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lunes, 17 de octubre de 2016

¿Qué es Lealtad?... @dealgunamanera...

¿Qué es Lealtad?


Se conoce como lealtad al carácter de una persona, cosa o animal leal. El término de lealtad expresa un sentimiento de respeto y fidelidad hacia una persona, compromiso, comunidad, organizaciones, principios morales, entre otros.  

El término lealtad proviene del latín “legalis” que significa “respeto a la ley”.

El término leal es un adjetivo usado para identificar a un individuo fiel en base a sus acciones o comportamiento. Es por ello, que una persona leal es aquella que se caracteriza por ser dedicada, y cumplidora e inclusive cuando las circunstancias son adversas, así como defender en lo que cree, por ejemplo: un proyecto. 
Lealtad es sinónimo de nobleza, rectitud, honradez, honestidad, entre otros valores morales y éticos que permiten desarrollar fuerte relaciones sociales y/o de amistad en donde se creen un vínculo de confianza muy sólido, y automáticamente se genera respeto en los individuos.

No obstante, lo opuesto de lealtad es traición, es la falta que comete una persona en virtud del incumplimiento de su palabra o infidelidad.

La falta de lealtad describe a una persona que engaña a sus compañeros, familiares, y expone su propia honorabilidad.  

La lealtad es una característica que no solo está presente entre los individuos, sino también entre animales, especialmente los perros, gatos y caballos. Todo ello, en gratitud hacia el afecto y protección que los seres humanos le brindan.   
El término de lealtad puede situarse en diferentes contextos como trabajo, relaciones de amistad, amorosa, entre otras, pero la lealtad no debe ser confundida con patriotismo ya que no todas las personas leales son patrióticas, debido a que patriotismo es amor a la patria mientras que la lealtad a la patria es un sentimiento que muchos países deben de despertar a los ciudadanos.   
El vocablo lealtad traducido al idioma inglés es “loyalty”.
Lealtad como valor 

Lealtad como valor es una virtud que se desenvuelve en nuestra conciencia, en el compromiso de defender y de ser fieles a lo que creemos y en quien creemos. La lealtad es una virtud que consiste en la obediencia de las normas de fidelidad, honor, gratitud y respeto por alguna cosa o por alguien bien sea hacia una persona, animal, gobierno, comunidad, entre otros.
En referencia a este punto, algunos filósofos sostienen que un individuo puede ser leal a un conjunto de cosas, en cambio, otros sostienen que únicamente se es leal a otra persona ya que este término atañe exclusivamente a relaciones interpersonales.
No obstante, en una amistad no es suficiente únicamente el valor de lealtad sino también debe de estar presente la sinceridad, el respeto, la honradez, el amor, entre otros valores.

Frases de la lealtad

“El amor y la lealtad son más profundos que la sangre.” Richelle Mead

“Donde hay lealtad, las armas no sirven.” Paulo Coelho

“No te ganas la lealtad en un día. Te la ganas día a día.” Jeffrey Gitomer.

“La lealtad es un rasgo característico. Los que la tienen, la dan de forma gratuita.” Ellen J. Barrier.

Lealtad y fidelidad

En primer lugar, la lealtad y fidelidad son dos valores necesarios para las sólidas relaciones. Sin embargo, ambos términos no son vistos como sinónimos, ya que algunos autores indican que fidelidad hace parte de la lealtad.
La lealtad es un valor que consiste en el respeto, obediencia, cuidado y defensa de lo que se cree y en quienes se cree, puede ser a una causa, proyecto, o persona. Por su parte, la fidelidad es el poder o virtud de dar cumplimiento a las promesas, a pesar del cambio de ideas, convicciones o contextos. Como tal, la fidelidad es la capacidad de no engañar, y no traicionar a las demás personas de su entorno, por lo que no incumple su palabra dada.

© Publicado por http://www.significados.com


sábado, 19 de septiembre de 2015

No traicionarás… @dealgunamanera...

No traicionarás…


Por qué es clave para Scioli rodearse de familiares y amigos íntimos.

Está filmado: Perón explicándole a la cámara de Solanas y Getino la centralidad de la traición en el ideario peronista. “Cuando aparece un hombre de nuestro Movimiento que lucha contra otro hombre de nuestro Movimiento puede ser lo que dice Mao (Tse-Tung), ‘que se haya pasado al bando contrario’.

Pero generalmente defiende un interés, no un ideal, porque el que defiende un ideal no puede tener controversias con otro que defiende el mismo ideal. Es que en la política, además de los ideales, juegan los intereses, desgraciadamente.” Aunque la cita maoísta denota un Perón setentoso, la doctrina justicialista siempre giró en torno a la tragedia del enemigo interno –y la tentación de los “intereses”– en un movimiento que conmemora obsesivamente el Día de la Lealtad desde hace 70 años.

El dilema traición/lealtad es eterno, como un ritual de pasaje que debe atravesar cada nuevo líder del peronismo. Ahora le toca a Scioli, que ya fue purificado de las acusaciones de traidor por la jefa saliente del Movimiento, Cristina Kirchner, quien ya garantizó, desde los balcones interiores de la Rosada a su hinchada maravillosa, que Daniel no traicionará la causa, incluso si quisiera hacerlo. Paradójico apoyo con aroma a amenaza.

Consciente de que la traición es el destino maldito del que ejerce el poder, Scioli intenta blindarse con familiares y amigos de la familia. Pero como enseñó Shakespeare en toda su dramaturgia, los lazos familiares que se anudan en un trono resultan ser los más sangrientos. A mayor confianza, más peligro de que la traición sea catastrófica.

También sabían de esto los antiguos griegos, con la lógica Aristotélica de que la amistad es la base de la “polis”, incluso antes que la confianza en la Ley. A eso es lo que el vocabulario mafioso refiere como “tener códigos”: dado que ser realmente poderoso es romper las reglas pudorosas que atan a la mayoría de los mortales, hay que inventarse algún reglamento privado para no quedar a la intemperie de la codicia salvaje de los íntimos. Un código de última instancia. Con letras de sangre.

Hablando en criollo, la manía argentina de preferir rodearse de familiares más que de funcionarios de excelencia delata la paranoia de un sistema político cada vez más flojo de papeles. Tan flojo que cuesta encontrar fuertes candidatos presidenciales con declaraciones juradas verosímiles.

Y para eso está la familia: para sostener en el sótano el andamiaje de intereses que no caben en ninguna ley escrita. Todo será “de palabra”.

Hasta que la muerte los separe.

© Escrito por Silvio Santamarina y publicado por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.