Mostrando las entradas con la etiqueta Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mostrar todas las entradas

sábado, 16 de abril de 2016

Newell`s Old Boys 1 vs. Huracán 0... @dealgunamanera

Pura causalidad

Huracán perdió esta tarde por uno a cero frente a Newells Old Boys en estadio Marcelo Bielsa por la undécima fecha del Torneo de Primera División.

© Escrito por Rodrigo da Silva el sábado 16/04/2016 y publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotos: Infobae

Cada vez falta menos y el agobio es mayor en un nuevo encuentro, en un nuevo viaje, en una nueva final. Hoy, el Globo tuvo lapsos de buen fútbol pero también estuvo perdido por momentos, desordenado y a la merced de un rival que con muy poco se queda injustamente con los tres puntos.

Cuando digo que no los mereció es porque si bien estuvo más lúcido en la segunda etapa, los de Parque Patricios hicieron méritos suficientes a lo largo de todo el partido como por ejemplo, Ezequiel Miralles quien se encuentra mejorando su nivel y con movimientos muy productivos tuvo la posibilidad de estrellar un tiro en el travesaño, de tener el empate en la última y también generarle espacios a Ramón Ábila durante los noventa minutos para que el goleador tuviera las suyas.

En los cambios, el visitante no encontró mejoras mientras que la Lepra, en los pies de Héctor Fértoli -ingresó a los doce del segundo tiempo- encontró la única conquista del match cuando faltaban diecisiete minutos y Newells más acechaba el arco rival.

Así, el elenco de Eduardo Domínguez pierde más que tres puntos con la suspensión de Matías Fritzler y la lesión de Daniel Montenegro aunque parece haber un factor más preocupante. En el mismo día que Lanús concretó su victoria a causa de un penal inexistente, a Huracán no le cobraron uno imposible de no ver y hasta le regalaron un hombre de más a los rosarinos. Ojo, es pura causalidad, digo, casualidad.

Newells: 1

Luciano Pocrjnic; Luis Advíncula, Marcos Cáceres, Nehuen Paz y Emiliano Insúa; Mauricio Tevez, Jalill Elías, Diego Mateo y Mauro Formica; Lucas Boyé y Maximiliano Rodríguez. DT: 

Huracán: 0

Marcos Díaz; Carlos Araujo, Martín Nervo, Federico Mancinelli y Luciano Balbi; Alejandro Romero Gamarra, Mauro Bogado, Matías Fritzler, Daniel Montenegro; Ezequiel Miralles y Ramón Abila. DT: Eduardo Domínguez

Goles: 73′ Fértoli (N).

Cambio en el primer tiempo: 42m. Mariano González por Montenegro (H).

En el segundo tiempo: 12m. Héctor Fértoli por Tevez (N); 21m. Lucas Villarruel por Fritzler (H); 26m. Ignacio Scocco por Elías (N); 35m. Lucas Chacana por Bogado (H) y 42m. Fabricio Formiliano por Formica (N).

Amonestados: Fritzler y Bogado (H); Paz (N).
Arbitro: Diego Abal.

Cancha: Coloso Marcelo Bielsa









martes, 4 de marzo de 2014

Complicidad escandalosa... De Alguna Manera...

Complicidad escandalosa...


Las maniobras del Gobierno frente a los hechos de Villa Lugano revelan un peligroso coqueteo con la ilegalidad.

Emitido por Pepe Eliaschev en Radio Mitre.

Es deprimente el desenlace que que, hasta el pasado viernes, venía teniendo la situación creada en la Capital Federal con la toma de tierras en Villa Lugano. Deprimente, ominoso, presagia las peores realidades. 

Estamos en presencia de un gobierno nacional que ha resuelto hacer todo lo que esté a su alcance para obstaculizar la marcha de la justicia en el seno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Acá no se trata de ventilar en clave ideologizada una crisis habitacional que forma parte de una indigencia general del país. Por supuesto que hay falta de vivienda popular. Por supuesto que existió Sergio Schocklender y los “Sueños Compartidos” de Hebe Bonafini. Cuando se habla de indigencia en materia de vivienda, hay que agregar indigencia de salud. Esta semana, millones de bonaerenses de escasos recursos fueron castigados directamente por la huelga de personal de salud que nunca afecta a los ricos ni a la clase media, sino a aquellos que no tienen más remedio que ir a un hospital público.

Villa Lugano no es, en consecuencia, un caso aislado, excepcional, fácilmente atribuible a un diabólico “neoliberalismo”, teóricamente atrincherado en la ciudad de Buenos Aires. Es parte de una realidad que once años de década “ganada” no han podido modificar. Lo cierto es que no hay una vocación en el Poder Ejecutivo Nacional, no la hay en el Secretario de Seguridad -que opera como si “su” ministra fuera solo un dibujo- en torno de la obligación que tienen las fuerzas de seguridad federales para acatar las decisiones de la Justicia.

No soy de los que creen que la fuerza deba aplicarse ciegamente, sin tener en cuenta las consecuencias. Pero en los gobiernos de cuño ideológico auténticamente progresista como, por ejemplo, el de Dilma Rousseff en Brasil, la decisión de ingresar en zonas en donde, bajo el pretexto de la precariedad habitacional, se refugian bolsones de delincuencia, no ha cejado. Por el contrario, es una decisión consagrada por la propia ejecución política y práctica, con el uso de fuerzas militares, de las órdenes judiciales.

Los corazones sangrantes del autodenominado “progresismo” pretenden que, en todas las áreas, se aplique un “buenismo” redistribucionista que ellos naturalmente no van a pagar de su bolsillo. Ninguno de estos “redistribucionistas” se lleva a los okupas de Villa Lugano a vivir a sus casas. Al contrario, quieren que sea el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al que califican como enemigo, el que pague todos los costos políticos, prácticos, de seguridad y hasta judiciales.

Llama la atención la revelación de que muchísima gente está armada en esta ocupación ilegal. Llama la atención que la abrumadora mayoría de ellos no admite siquiera el elemental censo que le permitiría a las autoridades saber quién es quién y qué es lo que necesita cada uno.

Hay una pregunta elemental y que hay que hacerse sin anteojeras ideológicas: si el reclamo es auténtico, si padecen una carencia, si han sido víctimas de una injusticia social, ¿por qué no quieren dar su nombre? ¿Por qué no quieren decir cuántos son de familia?” ¿Quiénes son los que realmente manipulan e instrumentan este tipo de movilizaciones?

Si se tratara de una indigencia social, una necesidad claramente reconocible, ¿por qué las armas? ¿Por qué la violencia? ¿Por qué la brutalidad? ¿Por qué la barbarie? ¿O todo esto no es más que una vil excusa para generar actos extorsivos? Es una extorsión de la que ni siquiera es responsable el más humilde de esos ocupantes, sino los punteros que se disfrazan ideológicamente de militantes barriales.

Al evitar el desalojo de Villa Lugano este viernes 28 de febrero, y al no aportar fuerzas federales de seguridad, el gobierno nacional manifiesta -me da mucha pena decirlo- complicidad con formas implícitas del delito. Hay, además, una grosera violación del derecho de propiedad. No parece que hoy en la Argentina estén dadas las condiciones para que las fuerzas democráticas opositoras reivindiquen la plena legalidad del derecho de propiedad. 

Si este país comienza a consagrar de hecho la violación del derecho de propiedad, se aniquila el corazón mismo de nuestra Constitución. Muchos no se atreven a peticionar el respeto por este derecho, porque temen ser etiquetados de neoliberales, reaccionarios, o retrógrados, cuando en verdad es una de las garantías -no la única- pero una de las garantías primordiales de nuestro complejo jurídico institucional.

Deprime, entristece y preocupa lo que ha sucedido en Villa Lugano. Es evidente que la concepción de que el Gobierno está en guerra y que al enemigo no hay que darle ni siquiera justicia, ha calado profundamente en la manera de reaccionar del Poder Ejecutivo, que -además de ineptitud e incompetencia- acá manifiesta explícita complicidad con terribles formas de la ilegalidad.

© Escrito el Domingo 03/03/2014 por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 20 de octubre de 2013

El patio del Manco Paz... Escenografías de película en Colegiales... De Alguna Manera...

El Patio del Manco Paz...


Cuatro camiones de carga estacionados sobre la calle Ciudad de la Paz al 500 indican a los transeúntes que algo inusual sucede en esta zona residencial del barrio de Colegiales. Inusual, claro, para quien ocasionalmente pase por ahí y no advierta o tenga en su mapa mental que, atravesando un imponente pórtico semicircular, se encuentra el pasaje General Paz, acaso uno de los más bellos y complejos de Buenos Aires, escenario habitual (como en esta ocasión) de escenas televisivas y cortos publicitarios.


Se entiende entonces que, traspuesto el arco de más de cinco metros de altura que señala la entrada, no parezca extraño que el largo patio del pasaje, dividido de manera invisible por cuatro puentes que lo cruzan transversalmente, esté poblado por grandes faroles de iluminación, una mesa de catering, bailarines practicando coreografías y largos cordeles cubiertos de ropa limpia colgados de baranda a baranda. En el tercer y último piso del pasaje, dos actrices de rasgos asiáticos se asoman y sonríen a cámara a mitad con un aire bastante más dócil del que, según informan luego, caracteriza a las publicidades de jabón en polvo. Pero como comenta uno de los técnicos, la publicidad “es para afuera”, a pesar de que esté desarrollándose en un lugar que transporta a los paseantes a la Buenos Aires de principios de siglo.


Diseñado por el ingeniero Pedro Vinent, propietario del terreno, el pasaje General Paz fue construido en 1925 como una enorme galería rectangular, con tres pisos de departamentos que dan a un patio interior repleto de árboles y canteros. Cada uno de los niveles está rodeado por una baranda que bien puede remitir a un tipo de arquitectura más orientada a la sociabilidad de los habitantes, que a la tendencia contemporánea a dividir y aislar los espacios sociales bajo el signo de la privacidad.


El pasaje, que atraviesa la manzana y desemboca en la calle Zapata, toma su nombre del mismísimo General Paz, famoso por sus victorias militares contra los realistas españoles, pero sobre todo por haber quedado herido del brazo derecho en la batalla de Ayohuma, después de la cual empezó a ser llamado El Manco.

El pasaje General Paz está en el barrio de Colegiales. Tiene entrada en Ciudad de la Paz 561 y salida por Zapata 552.

© Escrito por Alfredo Jaramillo el domingo 20/12/209 y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

sábado, 25 de mayo de 2013

Los relojes de Buenos Aires... De Alguna Manera...


Porteños con hora: recuperan 55 relojes solares en las calles…

Restaurado. Uno de los emblemáticos relojes, ayer en Entre Ríos y San Juan. Cuando llegaron eran de los más avanzados del mundo. Foto: Germán García Adrasti.

Fueron donados por Japón en los años 70 y se fueron rompiendo, además del vandalismo. Con tecnología LED, ya funcionan en puntos estratégicos de Ciudad y también se iluminan de noche.

Cuando llegaron a las esquinas porteñas fueron considerados como de avanzada. Pocas ciudades del mundo contaban con este tipo de relojes solares, que a fines de los 70 fueron donados a la Ciudad por el gobierno de Japón. Cincuenta y cinco lograron sobrevivir al vandalismo y ahora el Gobierno los puso en valor y los salvó del olvido.

Son marca Seiko y están comprendidos dentro del inventario del mobiliario urbano de Buenos Aires. Su cuidado está a cargo de la Dirección General de Mantenimiento y Talleres, del Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Un equipo técnico especializado en relojería trabajó para restaurarlos: “Además de renovarlos a nivel estructural –muchos tenían los vidrios dañados y las columnas estaban en mal estado– se les incorporó un segundo circuito de batería solar para que además de dar la hora puedan estar iluminados durante la noche”, explicó el arquitecto Pablo Fiorito, quien coordinó los trabajos. “También se agregó un controlador inteligente que evita que falle el colector de energía solar antiguo, que era uno de los problemas que tenían estos relojes”, explicó.

A la mayoría se les cambió los cristales y se chequearon y renovaron las columnas que los sostienen, similares a las de alumbrado público. Como sucede con los monumentos y el mobiliario urbano, también padecen el vandalismo. En marzo, mientras la Ciudad trabajaba en la recolocación del reloj de Av. del Libertador y Udaondo, robaron la columna.

En cuanto al trabajo específico de modernización, se les colocó un sistema de iluminación de LED, repararon las células solares antiguas y cambiaron y ampliaron los acumuladores de energía solar. Antes solo tenían capacidad para dar la hora, mientras que ahora también se iluminan. Además, con pintura reflectiva se les destacó el cuadrante.

Los 55 relojes están ubicados en esquinas emblemáticas de la Ciudad: San Juan y Boedo, Rivadavia y Reconquista e Yrigoyen y Defensa (en Plaza de Mayo, uno frente al otro), 9 de Julio y Corrientes, Entre Ríos y Rivadavia (frente al Congreso), en el cruce de las avenidas Coronel Díaz y Las Heras; a lo largo de Pueyrredón, en los cruces con las avenida Las Heras, Santa Fe, Córdoba y Rivadavia; en la calle Brasil, frente a la estación de trenes de Constitución; en Montes de Oca y Brandsen, en el barrio de Barracas; en cuatro esquinas de avenida La Plata, en Caballito; en la Costanera Norte y el Aeroparque; y en Escalada y Eva Perón, en Villa Lugano; entre muchos otras esquinas y otros barrios.

Diego Santilli, ministro del área, destacó que “es el primer sistema de iluminación de tecnología LED con acumulación de energía solar en la vía pública”. Le elección del LED para estos relojes responde a la performance y al costo de este tipo de iluminación. Por un lado, consume entre un 80% y un 90% menos que la iluminación corriente y dura hasta 50.000 horas (la estándar no supera las 2.000 horas de duración). Además no emiten calor, son ecológicas –no poseen ni mercurio ni tungsteno– y casi no demandan mantenimiento. Por eso también se comenzaron a colocar en las luces de los semáforos y para iluminar monumentos y frente de edificios, públicos y privados.

“Poner en valor los relojes solares que están en la vía pública era una tarea pendiente. En este caso la particularidad es que se trata de un mobiliario ecológico, ya que no utilizan energía eléctrica. Y la colocación de los LED responde a la misma lógica de ahorro energético. Creo que le suman un atractivo a Buenos Aires y son un aporte más para la Ciudad Verde que promovemos”, opinó Santilli.

© Publicado el sábado 25/05/2013 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



sábado, 6 de febrero de 2010

Policía Metropolitana de Buenos Aires... Interrogantes... De Alguna Manera...

Interrogantes...


A priori, que haya más efectivos, de la Federal o de la Metropolitana, patrullando las calles de la ciudad, es una buena noticia. Se supone que sirve a la prevención porque esos efectivos, patrullando, son un obstáculo más para alguien que se dispone, por ejemplo, a robar.

A nivel mundial, los especialistas coinciden en que el delito no tiene estrecha relación con la pobreza sino con la desigualdad social, algo que internacionalmente se refleja en el llamado coeficiente de Gini: a mayor desigualdad, proporcionalmente mayores índices de delito. Casi cualquier ladrón veterano cuenta en la Argentina que empezó robando zapatillas: quería competir con otros que tenían zapatillas mejores durante el fin de semana. La condena a la marginalidad, la falta de trabajo, los barrios sin calles, sin luz, sin salud y sin educación le ponen el sello a la desigualdad y, paralelamente, a los índices de delito.

En ese marco, se plantea el papel de las fuerzas de seguridad locales. Especialistas como Alberto Binder han manifestado muchas veces que su propuesta para la Bonaerense, por ejemplo, es que las policías –comisarías, patrulleros, efectivos– se les entreguen en gran parte a los intendentes. Ellos, que son los funcionarios más cercanos a los ciudadanos, deberían conocer mejor cuáles son las zonas críticas, los problemas de seguridad y cómo prevenirlos. En todo caso, la gente les reclamará allí mismo, en la sede municipal o las jefaturas de Gobierno, por las fallas que existan. Por supuesto que entregar las policías a los intendentes hará que en cada lugar la fuerza tenga el sello de quienes gobiernen.

Cuando Mauricio Macri puso a Jorge “El Fino” Palacios al frente de la Metropolitana exhibió, asombrosamente, lo que quería. Palacios estaba al borde del procesamiento en la causa AMIA. Además, traía el antecedente de que estuvo a cargo de los policías que actuaron en la represión de Plaza de Mayo el día de la renuncia de Fernando de la Rúa, en diciembre de 2001. La Justicia no lo condenó pero esos hechos están en su currículum.

Con semejante historia, lo que ocurrió más tarde era previsible: un hombre de Palacios, Ciro James, fue sorprendido en una operación de espionaje ilegal. Y no estaba escuchando a un delincuente común, sino a una víctima del atentado, Jorge Burstein, un dirigente de los familiares que perdieron a sus seres queridos en el ataque contra la AMIA. Cuando Página/12 reveló esa trama, tampoco Macri echó a Palacios. Lo que siguió fue grotesco: el juez Norberto Oyarbide descubrió que el hombre de Palacios había espiado también a empresarios como Carlos Avila y Alfredo Coto, a esposas en conflicto matrimonial, a abogados que intervenían en causas de importancia y, lo peor de todo, al cuñado de Macri, Daniel Leonardo, peleado con parte de la familia. Ni siquiera cuando todo eso quedó en evidencia, Macri condenó públicamente a Palacios. Hasta hoy no lo ha hecho. Y la Metropolitana terminó debutando con un record mundial: sus dos jefes, Palacios y Osvaldo Chamorro, tuvieron que irse antes de que la fuerza saliera a la calle. Semejante desaguisado obligó a sucesivos recambios que terminaron con un civil, Eugenio Burzaco, al frente de la Metropolitana. Un paréntesis a la manía de que la seguridad quede en manos de uniformados en lugar de en las de funcionarios políticos.

Los interrogantes respecto de la Metropolitana pasan ahora por varios aspectos:

- Los integrantes de la fuerza provienen de otras fuerzas. Vienen con todos los vicios anteriores, incluyendo la vinculación con el delito y los delincuentes. No será nada fácil controlar una fuerza de ese estilo.

- La convivencia entre la Metropolitana y la Federal plantea también un enorme signo de pregunta. Desde ayer confluyen en la calle, en principio, en unos pocos barrios. Pero las calles cobijan inmensos negocios ilegales. Es conocido que los policías cobran peaje por las cuevas financieras, los dealers de drogas, curanderos, pasadores de juego clandestino, aborteros, adivinadores, reducidores de cosas robadas, boliches, trapitos, departamentos de prostitución y una multitud de otras actividades. Ni hablar de los tratos con los que roban. Las preguntas son: ¿quién cobrará el peaje?, ¿se pondrán de acuerdo o confrontarán por el botín?, ¿existe alguna chance de que se termine con estas prácticas?

- La derecha hizo un culto de la idea de darle más poder a la policía y condena el concepto de realizar un estricto control interno, expulsando de la fuerza a los que pactan con el delito y a los que violan los derechos humanos. “Eso hace bajar los brazos a los policías, los desmoraliza, les ata las manos”, argumentan. Con semejante modelo, el destino inevitable es que ese mayor poder termina en que lo usan para pactar con el delito.

En este terreno, el antecedente de Macri con Palacios es malo. Ayer, el propio Macri y el ministro Guillermo Montenegro dijeron que cometieron errores. La inevitable sospecha, sin embargo, es que aquello a lo que ahora llaman errores expresa más bien su forma de pensar.


© Ecrito p
or Raúl Kollmann y publicado en el Diario Página de la Cuidad Autónoma de Buenos Aires el sábado 6 de Febrero de 2010.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-139753.html