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sábado, 21 de julio de 2012

Mitomanías... De Alguna Manera...

Mitomanías...

Pinocchio.

Una parte fundamental de lo que se enuncia hoy desde el poder en la Argentina es producto de que el Gobierno apela a la mentira más descarada para amasar y preservar su hegemonía. Tamaño apego a la falsedad suele desembocar en alucinaciones, como resultado de las cuales los pregoneros de la patraña son, a la vez, primeros voceros de esas no-verdades. El 7 de junio, por ejemplo, el diario gubernamental Tiempo Argentino aseguró que el multibillonario Carlos Slim “compró, invirtió, y se arriesgó” al quedarse con el 8,4% de las acciones que tenía en YPF el grupo Eskenazi, del que era prestamista. Como los Eskenazi no pudieron pagar, las acciones se las quedó su acreedor Slim.

Ese ingreso de Slim, definido por el diario oficial como “el hombre más rico del mundo”, lleva al redactor a concluir que “ningún hombre de negocios invertiría su plata allí donde puede perderla”. Slim no es cualquiera, comenta: “Es el más rico del mundo, es decir, traducido al lenguaje del poder y del dinero, el más capaz entre los suyos”. O sea, llegó a superbillonario por mera primacía evolutiva. Conclusión ultraliberal: los más ricos son los más capaces, deduce el arrobado articulista. Slim no compró nada, al contrario; sólo monetizó la deuda impaga de los Eskenazi.

Para el poder seductor y su mentira alucinatoria, Slim es bueno porque el papá del jefe de Gabinete se declara amigo del poderoso híper-rico mexicano. Entrevistado por el mismo diario oficial, Juan Manuel Abal Medina padre es presentado como el secretario general del Movimiento Nacional Justicialista que “comandó el Operativo Retorno que trajo a Perón a la Argentina, después de 18 años de proscripción y exilio, haciendo equilibrio (sic) entre las organizaciones armadas y el sindicalismo ortodoxo”. Transpiración amorosa: “Su solo nombre exuda peronismo y militancia”. Pero el peronismo que Abal Medina padre exudaba en 1972 no tenía más de dos años de historia. Abogado y ex alumno del Colegio Nacional de Buenos Aires, JMAM fue un falangista de extrema derecha durante toda la década del 60. Desde ese nacionalismo ultramontano, tras fundar en el Nacional Buenos Aires la agrupación Tradición, junto a quienes serían animadores decisivos de la revista nazi Cabildo, a Abal Medina lo revolcó la historia. Su hermano Fernando Luis dirigió el secuestro y asesinato de Pedro E. Aramburu en 1970 y murió en un enfrentamiento con la policía bonaerense en 1971. Su hermano mayor fue ladero de Marcelo Sánchez Sorondo y secretario de redacción de su periódico Azul y Blanco. De ese nacionalismo falangista que veneraba a Mussolini y Franco a la secretaría general del movimiento no pasaron más de tres años. Perón, con más de una década en la España franquista, mete a Sánchez Sorondo en el frente electoral de 1973. Viejos admiradores del pensamiento corporativo, ambos creían en sinarquías y conspiraciones. Perón lo hizo candidato a senador nacional en marzo de 1973, pero al mes siguiente perdió en la Capital a manos del radical Fernando de la Rúa.

Dice hoy Abal Medina padre que con Slim “somos amigos y tenemos una relación cercana”. Lo pinta como creador de “uno de los grupos que se presentan a la licitación cuando se decide la privatización del sistema telefónico mexicano, en 1990. Gana esa licitación y a partir de allí inicia una enorme expansión”. Léase: Slim es un privatizador bueno, que se quedó con la telefonía estatal mexicana cuando los neoliberales la privatizaron, exactamente al mismo tiempo que Carlos Menem privatizaba Entel y ponía al frente del desguace a María Julia Alsogaray. Slim “es de una enorme fortuna, es un gran inversor y ha manifestado una clara confianza en la economía argentina, no de hoy, sino desde hace tiempo”, dice. Agrega sin eufemismos: “Carlos no hace malos negocios”. ¡Qué va a hacer malos negocios! Epifanía de admirado asombro del diario oficial: “De repente el hombre más rico del mundo decide invertir en la Argentina”. ¡Qué bueno que es Carlos Slim, alguien que sabe hacer negocios y “de repente” descubre su amor por el modelo argentino!

Empapado en sus propias fantasmagorías, el gacetillero oficial quiere saber qué opina Abal Medina padre sobre el Grupo Clarín. Aunque ha vivido la mitad de su vida fuera de la Argentina y durante los 29 años de estado de derecho ha preferido el Distrito Federal, Abal padre no se priva de dar lecciones a los argentinos. Como en su recalcitrante era de Azul y Blanco, cuando admiraba a la Guardia Restauradora Nacionalista, se despacha sin pudores: “Argentina tiene un problema serio con la presencia del grupo mafioso Clarín, problema viejo, desde que se creó, en la segunda mitad de los 40. Un grupo de extorsionadores, que en su nueva edición maneja este pobre hombre de Magnetto, con periodistas venales a su servicio. ¿Cuándo los argentinos haremos algo para sacarnos este problema de encima?”. ¿“Haremos”? Desde 1983, cuando el país recuperó la democracia, prefirió quedarse como operador de la inteligencia interior en México antes que venir a hacer política a su país. Insta a “sacarnos este problema de encima”. ¿Cómo sería?

¿Bombardear Clarín? ¿Liquidar a sus redactores “venales”? Cristina Kirchner es “una gran compañera, una gran presidenta, con el mejor nivel intelectual que hemos tenido, admirable en muchos sentidos, un lujo para la Argentina”. Finalmente, el amigo de Slim no oculta su orgullo por la prole, Juan Manuel hijo incluido, a quien ve “muy bien”. Confiesa que la actuación de sus hijos, en especial la de Juan Manuel, “no lo voy a negar, me provoca orgullo”. Juan Manuel hijo ha contado que iba a las reuniones de los Montoneros, llevado por su tío Fernando, cuando era tan sólo un bebé de dos años. El 3 de septiembre de 2006 dijo a La Nación que “de bebé, mi tío me llevaba a las reuniones, sin que se enterara mi viejo”. Actual jefe de Gabinete de Cristina, Abal hijo nació el 5 de mayo de 1968. Su tío Fernando murió el 7 de septiembre de 1970 en William Morris, a los 23 años. Había nacido en 1947. ¿El guerrillero llevaba a reuniones revolucionarias al sobrino de dos años? Pueril falsedad. La mentira, moneda legítima en la Argentina, es el núcleo del relato, el nombre de una impostura.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 14 de Julio de 2012.


sábado, 7 de abril de 2012

Medios hegemónicos vs. Hegemonía de los medios... De Alguna Manera...

Los medios oficialistas y el caso Boudou…

Tiempo Argentino y Télam apenas hicieron mención al vicepresidente y al caso Ciccone en los últimos meses.

 Tiempo Argentino, Veintitrés, Miradas al Sur y Télam, algunos de los medios oficialistas. Foto: Cedoc

El caso Ciccone, que involucra al vicepresidente Amado Boudou, tuvo amplia difusión en la mayoría de los medios argentinos. Excepto, claro, en los llamados "medios oficialistas", como el Grupo Szpolski y la agencia estatal de noticias Télam, que apenas mencionaron el tema.

Con el escándalo, Boudou pasó de rockstar, niño mimado del oficialismo y posible sucesor de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2015, a la casi inexistencia, al menos en los medios oficialistas. Desde el descubrimiento de Ciccone, el vicepresidente dejó de ser nombrado, incluso cuando reemplazaba a la mandataria de viaje.

El caso del diario Tiempo Argentino, del grupo Szpolski, es paradigmático. La última noticia antes del escándalo fue la presencia de Boudou en el Festival del Lago del Calafate, el 16 de febrero pasado. La siguiente fue el allanamiento a su vivienda, ocurrido ayer, aunque el matutino se empeñó en desmentir que sea "el departamento de Boudou" y sostuvo que no se "aportó nada a la causa".

Algo similar ocurre en el sitio Web de Télam. Su última mención a Boudou antes del escándalo fue el 26 de enero, en el lanzamiento de la Fiesta Nacional de la Vendimia en Mar del Plata. El vice no fue nombrado allí por más de dos meses, hasta que se reprodujo su discurso de hoy ante el Senado.

En tanto Página/12 fue el medio que más veces siguió el tema publicando en su versión papel y en su página Web las distintas noticias que iba produciendo el caso.

Por su parte, la revista Veintitrés y el matutino dominical Miradas al Sur, ambos del grupo Szpolski, no se refirieron al tema hasta hoy.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 5 de Abril de 2012.


domingo, 18 de marzo de 2012

Vanguardia... De Alguna Manera...

Vanguardia...

¡Qué hermosas las sendas
Que no tienen fin!
¡Qué hermosos los días
Que no tienen noche!
¡Qué hermosas las cosas
Que nunca se hicieron!

(Rebeldía, Alfonsina Storni)


Ver a varios periodistas de distintas redacciones de Editorial Perfil aportando el mejor periodismo de investigación del actual diario Clarín. O ver varios directores de publicaciones de distintas épocas de Editorial Perfil conduciendo hoy el diario La Nación. O ver tantos columnistas emblemáticos del diario PERFIL en Radio Mitre, TN y pronto hasta en Canal 13, me lleva a reflexionar sobre las distintas escuelas y ciclos del periodismo argentino.

Me decía un amigo: “Es un fenómeno que no sólo se da en Clarín y La Nación, también en la dirección del diario oficialista Tiempo Argentino, en la mayoría de los medios gráficos de Szpolski y en el diario económico El Cronista hay periodistas que se formaron en Editorial Perfil”.

Y no es casual que, salvo los diarios populares, este fenómeno sólo encuentre su excepción en Página/12 y Ambito Financiero, donde se siguen destacando casi exclusivamente periodistas formados en sus propias redacciones. Es que Página de Lanata y Ambito de Julio Ramos fueron en los ochenta y a comienzos de los noventa, escuelas formadoras de talento suficiente como para autoabastecerse e irradiar al resto.

Parte de la explicación se encuentra en las mayores posibilidades de contratación de Clarín y La Nación que pueden, simultáneamente, desarrollar y mantener los talentos propios y contratar los mejores de los vecinos. Pero no todo el fenómeno se explica por eso, lo material sólo muestra sus consecuencias económicas.

Lo interesante son las causas que producen la novedad para continuamente recrearla y satisfacer las necesidades de innovación que tiene la sociedad. El periodismo es actor fundamental de los cambios culturales que se van produciendo en cada época.

Los que hoy critican al periodismo por conservador olvidan que los cambios progresistas actuales fueron también posibles porque el periodismo estuvo entre los primeros de los rebeldes de los noventa.

La ideología que exhibió el kirchnerismo fue tomada del Frepaso y del sector más progresista de la Alianza (Chacho Alvarez, Garré, Bielsa, cuadros posteriores del ARI, Ocaña, Timerman), forjada al calor del antimenemismo donde el periodismo fue la gran vanguardia. Las reminiscencias antiperonistas que quedan en el Frente para la Victoria son de esa cultura antimenemista.

Fue el periodismo quien demolió la imagen metafísica del mundo que tenía Menem. Los valores que hoy la mayoría de la sociedad considera políticamente correctos fueron divulgados por el periodismo en su crítica a los 90, mientras el menemismo gobernaba.

¿Cómo debería ser el nuevo periodismo para continuar siendo vanguardia de la sociedad y aportarle una síntesis superadora para el poskirchnerismo?

Con la llegada de la democracia, al periodismo le llevó un tiempo sacarse definitivamente los temores de la dictadura. Eso produjo que uno de los principales atributos del periodismo en la década pasada fuera la valentía. Animarse, confrontar, exponerse y no tener miedo fueron esenciales para la construcción del periodismo de la democracia. Y hoy esos mismos atributos ya no caracterizan a la vanguardia del periodismo porque están en todos los medios. A veces muy bien usados, otras no tanto.

Pero la inconformidad del posmenemismo no puede seguir siendo la misma sin convertirse por el solo paso del tiempo en conservadurismo. Tampoco la inconformidad ante el kirchnerismo podría ser un péndulo que nos volviera a valores de los noventa (promovidos primero por Ambito Financiero y Neustadt en los años 80), aunque fueran más o menos maquillados en variantes de diferente corrección política, desde el macrismo al sciolismo.

Dicho sea de paso, Scioli debe prepararse para superar el año próximo embates comparables a los que este año está sufriendo Macri. El 2013 será un año clave porque quien quiera tener posibilidades de ser recambio en 2015 deberá quedar posicionado en las elecciones de 2013.

El sábado de la semana pasada, en este mismo espacio y bajo el título “Iguales”, se reflexionó sobre cómo lo que parece encontrarse en las antípodas son momentos opuestos del mismo péndulo. Hoy se vuelven a escuchar críticas a un gobierno por ganar las elecciones con mensajes de izquierda y luego gobernar con ideas de la derecha. Tampoco las tensiones alrededor de la imprenta Ciccone son nuevas: a comienzos de los noventa, Cavallo había acusado a Yabrán de apropiársela.
Lo nuevo en periodismo superará la dicotomía entre periodismo militante (un traslado de la emotividad del periodismo deportivo a la política) y periodismo hegemónico, términos tan contradictorios en frases como intrínsecamente.

Desgraciadamente, eso nuevo todavía no emergió. Estamos en el clásico interregno donde lo que está muriendo aún no murió y lo que está naciendo aún no nació.

Pero se podría conjeturar con algunos atributos que debería tener esa sopa genética que parirá el futuro ciclo del periodismo. Probablemente la inteligencia pase a ser un atributo más valorado que la falta de temor. La síntesis de lo diverso, más que la capacidad para confrontar. El valor no sólo será medido por la disposición a rebelarse contra quienes lo merezcan sino a rebelarse frente a lo mediocre y conformista de uno mismo.

Los imaginarios del kirchnerismo comenzaron su proceso de caducidad. Poco a poco se convierten en dimensiones extraviadas. El ímpetu de la política de comercio exterior de Moreno irá perdiendo su efecto de la misma forma que los controles de precios con los que pretendió domar la inflación hace tres años.

Las demandas del futuro no encontrarán soluciones en las mismas respuestas del pasado. Dio vergüenza ajena escuchar a Alberto Fernández decir que Cristina Kirchner traiciona a Néstor Kirchner al reformar el Banco Central, quedándose sólo en la forma cuando en el fondo el ex presidente se quedaba con todas las cajas. O las tres encuestas, que se publicaron el fin de semana pasado en diarios oficialistas, que indicaban que la imagen positiva de la Presidenta no había caído; “justo” cuando PERFIL informaba que había perdido 17 puntos. Uno de los encuestadores abrió el paraguas en el diario Tiempo citando “la ley de la gravedad de las ciencias sociales: si los sujetos definen una situación como real, es real en sus consecuencias”.

La vanguardia muere de éxito. Para seguir siendo, precisa ser otra. El periodismo es vanguardia o pasado momificado.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Airees el sábado 17 de Marzo de 2012.