sábado, 2 de agosto de 2008

Malditos inmigrantes...


Manu Chao. Clandestino


Malditos inmigrantes

La triste discriminación de argentinos en España: malos tratos, cárcel y requisitos cada vez más insólitos para ingresar como turista. La inacción del gobierno argentino.

Ella nació en San Pelayo. Él en Villarquille. Fueron campesinos (él, también minero), hasta que un día Asturias les dijo que no esperaran mañana lo que no les había dado ayer. Y los expulsó para siempre. Antonio llegó a la Argentina en 1951. Arribó al puerto con una valija vieja, un documento de identidad y una carta que le escribió su hermana invitándolo a venir, la única formalidad que le pedía este país. Mercedes llegó cuatro años después, en las mismas condiciones. Consiguieron trabajo pronto, mal pago, pero suficiente para comer y dormir en una habitación pequeña con los dos hijos que tuvieron aquí. Uno era yo. La vida no fue fácil, pero tampoco estuvo mal. Con pasión inmigrante, consiguieron en esta tierra la oportunidad de crecimiento que la suya no les dio, dolorosamente lejos de sus familias y amigos.

Cuando escucho las historias de los argentinos que ahora sufren la discriminación de España, sufro por dos. Por el maltrato que reciben y por el recuerdo de lo que la Argentina significó para mis padres. El agradecimiento de Antonio y Mercedes hacia este país es similar al que todavía recibo de mis tíos españoles, que saben que en aquellos años de la posguerra civil, dos bocas menos para alimentar significaban más comida para repartir entre el resto de la familia. Aún hoy, la Argentina representa en sus memorias esa puerta que un día se abrió para unos y, también, el país desde el cual de tanto en tanto llegaba ropa y algún dinero. Además del mítico trigo que enviaba, a bajo precio, el entonces gobierno argentino.

Es entendible que, sin ser responsables de lo que hace su gobierno, los millones de españoles que conocen esta historia reciente sientan un poco de vergüenza. Saben que el maltrato hacia los "sudacas" es común en muchos países del primer mundo, pero comprenden que ellos no son "muchos países". Son la España que pobló de sus hijos una Argentina abierta.

Ahora, además, la discriminación no sólo se limita a los argentinos que hacen el camino de la inmigración en sentido inverso. Hasta los que van como simples turistas, para ver a sus familias o sólo a pasear, son detenidos en Barajas durante horas, sometidos a interrogatorios, sin derecho para realizar llamados y, al final, obligados a tomar un avión de regreso.

El caso de la rosarina Gabriela Calvin me llamó especialmente la atención. Iba a visitar a su hermana. Antes de viajar, tomó una precaución que a mi no se me hubiera ocurrido, pero que hoy es obligatoria: le pidió a su hermana una carta de invitación certificada por la policía. Curioso y triste: la misma carta que debieron traer mis padres para vivir y trabajar en este país para siempre, es la que hoy debería llevar yo para visitar a mi familia española durante 15 días. Y no sé si me alcanzaría. De hecho, para esta mujer no fue suficiente. Ocho horas de malos tratos (su hermana la esperó en vano en el aeropuerto sin saber qué le había pasado), y la embarcaron de nuevo rumbo a Ezeiza.

Comprendo que esta España no es la Argentina de hace 50 años. Aquella era una combinación histórica entre un país que expulsaba habitantes y otro que necesitaba poblarse. Hoy España no necesita más población, sólo una cantidad mínima de mano de obra barata y transitoria.

Quizás eso es lo único que importa y el resto sea simple sentimentalismo. Pero no creo que los españoles, los de aquí y los de allá, estén tan de acuerdo con eso. Tienen la memoria suficiente para saber que este presente no es el pago justo por aquel pasado.

Y me entristece que su gobierno haya perdido esa memoria. Y me entristece que nuestro gobierno no se lo recuerde.

© Escrito por Gustavo González, Jefe de Redacción de la Revista NOTICIAS. Publicado en el Semanario Perfil el día sábado 2 de agosto de 2008

La cultura de las clases medias... De Alguna Manera...

La cultura de las clases medias...


Entre los múltiples temas que salieron a la luz junto con el larguísimo conflicto que se desató en la Argentina a propósito de la implementación de las retenciones móviles estuvieron presentes, en forma intermitente, las enigmáticas clases medias argentinas.

En las formas de representación de la realidad promovidas por los medios, en particular televisivos, las clases medias opinaron generalmente en contra de la medida, descalificándola más a partir de supuestas actitudes personales de la Presidenta que del contenido conceptual de la ley: el sentido común estuvo a la orden del día.

Esta sumatoria de tergiversaciones y prejuicios suscitadas a partir de una medida económica sectorial nos invita a formularnos una sucesión de preguntas. ¿Por qué las clases medias en general se pusieron del lado del mediáticamente llamado “campo”? ¿Por qué descalifican más a los malos dirigentes de los sectores populares que a los dirigentes de las organizaciones de poder económico? ¿Qué hay en la imagen de CFK que despierta tantas pasiones, negativas en su mayoría? ¿Por qué los medios de comunicación, en su mayoría, se apoyan en un cierto sentido común de las clases medias para erosionar el consenso al Gobierno legítimamente elegido en 2007? ¿Por qué se adopta un tono moral para reivindicar a las clases medias como exponentes de la libertad de conciencia y descalificar por inmorales a los sectores populares “manipulados” que asisten a los actos del Gobierno? Responder a todas estas preguntas supondría la realización de una serie de investigaciones, aquí sólo vamos a hacer referencia a una hipótesis en torno de la primera pregunta: la adhesión casi primitiva al “no” de Cobos, como ejemplo de la libertad individual y de no sumisión, y la identificación primaria con la convocatoria de la Mesa de Enlace en el Monumento de los Españoles en contra del debate parlamentario junto con las clases sociales que aquélla representa: las viejas y nuevas clases dominantes.

Es notable –o no tanto para mis ojos de socióloga– el posicionamiento ideológico explícito de estas nuevas clases medias en relación con el conflicto entre el Gobierno y entidades rurales representativas de intereses más poderosos, ya que en realidad esta medida poco tenía que ver directamente con ellas. Lo más llamativo de este enfrentamiento es la presencia mediática de los menos afectados. Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli, de la Federación Agraria Argentina y de la FAA de Entre Ríos, respectivamente, concitaron la atención de las clases medias urbanas y del campo, a partir de su apelación constante y confusa a los llamados pequeños productores y su aparente situación diferente con respecto al resto.

Es importante recordar que la clase media argentina se constituyó a partir de singulares procesos de movilidad social ascendente posibles por la existencia de un Estado que garantizó la educación, la salud y la seguridad social. Es decir que su historia no puede deslindarse de su relación con el Estado. También fueron las clases medias en consonancia con procesos políticos de intensa conflictividad social las que participaron en proyectos de cambio político y renovación de numerosos planos de la vida social y cultural.

Las numerosas clases medias, con altos estándares de bienestar, las más educadas en términos de inserción en el sistema educativo formal medio y universitario, la más importante de América latina, comenzaban a fragmentarse, en una sociedad que tendía crecientemente a la polarización. Debe destacarse en su singularidad su particular vinculación con los proyectos e iniciativas culturales renovando y democratizando la formación de públicos del arte en general.

La Argentina supo tener un vastísimo público de cine, formó tempranamente un masivo público lector ávido de consumir propuestas culturales, a la vez que sensible a los problemas sociales. Este proceso adoptó un giro negativo a partir de 1975. El debilitamiento del Estado, en un contexto del creciente imperio del mercado, incidió en la disminución, fragmentación y emergencia de nuevas cosmovisiones de mundo. La creciente derechización del gobierno peronista de 1974 que finalizó en el golpe militar de 1976 detuvo este proceso de innovación y cambio cultural. Por su parte, la fuerte oposición a la medida en cuestión supone la emergencia de un nuevo ethos, una creencia fuerte en que los proyectos personales deben centrarse casi exclusivamente en ganar dinero y construir un estilo de vida, como diría Bourdieu, fundado en el “deber del placer” y que se manifiesta como rechazo a la intervención del Estado en la regulación del orden social.

Los años ‘90 consagraron lo que ya se había iniciado durante la dictadura. De una sociedad progresista no sólo en el ámbito de la vida cotidiana, sino en el sentido original de la palabra, de una sociedad que vinculaba las transformaciones progresivas en la vida cotidiana con el logro de cambios sociales, se pasó a una sociedad profundamente individualista, donde el valor, el sentido subjetivo de la acción ya no estaría puesto en valores, muchos de ellos vinculados con la cultura y la solidaridad con lo más desposeídos, sino en el logro de objetivos materiales. Históricamente, ser progresista no suponía acceder a cierto tipo de consumos y estilos de vida, sino que fundamentalmente se sostenía en el valor de la emancipación no sólo de la clase, sino del conjunto social. Como dice Bauman, el consumo produce individuos, no genera lazos sociales.

Es sabido que durante la crisis de 2001 las clases medias ocuparon la escena política, social, mediática y sociológica como nunca antes en la historia argentina. Profundamente denostadas por la literatura ensayística de corte nacionalista, estudiadas sistemáticamente por primera vez por Gino Germani y abandonadas después por un exceso de interés por las clases populares, retornan definitivamente, pero ahora con manifestaciones y representaciones diferentes. Si históricamente la Argentina se pensó y se imaginó a sí misma como un país de clase media, este imaginario parecía estar cayéndose.

Contrariamente a lo que suele afirmar alguna literatura que evalúa los acontecimientos trágicos de 2001 como la manifestación de un sentido renovado de la acción política frente a la crisis de los partidos, las identidades y formas de representación, la salida de las clases medias a la calle no supuso una acción política del estilo de los ’60 y ’70 en consonancia con proyectos colectivos: salieron a defender sus ahorros, salieron a defender cierta irracionalidad del consumo en un país semidesarrollado, una clase media ilógicamente endeudada. Y esto es lo que los medios aplaudieron en ese momento, como “espontaneidad” de las acciones de las clases medias, frente a las “manipuladas” e “irracionales” acciones de las clases populares.

Hacer de una sociedad una sociedad exclusivamente consumista incidió en la despolitización y desinvolucramiento de las cuestiones públicas, como lo demuestran el decreciente nivel de participación en los actos eleccionarios. El consumismo está lejos de la participación política, no produce sujetos colectivos. Se podría afirmar que las clases medias han sido cooptadas en lo imaginario por las clases altas, en un proceso inverso al iniciado en los albores del siglo XX. La hegemonía cultural, en el sentido gramsciano de dirección cultural e intelectual, parece haber sido recuperada por las clases dominantes en todas sus versiones. De todos modos, para no ser fatalistas ni apocalípticos, aún siguen manifestándose en formas fragmentarias aspectos emprendedores de las clases medias en el plano cultural en forma autogestionada. Cierto capital social producido por varios años de acumulación de proyectos e iniciativas culturales vuelve a reaparecer, con contenidos renovados que dan cuenta de una cierta reserva cultural sobre la que vale la pena trabajar y recomponer sentidos transgresores del orden social excluyente y un orden político destituyente.

© Escrito por Ana Wortman. Socióloga, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Publicado en el Diario Página/12 de la ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 31 de julio de 2008.

Nota de la redacción:



Como docente de la discplina de Marketing, deseo ampliar sobre el consumismo. Nuestra disciplina basada en el consumo de las personas se plantea tambien la inclusión social. No es responsabilidad única de las actividades de Marketing las desiguadades sociales que acontecen en el mundo. Existe un Markentig Social basado en la Responsabilidad Social Empresaria, basado esto en las conductas de cada una de la empresas que intervienen en el mercado, especialmente aquellas que cumplen un rol social y no meramente económico, aunque sea este el principal fundamento de su existencia.

Generalizar sobre el particular es a mi modo de ver incorrecto. Uso como mero ejemplo el de la utilización de una herramienta y me pregunto...



¿Para que se utiliza el martillo?...

¿Para clavar clavos? ó ¿Para matar a las personas?...

Está claro que depende del uso que le demos a la "herramienta" cumplirá su razón de ser o no...

© Luis A. Capomasi

domingo, 27 de julio de 2008

F.A.E.C.C. Proteger el Medio Ambiente...







Chile... Ética periodística...

Chile, 24 de julio del `75. Un ejemplo del tratamiento de las noticias por los medios locales.

El Colegio de Periodistas de Chile se disculpará ante familiares de víctimas de la última dictadura por la participación "culposa y antiprofesional" que tuvieron los responsables de los principales diarios en el montaje de falsos enfrentamientos que le costaron la vida a cientos de militantes opositores durante el gobierno de Augusto Pinochet.

Según consigna el diario La Nación de Chile, tras dos investigaciones realizadas por fiscales del Colegio de Periodistas Tribunal de Etica, se determinó conductas antiprofesionales en los casos de la llamada Operación Colombo y de Rinconada de Maipú, dos falsos enfrentamientos organizados por el régimen de Pinochet que le costaron la vida a cientos de militantes opositores.

El Colegio de Periodistas sancionó con expulsión a Roberto Araya Silva y suspensión de la colegiatura y censura pública a Julio López Blanco, Vicente Pérez Zurita, Manfredo Mayol (todos de Canal 7 en ese tiempo) y Claudio Sánchez (entonces en Canal 13).

También sufrieron suspensión y censuras públicas Fernando Díaz Palma (entonces director de Las Ultimas Noticias), Alberto Guerrero Espinoza (dirigía La Tercera) y Beatriz Undurraga Gómez de El Mercurio.

Fueron declarados inimputables por fallecimiento los directores de El Mercurio René Silva Espejo y Mario Carneyro de La Segunda, a pesar de que el Tribunal determinó que sus respectivos medios, al igual que La Tercera y Las Ultimas Noticias, infringieron la ética profesional al difundir informaciones falsas respecto de los crímenes de la Operación Colombo.

En la Operación Colombo (1975) la dictadura chilena pretendió hacer creer que 119 prisioneros habían huido a Argentina, donde encontraron la muerte enfrentados con fuerzas militares o matándose entre ellos.

El caso de Rinconada fue otro montaje. Un ex agente DINA afirmó que los seis cuerpos encontrados en la zona de Rinconada de Maipú fueron llevados al lugar ya muertos desde Villa Grimaldi, y sostuvo que la escena fue filmada en 1975 por el periodista de TVN Julio López.

© Agencia Télam de Buenos Aires.

Científicos argentinos descubren cómo bloquear los recuerdos...

Científicos argentinos descubren cómo bloquear los recuerdos

  • Lograron manipular la proteína que interviene en la memoria.
  • Los recuerdos no se borran del cerebro, sino que no se expresan.
  • Sería muy útil para tratar fobias y casos de estrés postraumático.

Científicos argentinos han demostrado que es posible bloquear recuerdos asentados en la memoria, lo que abriría el camino para tratamientos de fobias o de estrés postraumático, informó este miércoles el diario bonaerense La Nación.

El trabajo, publicado en la revista The Journal of Neuroscience, descubrió a través de experimentos con ratones una proteína clave en los procesos cerebrales que se producen en la evocación de recuerdos.

Podría significar un paso enorme en los trastornos en que un recuerdo patológico altera la vida cotidiana del afectado

La inyección de inhibidores de esa proteína permite alterar la capacidad de retención de los recuerdos evocados. "Potencialmente podría ser aplicable a casos de fobias o a personas que sufren de estrés postraumático," explicó el doctor Arturo Romano, del Laboratorio de Neurobiología de la Memoria de la estatal Universidad de Buenos Aires (UBA).

"Esta proteína regula la expresión de genes necesaria para almacenar la memoria a largo plazo. Pero si se inyecta en el cerebro un inhibidor de este mecanismo después de que el recuerdo fue evocado, se afecta la retención," agregó Romano.

Aunque aún falta probar si estas investigaciones pueden ser aplicadas en seres humanos, el investigador Carlos Baratti aclaró que "la memoria no es borrada del cerebro, sino que no se expresa."

"Esto podría significar un paso enorme en algunos trastornos en que un recuerdo patológico altera la vida cotidiana del afectado", agregó Baratti, director del Laboratorio de Neurofarmacología de Procesos de Memoria de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.

Científicos argentinos lograron manipular la proteína que interviene en la memoria para eliminar los recuerdos cuando se los evoca, un hallazgo útil para tratar fobias o el estrés postraumático, informan hoy medios locales.

Mediante pruebas con ratones, los expertos en farmacología y bioquímica de la Universidad de Buenos Aires demostraron que si se inyectan sustancias que anulan la proteína de la memoria se puede alterar la capacidad de recordar, señala el informe del diario bonaerense La Nación.

"Se abre un instancia por la cual se podría interferir en la memoria ya formada" en los seres humanos, declaró al periódico el doctor Arturo Romano, uno de los miembros del grupo de científicos.

"Potencialmente podría ser aplicable a casos de fobias o personas que sufren de estrés postraumático", aseguró.

Dijo que también se podría tratar todos aquellos trastornos en los que un recuerdo patológico altera la vida cotidiana de la persona afectada.

Pero Romano aclaró que todavía falta mucho para poder comprobar si la experiencia podría reproducirse en humanos, pues el equipo de científicos trabaja de momento solo con ratones.

En ellos hallaron la proteína que llamaron NF-kB, que actúa tanto en el proceso de consolidación como en el de confirmación de la memoria y regula la expresión de genes necesaria para almacenar recuerdos a largo plazo.

"Si se inyecta en el cerebro un inhibidor de este mecanismo cuando el recuerdo es evocado, se afecta a la retención", explicó Romano.

De todos modos aclaró que "traer al presente algo del pasado es un proceso activo, cada vez que se evoca, la memoria puede ser modificada".

© Publicado por la agencia EFE el día 30 de abril de 2008

¿Sería posible que se callaran la boca?...

En honor a la famosa Memoria...

Kirchner se quejó que Clarín tituló "La crisis se cobró dos nuevas muertes" por Kosteki y Santillán. En los archivos, no hay otro repudio.

En su primera conferencia de prensa del último lustro, hace tres días, el señor ex presidente se quejó de que en 2002, cuando la bonaerense mató a Kosteki y Santillán, el diario Clarín tituló “La crisis se cobró dos nuevas muertes”, pero habló de “represión” cuando la Gendarmería detuvo a De Angeli la semana pasada. No podría tener más razón. Guiado por su razón, casi encandilado, impaciente por acordar con él, busqué en todos los archivos de 2002 sus enérgicas declaraciones de repudio y condena al gobierno de Eduardo Duhalde por el asesinato de Kosteki y Santillán –y no encontré nada de nada. El entonces gobernador que, ahora ex presidente, condena a Clarín, hizo entonces lo mismo que ahora condena, en un poco peor: no dijo ni una palabra sobre el crimen que le costó la presidencia a su entonces amigo y mentor. Pero ahora dice lo que entonces no dijo, como mañana no dirá lo que sí dijo ayer. Y ése es, en general, su problema: dice, dice, siempre fuera de tiempo, cosas que no soportan la menor comparación con su historia o con su práctica presente. Se aprovecha –trata de aprovecharse– de la escasa memoria de nosotros argentinos: de la flaqueza de esa Memoria de la que tanto habla, y dice, y dice.

Es lo mismo que hace su mujer y Presidenta, siempre con la Memoria en una esquina de la boca. Anteayer, en la plaza, tras nombrar madres y abuelas, dijo que quería que advirtiéramos que “si la historia primero fue tragedia hoy se repite como comedia”. No es poco, tener una presidenta que cita a Carlos Marx. Aunque la señora presidenta haya citado su cita más citada –su epígrafe del 18 Brumario de Luis Bonaparte–, pero mal: “Los grandes hechos y personajes de la historia suceden dos veces, primero como tragedia y después como farsa”, escribió el alemán, y no, como dijo la señora, “como comedia” que, como ella sabe, no es lo mismo. Farsa, dice la Real Academia, es “un enredo, trama o tramoya para aparentar o engañar”. Quién sabe por qué no quiso hablar de farsas en un acto con todos los rasgos farsescos del peronismo actual –los asistentes mercenarios y despolitizados, la desconexión entre oradores y público, la ausencia de consignas compartidas–: el simulacro de un acto político, una escenografía para darle más fuerza a una cadena nacional.
Pero su mecanismo es el mismo que el de su señor marido: allí donde el señor reprocha a Clarín que haya hecho lo mismo que él, la señora cita a Marx para defender su gobierno capitalista –del famoso capitalismo de amigos, que ni siquiera Marx supo definir en su momento. La verdad, hay días en que los escucho y me sube la mostaza. ¿Será posible que nos sigan tomando por tarados? ¿Por nabos a los que se les puede decir cualquier verdura? ¿Por desmemoriados descerebrados desechitos?

Digo: en honor a la famosa Memoria, ¿sería posible que se callaran la boca? En honor a la memoria que nos ayuda a recordar que ustedes, señores K., durante la dictadura vivían en Río Gallegos, pueblo chico, donde todos saben quién es quién, y se dedicaban a ganar mucha plata ejerciendo lo más indigno del capitalismo –el préstamo hipotecario– mientras los militantes que ustedes ahora ensalzan morían peleando contra el capitalismo.

En honor a la Memoria que nos ayuda a recordar que ustedes participaron en la entrega del petróleo –y recibieron muy buen pago por ella–, mientras algunos otros, pocos, hacían lo que podían por impedirla: eran las épocas en que usted, señor, decía que Menem era “el mejor presidente de la Argentina desde Juan Perón”, cuando manejaba su provincia cual campito y todavía no había empezado a despotricar contra los noventas como esa época negra que, en efecto, con su ayuda, fue.

En honor a la Memoria –a la nuestra, a la que los recuerda–, por su honor –si les importa–, ¿no podrían dejar de hablar de todo eso, de los años setentas, de los años noventas? Ustedes hicieron lo que hicieron, y ni siquiera es tan grave. Al fin y al cabo, la Argentina está llena de personas que hicieron lo mismo: supongo que por eso los votaron a ustedes. Lo que hicieron –hacerse los osos cuando los militares, apoyar al gobierno de Menem–, ni siquiera da para condenarlos, pero sí para pedirles que por favor, por honor, por pudor, no hablen más de esas cosas, no nos ofendan con memorias falsas. Seguro que si buscan otros temas los encuentran: la Argentina es un país tan generoso, tan sediento. Por favor, tómense el trabajo. O sigan creyendo que somos todos pelotudos, y paguen el precio que suele cobrar esa creencia.

(Es curioso: al repasar este repaso, veo que cada vez que, en la historia argentina reciente, los Kirchner tomaron posición sobre algo serio, yo estuve del otro lado. Por eso, al fin y al cabo, no me extraña seguir estándolo. Sí me extraña que algunos que también estuvieron enfrente –que sufrieron la represión militar, que se opusieron a las privatizaciones, que lucharon por la pluralidad, que militaron contra Menem– ahora estén a su lado. Supongo que, entre las ganas de ilusionarse y la tentación de acercarse al fogón, pasan esas cosas. A veces los entiendo: es cierto, sería tan bonito que alguna vez, en algún futuro posible, sus acciones se parecieran a sus palabras.)

© Publicado por Martín Caparrós en el diario Crítica de la Argentina el día 20 e Junio de 2008

Jesús estuvo en Buenos Aires...

Jesús estuvo en Buenos Aires

Llegó en 1971 a La Quiaca, donde lo único que sobra es intemperie. Sabe que el peor enemigo de los pobres es el silencio.

Es andaluz, nació en Granada no en Belén. Es bajito, no tiene barba. No parece un rock star. Todo lo contrario: su cabello está perdiendo la batalla con el tiempo. Usa anteojos con vidrios gruesos. Igual se parece mucho al nazareno. Incluso, cuando siente que sus pedidos no son atendidos, se crucifica. Como si todo su cuerpo fuese una señal desesperada con destino al cielo y a la tierra, se crucifica.

El padre Jesús Olmedo es el párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Socorro de la Quiaca. Llegó al país en 1971, tenía 25 años y su imagen de la Argentina se resumía a una postal con vacas, pampa, abundancia, cultura y desarrollo. El flamante sacerdote no tardó mucho en comprobar que había llegado a uno de los lugares más pobres de Latinoamérica, dónde lo único que sobra es la intemperie.

Años después tuvo que volver a España y, a comienzos de los 90, regresó a La Quiaca para quedarse definitivamente. Como el otro Jesús, el tipo es un peleador y los niños del norte argentino le habían ganado el corazón. “Había venido a evangelizar y ellos me habían evangelizado a mí”, repite. Comprendió además que los integrantes de los pueblos originarios están en el último escalón de la pobreza. ¿En qué otro lugar debería estar Jesús?

En dos décadas de trabajo intenso, el padre Olmedo ayudó a establecer una decena de comedores. Es que el hambre es la necesidad más urgente. Según su propio diagnóstico, la mitad de los niños de esa zona de Jujuy están desnutridos. Por esa razón, la imagen de la leche derramada en la ruta, en mitad del conflicto entre el gobierno y el campo, lo indignó de manera especial y salió a decirlo: “mientras se pelean por las retenciones los pobres siguen pasando hambre”. Unos días antes, a comienzos de Junio, una movilización de pobres y desocupados fue reprimida de manera brutal por la policía provincial. Hubo varios heridos de bala, entre ellos, el propio Olmedo.

Jesús sabe que el peor enemigo de los pobres es el silencio. Escribió un libro sobre ese tema: La cultura del silencio. “Cuando un pueblo calla durante tanto tiempo es porque ha sido silenciado” y sugiere: “desde la cultura del silencio hay que pasar al grito de los excluidos”. Con esa idea, en la semana de los dos actos, bajó a Buenos Aires. En medio de la peor disputa de poder de los últimos años, Jesús bajó a la Capital. Aquí, como dicen en el interior, atiende Dios. Aunque él cree que si lo dejan, “si no lo encadenan, Dios está en todos lados”.

El padre logró algunas cosas, en medio de la disputa por la soja, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, le prometió hacer un relevamiento de la zona y ayuda oficial inmediata. El líder chacarero Alfredo De Angeli, que lo cruzó en un canal de televisión, le garantizó el envío de alimentos. También recibió apoyo de distintas parroquias y organizaciones sociales de todo el país.

Jesús agradece pero sabe que nada será suficiente sino se remueven las causas profundas de la iniquidad. Por eso sigue exigiendo a las autoridades políticas la generación de puestos de trabajo, más escuelas, cloacas, agua potable, obra pública, subsidios para los desempleados. También pide que se controle el contrabando de artículos de primera necesidad desde La Quiaca hacia Villazón en Bolivia, que mezcla corrupción y carencias. Y que la legislatura jujeña declare a La Quiaca zona de emergencia.

Uno de los mayores desafíos asumidos por Olmedo es que la sociedad tome conciencia. Quiere que se asuma que en “La Quiaca comienza la Argentina” y para eso debe enfrentar los muros de silencio que imponen los prejuicios y la indiferencia hacia los coyas, hacia los antiguos dueños de la tierra, hacia los habitantes del norte profundo que están entre los argentinos más olvidados. Esos compatriotas que deben mendigar por lo que les pertenece por derecho propio.

Es por eso que a Jesús le cuesta entender algunas cosas de este país, al que considera suyo: “En el 2001 veíamos por televisión como se hablaba de la crisis argentina por la plata que se había quedado dentro de los bancos y no se hablaba de la crisis argentina por el hambre y la miseria”. Un periodista porteño le pidió una definición: “¿Usted está con el campo o con el gobierno?” y el padre respondió: “Con ninguno de los dos. Yo estoy con los pobres”.

Jesús estuvo en Buenos Aires. No organizó ningún acto.

© Publicado por Reynaldo Sietecase en el Diario Crítica de la Argentina de la ciudad de Buenos Aires el día Miércoles 17 de Julio de 2008.

sábado, 26 de julio de 2008

Se todos los cuentos...


SE TODOS LOS CUENTOS
.
Yo no sé muchas cosas, es verdad
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos...
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos...
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos...
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos...
Y que el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos...
Y sé todos los cuentos.
León Felipe (1884-1968)

ESMA. Descubren escritos de un secuestrado…

Un grupo que trabaja en el edificio halló anotaciones que serían de Horacio Maggio.

Un grupo de colaboradores del Instituto Espacio para la Memoria, que realiza tareas de conservación en el ex centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), descubrió dos inscripciones que habrían pertenecido al desaparecido Horacio Domingo Maggio, un delegado sindical santafesino que, luego de escapar de prisión en marzo de 1978, denunció públicamente a la dictadura militar por sus crímenes y torturas.

"27/12/77 cio Maggio" y “3/3/78 H.M.” dicen los escritos ocultos en una de las vigas del sector denominado "La Pecera", en el Casino de Oficiales. Para Víctor Basterra, colaborador de el Instituto y sobreviviente del centro clandestino, no hay duda de que Maggio es el autor: “He cotejado con una carta manuscrita de Maggio y hay detalles inconfundibles", dijo Basterra a Críticadigital.

Las cartas a las que hace referencia Basterra son aquellas que Maggio escribió a varias instituciones nacionales e internacionales cuando logró escapar de la ESMA. Las mismas que el diputado nacional Miguel Bonasso incorporó en su libro Recuerdo de la Muerte.

En conversación con Críticadigital
, Bonasso reflexionó que los escritos “pueden haber sido de los últimos momentos", aunque se mostró sorprendido porque en la fecha de la última inscripción Maggio "estaba disimulando que se iba a fugar”.

“Él no estaba tratando de hacer ninguna cosa testimonial, sino más bien tratando de ocultar que había estado ahí. Que él hubiera dejado su nombre ahí la verdad que es una novedad total”, opinó el diputado nacional.

RECUERDO DE LA MUERTE. Maggio usaba los sobrenombres "Nariz" y "Polichinela", trabajaba en el Banco Provincial de Santa Fe y tenía 30 años cuando fue secuestrado por el Grupo de Tareas y trasladado a la ESMA. Luego de pasar unos meses en ese campo de concentración, consiguió fugarse y desde la calle llamaba por teléfono a los marinos que lo habían tenido cautivo.

"Con los bolsillos llenos de cospeles y monedas, llamaba a sus verdugos, se identificaba, los insultaba y les preguntaba cuanta gente más habían matado desde que él no estaba en la ESMA. Y como una premonición, decía al teléfono: 'Va a haber un Nüremberg para todos ustedes, asesinos'", cuenta Bonasso en su libro.

También mandó cartas "a Raúl Castro -Embajador de EE UU en Argentina-; a los monseñores Aramburu, Primatesta y Zaspe; al propio dictador Videla; a los mandos militares; los sindicatos; los dirigentes políticos; al staff del Ministerio de Relaciones Exteriores; al Secretario de Naciones Unidas (ONU); a Amnesty Internacional y a toda la prensa extranjera".

"En las cartas denunciaba su secuestro y los hechos que ocurrían en la ESMA , los nombres y alias de los represores que actuaban allí y los casos de asesinatos y secuestros que él conocía", agregó el legislador en su libro.

Poco antes del Mundial de Fútbol 1978 Maggio "tuvo una entrevista con el sub director de Associated Press que fue publicada en los principales diarios del mundo. En ella reiteró sus denuncias, el caso de las monjas francesas detenidas y desaparecidas y el caso de Dagmar Hagelin".

Según Bonasso, Maggio "se transformó en el objetivo primordial de la dictadura" hasta que fue nuevamente aprehendido y "desarmado, se defendió a pedradas contra sus captores y asesinos" que lo ejecutaron.

"Su pequeño cadáver fue expuesto en la ESMA como trofeo de guerra ante los prisioneros en el mes de septiembre de 1978", relató
Recuerdo de la Muerte.

La esposa de Maggio, Norma Valentinuzzi, docente de 28 años, fue detenida el 11 de septiembre de 1979 y desde entonces permanece desaparecida. De ese matrimonio nacieron sus hijos Facundo y María Eva, dos sobrevivientes del terrorismo de Estado.

© Publicado por el Diario Crítica de la Argentina de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, el día 22 de julio de 2008.

Latidos en el viento...

“PRIMERO MATAREMOS A TODOS LOS SUBVERSIVOS, LUEGO A SUS COLABORADORES, DESPUÉS A LOS SIMPATIZANTES, LUEGO A LOS INDIFERENTES, Y POR ÚLTIMO LOS TÍMIDOS”.

Gral. Ibérico Saint Jean. Gobernador de la Provincia de Bs. As. Mayo de 1977.

Prólogo

El caluroso y agobiante 6 de noviembre del 2004 son descubiertos en el sector privado de un cementerio de Provincia cuatro cadáveres enterrados como NN. Se sospecha que podrían ser los restos de victimas de la dictadura que asoló a la Argentina en la década del 70. Una comisión judicial, que es guiada por un viejo sepulturero de ojos muy claros, se hace presente en el lugar y comprueba que los esqueletos son de cuatro mujeres. Algo los impresiona. La posición de los restos. Los cadáveres parecen abrazarse y algo más. Entre los jirones de ropa sobresale una tela floreada que aún conserva sus intensos colores.

La Historia

En la madrugada de 10 de diciembre de 1977 Azucena Villaflor camina apresuradamente hacia un kiosco de revistas. Es una mujer de cincuenta años, de buen porte, que luce sin prejuicios un colorido vestido floreado. Al llegar al kiosco busca con ansiedad en el diario matinal una solicitada cuyo titulo es: POR UNA NAVIDAD EN PAZ. Sonríe satisfecha y emprende el regreso, pero a mitad de la avenida dos autos sin identificación la interceptan. Cuatro hombres de civil la golpean y a pesar de su resistencia logran introducirla a uno de los vehículos para trasladarla a la ESMA, el mayor Centro de Detención Clandestina de la Marina Argentina.

Encapuchada y engrillada Azucena es conducida al Casino de Oficiales donde la espera para interrogarla el “tigre” Acosta, jefe del grupo de tareas GT 3.3.2, una especie de GESTAPO Argentina. Acosta es un oficial “duro”, encargado también de la “inteligencia”, de la tortura a los detenidos que se realiza en los sótanos de la ESMA. En su escritorio el oficial tiene abierta una carpeta, abultada, escrita a máquina y con abundantes fotografías de Azucena en distintos lugares de la ciudad.

El informe fue realizado por Alfredo Astiz, un joven oficial de 26 años, espía, que en los últimos meses se ha infiltrado en las organizaciones de familiares de desaparecidos y sobre todo entre el grupo de las Madres de Plaza de Mayo cuya fundadora y líder es Azucena. Con exasperante paciencia Acosta comienza el interrogatorio, revisa la carpeta y como si fuera un profesor de historia elige al azar alguno de los hechos, de las “acciones” realizadas por Azucena en estos largos doce meses en que esta mujer, sencilla ama de casa de un barrio del suburbio obrero, comenzara la búsqueda de su hijo Néstor, de 24 años, secuestrado por las fuerzas militares. Pero Azucena no responde, debajo de la capucha que cubre su cabeza solo se escucha un susurro; que día a día se transformará con más fuerza en el sentido de su lucha: “Solo busco a mi hijo”. Acosta no se inmuta. Tiene la paciencia del torturador, el tiempo juega a su favor o al menos eso es lo que él cree. Azucena es trasladada a el altillo del casino de oficiales donde se hallan otros detenidos. En medio del silencio y la oscuridad se reencuentra con dos de sus compañeras de lucha, madres que buscan a sus hijos como ella, y a dos monjas francesas, Alice y Leonie, secuestradas cuarenta y ocho horas antes, en otro operativo comandado por Astiz. Las mujeres ya han sido torturadas, aún así, se preocupan por la suerte de los otros detenidos y preguntan insistentemente por Gustavo Niño y su hermana, un joven al que “las Madres” han adoptado meses atrás como a un hijo.

Lo que ellas ignoran es que “Gustavo” esta muy cerca, las vigila y también las tortura, ya que el muchacho no es otro que Alfredo Astiz y su supuesta hermana, una joven de 20 años, una detenida y alojada en la ESMA, a la que Astiz le proporciona un “trato especial”. En los cuatro días subsiguientes las cinco mujeres serán interrogadas y salvajemente torturadas Pero la saña de los marinos se centrará especialmente en Azucena a quien Astiz a sindicado como integrante de la organización guerrillera Montoneros. Será Azucena, dotada de una carismática personalidad de líder quién, a pesar de los tormentos, descubra el macabro entramado de convivencia de la ESMA, donde interactúan, como en una “familia disfuncional”, secuestrados y secuestradores.

A medida que transcurren los días crece la tensión entre Acosta y Astiz. El fantasma de “Gustavo Niño” se hace presente para quebrarlas y arrancarles alguna confesión. Pero todo es en vano. Azucena y sus compañeras son solo madres y religiosas que buscan a sus hijos. La fe inquebrantable de estas mujeres enfrentara a los torturadores a su propia conciencia y ya sin respuestas reflexionan acerca de su liberación. Si esto ocurre será un doble triunfo ya que Azucena no ha perdido el tiempo y en los días transcurridos, ayudada por una “detenida reconvertida”, ha confeccionado una lista de todos los secuestrados alojados en la ESMA.

Pero, en el exterior del Centro de Detención, una nueva jugada del azar cambiará para siempre el destino de las mujeres. Los secuestros del 8 y 10 de diciembre de 1977 han impactado duramente en la política internacional de la Argentina. Francia reclama por las monjas, y EEUU por las tres Madres “desaparecidas”. En un intento desesperado por inculpar al “enemigo”, Acosta recibe la orden de fotografiar a las monjas francesas frente a una bandera de la organización Montoneros.

El engaño se completa con un “petitorio” de cuatro puntos escrito de puño y letra de la monja Alice Domon. La embajada de Francia recibe la misiva pero rápidamente sus servicios de inteligencia descubren la maniobra. La suerte de Azucena y sus compañeras está echada. En el despacho de Acosta suena insistentemente el teléfono. Al atender el oficial recibe una orden precisa. En el atardecer del 15 de diciembre de 1977, Azucena Villaflor, Esther Careaga, Maria de Bianco y las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet son inyectadas con Pentotal y posteriormente arrojadas al mar, en un avión de la Marina, en los ya célebremente famosos “Vuelos de la Muerte”. Para el grupo de tareas GT 3.3.2 es un caso cerrado y para las victimas el comienzo de otra lucha: ahora contra la impunidad.

Epílogo

El 20 de diciembre de 1977, un pescador furtivo encuentra en las costas de Mar Chiquita, en el Océano Atlántico los cuerpos flotando de cuatro mujeres. Algo lo impresiona, están todas juntas, como tomadas de la mano. Una de ellas lleva puesto un llamativo vestido floreado. Rápidamente, el aceitado aparato represivo, ordena enterrar los cuerpos en un Cementerio de Pueblo como NN. Un joven sepulturero, de ojos muy claros, se encarga de tapar “la fosa común”. Es un manso atardecer, el joven sepulturero ha finalizado su labor.

El cementerio está desierto cuando el muchacho clava en la tierra húmeda una cruz con la inscripción NN. Luego se queda un segundo en silencio y quitándose la gorra se persigna. Por último coloca un ramo de flores en la tumba para luego retirarse, silbando, mientras anochece.

EN ENERO DE 1978, LOS GOBIERNOS DE FRANCIA Y EEUU, A TRAVÉS DE SUS SERVICIOS DE INTELIGENCIA COMPROBARON LAS MUERTES DE LAS CINCO MUJERES. LA “DECISION DE ESTADO” FUE SILENCIAR LOS RECLAMOS AL GOBIERNO DE LA JUNTA MILITAR PRIVILEGIANDO SUS INTERESES ANTE UN “HECHO IRREMEDIABLE”. EN JUNIO DEL 2005, EL EQUIPO ARGENTINO DE ANTROPOLOGÍA FORENSE APORTÓ A LA JUSTICIA LAS PRUEBAS DE ADN QUE COMPROBARON LAS IDENTIDADES DE LOS CUERPOS RECUPERADOS DE AZUCENA VILLAFLOR de DEVICENTI, ESTHER CAREAGA, MARÍA DE BIANCO Y LEONIE DUQUET. LAS PRUEBAS APORTADAS POR EL ANÁLISIS DE LOS HUESOS SE CONVIRTIERON EN LA CORROBORACIÓN CIENTÍFICA DE LA METODOLOGÍA Y LA EXISTENCIA DE LOS “VUELOS DE LA MUERTE”. EN AGOSTO DEL 2005, EL JUEZ TORRES CITÓ EN EL PALACIO DE TRIBUNALES A LOS REPRESORES PERTENECIENTES AL GRUPO DE TAREAS GT 3.3.2 PARA COMUNICARLES EL CAMBIO DE CARÁTULA EN EL EXPEDIENTE ELEVANDOLO A “PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD, TORMENTOS Y HOMICIDIO”. PARA ELLOS EL HALLAZGO DE LOS CUERPOS ES EL FIN DE UNA LARGA IMPUNIDAD. LAS CENIZAS DE AZUCENA VILLAFLOR FUERON ESPARCIDAS EN LA HISTÓRICA PLAZA DE MAYO.

LOS RESTOS DE ESTHER CAREAGA, MARÍA DE BIANCO Y LEONIE DUQUET FUERON ENTERRADOS EN LOS JARDINES DE LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ LUGAR DONDE FUERON SECUESTRADAS.

EL CUERPO DE ALICE DOMON AÚN NO HA SIDO HALLADO.

© Publicado en http://www.pampafilms.com.ar

martes, 22 de julio de 2008

Las dos horas en que el país estuvo sin vicepresidente ...

Desde Olvos. Kirchner condujo el operativo con su celular. Ordenó que Cobos no votara.

Las dos horas en que el país estuvo sin vicepresidente...

-¡Pelotudo, hay cinco millones de tipos mirando la tele! ¿A quién carajo querés que saque? ¿Quién carajo se va a levantar de la banca, Pepe? Todo el país nos está mirando. Cagamos, Pepe. Hagan algo ustedes.

Las paredes de madera de cerezo y roble de Eslavonia del Salón de Lectura del Senado contuvieron los gritos de Miguel Ángel Pichetto. Cerca de la medianoche del miércoles, enfurecido y derrotado, el jefe del bloque de senadores kirchneristas admitió que todas sus gestiones habían llegado a un límite. Que el peso del destino de su Gobierno ya no estaba en sus manos.

Su compañero de bancada, el presidente provisional del Senado, José Pampuro, apoltronado en un sillón de cuero marrón habano, comprendió que a partir de ese momento, si había alguna chance de revertir el resultado, esa llave estaba ahora en su poder. Pampuro llamó una vez más al jefe de Gabinete, Alberto Fernández: “Seguimos empatados y esto no cambia”.

–Entonces convenzan a Cobos. No me atiende el teléfono. Si vota, nos caga. Se va todo al carajo. ¿Entendés, Pepe? Cleto no tiene que votar.Hasta esa hora, la agenda kirchnerista del día sólo acumulaba fracasos. Y no había margen para uno más. La noche anterior, Pichetto y Pampuro se habían ido a dormir con la certeza de tener 34 votos en su haber, contra 33 que sumaba la oposición. También había cinco senadores que no habían revelado su juego. Con las primeras luces del día el conteo ya estaba empardado: 35 a 35. Después del mediodía, fue el propio vicepresidente quien les anunció que el santiagueño Emilio Rached, un radical K como él, acompañaría el rechazo a la resolución 125. “¿Y qué va a hacer Saadi?”, avanzó el mendocino. "Con Saadi están Florencio (Randazzo) y el Chueco (Mazzón). Todavía no sé nada”, respondió Pampuro.

Las definiciones de la tarde quedaron en absoluta reserva. Incluso los radicales Gerardo Morales y Ernesto Sanz cuidaron con celo la decisión de Rached. El santiagueño le había dicho a Morales que se sumaría a la postura de la oposición en el restaurante del primer piso del Senado. El reloj del comedor marcaba las 15.25. Rached salió temblando del restaurante, como quien sostiene el peso de la República sobre sus hombros. Morales, en cambio, terminó sus sorrentinos de ricota y corrió al despacho de Sanz disimulando una sonrisa.

Cuando Saadi confirmó en el recinto que votaría por el Sí, el temblor invadió al vicepresidente. ¿Cuánto pesa una República? Pichetto y Pampuro también se estremecieron. Ya no había dudas, Néstor y Cristina estaban en manos de Cobos.

“Esto se define esta noche. ¿Escuchaste, Pepe? Vamos de frente. Se hunde con nosotros o está afuera. Cleto no tiene que votar”, ordenó Kirchner desde Olivos.

Pichetto se ocupó del Plan A: forzar a uno de los díscolos a abandonar el recinto al momento de la votación. El jefe de la bancada K llamó a 16 senadores, no respondió ninguno. La presión subió. También la suya. Debió ser atendido por un pico de tensión arterial en la enfermería del Palacio. Los nervios se apoderaban de la tarde. Kirchner le pidió a Hugo Moyano que se sumara a la Plaza. La orden era clara: presionar.

El blanco del Plan A fue Carlos Menem. El blanco más fácil. “Le van a limpiar sus causas judiciales”, se dijo una y otra vez. El rumor se extendió hasta la noche. Menem no hizo nada por ahuyentar los fantasmas: desde el mediodía que no estaba en el Palacio. Tampoco atendía el teléfono. “Me juró que votaba”, decía Adolfo Rodríguez Saá.

Sanz entró en pánico: “Llamemos al hermano Eduardo”. El ex senador se ocupó del resto. Eduardo Menem llamó a su sobrina Zulemita. “Estamos con el papi en el Otamendi. Le hicieron unas placas de pecho por la neumonía. Cuando terminemos, lo llevo al papi de nuevo. No te preocupes”, dijo Zulemita.

Casi a la 1 de la madrugada apareció. Y después de una década, Carlos Menem volvió a adueñarse de la palabra. Sus enemigos de ayer y los de hoy le concedieron un profundo silencio. Menem estaba mareado por la fiebre, por el cansancio y por los años. No era muy diferente el estado de Pichetto, que ante la figura corvada de su ex jefe veía fracasar su última estrategia.

Cobos le cedió la presidencia a Juan Carlos Romero. Era la 1.30. El vicepresidente se fue a su despacho. Lo siguió Pampuro. Tenía la orden de ejecutar el Plan B. Se encerraron a solas.

“No podés bajar. No podés votar. Julio, está en juego el Gobierno. Tenés que acompañar a la Presidenta o irte”, le transmitió Pampuro. En ese momento llamaron Alberto Fernández y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. No los atendió. “Ya di públicamente mi palabra. Dije que si llegaba el momento, iba a expresarme en la sesión. Eso voy a hacer”, afirmó Cobos.

En el recinto, los partidarios del No intentaron precipitar los hechos. “Sentá a todo el mundo”, le indicó Morales a Sanz, que junto a Rodríguez Saá se ocuparon de llamar a los demás senadores. Aún no eran las 2 de la madrugada. “Sería bueno que se acerque también el vicepresidente de la Nación, porque seguramente lo vamos a necesitar”, dijo Morales.

La chicharra comenzó a sonar. A las 2.35 el único senador que faltaba ocupar su banca era Pampuro. Tampoco estaba Cobos, que seguía con él. Pero nadie en el recinto, salvo Pichetto, lo sabía.

El turno para hablar le tocó a Sanz, al jefe de la bancada radical. “Si me está viendo el vicepresidente de la Nación, me gustaría que presidiera esta sesión en honor a los senadores que ya llevamos más de quince o dieciséis horas debatiendo”. Cobos no apareció.

–Pepe, no quiero votar en contra. Voy a pedir un cuarto intermedio para que busquemos un acuerdo. Tiene que haber consenso. Pero voy a bajar.

Pampuro le dijo una vez más que los Kirchner le pedían que se sumara al Gobierno o que se alejara de la votación. “Acepten el cuarto intermedio. Es lo que ofrezco”, insistió el vicepresidente.

Las negociaciones se desconocían en el recinto. “¡Qué bueno sería tenerlo al vicepresidente de la Nación!”, gritó Sanz al borde de la desesperación. Llevaba más de media hora prolongando su discurso, esperando. Ninguno de los 36 senadores que votarían por el No se atrevían a dejar sus bancas para averiguar personalmente qué estaba pasando.

Cualquier ausencia circunstancial podía abrir la puerta para una votación repentina, y fatal. Hasta las ganas de orinar también estaban vedadas.

Un colaborador de Sanz, mendocino como Cobos, se acercó al despacho del vice. Sólo se calmó cuando lo vio en persona.

–Julio, te estamos esperando.

–Ya estoy saliendo. Dame un minuto.

El asistente volvió al recinto y tranquilizó a Sanz. Pampuro ocupó su banca y Pichetto, el último orador, tomó la posta de los discursos. Cobos volvió por un segundo a su despacho. Hizo coraje y llamó a Alberto Fernández. Con vez temblorosa, le advirtió: “Voy a bajar. Ustedes pueden evitar que emita mi voto. Acepten el cuarto intermedio y busquemos consenso”.

Alberto cortó y alertó a Pampuro: “Esto se decide ahora. Cobos no puede llegar al recinto”. Junto al santacruceño Nicolás Fernández, Pampuro salió disparado. Mientras tanto, Pichetto entretenía a la tribuna con sus confesiones sobre las miserias electorales del oficialismo y sus aliados. Fernández y Pampuro interceptaron a Cobos a mitad de camino, entre su despacho y el recinto. Lo llevaron, casi a empujones al Salón de Lectura.

–Estás loco. Querés cargarte al Gobierno. Si votás en contra te tenés que ir. Va a presidir Pepe y va a desempatar Pepe.

–No voy a aceptar órdenes de ustedes. Si me tiene que decir algo, que me llame Cristina.

Pampuro volvió a llamar a Olivos. No consiguió dar con ella. A esa hora, la Presidenta ya estaba durmiendo.

–Julio, si pasás por esa puerta, tenés que renunciar. Cobos abrió la puerta, se volteó y los mandó al carajo. A las 2.58 el Vicepresidente entró al recinto.

A las 3.46 habilitó la primera votación: empate. Segunda votación, un nuevo empate. “¡Que la historia me juzgue! Pido perdón si me equivoco. Voto… Mi voto no es positivo”, le dijo Cobos a la historia. Pichetto le ordenó a su bloque: “Saquen la tarjeta (del voto electrónico). Nos vamos a la mierda”.

© Publicado por Damián Glanz en el Diario Crítica de la Argentina de la ciudad Autónoma de de Buenos Aires el viernes 18 de julio de 2008.