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sábado, 5 de septiembre de 2015

¡¡¡Catastrófico!!! (Para Bolivia, claro...): Argentina 7 vs. Bolivia 0... @dealgunamanera...

¡¡¡Catastrófico!!! (Para Bolivia, claro...)


Fue una noche para el olvido en Houston. Una improvisada selección boliviana no pudo ante su par de Argentina y cayó goleada por 7-0 en el estreno de Julio César Baldivieso como entrenador de la Verde.

Sin alma y sin fútbol, el equipo boliviano no fue rival ante una selección B de Argentina que tuvo a Lavezzy y Agüero como sus figuras estelares, dupla que se complementó con la aparición de Lionel Messi en la segunda parte para un 7-0 humillante.

Peor debut no pudo imaginar, Baldivieso y sus muchachos sufrieron en los 90 minutos de juego, la diferencia entre ambos combinados era notoria, la Albiceleste jugó ordenada, mientras que la Verde tuvo innumerables errores que por poco hicieron mayor la catástrofe.

Ni siquiera pasaron cinco minutos y Bolivia tenía el marcador en contra, un pase de Agüero a Lavezzi hizo que éste anote ante la floja marca de la defensa boliviana (5’).

Los errores siguieron y Pereyra hizo una buena pared con Agüero quien no perdonó para aumentar la cuenta a dos en el minuto 34. Bolivia pagaba cara sus faltas.

Pero lo peor llegó después, Veizaga se durmió en la marca y dejó que Agüero se lleve el balón, éste pasó a Lavezzi quien sólo tuvo que empujar la pelota ante la salida desesperada de Vaca que poco pudo hacer. 3-0 (41’).

Bolivia se limitó a atacar mediante tiros libres, Smedberg-Dalence fue la principal carta para buscar el descuento, en unas mandó centros que fueron despejados por la defensa argentina, y en otras sus remates fueron directos al arco de Romero quien no tuvo complicaciones.

Argentina siguió con hambre de goles, no se conformó con sólo tres. Lavezzi se fue por la derecha, aprovechó que Zenteno estaba mal ubicado y mandó un pase a Agüero quien marcó el 4-0 (59’).

Martino hizo ingresar a Messi, éste quiso cobrarse revancha de los bolivianos y de cabeza, tras ganarle en el salto a Raldes, marcó el quinto (67’), el primer gol de la Pulga a Bolivia en la historia. Pero la pulga no se quedó ahí, hizo el sexto tras pase de Agüero y ante la floja marca de Veizaga y Zenteno (75’).

Ángel Correa se encargó de anotar el séptimo gol a los 84’ con lo que cerró la humillación a una paupérrima Bolivia.

Argentina: 7

Sergio Romero, Gonzalo Rodríguez, Emanuel Más, Milton Casco, Ramiro Funes Mori, Nicolás Gaitán, (Lionel Messi, 64'), Roberto Pereyra, Erik Lamela (E. Banega, 77'), Matías Kranevitter, Sergio Agüero (Carlos Tevez, 80'), Ezequiel Lavezzi (A. Correa, 81'). DT: Sergio Martino

Goles: Agüero (34' y 59'), Lavezzi (6' y 41'), Messi (67' y 75') y Correa (84')

Bolivia: 0

Daniel Vaca, Miguel Hurtado, Ronald Raldes, Edward Zenteno, Rudy Cardozo (Abraham Cabrera, 46'), 15. Danny Bejarano (Damián Lizio, 46'), Wálter Veizaga, Martín Smedberg (18. R. Ramallo, 64'), Alejandro Meleán (A. Chumacero, 46'), Juan Carlos Arce. (R. Eguino, 46'), Marcelo Martins (G. Álvarez, 86'). DT: Julio Baldivieso

Goles: No hubo

Árbitro: Ricardo Salazar (EEUU)
Asistentes: Adam Garner y Peter Manikowski (EEUU)
Expulsados: No hubo
Público: 23 mil personas
Estadio BBVA Compass (Houston) 


© Escrito por Víctor Quispe Perca el sábado 05/09/2015 y publicado por el Diario La Prensa de La Paz, Bolivia.










miércoles, 1 de julio de 2015

Copa Argentina 2015... Argentina 6 vs. Paraguay 1... @dealgunamanera...

Con goles y lujos, la Selección Argentina ya está en la final


En apenas 90 minutos, el equipo nacional anotó más tantos que en todos los partidos previos. Con actuaciones brillantes de Javier Pastore y Lionel Messi, arrolló al conjunto paraguayo y llega como favorito a la definición contra Chile, el sábado.

Llegó el día, o mejor dicho la noche, de la demostración, la de la contundencia en la red, la de las sociedades perfectas, armoniosas, implacables. Con un Messi intratable, que tuvo participación en todas las jugadas de gol; un Pastore de galera y bastón, que jugó un partidazo; un Di María pícaro y oportuno; un Agüero exigente, y un Mascherano inspirado y firme; la Selección borró de la cancha y goleó por 6-1 a Paraguay para conseguir su pasaje a la final de la Copa América de Chile, donde el sábado enfrentará por el título al seleccionado local. Rojo abrió la cuenta, Pastore la amplió con un golazo, tras el descuento de los guaraníes Di María metió un doblete, y lo liquidaron Agüero y su reemplazante, Higuaín.

Otra vez, como lo había hecho en todas sus presentaciones en la Copa, Argentina intentó imponer su juego desde el comienzo ante un Paraguay que no tuvo más remedio que retrasarse y aprovechar sus oportunidades de contragolpe. Así lo hizo a los cinco minutos, con un remate apenas desviado de Santa Cruz, quien habilitado por Haedo Valdez no había encontrado oposición entre los marcadores centrales del equipo del Tata Martino, Demichelis y Otamendi, que en esos minutos iniciales, para colmo, había fallado seguido con los pases.

Se trató de una jugada aislada, porque el dominio de la Argentina era claro y las situaciones de gol no iban a tardar en llegar. De hecho, a los diez minutos, habilitado por un centro de Zabaleta, Pastore tuvo la primera opción clara para abrir la cuenta. Pero no pudo agarrar bien en su remate la pelota, que terminó mansa en las manos de Villar. Paraguay respondió con algunas faltas en el mediocampo, que calentaron por un momento el partido, hasta que el árbitro brasileño Sandro Ricci mostró las primeras amarillas, incluyendo una a Biglia por protestar.

Una cosa era Argentina en defensa y otra, mucho más clara, era cuando pasaba al ataque. Así, a los 14 minutos, de una falta sobre la franja izquierda, nació el centro de Messi que le permitió a Rojo abrir el marcador. El volante puso la pelota a media altura, como para complicar a los lungos paraguayos, Rojo –que apenas un minuto antes había pedido un cambio de botines, cansado de resbalarse– anticipó bien a Cáceres pellizcándole la pelota y, rápido de reflejos, se acomodó para sacar el remate para el que Villar no tuvo respuesta.

En desventaja, el equipo de Ramón Díaz se animó a atacar, tal como lo había hecho en el primer partido del Grupo B. Y otra vez la Argentina pareció perder el control del partido. Pero había algo para aprovechar, los espacios que dejaban los paraguayos sobre sus espaldas, aprovechando la claridad y la velocidad de sus atacantes.

Messi se escapó, hizo la pausa y se la dejó a Pastore, que pudo darle de primera pero buscó acomodarse y terminó rematando sobre el cuerpo de Villar. No hubo mucho para lamentarse porque Argentina encontraba espacios y llegaba con cierta facilidad. Así, apenas unos minutos más tarde, a Pastore se le abrió finalmente el arco. Fue después de una excelente habilitación de Messi, en otra contra. El Flaco picó al vacío y desde la puerta del área, con tremenda elegancia, sacó un derechazo bajo y cruzado que se coló sobre el palo derecho del arquero paraguayo para poner el 2-0. El equipo de Ramón, que ya había perdido por lesión a Derlis González, recibió otro duro golpe con la salida, también lesionado, de Santa Cruz. A la selección se le estaban dando todas las condiciones para golear. Messi, que tenía una noche soñada, pudo ampliar de tiro libre, pero su ejecución se fue por arriba del travesaño.

Había que tener tranquilidad para cerrar bien la primera parte, pero el equipo nacional no la tuvo. Porque una cosa era en ataque, con las sociedades entre Pastores, Messi, Di María y Agüero, y otra, más floja e improvisada, era en defensa, sobre todo cuando los rivales se la quisieron jugar al todo o nada. De una mala entrega de Otamendi desde el fondo, nació la contra que Paraguay aprovechó para el descuento. El ingresado Barrios anticipó a Pastore y avanzó por el hueco que había dejado Demichelis –titular en el equipo por la baja de Garay, por una descompostura– para con el arco de frente fusilar a Romero.

No parecía justa la diferencia. Tanto lo habrán lamentado los muchachos de Martino en el vestuario, que al minuto de iniciado el complementario, en lo que fue la culminación de una hermosa jugada colectiva, el implacable Pastore lo vio picar a Di María y le puso la pelota en inmejorable posición para que el atacante del Manchester United sacara un remate cruzado y volviera a estirar a dos la ventaja. Todavía iba a haber más para el equipo nacional.

Tras otro error de Demichelis en defensa, Paraguay tuvo otra oportunidad para descontar, pero Romero respondió bien. Eso fue apenas un detalle en el concierto ofensivo de la Selección, que con Messi como dueño de la batuta, y Pastore como instrumento principal, tenía todavía más para ofrecer: la eficacia que no había podido mostrar en sus primeras cuatro presentaciones. Y llegó el cuarto. Messi comandó el ataque, Pastore recibió y buscó definir frente a Villar, quien rozó la pelota que le quedó justa a Di María para el 4-1 que desató la locura. Aún no estaba dicha la última palabra.

La Argentina quería más, Messi buscaba el gol propio para ponerle el broche de oro su actuación y al partido. Fue extraño que no lo lograra. Sin embargo, tuvo tiempo para gritar otros dos. El quinto, que marcó Agüero, de cabeza, tras un centro impecable de Di María, mientras Higuaín calentaba a un costado para reemplazarlo. El que marcó el Pipa, en la primera pelota que tocó, luego de un desparramo entre Messi y Banega dentro del área y una pelota sucia que el delantero del Napoli robó para sacar el zurdazo del 6-1 final con el que la Selección logró ingresar con absoluta autoridad a una nueva final de la Copa América.


Estadio: Ester Roa (Concepción).

Arbitro: Sandro Ricci (Brasil).

Goles: 14m Rojo (A), 26m Pastore (A), 42m Barrios (P); 46m y 52m, Di María (A); 79m, Agüero (A); 82m, Higuaín (A)

Cambios: 25m Bobadilla por D. González (P), 29m Barrios por Santa Cruz (P); 55m Romero por Haedo Valdez (P), 72m Banega por Pastore (A), 76m Gago por Mascherano (A), 80m Higuaín por Agüero (ARG).

© Escrito por Facundo Martínez el martes 1º/07/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.











jueves, 18 de junio de 2015

Copa América... Argentina 1 vs. Uruguay 0... @dealgunamanera...

La Selección Argentina se sacó todas las ganas de ganar...


Un golazo a la Manchester City –centro de Zabaleta, cabezazo de Agüero– le dio el primer triunfo en la Copa América al equipo nacional, que sufrió como en su debut ante Paraguay, pero se aseguró los tres puntos. Messi, Pastore, destacados.

La Selección ganó ayer un partido chivo, que dominó ampliamente en la primera parte, frente a un Uruguay que apenas se animaba a pasar el medio campo, y que lo sufrió como loco en el final cuando, tras el gol de cabeza de Agüero, los dirigidos por el Maestro Tabárez se le fueron encima con inesperado ímpetu. El arquero Romero, que no había intervenido tanto en la noche chilena, terminó siendo clave en el final para aguantar el resultado y salvar el cero en el descuento tras un remate de gol de Hernández. 

Pastore, Messi y Agüero fueron los destacados del equipo nacional, que en los últimos sufrió horrores el hecho de haber perdido el control del trámite. La victoria dejó al equipo de Martino como puntero del Grupo B, junto a Paraguay, que en la previa venció 1-0 a Jamaica, y prácticamente clasificado a la siguiente ronda.

Ni bien comenzó el encuentro, la Selección fue inclinando la cancha hacia el arco rival aplicando su fórmula predilecta: tener la pelota y jugarla segura a un compañero. Pastore era el eje del equipo en esos primeros minutos, y gracias a él, Di María tuvo una muy buena chance a los 8 minutos que no prosperó porque Muslera le tapó el remate abajo sobre el primer palo. Uruguay, en cambio, buscaba su crecimiento con contraataques rápidos y pases profundos, que no siempre llegaban a destino.

Uno de los méritos del equipo de Martino fue la paciencia para mover la pelota para intentar abrir espacios en ataque, mientras esperaba que Messi terminara de aparecer y se asociara más frecuentemente con Pastore, quien a los 20, en combinación con el crack del Barcelona, intentó sorprender al arquero uruguayo con un remate desde afuera del área.

Argentina necesitaba cambiar un poco el ritmo en el ataque, y cuando eso ocurrió el equipo contó con la situación más clara de gol en la primera parte. Pastore habilitó a Messi, éste sacó un centro perfecto para Agüero, cuyo cabezazo no entró en el arco de milagro. Casi inmediatamente fue Messi el que probó con un frentazo desde el corazón del área, que se desvió en un defensor uruguayo. La Selección había encontrado una puerta a espaldas de Arévalo Ríos y se acercaba cada vez más al dominio de Muslera.

Los uruguayos, por su parte, siguieron ensayando su libreto: aguantar todos juntos en su campo y contragolpear, con envíos profundos para que tanto Cavani –bastante peleado con la pelota– como Rolan se inspiraran solitos en los últimos metros, y a las jugadas de tiro libre que la Argentina le entregaba ocasionalmente sobre la mitad de la cancha.

El equipo nacional necesitaba un poco más de Agüero y de Di María, que se desmarcaran e incluso que se retrasaran un poco en la cancha para entrar con mayor frecuencia en el circuito de juego. Al cabo de la primera parte, Argentina consiguió una posesión del 71 por ciento, pero este dominio no se reflejó en los tiros al arco, donde la relación fue de 5 contra 3.

Apenas arrancó la segunda parte, Maxi Pereira le ganó la posición a Pastore y sacó un violento remate que Romero, obligado, despejó con ambas manos. Una señal de alarma para el equipo argentino.

Pero rápidamente la Selección volvió al registro de la primera parte. Dominio de la pelota con buenas combinaciones entre Messi y Pastore, a los que de a ratos se les sumaba Biglia y las apariciones esporádicas de Di María y más frecuentemente de Agüero. En eso estaba cuando, a los 54, tras una buena intervención del volante de PSG, Zabaleta recibió el pase y metió un centro perfecto para que Agüero, ingresando por sorpresa por el primer palo y ganándole la carrera a Giménez, metiera la cabeza para abrir el marcador.

En desventaja, Uruguay soltó amarras y se animó a adelantarse en el campo de juego. La Selección, de pronto, encontró los espacios que hasta el gol se le habían negado, pero en el intercambio del golpe por golpe terminó perdiendo el control, y sufriendo por ello más de lo necesario. Pudo haber ampliado Messi cuando, luego de acelerar sobre un costado de área, dejó desairado a Alvaro Pereira, se metió en la zona de peligro y metió un centro picante que Godín terminó despejando con lo justo. Unos minutos más tarde, con el partido calentito y las revoluciones arriba, Pereira le devolvió gentilezas al argentino con una patada en la rodilla que le dolió más a Mascherano que al propio Messi.

En medio de la desprolijidad y el nerviosismo, Uruguay se volvió más agresivo y peligroso. El ingresado Sánchez sacó un violento remate desde afuera que Romero despejó y que luego tomó Rolan para, a tiro del empate, definir por arriba del travesaño. La Argentina respondió con un zurdazo de Messi desde afuera, que Muslera atrapó sin problemas. Y, luego de una buena combinación con el ingresado Tevez, el capitán argentino tuvo otra muy buena chance, pero volvió a encontrar respuesta en el arquero uruguayo.

A puro vértigo terminó el partido, con Uruguay lanzado en ataque y Argentina aguantando las embestidas.

Argentina 1

Romero; Zabaleta, Garay, Otamendi, Rojo; Biglia, Mascherano, Pastore; Messi, Agüero, Di María. DT: Gerardo Martino.

Uruguay 0

Muslera; M. Pereira, Giménez, Godín, A. Pereira; A. González, Arévalo Ríos, Lodeiro, C. Rodríguez; Rolan, Cavani. DT: Oscar Tabárez.

Estadio: La Portada (La Serena).

Arbitro: Sandro Ricci (Brasil).

Goles: 54m Agüero (A).

Cambios: 63m C. Sánchez por C. Rodríguez (U), 69m Hernández por Lodeiro (U), 77m Banega por Pastore (A), 80m Tévez por Agüero (A), 87m Pereyra por Di María (A).


© Escrito por Facundo Martínez el miércoles 17/06/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 14 de junio de 2015

Copa América 2015... Argentina 2 vs. Paraguay 2... @dealgunamanera

Imagen preocupante de la Selección…


El equipo de Gerardo Martino hizo un muy buen primer tiempo, en el que controló como quiso la pelota y sacó ventajas de los errores de los rivales, pero no supo cómo frenar la embestida de los dirigidos por Ramón Díaz, que se lo empataron de guapos.

Al final del primer tiempo Argentina ganaba 2 a 0; la mar estaba serena; Martino estaba sereno; Argentina ganaba serenamente en La Serena y se escuchaba el canto de las sirenas que anunciaban la goleada para el complemento. Pero en la segunda parte Argentina siguió creando situaciones de gol y los paraguayos embocaron dos goles, uno de ellos sobre la hora. Empataron un partido que parecía perdido y lo festejaron como correspondía mientras que los argentinos se quedaron con el gustito amargo de un empate que, naturalmente, se tomó –al menos en caliente– como una derrota.

La pregunta del millón, a la que Martino dio sólo respuestas a medias, es qué pasó con la Selección Argentina, por qué cambió tanto, por qué bajó tanto su nivel. Hay respuestas que van de lo técnico a lo táctico y que también atraviesan lo psicológico y lo azaroso y los vaivenes naturales que tiene todo partido de fútbol.

Una de las claves de la caída en el rendimiento se puede encontrar en la salida de Pastore, que podía haber sostenido mejor la pelota en los momentos en los que Paraguay jugaba a otra cosa distinta a la de la primera parte. El técnico argentino, por otra parte, podía haber reforzado mejor el medio juego y ponerlo a Biglia en lugar de Agüero, por ejemplo, pero prefirió hacer dos variantes que hablan de su idea de apuntar más al desequilibrio que pueden lograr los delanteros (los titulares o los suplentes, si los titulares se cansan) más que al equilibrio que se puede alcanzar con los volantes de contención. De hecho el equipo que puso en la cancha y que deslumbró en el primer tiempo, fue un festín de jugadores de excelente técnica.

Ramón Díaz, que había mandado a sus jugadores a la retaguardia en el primer período, tratando de aguantar el asedio con dos líneas de cuatro tuvo que cambiar con la chapa puesta. Y a riesgo de comerse una goleada (que bien pudo haber ocurrido si Argentina metía el tercero en ocasiones que no le faltaron antes del descuento) mandó a sus jugadores al frente. 

Con eso sólo no le hubiese alcanzado para dar vuelta la historia. Necesitaba la complicidad del equipo argentino y la tuvo. Los de Martino, primero desaprovecharon las ocasiones que tuvieron en el contraataque y a medida que pasaban los minutos empezaron a perder el control de la pelota, la repartieron demasiado con sus rivales y eso generó dudas e incertidumbre de la mitad e la cancha hacia atrás. Poner el foco solo en las grietas defensivas (que las hubo, claro) y en la falta de solidez de los cuatro del fondo sería un error; el equipo quedó cortado en dos y en esto las responsabilidades son compartidas.

En el segundo tiempo los paraguayos generaron cinco situaciones de gol y en casi todas –hay que reconocerles ese mérito– resolvieron muy bien; dos fueron goles; dos salvó Romero con espectaculares atajadas y la otra fue una pelota que cruzó todo el arco y no fue gol de milagro. Los goles fueron muy lindos los dos: el primero un zapatazo de afuera del área de Haedo Valdez y el segundo un buen remate de Barrios, después de un cabezazo hacia atrás.

Los goles de Argentina no fueron tan limpios. El primero llegó después de un error medio grosero de Samudio y el segundo en un penal medio dudoso de Samudio, a Di María, después de una apilada con el sello de Messi. Y eso también opaca la actuación del equipo nacional.

De todas maneras ni los goles medio raros ni el bajón del segundo tiempo deben borrar íntegramente todo lo que fue capaz de producir el equipo en una parte importante del encuentro. Muy bien Banega como salida, inteligente Pastore para meter tres o cuatro estiletazos excelentes, enchufado Messi, activos Di María y Agüero, pusieron contra la pared a sus rivales y convirtieron en figura al arquero paraguayo. 

Como síntesis de todo esto, este dato que no es menor: ¡Romero casi no tocó la pelota en los primeros 45 minutos!

En fin, para la Selección pudo haber sido una noche serenísima, pero no: mala leche.



© Escrito por Juan José Panno el domingo 14/06/201 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.