domingo, 13 de enero de 2019

Hacernos los boludos… @dealgunamanera...

Hacernos los boludos…



La inseguridad nos pone a todos en estado de alerta pero... alerta con el Estado. Las soluciones no siempre son salvajes.

© Escrito por Pablo Marchetti el domingo 13/01/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Estoy muy concentrado escribiendo mi columna política en mi escritorio, en mi oficina. Aprovecho que en la productora está todo el mundo de vacaciones para concentrarme sin que nadie me moleste. Tengo los auriculares puestos para que no me moleste ningún ruido y, de paso, escuchar un poco de música. De repente, siento una descarga eléctrica que me duelo mucho. De todos modos, el dolor no es nada comparado con el susto.

— ¡Aaaay! –grito, me arranco los auriculares y pego un salto en mi silla que casi me deja de espaldas en el piso.

Me doy vuelta y la veo a Carla, mi asesora de imagen, parada justo detrás de la silla, con algo en la mano, riéndose a carcajadas.

— ¿Qué hacés? –le grito, enfurecido–. ¿Vos estás loca? ¿Me querés matar?

—Tranquilo, esto no mata –responde Carla, risueña–. Es algo inofensivo, apenas distractivo.

— ¿Inofensivo? ¿Distractivo? ¡Duele un montón! ¡Y que me podés matar del susto!

—Bueno, está bien, disculpá. Es que si te avisaba, no ibas a querer que te lo hiciera. Y creo que está bien que lo experimentes en carne propia. Pensá que solo lo hago por el bien de tu tarea periodística.

— ¿De qué estás hablando? –pregunto, muy enojado–. ¡Me diste una descarga eléctrica!

—Estoy hablando de actualidad, de noticias –responde Carla–. A ver, contame, ¿sobre qué estás escribiendo?

—Sobre inseguridad. Me llama la atención cómo, en medio de aumentos de tarifas y de transporte, el Gobierno logre desviar el tema y hacer que hablemos sobre bajar la edad de imputabilidad, echar extranjeros y comprar pistolas Taser.

— ¿O sea que vos estás en contra de las pistolas Taser? –pregunta Carla.

—Por supuesto –respondo.

— ¿Y por qué?

—Porque son horrendas, son como picanas.

— ¿Y sabés cómo funcionan?

—Bueno, no…

—Ahora sí sabés –dice Carla sonriendo y levantando el objeto que tiene en una mano.

— ¿Me diste con una pistola Taser? –grito, enojadísimo.

—De nada –me dice, sonriendo aún más.

— ¿Me picaneás y querés que te agradezca? –pregunto y mi bronca crece.

—Por supuesto –responde Carla–. Deberías agradecerme por cuidar tu carrera periodística. Ahora tenés un dato muy bueno para poner en tu columna.


—No sé qué responder. No sé qué decir. La verdad, no deja de ser un dato, en eso Carla tiene razón. ¿Pero por qué tiene que tratarme así? Nos quedamos un rato en silencio.

—Y en cuanto a desviar el tema de los aumentos, tenés razón –agrega Carla.


—Creo que es una cortina de humo, voy a poner eso.

—Mmm… sí, cortina de humo… puede ser… pero eso no termina de explicar el tema.

— ¿Y qué es lo que sí explica el tema?

—Hacernos los boludos –responde Carla.

—En todo caso ellos, los del Gobierno son los que se hacen los boludos –corrijo.

—Todos nos hacemos los boludos. Sobre todo vos y todos los progres como vos.


— ¿Y yo por qué?

—A ver… una cortina de humo funciona cuando todo el mundo compra el cambio de tema, ¿no?

—Y, sí…

—Por ejemplo, si yo quiero tapar el aumento del dólar, no puedo desviar la atención hablando de las Olimpíadas Matemáticas, ¿no?

—Claro, porque no le interesan a nadie –digo.

—En cambio, si lo tapo con el Mundial de Fútbol Masculino, ahí sí la cosa funciona un poco mejor, ¿no?

—Por supuesto, porque a todo el mundo le interesa el fútbol masculino.

—Con la inseguridad pasa lo mismo: todo el mundo la sufre, todo el mundo vive alerta, todo el mundo está temeroso.

—Bueno, pero de ahí a dar soluciones tan salvajes…

— ¡Son salvajes pero son soluciones! –Afirma Carla–. El progresismo, en cambio, prefiere no hablar del tema. A ver, contame, ¿qué hay que hacer con la inseguridad?

—Yo creo que hay que empezar por la educación, por la distribución equitativa de la riqueza, por…

— ¡Dejá de chamuyar! Está claro que con educación y menos pobreza se soluciona todo. Pero mientras tanto, ¿qué?

—No me parece que esté bien meter bala y…

—A mí tampoco, pero no estoy hablando de lo que no hay que hacer, sino de lo que sí hay que hacer.

— ¡Bueno, pero yo no soy político! –me quejo.

—Esa sí que es una respuesta política –reconoce Carla–. Y aunque creas que no, podrías ser un gran político porque tenés todo para representar a una inmensa mayoría de nuestra sociedad.

— ¿Qué tengo? –pregunto–. ¿Carisma? ¿Poder de convencimiento? ¿Liderazgo? ¿Buen discurso?

—No –concluye Carla–. Tenés una grandísima capacidad para hacerte el boludo.



(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

sábado, 12 de enero de 2019

8 millones de niños con vulneración de derechos... @dealgunamanera...

8 millones de niños con vulneración de derechos. Un espiral de desigualdad…


Recientemente se conocieron los resultados de un estudio que pone en escena la delicada situación en la que se encuentran los niños en nuestro país. Más de 8 millones sufren algún tipo de vulneración en sus derechos. De ese total más de 5 millones pasan hambre o no acceden a los nutrientes necesarios para desarrollarse.

© Publicado el jueves 02/08/2018 por Aldeas Infantiles SOS Argentina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Como uno de los datos más alarmantes del informe se desprende que el 48% de los niños, niñas y adolescentes son pobres en términos de ingresos y al interior de este grupo, el 10% se encuentra en situación de indigencia.

La situación es dramática cuando se piensa y evalúa qué significa crecer en la pobreza.

Existe un consenso generalizado en torno a que vivir en un ambiente cálido y libre de contaminación, adquirir los nutrientes necesarios para el desarrollo pleno, acceder a los controles de salud, contar con vestimenta adecuada, asistir a clases y tener espacios de juego y recreación, contar con protección e información de los adultos son aspectos básicos y fundamentales para garantizar a cualquier niño o niña la posibilidad de una vida digna.  Tanto es así que están reconocidos como derechos por leyes nacionales e internacionales para ser resguardados.


Muchas veces somos testigos de grandes declaraciones sociales sobre el futuro que deseamos construir como sociedad, la posibilidad de cambio, el país que dejaremos a las generaciones futuras.  No obstante en la práctica, la realidad es diferente y juega otra batalla. 

En Argentina hay más de 5 millones de niños que pasan hambre o no acceden a los nutrientes necesarios para desarrollarse y eso es un eslabón más en la cadena de desigualdades y vulneraciones a los que quedan expuestos. No recibir la adecuada alimentación genera consecuencias negativas y devastadoras en la salud y el desarrollo cognitivo. Millones de niños que no solo son afectados en el presente sino que ven condicionadas sus posibilidades futuras.  Como si no fuera suficiente, crecer en la pobreza es además convivir con el estigma social, con mayores posibilidades de ser víctima de violencia institucional y de trato desigual. Se construye así un entramado perverso de déficit de alimentación, salud y educación que se reproduce una y otra vez con  mayor profundidad. 

La mirada de un niño que crece en la pobreza es diferente, está teñida de preocupaciones del mundo adulto. Los niños ven, en la medida de sus posibilidades y desarrollo evolutivo, cómo las estadísticas se actualizan en su realidad.

No son ajenos y no están a salvo, porque comer un plato de comida se ata a las posibilidades de que el adulto con quien conviven consiga una changa ese mismo día; porque entiende que si se da el milagro de un trabajo –formal o informal- para los adultos de su hogar, significará que deban quedarse a cargo de los niños más pequeños de la familia y faltarán a la escuela hasta que las inasistencias acumuladas configuren un retraso en la incorporación de contenidos imposible de equilibrar.  

Se enfrentan a una decisión crítica: asistir a clase o contribuir a la estrategia de supervivencia familiar que les permita comer y atravesar un día más. Así la pobreza se retroalimenta y reproduce sin piedad.

Millones de niños y familias atrapados en una espiral de desigualdad que la ausencia del Estado propició y que aún hoy no parece ser capaz de interrumpir a tiempo.  Si esta situación no se revierte es altamente probable que los millones de niños que viven en la pobreza hoy se conviertan en millones de adultos en la misma situación.

Es urgente actuar para cambiarlo y hacerlo desde la perspectiva de derechos. Es imprescindible que el Estado se involucre y tome la decisión correcta con la asignación de presupuesto y la implementación de políticas públicas que incluyan y  garanticen igualdad de oportunidades. 



viernes, 11 de enero de 2019

Señales de Radio que provienen de una galaxia a 2.500 millones de años luz... @dealgunamanera...

Científicos descubren señal de radio que llega desde galaxia a 2.500 millones de años luz...

LU1AVI Radioaficionado Categoría Superior

La señal se repite de forma constante y fue captada por un observatorio en Canadá.


© Escrito por Claudio Silva el miércoles 09/01/2019 y publicado por http://www.adnradio.cl de la Ciudad de Santiago de Chile, República de Chile

Repetidas señales de radio alertaron a un grupo de científicos de la Universidad de British Columbia (UBC) de Canadá. Las explosiones de esas emisiones provienen desde una galaxia a 1.5 millones de años luz de distancia y duran solamente un milisegundo, aunque salen con la cantidad de energía que el sol tarda 12 meses en generar.

Los investigadores del Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (CHIME) vieron que una de las explosiones, que se repitió seis veces, provino aparentemente desde el mismo lugar. La indagación publicada en la Revista Nature establece que de las más de 60 ráfagas de radio detectadas hasta ahora, sólo una se repitió alguna vez.

"Hasta ahora, solo se conocía una FRB repetida. Saber que hay otro sugiere que podría haber más por ahí. Y con más repetidores y más fuentes disponibles para el estudio, podremos entender estos enigmas cósmicos, de dónde son y qué los causa", comentó Ingrid Stairs, integrante del CHIME y astrofísica de la UBC.


La investigadora Deborah Good destacó la señal FRB que se repite a la captada en 2012, y que parece originarse en una galaxia a unos 2.500 millones de años luz de la Tierra. El haber encontrado un segundo repetidor, confirma que el primero no fue algún tipo de evento anormal.

"Estamos muy emocionados", dijo la científica en una reunión de la American Astronomical Society en Seattle (Washington) el 7 de enero. Good explicó que CHIME también detectó el FRB de frecuencia más baja conocido hasta ahora, el que apareció en longitudes de onda de 400 megahercios, rompiendo el registro de 700 megahercios.


El observatorio CHIME se encuentra fuera de Penticton y consiste en cuatro antenas semicilíndricas de 100 metros de largo. La instalación opera 24 horas al día y explora todo el cielo del norte. La gran cantidad de detecciones se produjo cuando el instrumento aún no estaba en su máxima sensibilidad.



miércoles, 9 de enero de 2019

La hora de la pansexualidad: sexo sin etiquetas... @dealgunamanera...

La hora de la pansexualidad: sexo sin etiquetas


Famosas encabezan un nuevo destape que rompe la división hombre mujer. Lo que importa es la persona, no sus genitales.

© Escrito por Daniela Bianco y Giselle Leclercq el lunes 13/11/2017 y publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Si una persona se siente atraída por alguien del sexo opuesto, es denominada heterosexual. Si la atracción se produce con alguien del mismo sexo, se lo llama homosexual. Si, en cambio, alguien gusta tanto de hombres como de mujeres, la etiqueta con la que puede sentirse identificado es con la de la bisexualidad. ¿Qué pasa, entonces, cuando alguien puede enamorarse o gustar de otro más allá de que sea hombre, mujer, travesti o transexual?, ¿qué pasa cuando el deseo se modifica a lo largo de la vida y las categorías más conocidas no logran describir a las identidades y orientaciones sexuales? Aquí es donde aparece un nuevo concepto: el de la pansexualidad. Y, aunque el término aún no está del todo extendido, cada vez son más los que se animan a vivir el amor y la sexualidad más allá de la genitalidad.

“A mí me gustan las personas”. Esta es la frase que repiten, casi sin variaciones, todos aquellos que no quieren encasillarse dentro de una orientación sexual. Este fenómeno empezó a cobrar notoriedad en los últimos años, cuando estrellas internacionales como Miley Cyrus o Kirsten Stewart confesaron que, para ellas, el género del otro no es un límite a la hora de sentir atracción. Porque ni siquiera ellas se clasifican en función de un género.

Esta forma desprejuiciada de entender las relaciones llegó a la farándula nacional de la mano de las declaraciones de famosas como Violeta Urtizberea, Melina Lezcano, Andrea Rincón y la cantante Miss Bolivia. Aunque sus experiencias de vida fueron diferentes, todas coinciden en un punto crucial para los pansexuales: desde su perspectiva, el deseo puede mutar a lo largo de los años y, en consecuencia, están abiertas a la posibilidad de sentirse atraídas por cualidades que van más allá del sexo y del género. Es decir, por la persona misma.

Aunque en el ámbito académico todavía hay debates a la hora de crear definiciones sobre la pansexualidad, en los hechos, cada vez son más los que viven de esta forma y se animan a contarlo. A nivel mundial, las organizaciones que trabajan con temas de diversidad sexual ya los reconocen como un colectivo con características particulares, y hasta tienen una bandera propia para diferenciarse (con tres franjas horizontales: una fucsia, otra amarilla y la de abajo celeste).

Mujeres al frente. 

En Argentina, al igual que en el resto del mundo, las primeras en hablar de este tipo de relaciones fueron las mujeres. A pesar de ser un colectivo que no distingue sexos, los movimientos femeninos de Occidente crearon contextos propicios para que sean ellas las que se animaran en público a contar que las categorías sexuales tradicionales no eran suficientes para describir qué les pasaba.

Para la psicóloga y sexóloga Viviana Caruso, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, que sean ellas las que rompan los límites es lógico: “La mujer ha tenido un logro en el terreno de lo sexual en los últimos 60 años. Esa lucha e insistencia por el ejercicio libre de su placer, llevó a que la pansexualidad esté tan asociada a las mujeres”, afirmó a Noticias.

En la misma línea se expresó la Belén Toriacio, coordinadora del equipo de Psicología y Salud Mental de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT): “Todo el movimiento de mujeres ayudó a muchas a levantar la voz y, una vez que empezás a romper algunas barreras, seguís rompiendo otras. Es más difícil para un varón, que como género, tiene un modelo de masculinidad que es tiránico, casi inalcanzable”, aseguró a Noticias. Para la experta, definir a la pansexualidad como una orientación sexual (ver recuadro) sirve para visibilizar formas de vida diferentes a las tradicionales.

Una de las primeras en hablar de esto en Argentina había sido Miss Bolivia, que además de cantante es psicóloga y desde siempre se vinculó con el activismo y la diversidad sexual. De hecho, hace unos meses se animó a llevar el tema a la mesa de Mirtha Legrand: “Me casé hace tres meses exactamente. Durante muchos años tuve novias, parejas, convivientes, concubinas y hace un par de años me enamoré de un hombre”, dijo y agregó: ““No sostengo el amor y el deseo como de una vez y para siempre”.

Esa sola frase podría ser interpretada como la definición de alquien que se siente identificado con la bisexualidad. Sin embargo, la autora de “Tomate el palo”, rechaza que se la encasille en ese lugar: “¿Qué sos?, ¿bisexual, lesbiana arrepentida, hétero? ¿Sabés que soy? Una persona que repudia tu pregunta”, había tuiteado en enero del 2015.

Su posición fue similar a la de la actriz de la saga “Crepúsculo”, Kristen Stewart quien había declarado en 2015: “Si sentís que realmente te querés definir, y tenés la habilidad de articular esos parámetros que te definen, entonces hacelo. Pero yo soy una actriz. Vivo en la maldita ambigüedad de esta vida y me encanta. Creo en la fluidez de estar abierta a cualquier cosa que sea consentida”. Para ella, “en tres o cuatro años, va a haber mucha más gente que no necesite definir si sos gay o heterosexal. Es como, hacé lo que quieras. Realmente no me identifico con nada”.

Cuestión generacional. 

La “profecía” de la celebridad hollywoodense parece estar cumpliéndose y cada vez son más los que salen de este nuevo clóset. Porque esta forma de relacionarse, que también suele llamarse “pluriamor”, no es sólo un fenómeno del que hablan las mujeres sino que cada vez tiene más incidencia en los adolescentes.

“Son los jóvenes los que se empiezan a cuestionar y a desafiar lo heteronormativo binario. Se determina por el sentir, por la forma de ser, entonces tu género puede fluir. Esto es que una vez que salís de esa concepción, la persona puede ir y venir. La orientación no es acabada. A lo largo de la vida se puede pasar de un lado a otro. Es algo que se va atravesando”, aseguró Caruso y agregó: “A través de internet, las nuevas generaciones se sienten más cómodas para expresarse, gracias a, por ejemplo, famosos que también lo hacen”.

De hecho, la estrella pop referente de los adolescentes a nivel mundial, Miley Cyrus, fue una de las primeras en romper con todas las categorías: “Soy una persona muy abierta, soy pansexual”, dijo en la revista Elle en 2015 y agregó: “Estoy abierta a todo aquello que conlleve sentimiento”. La cantante, además dijo: “No me siento identificada como chico o chica y no necesito que mi pareja se identifique como chico o chica”, declaró.

Juan Pablo Ares es militante por la diversidad sexual, se reconoce a sí mismo como pansexual y, entre otras cosas, trabaja dictando talleres de capacitación en cuestiones de género en escuelas secundarias. “En las generaciones de 12 a 15 años es una identidad que está cada vez más presente”, contó a Noticias.

Para Ares, la pansexualidad llegó a su vida como un término que le permitió comprender su propia orientación sexual y acercarse a otros que vivían y sentían de igual forma. Nació en una familia conservadora y, según asegura hoy, los prejuicios con los que se crió le impidieron ver sus propios deseos. Fue recién a los 30 años que se animó a definirse a sí mismo como bisexual y mucho después cuando comenzó a participar de foros en la web y a leer en profundidad sobre las diferentes identidades, llegó al término pansexual.

“La bisexualidad surgió como término cuando el género todavía se pensaba a partir de la división hombre mujer. Entonces, tus destinos de atracción eran los hombres y las mujeres. La pansexualidad apareció en los últimos años, desde que se entiende que los géneros no son sólo hombres y mujeres sino todo un espectro que tiene que ver con la vivencia”, subrayó Ares.

La razón por la que pocos hombres adultos se identifican con estas historias en público, para Ares, también tiene que ver con la presión que existe sobre la masculinidad aunque, insiste, eso está cambiando. “El proceso por el cual una persona me resulta atractiva es igual al de cualquier otra persona: me pueden gustar sus ojos, cómo habla, lo que dice, la música que escucha, su visión política de la vida o cualquier variable. Pero, para los que somos pansexuales, la variable que no importa es la identidad de género o la expresión del género de esa persona. Cuando digo que no importan me refiero a que no interfieren en el proceso de atracción”, insistió.

En esa misma línea de pensamiento se inscribió Violeta Urtizberea, que por estos días protagoniza la tira de El Trece “Las Estrellas”, donde interpreta a una chica que se enamoró de un hombre, estuvo a punto de casarse y ahora tiene una relación con otra mujer. Su personaje prendió con muchísima fuerza en el público adolescente, que en las redes sociales creó clubes de fans en honor a la pareja televisiva, poniendo en evidencia que estas historias son las que hoy interpelan a los más jóvenes. “Mi personaje transita sus sentimientos más allá del género, como debe ser”, declaró.

Consultada por su experiencia al respecto, la actriz fue clara: “Lucho, lucho, constantemente para derrocar mis preconceptos y abrir la cabeza. Si me llegara a pasar (enamorarme de alguien del mismo sexo) seguramente tendré un proceso de reflexión porque va a ser algo diferente a lo que me pasó toda la vida con los hombres. Pero estoy segura de que luego me atrevería a vivirlo”.

Por su parte, Melina Lezcano, la cantante de Agapornis y actual participante del Bailando, contó que aunque si bien ella tampoco tuvo experiencias en el pasado con personas que no fueran hombres, no descarta la posibilidad de que algún día pueda suceder: “Yo tengo este pensamiento, que es que ninguno está exento de enamorarse de ningún ser humano. Quizás el día de mañana me gusta una mujer ¿y qué problema hay? Siento que el amor es hacia el humano, no por su sexualidad o su género”.

Etiquetas, sí o no. 

Como cada vez que aparece un nuevo fenómeno, tanto en el ámbito mediático como en el académico aparecen debates que intentan explicar lo que sucede. Tal es así que, cuando una persona pública que siempre se mostró como heterosexual aparece en las revistas con alguien de su mismo sexo, la pregunta obligada es “¿Qué sos?”.

Eso es lo que le pasó a la actriz Andrea Rincón, quien luego de tener varios novios confirmó un día que estaba en pareja con una mujer llamada Lara Pedrosa, se sacó una selfie y la publicó en instagram con la leyenda “Te amo”. Invitada al piso de “Intrusos”, el periodista Jorge Rial le preguntó si era lesbiana y la morocha respondió con gracia: “No soy lesbiana, le doy a lo que venga”.

Así, mientras que por un lado se defiende la aparición de nuevos términos que reflejen las diferentes orientaciones sexuales, por el otro hay quienes insisten en que conceptos como la pansexualidad son una especie de inventos modernos. Sandra Lustgarten, sexóloga y autora del libro “Sexo de a tres” dijo a Noticias: “Los pansexuales se denominan así para preservarse de quedar etiquetados como bisexuales, por verguenza o pudor. Es una manera adolescente de enfrentar la sexualidad. Declaran que es algo romántico pero la verdadera atracción se da con el estímulo del deseo con el otro. Porque en la adultez hay un terreno en el intercambio físico”.

Para Eleonor Faur, doctora en Ciencias Sociales de FLACSO, autora del libro “Mujeres y varones en la Argentina de hoy. Géneros en movimiento”, la crítica a la pansexualidad tiene que ver con el riesgo de caer en etiquetas estancas: “En estos tiempos aceptamos una mayor libertad en la forma de vivir la sexualidad pero hay que intentar no cerrarlo. Hay gente que transita toda su vida de otra forma. Alguien puede vivir siempre con una orientación sexual pero hay otros que quizás primero tienen una sexualidad heterosexual y después se permiten sentirse atraídos por otro del mismo sexo”, aseguró a Noticias.

Otros como Ares, en cambio, insisten con que eliminar las etiquetas que definen a las incontables identidades sexuales es una especie de utopía y que en la actualidad, aunque hubo avances, son formas fundamentales para visibilizar formas de vida diferentes a las tradicionales.

Pansexuales, pluriamorosos, con etiquetas o detractores de los títulos. Más allá del nombre que se les ponga, lo cierto es que cada vez son más las personas que confiesan que su deseo sexual o emocional no tiene una única dirección. Las famosas son las que lideran este nuevo destape atravesado, de principio a fin, por la idea de la libertad sin prejuicios.



domingo, 6 de enero de 2019

Volver a las fuentes es un viaje de ida a la verdad… @dealgunamanera...

Volver a las fuentes es un viaje de ida a la verdad…

Miramar. La mala praxis periodística instaló el drama en un circo mediático. Fotografía: CEDOC/Perfil

Es probable que Diana Maffía, la Defensora de Género con la que compartimos este espacio, aborde el mismo tema contenido en esta columna, aunque en mi caso el tratamiento estará referido únicamente a la práctica periodística, a errores, omisiones y posturas que afectan o han conmovido a la opinión pública y  a los pasos necesarios, imprescindibles para ejercer el oficio adecuadamente.

© Escrito por Julio Petrarca el domingo 06/01/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Lo sucedido en un camping de Miramar, donde hombres adultos –entre dos y cinco– violaron a una adolescente de 14 años o abusaron de ella, generó en buena parte de los medios (¡ni hablar de las redes sociales!) un cúmulo de acciones profesionales que omitieron no pocos pasos para evitar que el grave acontecimiento se transformara en una suerte de circo mediático, en una competencia de morbosas definiciones, en una carrera absurda por hurgar en detalles escabrosos, cuanto más, peor. 


Por cierto, la ausencia más notoria de las buenas prácticas periodísticas la cometió Clarín, que debió publicar una rectificación por la actitud asumida por los periodistas de su redacción, indignados por lo que fue, sin dudas, una falta grave cometida por los responsables de la edición. La reacción en las redes sociales fue mayoritariamente de repudio a lo publicado (un título francamente deplorable) y completó la firme presión de la redacción del medio. No suele suceder: los comentarios que inundan las redes (y también los que acompañan las publicaciones online) resultaron esta vez gravitantes en la formación de opiniones de repudio a lo publicado.

Hacer buen periodismo es dar visibilidad a los acontecimientos de manera equilibrada, sin caer en la demagógica posición de quedar bien con la audiencia aunque la información disponible sea parcial, sesgada o carente de buenas fuentes. En los últimos tiempos, esta premisa no es siempre cumplida como debiera. Parece práctica habitual que se tome partido por datos que alimenten las expectativas del público, aunque ellos sean incompletos, descontextualizados, mal valorados o falsos.

Como ya se ha expuesto en esta columna dominical, hay una creciente necesidad de poner en cauce un río de informaciones que ha desbordado y se somete al juicio –superficial o no– de factores de poder.

Rigor informativo. 

El líder del grupo de música Pez, Ariel Sanzo (conocido como Ariel Minimal para el mundo del rock), firma una carta en el correo de hoy criticando la columna “El pogo de las chicas”, publicada el sábado 29 de diciembre por la habitual colaboradora de la sección Escritores, Pola Oloixarac. Sanzo afirma que la autora del texto desconoce los detalles de un acontecimiento que tuvo como protagonista al baterista de la banda en abril pasado, y que Oloixarac enfocó en su texto.

Las afirmaciones de Minimal son parcialmente correctas, según pudo investigar este Defensor de los Lectores. No se pudo comprobar –como afirma la autora– denuncia judicial alguna de abuso sexual contra el acusado de tal inconducta por una mujer (de manera anónima) en un blog de defensa del género que se viralizó rápidamente. El grupo Pez hizo en su momento un descargo público, reconoció que algunos aspectos del relato de la denunciante eran ciertos pero negó de manera categórica que hubiese existido acción o delito alguno en perjuicio de la denunciante.

Para equilibrar la balanza: si la columnista Oloixarac cuenta con información precisa que confirme la existencia de un proceso judicial (que este ombudsman no pudo detectar), será un buen aporte para los lectores que la publique en su espacio de la semana próxima o la aporte a la Defensoría de los Lectores.



(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com