Elizabeth Vernaci: “Me encantaría que tengamos un
gobierno pacífico”...
Diferente. La Negra Vernaci fue despedida inesperadamente de la Rock & Pop. Reconoce que tiene dos juicios paralelos en marcha contra Matías
Garfunkel, aunque asegura que en su vida prefiere barajar y dar de nuevo de
cara al futuro. Foto: Sergio Piemonte
Regresó a la radio luego de un año alejada del medio.
Asegura que no le guarda rencor a Pergolini, aunque aclara que nunca volvería a
la Rock & Pop.
Más de un año pasó desde la última vez que Elizabeth Vernaci estuvo
al aire. Su despido de la Rock
& Pop tomó por sorpresa al mundo radial y la
obligó a un año sabático que no estaba en sus planes. Ahora que le llegó el
tiempo de volver, lo que tampoco estaba en el cálculo de la mayoría era que lo
hiciera en una radio debutante, que a poco más de una semana de arrancar con su
programación (el encargado de abrirla el 9 de marzo fue Ernesto Tenembaum, de 7
a 10) aún no tiene definido su perfil musical ni un logo que la represente. Radio
con Vos, RCV 89,9, es el desafío de Endemol al que se subió la Negra casi
con el mismo equipo que el deNegrópolis (siguen Humberto Tortonese y Alejandro
Bercovich con política y economía, y se sumaron Diego Della Salla, María
Carámbula y Miguel Granados, entre otros) que irán al mismo ritmo de siempre de
10 a 14.
—¿Qué condición sine qua non tenía que tener esta radio para que dijeras
que sí?
—Necesitaba que no fuera una radio de dueños con intereses políticos. En un año
electoral, necesitaba que no me condicionaran a hablar con quien no quiero. Que
no me dijeran: “Como tengo toda la pauta del Gobierno necesito que hables con
equis”.
—Zafaste…
—Re zafé. Me hicieron el gran favor de mi vida. Ojo, tampoco quiero estar en una
radio que odie todo lo que pasa en el país. No me interesa mandar un mensaje
constante de “que se termine esta mierda que nos vamos a morir”. El Apocalipsis
no. Tranquilos, chicos. Ya viene, van a votar.
—¿No te condiciona en nada trabajar en un año electoral?
—Me condiciona, pero esta radio, al tener dueños que, hasta donde sé, no
reciben plata de ninguna de las partes, me da la libertad de no hacer la nota
que no quiero o de preguntar lo que se me antoja.
—¿Dónde creés que van a estar después de octubre los dueños de medios que
simpatizan con el Gobierno?
—La gente va a ir donde le convenga. Debe haber algunos que lo hacen por
convicción, que lo hacen visceralmente, que creen en los proyectos. Pero eso lo
veremos después de octubre. Vamos a ver quiénes siguen estando. Igual, vendrán
otros que pongan la pauta. Un cambio de figuritas, nada más. Por eso no me
interesa la política.
—¿Seguís lo que dicen las encuestas?
—Me chupan un huevo. Lo que me encantaría es que tengamos un gobierno en el que
todo sea pacífico y verdadero. No me gustan las camas, la poca justicia, las
cosas turbias ni embarrar la cancha de nadie. Sé que la política es eso, por
eso no me interesa. Me gustaría elegir al candidato que sea, poder decirlo y
que en Twitter no me maten. Respetar la opinión del otro nos hace falta.
—¿Te guardaste muchas cosas este año en el que no saliste aire?
—Hay momentos para hablar y otros para callarme. El año pasado sentí que era el
momento de callarme la boca. No tuve la necesidad de salir a hablar en ningún
lado. No es que tengo todas las palabras juntas y estoy por estallar, para
nada. Yo callada pienso. No tengo odios ni rencores absolutos, no voy a
arrancar el programa haciendo una arenga.
—¿No te sentiste rara estando afuera?
—Muchas veces estuve afuera. Trabajo desde los 20, ya hace 33 y me tomé varios
años sabáticos, pero por voluntad propia. Esta vez fue ajena la decisión. Un
cimbronazo, más que nada económico, porque la radio me retuvo la guita. Era muy
difícil, me dejaron sin laburo y sin guita. ¿Qué?, ¿querés cogerme, también?
Más allá de eso, trabajé mucho conmigo hasta que apareció esta oportunidad.
Antes me llamaron muchos, pero no tenía ganas de ir a otra radio. Necesitaba
hacer mi duelo. No de haber sido echada, porque habla bien de mí que esa gente
no me quiera, sino de dejar de trabajar con mis amigos.
—Impusiste un estilo de conducción femenina que rompió estereotipos.
¿Sentís que esas formas funcionan en otras locutoras?
—Laburé con tipos todo el tiempo, y si no hacía eso me pasaban por arriba.
Hubiera sido la minita para decir la temperatura y la hora. ¡Esta iba a ser
eso! Pero no escucho a otras minas y hace un año que directamente no escucho
radio. Nada. No lo hago porque me aburren los discursos, la gente que no para
de escucharse y habla sin parar. Quieren convencerse de una idea y lo hacen
desde el discurso más abrumador. Me cansan. Hay que dejar de escucharse a uno y
empezar a escuchar a otro.
—En la entrega de los Oscar, Patricia Arquette habló de las diferencias que
Hollywood hacía entre hombres y mujeres. ¿Te tocó ganar menos dinero que un
hombre cuando comenzaste en Rock & Pop?
—Seguramente cobraba menos que un tipo, pero nunca haría de eso un discurso
para que me pagaran más. Siempre creí que debía hacerme indispensable, como
para que me necesitaran y me pagaran más. Nunca me importó lo que ganaran los
demás, me manejo con lo que necesito. No la quiero toda, sino la que necesito.
Seguramente en algunos trabajos las minas necesitan más seguridad. No es mi
caso. Siempre me dieron mi lugar. Para mí trabajar con los mejores es aprender
de ellos. No voy a desaprovechar esas oportunidades para quedarme en el
discursito del tipo “el otro habló más que yo”.
—¿Volviste a hablar con Mario Pergolini?
—No, pero si tuviéramos que hacerlo sucedería perfectamente. No hay ninguna
animosidad de ninguno de los dos, más que un momento que nos tocó vivir en
medio de una situación de mierda. Yo a Mario lo quiero, y lo voy a seguir
queriendo y respetando.
—¿Podrías trabajar con él?
—Nunca volvería a trabajar a la Rock & Pop, pero
trabajaría con él. Aunque Mario tiene una apuesta de radio que se ve, que a mí
no me interesa. El es el señor rock, yo la señora pop. No me gusta, quizá a los
pendejos sí. A él le divierte, a mí no me provoca nada. Estar frente a un
micrófono me llena el cuerpo, pero que haya una cámara me la baja mal.
—¿Cómo sigue tu juicio a Matías Garfunkel?
—Es algo que avanza, son dos juicios paralelos que ni me interesa cuándo se van
a resolver. Cuando pase, pasará. Pero no quiero ni hablar de ellos. Es como
volver atrás. Para mí la mejor apuesta es barajar y dar de nuevo, y ponerme a
laburar con mis amigos.
Contenido Relacionado:
© Escrito por Alfredo Mera el sábado
28/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.