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sábado, 30 de enero de 2016

Mariano Martínez Rojas, el nuevo dueño de Tiempo Argentino y radio América…

Mariano Martínez Rojas, el nuevo dueño de Tiempo Argentino y Radio América…

Promesa. El empresario asegura que armará el multimedio más poderoso detrás del grupo Clarín.

¿Quién es el extraño comprador de los medios K?. Denuncias por estafas y enigmáticos inversores.

© Escrito por Giselle Leclercq, Marcos Teijeiro y Nicolás Lucca el viernes 29/010/2016 y publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Habla mirando fijo a los ojos y le gusta referirse a sí mismo en tercera persona, a lo Maradona. Citó a la Revista Noticias en el Palacio Duhau, en un reservado a puertas cerradas del elegante hotel, en lugar de sus oficinas del Palacio Alcorta. Una recurrencia palaciega que completa su evidente apego a los símbolos de status, como los autos de alta gama y la referencia reiterada a amigos “extranjeros” poderosos e inversores norteamericanos de los que se guarda la identidad.

Enigmático. Se define como un hábil lobbista que descubrió el negocio de los medios. No explica con claridad quiénes lo financian.

La pregunta del millón es quién es en verdad Mariano Martínez Rojas (37), el empresario que acaba de comprar el diario Tiempo Argentino y radio América al kirchnerista Grupo Veintitrés por una suma “algo” superior a la que trascendió, de 2.3 millones de dólares, según aseguran en su entorno.

Dice que, aunque lo creen correntino, creció en Buenos Aires, cursó primaria y parte de secundaria en el Colegio La Salle, hasta que a su padre militar lo destinaron a Misiones. Finalmente, la familia se instaló en Corrientes donde hizo dos intentos universitarios: abogacía y administración de empresas. Pero abandonó. “Incursioné en el rubro textil; del textil al financiero y terminé de vuelta en Buenos Aires, con idas y vueltas, con errores cometidos en Corrientes como ya se citó en algún lado”, dice. Los errores son causas judiciales por estafas que de a ratos asume, niega o califica como “camas” que le hicieron.

Noticias: ¿Quién es usted?
Mariano Martínez Rojas: Soy Mariano Martínez, desembarqué con un grupo inversor norteamericano en la compra de medios. Empecé en el tema financiero con un grupo asiático muy grande.

Noticias: ¿Cuál?
Martínez: Un grupo que mueve el 80% del negocio textil hoy en Argentina. Los asesoraba en finanzas. A través de ellos fui conociendo del negocio, gente de afuera, fui creciendo y armando clientes. Soy un tipo muy lobista. Me gusta relacionarme y conocer gente. Una cosa fue llevando a la otra, empecé a abrir el abanico, a dedicarme a lo que era show y espectáculos, asociándome con Fénix Entertainment en todo lo que es el NOA y Paraguay. Nos consolidamos, armé mi empresa: M Deluxe. Después me interesé medios. Charlando con amigos me dicen “este grupo está a la venta, nosotros conocemos a la gente, te acercamos y empiezan a conversar a ver si concretan algo”.

Noticias: ¿Así conoció a Szpolski?
Martínez: Así lo conocí.

Noticias: ¿No lo conocía de antes?
Martínez: No, es más, lo conocí acá (Palacio Duhau). Me lo presentaron, le dije que estaba interesado en el paquete que tenía.

Noticias: No todo…
Martínez: No. Compré Tiempo Argentino, Radio América y la revista Forbes, que era de ellos, pero perdieron la licencia hace ocho meses. Por el resto estamos negociando.

Noticias: ¿Tiene intenciones de quedarse con el canal de cable CN23 y las otras radios?
Martínez: Si me cierran los números, sí. Igual yo no vengo sólo por este paquete. La idea es ser el segundo grupo más fuerte de medios de Argentina. No le tengo miedo a nada, te lo digo así. Y espaldas, lo que me estoy dando cuenta en las últimas semanas, me sobran. O sea, inversores es lo que sobra. Falta gente como yo con ganas de hacer.

Noticias: También ofrece servicios inmobiliarios.
Martínez: Gestión. En forma personal, acá y afuera, de compra y venta para terceros, con comisión. Tengo muchos amigos. Lo que me pidas, si lo puedo tener, lo tengo, y si no, te lo consigo. Siempre fui así. Soy muy comerciante. Si vengo en un auto y me decís “me gusta tu auto”, yo te digo “te lo vendo, tomá las llaves”. Soy así, pero con todo. Si vos me decís “che, estoy interesado en un edificio, en una propiedad, estoy buscando algo en Nueva York, en Miami” te digo “Pará que yo tengo un amigo, le escribo, dejame ver qué puedo conseguirte”.

Noticias: ¿Aún lo hace?
Martínez: Sí, porque es innato. Aunque me digas “pero hoy tenés un holding, ¿para qué te tomás el trabajo de llamar a alguien?”. Me nace. Disfruto de levantarme todos los días y ver qué cosa puedo hacer o qué cosa nueva puedo inventar. Dicen que nadie me conoce, eso es mentira. De los diez tipos que manejan los medios, cinco almuerzan en Dashi. Yo almuerzo ahí todos los días. ¿Vos pensás que no me conocen?

Noticias: Usted dice que representa a un grupo de intereses norteamericanos ¿Quiénes son?
Martínez: Amigos míos que aportan, amigos que fui conociendo a lo largo del último año y medio, te diría, más que en los últimos años.

Noticias: ¿Por qué comprar medios ahora?
Martínez: Como negocio es muy rentable…

Noticias: Tiempo Argentino es deficitario y el Estado le debe mucha pauta.
Martínez: Vamos a separar las cosas. Yo soy empresario, no político, no valijero como me llamaron, no todas esas cosas. Miro y analizo. Compré un negocio deficitario para hacerlo eficiente. Andá a comprar Clarín, que anda perfecto y gana mucha plata. Pero andá y pagá lo que vale, también. Yo compré, te lo digo en criollo, algo barato que lo puedo arreglar, pintar y que funcione. Es un negocio, no es otra cosa. Un negocio con un problema.

Noticias: ¿El grueso del capital para la compra viene de afuera o usted pone también parte de su patrimonio?
Martínez: Pongo parte de mi patrimonio. Generé algo que en Buenos Aires, en el sector financiero, es vox populi, y el resto viene de afuera. Al margen de eso, yo compré un agujero sin fondos. No es que puse plata: la plata la voy a ir poniendo a partir de ahora. No es como dicen. Compré algo que vale equis dinero. Pero en realidad pagué una deuda de equis dinero y no la pagué tampoco: estoy arreglándola y solucionándola con todos. O sea, tuve reuniones con banqueros desde las 12 del mediodía hasta llegar acá. (N. de la R: 5 de la tarde) Y así tengo todos los días.

Noticias: ¿Cuántos acreedores tiene el Grupo Veintitrés?
Martínez: Existe un número, pero es privado. Por eso estoy reuniendo inversores. Algunos pueden ser locales, no tienen que ser sólo de afuera, como los tengo también. Porque el negocio se tornó atractivo. No habría hecho ningún negocio el año pasado. O antes.

Noticias: ¿Por qué?
Martínez: Porque no servía. Es muy simple.

Noticias: ¿Económicamente?
Martínez: Económicamente. Yo no tenía un cliente mío de afuera que ponga ni diez centavos para hacer algo en la Argentina. La situación en la que estaba el país no era buena desde hace unos años. No es algo que diga yo, no es una cuestión política; es netamente una cuestión económica. ¿Vos habrías comprado una empresa el año pasado? Hago plancha. Hoy, para la gente de afuera es muy bueno el viento nuevo que vino. Y yo como inversor también te diría que tengo muchas expectativas de acá en adelante. Si no, no te diría que vine a quedarme y voy por todo. No meto marcha atrás, puse primera y no meto nunca marcha atrás. Así tenga que pagar el costo que estoy pagando.

Noticias: ¿Cuál?
Martínez: La exposición, que busquen ensuciar a alguien que viene a invertir, a un país en el que hasta hace tres meses nadie venía a invertir.

Noticias: Pero usted tiene causas por estafa…
Martínez: No tienen sustento ninguno de las denuncias, las testigos jamás se presentaron. El pedido de nulidad de la causa está lento. Creo que después de la feria va a ser más rápido. Es una cuestión de plata. Si la gente te quiere sacar algo…

Noticias: Según el sistema de calificación crediticio, su situación es moderada, la de su hermano irrecuperable, y la de su esposa (N. de la R: fueron sus socios) tiene alto riesgo de insolvencia.
Martínez: No repercute en nada. ¿Mi nivel financiero crediticio? No te dan una tarjeta black si no tenés un buen nivel financiero. La realidad es que vine y me hice cargo de algo de lo que nadie quiere hacerse cargo. Hay gente que lleva tres meses sin cobrar. Pero eso no lo muestran. No muestran que fue Mariano el que, primero que nadie, se sentó a hablar.

Al límite.

Efectivamente, Martínez Rojas sigue con causas judiciales vigentes en Corrientes. En el juzgado de instrucción Nº 4, a cargo del Dr. Leandro Andrés Maciel, consta una causa iniciada por el artista plástico y arquitecto Hugo Sotelo. El expediente 103141/13 lo investiga por estafa en la compra de un auto de alta gama que nunca se abonó y tiene anexada la denuncia de Pedro Kaenel (ver recuadro página 86), por las mismas razones, por lo cual ambas causas se resolverán en conjunto. “La etapa de instrucción ya concluyó. Ahora cuando se levante la feria judicial el juez deberá resolver si con los elementos que se reunieron en la investigación dicta su procesamiento”, explica el titular de la Fiscalía de Instrucción Nº 1, Buenaventura Duarte.

Otro de los puntos en común en ambas causas es que los cheques sin fondos emitidos pertenecían a Grupo Norte SRL, razón por la cual también están imputadas en ambas causas la madre de Martínez Rojas y su esposa, María Inés Mozzati. En un principio, también se había imputado al hermano, Fernando, quien es el vicepresidente de la sociedad, pero una junta médica determinó que no puede ser juzgado debido a su incapacidad mental. Sotelo y Kaenel no serían los únicos en haber sido estafados, sin embargo, sí fueron los únicos en avanzar en causas judiciales. En Corrientes señalan que otros damnificados llegaron a arreglos extrajudiciales con Martínez Rojas.

Además de la causa por el automóvil, Sotelo también denunció al empresario por la desaparición de una de sus obras. En 2013 la Fiscalía Nº 10 de Comodoro Py abrió el expediente Nº 10314 para investigar la sustracción de una obra de arte. Tras un juicio abreviado, Martínez Rojas se declaró culpable de la apropiación y secuestro de una pintura valuada en casi 50.000 dólares. Por esto fue condenado a tres años de tareas comunitarias.

Noticias: En una nota publicada en Tiempo Argentino afirmó que iba a mantener la línea editorial del diario.
Martínez: No afirmé que tenía planeado mantenerla. Yo dije que vamos a ver de acá en adelante, cuando se reestructuren ciertas cosas con prioridad en los sueldos, cómo seguimos la línea en base a todo el grupo, no en base a cada uno por separado. Hay cosas que a mí no me gustaban de antes, al sentarme a leer el diario. Esas cosas no pasarán. Busco más una realidad, no agarrar el diario y leer una mentira.

Noticias: ¿Veía que Tiempo Argentino mentía?
Martínez: Sí. Tiempo Argentino como varios medios más que son vox populi. Creo que con decir la verdad, no perdemos. Y que la gente confíe.

Noticias: ¿Pudo conocer a Garfunkel?
Martínez: Sí. Una sola vez. Su relación con Szpolski está totalmente quebrada, creo.

Noticias: – Pero también tuvo que negociar con él…
Martínez: No tengo que negociar con él. Yo me siento, hago una oferta, está en ellos como grupo aceptarla o no aceptarla. De ahí en más son los abogados, los contadores, los que se encargan de encaminar todo. Si está todo OK y están todas las cosas en regla, se firma. Si no se firma absolutamente nada.

Noticias: ¿No van juntos a las reuniones?
Martínez: Jamás. Eso no existe. Viene un apoderado de Matías. Sergio está siempre. No se cruzan. Si ves cómo está el Grupo hoy… Es un agujero sin fondos. Me senté en una reunión y les dije “esto parece un ministerio”.

Noticias: ¿Se reunió con personal periodístico jerárquico de Tiempo Argentino y Radio América?
Martínez: Me reuní el día cero. Hice todo al revés de lo que hace un empresario normal. Hice un acuerdo por el que, supuestamente, tenía que entrar en 90 días al diario y hacerme cargo. Más allá de que ya compré y soy dueño desde el primer día, tenía que analizar, hacer auditoría, ver la situación, sentarme con banqueros, con proveedores. Pero terminé de firmar y me fui al diario. No soy alguien que se esconde, si es algo mío yo quiero ver cómo es, cómo funciona, y lo quiero ver ya, no dentro de 3 meses, en tres meses comenzó la carrera y ya es tarde.

Noticias: ¿Usted es testaferro de Szpolski?
Martínez: Esperen dos meses y verán quién era quién. Busco una tirada nacional de acá a dos meses, no que el diario desaparezca. Estoy renegociando con toda la gente, y tengo problemas con todo el mundo. Creo que los últimos empresarios que adquirieron medios acá pertenecían al gobierno anterior. Acá no se pertenece a ningún gobierno, ni padrino, ni hay nadie atrás. Soy un aventurero.

Noticias: ¿Dentro del macrismo no conoce a nadie?
Martínez: No. Sí conozco de tomar café en el mismo bar. Tengo oficinas en el Palacio Alcorta, desayuno, almuerzo abajo. Me conoce todo el mundo, soy un pibe muy sociable. Si entrás mañana y te veo acá, te digo “vamos a tomar un café”. Me siento, hablo, no me escondo.

Noticias: Se le señalaron vínculos con gobernadores peronistas…
Martínez: No, eso no existe.

Noticias: Capitanich e Insfrán, puntualmente. ¿No le aportan?
Martínez: Descartalo 200%. No tengo ningún tipo de relación. No los conozco.

Antes de terminar la charla, Martínez se auto-diagnostica: “Podés pensar "este pibe es un demente" y yo te voy a decir que sí, pero que es un demente que no es ningún boludo.







viernes, 31 de octubre de 2014

Se los digo yo que soy Radiotelegrafista... De Alguna Manera...

Al menos esta nota sí tiene un "título"…

CKF inaugurando "La Matanza Expone"

“Acá estoy después de nueve corridas”. Gracias a Dios, el discurso no fue en España y la Presi pudo mantener algo de dignidad ante los asistentes que presenciaron como Cristina mantenía una videoconferencia para inaugurar “La Matanza Expone”. Lo único que había para exponer era el concurso de natación forzosa de Laferrere y Virrey del Pino, pero no lo pasaron. Tampoco mostraron qué pasó con los dos mil millones de pesos para obras hídricas que prometió hace un año. A la vista del resultado, suponemos que se invirtieron en el Plan Verano Para Todos y llevaron piletas a los hogares de cada ganador de la década.

Más allá de eso, no deja de sorprenderme el enorme esfuerzo que pusieron para llevar a cabo la videoconferencia. No sólo llama la atención sino que resulta casi un esfuerzo supremo coordinar los astros para que, primero, dejara de llover y el intendente matancero no tenga que aparecer con esnorquel; y segundo, para que no hiciera demasiado calor y la conexión se pudiese llevar a cabo sin problemas, ni boicots antinacionalistas bajapalancas.

La noticia buena: los bonaerenses todavía no desarrollaron mutaciones aberrantes y sus cuellos permanecen libres de branquias. La mala: las escuelas que la Provincia pintó de naranja parecen boyas, pero no flotan.



Cristina estaba recién levantada, radiante y con toda la energía, como corresponde a una persona responsable que arranca el día cuando todavía es casi de noche –tipo 19,00 horas de la madrugada– así que pasó a explicar a los jóvenes metalúrgicos la importancia de ponerle “sosguar a los fierros” y que hay que aprovechar este momento “fundante” para llevarlo a cabo.

Luego de contar las habituales bondades de su Modelo de Redistribución de Inundaciones, destacó que su gobierno continuó la gestión energética de su difunto marido, a la cual definió como “revolucionaria”. Debo reconocer que estoy de acuerdo, no sólo porque es cierto que continuó con la joda energética, sino con el concepto revolucionario, etimológicamente hablando. Cualquier cambio generalizado que ponga patas para arriba una realidad es una revolución. Y sí, el kirchnerismo también hizo una revolución en materia energética, al convertir un país autoabastecido y exportador, en uno importador. Y todo se logró a menos de diez meses de iniciada la gestión de Néstor.

En una joda loca de palabras, Cristina se mostró en su mejor nivel. La misma mujer que hizo lobby para privatizar lo que luego expropiaría, pidió a los empresarios que pongan “reglas coherentes”. No solo se notó que faltó a la clase de Constitucional I cuando dieron Poderes del Estado, sino que se olvidó que es la jefa de un Gobierno que prometió no subir las retenciones, subió las retenciones, congeló el dólar, lo devaluó, lo prohibió y lo liberó parcialmente, reguló las importaciones, las trabó, las liberó a pedido, propuso una ley de medios para todos, sacó a las telefónicas por ser amigas, subsidió concesiones y las quitó sin mayores problemas.

También se quejó porque Estados Unidos “le da a la maquinita de imprimir” y que por culpa de eso tiene “una inflación del 3 y pico”. En la embajada yanki todavía se están cambiando los pañales del ataque de risa que les dio la afirmación de la Presidenta del tercer país con mayor inflación del mundo, en el que la impresión de billetes está a cargo de un vicepresidente con más causas que canas, y no tuvieron tiempo para remarcar que la inflación del último año fue del 1,5%. Sin embargo, podemos rescatar una buena: Cristina alguna vez pasó cerca de un apunte de Economía Política.

Como andaba quisquillosa porque este país está lleno de gente con problemas, también se enojó con los intendentes que ejercen presión impositiva. Se ve que en la facu de La Plata, el aula de Derecho Tributario no era fácil de encontrar. A continuación, remarcó que el salario mínimo de Argentina es el de mayor poder adquisitivo de Latinoamérica, demostrando que, no sólo le importa tres carajos que haya trabajadores por debajo de la línea de pobreza, sino que el aula de Derecho Laboral estaba al lado de la de Tributario y por eso no se enteró que siempre tuvimos el salario mínimo más alto de la región.

Luego de pasarse los últimos 84 meses amenazando con volver a 2001, pidió que se termine con el discurso apocalíptico, para luego avisar que si se paga a los fondos buitre, se cae la reestructuración de la deuda y volvemos a 2001. Finalmente, celebró la juntada porque a los empresarios no los llevaron “por el choripan” porque no eran militantes. Habría que ver cuál es el aspiracional de cada quien: lo que para unos se arregla con el almuerzo, para otros alcanza recién con una licitación o un crédito blando. De la polémica sobre su título no habló, aunque remarcó que es abogada.



No es que pretenda encarar para el lado de sus capacidades intelectuales, dado que los conceptos que acabo de mencionar se dan en la Facultad, pero si los ubicamos todos, es porque también los vimos en la secundaria, además de pertenecer al más sencillo sentido común. Por eso, a esta altura del partido, más que reclamar el título de abogada, habría que reclamarle un psicotécnico.

Porque una persona que se la da de culta no puede hacerse la ofendida porque “Estados Unidos creció en la década del 40 gracias a la guerra”, cuando fue el mismo motivo que nos llenó de guita a nosotros. No habremos tenido Plan Marshall, pero les enchufamos nuestros productos agropecuarios a cuanto país cagado de hambre encontramos tras la matanza de 50 millones de personas y la destrucción de cualquier medio productivo europeo.

En mi opinión personal, si tuviera que inventarme un título, habría elegido otro con más popularidad que el de abogado. Astronauta, stripper, campeón de karaoke, no sé. Sin embargo, el hecho de que se haya o no recibido, no me afecta desde el punto de vista de querer que me muestre el título, dado que en la Facultad de Derecho dejás un ladrillo y en cinco años le dejaron un diploma abajo. He conocido cientos de abogados que no pueden reconocer la diferencia entre un expediente y el cuaderno de comunicaciones de quinto grado. Son los que caen en una mesa de entradas, se acodan en la ventanilla, se acomodan el traje comprado en cuotas y te preguntan cuál es el criterio del juzgado para resolver una excarcelación, como si hubiera otro criterio que el del Código de Procedimiento. Ahí radica mi única duda: el analfabestialismo de la Presi no es excluyente para tener un título universitario.

Y si bien es cierto que para ser Presidente no hay que ser, precisamente, abogado –de hecho, más de la mitad de quienes nos gobernaron no lo fueron– la discusión pasa por otro lado. Chicos, si planteamos el debate entre que tiene o no tiene que tener título por el sólo hecho de si sabe o no sabe, le estamos pifiando. Es una cuestión de principios, de a qué te podés acostumbrar, de qué estás dispuesto a permitir.

El dilema con el título sí o título no, en el caso de la Presi hasta resulta diferente del de otros casos divinos de la última década. Cristina construyó su relato personal en base a la persecución política de la década de los setentas. Y según su historia, ella es una “exiliada interna”, porque se tuvo que ir a Río Gallegos para zafar de los militares, porque está claro que en Santa Cruz gobernaba Pérez Esquivel. Según sus propias palabras, Cristina se fue de La Plata por el peligro que resultaba vivir en una ciudad con tanta persecución política. Y fue ella misma quien dijo que dio las últimas tres materias en 1979. Pero resulta que en 1979, la Universidad de La Plata tenía al mismo rector, Guillermo Gallo, a quien acusan por la desaparición de 750 personas, entre docentes y alumnos. Ahí está uno de los mayores problemas del discurso cristinista: si fue a La Plata, ingresó a la facultad, presentó el DNI para dar las últimas materias y se recibió en 1979, tan militante no era.

Independientemente de todo esto, algo tiene que quedar en claro, alguna regla mínima tenemos que mantener sin violarla ni hacerle 32 pibes. Al menos una regla. Cada vez que se percibe una mentira, un engaño, un chamuyo, se dibuja un nuevo límite. En el mismo instante en que notamos que el otro cruzó la línea, aparece una nueva, instantáneamente, esperando a que nosotros decidamos si nos importa que el otro mienta y no la cruzamos, o si nos da exactamente lo mismo y también cruzamos la frontera.




“En esto también me mintió, pero no es para tanto”, es más de cornudos conscientes que de seres racionales y con un mínimo de amor propio. Y a los hechos me refiero: dijo que no esperáramos que “esta presidenta” devalúe, nos clavó la mayor devaluación desde la salida de la convertibilidad, dijo que el país no necesitaba un Plan B frente a la crisis internacional y terminó presentando el plan canje de calefones, dice que no hay cepo al dólar, dice que bajó la pobreza cuando es imposible caminar una cuadra sin tropezarse con un winner de El Modelo, dice que no hay problemas de empleo y que las empresas no están en crisis cuando las suspensiones son más comunes que un escándalo del Diego, dice que fue opositora al neoliberalismo cuando fue colgada de la lista y de las tetas de Menem en todas y cada una de las elecciones de 1989 a 1997.

Nos dijo que el mundo se “derrumba como una burbuja”, que estamos mejor que Australia y Canadá, que el Cabo Sosa de Valentín Alsina le avisó que ISIS la quería matar, que los bondis no iban a aumentar, que la inflación son los reyes magos, que nunca se construyeron tantas viviendas, que para 2010 tendríamos el tren Bala y que para 2009 el Almirante Irizar estaría en funciones.

Si nada importó, es lógico que tampoco importe que toda su fortuna se deba a que siempre fue y es una exitosa abogada. Pero al menos esa nos tendría que dar un poquito de escozor. Algo. Porque la única forma que encontró la Presi para justificar que es una multimillonaria empleada pública, es una profesión que nadie recuerda que haya ejercido.

No es la aptitud para el cargo, es la primera mentira para justificar el choreo. Si usurpó dos títulos o uno sólo –firma sus decretos como doctora, cuando eso sí está probado que no lo es– debería generar, aunque sea, alguna pregunta.

Al menos por curiosidad.

O por pudor.

© Escrito por Nicolás Lucca (Relato del Presente) Publicado el Viernes 31/10/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.




Viernes. De la muerte, de los cuernos y de la mentira, no se salva nadie. Del kirchnerismo, tampoco.