Sigue
dependiendo de nosotros…
Huracán
fue mucho más, pero cayó derrotado por dos goles contra cero ante Independiente
en La Plata y perdió la posibilidad de ascender tras un semestre impensado para
todos. Hubo un solo equipo en la cancha, pero el Rojo aprovechó un error propio
en la primera mitad y de rebote se puso en ventaja. En el complemento Gustavo
Esquivel anuló un gol válido de Ramón Ábila, e Independiente terminó anotando
el segundo con el juego ya desvirtuado. Tenemos la posibilidad de subir en seis
meses, pero depende de cómo nos preparemos para eso.
¿Da
bronca? ¿Cómo no va a dar bronca? Si con todo lo que le cuesta avanzar a
Huracán las últimas dos veces que llegó a instancias decisivas el partido se
vio manchado por polémicas que de polémicas no tuvieron nada. Es cierto que al
equipo le faltó contundencia, pero aún sumergido en ella logró embocar una de
las que tuvo y terminó siendo anulada por Gustavo Esquivel (Gustavo Esquivel,
anoten, que lo recordemos nosotros será el único castigo que tendrá). También
podemos agregar la no expulsión de Nicolás Figal, quien ya amonestado cortó una
contra de Martínez en mitad de cancha y Diego Ceballos eligió no mostrarle la
segunda luego de cobrar la falta.
Pero
supongamos lo siguiente, digamos que es cierto eso de que nos viven choreando.
Supongamos que es verdad que tres días después que uno de los dirigentes
gremiales más poderosos que tiene el país, y candidato a presidente de
Independiente, dijera sin filtro “Si
no pusiéramos plata…” el juez de línea Gustavo Esquivel haya
omitido adrede una habilitación de casi 150 centímetros. Mi pregunta es ¿Qué
hacemos con eso? Si en el fútbol del “Todo pasa” los medios hegemónicos le
dedican veinte páginas al ex orgullo nacional y diez líneas al error del juez.
¿Qué pasa si es real el “A Huracán siempre lo cagan” que la opinión pública
dice hasta con gracia? Mi respuesta es que debemos aprender de los errores para
no volver a cometerlos. Sí nada podemos hacer contra el Statu quo, entonces
pensemos que podemos hacer para llegar con margen a las instancias decisivas.
Para
ello debemos remontarnos al 2009, cuando luego de la traumática definición la
dirigencia dejó ir a varios jugadores, para reemplazarlos por otros. No sé si
Frank Kudelka es el mejor entrenador que Huracán podría tener, tampoco siento
que este plantel sea imbatible. Sin embargo hay una realidad que no podemos
para por lo alto: Un
equipo no hace 42 puntos sobre 63 posibles de casualidad. Por
eso será importantísimo mantenerlo ¿Tan difícil puede ser? ¿Tantas presiones
pueden poner una plantilla que llegó a escuchar en la Bonavena el fulminante
“Que se vayan todos”?
La
memoria es un ejercicio obligatorio para esta temporada que se nos fue. Y la
debemos practicar todos, jugadores, dirigentes, cuerpo técnico e hinchas. Como
podemos olvidar que el “Ídolo máximo” perdió siete de los pobres diez partidos
que dirigió, antes de irse por la ventana en un marco de dudas e incertidumbre.
Otra vez Antonio Ricardo
“Turco” Mohamed se fue de Huracán sin explicarle nada a la gente que tanto amor
y cariño le da. Allí debemos buscar ese punto que nos faltó
para ascender directo, ya que los otros 58 fueron todos conseguidos por Frank
Darío Kudelka.
Un
entrenador de perfil bajo que llegó al Globo y tuvo su tiempo de adaptación. Kudelka logró trasmitir su idea y fue
insistente (Por momentos, cerrado) con ella. Los resultados lo
apoyan y la necesidad de darle continuidad a esto es imperiosa. Si tenemos seis
meses para subir ¿Sirve cambiar el técnico? Ojo que Kudelka no es mago, por eso
insisto en recordar que tuvo su tiempo de adaptación. Esto de los seis meses es
un arma de doble filo ¿Hay tiempo para darle adaptación a otro DT? ¿Hay tiempo
para darles adaptación a otros jugadores? Kudelka debe seguir, no hay opción.
En
2009 y tras el subcampeonato se fue el as de espada, Javier Pastore, pero
también se fueron jugadores menos agraciados pero claves en la estructura como
Carlos Araujo, Arano, González, Díaz, entre otros. ¿Por qué soltar, por
ejemplo, a Mandarino? Sí debemos traer a otro para que se amolde como lo hizo
Germán. Lo mismo para Mancinelli. En jugadores más vistosos nos encontramos con
Capurro, Caruso y el mismo Marcos Díaz ¿Tan difícil puede ser para Huracán
convencer a tres tipos que el Globo volvió a poner en boca de todos?
Lo
de los pibes es otro tema, pero depende de nosotros torcer la historia. “Vender
para sobrevivir” me suena a verso,
Huracán es el club más pobre del mundo pero en estas tres temporadas contrató
técnicos y jugadores para nada baratos. Martínez jugó frente a
Independiente un partido que nadie imaginaba, si el resultado hubiese sido
favorable estaríamos hablando de una “Actuación consagratoria”. Espinoza fue
creciendo hasta ser titular indiscutido, mientras que Villarruel sigue en línea
con sus capacidades, aunque el DT no lo haya tenido en cuenta para el tramo
final. Este tridente de promesas debe quedarse, como mínimo, hasta diciembre.
No es lo mismo que tengan o no un ascenso, no es lo mismo tampoco para su
cotización.
¿Qué
negocio es vender por chirolas a tres juveniles para terminar contratando tres
paquetes? Quizás se puedan traer jugadores buenos, pero es imposible que estos
rindan y se acoplen a un equipo en apenas seis meses. Ahora si el eslogan es
“Vender para devolver la plata que se puso”, sería hermoso y honesto que esto
se aclare.
Del
partido con Independiente tengo poco para decir, aunque supuestamente de eso vaya
este informe. Huracán
jugó como un equipo de Primera, pero ascendió el equipo que actuó como uno del
Nacional B. El partido fue muy parecido al Villa San Carlos,
aunque la Villa creó más situaciones que el Rojo durante el complemento.
Huracán tuvo un primer tiempo pobre, en el que aun así fue más que el rival.
Sobre el cierre un contragolpe fulminante encontró las fallas de dos jugadores
que no solo deben seguir, sino que también estuvieron en el podio de la
temporada. Capurro no cortó a Pisano, ni lo marcó como debía, y Marcos Díaz
(Que sacó todo, y más también) tuvo nada de fortuna en ese rebote que Zapata
mandó a guardar casi con vergüenza.
En
el complemento hubo un monologo Quemero, pero todas las luces que aportó
Gonzalo Martínez no alcanzaron a quebrar la resistencia de un Independiente que
se apoyó en el oficio de la defensa y su excelente arquero. El Rey de copas se bajó los pantalones
ante este humilde Globo y jugó como el equipo más conservador de la categoría,
Huracán hizo todo lo que pudo pero no logró torcer la historia, y ahí está la
poca tranquilidad que podemos tener.
Aún
en su anemia ofensiva Huracán marcó un gol lícito, cuando Ramón Ábila ingresó
solo por el segundo palo para romper de cabeza la resistencia de Rodríguez.
Pero Diego Ceballos, a instancias de Gustavo Esquivel, anuló la conquista. Otro
error en contra.
En
el final y solamente con Mancinelli como defensor Independiente marcó el
segundo, en una de las dos o tres jugadas del complemento donde pisó el área.
Otro desafortunado rebote en Díaz y Pizzini le puso punto final al cuento de
hadas. El partido fue un resumen del semestre de ambos, Independiente subió a
los tumbos y con fallos arbitrales a su favor, mientras que Huracán jugó la
final con muchísimo fútbol pero con poquísima contundencia.
El
futuro sigue en nuestras manos, hay que mantener a todos los jugadores que
podamos y darle continuidad a este gran año que está teniendo Huracán. Será
clave retener al técnico, también a los jugadores, pero para asegurarnos el
ascenso en este torneo que entregará tantos debemos comenzar a trabajar ya.
Se
vienen las elecciones, y todas las agrupaciones políticas tienen la obligación
de meter la menor mano posible en este plantel. Gane quien gane, tenemos la
posibilidad histórica que por una puta vez en la vida el que salga beneficiado
sea Huracán.
©
Escrito por Raúl Ziccardi el Sábado 14/06/2014 y publicado por Soy Quemero