miércoles, 24 de marzo de 2010

ESMA en su año más trágico ... De Alguna Manera...

Memoria interactiva: un recorrido en 3D por la ESMA en su año más trágico…



Un profesor de la UBA convocó a sus alumnos para un trabajo opcional: maquetar el centro de detención, tortura y exterminio tal cual era a finales de 1977. El simulacro, que tiene encima más de un año de trabajo, será usado para apoyar los testimonios de los ex detenidos en el juicio a los represores de la ESMA que se está llevando a cabo.


"Yo me paraba acá. Y desde esta puerta veía el pasillo, y al fondo las salitas de tortura". El que habla es Alfredo Ayala, un ex detenido de la Escuela de Mecánica de la Armada que ahora volvió al sótano de sus peores tormentos para recordar cómo era ése lugar durante la última dictadura militar. Lo escuchan una joven estudiante de la UBA, que toma nota sin perder detalles, y Martín Malamud, el titular de la cátedra de Animación por Computadora en la carrera de Imagen y Sonido, el profesor que decidió encarar junto sus alumnos el proyecto para reconstruir la ESMA en 3D. Empezaron hace más de un año y ahora encaran las últimas correcciones de esta maqueta que reproduce los espacios principales del centro de detención, tortura y exterminio, tal cual estaba a finales de 1977.

Malamud cuenta que venía madurando la idea desde mucho antes. Su amigo Rodolfo Rapetti, de la secretaría de Derechos Humanos, le había mostrado los avances de una iniciativa para armar una maqueta en 3D del centro de detención El Olimpo. "Era un tema que conocía, y había escuchado muchísimos testimonios de gente que estuvo allí, pero verlo en 3D, aunque fuera muy básico, me impresionó", recuerda Malamud. Ambos coincidieron en que era algo que había que hacer, otra manera de documentar la tragedia de los centros de detención y exterminio. Pero sabían que el proyecto insumiría mucho trabajo, demasiado tiempo y recursos que no tenían. La idea quedó allí. Hasta que a finales de 2008 Malamud envió un e-mail a sus alumnos. Y la respuesta fue inmediata.

La primera visita a la ESMA, en enero de 2009, convocó a unos 60 estudiantes con Malamud a la cabeza y Víctor Basterra, un ex detenido, como guía. Todos recuerdan ese momento como impactante. Allí empezaron a trabajar. Y aunque durante ese tiempo mucha gente se bajó del proyecto, hoy, con la primera etapa del trabajo casi terminada, hay un equipo de 25 alumnos afianzados. "Cuando después de hacer un 3D basado en planos íbamos y se lo mostrábamos a los ex detenidos y nos decían que sí, que ellos estaban justo allí y que veían eso. Ahí nos convencimos de que teníamos que poner más y terminar con esto", dice Alejandro Goldstchein Casariego, uno de los estudiantes que más horas le dedicó al proyecto.

Fueron más de 20 los ex detenidos que dieron sus testimonios. "Trabajamos con dos y tres testimonios por ambiente", cuenta Malamud, un especialista en animación y postproducción para cine y video. Entre otros, pasaron Basterra, Ayala y Miriam Lewin. "Las entrevistas eran muy fuertes y nos reafirmaban que había que transmitir esto. Esa es la energía que tiene el trabajo", explica Goldschtein. Y si bien la mayoría de las reacciones frente al trabajo fueron buenas, hubo también voces escépticas frente a las limitaciones de la pantalla. "Un ex detenido me decía que esto no era así, que era mucho más terrible, que había olor a podrido", recuerda Goldschtein. Pero la frialdad de los bits, no anula el documento.

Esta visita virtual a la ESMA permite transitar por los lugares más tétricos del ahora museo. El exterior, la planta baja, capucha, capuchita, el sótano y el centro del tercer piso ya están casi listos en su versión virtual. El usuario, que puede moverse por los espacios con el mouse no va a encontrarse con personas en su recorrida, aunque si habrá textos explicativos con las características y funciones de cada lugar y, más adelante, entrevistas en video con los sobrevivientes que participaron del proyecto, como Ayala. "A veces pasaba 24, 48 o 72 horas acá, y era terrible, porque los torturadores no dejaban de secuestrar nunca", recuerda él, que hacía trabajos de albañilería en el sótano. "Parábamos cuando traían a los secuestrados, porque había que dejar libre el pasillo. Pero cuando los metían al cuartito de torturas volvíamos a trabajar", contó. Y recordó: "Preferíamos seguir trabajando y anteponer el ruido de los martillos y herramientas a los gritos de nuestros compañeros".

Entre los jóvenes compañeros de la UBA que encararon el proyecto hubo algunos debates. Pero más técnicos que políticos. Uno de ellos fue en relación a si maquetaban o no personas. "Llegamos a la conclusión de que no íbamos a poner figura humana en 3D pero sí entrevistas con los ex detenidos", admitió Malamud. El temor, allí, era que la obra se pareciera más a un clásico juego en red que a un trabajo por la memoria. No se reprodujo, en cambio, el debate sobre si la ESMA debía ser o no un museo, algo que sí sucedió y sucede incluso entre los organismos de Derechos Humanos. Y tampoco hubo discusiones política, pese a la diferencia de ideas entre los integrantes del grupo. "Varias veces intenté hablar con el grupo de política en el sentido que mi generación hablaba de política. No lo logré", dijo el profesor.

Todos rescatan el trabajo de grupo, el buen clima y el hecho de que el equipo haya hecho todo ad honorem, quemándose las pestañas por más de un año. Con muy buena repercusión ya presentaron el 3 D en el centro cultural Recoleta y en el Centro Cultural San Martín. De hecho, varios integrantes del grupo dieron pie a DAEV, un colectivo de trabajo para el Diseño y animación de espacios virtuales. Tuvieron desde un principio el apoyo del Instituto Espacio para la Memoria IEM, con quienes fueron cruzando datos y avances todo el tiempo. Pronto, el trabajo estará accesible en PCs de distintos lugares y en Internet. Sin embargo, la mayor recompensa les llegó cuando supieron que su maqueta en 3D va a usarse para apoyar gráficamente los testimonios de los ex detenidos en el juicio por los crímenes de la ESMA que se está llevando a cabo. Esta reconstrucción del edificio, con todos los cambios que tuvo el lugar es muy significativa, incluso para el juicio. Sirve para comprobar todos los cambios que hicieron ellos para eludir a la Justicia", dice Ayala.

Pero esta reproducción de la ESMA en 3D también abre un nuevo horizonte al uso de una herramienta poderosísima, más allá de los omnipresentes jueguitos. Desde hace un tiempo ha empezado a usarse para la reconstrucción de lugares históricos y para visitas virtuales de todo tipo. Sirve para contar historias de manera interactiva, apostando a una narrativa no lineal. "La cumbre de este trabajo es llegar a las nuevas generaciones, a los chicos que dentro de diez años estén en la secundaria y puedan consultarlo", dice Malamud. "El desafío es acercarnos a un grupo de gente que está acostumbrada a los jueguitos, que no va a los museos y a veces tampoco a los libros", agrega Goldschtein. "A esta puerta la cambiaron de lugar, anotá eso", apura Ayala, volviendo al mundo real. Un mundo real en el que nadie puede cuantificar las dimensiones de la tragedia.

© Escrito por Horacio Bilbao y publicado por la Revista Ñ el miércoles 24 de Marzo de 2010.


Ni Olvido... Ni Perdón... Justicia... De Alguna Manera...

Ni Olvido... Ni Perdón... Justicia...



León Gieco. La Memoria



Alejandro Lerner. Indulto.

Semillas del Corazón... De Alguna Manera...

Cómo contarle a un tribunal qué es la ausencia...


Camilo Juárez, Carlos Pisoni y Verónica Castelli sienten que con su testimonio comienzan a cerrar un círculo.

Camilo Juárez, Carlos Pisoni y Verónica Castelli son hijos de víctimas de la dictadura que ofrecieron su testimonio en juicios a los represores. Entienden que ellos como nadie pueden contar qué es la desaparición de una persona y la presencia que hoy tienen sus padres en sus vidas.


Camilo Juárez abrió la puerta del noveno piso del edificio de Brasil y Defensa. Tenía siete años y se encontró con una fila de hombres armados y vestidos de verde. Atinó a cerrar antes de que pudieran entrar. “Esperen un momento, estoy en calzoncillos”, les dijo. Venían a buscar a su tía. Y se la llevaron. Ya había desaparecido su papá. Su mamá estaba en Devoto, donde poco después murió. Camilo y sus dos hermanos vivieron con sus abuelos hasta que ellos, con el tiempo, también se fueron. Camilo y sus hermanos hicieron lo que pudieron: crecieron, estudiaron, militaron. Hoy Camilo tiene 41 años, es músico y espera su turno para sentarse delante de tres jueces y contarles qué es la ausencia.


Los hijos de desaparecidos rondan la treintena y casi no tienen recuerdos del Juicio a las Juntas. La mayoría, de hecho, tampoco tiene recuerdos muy vívidos de sus padres o del momento en que fueron secuestrados. Pero algunos han decidido ser querellantes y dar su testimonio en tribunales. No se trata sólo de una cuestión simbólica. Ellos, como nadie, pueden contar cómo el delito emblema del terrorismo de Estado, la desaparición, se extendió en el tiempo y aún ahora se sigue cometiendo. Muchos participaron o participan de la agrupación HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) y sienten que cierran un círculo que empezaron a dibujar desde la calle cuando a través de los escraches impulsaban la condena social para quienes gozaban de impunidad institucional.


“Se habla mucho del pasado, se dice que esto es el pasado. Para mí el pasado es el presente, yo hoy no tengo dónde ir a llevarle flores a mi viejo. Eso es ahora, no es algo que ya pasó. Más allá de que uno pueda tener más o menos elaborado el dolor. Yo no quiero elaborar nada”, dice Camilo, que querella en el juicio sobre los crímenes cometidos en la ESMA. Lo que quiere Camilo es contarle al tribunal quién era su papá, Enrique Juárez, cineasta y dirigente nacional de la Juventud Trabajadora Peronista y cómo cuando se lo llevaron se juntó un montón de gente del barrio en la casa de Florida porque su viejo “era un tipo querido”. Y después la falta. La sensación de ser un poco todos los días el chico que espera que su papá vuelva para hacer el asado con el carbón que tenía en el baúl el día que no pudo escapar de una cita podrida y terminó en la ESMA.


Cara a cara


“Me hubiera gustado que mi viejo me enseñara a hacer un asado. O que me llevara a la cancha”, dijo Carlos Pisoni ante los jueces que juzgan a los represores de los centros clandestinos Atlético, Banco y Olimpo (ABO). Declaró en diciembre por la desaparición de sus padres, Irene Bellocchio y Rolando Pisoni, y aprovechó para, entre otras cosas, contestarle a la abogada defensora que en todas las audiencias se preocupa por saber quiénes cobraron la reparación económica.


“En el momento en que se otorgó ese beneficio, en pleno menemismo, se vivía una época de impunidad total y fue un reconocimiento del Estado de haber cometido terrorismo de Estado. Pero el daño es irreparable”, fue parte de la explicación en la que se explayó hasta que la jueza le pidió que se remitiera a los hechos. “Los días previos a mi testimonio traté de recabar las vivencias y lo que querían decir otros que no declaraban porque sus casos no entran en los juicios o porque no se animaban. Traté de hacer un testimonio colectivo, en lo que podía ser colectivo. Por ejemplo, en el reclamo final.” Antes de terminar, Carlos les habló a los represores que estaban en la sala: “Mírenme a la cara y díganme dónde están los cuerpos”. “Yo reclamé los cuerpos de todos, no el de mi mamá y de mi papá, y además recalqué el reclamo por la vida, porque hay cuatrocientos pibes y pibas que tienen 32, 33, 34 años y no sabemos dónde están. Y están vivos.”


El los miró. Ellos lo miraron. Samuel Miara, Eduardo Emilio Kalinec, Luis Juan Donocik. Pudieron haber torturado a sus padres con sus manos. O decidido sobre sus vidas. “No es odio lo que siento. Verlos ahí me produce felicidad. Después de tanto tiempo... Que lleguen esposados y se vayan a Marcos Paz”, asegura.


Mientras espera que en algún momento lo llamen a declarar, Camilo va a tantas audiencias de tantos juicios como puede: “Físicamente terminás agotado después de escuchar a los testigos. Hay días que parece que hubiera estado cargando bolsas en el puerto. Ellos ni se inmutan. Los ves a estos tipos plantados ahí, sin emoción. Siguen siendo tan cínicos como siempre. Cuando lo vi a (Alfredo) Astiz pensé: ‘¿Qué hace esa señora gorda entre todos los marinos?’ Pero no, era Astiz, con su peluquita, su pulóver y su jean. Lo que se notó es que les jodió que les tomen fotos, que se hagan visibles sus caras en los medios. Y lo que me gusta a mí es verlos llegar esposados. Hay muchos prófugos también. En ESMA son un montón. No están todos. Pero es algo. Te hace sentir mejor, no bien del todo, pero mejor”.


Hablar o no hablar


Verónica Castelli habla en las escalinatas de Comodoro Py mientras espera que empiece la audiencia en la que el represor Adolfo Donda dirá que cumplió órdenes sagradas cuando torturó y asesinó en la ESMA. Ella es querellante en el juicio en el que se juzgan los crímenes cometidos en el centro clandestino El Vesubio, donde fueron vistos su papá, Roberto Castelli, y su mamá, María Teresa Trotta, que estaba embarazada de seis meses en el momento de su secuestro.


“Esperamos muchos años para que la Justicia nos escuche. Más que esperamos, peleamos. Si bien sé que la prueba concreta la van a dar los ex detenidos, y los ex detenidos del Vesubio han trabajado durante todos estos años sobre la memoria, para mí es importante transmitirle al tribunal las consecuencias sobre mi vida y la de mis compañeros que tuvieron los actos que estas personas cometieron. Ellos no son culpables solamente de lo que hicieron con mis padres, sino también de la vida que me dejaron, de lo que le pasó a mi hermana (fue apropiada y recuperó su identidad hace un año y medio). Son las consecuencias personales, más allá de las consecuencias económicas, políticas y culturales que tuvo para la sociedad toda. Lo que me hicieron no me lo hicieron un día”, cuenta.


Verónica tenía dos años cuando presenció el secuestro de su padre. Pero el recuerdo se borró y dio paso a la mentira que le contó su tío, hermano de su padre y comisario de la Policía Federal: “Me dijeron que mis papás se habían ido de viaje y que iban a volver cuando yo cumpliera quince años. En segundo grado mi compañera de banco me dijo que no podía ser tan tonta de pensar que unos papás se iban a ir de viaje tanto tiempo, que era evidente que estaban muertos. Pero es difícil también entender la muerte cuando no están. Carlos Pisoni y Paula Maroni, que declararon en ABO, contaron que, como sus abuelas participaban de Madres de Plaza de Mayo, siguieron sufriendo la persecución durante muchos años, no sólo en dictadura. Yo, ante el secuestro de mis padres, quedé en una situación de desamparo que fue responsabilidad del Estado. Y me gustaría poder transmitir lo que es haber sufrido durante años la prohibición de hablar de mis padres, que es lo mismo que que te prohíban hablar sobre vos. Creo que hasta el día de hoy trato de elaborar las consecuencias. Yo me fui de esa casa para poder buscar a mi hermana”.


El encuentro cara a cara con algunos de los represores que, encabezados por Pedro Alberto Durand Sáenz, revistaban en El Vesubio ya lo pasó. “Cuando empezaron los otros juicios yo los veía y me producía una indignación muy profunda. Verlos sonriendo, como si no tuvieran conciencia de lo que son. Cuando vi entrar a quienes me lo hicieron a mí, me produjo como una decepción. No sé si esperaba que entrara el hombre lobo o qué, pero me pareció que eran nada... Pensé: ¿esta nada me pudo haber hecho tanto mal? Me produjo una sensación de vacío. No sé qué esperaba ver, porque son personas, personas que eligieron ser lo que son y hacer lo que hicieron, pero no sentí odio, ni siquiera desprecio. No sentí nada”, cuenta. Y la nada la hace llorar.


Hay consenso en la necesidad de hacer hincapié en una cosa: es un momento histórico con muy poca visibilidad. Los criminales más atroces de la Argentina moderna están en el banquillo pero no muchos se enteran. Los procesos pasan inadvertidos en la agenda de la mayor parte de los medios. “Parece que no se ve que se los están juzgando. No está en la conciencia de la gente que se puede ir a presenciar los juicios. Y encima hay gente planteando indultos y amnistías. Son sectores poderosos”, arriesga Camilo. “Creo que nos vamos a dar cuenta en diez o quince años. Pero lo que está pasando es la base de una sociedad que empieza a construir democracia, ciudadanía. La dimensión de todo esto la va a dar el tiempo”, señala Carlos. Verónica concluye: “Confío en que el tribunal llegue a una condena justa que, para mí, sería cárcel perpetua para todos los imputados con prisión efectiva. Pero no lo pienso en términos de si creo o no en la Justicia. Es importante que el Estado, a través de sus instituciones, nos escuche y dicte una sentencia sobre eso. Es necesario que la Justicia se pronuncie sobre estos crímenes. Es lo único que puede marcar una diferencia y un orden en el marco de tanta perversión”.


© Escrito por Victoria Ginzberg y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 24 de Marzo de 2010.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-142578.html



24 de Marzo… Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia… De Alguna Manera...

24 de Marzo…

Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia…



Ni olvido ni perdón...

Son imágenes de desaparecidos y sobrevivientes en un mismo lugar, con 30 años de diferencia.

"Partí de una necesidad expresiva personal de ponerle presencia a la ausencia, pero al mismo tiempo de buscar aportar a la memoria", señaló Germano, fotógrafo radicado en España, cuyo hermano Eduardo fue secuestrado a los 18 años, en 1976. "

martes, 23 de marzo de 2010

Huracán en la E.S.M.A., Fútbol y memoria… De Alguna Manera...

Huracán en la E.S.M.A., Fútbol y memoria…

Los derechos humanos y el fútbol, cuando se encuentran, pueden hacerlo en una esquina que se llama memoria. En cierta manera, eso fue lo que consiguió ayer una delegación del club Huracán cuando recorrió la ESMA. Un llamado del director de prensa del Archivo Nacional de la Memoria, Marcelo Duhalde, al técnico del Globo, Ángel Cappa, sirvió como disparador para una visita desusada. El presidente Carlos Babington, los jugadores Paolo Goltz, Mario Bolatti y Carlos Arano, Cappa, su ayudante de campo Francisco “Fatiga” Russo, el preparador físico Alejandro Frega, el entrenador de arqueros Héctor Yáñez, el kinesiólogo Daniel Arias, el delegado Osvaldo Guillini y un grupo reducido de hinchas fueron recibidos por el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Duhalde, y luego, durante dos horas, caminaron por las instalaciones del ex centro clandestino de detención de la Armada.

A las 11, el grupo –que completaban Julio Morresi y Bruno Palermo, los padres de dos jóvenes desaparecidos se juntó sobre el ingreso de la avenida Libertador para hacer la visita. Cappa, quien había oficiado de interlocutor con el plantel para transmitirle la invitación, dijo momentos antes de ingresar: “Es una manera de rendir homenaje a todos esos chicos jóvenes que soñaban con una Argentina más justa, más solidaria, más igualitaria y más democrática y que pagaron con su vida ese sueño”.

Todos se interesaron en ese viaje de dos horas por el horror de la última dictadura, que comenzó con la proyección de un documental sobre la historia de la ESMA y su transformación en lugar emblemático de la memoria. Arano, el más inquieto de los tres jugadores, hizo varias preguntas. Y cuando con el grupo ingresó al sector denominado Capucha, ubicado en lo que fuera el Casino de oficiales, el sector más temido por los detenidos desaparecidos de ese campo de concentración, el marcador de punta soltó una sola palabra: “Escalofriante”. Allí donde todavía se conservan los grilletes que usaban los grupos de tareas para inmovilizar a los secuestrados, la delegación de Huracán hizo la escala más prolongada.

Morresi (padre de Claudio, el actual secretario de Deportes de la Nación y de Norberto, su hijo mayor desaparecido) es un viejo militante por los derechos humanos y consecuente hincha de Huracán. El acompañó a Cappa y a los demás por las instalaciones por donde pasaron unos cinco mil desaparecidos. Su hijo desapareció el 23 de abril de 1976, cuando todavía no se había cumplido un mes del golpe de Estado. A su lado, Palermo colgaba del cuello una fotografía de su hijo Norberto, quien desapareció el 15 de octubre del ’75, durante los últimos meses del gobierno de Isabel Perón.

En el Archivo Nacional de la Memoria señalaron que fue la primera visita a la ESMA de una delegación deportiva. El respeto por la militancia de Cappa, un bahiense que decidió abandonar el país en los años ’70, motivó que se comunicaran con él para concretar la visita. Y uno de los que se anotó fue el capitán del equipo, Goltz, quien dejó su reflexión: “Yo no había nacido cuando pasó todo esto, pero es importante conocerlo para recuperar la memoria y pasarlo de generación en generación”.

De eso se trató la invitación al plantel de Huracán, según las palabras de Eduardo Duhalde: “Para nosotros éste no es solamente un lugar de repudio, sino también un lugar de educación, por eso es muy relevante contar con la presencia de los actores del deporte para que a través del conocimiento de la historia, ellos mismos puedan transmitirla”.

© Escrito por Gustavo Veiga y publicado por el Diario Página/12 el jueves 23 de abril de 2009.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-123732-2009-04-23.html

lunes, 22 de marzo de 2010

Maradona, Diego Armando... ¡¡El Mejor!!! De Alguna Manera...

Maradona, el mejor para los ingleses...

CAMPEON. Diego tuvo su Mundial consagratorio en México 1986.


El diario inglés The Times ubicó al actual entrenador de la Selección como el máximo futbolista de la historia de los Mundiales, superando a Pelé y Beckenbauer, quienes completaron el podio. Además, tres de sus goles figuran entre los 50 mejores.

Diego Maradona fue elegido el mejor futbolista de la historia por el diario The Times, de Inglaterra, superando, entre otros, a Pelé. Además, tres goles del actual DT de la Selección figuran entre los mejores 50 desde Uruguay 1930.

Diego hizo 8 goles en 21 partidos y ganó el Mundial de 1986, humillando, justamente a quienes lo eligieron, los ingleses. En segundo lugar quedó Pelé, campeón en tres Copas y autor de 12 tantos en 14 partidos.

The Times lo describe como "genio imperfecto" por su capacidad de "autodestrucción", pero aún así lo elige por encima de Pelé. El alemán Franz Beckenbauer, campeón mundial como jugador en 1974 y como DT en 1990, fue elegido tercero, en una lista de diez futbolistas que ubica cuarto al italiano Giuseppe Meazza (campeón en 1934 y '38) y quinto a otro alemán, el goleador Gerd Muller (1974).

Sexto aparece otro brasileño, Garrincha (campeón en Suecia 58 y Chile 62) y séptimo el holandés Johan Cruyff, quien fue subcampeón en el Mundial de Alemania 74. En octavo lugar aparee el único jugador aún en activo y también brasileño, Ronaldo, goleador record de los Mundiales pero campeón también en USA 94 (aunque no jugó ningún partido) y en Corea del Sur-Japón 2002.

Noveno está Bobby Moore, capitán con la Inglaterra campeona de 1966 y décimo el húngaro Ferenc Puskas, vicecampeón en Alemania 54.

Entre los mejores goles, Diego también se lleva el primer puesto con su genialidad ante los ingleses en los cuartos de final en el Mundial de México 86. Otro de sus goles, el que le hizo a Grecia en 1994, figura en el tercer puesto. Más abajo, en la 19ª posición, aparece el tanto a Bélgica en las semifinales de 1986.

En la lista de los mejores 50, también aparecen otros dos argentinos muy destacados. Sexto figura el gol de Esteban Cambiasso ante Serbia y Montenegro en 2006 y en el noveno puesto el de Maximiliano Rodríguez ante México por los octavos de final del mismo Mundial.

© Publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el lunes 22 de Marzo de 2010.

Derechos de los Hinchas de Fútbol... De Alguna Manera...

Protección al Hincha de Fútbol...


Recibí es anuncio cuando ingresaba a la Cancha del Club Atlético Huracán el viernes 19 de Marzo del corriente año, no guardo ninguna relación comercial con el Estudio Posca, pero me pareció oportuno, como servicio, que sepan de sus derechos ante cualquier eventualidad en un estadio.

© De Alguna Manera. Luis A. Capomasi

Marcha en Parque de los Patricios... De Alguna Manera...

Parque de los Patricios Nunca Olvida...

La Asociación Civil Alfonso Farías, organiza como todos los años " La Marcha de las Antorchas ", que recuerda a los 121 desaparecidos del Barrio de Parque de los Patricios.

En esta ocasión, la XVI marcha se realizará el 23 de Marzo a la hora 19.30

Es una caminata desde el Parque Ameghino, Avenida Caseros y Matheu, hasta el Parque de los Patricios.

Son Treinta y Cuatro antorchas encendidas, bajo el emblema "Parque de los Patricios nunca olvida" donde asistirán personalidades como la actriz Virginia Lago, el actor Coco Silly y el Diputado Juan Cabandié entre otros, que caminarán junto a los vecinos del Barrio, para que las nuevas generaciones conozcan los lamentables hechos vividos en esa trágica etapa de la historia Argentina.

Unidos por la MEMORIA y SIN NINGUNA BANDERA POLÍTICA...


© Correo Electrónico: asoc@alfonsofarias.org.ar

Página Web: http://www.alfonsofarias.org.ar

domingo, 21 de marzo de 2010

Yo te Amo Perú... De Alguna Manera...

Historia de Perú...

Las primeras huellas de presencia humana en Perú datan de hace al menos 20000 años antes de nuestra era, pero han sido conservados muy pocos vestigios de esta época. A partir de 1250 a.c., varias civilizaciones venidas del norte, los Chavinos, los Chimús, los Nazcas y los Tiahuanacos se establecieron en la región. La ciudad de Chanchan, cuyas ruinas son visibles aún hoy, fue construida por los Chimús hacia el año 1000 a.c.

Los Incas, una tribu guerrera del sur de la sierra, se desplazaron poco a poco hacia el norte de la región hasta el valle fértil de Cuzco entre los años 1100 y 1300. Su expansión comenzó en 1438, con Pacahuetec, quien emprendió la conquista de las tierras vecinas.

Hacia el 1500, el Imperio inca se extendía del océano Pacífico hasta los orígenes del río Paraguay y del Amazonas, de la región del actual Quito, Ecuador, hasta el río Maule, en Chile. Este vasto imperio era dirigido por un inca, o emperador, quien era adorado como una divinidad. Rico en yacimientos de oro y plata, el reino de los Incas iba a volverse el blanco de las ambiciones imperiales de los españoles ya instalados en Panamá.

En 1531, el conquistador español Francisco Pizarro desembarcó en Perú con 183 hombres y, utilizando la guerra civil que dividía a los Incas, logró en menos de cinco años hacer de su imperio una posesión española.

En 1535, fundó en las orillas del río Rímac una ciudad a la cual hizo su capital, Ciudad de los Reyes, hoy Lima. Los conflictos de autoridad que opusieron enseguida a los conquistadores españoles entre ellos desembocaron en el asesinato de Pizarro.

En 1542, Carlos Quinto, con el objeto de restablecer el orden, creó el virreinato del Perú, que englobaba todas las posesiones españolas en América del Sur, con excepción de la actual Venezuela. "Nuevas leyes" fueron promulgadas, con el fin de intentar proteger a los indígenas de la violencia de la explotación de los conquistadores. Pero el primer virrey español, Núñez de Vela, que llegó a Perú en 1544, suscitó una viva hostilidad de parte de los colonos quienes se rebelaron y lo mataron: las "nuevas leyes" no fueron aplicadas jamás.

Fue con la llegada, en 1569, del virrey Francisco de Toledo, que el sistema colonial, que iba a prevalecer durante más de dos siglos, se puso verdaderamente en plaza. Emprendió la integración de la población india, agrupada en comunidades agrícolas, ubicadas bajo la tutela de un particular o del Estado, y favoreció su evangelización.

El período que siguió fue particularmente próspero, los españoles introdujeron en las primeras mesetas andinas nuevos cultivos (trigo, viñas, olivos) y cultivaron la caña de azúcar en las plantaciones costeras, importando esclavos. Sin embargo, la verdadera riqueza del Perú se encontraba en su subsuelo que encerraba cuantiosos metales preciosos, y en particular plata (yacimiento de Potosí), que dio al país un rol preponderante en la producción mundial hasta el siglo XVIII.

En 1780, 60000 amerindios, guiados por José Gabriel Condorcanqui (quien adoptó el nombre de su ancestro, el inca Tupac Amaru), se rebelaron contra la autoridad española. La insurrección fue aplastada en 1781 y Condorcanqui fue ejecutado, al igual que miles de sus camaradas revolucionarios.

En 1814, otra revuelta fue a su vez reprimida; sin embargo, la oposición a la autoridad imperial ganaba toda la América del Sur española.

En septiembre de 1820, José de San Martín, un argentino que había vencido a las fuerzas españolas en Chile, desembarcó con sus tropas en Perú. En julio de 1821, entró en la ciudad de Lima, sublevada.
La independencia peruana fue proclamada el 28 de julio de 1821 y San Martín recibió el título de protector, que abandonó rápidamente en favor de Simón Bolívar. En efecto, el héroe de la revolución venezolana entró en Perú en 1822, y derrotó al ejército español en 1824, durante la batalla de Junín, el 6 de agosto, y en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre, con la ayuda del general Sucre.

Los años siguientes fueron extremadamente caóticos. Una vez que Bolívar partió para la Gran Colombia en 1826, el país pasó bajo el yugo de los hacendados y la dictadura militar. Perú no conoció la paz antes de 1845, cuando Ramón Castilla, un veterano de Ayacucho, se apoderó de la presidencia.

Durante sus dos mandatos (1845-1851 y 1855-1862), emprendió numerosas reformas: abolición de la esclavitud, adopción, en 1860, de una constitución liberal, construcción de vías férreas. Castilla comenzó también a explotar el guano y los ricos yacimientos de nitrato.

En 1864, esta explotación fue el origen del conflicto que desembocó en una guerra entre Perú y España, después de que ésta última se apoderara de las islas Chincha, ricas en guano. Aliado a Ecuador, Bolivia y Chile, Perú salió victorioso y el tratado de 1879, que puso fin a la guerra, fue la ocasión de ver por primera vez su soberanía oficialmente reconocida por España.

Entre 1879 y 1883, la guerra del Pacífico opuso Perú a Chile, a propósito del control de la provincia de Tarapacá, rica en nitratos. Vencido y amputado de una parte de su territorio, arruinado por los años de guerra y el disenso interno, Perú intentó entonces reorganizarse.

La reconstrucción fue lenta y se hizo en gran parte con la ayuda de capitales extranjeros, bajo la presidencia de Augusto Leguía y Salcedo. Después de su primer mandato (1908-1912), tomó de nuevo el poder en 1919, gracias a un golpe de estado militar, y ejerció una autoridad casi dictatorial.

En 1924, mientras que él estaba en el poder, los intelectuales peruanos exiliados fundaron la Alianza popular revolucionaria americana (APRA), un movimiento de tendencia marxista, influenciado por la revolución mexicana. La APRA, que exigía reformas fundamentales contra la oligarquía conservadora fue rápidamente prohibida por Leguía, lo que no le impidió llegar a ser un partido extremadamente influyente.

En los años '30, a pesar de la adopción de una Constitución democrática (1933), la APRA fue objeto de una sangrienta represión y las elecciones que le daban la victoria fueron anuladas. La presidencia regresó entonces a Manuel Prado Ugarteche, quien quiso proseguir la modernización del país, pero debió también contar con la poderosa voluntad reformista, iniciada por la APRA.

En 1945, una coalición de partidos liberales y de izquierda, entre ellos la APRA, permitió la elección de José Luis Bustamante Rivero, un reformador, para la presidencia de la República. Los derechos civiles y la libertad de prensa fueron reforzados, y ciertos poderes dictatoriales del presidente fueron abolidos por enmienda constitucional. Debido a la hostilidad de la oligarquía conservadora, Bustamante fue derrocado en 1948 por los militares que pusieron a la APRA fuera de la ley.

El 2 de julio de 1950, Manuel Arturo Odría, el instigador del golpe de estado de 1948, fue elegido presidente y su gobierno reforzó el sistema de defensa del Perú, lanzó un vasto programa de trabajos públicos y favoreció una más estrecha cooperación con Brasil, gracias a una serie de pactos económicos y culturales.

La elección de 1956 marcó el retorno del presidente Prado Ugarteche al poder y la renovación de las reformas liberales. Después de una nueva tentativa de los militares por tomar el poder, la elección de 1963 permitió el retorno de la democracia, con la victoria de Fernando Belaúnde Terry. Este fue, sin embargo, depuesto en octubre de 1968, la Constitución fue suspendida y una junta militar se instaló en el poder, bajo la dirección del general Juan Velasco Alvarado.

Después de una serie de huelgas y manifestaciones organizadas para expresar la insatisfacción popular respecto del presidente Velasco, un nuevo golpe de estado militar derroca al gobierno peruano, el 29 de agosto de 1975. Al día siguiente, el general Francisco Morales Bermúdez, quien había sido Primer Ministro y Ministro de Guerra bajo Velasco, devino presidente.

En 1980, fue organizada una elección presidencial. El vencedor, el antiguo presidente Belaúnde Terry, no llegó a enderezar la situación económica. Por otra parte, los guerrilleros maoístas de Sendero luminoso intensificaron sus acciones. Se estima que esta guerrilla fue responsable de la muerte de al menos 18000 personas, en los años '80.

La victoria, por primera vez en la historia del país, del candidato de la APRA, Alan García Pérez, en la elección presidencial de 1985, si bien constituyó un verdadero acontecimiento, no logró invertir la tendencia, y el declive económico del país prosiguió.

En junio de 1990, Alberto Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses, sucedió a García. El nuevo presidente impuso un programa de austeridad a fin de combatir la hiperinflación (1000 p. 100 en 1988-1989). La crisis económica provocó sin embargo una nueva escalada de acciones de parte del Movimiento Tupac Amaru (MRTA) y de Sendero Luminoso, que desplazó su campo de acción hacia Lima y comenzó a poner en la mira a las infraestructuras administrativas.

Invocando al terrorismo y la corrupción en los medios gubernamentales, el presidente suspendió la Constitución, en abril de 1992, y pronunció la disolución del Congreso. En septiembre, el arresto de Abimael Guzmán, el jefe de Sendero Luminoso, permitió al jefe de estado conservar el apoyo de la población.

Nuevas elecciones fueron fijadas entonces para 1995 y Alberto Fujimori fue reelegido, el 9 de abril. Del 18 de diciembre de 1996 al 22 de abril de 1997, hubo una toma de rehenes en la embajada de Japón por un grupo que se proclamaba del Movimiento Tupac Amaru. Los guerrilleros fueron abatidos por los militares.

En política extranjera, un diferendo fronterizo resurgió entre Perú y Ecuador, en enero de 1995, con respecto al control de la cordillera del Cóndor. Esta zona, de una longitud de 78 Km., casi deshabitada, pero rica en yacimientos petrolíferos, había sido atribuida al Perú en 1950 después de un arbitraje internacional. Sin embargo, Ecuador, que no había aceptado jamás esta decisión, desencadenó las hostilidades. Los combates prosiguieron hasta mediados de febrero y dejaron unos 200 muertos y heridos de ambas partes. Dos acuerdos de cese del fuego se firmaron finalmente en marzo, bajo el arbitrio de los países del Protocolo de Río (Estados Unidos, Brasil, Argentina, Chile), previendo la desmilitarización de la zona y la organización de negociaciones pacíficas entre los dos países.


Huracán... Un "Globo" se hizo grande... De Alguna Manera...

Un Globo que se hizo grande...

Recorrido por los momentos memorables del club de Parque Patricios. Sus hazañas, sus figuras, su estadio, su mística y su bohemia, y el recuerdo del gran campeón del ’73 que transformó para siempre el ideal de belleza del fútbol argentino.

Demasiados años son cien, demasiada historia tiene Huracán, demasiado grande es el club, demasiado porteño es Parque Patricios, demasiado fútbol ha pasado desde el 1 de noviembre de 1908, demasiado es poco para expresar en palabras un sentimiento que nació en Nueva Pompeya, se reivindicó siempre de la Quema y Jorge Newbery paseó en globo por el país, creando (como pensó el Che con uno, dos y tres Vietnam) decenas de Huracán por toda la geografía nacional.

“Una suerte de figurín entrañable del club porteño, bohemio, tanguero, fino y atorrante”, lo definió Horacio Ferrer, el autor de “Balada para un loco”. “Cualquiera sea la suerte que a tus colores salga/ las buenas y las malas son cosas que se dan / de frente a aquel que talle, por más que pose y valga/ elevarás el Globo al grito de ¡¡¡Huracán!!!”, le dedicó, entre otros versos, Julián Centeya. También escribió un texto nostálgico Homero Manzi: “Treinta años de recuerdos alrededor de un Globo”, el autor de “Sur” y “Malena”.

Los tres célebres compositores permiten entender esa química que siempre existió entre el tango y Huracán. Esa relación que da la dimensión exacta de por qué un club es patrimonio cultural y deportivo al mismo tiempo. Una Entente Cordiale (del francés: entendimiento cordial) de tres barrios como Parque Patricios, Nueva Pompeya y Villa Soldati, vecinos en el sur postergado de Buenos Aires. Ahí echó raíces Huracán. Y desde ahí se extendió cruzando las fronteras de la Quema con su fútbol marca registrada.

Sacó la cédula de identidad de su juego –y la mantuvo durante décadas– con los cuatro títulos del período amateur: 1921, ’22, ’25 y ’28. Aquellos equipos que integraban Guillermo Stábile y Cesáreo Onzari, el del primer gol olímpico. Huracán ya había sido fundado dos veces como Buenos Aires – la primera el 25 de mayo de 1903–, pero el centenario que se festejó ayer vale por la segunda. La rica producción bibliográfica dedicada al Globo (ver aparte) explica en detalle de qué se trata su declamada y justificada grandeza.

Huracán es el sexto equipo con mayor cantidad de jugadores en la historia de los mundiales de la FIFA. Tiene más de cien homónimos (Huracán de Tres Arroyos, de Corrientes y de Comodoro Rivadavia, entre los más conocidos). Marcó el record de público para un partido que no hayan disputado los restantes cinco grandes: el 20 de abril de 1947 goleó a Atlanta 4 a 0, ante unas 70 mil personas (fue en el Viejo Gasómetro, donde entraban 75 mil) la tarde en que debutaron Arsenio Erico en el Globo y Adolfo Pedernera en el equipo de Villa Crespo. Ese mismo año, pero el 7 de septiembre, inauguró el Palacio Tomás A. Ducó, con otra goleada ante Boca (4 a 3) y 50 mil espectadores. Estadio modelo en aquella época en que se construían en serie, su mole de cemento está clausurada hace poco más de un año. Una medida que, curiosamente, en el día de su centenario lo obligó a hacer de local en Vélez contra Estudiantes, la cancha donde se fue al descenso en 1986. “La pasión no se clausura”, decía la bandera con que salió a jugar el equipo, en protesta por la dilación del gobierno porteño en aprobar los arreglos que ya se hicieron.

Huracán también es grande porque disfrutó mucho tiempo a Herminio Masantonio, el tercer goleador en la historia del profesionalismo (256), detrás de Erico y Angel Labruna; a Tucho Méndez, indiscutido titular del ’41 al ’47; a Emilio Baldonedo; a Jorge Alberti, el que más partidos jugó; a los dos Rossi, Coco y Pipo (aunque éste, ya veterano, y después de ser un símbolo de River); a Sebastián Viberti; a Alberto Rendo y Héctor Veira, dos que también jugaron en San Lorenzo; a Miguel Brindisi, Carlos Babington (su actual presidente) y René Houseman, los mejores en el campeón del ’73, su único título del profesionalismo; a Osvaldo Ardiles y Omar Larrosa, campeones del Mundial ’78; a Claudio García, Claudio Morresi (el secretario de Deporte de la Nación), Hugo Morales, Teté Quiroz, el Rolfi Montenegro, el Turco Mohamed y Lucho González.

Puede jactarse también de que, aunque de manera fugaz, otros grandes jugadores se pusieron su camiseta: Alfredo Di Stéfano (hizo 10 goles en 25 partidos en 1947), Adolfo Pedernera, Mario Boyé, Ricardo Infante, Claudio Borghi y Oscar Ortiz, que brilló en el clásico rival de Boedo.

El gran campeón del ’73...

Cuando todavía se mencionaban las formaciones de memoria, cuando Huracán insinuaba en el advenimiento de los años ’70 su producción que lo llevaría al título del ’73, era el grande –sin título profesional aún– que nadie hubiera osado cuestionar en su grandeza. Un mandato simbólico que hoy se torna quimera, el de ganar, gustar y golear, aquel equipo del Flaco Menotti lo hacía natural.

Basta una anécdota para recordar su nivel, que lo ubica entre los de mejor fútbol en 77 años de profesionalismo. El querido Roberto Fontanarrosa, fana de Central, asistió impávido a la goleada que Huracán le dio a su propio club en Rosario, en la fecha 11, con dos goles de Houseman, uno de Larrosa, Brindisi y Del Valle. El público local, con hidalguía, ovacionó al rival que lo había dejado en ridículo. El desaparecido humorista le dedicó un capítulo de su libro “No te vayas campeón”, al Globo del ’73: “A ese Huracán de Menotti no le costaba mucho ganar, golear y gustar. La broma es que dejó esa pesada máxima sobre la conciencia de los demás equipos venideros del fútbol argentino, como si a todos les resultara tan, pero tan fácil”.

El estilo ofensivo y de pelota al pie de aquel Huracán que tuvo como formación base a Roganti; Chabay, Buglione, Basile y Carrascosa; Brindisi, Russo y Babington; Houseman, Avallay y Larrosa, deposita una buena dosis de nostalgia en el ’73 y los años más cercanos, que le permitieron disfrutar al hincha buenas campañas hasta el ’76, con dos subcampeonatos más. Sobre todo, si se compara ese período con lo que vendría después, con 35 años de más sinsabores que alegrías, que incluyeron dos descensos en 1986 y 1999; varias y muy malas administraciones; el asesinato de su hincha más célebre, Ringo Bonavena, en Reno, Estados Unidos; la sangría de talentos que cada vez se disfrutaron menos; la frustración del título perdido en la última fecha del torneo Clausura ’94, y todo eso mechado con cierto emparejamiento en el historial con el clásico rival de Boedo a partir del ’73, los éxitos circunstanciales y el reforzamiento de una pasión que continúa inalterable hasta hoy.

Porque Huracán es, como cada club en la Argentina, una pasión incomprensible para los demás. Una pasión que cumplió cien años, donde caben varias generaciones de hinchas (desde su socio número 1, José Giura, con saludables 94 años, al joven Federico Bonino, el hijo de Mario, periodista asesinado en noviembre del ’93), y desde la que puede contarse la historia misma de Buenos Aires.

© Escrito por Gustavo Veiga y publicado en el Diario Página/12 el domingo 2 de Noviembre de 2008


http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-114343-2008-11-02.html

Juzgar a los demás... De Alguna Manera...

Nadie tiró la primera piedra...

Ayer tuve la oprtunidad de asistir a una ceremonia religiosa en la Iglesia santa Rita de Boulogne Sur Mer, aquí nomás cerquita e la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Habitualmente en todos los templos católicos, se puede acceder a la lectura del Periódico "El Domingo", el cuál sirve para serguir la misa, tanto en sus lecturas del Evalngelio, como así también a la Liturgia. Es también una fuente de información sobre diversas actividades de religiosas y presenta en todas sus ediciones un editorial escrito por Víctor M. Fernández.

En su edición del día de hoy, podemos acceder a la lectura sobre el juicio de valor que hacemos hacia las personas, donde se pone como ejemplo a María Magdalena siendo perdonada por Jesús, ante los escribas y fariseos de la época.

Toda una lección...

Te invito a refleccionar sobre ella, mirarse al espejo y preguntarse: ¿Cuál sería nuestra actitud ante ello?...

De Alguna Manera. Luis A. Capomasi

© Escrito por Víctor M. Martínez y publicado por el periódico El Domingo, el 21 de Marzo de 2010.