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sábado, 29 de septiembre de 2012

Memoria Oral vs. Historia Oficial... De Alguna Manera...


La masacre de La Bomba: memoria oral vs. historia oficial...


En octubre de 1947, en el paraje La Bomba, Formosa, tuvo lugar la más reciente y oculta masacre sufrida por el pueblo pilagá. La directora de “Octubre Pilagá” analiza los motivos del silencio.

Desde finales de septiembre y hasta principios de octubre decenas de familias que se habían trasladado desde los más remotos parajes se instalaron en el lugar en torno a Tonkiet, un hombre que según los ancianos sobrevivientes, sanaba con su palabra. Todas las tardes y hasta bien entrada la madrugada el sonido de los tambores, los cánticos y las alabanzas se escuchaban a varios kilómetros de distancia. Las familias continuaban llegando y con el correr de los días ya eran varios cientos de personas, quizás miles, ocupando las orillas del madrejón. Pronto la multitudinaria reunión fue vista con recelo por las “autoridades” militares y civiles a cargo de la vigilancia del entonces territorio nacional y se intimó a las familias para que abandonaran el paraje. Un hombre sobresalió por aquellos días como interlocutor entre los pilagá y las “autoridades”: Oñedié, conocido como el cacique Pablito Navarro, que por sus conocimientos del castellano obró de mediador en un conflicto desigual con un final que ya estaba escrito y que extendería la conquista al desierto chaqueño hasta mediados del siglo XX.

A pesar de las advertencias, los caciques y los sabios se negaron a abandonar un espacio que no sólo consideraban sagrado sino que se encontraba dentro de su territorio ancestral, y esta actitud fue asumida como un acto de rebeldía. En la tarde del día 10, efectivos de la Gendarmería Nacional apuntaron sus fusiles y ametralladoras y dieron comienzo al genocidio que se extendió por lo menos durante ocho días, abarcando un territorio de cien kilómetros cuadrados. La masacre de La Bomba dio como resultado un número aún hoy indeterminado de muertos y desaparecidos de todas las edades, la reducción de cientos de cautivos en “colonias indígenas” y el despojo territorial que trajo aparejada la persecución y el destierro.

¿Qué fue lo que mantuvo a estos hechos silenciados durante tanto tiempo?

Como ocurre en todos los genocidios, las víctimas del año 47 fueron criminalizadas. Los titulares de los diarios recrearon la amenaza de un malón indio atacando el pueblo de Las Lomitas, describieron un escenario de guerreros avanzando sobre el regimiento de Gendarmería y hasta consignaron el asesinato de una mujer y el robo de ganado de propiedad de los vecinos. La justificación fue construida con éxito y se convirtió en razón suficiente para actuar con toda impunidad persiguiendo y escarmentando a las familias que huían. Pero a los pocos días los diarios desmintieron sus propias afirmaciones hasta llegar a aseverar que “los sucesos no tuvieron la importancia que se suponía” y que los pilagá, habiendo recibido víveres y dinero, se habían “replegado pacíficamente hacia los montes” obedeciendo a una orden y sin mediar violencia alguna. Las fuentes militares eligieron el mismo camino para relatar los hechos en la documentación secreta y reservada emitida por el Ministerio de Guerra y Marina. En pocos días los acontecimientos desaparecieron de los titulares y nadie reclamó investigación alguna.

Más de sesenta años de silencio extendieron las consecuencias de este genocidio hasta nuestros días, sumando al accionar exterminador del Estado la negación sistemática del reconocimiento de las víctimas como tales y la prevención generada en ciertos sectores que evitan señalar este hecho como genocida por haberse producido durante un gobierno, que a diferencia de sus predecesores oligárquicos y militares, llegó al poder por el voto popular.

En el año 2006 dos abogados chaqueños iniciaron una causa judicial por crímenes de lesa humanidad y pretendiendo avanzar con rapidez en la búsqueda de la justicia sobrevaloraron las fuentes escritas (diarios de la época y publicaciones de la Gendarmería) y restaron importancia a los testimonios orales obviando la participación activa de las personas afectadas en la redacción de la demanda. Una vez iniciada la causa, la burocracia judicial hizo lo que tan bien sabe hacer, y a seis años del inicio del juicio aún no han llamado a los ancianos a declarar en la causa penal por la masacre. Durante ese tiempo cinco sobrevivientes fallecieron debido a su avanzada edad.

En vista de la poca voluntad que los organismos estatales demuestran para reparar este y otros genocidios cuando de pueblos originarios se trata, iniciamos junto a los ancianos la recopilación de sus memorias en video y un resumen de este trabajo dio lugar a Octubre Pilagá, relatos sobre el silencio, un documental estrenado en Bafici 2010. Durante los cuatro años que nos llevó esta tarea no dejó de sorprendernos la ansiedad con la que los ancianos esperaban testimoniar ante la cámara. Los relatos eran sorprendentes y no solo revelaban la complejidad del proceso genocida sino que se oponían claramente a las versiones escritas que retrataban a los pilagá como criminales. Elevar estos testimonios al lugar que merecían era una forma de resarcir moralmente a las víctimas, sortear el desprecio que sufrían por su condición de no escribientes y salvar de la marginación los detalles de un genocidio que el Estado argentino se niega a reconocer y reparar.

Hoy sigue siendo necesario interpelar a lectores y espectadores con las preguntas que hieren a los sobrevivientes cada vez que la versión oficial sobre la masacre de La Bomba se reproduce criminalizándolos nuevamente ¿Hasta cuándo permitiremos que la falacia oficial se convierta en verdad por el sólo hecho de haber sido escrita? ¿Hasta cuándo se considerará superiores a los que escriben en relación a los que no lo hacen?

La tradición y la práctica de la memoria oral han sido el resguardo más eficaz de los sucesos acaecidos en La Bomba. Lo mismo ocurre en cada comunidad mapuche, tehuelche, mbya, qom o cualquier otra de las decenas de comunidades que sobrevivieron a hechos similares. Los relatos de represiones, destierros, encierros y esclavitud de los pueblos originarios incomodan a los “hombres blancos” porque socavan los cimientos de una nación construida por un grupo de “héroes” que pocos cuestionan. Un debate sobre el genocidio de los pueblos originarios del actual territorio argentino es urgente, sólo de esa manera podrá evitarse que la crueldad de la historia reaparezca reproduciendo sin fin los más horrendos y vergonzosos crímenes.

*Estas reflexiones nacieron de la generosa propuesta, que superando mi enojo por el articulo titulado La comida que mata, me hiciera el periodista Gabriel Levinas a quien agradezco su comprensión y amabilidad.

© Escrito por Valeria Mapelman y publicado en palzademayo.com el jueves 27 de Septiembre de 2012.



Las fotos:




















martes, 24 de abril de 2012

Qom: la impunidad que no cesa... De Alguna Manera...

Qom: la impunidad que no cesa...


El juez formoseño Santos Garzón sobreseyó a Qom y policías por las muertes de Roberto López y Eber Falcón durante la violenta represión de noviembre de 2010. El video de los hechos.

Una rara lectura de la realidad se produjo en el despacho del juez de Instrucción y Correccional 2 de Clorinda, en Formosa en las últimas horas. En ese juzgado se debía investigar qué había sucedido realmente el 23 de noviembre de 2010, cuando la policía provincial del gobernador kirchnerista Gildo Insfrán acometió contra los manifestantes de la comunidad qom, que permanecían cortando la ruta desde hacía cuatro meses, y dejó tendido en el camino el cadáver de Roberto López, miembro de la comunidad “La Primavera”. También yacía allí el cadáver de Eber Falcón, policía. Luego del fatídico saldo de la represión, la policía persiguió con saña a los aborígenes, llegando al punto de prender fuego las casas más cercanas a la ruta nacional 86. Veinticuatro Qom fueron imputados por “instigación a cometer delitos, atentado a las autoridades y lesiones”.

Diecisiete meses después de los acontecimientos, Santos Gabriel Garzón, juez designado para seguir el caso, dictó el sobreseimiento “total y definitivo” de los acusados. También absolvió a los policías Gustavo Coronel y Orlando Paredes, sospechados de haber asesinado a Roberto López. En el despacho del juez se había producido en algún momento una ecuación que tendía a cero: no sólo no se investigaría quiénes habían ordenado desde el Estado formoseño la represión fatal, sino que nadie irá preso por las muertes ocasionadas.

El dictamen adopta la versión del supuesto “enfrentamiento” entre policías provinciales y miembros de la comunidad qom, que se encontraban en la ruta reclamando por sus tierras. El juez Garzón encontró “fehacientemente comprobado” que el policía Gustavo Corpnel no participó del hecho que le costara la vida a López; en cuanto al policía Orlando Paredes, el magistrado sostuvo que disparó su arma en un acto de “legítima defensa”. A los Qom, en cambio, el juez les atribuye el haber iniciado las agresiones, en la creencia supuestamente errónea de que la policía se aprestaba a desalojarlos por la fuerza, cuando en realidad –siempre según el juez- los policías se dirigían a allanar el campo de la familia Celia. “Es así, que la conducta de los veinticuatro aborígenes imputados corresponde encuadrarla en la figura del artículo 34 inciso 1º del Código Penal, ya que existió en su accionar un error indirecto de prohibición, el que impide exclusivamente la comprensión del carácter y entidad del injusto del acto”, señala el fallo. De acuerdo a Garzón, los Qom atacaron a los policías en la creencia de que actuaban en una “situación objetiva de justificación”. En cuanto a la actuación policial, el juez entiende que fue “legítima” aunque “se excedió en el mandato judicial al verse sobrepasada por la situación”, lo cual habría provocando “la confusión de los aborígenes que estaban sobre la ruta acerca de su deber jurídico, ya que ellos estaban realizando una protesta con corte de ruta nacional, cuyo desalojo de haberse ordenado, correspondía disponerlo el juez Federal y no el juez Provincial”.

En resumidas cuentas: según el juez Garzón, la policía se dirigía a allanar el campo de los Celia, los Qom malinterpretaron su presencia, agredieron a los policías, los policías se defendieron, López mató a Falcón, Paredes mató a López en defensa propia. Todos resultaron sobreseídos.

La versión de los Qom, sin embargo, es completamente distinta. Plazademayo.com habló con Félix Díaz, referente de la comunidad La Primavera, quien por un lado se manifestó aliviado por su sobreseimiento y el de sus compañeros, pero no oculta su indignación ante el fallo de Garzón.

–¿Qué opina de los argumentos que la justicia alegó para sobreseer a los dos policías?
–Nosotros somos conscientes de que Roberto fue asesinado por mano de la policía y también Falcón, entonces el argumento que ellos han usado de que a Roberto lo mataron en defensa propia no es cierto. Los informes que se están realizando no coinciden con la versión oficial. No hubo orden de la policía, el juez que actuó en la causa nunca se acercó a hablar con nosotros y la policía nunca dijo quién fue el que autorizó a reprimir a los indígenas. La Gendarmería dejó la zona liberada y la ruta es zona federal, por lo tanto la Gendarmería tenía que defender la postura de la comunidad de no ser avasallados por la policía. Los policías fueron organizadamente a matar, según la versión de muchos hermanos y la mía. Yo mismo escuché la voz de la policía diciendo que había una orden para que me mataran. Estamos estudiando con nuestros abogados la posibilidad de presentar una querella contra el Estado provincial y la policía. En la comunidad hay mucha bronca por el sobreseimiento de los policías y porque el conflicto central que es el de las tierras no se toca, de eso no se habla. Sienten que esto se puede utilizar para que los indígenas dejen de reclamar.

 “De la autopsia de Falcón surge que la mayoría de los proyectiles que ingresan a su cuerpo lo hacen por su espalda. Si la hipótesis es que un indígena mata a un policía y hubo un enfrentamiento, los proyectiles deberían ingresar por la parte delantera del cuerpo -explica el abogado Federico Efrón, miembro del CELS, quien junto a Marina Morales Ríos asumieron la defensa de los Qom–. Sin embargo, el juzgado entendió que Roberto López disparó a Eber Falcón y por eso Paredes le disparó en legítima defensa a Roberto López, porque podía volver a hacerlo”.

–En el video que se difundió por TN, se daba a entender que la policía le había plantado un arma a López ¿este material se usó como prueba?
–Ni el video de TN ni los videos que nosotros aportamos fueron tomados como prueba fehaciente por el juzgado. No sé si podemos afirmar a partir de ese video que se plantó el arma, pero sí surgen cuestiones que llaman la atención, que nosotros aún no pudimos indagar y que el juez o el fiscal tampoco tuvieron interés en echar luz sobre esta cuestión. Hay muchas inconsistencias en la causa: se afirma que el cuerpo de Roberto López quedó protegido hasta tal hora y después surge en un acta que el arma que supuestamente tenía fue secuestrada mucho antes. Su cuerpo quedó muchas horas tendido al costado de la ruta, hay una foto de eso, y en uno de los videos se ve a un policía esgrimiendo una escopeta, que aparentemente era de Roberto López, a los pocos minutos de que terminara la peor parte. Después aparece la escopeta al lado de él. Entonces, uno no sabe si esa arma se plantó o si se sacó del lado de López y se volvió a poner. Creo que son cuestiones que merecen investigarse, que desde lo que tiene que ver con el juzgado o la fiscalía no hubo interés o no consideraron que correspondía investigarse.

–¿Se aclaró en el juicio lo que ocurrió con las casas que fueron quemadas por la policía?
–En el juicio, a través de los testigos que llevamos y de la mujer de Félix que también estaba imputada, surgieron de los relatos varias precisiones como, por ejemplo, que se vio que venían unas personas desde afuera del corte de ruta, civiles que traían bidones de gasolina; incluso hay testimonios que afirman haber visto cómo los policías utilizaban la gasolina para quemar las casas. Esto me parece consistente desde el momento que había llovido todo el día, entonces es difícil que una casilla se prenda fuego tan fácilmente y se queme por completo. Sobre esto también tenés un montón de policías declarando que no saben cómo llegó ahí la gasolina y también hay en la causa algo que nosotros no conocíamos y que surgió por otra prueba: en el mismo momento en que esto sucedía, Félix pedía ayuda y la Defensora oficial federal termina haciendo la denuncia a la justicia de Formosa. Cuando llega esta denuncia, el juzgado le pide un informe a Gendarmería, que presentan al día siguiente. En ese informe, hay un párrafo que afirma que fue el juez que estaba en ese momento el que dio la orden de quemar las casas. Hay muchas cosas sobre las que se podía investigar, pero todavía quedaron ahí.

–Félix Díaz dice que está la posibilidad de presentar una querella, ¿cree que esto es viable?
–Yo creo que sí. Hay una cuestión técnica de la legislación de Formosa, que para el caso de una asociación como La Primavera, hay toda una discusión que no está resuelta, pero sí me parece que desde los indígenas a los que se quemó las casas o que fueron seriamente lesionados (hay algunos que todavía están en silla de ruedas, hay señoras que no pueden caminar bien por golpes que recibieron), está la posibilidad de presentarse como querellantes y es una posibilidad que estamos evaluando. Después está la cuestión de que puede entenderse que la comunidad fue reprimida, habrá que ver si eso se traduce en una querella.

En la comunidad La Primavera se respira una atmósfera de sentimientos encontrados. Por un lado, el alivio por haber sido sobreseídos de una acusación injusta. Por el otro, el ansia de justicia una vez más postergada: ni se aclara el crimen de López ni se atiende el reclamo por sus territorios. Un estado de las cosas en el que sigue todo igual.

© Escrito por Andrés Hansy y Marina Dragonetti y publicado por plazademayo.com el miércoles 11 de Abril de 2012.

Video

domingo, 22 de abril de 2012

¡Paren al cacique!... De Alguna Manera...

¡Paren al cacique!...

 Félix Díaz de la comunidad Qom de la provincia de Formosa. 

La gira de los Qom por el oeste formoseño y la campaña del oficialismo contra Félix Díaz.

La esperada recorrida de la Comunidad la Primavera por el oeste formoseño comenzó, una vez más, con incidentes. La gira, que se había iniciado con una conferencia de prensa en Las Lomitas, encontró su primer obstáculo en la ruta 81, a la altura de Yema, cuando un corte impulsado por supuestos luchadores aborígenes interrumpió el tránsito hacia El Potrillo, donde debía realizarse la primera reunión.

Según el padre Francisco Nazar, ex candidato a gobernador de la provincia que acompaña la gira, se trata de “operadores gildistas que se encuentran desde hace días por la zona desprestigiando a Félix Díaz y amenazando a la gente para que no participe de las Asambleas indígenas”. En consonancia con la medida, el diputado oficialista Roberto Vizcaíno fue entrevistado en una FM local para hablar de la bondades de la política de derechos indígenas. Según el legislador, el crecimiento demográfico del 28% es una muestra inobjetable de que las políticas provinciales están lejos del exterminio y calificó de “mentiroso” a “cualquier fulano disfrazado en la 9 de julio en Buenos Aires y con la prensa nacional, influenciado quién sabe por quién”, en referencia a Félix Díaz, quien mantuvo un acampe durante varios meses en reclamo por las tierras de la comunidad Qom.

“Nosotros vamos a la Asamblea del Potrillo porque queremos escuchar a nuestro hermano Qom porque sabemos que dice la verdad y encabeza con sus palabras verdaderas a todos los aborígenes de Formosa”, manifestó ayer uno de los caciques wichis que asistieron a la primera asamblea.

La jornada en El potrillo fue extensa y congregó a varias comunidades del departamento Ramón Lista. Félix y los miembros de La Primavera fueron calurosamente recibidos: “Me emociona ver a este hombre que es valiente y que no se rinde, señal de que lleva la verdad en su corazon. ‘Lechowej ihi’ corazon limpio como decimos nosotros” dijo Valentín, un anciano Wichi de la comunidad.

En la semana de los Pueblos Originarios, los Qom Potae Napocna Navagoh seguirán en contacto con varias comunidades que, como ellos, continúan reivindicando sus derechos territoriales. Mujeres, ancianos y jóvenes tomaron la palabra y celebraron las de Félix Díaz: “Existen muchas divisiones y conflictos entre nosotros que antes no existían. Nos dividen y compran a nuestra gente. Ellos no pueden tapar mi boca por unas monedas. No podemos sostener esta metodología de dominación del Estado. Tenemos que parar estas peleas entre hermanos con la verdad, la humildad y los derechos. La unión es lo que tenemos que buscar”. Este encuentro fue muy esperado por las comunidades, ahora que la lucha de los originarios se hace escuchar más que nunca, los palos en la rueda no podrán aminorar la marcha por las tierras formoseñas.

© Publicado por plazademayo.com el sábado 21 de Abril de 2012.