viernes, 15 de mayo de 2015

¡Viva Fayt!... @dealgunamanera...

¡Viva Fayt!...


A mí no me inquietan los 97 años del doctor Fayt sino los 58 del ministro Fernández.

Suelo verlos en la calle en el mismo instante en que ellos me ven. Tras advertir que somos de la misma leva temporal, aquietamos el paso y ya próximos, nos cedemos recíprocamente la pared y sonreímos. Esto último de un modo, creo, ligeramente cómplice. ¿De qué? No lo sé.

Somos los viejos. Algo así como árboles humanos de ex follaje que suelen moverse con bastón por la ciudad de taco y punta. Ninguno recuerda cuándo le empezó su actual condición. Varía la edad según sean costumbre o asombro los que sellan sus vidas. 

Pruebas y confesiones hay que marcan ciertos signos. Por ejemplo la de Alphonse Daudet quien decía que las 3 de la mañana era “la hora en la que los ancianos se despiertan”. O Trotsky cuando, expulsado de la historia por Stalin y huyendo hacia México (huérfano de toda masa, solo consigo mismo) advierte por su cara en el espejo que “el momento más grave de la vida es cuando uno descubre que ha comenzado a envejecer”.

¿Miraba yo a los viejos cuando joven? Sí. La memoria no me pasa factura de culpa. Y por la experiencia en estos ya 15 años de viejo mirón tampoco creo se las pasará a los jóvenes de hoy. Podrá resultar increíble el dato pero lo tengo más que comprobado: no recuerdo en todo ese tiempo un solo gesto joven de discriminación o burla o indiferencia a mi persona como abusivo profesional del tiempo. Al revés, sea en la calle, en cines o en recintos concurridos, lo que experimento, es un cálido, atento cuidado de mi edad. No pasa igual cuando se trata de adultos ya hechos. Por lo general (como si alguna voz les recordara ya que la mitad de la vida está cursada) respetan al viejo en frío, ponen pronta distancia, temen un contagio.

No así las mujeres. Y habrá que agregar esta misma virtud de ellas en su probada dedicación a los padres cuando entran en la ancianidad. Hasta el propio Cervantes certifica esta verdad con apunte de maravilla. “La mitad de la vida son los hijos. Más las hijas, la mitad más entera”. Y sí.

Sobre todo esto venía meditando yo a propósito del crimen de lesa sensibilidad practicado por el gobierno con el juez Fayt, nonagenario él. Y molesto y mucho por el nuevo despropósito urdido en las bajas esferas del relato nacional. Y sobre todo, indignado. Es que a mí no me inquietan los 97 años del doctor Fayt sino los 58 del ministro Fernández. ¿O no es acaso él, la más agotada, imprevisible y peligrosa figura pública que campa a su capricho entre nosotros?

Visible y audible es que nuestro jocoso reino del revés atraviesa un estridente período de locuacidad feroz. La empecinada locutora oficial es imparable a la hora de sumar extravagancias al relato que ella supone historia. En él caen Onur, Sherezade, Cutzarida, Tinelli, Samid, Bocas-Ríveres, como nosotros estupefactos y revueltos dentro. A su consumado y consumido ego le cuesta aceptar que la realidad (de las urnas) es la única verdad (de las urnas) bien sea lo dijese Perón o que sin saberlo nosotros Aristóteles se hubiese copiado de Perón. Y como si algo faltara, al más ácido y vocinglero de sus ministros le da por salir a perseguir ancianos.

En el país viven un millón de habitantes mayores de 80 años. ¿Puede cualquier Fernández llegar a los 100? Según la ciencia, no. Se arriba a esa cima o a sus cercanías, como llegó el doctor Fayt por obsequio, seguro, de la genética y de los dioses. Y de él mismo. Hay que saber vivir (y perdurar) en consecuencia. Envejecer de modo dilatado convierte a quien le toque en depositario activo del más antiguo anhelo de la humanidad: vivir más y mejor. Y en este sentido, un Bunge, un De Vicenzo, una Legrand, un Fayt merecen un amoroso cuidado social y no el tratamiento “a lo bestia” que desde del gobierno se viene dando estos días al magistrado.

No han arribado porque sí a su “alta edad”. Llegan a ella por destino y, como apuntan gerontólogos de fuste, por lo singular de su nivel psicológico y social. Para Cicerón, los mayores deben asumir asuntos sociales y políticos que no requieren prisa sino prudencia y reflexión, que suelen desarrollarse con el envejecimiento. También afirma que el adulto mayor está en mejor situación que el joven porque ha conseguido lo que aquél espera. Por lo general, el individuo mayor se muestra más atento al resguardo y guía de su grupo de pertenencia. La ciencia en esto es terminante. 

No se conoce caso alguno de individuo que haya alcanzado los 100 años si en el transcurso de su vida escapó de la justicia oculto en el baúl de un automóvil. Un baldón así reduce toda chance.

Vuelvo. Digo que regreso de esta caminata que suelo dar a la hora del véspero y me invade otra vez el tema Octo. Es recurrente. También yo tengo mi Relato de la Última Edad. Pertenezco por tal a un colectivo humano que reúne en el país a un millón de personas. Exceptuando el grupo de innombrables genocidas que habitan en la Nada, se trata de un millón de veteranos y veteranas que podrían llenar varias “bomboneras” y “monumentales”.

Cada uno posee a su medida experiencia y memoria para trasvasar a la joven sociedad que los sucede. Este millón sobreviviente posee conocimientos que pueden reforzar los proyectos de la nueva generación. Mucho que dar y proponer. No ser sensible a esta herencia elemental de los pueblos es un despropósito imperdonable.

Y atacarlos, un crimen.

¡Viva Fayt!

© Escrito por Esteban Peicovich el jueves 14/05/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 10 de mayo de 2015

Marche un "telebeam" para un pingüino corrupto… @dealgunamanera...

Marche un "telebeam" para un pingüino corrupto…


El vocero no oficial de Kirchner, Horacio Verbitsky, dice en su columna de Página/12 que el pingüino corrupto al que se referían los coimeros de la empresa Skanska es Julio De Vido, ministro de Planificación.

Lo dice así: También sostiene que la empresa no debería “tirar abajo el negocio del tipo que hizo todo el fronting y del pingüino de acá a dos cuadras”. Front man, y de allí quien hace el fronting, significa tanto testaferro como fiduciario. El diálogo se grabó en una oficina a dos cuadras de la de Julio De Vido.

El Bloc publicó hace muy poquito que se referían al pingüino mayor, el presidente.

¿Mandó a decir Kirchner que quede claro que el pingüino "de acá a dos cuadras" no es él sino si ministro? Puede ser. No sería la primera vez.

El Bloc, una vez más, debe hacer un servicio a la Nación, mediante el uso de nuevas tecnología. Aquí está el telebeam del pingüino corrupto, mediante una tecnología similar a la usada para saber si un jugador está en off-side. La grabación de aquellos dichos fue en la sede Skanska, en Roque Saéz Peña 555.

¿Quién está a "dos cuadras" de allí? ¿Kirchner o el ministro De Vido, como asegura Verbitsky?

Mediante el uso del mapa interactivo de la ciudad de Buenos Aires, cliqueando en el menú "recorrido a pie", el Bloc hizo las cuentas:

Distancia entre la Empresa Skanska y el despacho del Presidente Néstor Kirchner


Dos cuadras completas, más dos medias cuadras, en total 393 metros.
Distancia entre la Empresa Skanska y el despacho del Ministro Julio De Vido


Tres cuadras completas, más dos medias cuadras en total 510 metros.
¿Está claro cuál era "el pingüino de acá a dos cuadras" al que se referían los coimeros?

© Escrito por Darío Gallo el domingo 20/05/2007 y publicado por Bloc de Periodista.




Marcelo Tinelli: el regreso del indomable… @dealgunamanera...

Marcelo Tinelli: el regreso del indomable…


Mañana vuelve a El Trece con "ShowMatch". Dijo que nadie le baja línea y que la mirada ajena lo tiene sin cuidado. Y habló de amor, hijos y política.

Camino a la entrevista con Marcelo Tinelli ante un nuevo regreso de ShowMatch (es la temporada número 25 y la décima del Bailando la que comienza mañana a las 22.30 por El Trece), uno sabe que son muchos los tópicos que no pueden  faltar. Más allá de las novedades del programa, que las hay y muchas, Tinelli fue noticia en los últimos tiempos por otros temas: su deseo de ser presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), su posible candidatura a la gobernación de Buenos Aires, su separación y posterior reconciliación con Guillermina Valdés, sus desencuentros (que tuvieron correlato en las hijas de ambos) con Diego Maradona y más.
A diferencia de notas anteriores, hechas siempre en la sala de reuniones de su productora Ideas del Sur, Tinelli elige esta vez un bar -distinguido, pero un sitio público al fin- de la avenida Figueroa Alcorta. Jeans, campera, botas, pullover y pañuelo (todo en negro), se detendrá en cada uno de los temas, aunque le generen una pizca, bien disimulada, de incomodidad. Y dejará en el grabador frases con destino de títulos: “A mí nadie me bajó línea nunca”, “La mirada de los otros me tiene sin cuidado”, “Jamás nadie me dijo lo que tengo que hacer”. Un Tinelli dispuesto a decir sus verdades, consciente de que pueden creerle o no, pero deseoso de hacerlas escuchar.
¿Cómo va a ser el Bailando 2015?
Tenemos 27 parejas fuertes. Y que abarcan una paleta de colores importantes. Vamos a tener humor, buenos bailarines, alguna gente relacionada a la política. Personajes excéntricos y exóticos, un extranjero como Ergün Demir (Ali Kemal, de Las mil y una noches). Además, con Ángel de Brito, un periodista picante, agregamos el quinto jurado, porque el año pasado hubo algunas definiciones muy difíciles, que quedaban empatadas dos a dos. Y a pedido de Polino agregamos el cero en las calificaciones, aunque a algún participante le pareció discriminatorio.
A Fernando Burlando, el abogado que este año baila...
Sí, es raro recibir una carta documento de un participante, pero él está convencido y argumenta que un cero sería por no presentarse. Pero el cero va a estar.
Este año los escándalos empezaron antes que el programa. ¿Qué clase de Bailando esperás?
Nunca tengo claro qué va a pasar ni una expectativa de algo. Para mí es un gran show de improvisación en el piso. Con los humoristas más o menos sé que van a hacer. Freddy Villarreal va a aparecer como Onur (también de Las mil y una noches). Pero con el resto  de los participantes no tengo relación antes del programa y trato de no tenerla. Sólo los vi cuando hicimos la foto de apertura. Si me junto con ellos antes del Bailando, sé que me pueden condicionar aún sin quererlo, diciéndome que les gustaría hablar de tal o cual cosa.
¿De las 27 parejas, cuántas elegiste vos personalmente?
La producción me propone una lista larga y yo voy eligiendo uno a uno. Son decisiones mías. Te pongo el ejemplo de (Alberto) Samid. Cuando abrió su cadena de hamburgueserías Mac Rey, leí una nota tremenda en Clarín. El periodista le pregunta si no sentía que era una copia de Mc Donalds. Y él, que es peleador y te la sigue hasta el final, le contesta “¿copia de qué?”. “Y, en el nombre, Mac Rey es como Mc Donalds”, dice con lógica el periodista. “Mac no es por Mc Donalds -cierra Samid-. Puede ser ‘Malvinas argentinas, carajo’ o ‘Mauro andá a cagar’”. La respuesta me pareció antológica y me dije que era un personaje para el Bailando. Hablé con él, lo convencí, y está súper embalado. Va a poner un carrito de venta de hamburguesas en la puerta de Ideas del Sur, todo para beneficencia.
El hecho de tener personajes tan mediáticos y varios con problemas en la Justicia, ¿te plantea cosas como por ejemplo “con Agustina Kämpfer no hablo de Boudou”; o “con Gisela Bernal no hablo de la paternidad sí o no de Ariel Diwan”?
Yo tengo respeto por las personas con las que voy a hablar. Si hay algún tema que las incomoda, no soy yo quien va a indagar de ese tema. Lo que no puedo garantizar es que una persona que esté en el jurado o en otro lado le pueda preguntar algo. Con esto no lo estoy liberando. Pero yo no puedo decirle a Polino ni a nadie “de esto no se habla”. Jamás lo hice. Por supuesto que con respeto le puedo preguntar a Agustina por Boudou o a Gisela por Diwan. Después me dirán que no quieren hablar y para mí está todo bien. No hay nada pautado.
¿Lo mismo pasa con los tres candidatos a presidente (Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa) que van a estar mañana en el programa?
Lo mismo. Son los tres candidatos principales a presidente y nos parece bueno tenerlos. Charla abierta y un tiempo parejo para cada uno. Y ojo, me gustaría que vinieran también con sus mujeres. La invitación para que vengan con ellas está cursada. Vamos a ver si aceptan o no.
La charla sale de la televisión y pasa a la política. Tinelli cuenta que evaluó la posibilidad de ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. “No fue una propuesta de Daniel (por Scioli), sino de gente cercana a él”. Sí, sin embargo, se comunicó con Scioli para decirle que sentía que no era el momento de hacerlo. “Tengo ganas de participar en cosas más sociales, no en un cargo ejecutivo. De hecho, estamos armando con el doctor Facundo Manes una fundación para trabajar en la nutrición de los chicos. No sólo darles un plato de comida, sino trabajar también en lo cognitivo y lo afectivo. Vamos a convocar al doctor Abel Albino, de Mendoza, y me gustaría que también esté Manu Ginóbili, que se va a enterar por esta nota. Viajar a los lugares, estar con los chicos. En la parte afectiva yo siento que puedo colaborar mucho, ya que los chicos me conocen por mi rol en la tele”.
¿Cambiando el tema, fue un alivio para vos haber vendido Ideas?
Para mí no cambió nada. Tengo una parte minoritaria de Ideas, pero sigo siendo dueño. Tengo la misma oficina, sigo dirigiendo la parte artística. En la diaria no me cambió nada.
¿Tenés que rendir cuentas?
Rinden cuentas los gerentes al directorio y yo soy parte del directorio.
¿Cómo es tu relación con Cristóbal López, el dueño mayoritario?
Buena, nos vemos poco, pero tenemos buena relación. Nos vemos por ahí en la cancha, porque es de San Lorenzo. Y también con su hijo, que también ayudó en el club.
¿Te pone límites? El año pasado se habló de que te pidieron que no te metas con los hijos de la presidente.
Jamás me dijeron nada. Nadie me dice lo que tengo que hacer o lo que no tengo que hacer. Nunca tuve una bajada de línea. Como tampoco la he tenido cuando teníamos de socio al Grupo Clarín. En lo que yo entro, es por decisión propia. Y en lo que no entro, también.
¿Cómo está tu relación con Maradona? ¿Se enojó porque su ex Verónica Ojeda estará en el Bailando?
De mi parte, tengo la mejor con Diego. No me hizo llegar ningún fastidio por la participación de Verónica. Me pareció que ella es una persona atractiva para el programa, pero en ningún momento fue para hacerle mal a Diego.
¿Y la pelea por Twitter entre Gianinna, Dalma y tu hija Candelaria de esta semana? Gianinna habló de la boca falsa de Cande.
Fue una pavada. Una carita mal interpretada. Pero Dalma y Cande, que son dos personas sensibles y coherentes, supieron entenderse. Insisto, yo tengo la mejor con ellas dos y a Claudia Villafañe la adoro.
Nos quedaría hablar del corazón.
Ando bien del corazón. El último examen me dio bien, llegué hasta casi 200 de frecuencia cardíaca en el examen de fuerza.
Me alegro. Pero me refiero a que volviste con Guillermina. Alguien puede decir: se separan cuando ella estrena obra y vuelven cuando él debuta con el programa...
Corre por cuenta de quien lo piensa, está en todo su derecho. Pero mi vida no la manejo de acuerdo a lanzamientos o como arranquen las obras de teatro o los programas.
Pero hubo una ruptura y una reconciliación.
Hubo una separación y hoy estamos en un buen momento de la pareja, sin ponerle rótulo ni título ni nada. Los dos sentimos mucho amor y estamos transitando una linda etapa, tratando de estar mejor.
¿Cómo es lo de no convivir, pero vivir a algunos pocos pisos de distancia de tu mujer?
Tiene su pro y sus contras. Por un lado, digo que fue una idea brillante que surgió de Guillermina, porque ella además de Lolo tiene tres hijos de su anterior matrimonio y quería tener su intimidad; y yo tengo viviendo conmigo tres (barra cuatro, porque Juanita se queda con nosotros varias veces por semana). Así cada uno conservaba su espacio y está bueno. Pero a veces tenés ganas de estar más tiempo con tu pareja y, bueno, estamos en casas diferentes. Pero ojo, yo no sé si hoy se puede pensar en una familia ensamblada de ocho hijos. Hoy no está planteado de esta manera. La verdad es que valoro y agradezco que Guillermina haya tenido la valentía de decirme esto, porque creo que yo jamás hubiera animado a decirle “vamos a vivir en departamentos diferentes”. Cuando tuvimos un hijo, lo primero que yo le hubiera dicho es “vamos a vivir juntos”. Me parece lo lógico. Cuando ella me dijo esto, pensé: “Guau, qué mujer”.
¿Y Lolo se acostumbra?
Y, ya conoce los ascensores. Si recurrimos a las cámaras de seguridad del edificio, es un reality. Siempre jodemos con Guille por eso. Yo bajo en pijamas, descalzo. Vamos de un piso al otro. Y Lolo sube, baja, viene. Cuando se queda a dormir en casa, la pelea entre mis hijos y yo es con quién duerme. Todos lo queremos tener.
¿Hasta cuándo te parece que da el formato del Bailando?
No lo sé. Es un formato flexible, que permite humor, gente que cante, un partido de fútbol. Y también es cierto que en algunos países, una vez por semana y durante cuatro meses, duró mucho menos. Y acá va cuatro veces por semana durante ocho o nueve meses y llevamos diez años. Sería un hipócrita si te dijera que no me planteo hasta cuándo seguirá, pero yo voy de año a año.
¿Con qué número de rating te sentirías conforme?
El año pasado dije 20 puntos y no me equivoqué. Este año la tele está un poco más baja, creo que un promedio de 18 puntos al año estaría bien. Me gusta el paquete de El Trece para la noche, con Esperanza mía, Las mil y una noches y ShowMatch. Pero la competencia este año también va a ser fuerte.
El sueño de dirigir una ficción
Tinelli confirma que este año volverá a hacer ficción, y que además de producir, dirigirá. “Lo haré con Nacho Lecouna, y le ofrecí a mi hijo Francisco, que estudia Imagen y Sonido, que esté en la producción”.
No revela ni nombre ni trama, pero sí confía que “la historia está” y que los guionistas ya están en carpeta. “Es una historia chiquita pero linda. Tengo ganas de volver un poco a la ficción con la que arranqué, algo como Okupas, aunque no en la temática urbana o marginal”.
Y con respecto a tomar el rol de director, asegura que es un gusto que se quiere sacar alguna vez. “Sé poner el ojo, pero por ahí nunca lo he hecho así. Lo que sí me gusta mucho es trabajar con actores. Voy a estar ahí y a tratar de aprender mientras que lo esté haciendo. Por supuesto que si fuera un ciclo de entretenimientos lo podría hacer perfectamente. Ahí veo claramente por dónde ir. Pero esto me gusta. Me gusta ver cine. Me fijo mucho en los directores”.
Serán 13 capítulos, aún sin canal, pero la idea es ofrecérselo a El Trece. “Con el primero que voy a hablar es con Adrián (Suar). Él ya tiene su propia productora de ficción, pero yo quiero ofrecérselo a él. Y después vemos, canales seguramente va a haber, porque es un buen proyecto, con actores diferentes para cada capítulo”, termina.
La fórmula del éxito pasa por hacer
El inicio del ShowMatch de mañana tendrá a Tinelli emulando a la película Forrest Gump y viajando por distintos lugares del país, en una producción a la que se sumaron famosos como Graciela Borges, Juana Viale, Nico Repetto y Maravilla Martínez, entre más. Lujos que puede darse Tinelli, con una exitosa carrera de más de 25 años.
Consultado por la fórmula del éxito, se asombra y esboza su teoría. “Así como soy exitoso en algunas cosas, he tenido fracasos en otras. Pero para mí es un camino más que una fórmula. Todo lo que hago lo hago con muchísimo entusiasmo, es como un motor que tengo siempre. Puedo mirar una película y decir si me gustó. Pero prefiero ser protagonista de esa película, de las cosas”.
Y dice que eso también le está pasando con el país. “Quiero ir metiéndome más e ir ayudando más, con los riesgos que eso implica, porque cuanto más te metés, más críticas podés tener. Pero la mirada del otro me tiene sin cuidado, en el sentido de que cuando hacés es lógico que haya gente a la que le guste y a la que no. Y entonces, para mí la fórmula del éxito es hacer lo que te gusta. Y se los digo a mis hijos: aunque haya un montón de trabas, no renieguen de lo que les gusta. No sé si es más dinero o menos dinero. No tiene que pasar por lo económico. Si vos hacés lo que te gusta, tarde o temprano, el éxito lo vas a tener”.
Soñando por el gran sillón del fútbol
El tema que desvela a Tinelli es la presidencia de la AFA. “Sería para las próximas elecciones, de septiembre, si mi grupo de trabajo siente que soy yo la persona, me voy a presentar. Mi trabajo en San Lorenzo creo que me avala”, dice.
Aunque algunos dirigentes del fútbol dicen que no le da la antigüedad para presentarse, Tinelli cree que sí: “Y hay un grupo importante de juristas que dice lo mismo. Quiero una AFA integradora, que les dé importancia a los clubes de ascenso. Que haya más ingresos para los clubes. Ingresos mixtos, del Estado y de la parte privada. Teniendo a Messi en la selección y la selección que tenemos, creo que no hay un techo. Que el potencial es mucho. Siento que ahí puedo aportar”.

© Escrito por Walter Domínguez el domingo 10/05/2015 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El sano juicio del Juez Carlos Fayt... @dealgunamanera...

La intimidad de Fayt...

El sano juicio, Juez Carlos Fayt. Dibujo: Pablo Temes

El juez que desvela al Gobierno madruga mucho, hace una caminata diaria en la cinta y ve expedientes en su casa.

La feroz ofensiva que el Gobierno lleva adelante contra el ministro de la Corte Suprema Carlos Santiago Fayt tiene dos propósitos: el primero, sacarse de encima a un juez cuya independencia enfurece al kirchnerismo y el segundo, dar un paso en pos de la parálisis del cuerpo. La finalidad última de estos dos objetivos es lograr la protección judicial que la Presidenta, su familia y sus acólitos necesitan no sólo para el presente sino primordialmente para el tiempo que se iniciará el día después del próximo 10 de diciembre.

Ante la falta de cualquier otra excusa para atacarlo, el eje de la embestida contra Fayt pasa por sembrar dudas sobre el estado de su salud mental. Esta ofensiva comenzó en diciembre pasado. En ese momento, el diputado nacional Carlos Raimundi le pidió a la entonces presidenta de la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja, diputada Adela Segarra, que se evaluaran las condiciones para someter al ministro a juicio político a causa de su estado psicofísico. Sumado a ello, le solicitó que se lo investigara por estar casado con Margarita Escribano, a quien supuso pariente de José Claudio Escribano, directivo del diario La Nación. La motivación de esa acusación era el supuesto “voto en consonancia con la Sociedad Anónima La Nación”, propietaria del diario, por parte del ministro de la Corte. Hubo que aclararle entonces al desinformado diputado que la esposa de Fayt no tiene ningún parentesco con Escribano.

Detengámonos una vez más sobre el delicado y crucial tema de la salud de los hombres y las mujeres del poder. Como lo hemos afirmado en esta columna, la salud de los funcionarios de los más altos niveles del poder constituye una cuestión de Estado y, por lo tanto, es de interés público. Ese interés se hace más relevante cuanto mayor es la responsabilidad y el poder de ese funcionario. Por ello, el presidente, los legisladores, los gobernadores, los jueces deberían atravesar exámenes psicofísicos a través de los cuales se evaluara su real estado, del cual dependen muchas de sus conductas y decisiones.

¿Cómo es la vida del doctor Fayt hoy en día? El ministro de la Corte está atravesando un cuadro de faringolaringitis que afecta su voz. Hace ya muchos años fue operado de un nódulo de la garganta en el centro médico de la Fundación Aráoz. Siempre fue muy madrugador. Se despierta temprano, alrededor de la cinco de la mañana. Lo primero que hace es encender la radio. A las cinco y media ya está en su escritorio escuchando los programas de noticias y disponiendo sus papeles para comenzar la tarea del día. Fayt es un hombre sumamente ordenado y dueño de una escritura caligráfica que, por lo que se aprecia a través de su firma, se mantiene.

Trabaja durante toda la mañana con los expedientes que le traen sus colaboradores desde el Palacio de los Tribunales. Almuerza temprano y en forma frugal. Duerme la siesta y cerca de las cuatro de la tarde vuelve a su escritorio para continuar su trabajo. Siempre fue un hombre de carácter firme y poseedor de un muy buen humor. Nada de eso ha variado. Es muy consciente de lo que representa su edad, por lo que cuida mucho de su salud. Siempre fue una persona muy interesada por todo. Aprendió computación a los 87 años y es un entusiasta lector de temas científicos. Los temas relacionados con las neurociencias le son de particular interés así como también mucho de lo referente a la nanotecnología. Su memoria está intacta. Su recuerdo de hechos y fechas es preciso. A pesar de que su físico le impone algunas limitaciones, camina entre 10 y 15 minutos por día en una cinta que tiene en su casa.

La Corte Suprema es un cuerpo colegiado en el que todos sus integrantes tienen información acerca de lo que sucede con cada uno de ellos. ¿Podría la Corte, en uso de sus facultades y responsabilidades, tolerar, ignorar y/o mantener en calidad de secreto un cuadro de deterioro físico o mental que afectara severamente a uno de sus miembros? De ocurrir, sería ése un acto de encubrimiento que dejaría a quienes así actuaran en una posición de extrema vulnerabilidad ante un gobierno que, como éste, busca con denuedo pulverizar a este tribunal, erigido en la barrera que está poniendo freno a los intentos de gobernar con la suma del poder público con el que sueña la Presidenta.
A las cinco y media ya está en su escritorio escuchando los programas de noticias.

¿Es la edad un limitante para permitir que un juez pueda seguir ejerciendo su cargo? La respuesta es definitivamente no, como tampoco lo es para que un político pueda continuar con su carrera. Como se ilustró en la edición de ayer de Perfil, hay otros casos de jueces y políticos que con 80 y 90 años se desempeñan en diferentes funciones. No se ha escuchado que el Gobierno haya intentado descalificar a esas personas por el solo hecho de sus edades. El único límite para el desempeño de esas tareas es la capacidad intelectual de la persona. Y desde ese punto de vista, Fayt está bien. Para el kirchnerismo, hablar de la salud de la Presidenta es destituyente, mientras que hablar de la salud de Fayt es patriótico.

La forma como el gobierno viene atacando al juez Fayt parece extraída de House of Cards, verdadero vademécum de la amoralidad y el cinismo en el que bien podrían sentirse plenamente identificados tanto la Presidenta como varios de los funcionarios de su gobierno.

Paradojalmente, el kirchnerismo, embarcado en esta cruzada contra Fayt, acaba de desestimar los pedidos de juicio político contra los jueces federales Norberto Oyarbide Daniel Rafecas. Oyarbide fue el magistrado que cerró en forma exprés la causa por supuesto enriquecimiento ilícito de los Kirchner y Rafecas fue quien, con igual premura, desestimó sin dar pie a investigación alguna la denuncia de fallecido fiscal Alberto Nisman, que tanto molestó y enfureció a Cristina Fernández de Kirchner. ¿Queda alguna duda de que para la Presidenta y sus acólitos los únicos jueces buenos son los que fallan a su favor y le aseguran impunidad?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/05/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.