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viernes, 8 de agosto de 2014

Los Derechos Humanos y el kirchnerismo... De Alguna Manera...


Las políticas de Derechos Humanos no son invento kirchnerista...

La política de derechos humanos fue una de las prioridades del Gobierno de Néstor y Cristina Kirchner. Foto: Cedoc

La noticia de la recuperación del nieto de Carlotto generó autoelogios por medidas que existen hace décadas. 

Es imposible no emocionarse con las palabras de Estela de Carlotto. Una abuela que luego de 36 años encontró a su nieto. La titular de Abuelas sabía que había nacido en cautiverio. Durante años, los perversos servicios de inteligencia –muchos de sus integrantes reciclados en nacionales y populares- hicieron correr falsas historias sobre la hija de Carlotto como también de los hijos de Hebe de Bonafini. Aún hoy, muchos argentinos reproducen tales mentiras. La recuperación de Ignacio Hurban es un hecho histórico. A la emoción no se la discute. Ahora bien, la utilización política y la tergiversación de la historia, sí merecen debatirse e incluso cuestionar.

Aplaudo que Estela haya dicho que es un triunfo de todos, de la sociedad y que es una abuela más. Es el discurso que la colocó en un lugar de referente por amplios sectores de la sociedad. Esa trayectoria sólo se empañó cuando se encegueció con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y prejuzgó sobre los hijos de Ernestina Herrera de Noble o se sumó a la división maniquea de la historia, entre buenos y malos impuesta por el relato.

Ayer, uno de los peores días para el kirchnerismo, en el que el vicepresidente Amado Boudou estaba por sumar un nuevo procesamiento judicial, la estrategia del gobierno frente a los fondos buitres se volvía a dar la cabeza contra la pared, la jueza federal María Servini de Cubría ordenaba allanar la sede de la Asociación del Fútbol Argentino, la noticia del nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo le venía como anillo al dedo al gobierno para tapar el sol con la mano, al menos por unas horas. ¿El hecho no existió? Nadie duda de eso. Pero como periodista y analizando los antecedentes que tiene este gobierno en adueñarse de las alegrías que deberían ser de todos y en modificar la historia de cualquier manera, creo que el kirchnerismo comenzó a montar un nuevo capítulo a su “épica” trayectoria de la que hacía mención el director, guionista y productor, Juan José Campanella anteayer.

En los medios de comunicación –críticos, oficialistas, paraestatales, liberales- los voceros del kirchnerismo salieron en cadena nacional a festejar el hallazgo de un nieto con las “incuestionables” políticas de derechos humanos que Néstor Kirchner habría puesto en marcha a partir del 25 de mayo del 2003. “Es una política de estado”, aludiendo a la recuperación de nietos, decía el diputado nacional Juan Cabandié que frivolizó su propia historia chapeando a una agente de tránsito con su pasado en el que “se bancó la dictadura”. 
Lo hizo para evitar pagar una multa. La frivolidad política no es sólo un defecto de Martín Insaurralde. Hace dos años le pregunté sobre los hijos de Ernestina y los manejos espurios de la Fundación de Bonafini al ex diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo. El histórico dirigente me contestó: “Estamos buscando nietos, ¿entendés? Nietos. Yo tengo a mi madre desaparecida. Entonces no se puede cuestionar esas cosas”. Cuando le recordé que no era yo el que compartía la mesa con un “cómplice de la dictadura” como Héctor Magnetto, Gullo le echó la culpa a los “tiempos” de la política.   

En medio del canto de sirenas del relato oficial, en las redes sociales, decenas de fanáticos me exigían dejar de dar malas noticias y que me rectificara de haber titulado a mi libro anterior. “El negocio de los derechos humanos” es una espina que, más de uno, tiene clavada. Como si fuese el flautista de Hamelin, uno de los referentes del Partido Justicialista en la ciudad, repasaba en televisión los “logros” del proyecto nacional y popular en materia de derechos humanos. Vale recordar que ese partido político, impulsaba la amnistía a los militares. Cristina fue uno de los millones de argentinos que votó esa propuesta. 

Y para algún desmemoriado habría que decir que el Banco Nacional de Datos Genéticos fue creado en 1987. En 1992, durante el gobierno de otro justicialista –mal que les pese a muchos- Estela de Carlotto disfrutó de un té con masitas en Olivos junto con Carlos Saúl Menem. Por ese entonces, el ex presidente había firmado los indultos a los militares y a los líderes de las organizaciones guerrilleras. Carlotto le entregó un petitorio a Menem con varios puntos, entre los que se incluían la colaboración del gobierno en la búsqueda de los nietos, la creación de un organismo específico –lo que sería la CONADI- y la difusión de sus tareas. Menem aceptó sin chistar. Todos se sacaron fotos sonrientes, junto con otras 50 personas, entre ellos, varios periodistas influyentes de esa época. 

Lo acompañaban Claudia Bello y el polémico Ministro del Interior, José Luis Manzano, actual empresario de medios cercano al kirchnerismo. El dato demuestra que no sólo este gobierno quiso y entabló relaciones con los referentes más importantes de los organismos de derechos humanos. Por otra parte, confirma que la política de derechos humanos, con sus idas y vueltas, no comenzó con el kirchnerismo. Para los lectores menores de 30 años, en la Argentina se realizó un histórico juicio a las Juntas Militares. A la actual Presidenta no se le conoció participación alguna en el hecho. Pero, es posible, que durante el 2015, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, encuentre la participación secreta de los Kirchner como ideólogos del juicio.

¿Qué es una política de estado en materia de derechos humanos? En la práctica sería algo así como hablar de política ferroviaria y tapar la corrupción y la tragedia del 22 de febrero del 2012. Es como llenarse la boca con los pueblos originarios y abrazarse con Gildo Insfrán. O confiar en que la Presidenta se hizo millonaria, de la noche a la mañana, porque es una abogada exitosa que participó en dos o tres juicios en su vida. El relato tiene una extraña manera de calificar a los derechos humanos. El mismo día en que se adueñaba de la felicidad que significa encontrar un nieto más, se ordenaba extraer pruebas de ADN a un hijo del gobernador tucumano, José Alperovich.

La memoria, verdad y justicia para saber quién asesinó a Paulina Lebbos en febrero del 2006, es más lenta que la tortuga Manuelita. El encubrimiento por parte del poder político y judicial tucumano que ha denunciado su padre, Alberto, en ocho años, no tuvo eco en Casa Rosada ni provocó que nadie se pusiese colorado. Hasta hace poco, la senadora y esposa de Alperovich, Beatriz Rojkés, era la tercera en la línea sucesoria de la Presidenta. El 9 de julio del 2013, Lebbos intentó dejarle una carta a la Presidenta. No pudo. El gas pimienta de la policía local le nubló la vista. Es la mirada maniquea de los derechos humanos que esboza el relato oficial. Derechos humanos que convirtió en una sociedad anónima y en negocio privado expresado en el trunco programa de construcción de viviendas, Sueños Compartidos.

Las causas nobles y justas trascienden a los gobiernos. La Presidenta es capaz de creer que San Martín cruzó los Andes gracias a ellos, que los goles de Messi surgieron de su ingenio y que el mundo se nos cae encima porque no se bancan que tengamos un modelo económico y productivo exitoso. Algún trasnochado, avalado por el oficialismo, confundirá la histórica noticia de ayer con un supuesto mérito de este gobierno. Cuando baje la espuma de las olas del mar, la Argentina seguirá igual. Con inflación, inseguridad, recesión económica, una sociedad intolerante y dividida, y con un gobierno que está escribiendo sus últimas páginas para reinventarse fuera del poder y la caja estatal. Serán tiempos de contrahegemonía y de resistencia “revolucionaria”.  

© Escrito por Luis Gasulla, autor de El negocio de los derechos humanos, el Domingo 03/08/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

 

domingo, 14 de octubre de 2012

Marcela y Felipe Noble Herrera... De Alguna Manera...


Noble Herrera: confirman que no son hijos de desaparecidos…

No son hijos de desaparecidos. Ni Marcela ni Felipe tienen un ADN compatible con víctimas de la represión ilegal durante la última dictadura/AP.

El último análisis exigido dio negativo, como había ocurrido con los anteriores. Las muestras de Marcela y Felipe ya se cotejaron con todas las existentes en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

El Banco Nacional de Datos Genéticos informó al juzgado federal de San Isidro que se completaron todos los estudios de ADN ordenados en el caso Noble Herrera. Y que todos ellos dieron negativo . De este modo, se termina de confirmar que Marcela y Felipe, hijos de la directora de Clarín , no tienen ningún vínculo con personas desaparecidas . La información llegó al juzgado de la doctora Sandra Arroyo Salgado el viernes último, según confirmaron a Clarín fuentes con acceso a la causa.

El informe del Banco Nacional de Datos Genéticos señala que, tras los análisis –hechos bajo la modalidad manual–, Marcela Noble Herrera y Felipe Noble Herrera quedaron excluidos de tener vínculo biológico con los grupos familiares cuyas muestras de material genético se encuentran almacenadas en ese organismo. Los cotejos incluyen a los grupos familiares ingresados en 2011 y de enero de 2012 al 9 de octubre de 2012.

Ya habían dado negativos todos los análisis de los niños nacidos en 1975 y 1976. Y los que se realizaron contra las familias querellantes. Estos eran los relevantes porque los hermanos nacieron en 1976.

Ahora, la jueza Arroyo Salgado “tendría que cerrar la causa y dictar el sobreseimiento de la señora Ernestina Herrera de Noble”, sostienen los abogados de la directora de Clarín.
El trámite lleva más de 11 años y estuvo plagado de irregularidades. Más de un año se tardó, por ejemplo, en concretar los últimos análisis de ADN a cuatro familias cuyos perfiles genéticos no estaban completos, procedimiento que no se llevó a cabo en otros casos.

La jueza recurrió incluso a un procedimiento inusual en el último de los cotejos: mandó exhumar los restos de una familia en un cementerio de la provincia de Buenos Aires , para tomar nuevas muestras y contrastarlas con las de los hermanos Noble Herrera. Ese análisis también dio negativo, en julio, pero recién hace un mes se incorporó al expediente. Y no era una información menor: demostraba que Marcela y Felipe no son hijos de desaparecidos .

El trámite de contrastación de sus ADN llevó más de un año, pese a que habitualmente se hace en pocos días. El 11 de julio de 2011 se hizo el primer entrecruzamiento, con las familias García Gualdero y Miranda Lanuscou, querellantes.

Ambas dieron negativas. E n una segunda etapa se cotejó con las muestras existentes de 1975 y 1976 en la base de datos del Banco. En una tercera etapa, con los casos que van desde 1977 hasta el 2012.

Todas esas instancias se completaron y dieron negativo.

La jueza ordenó cotejar los ADN de los hermanos Noble Herrera con cuatro perfiles incompletos. Tres de ellos se hicieron en noviembre del año pasado y también dieron negativo ; mientras que el último se pudo comparar en julio pasado.

Casación había pedido que se cotejara hasta ahí, ya que no se puede dudar de que los chicos estaban con Ernestina Herrera de Noble y existían como personas físicas luego de esa fecha”, dijo el abogado Gabriel Cavallo.

En todas las investigaciones judiciales anteriores, cuando daban negativas las confrontaciones con los familiares de desaparecidos, se cerraban las acusaciones contra los imputados.

El informe que recibió el viernes Arroyo Salgado señala que quedan unas pocas muestras (posteriores a 1977) “incompletas” –como ocurrió con todos los casos resueltos por el Banco– y que en caso de que se completen serán informadas.

La actitud de la jueza va en línea con la persecución del Gobierno contra el Grupo Clarín, sus accionistas, directivos y periodistas. En diciembre de 2009, cuando los hermanos Noble Herrera dieron voluntariamente muestras de sangre y saliva para los estudios, explicaron que buscaban “poner fin a la inédita persecución” que tanto ellos como su madre vienen sufriendo. El kirchnerismo desplegó una campaña de difamación contra la directora de Clarín , a quien acusó de ser “apropiadora de menores”.

Esta causa fue una referencia obligada para todo aquel que quiso sumarse al hostigamiento oficial contra este diario y su directora. Desde entonces, sin el mínimo reparo sobre su intimidad, sus hijos fueron señalados en notas periodísticas, actos políticos y hasta en cadena nacional. Hablaron desde el ex presidente Néstor Kirchner, hasta la actual mandataria Cristina Kirchner. “Apropiación”, “delitos de lesa humanidad” y “robos de bebés”, fueron las falsas acusaciones de ministros, militantes y algunos organismos de derechos humanos.

© Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 14 de Octubre de 2012.