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jueves, 13 de octubre de 2016

Eliminatorias Rusia 2018... Argentina 0 vs. Paraguay 1... @dealgunamanera...


Argentina jugó mal, perdió con Paraguay y se fue silbada en el Kempes…


La selección argentina cayó 1-0 ante los paraguayos. Fue una mala presentación del equipo de Bauza.

© Escrito por Pablo Ocampo el martes 11/10/2016 y publicado por La Voz del Interior de la Ciudad de Córdoba, provincia de Córdoba.

Todo estaba preparado para que fuera una fiesta... pero fue un desastre. Es que la selección argentina perdió 1-0 con Paraguay por la 10ª fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial Rusia 2018 y se fue silbada.

El gol, Derlis González, a los 17 minutos de la primera parte. Sin ideas, la Albiceleste careció de oportunidades para empatar (salvo el penal errado por Agüero) y el equipo se fue silbado.

De esta manera la selección argentina sigue quinta en la tabla de posiciones, en zona de repechaje, pero perdió terreno.

Poco y nada

La primera etapa mostró una de las peores versiones defensivas de Argentina en bastante tiempo a esta parte. Porque cuando el equipo se volcó en ataque y procuró vulnerar a las dos líneas de cuatro que dispuso Paraguay, en cada contra siempre quedó mal parada, en especial su zona izquierda, donde Rojo jamás pudo con Derlis González.

Con empuje y pocas ideas, la albiceleste intentó hacerse dueña del partido, pero falló en la puntada final, donde Ángel Di María fue lo más punzante, Higuaín el jugador de peso y Sergio Agüero el gran ausente.

Dimaría encaró a los 17 y chocó con la defensa, la pelota le quedó a Romero que superó a Mascherano, estiró para González y el “10” visitante sentenció a “Chiquito” Romero con un remate bajo y fuerte al primer palo.

El 1 a 0 en favor de Paraguay le cayó justo a los visitantes, quienes se pararon en el borde de su área, metieron dos líneas defensivas y apostaron a dar el golpe de gracia en alguna contra. La velocidad de Almirón y Romero, fueron la apuesta de los albirrojos. La lentitud de los centrales nacionales la invitación a jugarla rápido.

“Fue y fue Argentina, Gaitán se cambió de lado con Di María e intentaron hacer ancha la cancha. Los de Arce metieron la “cola” contra Villar y los centros de los albicelestes fueron siempre neutralizados.

Banegas tuvo demasiadas pisaditas y pocos aciertos. Mascherano se equivocó en un par de pases frontales y los nervios fueron otro enemigo para los de Bauza.

Apenas iniciado el segundo capítulo, la pelota pegó en el brazo extendido de Paulo DA Silva en el salto, pero Agüero, para completar otra frustrante labor, remató débil a la izquierda del veterano arquero Justo Villar, que se convirtió en figura al quedarse con la pelota que a la postre significó el triunfo.

Gonzalo Higuaín, que también hizo muy poco, fabricó una llegada a los 3 con una corrida hacia el arco, pero Villar nuevamente se hizo grande para quedarse con el remate.

Paulo Dybala, el niño mimado que fue pedido desde el primer tiempo por el público cordobés tuvo su primer acercamiento con un remate desde lejos al que se aferró por ausencia de socios d juego.
Villar dio rebote e Higuaín tampoco acertó a un metro del arco.

Llegó el final sin lucidez y el público que había apoyado despidió el equipo con una estruendosa silbatina. Llegará Brasil en noviembre ya en zona más delicada, con la expectativa de la vuelta de Messi.



Síntesis:

Argentina 0

Sergio Romero; Gabriel Mercado, Martín Demichelis, Mateo Musacchio, Marcos Rojo; Javier Mascherano, Ever Banega; Nicolás Gaitán, Sergio Agüero, Angel Di María; y Gonzalo Higuaín. Director técnico: Edgardo Bauza.

Paraguay 1

Justo Villar; Jorge Moreira, Gustavo Gómez, Paulo Da Silva, Junior Alonso; Rodrigo Rojas, Cristian Riveros, Miguel Almirón y Oscar Romero; Derlis González y Angel Romero. Director técnico: Francisco Arce.

Gol: en el primer tiempo, 17m González (P).

Cambios: en el segundo tiempo, 14m Paulo Dybala por Gaitán (A); 22m Celso Ortiz por Almirón (P); 25m Lucas Pratto por Banega (A); 29m Bruno Valdez por Rojas (P); 34m Hernán Pérez por A. Romero (P).

Incidencias: en el segundo tiempo, 1m Villar (P) le atajó un penal a Agüero (A).

Arbitro: Daniel Fedorczuk (Uruguay).

Estadio: Mario Alberto Kempes (Córdoba).

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miércoles, 14 de octubre de 2015

Eliminatorias Rusia 2018: Paraguay 0 vs. Argentina 0... @dealgunamanera...

Con el debut de Dybala, Argentina empató ante Paraguay…


El cordobés de Laguna Larga entró en lugar de Carlos Tévez, a los 28 del complemento. La selección mostró una leve mejoría con relación al partido ante Ecuador, pero no le alcanzó.

A pesar de que no consiguió sumar su primera victoria en las eliminatorias, Argentina dejó una mejor imagen este martes en Asunción, luego del mal debut frente a Ecuador. Las bajas no se sintieron y en el primer tiempo generó situaciones como para llevarse un triunfo.


La apuesta de Martino, con Kranevitter y Mascherano como un doble “5” pegado a la línea de defensores no le dio a Paraguay la chance de ingresar con pelota dominada por el centro de su ataque al área de Sergio Romero. Tal como lo hizo Ecuador en Buenos Aires.

Sin embargo, la apuesta de Argentina por atacar con sus cuatro hombres más adelantados le generó problemas al sistema defensivo cuando Di María y Pastore mostraban algunas imprecisiones.

A pesar de que Paraguay contó con algunos tiros de media distancia, lo mejor del primer tiempo lo mostró Argentina cuando se conectaron Di María, Pastore, Lavezzi y Tevez. Con algunos chispazos de estos cuatro, la selección albiceleste logró generar situaciones colectivas que incomodaron a la defensa guaraní y que convirtieron a Antony Silva en la principal razón por la cual el equipo que dirige Martino no se fue al descanso en ventaja. El ex Talleres le tapó un mano a mano a Tevez y dos a Lavezzi. Di María y “Carlitos” también contaron con otras claras situaciones de gol que no pudieron concretar.

En el complemento, el adelantamiento de Zabaleta hizo que Paraguay casi no dominara la pelota en el medio campo, pero Argentina no pudo generar las situaciones que tuvo en el primer tiempo. De a poco, Tevez fue desapareciendo (más aún después del golpe en la nariz), Lavezzi comenzó a jugar más retrasado, Pastore no gravitó y la única vía de ataque fue por derecha con Zabaleta y Di María.

Con los cambios, Martino buscó aire y tanto “el Fideo” como el debutante Dybala contaron con las dos únicas chances que contó Argentina en el complemento.

Síntesis

Paraguay: 0

Antony Silva; Bruno Valdez, Paulo Da Silva, Pablo Aguilar, Miguel Samudio; Derlis González, Néstor Ortigoza, Víctor Cáceres, Richard Ortiz; Lucas Barrios y Darío Lescano. Director técnico: Ramón Díaz. 

Argentina: 0 

Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Nicolás Otamendi, Ramiro Funes Mori, Emmanuel Mas; Matías Kranevitter, Javier Mascherano; Ezequiel Lavezzi, Javier Pastore, Angel Di María; Carlos Tevez. Director técnico: Gerardo Martino.


Estadio: Defensores del Chaco (Asunción).

Árbitro: Andrés Cunha (Uruguay).

© Escrito por Flavio Durán el martes 13/10/2015 y publicado por http://mundod.lavoz.com.ar de la Ciudad de Córdoba, República Argentina.










sábado, 11 de julio de 2015

El mediocre argentino… @dealgunamanera...

El mediocre argentino…

Lionel Messi, el capitán de la Selección. Foto: AFP

Desde que la Selección tiene el placer visual, la ventaja comparativa y el milagro inmerecido de tener a Messi, las discusiones están menos ligadas a él que a una versión maníaco depresiva de la argentinidad.

El día después de la derrota de Argentina ante Alemania por la final de Brasil 2014, veo al borde del shock nervioso una escena de teatro nacional callejero ocurrida en un kiosco de revistas cercano a la Plaza de Mayo. El canillita recibe debidamente encuadrado en su box de hojalata a un taxista al que parece estar unido por cierta confianza y, no cabe duda, por una tolerancia a prueba de misiles nucleares anticanillitas.

El descendiente de Rolando Rivas sale de su máquina fumando y de frente al chaperío rectangular, como el goleador que nunca será, recrea la jugada inolvidable en la que Higuaín define con flaccidez su malogrado mano a mano contra Neuer. El canillita hace las veces de arquero, mientras el taxista genio hace crujir su artrosis acompañándose de las siguientes palabras autocomplacientes: “Cuchame, papá. ¡Dejate de joder! ¿Cómo te vas a comer ese gol? Te cae la pelota de arriba, la controlás con el ojo y hacés, ¡pim!, de primera, allá. Pega en el palo y entra. Cuchame: lo meto yo”.

Desde que la Selección argentina tiene el placer visual, la ventaja comparativa y el milagro inmerecido (como todos los milagros) de tener a Messi, las discusiones sobre Messi están menos ligadas a él que a una versión maníaco depresiva de la argentinidad. Se la puede reconocer por la exigencia perfeccionista y una conciencia nula sobre las dificultades de obtener la perfección. El punto de vista desde el cual esta escuela cuestiona a Messi es el de la mediocridad. Existe una larga tradición por la que la mediocridad cuestiona la excelencia, que es la misma por la que los hombres contemplativos han cuestionado toda la vida a los hombres activos. Se trata de espíritus para los cuales mejor que hacer es decir.

Por cuestiones de populismo de mercado y debilidad emocional, la mediocridad tiene su emergente en la masa crítica del periodismo deportivo que, ante la derrota, ni más ni menos que como el taxista de Plaza de Mayo, levanta presión hasta fisurar su pozo ciego del que comienza a escaparse un río de excrementos. La extrapolación es muy clara, y sustituye todos los elementos del juego comercial y a veces artístico llamado fútbol –del que por lo general se excluye increíblemente el hecho de que se enfrenta a rivales competente–, por el único que queda en pie: el éxito y su bestia negra (el fracaso).

Recordemos que hace un tiempo unos periodistas criticaron a Messi porque no cantaba el himno. Entonces se juzgaba el patriotismo y no el juego. Ahora lo que se condena –ya no es un juicio sino una sentencia– es que no haga todo, que no sea él sólo el equipo, que no produzca lo imposible, que no se transforme en el superhéroe de la Argentina Potencia, olvidando que el fútbol es un juego cooperativista, es decir una sociedad con pactos internos y combinaciones  elásticas a cargo de un director técnico y filtrada por el azar.

Esa Argentina contemplativa que ha hecho de la exigencia de perfección una enfermedad social, sólo es capaz de aceptar el triunfo individual resumido en dos frases por las que empieza y se acaba el mundo: “es un genio”, o “somos un desastre”. En el medio de ambas hipérboles, el vacío total.

© Escrito por el Escritor Juan José Becerra el sábado 11/07/2015 y publicado por el Suplemento Deportivo 442 del Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

martes, 7 de julio de 2015

Copa América... Argentina 0 (1) vs. Chile 0 (4)... @dealgunamanera...

Ganamos, perdemos, siempre perdemos…


Un equipo condicionado por el rival jugó su peor partido de la Copa, se fue deshilachando con el correr de los minutos y finalmente sucumbió en la ronda de los penales. Chile consiguió así su primer título en el fútbol internacional.

La tercera final que la selección deja pasar en las cuatros últimas Copas América.

Esta película ya la vimos. El festejo de los otros que nos recuerda a Brasil, la sonrisa de la Bachelet que nos trae la imagen de la Merkel en el Maracaná, la caravana de anti-Messi que ya no le tiran disparos en las sombras al pibe y salen abiertamente a plantear el Apocalipsis. “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”, se debe preguntar el pibe aunque ya sabe cómo son las cosas por estas tierras, que hoy sos el Rey Lionel y mañana sos el Satánico doctor No: no cantás el Himno, no hacés un gol, no jugás como en el Barcelona, no sos Maradona, no la tocás, no ganás ningún campeonato.

Al Tata Martino también le caen con todo, por derecha y por izquierda, los nostálgicos del Coco Basile y los que empiezan a poner fichas para que vengan caras extrañas. Estos fueron los siete pecados capitales:

1) Que no dio la talla.

2) Que no puso a Tévez.

3) Que hizo mal los cambios.

4) Que el equipo no tuvo fuego sagrado porque él mismo no lo tiene.

5) Que se encontró con un equipo en serio y no como Paraguay.

6) Que no respetó la esencia del fútbol argentino.

7) Que dijo que Argentina había merecido ganar porque estaba viendo otro canal.

Algunas críticas son acertadas, otras son lapidarias, pero ya se sabe que por acá lo que el viento se llevó hace rato es la reflexión, la cordura, el equilibrio, cuando el muerto que deja la derrota todavía está caliente.

Pero lo que sí tal vez se le debe cuestionar al entrenador es que en el afán de protegerse, de anular el poder ofensivo de Chile, le restó poder de fuego al propio equipo. Por primera vez un rival en esta Copa tuvo más tiempo la pelota que Argentina. Martino pensó, seguramente, que de contra se podía llegar con cierta facilidad y que todo se resolvía con un par de genialidades de Messi o de Pastore.

Pero Pastore estuvo impreciso, solo apareció en cuentagotas y a Messi lo rodearon bien. Es cierto que Chile casi no inquietó a Romero, pero puso el partido muy lejos de Bravo en casi todo el desarrollo del juego. El cero a cero fue producto de que se anularon mutuamente, pero Sampaoli respetó un poco más su línea, su idea, su estilo. Y eso es independiente del resultado final.

La verdad es que no se dio el partido de película que todos esperábamos. Tuvo la emotividad y la tensión propia de cualquier final importante, pero nunca el brillo deseado ni la lluvia de goles. Hasta pocas situaciones de gol hubo en los 120 minutos de juego.

Quedan registradas –son casi anécdotas a esta altura– algunas historias mínimas:

- La lesión de Di María. Estaba jugando un buen partido y rápidamente quedó afuera. ¿Era Lavezzi el reemplazante natural? Si se recuerda lo bien que había jugado en el primer tiempo de la final del Mundial, se entendía el cambio. Pero Lavezzi no anduvo.

- El patadón de Medel. Una patada en el estómago a Messi para ablandarlo (el chileno merecía la roja directa, sin duda) pero la amarilla no lo condicionó para ejercer una marca férrea y formar parte de la telaraña que dejó fuera de acción al rosarino.

- El gol que no hizo Higuaín. Fue una gran jugada de Messi sobre el epílogo de los ’90 (de lo mejorcito en su pobre actuación) que le dio la pelota a Lavezzi, como se la había dado a Di María contra Suiza y Lavezzi decidió meterla en profundidad para Higuaín, quien llegó un segundo tarde. Una pena realmente.

- Wilmar Roldán no cobró una clara falta a Rojo en una jugada de pelota detenida y debió echar a Medel, pero cargar todas las tintas sobre el árbitro es tan injusto como hacerlo sobre Martino o sobre los jugadores.

- El penal de Alexis. Pasó casi inadvertido que en el último penal Alexis Sánchez picó la pelota y que, con eso, con ese lujo le puso broche de fantasía a una merecida coronación de su equipo. Con una interesante camada, pero sin el nivel técnico de los argentinos, sabían que era una oportunidad única y la aprovecharon: fueron dignos campeones. Y tienen derecho a gritar “Chile campeón, carajo” y quien quiera oír que oiga. Qué se le va a hacer. Otra vez nos tocó una de terror.


 © Escrito por Juan José Panno el sábado 04/07/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.