Lanús le ganó 2 a 1 a Huracán y lo mandó a la Promo. En Nuñez festejan: el equipo de Jota Jota salió de la zona complicada. El Grana sueña con la Libertadores.
Las cejas de River tuvieron en su eje central a Huracán desde que empezó a aflorar el Apertura. El Globo fue el objetivo de arranque y perdió terreno (para ser precisos, tenía 12 puntos de ventaja), tanto que su cazador furtivo, gracias a que Lanús le ató las cuatro patas a la presa, por fin pudo sentirle el perfume del cuello y morderlo: por primera vez en el campeonato, los de Parque Patricios quedaron en esa posición que en la que nadie quiere estar, la Promoción.
Salir con esa presión, saber que enfrente había un rival que se jugaba todo porque pretende clasificarse a una Copa y, para colmo, sufrir esa ley del ex que Paolo Goltz, muy temprano, ejecutó a la perfección, eran los atenuantes que formaban el concepto del difícil partido que enfrentaban los pibes de Huracán. Dejaron todo, con un Rodrigo Battaglia que fue pura entrega, un Rolando Zárate que siempre incomodó a los centrales rivales y un Angel Morales vivo. Gracias a Matute, Huracán llegó al empate: en un tiro libre, en lugar de tirar la pelota directamente al área, se la abrió a Agustín Peña y éste le soltó el centro a Ezequiel Filippetto con una defensa rival perdida.
Los de Gabriel Schurrer tuvieron un sector que dominaron a voluntad: la banda izquierda. Mario Regueiro siempre le ganó la pulseada a Peña. Eso y que Guido Pizzarro estuvo despierto a la hora de manejar los tiempos, fueron las armas de un Lanús que salió a llevárselo por arriba pero se encontró con un trabajo más que complicado en el Palacio. Lo demostró el 2-1, que necesitó una ayudita de Filippetto y la astucia de Gonzalo Castillejos, en la primera que tocó, para hacerse presente. Encima, a Huracán la suerte pareció soltarle la mano en el final: el juez no le dio un penalazo y tuvo el aroma del gol dos veces en una misma jugada. Ni de carambola, la metió.
Mucho aire tenía el Globo en el amanecer del Apertura para no concentrarse en la Promo. Tanto aire que podía despreocuparse de un River que no parecía contar con el alfiler para pincharlo. Ocurrió lo contrario, porque por Núñez con Juan José López a la cabeza, todavía no asomó ninguna derrota. Y, si de aire se trata, el que ahora respira es el propio River.
© Escrito por John Jones y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 29 de Noviembre de 2010.
Todos se van a acordar de Paolo Goltz en Parque Patricios. Pero no por ser hijo pródigo del club, ni por ser héroe en el ascenso, ni el mariscal en el equipo del tiki tiki. Se van a acordar porque aquél que salió de las entrañas del barrio quemero es el que ayer destinó a Huracán a estar por primera vez en la temporada en zona de Promoción: quedó a un punto de River, tras haber arrancado la temporada 11 arriba.
Pero que el árbol no tape el bosque. Porque aunque Goltz abrió el camino con su testazo y lo cerró ahogándole sobre la línea el grito del empate agónico a Bottaro, Huracán fue el que le posibilitó a Lanús seguir vivo en la lucha por entrar a la Libertadores (está a dos de Newell’s y a uno de Racing).
Porque fue Huracán el que avisó desde el planteo que iba a estar de oferta. Un 5-3-2 con figuritas en lugares poco usuales alertaron a Lanús. Y agarraron la Promo. Regueiro explotó la espalda de un Peña perdido (no era ni 4 ni 8) y de un Villán que nunca se asentó. Pizarro se movió con libertad a espaldas de Soplán y de Battaglia y Goltz, sí, Goltz, se hizo patrón de la cueva. Así, Lanús aprovechó las facilidades (al por mayor) del fondo local. Pero no lo liquidó. Y el Globo, desde la picardía de Battaglia, quien se empezó a soltar y a generar una rebelión en sus compañeros empezó a inquietar a un Lanús que lejos estuvo del nivel mostrado en el debut de Schurrer ante Tigre.
De a poco, el 5-3-2 que desprendía en cuentagotas a sus jugadores -como mucho, hasta ahí, el Globo atacaba con tres o cuatro hombres a la vez-, se fue desamoldando. Y hubo premio en el cabezazo de Filippeto. Y pudo estirarlo con un tiro del Roly o con una bomba de Battaglia en el complemento, que también desactivó Caranta. Pero los de Brindisi, superiores desde el 1-1 (aunque sin ser arrolladores, claro está), se empezaron a quedar y a cederle pelota y terreno a Lanús. Con Blanco y Castillejos en cancha (¿y si entraban antes?) y con los sucesivos errores del local a la hora de retroceder, eso fue letal. Tanto que, al final, la Promo del Grana tentó más...
© Escrito por Maxi Campobassi y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos AIies el lunes 29 de Noviembre de 2010.
¡Justo Paolo resultó un monstruo, Globo! El zaguero abrió el score y, al final, salvó dos veces en la raya.
No es joda la ley del ex. Una y otra vez vuelve a confirmarse, cuanto menos, en el balompié nacional. Anoche, la sufrió Huracán. Y vaya si dolió en los Quemeros. Porque Paolo Goltz supo ganarse un lugar en sus corazones a lo largo de los ocho años en los que defendió el barrio de Parque Patricios, ascenso a Primera y tiki tiki de Cappa incluidos entre los hitos en los que participó. Entonces, que justo él sea quien abra el marcador, cabezazo certero en el primer tiempo, caló hondo en las gradas locales. Aunque, quizá, más dolió el bonus track del final, ahí cuando Huracán buscaba a los ponchazos, desesperadamente, empatar un partido que lo estaba devolviendo (y así fue nomás) a la Promoción. Bottaro shoteó tras un pseudo flipper en el área, masita que tomó envión en un rebote y, cuando entraba, en tiempo de descuento, Paolo puso el pie en la raya, cubriendo a Caranta. Y cuando devolvieron su despeje, todavía a pasitos de la línea de cal, volvió a despejar. Sí, todo un Goltzilla para Huracán...
“Es un triunfo muy importante para nosotros, esto fue lo que vinimos a buscar, porque ahora quedamos muy bien posicionados de cara al ingreso a la Copa Libertadores, y porque siempre es bueno sumar, y más en condición de visitante y en una cancha tan difícil como ésta”, dijo el central todavía con las pulsaciones elevadas, evitando referirse a la condena propiciada a su ex equipo, del cual hasta fue un buen tiempo su mismísimo capitán. Es que, si Lanús ganó, en gran parte fue gracias a Paolo, quien anoche convirtió su primer gol con la camiseta del Granate. Pero no olvidó: apenas la pelota entró se le escapó un insulto al aire y se fue desconsolado hacia su sector.
© Escrito por Ariel Cristofalo y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 29 de Noviembre de 2010.
“La verdad: quiero que desaparezcan las próximas semanas”, dijo Miguel Brindisi. Se mostró entero.
Preocupado pero entero, así se lo vio a Miguel Brindisi, quien desterró rumores sobre su continuidad. “Es la realidad que nos toca. Cuando llegué nunca imaginé que a esta altura del torneo íbamos a tener que poner más de diez pibes entre los concentrados. No puede ser. Quiero que este torneo se termine rápido, que desaparezcan las próximas semanas”, aseguró. Luego, baño de optimismo, añadió: “Hay que llegar a la orilla y volver a zarpar el barco. Ya estamos trabajando con los refuerzos. Necesitamos un volante por izquierda, un central y dos delanteros”. La derrota ante Lanús, la cuarta en fila, fue una mancha más: “No tengo nada que decirles a los jugadores, dejaron todo. Pero estamos adversos, nos convirtieron en el final”. Antes de despedirse hubo un apagón momentáneo y se lo escuchó claro y resignado: “Es lo único que nos faltaba...”.
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