domingo, 25 de agosto de 2013

Ni una sola palabra de amor… De Alguna Manera...


Ni una sola palabra de amor…


Director del corto furor en internet no pensaba hallar a María Teresa y Enrique.  En una entrevista a principios de mes, Javier Rodríguez no imaginaba que aparecerían los protagonistas del video que en tres semanas inundó las redes sociales. Qué dicen sus protagonistas.

Son 16 mensajes encontrados en un viejo contestador comprado en el Mercado de Pulgas. Con eso, una hermosa actriz y una escenografía, el director de “Ni una sola palabra de amor” Javier "el niño" Rodriguez, logró impactar no sólo en el mundo del cine, sino a través de las redes sociales.

“Nosotros encontramos este audio en internet de alguien anónimo que decía que lo había encontrado en un contestador del Mercado de Pulgas. Nos impactó tanto que pensamos que algo teníamos que hacer”, dijo el director del fragmento en una entrevista que le hicieron a principios de este mes en la TV Pública. Y agregó: “Lo interesante de todo esto es ver que nosotros encontramos este audio en internet, lo editamos un poco, y lo volvimos a meter a la web”.

El corto fue finalizado en marzo del 2011 y a partir de ahí hasta hace apenas tres semanas, sólo era conocido en el mundo del cine, ya que desfiló por varios festivales donde ganó importantes premios como Mejor Ficción en el Concurso Nacional de Cine y Video independiente de Cipoletti-2012 y mejor ficción en el Festival Latinoamericano del Cine de Rosario.

“Pensamos en que sería bueno que la gente lo conozca y lo publicamos, jamás imaginamos semejante impacto”, agrega su director, que al momento de la entrevista no imaginaba que puedieran aparecer los verdaderos Enrique y María Teresa: "Cuando lo encontramos, con mis amigos nos pusimos a jugar con las frases de María Teresa (...) Es imposible conocer a estas personas. Por ahí ahora aparecen pero es una cosa anónima. Y si aparecen, ¿cómo se que son los mismos?", señaló en la entrevista.

Es que en apenas tres semanas se convirtió en uno de los videos más vistos de todas las redes sociales. “Hasta en España comenzó a verse, es una locura todo esto”, señaló la actriz Andrea Carballo que tan bien interpreta a María Teresa.




La verdadera historia de amor. Poco tiempo después de que el video comenzó a viralizarse por las redes sociales, todos comenzaron a preguntarse qué será de la vida de María Teresa y Enrique, si se habrán separado o no, o incluso de que año era la grabación.

Pero la incertidumbre duró poco, ya que esta semana los verdaderos protagonistas salieron del anonimato y mostraron que con más de 30 años de matrimonio, todavía siguen escribiendo su historia de amor.

“Fue muy raro, no reconocí mi voz al principio, cuando vi que era un video que estaba premiado tuve que verlo tres veces para darme cuenta que éramos nosotros”, expresó María Teresa en una entrevista con Telenoche, el noticiero de Canal 13.

El audio es de 1998 y aunque ya pasaron 15 años de aquel día en donde llamó a Enrique más de 16 veces, asegura que no tiene vergüenza, sino que son cosas que pasan en la vida cotidiana. “No me siento expuesta. No tengo ningún complejo, son cosas que pasaron y que pasaron muchas veces”, aseguró.

Para Enrique “ Era un momento muy complicado, se superó con buena voluntad con cariño y amor.Ella tiene su carácter, es avasallante y yo soy mas bien especulador en el buen sentido”. "Ahora tampoco hay ni una palabra de amor", remató Maria Teresa. "Hay gestos de amor", agregó.

© Publicado el sábado 24/08/2013 por Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Por qué perduran las parejas como la de María Teresa y Enrique…


El corto -Ni una sola palabra de amor-, que muestra una dura controversia, ya llegó al millón de visitas. Los especialistas explican las razones de que sigan juntos.

“Ahora tampoco hay ni una palabra de amor”, sorprende María Teresa y se conforma diciendo que “hay gestos de amor”. Así ella y Enrique, ambos protagonistas del cortometraje Ni una sola palabra de amor, cuentan que están juntos hace treinta años y con el paso del tiempo entendieron que “no es necesario cortar una relación pese a las diferencias, ya que es una construcción día a día”. Como ellos, otras parejas que convivieron varias décadas juntas, compartiendo momentos buenos o malos, pueden replantearse el motivo por el que mantienen su vínculo, pese a que el amor inicial ya no existe.

“Ya no amo a mi marido, pero soy su mejor amiga. Nos conocemos hace sesenta años. Fue a mi cumpleaños de 15 y ya nada queda de esos jóvenes”, cuenta Norma Sito, que a sus 76 años convive con su esposo Carlos de 78. “Hace años que sólo usamos la cama para dormir y si bien sabemos que cambiaron nuestros sentimientos, nos apreciamos y somos compañeros porque así no estamos solos”, explica y coincide con lo que el psicólogo Alejandro Schujman señala como el fantasma de la posmodernidad: “La historia de María Teresa y Enrique impactó de manera directa en el espectador por la identificación con su relato. Habla del fantasma de la posmodernidad: quedar hablando solo con el aparato, que no haya nadie del otro lado”.

A su vez, Schujman recuerda el caso de una pareja de 74 y 79 años. En la primera sesión contaron que los nietos crecieron y que les costaba encontrar nuevos proyectos juntos. Según describe el especialista, la escena de la sesión era de pura ternura: él le acomodaba los almohadones en el diván para que ella esté a gusto. “Durante 48 años tuvieron momentos hermosos, otros espantosos, pero eran el uno con el otro, compañeros, amigos, amantes, se habían elegido y tuvieron la habilidad de poder darle a la relación ingredientes para que la felicidad perdure. Ellos buscaban reerotizar la relación y lo lograron. Lo cierto es que el deslumbramiento, las mariposas en la panza con el tiempo son ideales que se van cayendo, y era lo que tanto temía María Teresa”, explica.

“Las razones que mantiene una pareja unida en algunos casos es el amor o la pasión, pero en otras existen pactos inconscientes que se establecen para seguir necesitando al otro y satisfacer necesidades de seguridad, amparo, costumbre, estabilidad que son pre-sexuales”, explica el psicoanalista Ricardo Rubinstein a Perfil.

Por su parte, para el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin existe una “necesidad de innovación”. “Creen que la costumbre de estar juntos impide cualquier innovación. Los argumentos como “ya somos grandes” o “tenemos una vida hecha” son una defensa para que nada nuevo suceda y que perjudica a la pareja”, afirma. “Las parejas de años suponen que el conocimiento que se tiene del otro suele ser suficiente para entenderse. Y no es así. Es fundamental no perder la comunicación profunda”, reflexionó.

Desde una mirada macro, la psicóloga social, Ana Blesa, asegura que “el matrimonio es una sociedad que hace poco tiempo se realiza por amor”.

“Nos inculcaron que cuando nos casemos seremos felices y comeremos perdices... ¿será por eso que los cuentos terminaban ahí? Antes, los matrimonios eran por acuerdo de los padres y no cabía el sentimiento. Estos mandatos han creado mucho miedo en las mujeres. Por suerte, los jóvenes de ahora son más libres sobre esos mandatos y pueden practicar la convivencia antes del matrimonio y lejos del miedo a estar solos, que en tiempos pasados era más común y generaba que se sostengan relaciones que luego eran observadas por los hijos y creían que eso representaba al amor”, finalizó.


© Escrito por Gisela Nicosia el domingo 25/08/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 


Trascendencia del ego… De Alguna Manera...


Trascendencia del ego…


Lo que más abunda en el mundo, decía Frank Zappa, son el oxígeno y la estupidez. Mirar la entrega de los Martín Fierro es una prueba contundente de que, con respecto al segundo término de su frase, estaba en lo cierto. Es más, algunos ecologistas vaticinan que en breve habrá menos oxígeno, pero la estupidez sigue siendo un éxito.

© Escrito por Fabián Casas el viernes 23/08/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La entrega de los Martín Fierro parece una alucinación salida de la mente de Derek Zoolander, ese modelo cabeza hueca creado por Ben Stiller. Y, hay que reconocerlo, es muy difícil lograr sobresalir entre tantas caras nuevas y viejas, famosos, glamour y vanidad a granel. Jorge Lanata lo consiguió: su discurso al recibir uno de los muchos gauchos que le dieron alcanzó las cimas de la estupidez: “Agradezco a Lázaro Báez, Cristina Fernández, Ricardo Jaime, Hebe de Bonafini… etc., etc”.

Está claro que a Lanata no lo preocupan la desocupación, el hambre y todos los flagelos que este gobierno no puede o no quiere combatir. Lo único que le preocupa es su vanidad. Es un barrabrava de sí mismo.

Víctor Hugo Morales, a quien podríamos llamar Víctor Ego, también anda por la misma senda. Me acuerdo cuando fue invitado a presentar El dueño, el libro de Luis Majul, y se dedicó a destruirlo.

Muchos periodistas hablaron de la valentía de Morales para decir lo que piensa, como si él hubiese sido Rodolfo Walsh y Majul encarnara a la Junta Militar. Yo creo que hay tantas cosas en la vida para hacer, que ponerle ganas e ir a cagarle la presentación a un tipo que te invitó habla de cierto nivel de vanidad casi insoportable. Lanata y Morales se ponen en veredas opuestas, pero a mí me parece que su enemistad es la de ese tipo que se da en el catch, donde los luchadores no son enemigos, actúan de enemigos.

 


sábado, 24 de agosto de 2013

Nuevos aprendizajes… De Alguna Manera...


Nuevos aprendizajes…
Pablo Aristizábal analiza aquí los desafíos que plantea aprender en la Sociedad del Conocimiento, que se ha instalado de la mano de la revolución digital de la última década. El autor advierte que necesitamos aprender a aprender de nuevo, porque las formas analógicas del aprendizaje se muestran inefectivas para el despliegue del talento de los alumnos. Y entender que la realidad digital es algo más que una “realidad aumentada”.

En estas líneas me propongo encontrar algunos hilos conductores que nos permitan re-pensar la cuestión del aprendizaje (que es correlativamente también la cuestión de la pasión por aprender, la cuestión de la enseñanza y la cuestión de la creación) en el contexto insoslayable de la emergente Sociedad del Conocimiento, que hoy todo lo envuelve: desde las telecomunicaciones y el entretenimiento hasta los procesos políticos, los procesos de aprendizaje y los nuevos modelos de negocios en red.

Los desafíos que esta revolución digital trae consigo son prodigiosos, pero tenemos que asumirlos con responsabilidad, emoción y pasión. Y es que nadie discute ya, ni en la academia ni en la empresa, que necesitamos aprender a aprender de nuevo, porque las formas analógicas del aprendizaje se muestran inefectivas para el despliegue del talento de nuestros alumnos.

Aclaro desde ya que no espero, en estos breves párrafos, acercarme siquiera a una solución del problema planteado. Mi objetivo estará cumplido, y con creces, si las ideas fuerza que me limitaré a mencionar escuetamente a continuación generan en el lector algunas preguntas y lo invitan a pensar a partir de ellas respuestas nuevas.

¿“E-” de “Facilitando”? La primera de estas ideas es casi un tecnicismo, y pretende interrogar el sentido de la letra “e-” que caracteriza la nueva era a la que estamos asomándonos. Lo habitual, aunque no necesariamente lo más preciso, es entender que esa “e-” que se erige en prefijo de palabras que encontramos por todas partes, como “e-learning”, “e-marketing”, “e-government”, “e-business”, es la “e-” de electrónico.


Pero si desplazamos, sin cambiar la escala, el ángulo de la mirada, y vamos del medio (efectivamente electrónico) a los fines que a través de él se persiguen, nos encontramos con que, en un sentido más profundo que el que habitualmente se le atribuye, la “e-” es la “e-” de “enable”, vocablo de la lengua inglesa que significa “facilitar”. Las palabras “e”, entonces, no denotan un aprendizaje o una comercialización o un gobierno o un negocio electrónicos, sino el proceso de “facilitar” el  aprendizaje, la gobernabilidad o un negocio. Es pasar del rol del profesor como fuente del saber a un facilitador del desarrollo del ser y el potencial de ser de cada chico.

El medio es el mensaje. Si se admite que la digitalidad no constituyen un fin en sí mismo, sino meros medios para alcanzar otros fines (como por ejemplo la facilitación), se entenderá que estos medios tomen –en la lógica virtual– parte del lugar que en un contexto todavía analógico les correspondía a otros medios más antiguos.

Marshall McLuhan nos iluminó el camino con su célebre frase: “El medio es el mensaje”. Aunque su verdadero objetivo sea facilitar procesos que en principio existían ya antes de la emergencia de la Sociedad del Conocimiento (como el aprendizaje, la comercialización, el gobierno o los negocios), el nuevo medio, al que llamaremos “lo digital”, ayuda a sensibilizar y concientizar a quienes se conectan con él para la construcción de una nueva cultura digital.

Aunque es claro que el desarrollo de esa sensibilidad y esa conciencia es imposible sin una cierta pasión por aprender a conectarse en medios esencialmente nuevos, a pensar en red, a colaborar, a participar y, en última instancia, a crear, que son las acciones esenciales que promueve la Sociedad del Conocimiento, como toda acción, no pueden ponerse en marcha sin un cierto grado de emoción.

La ubicuidad. La tercera de las ideas que a mi entender pueden animar una discusión en torno al aprendizaje que exige la Revolución Digital tiene que ver una vez más con una aclaración que en principio podría parecer técnica: El “e-learning” no es aprendizaje a distancia. No puede serlo jamás, porque la distancia –en sí misma– es una categoría analógica.

La facilitación del aprendizaje en línea, o en red, supone –precisamente– la desaparición de las distancias, tanto en el tiempo como en el espacio. Pensando analógicamente, lo que está en un lugar del espacio no está en otro, y hace falta tiempo para trasladarlo. Pero bajo una lógica virtual o digital, todo puede estar en todas partes al mismo tiempo.

La ubicuidad aparece así como uno de los principios rectores del nuevo medio. Principio que una vez más pondrá a prueba nuestra pasión por aprender, ya que exigirá de nosotros –para participar de varias conversaciones a la vez y para estar simultáneamente conectados con distintos puntos de la red– una plasticidad en la que nunca nos entrenaron los horarios fijos y los lugares preestablecidos (la casa, la escuela, el trabajo) a los que estamos acostumbrados.

Pero no hay que alarmarse, porque esta ubicuidad no significa que cada uno de nosotros tenga que desdoblarse para estar en todas partes a la vez. Eso sería más propio de una profecía bíblica que de los tiempos que corren. Lo que ocurre cada vez más a través de internet es, en realidad, lo contrario: todas las partes (las instituciones, las empresas, las personas, los lugares) convergen en cada uno de nosotros en cada caso.

Más allá de la “realidad aumentada”. Me gustaría sugerir una cuarta idea para fomentar la conversación, que en algún sentido constituye la vanguardia de todo este movimiento de profunda transformación social que he intentado caracterizar brevemente, al menos en lo que hace a su impacto sobre le aprendizaje: Antes de hablar de convergencia o ubicuidad, señalé que la conexión, la facilitación, la conversación, la participación, la colaboración y la creación eran también principios rectores del nuevo medio digital.

Pero hay muchos que, pensando una vez más analógicamente, creen que la realidad virtual no es más que una realidad aumentada. Que a través de medios electrónicos se profundiza y se expande, pero sin alterar esencialmente la realidad a la que estamos acostumbrados. Desde el punto de vista del desafío que esto supone para el aprendizaje, su perspectiva puede resultar tranquilizadora, pero sospecho que se equivocan.

La realidad virtual no puede entenderse en términos de mera “realidad aumentada”. Más nos valdría concebirla como una “realidad vitalizada”. Lo que las conexiones en red traen consigo, potencialmente al menos, tiene que ver con el paso desde la mera constatación de un estado de cosas (como la que nos ofrecían los antiguos medios: los diarios, la televisión, pero también la escuela) hacia nuestra propia performance en un proceso abierto (como la que nos ofrecen las redes sociales, los foros, pero también las redes de aprendizaje social).

Entre una realidad apenas “aumentada” y una realidad “vitalizada”, se trata nada menos que del intervalo entre el ser y el devenir. Un ser estático, con el que no podemos interferir, y que se nos presenta ya cerrado, y un devenir multi-direccional sobre cuyo curso podemos intervenir. Desde nuestro punto de vista, como sujetos del aprendizaje, se trata además de la diferencia entre medios que nos hablan, y un medio que conversa con nosotros, medios –como dije en el párrafo anterior– que sólo dan lugar a nuestra constatación, frente a un medio que se nutre de nuestra performance.

De lo constatativo a lo performativo. En Aula365, estamos trabajando una nueva respuesta a lo anteriormente enunciado, ponerlo en práctica a través de Kids News, que es justamente el primer periódico que conversa (empleando medios digitales para vitalizar la realidad instando a la participación de los lectores). Y una idea que –en mi rol académico– intento, como aquí y ahora, someter a consideración. No tengo entonces una conclusión definitiva, ni mucho menos, pero sí me gustaría –a modo de cierre– justificar mi insistencia, durante la exposición de la idea, en dos términos que en principio podrían resultar extraños: “constatación” y “performance”.


Ocurre, simplemente, que en los tiempos en los que Marshall McLuhan insistía con aquello de que “el medio es el mensaje”, hubo otro pensador, tal vez no tan celebrado pero igualmente influyente, de nombre J. L. Austin, que formuló una “teoría de los actos de habla”. Y según esa teoría, los enunciados se dividen en enunciados “constatativos”, que son los que simplemente describen hechos, y enunciados “performativos”, que son los que hacen que un hecho suceda.

En un ejemplo típico, si yo ahora enunciara que este escrito está llegando a su fin, no haría más describir un estado de cosas que un lector no podría más que constatar. Pero si yo, en cambio, enunciara mi compromiso de seguir dando esta discusión sobre el aprendizaje, no sólo por este medio sino también a través de medios que conversen, esa promesa implicaría una cierta performance. Y yo creo que eso es lo más importante que nos resta por aprender para ingresar de lleno en una Sociedad del Conocimiento: ¿cómo dejar de “constatar”, para empezar a “performar”?

© Escrito por Pablo Aristizabal el miércoles 18/08/2013, creador de la publicación Kids News, y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Mayores Notables Argentinos… De Alguna Manera...


Mayores Notables Argentinos…


En su carácter de presidente de la Comisión de Cultura, el diputado nacional Roy Cortina encabezó la entrega de las distinciones a los Mayores Notables Argentinos, en una emotiva ceremonia que – como cada año – se realizó en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.

Se trata de un reconocimiento que se instituyó con el objetivo de recordar la figura del General Don José de San Martín, a través de su otorgamiento a personas mayores de setenta y cinco años que, a lo largo y a lo ancho de nuestro país, dedicaron su vida a la construcción de una Argentina mejor.

En esta oportunidad, los homenajeados fueron Estela Arnes de Carlotto, Juan Alfredo Caraballo, Mariano Narciso Castex, Julio César Díaz Bazán, Norma Palma D´Indio, Nélida Domínguez de Fernández Panizza, Horacio Adolfo Farach, Norberto Félix Galasso, Néstor Omar Granchelli Cha, Lucía Alejandra Krause, Florinda del Carmen Leguizamón, Jorge Humberto Leiva, Pedro Alberto Molina, Isabel Ruiz Rodríguez de Aguilar y Alfredo Salustiano Salteño.

En el discurso de apertura, el dirigente socialista y referente de UNEN destacó el valioso aporte que los nominados han hecho – desde los más diversos ámbitos – a la comunidad y resaltó como el común denominador que los vincula a “su fortaleza para levantarse contra la injusticia y su fuerte compromiso con la transformación de la realidad en favor del interés común.”

Cortina concluyó sus palabras, agradeciéndoles por brindar su experiencia como una guía para la acción y por constituirse en un ejemplo a seguir para las futuras generaciones de argentinos y argentinas.

© Publicado el viernes 23/08/2013 por http://roycortina.com.ar