partido de distancia. Así pues, no se entiende la reacción de los hinchas. Bah, de los que apuntaron un bochorno más en la historia de nuestro fútbol, minimizando la vida misma, agigantando un, en definitiva, mero resultado o pasajero mal presente deportivo. Ellos tampoco ayudan a que los jugadores evadan sus limitaciones. Más bien hacen que se potencien.
Como se potencian los equipos que se cruzan con Huracán. Estudiantes, este ciclotímico, irregular, desconocido, pero lleno de talentos, demostró que la chapa no se oxida y el nombre no se salpica. Al tranquito, en 32 minutos le hizo dos goles y se perdió tres más.
Sí, sólo el Globo fue para atrás...
En apenas 32 minutos, Huracán complicó todavía más su negro presente: el equipo caía 0-2, los del Pincha cargaron, se armó una guerra y el partido fue suspendido.
Los jugadores del Pincha acababan de terminar el calentamiento dentro de la cancha, cuando desde la tribuna Miravé se oía un tenue pero esclarecedor grito de guerra.
Cantaban: “La Comisión, la Comisión se va a la puta que lo parió”. La platea Alcorta también se sumaba. La popular, donde el grueso de la hinchada interactúa, permanecía en silencio. El insulto recibía a la gente que llegaba al Ducó. Huracán ingresaba a la cancha: aplausos, aliento, y los papelitos que volaban con una leyenda contra Babington. El aire se cortaba con una tijera, y la pelota no había comenzado a rodar. La tensión previa permitía entrever la ira posterior.
Los dos goles del Pincha y la pasividad de la defensa del Globo brindaron las razones para recrear el escenario final. Los visitantes se burlaban de los locales y saltaban para identificar a los que se iban para la B. El prematuro 2 a 0 los invitaba a una goleada. Los organizadores estaban enterados de una potencial suspensión intencional de los hinchas de Huracán y de la sugerencia por modificar la hora de comienzo. Oídos sordos, más reacciones necias.
Y ya era tarde. En la Miravé estaban de un lado los hinchas locales y del otro un pulmón que lindaba con la tribuna visitante. La línea divisoria era un cordón policial. Desbordado o fácilmente vulnerado, los hinchas del Globo vencieron la débil resistencia y dentro del pulmón empezaron a increparse con la gente del Pincha. Mientras el partido seguía su curso, la barrabrava de Huracán pasó a la tribuna Miravé para comandar las acciones violentas. Arrojaron carteles de publicidad y poco más que tenían a su alcance, hasta que la tardía reacción policial empezaba a dispensarlos. Cerca de 750 efectivos destinados a controlar las expresiones agresivas y apenas supieron frenar una disputa que se solucionaba prohibiendo el ingreso al pulmón.
En aquel momento, con el vacío de la barra en la popu, todo el Ducó se unió en un grito pasional: “Váyanse todos la puta que lo parió”. Y siguieron con cánticos haciendo foco a futbolistas y a Babington: “Jugadores la concha de su madre, a ver si ponen huevos y van para adelante” y “el que no salta en un Inglés”, que determinan cuál es el sentir genuino del hincha quemero. El audio de la gente se repetía mientras la Policía reparaba con manguerazos y palazos lo que pudo haberse contenido de antemano. Después, la atención se situó en los palcos, con puteadas para los dirigentes.
Avispado, Babington no visitó el estadio. Pero la suspensión a los 32 minutos del primer tiempo no calmó la indignación. Cerca de 100 hinchas protestaron pacíficamente frente a la sede, cortaron la avenida Caseros y fueron reprimidos por la Policía. En total, el saldo dejó 11 heridos (seis en la cancha y cinco en la sede, uno por bala de goma) y un detenido. Fiebre de sábado.
© Escrito por Milton Del Moral y Nicolas Migliavacca y publicado por el Diario Deportivo Olé el sábado 21 de Mayo de 2011.
Los serios incidentes producidos por los hinchas de Huracán, primero con la Policia, luego con los hinchas de Estudiantes, y más tarde entre ellos porque había quienes querían llegar hasta el palco de autoridades para agredir a los dirigentes, desembocaron en una hecatombe, ya que ambas parcialidades se arrojaron todo tipo de elementos contundentes de una tribuna a otra, los de Huracán en la Platea Miravé y los de Estudiantes en la tribuna Colonia. "La situación es complicada. Estamos muertos, como la gente. No perdemos la esperanza de jugar la Promoción", dijo Roly Zárate.
Si bien se da por asegurado que no habrá descuento de puntos, porque la AFA hace ya bastante tiempo que no pone eso en práctica como sanción, habrá que ver si se decide que el partido se reanude. Al respecto, Omar Larrosa, asistente de Tito Pompei, dijo: "Yo le pedí al árbitro que pare el partido así lo terminamos en la semana a puertas cerradas. Es muy difícil jugar con la necesidad de sumar y tanta urgencia. Hay gente que está puteando desde antes que empiece el partido. No sé de dónde vienen. Le meten presión a los chicos del club, no tiene sentido. Hay que apoyar. Todavía se puede salir adelante", confesó quien fuera campeón del mundo en 1978.
Por otra parte, el técnico de Estudiantes, Eduardo Berizzo, dijo que el clima estaba muy enrarecido y hostil. "El clima en el estadio estaba demasiado enrarecido. Había un clima demasiado hostil para un partido de fútbol, esto es desbordante", sostuvo el Toto. Y agregó: "Estaba todo fuera de los límites, con los hinchas insultando a sus jugadores en todo momento", terminó.
Como resultado de los incidentes, se informó que cuatro policías sufrieron heridas leves, mientras que fueron detenidos seis hinchas del Globo.
Los hinchas de Huracán fueron detenidos en la calle Patagones al 2400, en Parque Patricios, tras un enfrentamiento entre dos grupos de la barra brava. Se les abrió una causa por atentado, resistencia a la autoridad, daño y lesiones con el agravante de la ley del deporte. En cuanto a los cuatro policías que presentaron heridas leves, producto del impacto de proyectiles, fueron trasladados para su atención al Hospital Churruca.
El subcomisario Walter Rodríguez, jefe de la Comisaría 28, fue el encargado de la seguridad del encuentro y destacó que el personal policial de orden urbano "actuó rápidamente para lograr la separación de las personas que estaban en conflicto, y sin utilización de violencia," destacó.
© Publicado por el Diario Deportivo Olé el sábado 21 de Mayo de 2011.
¡No me voy a entregar!
Pompei dijo que "la culpa de esto la tienen la Comision Directiva, los jugadores, los técnicos que estuvieron antes que yo y yo". Además, tiró: "Para salir de esto, hay que sacar el corazón".
La situación parece crítica. Roberto Pompei, desde que asumió como DT de Huracán, sacó 10 puntos sobre 42 posibles. Por eso, con tan pobre campaña, su futuro luce complicado. Pero si algo hay que destacar, es su predisposición para ponerle la cara a los malos resultados. "Yo no estoy de acuerdo con los técnicos que faltando 4 fechas se van y el que se va al descenso es el interino. Esos técnicos se van para no tener en el currículum que se fueron al descenso", dijo en las puertas del vestuario.
Ahora en zona descenso directo, Pompei aclaró quiénes son los responsables del presente del Globo: "La culpa no la tiene la gente de Huracán. La culpa de esto la tienen la Comisión Directiva, los jugadores, yo y los técnicos que estuvieron antes que yo". Además, recalcó que quiere seguir hasta el final: "Mi deber es estar junto con el plantel hasta que logremos el objetivo o hasta que se termine todo. Tengo un año más de contrato y lo voy a cumplir. Obviamente, los que deciden siempre son los dirigentes."
Tito sostuvo que le quedan fuerzas para seguir y que "no se va a entregar". Dijo que el "equipo va a tratar de dar vuelta la historia" y que cree tener la fórmula para salir de esta situación: "Hay que sacar el corazón y hay que recuperar el jugador que uno tiene adentro". Para finalizar, volvió a repetir que desea continuar en su cargo: "Si la Comisión Directiva no decide lo contrario, yo voy a seguir hasta que termine el campeonato".
© Publicado por el Diario Deportivo Olé el sábado 1º de Junio de 2011.