domingo, 3 de septiembre de 2017

Desaparecer, verbo argentino... @dealgunamanera...

Desaparecer, verbo argentino...

Macri se había ido a Punta del Este. Foto: Reproduccion Revista Nocias del 13/01/2007. 

Cuando desapareció Jorge Julio López, Mauricio Macri era candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (asumió a fines de 2007) y diputado nacional. La desaparición de López creó una justificada conmoción porque se trataba de un testigo que acababa de declarar contra un ex represor de la dictadura en el contexto de la reapertura de esos juicios emblemáticos. Mientras todas las fuerzas políticas producían declaraciones, se movilizaban y buscaban la mejor forma de transmitir su consternación, el candidato Macri se había ido a descansar a Punta del Este. Eso motivó la tapa de la revista Noticias que ilustra esta columna cuyo título era “El candidato haragán”, y que luego mereció una serie de réplicas y contrarréplicas porque Macri pidió un debate por escrito que duró varias semanas.

Aquel Macri todavía joven y hedónico de hace once años en poco se parece al de hoy, pero la dificultad para comprender la connotación que tiene en la Argentina el verbo “desaparecer” se mantiene. Es una palabra que por sí sola genera electricidad en el cuerpo de la sociedad. Tres años después, cuando el kirchnerismo discutía la Ley de Medios haciendo foco en su ataque al Grupo Clarín, su señal de noticias hizo una campaña publicitaria diciendo que si se aprobaba la ley TN iba a “desaparecer” y se armó un revuelo por el uso del verbo por aquellos que, supuestamente, eran quienes menos tenían derecho a invocarlo.

Ya siendo presidente, otra vez Macri chocó con el mismo problema al responder con desdén en un reportaje a un medio extranjero que no tenía ni idea de cuántos eran los desaparecidos. El entonces secretario de Cultura porteño, Darío Lopérfido, quiso salir en su defensa discutiendo la cantidad de desaparecidos que se menciona que hubo y terminó electrocutado (tuvo que renunciar) por no comprender que ciertas emociones no entienden de razones. 

Lo mismo les sucede al Gobierno y a sus comunicadores más afines hoy con la desaparición de Maldonado cuando tratan de argumentar que no hay pruebas de que se lo haya llevado la Gendarmería. Es como si hubieran hecho falta pruebas de que a Jorge Julio López se lo chupó realmente una organización parapolicial cercana a los ex represores para recién entonces poder creerlo cierto. Es no comprender que en estos casos se invierte la carga de la prueba.

La misma miopía consiste en argumentar a posteriori de una desaparición que los mapuches son violentos o irracionales: es tan contraproducente como salir a explicar que los montoneros también eran asesinos tras la desaparición de Jorge Julio López, como si fuera una justificación autoinculpatoria.

Desaparecer en argentino es morir de la peor manera, a manos de una fuerza de seguridad oficial o relacionada con ellas de alguna manera. Tampoco hace falta que se trate de un plan sistemático para que se califique de “forzada” a la desaparición, como se la pasaron discutiendo según el lenguaje técnico jurídico (otra vez el racionalismo) representantes del Gobierno y comunicadores afines. Si desaparición en el sentido que se usa políticamente es sinónimo de muerte por asesinato, no podría no ser forzada. Son discusiones estériles; además, un solo caso en una fuerza de seguridad alcanza para que la memoria colectiva lo enhebre al connotado significado de la palabra “desaparecido”. Porque desaparecidos con esa connotación simbólica también lo fueron Omar Carrasco, José Luis Cabezas, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y Mariano Ferreyra además de Jorge Julio López y Santiago Maldonado.


Carrasco obligó en 1994 a Menem a abolir el servicio militar; José Luis Cabezas, en 1997, a Menem a desistir de la re-reelección; Kosteki y Santillán, en 2002, a Duhalde a llamar a elecciones anticipadas; y Mariano Ferreyra –el militante del Partido Obrero asesinado por una patota de un gremio cercano al gobierno– le costó a Néstor Kirchner un disgusto que, según su hijo Máximo, le produjo el infarto por el que falleció siete días después.

Es que desaparecido/asesinado por fuerza de seguridad del Estado o por grupos cercanos al gobierno de turno es traducido en el inconsciente social como gobierno malo. “Macri, basura, vos sos la dictadura” no tiene explicación lógica, pero sí la tiene si se apela al lenguaje de condensación y desplazamiento, que es como los seres humanos procesamos las emociones en el inconsciente. 

Un gobierno como el actual, que ha dado muestras de desinterés por “el curro de los derechos humanos”, como lo definió el propio Macri, y que a la vez precisa que las fuerzas de seguridad tengan un protagonismo mayor en la lucha contra el delito, no debería esconder la cabeza como el ñandú ni tratar de escaparse del tema ignorándolo o mostrando desinterés sino todo lo contrario, sobreactuando ante el menor indicio de exceso de una fuerza de seguridad. Con la misma determinación con que lo hace cuando descubre que un policía de la Bonaerense y ahora de la Metropolitana es corrupto o está en connivencia con el delito.

Es cierto que estamos en medio de una campaña electoral que agita los temas con fines políticos, pero el gobierno de Macri no debería olvidar que también contribuyó a su triunfo electoral en 2015 la justificada agitación política que generó la muerte del fiscal Nisman, sobre quien tampoco se pudo probar que haya sido asesinado, pero esa falta de pruebas contundentes no impidió que la enorme mayoría de la sociedad creyera que fue asesinado por quienes trabajaban o habían trabajado para el kirchnerismo.

El Gobierno necesita cambiar de estrategia incorporando el tema de los derechos humanos a su agenda, como lo hizo al sumar a las organizaciones sociales sin importarle que hayan sido kirchneristas. Negar el sentimiento que produce la lucha contra la dictadura es como si Alfonsín hubiera discontinuado el reclamo por las islas Malvinas aduciendo que habían sido usadas por Galtieri y la dictadura. 



sábado, 2 de septiembre de 2017

Copa Argentina 2017... Huracán 1 vs. Colón de Santa Fe 0... @dealgunamanera...


Huracán clasificó a octavos en la Copa Argentina…


Con gol de “Wanchope” Ábila de penal, el Globo venció a Colón 1 a 0 y consiguió su pasaje a octavos de final de Copa Argentina. Su próximo rival saldrá del ganador del cruce entre Aldosivi y Vélez.

© Publicado el sábado 02/09/2017 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Esta noche, por los 16avos de final de la Copa Argentina, el Club Atlético Huracán superó 1 a 0 a Colón de Santa Fe en el Estadio Diego Armando Maradona, con gol de Ramón Ábila de penal.

El partido comenzó con pocas llegadas a los arcos y escasa precisión. A los 14’ de la primera parte, ocurrió la primera clara para el Globo: centro de Cristian Chimino por la derecha, y “Wanchope” Ábila quedó muy cerca de convertir, pero no pudo dar con el balón. 

Luego, a los 20’, el equipo santafesino generó su primera posibilidad clara de gol tras un remate de Cristian Guanca, que fue invalidado por posición adelantada.

Minutos más tarde, Huracán siguió creando peligro en el arco defendido por Gonzalo Marinelli: un cabezazo de Pussetto rozó el travesaño.

En el segundo tiempo, los arqueros comenzaron a tener mayor participación. Una de las más claras del equipo quemero fue a los 22’, tras un remate fuera del área de “Kaku” Romero Gamarra que pasó rozando el arco sabalero. 

A los 30 minutos, ocurrió la jugada más importante del encuentro: mano en el área sabalera de Guillermo Ortíz, penal para el Globo y el goleador Ramón Ábila lo cambió por gol. De esta manera, Huracán se impuso 1 a 0 y consiguió su pasaje a octavos de final de Copa Argentina.

El rival del equipo dirigido por Gustavo Alfaro en la próxima instancia será el ganador del partido que jugarán Vélez y Aldosivi.

Huracán 1

Marcos Díaz; Cristian Chimino (Matías Juárez), Saúl Salcedo, Hugo Martín Nervo, Lucas Villalba; Ignacio Pussetto, Mauro Bogado (Carlos Araujo), Adrián Calello, Alejandro Romero Gamarra; Fernando Coniglio (Diego Mendoza), Ramón Ábila. DT: Gustavo Alfaro.

Suplentes: Manuel García, Carlos Matheu, Lucio Compagnucci y Norberto Briasco.

Amonestado: Cristian Chimino.

Colón (Santa Fe) 0

Gonzalo Marinelli; Lucas Ceballos, Guillermo Ortíz, Germán Conti, Clemente Rodríguez; Tomás Sandoval (Diego Vera), Matías Fritzler, Pablo Ledesma (Leonardo Heredia), Marcelo Estigarribia (Diego Morales); Nicolás Leguizamón, Cristian Guanca. DT: Eduardo Domínguez.

Suplentes: Ignacio Chicco, Gustavo Toledo, Jonatan Galván y Adrián Bastía.

Amonestados: Pablo Ledesma, Guillermo Ortíz y Matías Friztler.

Estadio: Diego Armando Maradona (Club Atlético Argentinos Juniors)






Desde López a Maldonado... @dealgunamanera...

El contundente mensaje del hijo de Julio López sobre la desaparición de Santiago Maldonado…


Una de las respuestas más ensayadas en las redes por los macristas, ante los reclamos por la desaparición de Santiago Maldonado, es "¿Y Julio López?". El hijo del testigo desaparecido durante el juicio a Etchecolaz se manifestó al respecto.

© Publicado el 28/08/2017 por Diario Registrado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Rubén Eduardo Lopez, hijo de Julio López, publicó dos fuertes mensajes sobre la desaparición de Santiago Maldonado, por quien pidió públicamente aclarando: "Todos saben de quién soy hijo".

Su mensaje no es un hecho menor teniendo en cuenta que el nombre de su padre volvió a estar presente en las redes, como un retruque por parte de los macristas a los pedidos por Santiago Maldonado. 

Aunque las diferencias de ambos casos son claras: Julio López fue desaparecido durante el juicio a su secuestrador y torturador, mientras que Maldonado fue desaparecido tras una represión estatal.



Vuelta al mundo en motorhome: el viaje soñado..@dealgunamanera...

Vuelta al mundo en motorhome: el viaje soñado...


Después de 15 años de preparativos, la familia Di Leo salió a recorrer el mundo a bordo de Libertad con un plan y sin fecha de regreso. Galería de imágenes.

© Escrito por Noelia Graguela en Agosto 2017, en el Nº 539 de la Revista Weekend de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Tal vez todo empezó esa fría noche de 1999 en la Autopista 25 de Mayo, cuando Silvio Di Leo sintió a la muerte respirarle en la nuca y la vida le dio otra oportunidad. Primero fue el impacto del adoquín en las ruedas delanteras y la imagen de aquel hombre apuntándole con un arma en la cabeza. Luego, el freno en seco del auto y tres jóvenes que bajaron a socorrerlo. Finalmente, el ladrón esfumándose en la oscuridad y el aire helado que le volvía a los pulmones. ¿Y si no me salvaba? ¿Y si moría esa noche con mis sueños sin cumplir? A pesar de tener 38 años, cuatro hijos pequeños y una vida armada, Silvio no podía sacarse de la cabeza aquel deseo que lo había invadido desde la adolescencia, así que se armó de coraje y una tarde de domingo, entre mate y mate le preguntó sin rodeos a su esposa Carla: “¿Dejarías todo para ir a dar una vuelta al mundo con los chicos?”. “Sí, sería un sueño hacerlo”, dijo ella. Él tenía un buen trabajo en el sector informático y hacía sólo un año que la familia se había mudado a una casa quinta con parque, pileta y cancha de fútbol en el barrio El Trébol (cerca de Ezeiza, Buenos Aires) que tanto esfuerzo les había costado edificar. Sin embargo, los Di Leo decidieron salir de la zona de confort y empezar a planificar el viaje de sus vidas.

El Plan

“Hicimos una reunión familiar con los 4 abuelos y fue una mala experiencia porque se enojaron, nos dijeron que estábamos locos”, recuerda Silvio. “Cuando uno está decidido a hacer algo, tiene que hacerlo sin buscar la aprobación de nadie.” Así empezaron diagramando rutas con el Google Maps, hablaron con viajeros que pasaban por el camino, hicieron amigos virtuales a través del Messenger, iban comprando guías de distintos lugares y se fueron nutriendo de historias que los ayudaron a perder el miedo.

“Fueron 15 años de preparación, de trabajar y de luchar contra la opinión negativa de la gente”, dice Carla. Y agrega: “Después de inagotables años de esfuerzo, el 23 de agosto de 2012 partimos a bordo de Libertad, nuestra casa rodante”. Silvio (51), Carla (44), Ornella (15), Lara (17), Fabricio (19) y Patricio (21) comenzaban la aventura.



Encontrar el vehículo ideal fue todo un tema. Tenía que ser algo seguro para la ruta, seguro contra los robos, confortable como para vivir allí por muchos años, y ecológico, ya que los Di Leo son fervientes defensores del cuidado del medio ambiente y promueven el ahorro de energía. “Vimos cientos, pero ninguno era el adecuado. También buscamos ómnibus para convertirlos en motorhome y pasó lo mismo”, cuenta Carla.

Un nuevo hogar

Libertad apareció recién en el año 2006. “Reunía todo lo que necesitábamos pero no teníamos el dinero suficiente, así que debimos esperar. A los pocos días, el dueño se arrepintió de la venta y levantó la publicación. Lo único que lo convenció (¡¡¡3 años después!!!) fue nuestro sueño y nuestra historia”, recuerda Carla. “Lo compramos en el 2009 con la idea de salir ya, pero al final lo terminamos desarmando todo”, cuenta Silvio. El resultado fue una verdadera casa rodante de 12 metros de largo divididos en tres sectores y con capacidad para 6 plazas: dos adelante en el living-cocina (que es oficina y comedor) con un sillón que se hace cama y tiene dos colchones de 190 por 80 cm. Dos camas cuchetas en el medio, y atrás la cama matrimonial. Antes están los dos baños (uno con ducha y otro con inodoro y lavatorio) y el placard. Además, el vehículo cuenta con 8 cinturones de seguridad, un cómodo sistema de escritorios de trabajo, heladera, lavadora, aire acondicionado y varios muebles a medida que aprovechan cada recoveco para guardar un montón de cosas.

El recorrido

El plan original de los Di Leo era hacer un viaje de 10 años para recorrer más de 300.000 km a lo largo de los 5 continentes y pasando por más de 110 países. Llevan 5 años en la ruta y, si bien van respetando bastante el itinerario, ya no se preocupan por el tiempo. “Nuestro viaje es muy lento y la verdad es que nunca pensamos en la vuelta porque no es algo que queramos hacer en el corto plazo. Seguiremos viajando mientras nos guste. Y por ahora nos gusta mucho”, asegura Silvio. Partieron de Buenos Aires hacia Uruguay, donde “dimos una vuelta corta” y volvieron al país para recorrerlo de norte a sur durante un año. Cruzaron a Chile, después fueron a Ecuador, Perú y Colombia. En Medellín trataron de entrar a Venezuela pero las fronteras se encuentran cerradas, así que volvieron a Ecuador y ahora están en Lima, Perú. La idea es bajar por Cuzco, entrar en Bolivia, ir a Paraguay, luego a Brasil e intentar una vez más pasar a Venezuela. “Ahí vemos cómo seguimos. Una opción es subir la motorhome en un barco hasta México, la otra es ir a Europa, pero tratamos de respetar el recorrido lo mejor posible”, dice Silvio. Probablemente entre Brasil y Venezuela vuelvan a la Argentina para lanzar el libro en el que están trabajando. “Va a ser en papel, pero también interactivo, a través del celular, donde la gente va a poder escuchar y ver las experiencias que vivimos en el viaje”, explica Silvio.

Aventureros y no tanto

Si bien los Di Leo se han lanzado a la aventura, no son ningunos improvisados. Cuentan con todas las herramientas necesarias como para reparar el vehículo y conocen toda la mecánica a la perfección. Armaron un sistema de purificación de agua por ósmosis inversa a través de una bomba, que les permite usar agua de río. También colocaron sistemas de bajo consumo, iluminación LED e islas solares, y van consiguiendo Internet con unas antenas que amplían el espectro. Cuentan con una cámara HD que atornillaron artesanalmente al frente del vehículo para ir filmando el viaje. Piensan producir cerca de 2.000 horas de vídeo, grabar más de 1.500 horas de audio y sacar cerca de 100.000 fotografías. Parte del material lo van compartiendo en su página web y en Facebook (Los rodando ando, Página Web de los rolando ando...) y el resto lo van produciendo para armar documentales.

Por más que vayan conociendo gente en el camino y los inviten a pasar la noche en una casa, ellos siempre duermen en el motorhome por seguridad. Para financiarse durante el viaje van vendiendo artesanías, merchandising y hacen trabajos de Internet a distancia para comprar combustible y los víveres. Han canjeado atenciones médicas y trabajos de taller mecánico por publicidad en la web. “Salí de viaje con 51 años, tengo 56 y en estos 5 años hice más amigos que en toda mi vida”, dice Silvio y jura que jamás sintió miedo. “Lo único que te limita a veces es el tema de las visas que tenés que negociar, comprar o extender; pero después no hay limitaciones. Y con respecto a la educación de los chicos, te puedo asegurar que viajando se aprende más de la gente y de las cosas que en la universidad”. “Nos pasaron cosas difíciles, pero todo se resuelve. Permanecer en la zona de confort es estar rodeado de gente que conocés, ir de tu casa al trabajo en una autopista congestionada en hora pico, volver por la misma autopista en la que te pueden robar como me paso a mí y tener los problemas habituales. Cosa que está lejos de ser lo ideal. Lo comprobamos a bordo de Libertad: nuestro Scania 1980 modelo BR 116 convertido en hogar rodante.”

Nota completa en revista Weekend 539, agosto 2017.



 




Eliminatorias Mundial de Rusia 2018... Uruguay 0 vs. Argentina 0... @dealgunamanera...


La selección argentina igualó sin goles frente a los charrúas y sigue en la quinta posición de la tabla...


La selección argentina empató 0-0 frente a Uruguay en el estadio Centenario de Montevideo, por la 15a fecha de las Eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia 2018.

© Escrito por Sebastián Roggero el jueves 31/08/2017 y publicado por el Diario La Voz de la Ciudad de Córdoba, República Argentina.

Y nada en Montevideo. La "final" se hubiera tenido que haber definido por penales.

Un poco de Messi fue mucho en Argentina, aunque no suficiente como para darle tres puntos refundadores desde lo anímico y en la tabla rumbo a Rusia 2018.

Fue 0-0 en el Centenario, con la certeza de que el sistema de Sampaoli no funcionó como para que Argentina marque diferencia, pero que tampoco fue un desastre como para irse de Uurguay en cero.

La cuestión fue la de siempre: Argentina no tiene una manera, un método para buscar los tres puntos.

El primer tiempo solamente mostró una de las imágenes que Sampaoli imaginó ver de manera más continúa: la asociación Dybala-Messi.

Aunque fue Messi el que la craneó y la ejecutó a la jugada, fue Dybala el que tuvo la participación justa como para que el 10 pueda meter un zurdazo claro.

Muslera tapó, algo que no tuvo que hacer en los anteriores remates del equipo argentino: todos desde lejos y desviados del arco.

Uruguay complicó saliendo rápido en cada pelota que recuperaba. Y pudo haber marcado por Suárez (tras la duda de Mercado y Fazio) y por Cavani (tras un rebote de Romero, que luego evitó la definición de Edinson).

En el complemento, Argentina siguió dominando la posesión de la pelota pero le faltó profundidad para generar peligro.

Entró Pastore por Dybala, pero poco pudo hacer el "Flaco" ante un rival que se cerró bien atrás e hizo estéril cualquier esfuerzo por doblegarlo.

Síntesis

Uruguay 0

Fernando Muslera; Martín Cáceres, José María Giménez, Diego Godín, Gastón Silva; Nahitan Nández, Matías Vecino, Alvaro González, Cristian Rodríguez; Edinson Cavani y Luis Suárez. Director técnico: Oscar Tabárez.

Argentina 0

Sergio Romero; Gabriel Mercado, Federico Fazio, Nicolás Otamendi; Marcos Acuña, Lucas Biglia, Guido Pizarro; Angel Di María; Lionel Messi, Mauro Icardi y Paulo Dybala. Director técnico: Jorge Sampaoli.

Cambios en el segundo tiempo: a los 15 minutos, Lautaro Acosta (A) por Acuña; a los 22, Mathías Corujo (U) por González; a los 25, Javier Pastore (A) por Dybala; a los 37, Christian Stuani (U) por Suárez, y a los 46, Joaquín Correa (A) por Di María.

Arbitro: Victor Carrillo (Perú).

Estadio: Centenario, Montevideo.